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Enriquez Izquierdo Roberto EL IMPERIO de
Enriquez Izquierdo Roberto EL IMPERIO de
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EL IMPERIO DE LA RAZON SUPREMA
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IMAGEN DE PORTADA
José Miguel Hernández
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Roberto Enríquez Izquierdo nació en el municipio de La
Florida, departamento de Nariño, Colombia. Realizó sus
estudios superiores en la Universidad San Buenaventura de
Cali.
En esta obra presenta una forma de aprendizaje que
corresponde al desarrollo de la capacidad de aquietar el
pensamiento para observar todos los eventos sin el intervalo
del tiempo psicológico que origina la descripción de lo
conocido y, de esta forma, resolver el enigma del ¿Por qué? Y ¿Para qué? La
existencia del ser humano.
Igualmente busca adentrarse en la corriente del conocimiento, para su
descifrado, considerando las leyes de las analogías, de la cábala y del uso
frecuente de la lengua hebrea, para que aporten las luces en el discernimiento
del fenómeno universo, que está fuera del hombre y del universo que está
dentro del ser humano.
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INDICE
Pág.
PROLOGO ----------------------------------------------------------------------- 7
EL COSMOS -------------------------------------------------------------------- 12
LA UNIDAD --------------------------------------------------------------------- 23
LA AUTOOBSERVACION -------------------------------------------------- 40
EL BINARIO -------------------------------------------------------------------- 44
EL TERNARIO ----------------------------------------------------------------- 64
EL AMOR ------------------------------------------------------------------------ 75
EL CUATERNARIO ---------------------------------------------------------- 79
LA PENTALFA ----------------------------------------------------------------- 99
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PROLOGO
Ante el entendimiento siempre ha advenido la inquietud de poseer una Luz, que
haga claridad el misterio de cómo se creó el mundo o universo en seis días y un
séptimo de descanso.
Siendo que el ser humano no está acabado en su creación es inquietante saber, qué
conocimiento se hace imprescindible para su conclusión física, mental, emocional y
espiritual. Para lograr esta magna gesta se ha de iniciar por el reconocimiento pleno
del Ser, del Dios Intimo particular vivo en cada uno de nosotros y latente en lo
ínfimo o inadmisible o en lo inconmensurable por su grandeza.
Como seres inacabados continuamos resistiendo ante lo que nos rodea porque
únicamente evaluamos las cosas a través de una espesa niebla constituida por
prejuicios, vicios hábitos, tendencias que distorsionan la percepción. Desde este
estado se iniciará la lucha con temple de impecable guerrero para organizar nuestro
caos. Suplicaremos Luz para que señale el camino y didáctica a seguir. Y,
seguramente, la respuesta inteligente nunca se deja esperar.
Requiriendo energía para cada labor, crear interiormente exige más de la energía que
imaginamos. En el momento somos grandes despilfarradores de la misma, vemos
como, de manera desbocada, emerge sin control de nuestros centros sico-
bioenergéticos. Con los cuales, necesitamos relacionarnos armoniosamente para que
garanticen el libre fluir del cuerpo físico, base sólida para el despegue en el
autoconocimiento de pensamiento, movimiento, emoción, instinto y sexo; hecho que
es imposible sin el ejercicio correcto de la auto-observación. Para concluir en el
equilibrio armonioso, punto de partida para crear.
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Nos preparamos para la creación perfecta del microcosmos – hombre, iniciando el
trasiego por los opuestos, que como ley física la observamos en la naturaleza
mediante la cual: seres, criaturas, mundos, planetas, soles, estrellas… se atraen y, en
otras posibilidades, se rechazan. Análogamente en nuestra sicología particular,
vivimos el incesante ciclo de las fuerzas antagónicas cuando aceptamos o
rechazamos una forma sicológica peculiar, sucumbimos ante la ira y posteriormente
solicitamos disculpas por el mal causado. De esta manera, caemos de un extremo a
otro en el accionar de las pasiones.
Presentes las dos fuerzas opuestas, el Creador ha dispuesto de algo más en sus
elevados planos de multiplicar la vida. Y es la aparición de la tercera fuerza, que
concilia las corrientes femenina y masculina; de esta manera, plasma las partículas
subatómicas y los compuestos, dándole forma a la materia. Tierra y agua nombra la
biblia como elementos primordiales del génesis y de los cuales disponemos para la
creación de nuestro mundo interior.
Más para cumplir con el génesis interno en el ser humano, se ha de “ver” con la
observación oculta todas aquellas equivocaciones, apetitos, desvíos y ademanes
yacentes en el subconsciente. Indispensable es su estudio retrospectivo para volverlo
conciencia y, conociendo sus perversiones, no actuarán más en la vida diaria,
dejando la libertad presente para la eclosión de lo nuevo. La energía flotante
restituida de cada error psicológico, ahora canalizada por la comprensión, nos
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convierte en acumuladores energéticos. Energía que participa en la creación
espiritual.
El amor ha nacido en el corazón del forjador del nuevo mundo como el fuego
maravilloso de la comprensión, que significa derrota para todas las contradicciones y
conflictos personales y sociales. Las delicias del amor apartan la lujuria, la codicia,
la ira… y situaciones pendencieras.
Los seres humanos hemos violado la ley distorsionando la vida nuestra y la del
planeta. Urge asirnos de la fe como conocimiento, apta facultad que en forma
investigativa nos encumbrará en las alturas del Ser. La razón sola se convierte en
óbice para compenetrarnos con lo misterioso.
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La inteligencia iluminada del Ser concede autonomía a la obra y cada parte que ha
surgido a la existencia se mueve libremente sin alterar el orden establecido. La
materia se mueve por el espíritu dentro de un ritmo y disciplina.
Se radica cada elemento inmaduro con el fuego que viene del cosmos unido al fuego
sexual presente en nuestro organismo en el preciso instante que se ha equilibrado.
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sentimental o espiritual, abandonamos el libre juicio y se ofusca la razón. Hemos
desandado el mismo viejo camino del dolor y la cruda realidad, para entender que el
objeto que nos fascinó cae por su falsedad sumergiéndonos en la angustia y
depresión, con el anhelo de satisfacer otro deseo.
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EL COSMOS
“Cuando el hombre haya descubierto
El proceso para crear su universo interno
Y haya logrado el equilibrio anhelado,
Temblará la eternidad en su escondite y
El inconmensurable presente será
Su compañero”.
Se prepara el diapasón para pulsar las rítmicas melodías del gran concierto universal
de la eterna fecundación, que genera el orden, las leyes del equilibrio y hace posible
la vida.
Dicen que la cabellera del Anciano de los Días tiene trece mechones, que sumadas
las cifras de este número: 1 + 3 = 4, donde uno es igual al principio masculino o
también fuego; dos iguales al principio femenino o agua; tres igual al hijo de la
creación, el amor, más la unidad de la vida se constituyen las cuatro potencias
creadoras.
Kether es el Ruach Elohin de los hebreos o Divino Espíritu del Señor, que flotaba
sobre las aguas genésicas del primer instante: “En el principio creó Dios los cielos y
la tierra. La tierra era caos y confusión y obscuridad por encima del abismo, y un
viento de Dios aleteaba por encima del agua” (Gen: 1, 1-2).
La cabeza o primer principio creó Elohin que significa: El, los Dioses, el Ser de los
seres, aquel que creó el cielo y la tierra, o también la colectividad de potencias
divinas que son la esencia del cielo y de la tierra.
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Los Sephirotes son átomos divinos que viven dentro de nosotros. Son partes
autónomas de nuestro Ser.
El Arbol de la Vida o sephirotes vienen del Ain Soph. Ain= nada. Los egipcios
lo simbolizaban por una piedra negra y le llamaban fuego negro. Soph= Soph Aur
= Luz infinita. El Ain Soph es el sephirote once que se desdobla en el Arbol de la
Vida.
Cada uno de los sephirotes al ser partes autónomas de nuestro Ser, y desde la
dimensión que les corresponde, influyen en nosotros y en nuestra conciencia.
Debemos conocer sus características, su forma de expresión y en qué grado de
conciencia se manifiestan para aprender de nuestro Ser y de esta manera, mejorar el
proceso de nuestro auto-génesis.
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GEBURAH: Es un desdoblamiento de Chesed. Viene a ser la justicia, el rigor, la
severidad y la ley. Es el Alma Divina o Alma-Consciencia la cual juega mientras el
alma humana vive el drama de la existencia con todos sus placeres y desdichas.
Esto amerita una profunda reflexión por parte del guerrero de la luz que recorre la
senda iniciática. Es comprobado, si alcanzamos a autoobservarnos en nuestros
pensamientos, sentimientos y acciones, que cada uno de nuestros propios yoes, pide
a gritos alimento para seguir existiendo en cada persona. Esto implica que ningún
iniciado debe ceder un instante a los clamores de los yoes, por el contrario, se hace
necesario conocerlos, comprenderlos y eliminarlos.
El Éter Físico cumple la misión de estabilizar el Prana o energía universal, que baja
de lo alto con la vibración que sube de la tierra. Con el encuentro de estas dos partes
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vitales se logra la compenetración del Cuerpo Físico y el Vital con los elementos
Tierra, Agua, Aire, Fuego y Éter.
El Éter Químico se encarga de recibir y asimilar las sustancias conocidas como las
sales del Zodíaco, que actúan desde la parte genética, dando la particularidad o
característica que le corresponde a cada uno de los Signos Zodiacales, prevaleciendo
en nosotros la que nos corresponde en el signo en el cual nacimos. Esto es
importante conocerlo porque esa sustancia se relaciona en su totalidad con toda la
actividad de nuestro fondo vital.
El Éter Lumínico es un desdoblamiento de la luz que emana del mundo mental y del
mundo astral, permitiendo que haya una coordinación de la vida que también se
procesa en estas dimensiones.
Este cuerpo planetario, además de tener que cumplir estas leyes, debe integrarse con
las leyes que rigen su organización: la procreación física e interna, la vida, el amor,
el altruismo, la voluntad, la justicia, reduciéndose todas a dos, que priman en todos
los procesos de la existencia, y que corresponden a la ley de nacer y a la ley de
morir. En sabias palabras podríamos decir que sólo el que vive tiene derecho a
morir.
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Además de estas funciones, prácticamente desconocidas para muchos, deben
cumplir y obedecer a leyes relacionadas con los cuerpos internos del ser humano: al
Cuerpo Causal, Cuerpo Mental, Cuerpo Astral, los cuales se relacionan entre sí, se
penetran y se compenetran sin confundirse.
Los diez sephirotes que a la vez son los atributos del Eterno manifestados en todos
los seres vivientes, son partes autónomas de nuestro Ser Interno, con las cuales
debemos trabajar para despertar la conciencia y crear en nosotros nuestro universo
interno: el Microcosmos-Hombre, el Hombre Solar, el Súper Hombre, el Hombre
Galáctico. Esta es la Gran Obra del Padre Universal o Arquitecto de Mundos,
realizada en siete días o fases, como lo expresara Moisés, en su génesis.
Estas emanaciones del Padre Cósmico, para realizar nuestra obra espiritual, se
relacionan entre sí: Kether la Corona, que es el poder equilibrador, la Potencia
Suprema; reposa sobre Chohmac que es la Sabiduría Inmutable y sobre la
Inteligencia Creadora Binah. En Él está la Bondad Chesed y la Justicia Geburah, que
son el ideal de la Belleza del Hijo Celeste Thipheret. En Él siempre está el
Movimiento Victorioso Netsach y el Gran Reposo Eterno Hod. Su voluntad Iesod,
es la Transformación Continua, y su Reino Malchuth corresponde a todos los entes
que pueblan el universo.
Antes que empezaran a palpitar los mundos que forman el cosmos, existían en la
mente de Él, para luego, iniciar la creación a partir de cuatro expresiones que los
cabalistas les llaman planos:
Atziluth: Es el mundo más elevado donde habita el Eterno y es donde plasma sus
ideas arquetípicas que originan los mundos. El Arquitecto de Mundos, en este plano,
crea las leyes que rigen todas las formas visibles y no visibles que constituyen el
planeta tierra y el universo en general.
Briah: Es el plano de la creatividad donde existen leyes que permiten construir los
modelos mentales que se crean a partir de las ideas arquetípicas. Aquí el Arquitecto
de Mundos da forma a todos los entes que habitan el cosmos.
Yetzirah: Es el plano formativo, aquí se encuentran las fuerzas invisibles, leyes que
organizan el mundo físico. Cada ser de la naturaleza obedece a estas leyes que
construyen estructuras moleculares y estructuras genéticas que producen
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características especiales que permiten clasificar, agrupar, diferenciar y describir las
funciones respectivas de los seres, individual o colectivamente.
Como podemos ver, además de los diez sephirotes o emanaciones de nuestro Padre
Cósmico Universal, para realizar nuestra obra espiritual, se requiere, también, de las
leyes de creación o planos cabalísticos.
Se dice que el Arquitecto del Universo, para crear el cosmos, se expresó en cuatro
potencias creadoras, las cuales entrarían en conflicto produciendo primero el caos
como alfa y omega, como principio y fin de toda cosa existente en el espacio
infinito. Se entiende como fin, el momento en que todos los entes vuelven a la
Matriz Eterna, porque antes estarán sometidos a un cambio, producto de una Eterna
Fecundación.
Después de producir el caos, dentro de una lucha sin tregua, estas fuerzas colosales
se ven obligadas a descansar, quedando en un aparente equilibrio, estableciéndose la
armonía entre los elementos constitutivos de la Gran Obra. El Real Ser del Ser de
todos los seres, programa el mundo de las formas y se expresa en las diez luces del
Árbol de la Vida, no manifestado que subsiste eternamente en la Luz Ilimitada que
habita en el plano arquetípico, donde el universo dormía antes de la aurora cósmica.
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La expresión cuádruple corresponde a los cuatro aspectos del Ser o aspectos de vida
que los cabalistas han llamado: “Elementos” y que se relacionan con las cuatro letras
del nombre del Eterno. Esta operación se efectúa en Men que significa “Agua” que
viene a ser la Matriz de todas las cosas cuyo valor numérico corresponde a 40,
producto de 4 x 10, donde 4 es igual a cuatro aspectos del Ser y 10 igual a diez
Luces de Emanación del Eterno o diez Sephirotes, quizá por esto se dice que las
aguas caóticas son el semillero del cosmos.
Comienza el rítmico concierto. El Arquitecto del Universo inicia la gran obra. Pulsa
su “lira de oro” y los mágicos sonidos como por encanto, forman las siete columnas
que sostienen el universo. Cada nota musical se cristaliza en el todo.
El lírico llamado es la orden de una “Laringe Creadora”, ante la cual obedecen las
partículas subatómicas. Por la armonía de las notas musicales, surge la ley de
afinidad. Se origina el equilibrio de dos fuerzas: una positiva y otra negativa a través
de una fuerza neutral. Se compaginan formando las moléculas y de estas los cuerpos
que pueblan el universo en general. El compás de la gran obra divide el pentagrama
de la existencia, en partes donde todas tienen igual valor ante los ojos del Creador.
La fecundación del caos (desorden) para que aparezca un cosmos (orden) permite
que surja la vida con todo su esplendor. Igual suceso se presenta en nuestra vida
íntima, en nuestro universo interno, en nuestro mundo espiritual.
Para realizar la creación, el Creador necesitó de tres fuerzas: una positiva, otra
negativa y la que va a conciliar a las dos. Estas potencias son leyes para que el
mundo de las formas siga en marcha y para que se presente la eterna fecundación.
El ser humano está supeditado a estas leyes que en la realización de la obra
espiritual corresponden al Santo Afirmar, al Santo Negar y al Santo Conciliar.
Esta obra, según el Génesis se realiza en seis “días”; que pueden ser fases o periodos
de tiempo. Puesto que con la creación del día y la noche ya se había creado el
tiempo como medida. “Y llamó Dios a la luz día, y a las tinieblas las llamó noche”.
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El seis se encuentra simbolizado en el signo del Macrocosmos que viene a ser el
hexagrama o doble triángulo, o también Estrella de Salomón. Luego, la formación
del Universo se divide en seis fases a las que posiblemente se les dio el nombre
simbólico de días.
La palabra Barah que significa crear, tiene como valor cabalístico el número cinco
que resulta del valor de sus letras así: 2 + 200 + 1 = 203, de donde 2 + 3 = 5, valor
que corresponde a la letra He del alfabeto hebreo, cuyo significado es: Vida
absoluta, sonido, luz, vibración, verbo. Según esto, el Increado, realiza su acción
creadora a partir de su Verbo que viene a ser sonido. “En el principio fue el Verbo…
En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres” (Juan 1, 1-4).
La Trinidad está presente en todo lo creado, cada cuerpo que palpita en el universo,
posee estas tres fuerzas emanadas del Eterno. Así es como El crea y vuelve a crear,
dando a todo lo existente una energía que permite la continua transformación y la
capacidad de crear. Un hombre se une sexualmente a una mujer, el resultado es un
hijo que viene a ser una nueva Trinidad, lista para continuar la vida y realizar el
mismo trabajo.
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De esta manera es como la Unidad Múltiple Perfecta creó nuestro sistema solar y el
universo en general. El habita entre nosotros y en todo lo existente. Él está en
nosotros, y nosotros estamos en El, y en Él nos movemos.
Él es la Energía Creadora, Principio Vital que penetra en todos los cuerpos, dándoles
el aliento de la vida. Este Pneuma de los griegos, Prana del Sánscrito, Ruach de los
hebreos, Espíritu del Latín, impregna con su fuerza creadora, todo lo existente para
dar inicio a la Eterna Fecundación y con ello la continuidad de la vida por los siglos
de los siglos.
Todos los elementos que forman nuestra galaxia accionan y reaccionan. Se presenta
le influencia de la fuerza sobre la materia y de la materia sobre la fuerza. Todo
cuerpo posee su capacidad de atracción y de repulsión. El Eterno se expresa en estas
dos fuerzas para generar el orden y para que las cosas existentes no se destruyan
antes de su tiempo. Los planetas son un ejemplo de la alternancia de estas fuerzas,
todos, los planetas y satélites, oponen resistencia para no ser absorbidos por el sol o
por otro cuerpo celeste y así continúan por su ruta marcando un ritmo perenne.
De esta forma, los cuerpos celestes, marcarán su órbita sin la capacidad de decidir
dónde ir. No por esto negaremos la presencia de un motor que genera este
movimiento, el cual se manifiesta en una Ley que al violarla sería la destrucción
definitiva, volviendo al caos inicial.
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Así es como la Omnipotencia Creadora, mediante su cuádruple manifestación, inicia
su trabajo con las aguas genésicas del primer instante. Las pone en movimiento y
estas invaden los cielos y aparece la tierra convertida en semillero cósmico. Se
expresa en fuego para fecundar el agua y esta se transforma en nubes. Surge su
aspecto de aire para formar las corrientes y separar las nubes para que se vea la
“seca”, la tierra, sus partes áridas, se riegan con las aguas vivas del amor y la eterna
fecundación sigue su curso.
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LA UNIDAD
“La unidad es el principio de
Todo lo que existe, encarnarla,
Es permitir que el Ser se exprese
A través de todos nuestros actos”.
El Eterno, hizo brotar del caos primigenio, el universo, de esta manera, el hombre
está llamado a formar su propio universo. Así nos da a entender el axioma: “Lo que
está arriba es como lo que está abajo”. El caos del macrocosmos está también en el
microcosmos-hombre. Así es que, en el ser humano está en potencia el cosmos en
miniatura, solo que en principio está desordenado, está en un caos debido a la
presencia de los defectos, yoes o agregados psicológicos que aletargan la conciencia
y manipulan nuestros pensamientos, acciones y emociones.
Se requiere un arduo trabajo sobre sí mismo para morir en nuestros defectos y volver
a nacer con un cuerpo de virtudes, para que nazca en nosotros el Hombre Espiritual,
el Superhombre, el Hombre Autorrealizado, el Hombre Galáctico; entonces, el
Génesis se repite en nosotros.
Es urgente pasar por los seis días de Moisés, o seis luces, las cuales deben culminar
en su esplendor que es el septenario, donde el Ser se afirma, todo funciona. El
verdadero hombre entra en acción y termina en el descanso del Espíritu que es la fe.
Somos una Trinidad, por lo tanto, tenemos las fuerzas para realizar un trabajo.
Disponemos de una Omnipotencia Creadora para transformar todo cuanto
razonablemente está a nuestro alcance.
Existe, en el ser humano, ignorancia para realizar la Obra Espiritual, por lo tanto, se
hace necesario orar, meditar y pedir, incansablemente ayuda, a nuestro Real Ser, a
nuestro Dios Interno, para que nos permita descubrir el camino que conduce a la
auto-realización espiritual.
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La razón es aún pasiva, nos corresponde volverla activa, debemos arrancarle la luz
de la sabiduría (conciencia) a las tinieblas de la ignorancia (yoes psicológicos) y
exclamar: ¡Hágase la luz! Es el primer día de la creación en que se revela la unidad
de la sustancia prima que es la Luz y Vida, que surge de las sombras de lo
desconocido.
Inicia una nueva aurora, la verdad ya existe y la realidad se afirma. El hombre es una
razón, una conciencia y un corazón: Comprende que la acción modifica, mediante su
voluntad consciente dirigida por el espíritu y determinada por la razón.
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Este es el comienzo del microcosmos que los
espiritualistas- esoteristas llaman: El Superhombre
que sale de la transmutación del hombre común y
corriente, de aquel que puede llegar al dominio de
lo sobrenatural, porque aprendió a manejar las
leyes cósmicas. Entonces dirá al Espíritu: ¡Sé
materia! Y a la materia: ¡Sé Espíritu!, y el Espíritu
y la materia le obedecerán.
Para ser instrumento de esta manifestación se hace necesario reconocer que nuestro
Ser existe, en primera instancia, prepararnos en el dominio de nuestras apetencias,
dependencias, deseos y hábitos, que nos mantienen ocupados o fascinados por una
falsa luz. Confiar en nuestro Ser como una fuerza única, con suficiente capacidad
para transformarnos. Y controlar o equilibrar las dos fuerzas psíquicas que forman,
en nuestra mente, el conflicto de dualidad.
Este simbolismo incluye muchas cosas más, incomprensibles para los sentidos
físicos, pero posibles de descifrar con los sentidos del alma. Por ser el inicio de la
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obra le corresponde el número uno; el cual, puede ser representado geométricamente
por un punto que significa: Atención y concentración.
Se apartaron las tinieblas y hemos visto que la luz es buena, ahora, con su ayuda
continuamos el trabajo del primer día. Nos corresponde reflexionar sobre la región
de Malchuth que es una emanación del Eterno, es el décimo sephirah del árbol de la
vida. Malchuth, es nuestro cuerpo físico y también el mundo físico o mundo de las
formas.
El cuerpo físico es nuestro caos, en él se hallan las aguas que deben ser fecundadas
por el fuego y, en su parte interna, es donde debemos formar el Hombre Espiritual.
Los alquimistas dicen que en nuestro cuerpo físico se halla un mercurio, sobre el
cual se debe trabajar, este a su vez tiene una parte; la cual, se debe separar y
comprender, llamada el mercurio seco que forma el ego. Este es múltiple o plural,
son los mismos siete pecados capitales de los cuales habla la religión católica.
De acuerdo al heptaparaparsinoch o ley del siete, el mago o clave uno del tarot, le
sumamos siete; por esta razón se complementa con la clave ocho: La Fuerza; la cual,
corresponde “Al Poder de la Serpiente”, o también al poder de la Divina Madre
Kundalini que, de acuerdo con los hindúes, es a quien debemos pedirle a través de la
oración nos ayude a eliminar nuestros defectos psicológicos.
Esta fuerza a la que refiere la clave ocho, es posible despertarla en acción sexual en
pareja: hombre-mujer. Además, se requiere tener pureza de mente y del deseo,
incorporación física, aspiraciones e ideales elevados y carencia de egoísmo en la
acción, tratar de ver, oír, gustar, palpar, oler, el Espíritu en cada cosa o parte,
utilizando la auto-conciencia de la clave uno (el mago).
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Uniendo el uno y el ocho se logra espiritualizar
la materia.
Continuando con el septenario, a la clave ocho del tarot le sumamos siete y nos da
como resultado la clave quince: El Cautiverio o El Diablo. Esta clave representa al
mundo de las apariencias objetivas, a través de las cuales, el iniciado adquiere el
conocimiento trascendental y el mundo de la conciencia, cuya realidad solo es
posible al Guerrero de la luz que esté trabajando con la disolución del ego.
Combinando estos dos mundos se encuentra la guía que capacita al iniciado para
controlar el medio ambiente, la pobreza, la enfermedad y la muerte, porque el diablo
representa la falacia fundamental de donde proceden todas las falsedades que
alimentan al yo psicológico, a través de la fascinación o ilusión de suponer que la
materia es la única realidad.
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Es necesario aprender a “Ver” el mundo de las
formas y sus influencias para lograr una
consciencia objetiva de las cosas y sus
manifestaciones, a través de los sentidos
físicos. Esta capacidad de percepción libera
del cautiverio al iniciado o buscador de la luz.
El cuerpo físico es nuestro caos, en él se hallan las aguas que deben ser fecundadas
por el fuego y en su parte interna, es donde debemos formar el Hombre Espiritual.
Los Alquimistas dicen que en nuestro cuerpo se halla un mercurio, sobre el cual se
debe trabajar, éste a su vez tiene una parte la cual se debe separar y comprender para
luego eliminar, llamada mercurio seco, que forma el ego o yo psicológico, el cual, es
múltiple o plural, en síntesis son los siete vicios capitales: ira, envidia, codicia, etc.,
que a la vez cada uno es cabeza de muchos más, pero pueden descubrirse en tres
dimensiones del ser humano: en su mundo de deseos, en su mundo mental y en su
mundo de la mala voluntad para realizar la obra espiritual.
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CAMPOS ENERGÉTICOS DEL HOMBRE
Todo ser humano, sin excepción, está irrigado de energía formando campos
energéticos en su cuerpo, a manera de centros o vórtices; igualmente, procesa y
recibe energías que vienen del cosmos y a través de su íntima relación con los seres
del planeta, la comparte continuamente con todos ellos.
Se puede decir que el campo energético que más usamos está situado en el cerebro y
se expresa a través de nuestra vida intelectual elaborando pensamientos sin ningún
control porque no somos conscientes de ellos. Por lo general permanecen viajando al
pasado, a la dimensión del recuerdo, donde están los registros de tristeza, placeres,
alegrías. También viajan hacia el futuro donde están los proyectos y anhelos a largo
o corto plazo.
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Para estudiar nuestra mente se hace necesario aplicar la técnica de la auto-
observación, mediante la cual podemos ver: cuáles son las propuestas que nos
sugiere, a qué se refiere en su continua charla, por qué está desconforme, a qué se
debe su insatisfacción, cuáles son sus inclinaciones; ayudados de una verdadera
atención y concentración a semejanza del mago, carta número uno del tarot.
Cuando una persona observa algo, cosa o evento, lo hace con el registro acumulado,
con lo que ya conoce. Este es el conocimiento social que todos los humanos hemos
aceptado para podernos comunicar, entonces, nombramos, describimos, juzgamos,
aceptamos rechazamos, comparamos, etc., con este tipo de conocimiento. De esta
forma, socializamos lo que sabemos y recibimos lo que otros saben. Por ejemplo,
decir que un ente específico se llama silla y es de color rojo, es porque esos
conceptos los conocemos, entonces, aceptamos como tal dicho elemento.
Para una mente que acostumbra esta dinámica, le es imposible comprender las cosas
trascendentales sobre el alma y el espíritu; sobre los misterios de la vida y de la
muerte, la verdadera paz, la acción del amor, la auténtica libertad.
El conocimiento espiritual, la luz del conocimiento está más allá del mundo
conceptual o de la percepción de los cinco sentidos físicos. Ver un objeto o un
evento sin la participación del pensamiento y sin la distorsión causada por los
sentidos físicos, implica “Ver” y estar en auto-observación continua. En este estado,
es posible que la mente cese en sus insinuaciones y dé paso a otro estado de
percepción más profundo. Esta actividad es trabajo del primer día de la creación del
Hombre Espiritual, para salir del cautiverio del mundo conceptual como lo
representa la clave quince: El Diablo.
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termina aceptando una doctrina y finalmente en la creencia, aspecto que se procesa
en una zona intermedia de la mente.
Debemos comprender que la mente es astuta, ella engendra temor, crea imágenes,
palabras hermosas que convencen y, de esta manera, nos atrapa en su red. Por miedo
a lo tradicional, a las creencias o a la cultura aceptamos un dogma sin vivenciarlo y
nos dedicamos a creer en lo que otro ha vivido o inventado, de pronto para
esclavizar o dominar.
La Fuerza que ruge como un león dentro de nosotros y que la utilizamos para
nuestra cotidianidad, se necesita para nuestro auto-génesis, desde el primer día de la
creación del Hombre Espiritual. El león que ruge, sin control, en nuestra parte
interna debe controlarse, armonizarse, equilibrase a través de la conciencia.
Para hacer uso de nuestra consciencia, (mujer vestida de blanco controlando al león
de la clave ocho), se requiere aplicar el Recuerdo de Sí y la Autoobservación.
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Mientras el Recuerdo de sí permite el control estratégico de nuestras emociones para
lograr otro enfoque de la realidad, la Autoobservación, nos va a ayudar a conocernos
a nosotros mismos, ya que nuestras propias variables internas nos van a ofrecer
datos sobre el por qué nos comportamos de una determinada manera.
Vivir la vida a plenitud y con toda la pasión, me refiero con toda la energía, como
una totalidad requiere ser mago para aplicar la atención y la concentración a todos
los eventos que enfrentamos. Sólo cuando la energía del campo emocional se
fragmenta, se forma el conflicto del dualismo, entre lo que realmente es y lo que
debería ser; entonces, los goces de la vida se convierten en fuerzas venenosas del
error.
Las alegrías de hoy son las tristezas del mañana, del placer pasamos al temor y al
dolor. Cuando vivimos un placer, experimentamos el temor de perderlo, cuando
vemos que termina, nos invade la nostalgia, nos duele y anhelamos volver a sentirlo.
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Comprendernos emocionalmente es necesario para no derrochar nuestra energía
innecesariamente. Las cosas sorpresivas originan expresiones de alegría
desbordante, de odio, de histeria, de llanto, etc. Y finalmente, algunos de estos
estados emotivos terminan enfermándonos.
El cine cada vez aumenta el caudal de impresiones a su público y éste solicita cada
día más sensaciones violentas, vulgares, tristes, etc. De esta manera, el sistema de
producción nos explota con base a nuestras emociones. En una película o en una
novela, de televisión, nos identificamos con un personaje que hace el bien y odiamos
a aquel que hace el mal. Sufrimos en conjunto con los actores. Nos olvidamos que
realmente somos espectadores y que debemos ser actores del drama de nuestra
propia existencia.
El deporte nos lleva a quemar energía. Los fanáticos liberan gran cantidad
energética, haciendo fuerza para que gane su personaje o equipo favorito. Nos
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desbordamos de emoción alentando a los deportistas, gritando, insultando, llorando,
etc. Parece que está en juego la vida o lo más esencial de nuestra existencia, de esta
manera, olvidamos lo que somos, perdemos la conciencia del entorno y finalizamos
peleando con el contrario de lo que tanto admiramos.
Con este tipo de comportamiento, nos inclinamos por una parte o fragmento del total
de la vida, valoramos un sector, despreciamos otros y así no es posible el amor entre
los seres humanos por que se engendra conflicto, división, agresión física y
psicológica, resentimiento, etc.
También una persona se desequilibra cada vez que tiene que enfrentar un reto
porque se ha acostumbrado a reaccionar con histeria, tristeza, alegría desbordante,
vulgaridades. Que, por lógica, este tipo de emociones, viola el ritmo perenne de la
naturaleza y recae, directamente, sobre el Arquitecto del Universo. Porque Él está en
todos los seres, Él es el creador de todo. Nada se mueve sin su poder, es el principio
y la raíz. De su Voluntad procede el universo y en su Sabiduría Ilimitada están los
arquetipos y modelos de todas las cosas:
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El estudio de Malkuth que corresponde a nuestro cuerpo físico, incluye considerar el
campo energético del movimiento. El control estratégico de este campo nos lleva a
darnos cuenta cómo distribuimos la energía, si estamos equilibrados o por el
contrario nos excedemos en la práctica de deportes, baile, caminatas, etc., o las
actividades motrices, sirven de enlace para que se manifiesten las emociones
exageradas o nos maneje el intelecto, desde su aspecto negativo.
34
Por otra parte, si los sentidos físicos están alucinados por el mundo material, la
aparente belleza del mundo de las formas y los placeres; entramos en un estado de
fascinación y las fuerzas ciegas del instinto nos privan de la libertad de obrar.
Entonces, no hay diferencia entre el ser humano y algunos animales. No porque el
animal sea inferior al hombre sino porque a cada especie le rigen leyes específicas.
Esto nos invita a priorizar el trabajo espiritual del primer día de nuestro auto-
génesis, buscando equilibrar y controlar estas fuerzas instintivas, para esto es
necesario: Aprender los procesos de la digestión, alimentarnos con tranquilidad,
buscar la parte natural para las cosas y darles su lugar, Analizar las aberraciones
sexuales y pedir a nuestro Ser Interno, a nuestra Madre divina Espiritual; que nos
vuelva a la normalidad y que nos ayude a controlar las sensaciones de amor animal,
de amor instintivo, celos animales, furia animal, deseo de matar…
La parte instintiva del ser humano está simbolizada en la clave quince por el fondo
negro que resalta al Diablo quien tiene en cautiverio tanto al hombre como a la
mujer e, igualmente a la pareja cuando viven juntos. El Diablo está prendiendo el
fuego de la voluntad consciente para iniciar la obra espiritual. En la mano derecha
muestra el número cinco del Hierofante diciendo que debemos ser maestros de
nuestra propia obra a través de nuestro “oído interno”. Aprender a escuchar a
nuestro Ser mediante sus intuiciones y telepatías.
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La Kundalini o poder serpentino, en algunas culturas, le dan el nombre de La Divina
Madre o Madre Kundalini, Stella Maris porque vive en el mar de nuestras aguas
seminales, esto, vista desde el mundo espiritual. Ella, con su fuego sagrado, nos hace
limpieza de todo ese mundo oscuro poblado de defectos, expresado en el fondo de la
clave quince. En esta clave, vemos al Diablo prendiendo el fuego de la Kundalini
para que el iniciado pueda superar sus debilidades
El Guerrero de la Luz, sabe que, sin castidad sexual que, si no ahorra esta energía,
no es posible avanzar en su obra espiritual. Sabe que se hace necesaria la
impecabilidad en todo sentido: en pensamiento, palabra, acción, sentimiento. Por tal
razón, El Diablo de la clave quince es la fuente de las formas y apariencias.
Representa la falacia fundamental de donde proceden todas las falsedades; por
ejemplo, suponer que la materia es la única realidad, olvidándose de su parte
espiritual. Vivir intensamente la vida descubriendo su realidad, requiere del cuarto
camino de Gurdjieff, El Recuerdo de Sí. La observación y la Autoobservación
enseñadas por J. Krishnamurti.
La observación se presenta a través de los sentidos físicos, ellos no tienen que ver
con el pasado ni futuro, para ellos, solo existe el presente el instante, cuando entra la
mente con su pensamiento, interpretando, clasificando, discriminando; de acuerdo a
su pasado, se contamina la percepción, con el recuerdo, con lo conocido:
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Es importante iniciar el proceso de comprensión de la mecánica sexual y de la
cultura sexual, del momento, para buscar nuestra regeneración como uno de los
puntos de partida de nuestro auto-génesis.
Este método fue practicado por más de 250 discípulos durante 30 años, consistía en
la unión sexual sin orgasmo. El experimento fue catalogado muy positivo. Algunos
resultados fueron:
Los niños que nacieron fueron engendrados con conciencia y amor. Física y
mentalmente superiores a sus padres y algunos de inteligencia extraordinaria.
Tanto el hombre como la mujer, han considerado que las únicas funciones de los
órganos sexuales son: placer sexual y la reproducción de la especie, dejando de lado
la de conducir el magnetismo sexual donde la unión de la pareja pone en actividad
las glándulas y deja en reposo las vesículas seminales, reservando el fluido seminal.
Esta tercera función es un llamado para que aprendamos a utilizar nuestros órganos
sexuales con fines más elevados en busca del hombre Espiritual.
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humano, con el fin de percibir las cosas realmente como son; también, las
expresiones sutiles de la naturaleza y no exclusivamente las grandes proporciones.
Todo es posible cuando existe una verdadera fe, el buen guerrero en cualquier
campo de batalla. Por lo tanto, hemos encontrado a nuestro Ser. Hemos separado de
la oscuridad la luz, ahora, oremos a nuestro Sol espiritual para que nos ilumine el
trabajo del segundo día:
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LA AUTOOBSERVACION
Estar vigilantes implica ser conscientes de lo que se mira, escucha, palpa, etc., más
exactamente, darnos cuenta de todo aquello cuanto captan los sentidos y qué
sensaciones producen en nuestro cuerpo, incluyendo los órganos físicos, como
también la mente. Igual, tener noción de que somos nosotros los que estamos frente
a un determinado evento, que lo vivimos, lo experimentamos, somos responsables
de él directa o indirectamente.
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Eliminar Conflictos: Las impresiones que nos llegan del mundo exterior, generan,
en algunas ocasiones, conflictos psíquicos que cambian nuestro estado de ánimo
llevándonos, de esta manera, a la depresión, al miedo, a la histeria y, en otros casos,
nos producen alegrías desbordantes que, de alguna u otra manera, no son sino
derroches innecesarios de energía. Estos estados emotivos se corrigen con la técnica
en mención debido a que, si alcanzamos a vernos, en el momento del reto, nuestro
actuar será diferente.
Esto se asemeja al hecho de comer algo mal masticado y difícil de digerir, entonces,
el estómago trabaja forzado, tiene que desplegar más energía. Así es nuestra psiquis,
sufre de “indigestión psicológica”. Permanece repitiendo el evento, contándolo a los
demás para que le den alivio o justifiquen su proceder; remoliendo internamente, el
hecho, con arrepentimiento o urdiendo el desquite para satisfacer sus deseos de
venganza.
En otros casos contra esta impresión mal asimilada sale la justificación originada por
la importancia personal, ¡Cómo puede ser posible que se me insulte…! Se presenta
lo de “ojo por ojo y diente por diente”. Igualamos fuerzas y desempeñamos el
mismo papel del retador, nos recalentamos, derrochamos energía y…, cuando pasa
este mal momento de inconsciencia, cuando se aplacan nuestros impulsos
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instintivos, llega el arrepentimiento y nos sentimos decaídos, debido a que
expulsamos grandes cantidades de energía que al salir van haciendo estragos en la
psiquis y graves consecuencias en nuestros órganos físicos.
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Existen muchas ventajas que ofrece la técnica de la Autoobservación, quizá: “el
conocimiento de uno mismo”, sea la más principal para todo aquel que camina por
la senda espiritual, porque si no se conoce en sus debilidades, vicios, hábitos,
dependencias… no puede desconstruirse ni volverse a construir.
Cuando el reto es exterior, debemos ver la manera cómo reaccionamos ante él, qué
sugiere la mente, qué pensamientos llegan, etc., pero sólo “Ver”, nada de
comentarios internos ni incomodidades, si esto sucede es porque no estamos auto-
observándonos plenamente, no existe una verdadera atención en la percepción, o de
lo contrario la mente no interviene.
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EL BINARIO
Hemos admitido que por el Ser hay vida, vencimos la duda y el escepticismo. La
prueba está en el cosmos, donde vemos que el movimiento demuestra la vida que se
conserva por el equilibrio de dos fuerzas recíprocas y alternadas.
La luz universal se manifiesta por dos corrientes contrarias. Los astros y todo lo que
existe en los sistemas planetarios son imanes que accionan y reaccionan unos sobre
otros. Igualmente sucede con los seres vivos, los hábitos irradian magnetismo para
manejar al hombre, no sólo durante el día sino también en la noche, durante el
sueño.
La mayoría de la humanidad camina entre la belleza imaginaria, uno que otro entre
la verdadera o real. Esto se debe a la fascinación que ejerce, sobre nosotros, el
mundo material. Existen formas que nos embriagan dominando nuestra razón y
llevándonos a gustos depravados o corruptos, aparentemente bellos. De esta manera,
construimos nuestro paraíso, que lógicamente, es un infierno cuando nos aplican la
ley mecánica de causa y efecto, porque la naturaleza equilibrando las fuerzas
negativas, produce el mal físico y la destrucción aparente del hombre
desequilibrado; entonces, el sufrimiento no es un mal sino la consecuencia o
remedio para el mismo mal.
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En los casos anteriores, entran en funcionamiento las fuerzas constructoras de la
naturaleza, tratando de equilibrarse con las fuerzas destructoras y mientras esta
batalla se concilia, los suelos se vuelven áridos, la lluvia se aleja, se secan los ríos y
proliferan enfermedades.
Las estaciones que son producto del movimiento rítmico de traslación, del planeta
tierra, alrededor del sol, permiten que la tierra renueve su fertilidad. El concierto
universal de la creación está supeditado al ritmo de la naturaleza, que origina el
movimiento permanente de la vida, quien viola estas leyes sufre las consecuencias.
Estas dos fuerzas del equilibrio universal se manifiestan como un canon infinito de
dos melodías simultáneas, donde cada una tiene sus notas características que le
permiten irradiar mientras la otra atrae y viceversa, obedeciendo las dos a un mismo
ritmo de aquel mágico concierto de la vida, a través de los siglos, hasta que llegue la
noche cósmica y todo vuelva al seno profundo de la Matriz Eterna.
Para formar las leyes del equilibrio en la consolidación de todo lo que se mueve, la
fuerza de Vida, el Padre de lo Creado, se duplica. Esta doble fuerza en sus impulsos
recíprocos y alternados, conserva la misma esencia del primer día y vienen a
constituir la bóveda celeste que contiene el semillero cósmico, que originará el
mundo de las formas de arriba y de abajo, según manifiesta el Génesis en el segundo
día de la creación: “Después Dios dijo: que haya una bóveda que separe las aguas
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para que estas queden separadas, y así fue Dios hizo una bóveda que separó las
aguas: una parte de ellas quedó debajo de la bóveda, y otra parte quedó arriba. A la
bóveda le llamó cielo” (Gen. 1, 6-8).
El Uno se desdobla en Dos fuerzas preparadas para fecundarse por la ley del amor.
Fluye la corriente de la creación donde todas las cosas y criaturas, grandes y
pequeñas son la imagen del Principio Creador, de esta manera, todo lo existente
participa de la divina perfección.
Aunque el hombre considera estas fuerzas como superiores y las cosas existentes
como inferiores, no debemos olvidar que las dos son de igual importancia. Y aunque
tienen su cualidad peculiar, son como los platos de una balanza, ninguna antecede a
la otra y así existirán por los siglos de los siglos para conservar el movimiento
perpetuo, el rítmico concierto universal y la armonía de las formas.
De otra manera los entes creados se destruirían chocando unas con otras de mayor
fuerza de atracción, y por alto grado de repulsión, otras formas, serían lanzadas
hacia el espacio exterior, haciéndose un desorden total, regresando al caos inicial.
Por tal razón, no se debe asignarle a la naturaleza inferior menos poder y valor que
los que le corresponde a la superior. Escrito está: “Lo que está abajo es como lo que
está arriba, y lo que está arriba es como lo que está abajo”. De otra forma sería ver
en la creación solo la parte material y no su corazón que es donde habita y se refleja
el Ser. La creación es el espejo del Ser para sí mismo y se convierte en el registro de
su cambiante manifestación, conservando siempre la substancia única.
Nada tiene de extraño las agitaciones que presenciamos en esta época, son el
resultado del continuo movimiento que derriba todo aquello que hombres y mujeres
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quieren oponer a las leyes de su eterna balanza, jamás podrán renunciar a este
movimiento porque él es la vida misma y se hace necesario sufrirlo o dirigirlo. Si lo
sufrimos nos destruye tras de la consecución del equilibrio, y si lo dirigimos nos
regenera porque logramos el punto equilibrante.
El equilibrio entre el cuerpo y el alma, es el medio en el cual los dos se unen para
identificar la misión que le corresponde, al ser humano, en este planeta. No debe
existir antagonismo entre el alma y el cuerpo, porque la sed insaciable del alma es
tan destructora como los apetitos desordenados del cuerpo.
Cuando hay armonía entre los dos polos, nadie es dueño de otro, nadie tiene poder
sobre los demás. Obedecemos para nuestro bien, de esta manera, entre más poderoso
sea un líder más libertad concede a sus seguidores. Es la forma más inteligente de
equilibrar los polos contrarios, dirigir su voluntad sin subyugarla ni alinearla.
Algunos contrarios se realizan por contrarios, por eso dicen los ocultistas
espiritualistas: “Si quieres cosechar a la izquierda siembra en la derecha. ¿Quieres
atraer?, haced el vacío. La nada atrae al todo. La plenitud busca el vacío y el vacío
atrae la plenitud”. Esto respondería a ciertas incógnitas en la búsqueda de dinero,
queremos ganarnos la lotería y la compramos con tanta ansiedad. No ganamos y de
pronto la está cobrando aquel que la compró con desinterés o sin ninguna ambición.
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En otros casos, aquellos que consideramos indignos de amor vemos que son los más
amados.
Comprender la ley de los contrarios es vital para el ser humano. Si la naturaleza está
en continuo movimiento y nosotros somos parte de ella, nuestro deber será
renovarnos instante por instante, la mente debe estar alerta al cambio. Sucede que la
existencia se nos vuelve monótona y carente de sentido porque la vivimos con una
mente tradicional, que compara con las viejas experiencias acumuladas en la
memoria, solo vemos desde un ángulo, somos rígidos y radicales no comprendemos
que cada momento que vivimos es totalmente nuevo.
Cuando nos formamos una imagen específica de una persona, siempre que la
miremos será con la misma imagen, comparándola con lo viejo, con lo conocido y
jamás la vemos tal como es en cada momento que se nos presente. Esto se debe a
que nuestra mente es desordenada y está repitiendo lo que ha aprendido
continuamente, también porque la energía psíquica está fragmentada y cada parte
trata de realizar lo que quiere. Los fragmentos se encuentran en antagonismo por la
supremacía de la personalidad.
Hay que entender, que para estudiar las cosas secretas y trascendentales de la
naturaleza y en general del universo, solo es posible cuando la mente está quieta, en
silencio. Implica que ha logrado el vacío iluminador, para desechar lo viejo y recibir
lo nuevo. “Ni tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo
hace que se revienten los odres, y tanto el vino como los odres se pierden. Por esto
hay que echar el vino nuevo en odres nuevos” (Lc. 5,37-38). Es esencial una mente
nueva para lograr lo desconocido, lo infinito, lo eterno, lo inconmensurable…
Una mente que ha logrado el vacío, que origina el reposo, es nueva instante por
instante y puede comprender lo que está más allá del pensamiento, porque el
pensamiento es producto del dualismo, de la memoria, del pasado, de la divagación,
de una falsa realidad.
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El conocimiento social, que corresponde a todo lo aprendido, nos permite
comunicarnos, mediante un lenguaje ya establecido y aceptado y pertenece a la
memoria acumulada. Cuando miramos con este trasfondo, nuestro ver es una ilusión
con la cual nos confundimos y comparamos.
Personas de esta talla, permanecen en un solo lado de la balanza, practican la ley del
embudo: “Lo ancho para el rico y lo angosto para el pobre”. No existe el tiempo
para reflexionar que los bienes materiales y principalmente el dinero, son un medio
para la existencia y no un fin para la vida.
Todas las riquezas materiales y aún las intelectuales, como el saber y los grados de
cultura, son perjudiciales cuando no se comprenden y utilizan bien. Con el
conocimiento se subyuga o aliena la voluntad de los demás y con el dinero se
esclaviza. Es fácil darnos cuenta que a pesar de tener tanta riqueza acumulada no
logran la verdadera felicidad, por el contrario, estas personas reflejan: angustia,
desesperación, preocupación, etc.
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No están satisfechos, ellos saben que con el dinero
se puede comprar una lujosa cama, pero no el
sueño, comida en abundancia, pero no el apetito,
los libros, pero no la inteligencia, el lujo, pero no la
belleza, una gran mansión, pero no la paz del
hogar, medicamentos, pero no la salud, la
convivencia, pero no el amor, el crucifijo, pero no
la fe, la diversión, pero no la felicidad…El
equilibrio de los instintos ciegos es vital y es
trabajo del segundo día del auto-génesis. De esta
manera, logramos el punto equilibrante entre las
dos fuerzas antagónicas, del binario, que luchan en
la psiquis, con el fin de crear nuestro propio
universo y entonces, se cumple que el
macrocosmos está en el microcosmos.
Por esta razón, La Gran Sacerdotisa, simboliza también a la mujer, ser único que
tiene la fuerza reproductora y la capacidad de crear. De acuerdo con el esoterismo la
mujer, reúne varios aspectos de la Madre Divina. Estudiemos tres de ellos;
simbólicamente hablando:
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que la vida es dueña de la vida. Por lo tanto, un ser humano que aún tenga algunas
milésimas de consciencia no debe quitar la vida a ningún ser porque ésta le
pertenece a la Madre Naturaleza
La Divina Madre Kundalini, nos conduce entre las aguas del mar de nuestra
subconsciencia donde se encuentra todo nuestro registro o trasfondo de lo que
somos, especialmente, en el asiento del yo psicológico y desde allí obra para
ayudarnos a disolver nuestros vicios, defectos y dependencias que obstaculizan el
avance espiritual de nuestro auto-génesis.
Para lograr este tipo de facultades, es necesario ser consciente de: pensamientos,
emociones, sentimientos y acciones. Esto se logra, lógicamente, aplicando, instante
por instante la Autoobservación y el Recuerdo de Sí. Porque la Subconsciencia es un
jardín o una energía cultivada por una energía consciente. Este jardín hace crecer
cualquier semilla; por ejemplo, De observaciones descuidadas desarrollamos
semillas de error. Igualmente, una buena semilla plantada producirá: frutos de
renovación, revivificación y regeneración de la personalidad, volviéndola apta para
la expresión de nuestro Ser.
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Los ocultistas han sabido durante siglos que el universo, realmente, está formado por
energía mental. Esta sustancia primordial, conocida por los hindús como Prakriti, ha
sido simbolizada siempre por el agua y por la virgen. La gran Sacerdotisa es una
virgen, simbolizado por la cortina detrás de Ella; por lo tanto, representa el elemento
agua que forma el mar de la subconsciencia, donde está el semillero cósmico que
debe separarse del caos de nuestras aguas. Por esta razón, los alquimistas, adoran su
Divina Madre Stella Maris o Virgen del Mar.
Además, para neutralizar este tipo de charla psicológica, se debe aplicar las
propiedades de reflexión y duplicación de la mente subconsciente y, para esto, es
necesario aplicar la práctica de recapitulación de todo lo realizado durante el día,
esto es, recordar todos los eventos vividos; por ejemplo, una persona, antes de
acostarse a dormir puede recapitular las escenas por las cuales atravesó durante el
día, desde que se levantó de dormir hasta el momento de acostarse nuevamente.
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Para facilitar el trabajo, considerando lo ya vivido (pasado), debe hacer un pequeño
proyecto dividido en etapas de su vida, por ejemplo: etapa infantil, etapa preescolar,
etapa adolescencia, etc. Para volver consciente el pasado y al mismo tiempo,
autodescubrirse y conocerse a sí mismo.
Que sería de la vida si no existiera el dos. Nada hubiese sin el otro principio. Esposo
y esposa se fecundan y adviene el universo, se separan las aguas superiores de las
inferiores y el fuego fecunda la materia caótica originando el día cósmico.
Igualmente, para crear el Hombre Espiritual, dentro de uno mismo, solo es posible
con la participación del hombre y la mujer; el hombre solo no completa la obra, de
manera igual, la mujer; los dos se necesitan mutuamente. Sin lugar a dudas la
materia prima es sexual.
Iod, Hé, Vau, Hé significa: El Ser que fue, que es y que será. Siendo un nombre
sagrado no debía ser pronunciado por los profanos, se lo sustituía por la palabra:
TETRAGRAMMATON que quiere decir cuatro letras, o también por: ADONAY
que traduce: SEÑOR. En el mundo espiritual el Tetragrammatón se representa por
una estrella de cinco puntas que simboliza al hombre equilibrado, al hombre
perfecto, cuya mirada está dirigida a su Creador, es aquel que tiene mando sobre las
fuerzas ciegas del instinto y sobre las leyes naturales, porque primero aprendió a
obedecerlas.
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personal, pero que tiene una fuerza adquirida para transmitirla. En los templos de
misterios, esta columna, se pinta de color negro.
Entre las dos columnas: Jakin y Bohas está el equilibrio de la creación, la eternidad
siempre presente, el ritmo perenne del mundo de las formas, la eterna fecundación,
el movimiento perpetuo…Por esto el origen de los mundos es sexual.
Dicen los ocultistas, se coloca la piedra cúbica en estado bruto entre las dos
columnas y se convierte en la piedra cúbica ya labrada. Claro está que para este
trabajo se necesita combinar inteligentemente el uno y el dos, el Jakin y el Bohas en
vibrante equilibrio, la Autoconciencia del mago y la Subconsciencia de la Gran
Sacerdotisa.
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Continuando con el septenario, si sumamos a la
clave dos el número siete obtenemos la clave
nueve: El Ermitaño o Eremita, que viene a ser el
portador de la luz, representa el Ser o Intimo de
todo iniciado, es el Atman del Sánscrito.
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A la clave nueve se le asigna el sentido del tacto, porque el sentimiento más intenso
de placer, en el campo de la experiencia física, es a través del tacto, por esta razón,
todo iniciado debe:
Examinar las imágenes mentales producidas por la interacción con los demás seres,
con los eventos que ellos ocasionan y las impresiones que recibimos, dando especial
cuidado a la sensación táctil.
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en la segunda fase de su auto-génesis, la verdadera
Naturaleza del Ser y que se encontraba
previamente oculto a él a causa del cautiverio de
su consciencia.
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es que, el tiempo para la demolición de las formas limitantes es ahora y no en un
futuro.
El planeta Marte está relacionado con la clave dieciséis a través de la letra hebrea
Peh. Sabemos que Marte simboliza guerra de acción precipitada, por lo tanto, de la
forma como se manifiesta la fuerza de Marte, en nosotros, depende nuestro actuar.
La letra hebrea Peh significa boca como órgano de lenguaje, lo que implica que la
clave dieciséis sugiere el desarrollo adecuado del lenguaje. Por lo tanto, en el
segundo día del auto-génesis, es importante mejorar al máximo nuestra forma de
comunicación con los seres que nos rodean.
Suficiente para el segundo día, oremos a nuestro Sol Espiritual para que nos despeje
las tinieblas restantes y así entender el trabajo del tercer día:
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EL BIEN Y EL MAL
Ubicándonos fuera de tantas doctrinas que tratan de explicar el mal; que lo condenan
alienando la psiquis del ser humano, lo exaltan, etc. Con una visión objetiva,
podemos decir que el aparente mal, nos acecha en todos los eventos; nuestra
existencia está amenazada constantemente por la muerte violenta, presionada por el
temor de una guerra nuclear, asaltada por el terrorismo, el secuestro y manipulada
por los diferentes sistemas: político, económico, social, militar, religioso, educativo.
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individual y social, de tal forma, que nos lleve a la estructuración de una sociedad
más humana.
Se puede decir que el sufrimiento no es un mal sino una consecuencia y casi siempre
el remedio para el mal cuando resistimos a las leyes inviolables de la naturaleza, por
cuanto somos incapaces de comprender el engranaje entre nuestra forma de actuar y
la consecuencia de nuestros actos, cuyo efecto causado es hijo de nuestras propias
obras.
En otros casos podemos confundir el mal con eventos del desequilibrio natural, sin
darnos cuenta que aquello que es inevitable no es un mal, como es el caso del
invierno, la primavera, la noche, la muerte…, son transiciones naturales de un día
hacia otro, del otoño hacia la primavera, de esta vida a otra vida.
El mal está con nosotros y de nosotros se nutre, de acuerdo a nuestras obras. Nos
hemos acostumbrado a esta “carencia de bien” y no podemos discernir con facilidad
entre estos dos aspectos, debido a que el mal se nos presenta con una “apariencia de
bien” que nos confunde y es así como entramos a ser cómplices de esta fuerza
negativa, así como Eva sucumbió ante las palabras seductoras de la serpiente
(símbolo de la fuerza del mal), porque miró que su ofrecimiento era bueno para
comer, apetecible a la vista y excelente para lograr sabiduría. (Gen. 3,6).
Sin embargo, quienes soportan las consecuencias de los autores del mal, lo reciben
con resignación sin hacer nada por superarse, por el contrario, asumen una actitud
evasiva, de indiferencia, de justificación y finalmente disipan ese ambiente con el
alcohol, la droga, el sexo, los deportes y toda clase de diversiones.
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reflexiva es producto del asombro del pensamiento ante el escándalo que ha
originado el mal que corroe las entrañas de los habitantes del planeta.
Aquellos que han percibido que el mal amenaza en privar de sentido a la existencia
humana y al universo en general, toman la decisión de combatirlo y pueden entrar en
estados de desesperación buscando una explicación satisfactoria, al no encontrarla
terminan vencidos.
La actitud más real que la estamos viviendo en esta época de violencia, terrorismo,
secuestro, asesinato; es la de aquellos que quieren arrancar de raíz el mal del mundo,
con la consigna de que el mal desaparece cuando se elimina al “malvado”. De esta
manera se crean grupos de “sicarios” para acabar con aquel que ha sembrado mal en
una persona o en la sociedad: existe muerte a secuestradores, a viciosos, a
subversivos, a terroristas. Los representantes de la ley eliminan al que viola las leyes
sociales y el mal que originan los políticos y administradores del estado, los condena
el pueblo y los grupos revolucionarios. En todo caso para uno hay otro y se paga mal
con mal.
Existe una forma activa e inteligente de luchar contra el mal buscando origine el
bien. Esto es extraer la luz de las tinieblas, de lo inútil sacar lo más útil y obtener
bien del mal. Esta será la manera de comprender las fuerzas del mal y equilibrarlas
con las del bien para lograr el cosmos particular anhelado de nuestro auto-génesis.
Logrado este espacio, el hombre actuará como un Ser de la Naturaleza y un Ser del
Infinito, porque es conocido que, al cortar el hilo de comunicación con el Infinito,
ingresamos al mundo de las dependencias psicofísicas que nos conducen a
dimensiones infrahumanas donde se procesa: ambición de poder, acumulación de
riqueza material a cualquier precio y a toda clase de violaciones. Aquí radica el
problema del mal, en esta ruptura producida en el interior del Ser de hombres y
mujeres, en su dimensión trascendente; por la cual, nos unimos al Arquitecto de
Mundos, a nuestro Padre Espiritual, al Creador.
Considerando esta forma de ver el mal, creo conveniente relacionarlo con el pecado,
hablando religiosamente, aunque la palabra pecado es alienante para el ser humano,
por cuanto ha engendrado toda forma de temores; pero la palabra no es la realidad,
podemos llamarle de otra manera, si quisiésemos. Teniendo en cuenta esta
apreciación, el problema del mal, tendría respuesta en la incapacidad religiosa de
hombres y mujeres; entendiendo al ser religioso como un ente que vive toda su
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existencia ordenada, con acciones armoniosas y sin contradicción, buscando originar
la innovación del ser humano, cuyo objetivo sea la íntima y vital unión con su
Creador, más no por pertenecer a un grupo religioso organizado y seguir resignado
ante el mal o convertirse en cómplice o promotor del mismo.
De todas formas, el “pecado del mundo” es una fuerza que inclina a las personas a
multiplicar el mal y le impide construir una sociedad fraterna. Estas dos formas de
mal están íntimamente relacionadas, el uno aumenta el poder del otro y éste a su
vez, con su fuerza, favorece la proliferación de las acciones negativas de cada
persona.
El “pecado personal” tiene su raíz en la división, tanto del hombre como de la mujer,
en su parte interna, porque el yo humano está fragmentado en partes positivas que
desean el bien y en partes negativas que quieren el mal. Estas dos fuerzas viven en
continua lucha y en este ambiente de maldad en que vivimos, siempre ganan las
fuerzas del mal. Lo ideal sería que siempre se viva en lo positivo, no como extremo
sino considerando lo justo, la verdad, el amor, la libertad y la auténtica paz, poderes
que surgen del equilibrio de estas dos fuerzas.
¿Qué sucedería con las fuerzas del mal si el hombre no contribuyera con su “pecado
personal”? Creo que allí está la solución; de pronto esta sea la medicina universal
para esta enfermedad que se extiende por todos los rincones de este planeta,
compuesta por muchos virus: hambre, enfermedad, violencia, guerra, pobreza,
esclavitud, etc. Según esto el cambio está en nuestra parte interna, para luego
cambiar las estructuras: económica, social, política, religiosa, etc. Hombre nuevo,
sociedad nueva.
El reto, en estos momentos, es: hacer una revisión personal, en la parte interna,
acerca de la complicidad con el mal: ¿Qué hemos aportado a esta crisis?, ¿La hemos
aumentado o disminuido? Y según esto, tomar nuestra propia decisión porque
vemos claramente que:
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“La única revolución enteramente eficaz es la revolución interior del hombre.
Todo proyecto de mundo mejor que cambie instituciones y programas sin cambiar al
hombre es una locura, y, tarde o temprano, un fracaso.
Frente a los que sueñan con un mundo mejor, aspira tú a un hombre o a una mujer mejor.
La crisis de nuestro tiempo no es crisis económica ni política; es crisis de hombres y
mujeres”. (Fragmento del libro: Juventud Rebelde)
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EL TERNARIO
Para esto trabaja en Briah, mundo creativo o de los modelos mentales, para luego,
plasmarlos en el universo cuya corriente de creación está regida por Yetzirah, plano
de las fuerzas invisibles que impregnan las cosas visibles o temporales
pertenecientes al plano Assiah o mundo material.
Los entes de la naturaleza son como son mas no como nuestros sentidos los
perciben. Si los juzgamos o desdeñamos es porque los captamos superficialmente,
no vemos su corazón ni sabemos cuál es su verdadera funcionalidad. Están hechas
así para lograr el equilibrio universal para nuestro progreso espiritual y material.
Una estrella fugaz que miramos en el espacio infinito cubre otro lugar donde ella
hacía falta. El beso profundo de dos cuerpos estelares es un acto sexual que libera
otros cuerpos o cantidades de energía necesarias para el equilibrio universal. Nada
sobra en el universo, la creación es exacta dentro de su matemática trascendental.
Deja que las nubes se levanten y viertan su lluvia sobre la tierra, permite que llegue
a todos, la esperanza eterna, deja que germinen las creencias ingenuas que ellas
formarán la fe en el mañana, deja en paz las sectas o grupos religiosos porque de
ellos florecerá el mundo espiritual; ellas son como un bastón para dar los primeros
63
pinitos hacia la vida trascendental, si crees no necesitarlas, por esto no estás en el
derecho de impedirlas.
Cada cosa existente es un aspecto del Ser de los seres. Luego Él está en todo: en el
agua, en el aire, en el fuego, en la tierra y en todos los seres. Todo funciona porque
no se olvida de sí mismo, si lo hiciese volveríamos al caos inicial. Cada cosa tiene su
particularidad y forma que la diferencia de las demás, pero su esencia es única.
Todo elemento tiene su tiempo y lugar, ha sido creado con su respectiva función, por
esto en el tercer día del génesis, primeramente, se prepara el hábitat (tierra y agua),
para algunas formas. “Entonces Dios dijo: Que el agua que está debajo del cielo se
junte en un solo lugar, para que aparezca lo seco. Y así fue. A la parte seca Dios la
llamó tierra, y al agua que se había juntado la llamó mar” (Gen. 1,9-10).
En este día se manifiestan las tres Fuerzas Creadoras, aquí se completa la divinidad;
la Fuente de Vida Eterna que lleva el peso de la creación. Ella como Voluntad
Primaria se convierte en el Ser de todos los seres o hace de su Ser la morada de
todos los elementos constitutivos del universo. Como Inteligencia Unificadora, con
su sabiduría perfecta, equilibra las dos fuerzas para que exista el mágico ritmo en la
creación. Como Inteligencia Luminosa, se convierte en puerta para que la vida
eterna e ilimitada pase a la creación limitada y temporal.
Estas fuerzas habitan en el plano Yetzirah (mundo de las fuerzas invisibles), pero
son la expresión de la Fuerza Primaria que mora en Atziluth (Mundo de ideas
arquetípicas), de allí esparce el Eterno sus ideas a los demás planos (mundo de los
modelos mentales, de las fuerzas invisibles y del mundo material), a través de la
puerta del entendimiento, de Binah.
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Binah es la Inteligencia Creadora o Espíritu Santo del catolicismo, que se expresa a
través del fuego fohático y flamígero de la simiente. Se puede decir que sin Binah no
es posible la creación y el orden matemático del cosmos, por eso ella (la puerta del
entendimiento o Inteligencia Creadora), se constituye en la madre fértil de todo lo
que existe.
El Ser de nuestro Ser se expresa mediante tres fuerzas para poder crear; Es la triada
perfecta: Kether, Chokmah y Binah. Esta trinidad, como ya hemos dicho, está dentro
de nosotros, cada uno tenemos estas tres fuerzas, cada persona que nace viene con
ellas, son parte autónomas del Ser y nos ayudan para crear en el mundo del arte,
dentro de la materia y del espíritu.
La unidad para volverse activa tiene que multiplicarse. La individualidad divina más
la repetición se convierte en la multiplicación de los elementos constitutivos del
cosmos.
Dios es uno para hacerse llamar Creador y Padre. Luego es dos para formar las
fuerzas opuestas que originarán el equilibrio universal. Una fuerza positiva y otra
negativa forman el binario de la filosofía secreta manifiesta en el segundo día del
Génesis. Si solo funcionaran las dos, habría antagonismo, se repartirían las cosas
creadas, sería una lucha continua y se llegaría a la destrucción, a la muerte de todo lo
existente.
A manera de ejemplo podemos decir que: una pareja decide tener un hijo, el acto de
crear un cuerpo físico requiere de la acción de las tres fuerzas; la positiva la aporta el
hombre, la negativa la mujer y la conciliadora para que se efectúe la obra es el amor.
Este equilibra las fuerzas de atracción y repulsión para que todo marche en armonía
y llegue a feliz término.
El Ternario es el fin y la expresión suprema del amor, se buscan dos para convertirse
en tres. Los dos cables de la corriente eléctrica se unen amorosamente para producir
luz, calor, frío, movimiento, etc.
Cuando Dios decide, en el tercer día, crear las plantas, se multiplica. El creando se
habla de sí mismo a sí mismo e impregna, a todo ser, con sus tres formas de
65
manifestación para que en ellas exista la
capacidad de reproducirse al ritmo natural de la
vida y de la muerte, del nacer y morir para que
todo esté continuamente renovándose y se
conserve a través de los siglos.
El corazón y la paloma, las perlas, el trigo y los árboles son todos símbolos de
venus, del amor que viene a ser el conciliador del binario. Es por amor que se
comprende las fuerzas contrarias del ser y no ser, del dualismo psicológico para que
origine el silencio de la mente y se exprese el Ser. Así crece el caudal espiritual
expresado por la luna en creciente.
Las doce estrellas sobre su cabeza nos invitan a revisar nuestro signo zodiacal,
porque nacer bajo un signo zodiacal significa heredar una influencia planetaria, un
rasgo psicológico, tanto de fortalezas como debilidades, las cuales deben
reflexionarse.
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positiva y negativa en equilibrio, el binario se ha conciliado; acción que se observa
en el cetro,
Relacionemos las tres claves para comprender qué nos corresponde hacer para el
tercer día de nuestro auto-génesis:
Para lograr este objetivo se debe trabajar, también, con la clave ocho del Tarot: La
Gran Fuerza Cósmica que P. Blabatsky le llama el Fohat y los hindúes Kundalini
(“La enroscada”). Fuerza que se encuentra oculta en el organismo humano y se
emplea todos los días naturalmente, sin darle una atención consciente.
El trabajo con la clave uno nos lleva a la Autoconciencia, que se encarga de ordenar
y organizar nuestra vida, nos ayuda a discernir entre lo positivo y lo negativo, entre
lo útil y lo inútil, entre lo profundo y lo superficial. En la autoconciencia está el
conocimiento intelectual del mundo material, como también las ideas arquetípicas
comunicadas por el Creador al hombre.
Esta recopilación de hechos se efectúa para luego ver qué es lo que vamos a
cambiar. Por esta razón, una práctica para lograr este objetivo es la recapitulación,
aspecto que se consigue si hemos permanecido al “acecho”, “Alerta novedad” en
todo nuestro accionar.
Recordemos que en esta clave encontramos los pares de opuestos, las dos fuerzas
que se encuentran en pugna en la psiquis y forman el “diálogo interno”, que no
permite llegar al silencio de la mente tan importante para que se manifieste la
Identidad Una, El Poder de vida, El Padre Espiritual…
67
Estar alerta a conocer los movimientos de la mente en su percepción externa y en
sus reacciones internas, es trabajo de esta clave. Para lograrlo se necesita de una
verdadera atención, ser receptivos, concentrarse con toda la energía en lo que se está
haciendo, aplicar el Recuerdo de Sí para no olvidarnos de nosotros mismos. Si esto
ha sido posible, eliminamos el “diálogo interno”, dando paso al silencio anhelado
para que se manifieste el Ser.
Para ser receptivos debemos aprender a “Ver”. En este fenómeno participan todos
los sentidos, equitativamente. Sabemos que hemos descargado más trabajo a la vista,
debemos disminuirle su carga, se hace necesario observar la percepción en el oído,
vista, tacto, olfato y gusto, sin utilizar lo aprendido para comparar porque el “Ver”
no es conceptual sino la aprehensión de algo nuevo.
Todo este trabajo realizado en la mente subconsciente, que viene a ser el depósito o
memoria, por la actividad consciente, representada por la verdadera atención y
concentración, corresponde a la clave tres: La Emperatriz. Por esto se dice que ella
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es la actividad de la mente subconsciente fecundada por la mente consciente. La
virginidad en la clave dos y la fertilidad en la tres.
EL SILENCIO
En el concierto de la vida
Se pulsa una sinfonía
Cuyas notas son eternas.
Entre armonía y acordes,
Entre ritmos y silencios.
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Continuando con el septenario, sumando a tres el
siete, obtenemos la clave diez: La Rueda de la
Fortuna o también, la Retribución. Rotación es la
palabra clave asignada a la Rueda de la Fortuna y
está cercanamente relacionada con ideas tales
como: Hilandería, enrollamiento, remolinar,
rodaje, etc. En general esta clave hace referencia
al movimiento rotatorio inicial en la vasta
expansión de la sustancia raíz del universo o luz
Ilimitada.
Es asequible para el iniciado del tercer día el control de su destino. El diez le sugiere
comprensión y entendimiento del movimiento perpetuo, determinado por la Rueda
de la Fortuna, que le permite comprender las leyes que gobiernan el destino humano.
De esta manera, hombres y mujeres, se capacitan para liberarse de toda enfermedad,
de toda desgracia. El Poder de Júpiter (La Rueda) es el poder del ser humano.
La clave diez incluye la Disolución, trabajo práctico, que viene a ser el signo de
hombres y mujeres de acuario. En el tercer día de su auto-génesis, todo iniciado,
debe disolver los yoes psicológicos de las formas de la apariencia que le rodean,
extraer su esencia, asimilar esa esencia así mismo y proyectarla en nuevas formas
modificadas por su imaginación creadora, debido a que la disolución coloca en
disponibilidad las varias energías encerradas en las formas.
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La doctrina de rotación es una de las más importantes en ocultismo y muy especial
para el Guerrero de la Luz, por cuanto, puede comprender las leyes mecánicas de la
naturaleza (evolución, involución, retorno, recurrencia…) en las cuales se encuentra
atrapado, igualmente, controlar su destino ayudándose de las leyes del Karma y de
Darma.
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Ahora, si a la clave diez le sumamos siete,
obtenemos la clave diecisiete: La Estrella. Refiere
a la Gran Estrella Central; la cual, es símbolo de
la Vida-Poder, que está concentrada irradiando a
todas las estrellas del universo. Igualmente irradia
a las llamadas siete estrellas interiores o centros
de fuerza del organismo humano, en el ocultismo
occidental, o también llamadas chacras, por los
hindúes.
Los aspectos mentales de la meditación funcionan con los números: Uno (El Mago),
el Dos (La Sacerdotisa) y Tres (La Emperatriz.
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buen resultado. Este trabajo se realiza con la mente autoconsciente; por lo tanto, el
buscador de la verdad, no puede abandonar en ningún instante El Recuerdo de Sí.
2: Una actividad asociativa: la cual tiene relación con lo que realmente queremos
pescar, la verdadera solución al problema y no una proyección. Esto tiene analogía
con el pez cuando empieza a picar en la mente subconsciente. En este caso, la
concentración y la verdadera atención deben estar presentes.
Se han disipado las tinieblas del tercer día. Oremos a nuestro Padre Interno para que
su Luz Ilimitada nos inunde y así percibir el trabajo para el cuarto día.
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EL AMOR
Esta palabra es muy usual dentro de nuestra sociedad, creemos amarnos los unos a
los otros: el padre al hijo, la esposa al esposo, pero estamos equivocados. No hemos
comprendido el hondo significado del amor, somos prisioneros de la palabra.
Se han alienado voluntades con dogmas rígidos por amor a Dios. En ocasiones,
reñimos con algún amigo y llegamos tranquilamente donde nuestra esposa y
exclamamos: ¡Hola amor! De esta manera, cargamos internamente odio, ambición,
ira, etc. Y pretendemos amar.
El ego individualista nos separa de los demás, formando sectores que entran en
conflicto unos contra otros, eliminando la posibilidad de cooperación, favoreciendo
el dominio de un grupo sobre otro, violando los derechos humanos… y expresamos
¡Amo al prójimo!
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egoístas, temerosos, iracundos, ambiciosos, etc. Descubrir que estos fragmentos nos
impiden percibir el perfume del amor y, por lo tanto, se hace necesario transformar
nuestra personalidad para no quedar cautivos de la palabra y por el contrario,
experimentar lo que es el amor.
El comprender está íntimamente relacionado con el amor. Este solo existe cuando no
comparamos, no rechazamos, no describimos; solamente observamos, creando una
libertad interna de obrar y una libertad para que el otro accione.
Es el caso de un niño que llora, al escucharlo reaccionamos con ira, nos tornamos
violentos, temerosos… o sea lo miramos con todo el trasfondo y nuestro accionar se
condiciona al pensamiento que nos dice internamente: ¡Es un molestoso, castígalo!
¿Será que está enfermo? ¡Cúralo! De esta manera la acción no es libre y es
imposible comprender al niño ya que deseamos que sea de otra forma: que no sea
llorón, molestoso. Queremos que reaccione de acuerdo a nuestros ideales y
traducimos el hecho de acuerdo a conceptos y tratamos de hacer, del niño, un molde
violando su particularidad y así no es factible amarlo ni comprenderlo.
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Cuando hayamos muerto en los hábitos innecesarios, en los estados emotivos de ira,
odio, agresión, morbosidad… la realidad del amor tocará a nuestra puerta, sin
haberla invitado. Claro está que para lograrlo es necesario comprender el
funcionamiento del pensamiento. Estar al “acecho” de lo que sucede dentro y fuera
de nosotros, ver lo que somos, observar y observar conscientemente y nunca
cansarnos; entonces, el pensamiento trabajará cuando verdaderamente sea necesario.
Según esta reflexión, el amor está más allá del pensamiento, por lo tanto, su valor
está en la experimentación más no en la conceptualización que nos lleva a movernos
en el mundo de las palabras y de las teorías, del significado que alguien le ha dado o
de las vivencias ajenas. Lo que cuenta es experimentar, actuar y de nada sirve que
nos digan que nos amemos los unos a los otros, si no hemos trascendido en los
elementos inmaduros que cargamos dentro de sí.
Los hijos dicen amar a los padres, pero la realidad es que hay respeto, temor y
dependencia. Los padres, por su parte, dicen te castigo con una mano y con la otra te
amo, no se dan cuenta que lo que sienten es miedo a perderlos en esta sociedad
corrupta, temen ver frustrados sus anhelos.
Amarlos sería comprenderlos, ver lo que son, sin miedo, sin dolor, sin violencia, sin
ninguna clase de dependencia y en este estado de silencio mental surge una acción
nueva que es amor. En este estado nos comprendemos los unos a los otros en
nuestras debilidades y potencialidades.
Los esposos dicen amarse; cuando uno de ellos abandona al otro parcialmente o en
forma definitiva, en el caso de morirse, se llora amargamente. Quienes miran esta
escena dirán: ¡Se amaban tanto!, sin embargo, si la persona se autoobserva puede
descubrir que su tristeza es debido al temor, a la soledad, por cuanto ya no tendrá esa
forma de compañía.
¡Qué nostalgia!, dirán otros, he perdido lo que más amaba, pero esta no puede ser la
realidad, la pregunta que hace el pensamiento es: ¿Quién solventará mis necesidades
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económicas? En esta situación, la persona puede sufrir ataques de histeria porque
han perdido quien los mimaba y satisfacía sus caprichos, y ahora con la terminación
del ciclo biológico de la persona, ¿Quién lo hará?
COMPRENDER
Es vivir amorosamente
Desterrando la miopía
Que nubla el corazón
Cuando desaparece el amor.
En el silencio de la mente
Habita el comprender
Porque no discrimina,
No limita ni critica.
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EL TETRAGRAMMATON
El triángulo sagrado hace brillar la luz. La inteligencia se hace madre fecundada por
el genio de la fe y da a luz el mundo de las formas complementando el cuaternario:
La Trinidad presente en la forma más la forma originan el cuaternario y, éste a su
vez, se reduce a la unidad. Por esta razón, la suma cabalística de sus dígitos
corresponde a: 1 + 2 + 3 + 4 = 10 donde 1 + 0 = 1. La unidad se multiplica para
crear y en cada cosa creada se manifiesta nuevamente la unidad.
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Él está en todo y todo está en El. Escrito está: “los ojos del Señor están en todas
partes, contemplando el bien y el mal”. El poder de su visión es la verdad que
consiste en “Ver” las cosas como realmente son, sin mancha de juicio falso,
llegando a la comprensión, y por esta razón se le llama Misericordioso. Entonces el
universo es llamado a manifestación por la auto-contemplación del Espíritu.
Si nos es posible seguir sus huellas, se convierte en la fuerza que impulsa y dirige
nuestras acciones, será el Instructor a lo largo de la existencia hasta que volvamos a
Él. Será el Maestro de maestros y en los momentos difíciles, será el Eterno Obrero
que realizará las cosas en nosotros. En medio de esa acción estaremos en paz y
descansaremos en El.
Nada se realiza por sí mismo, de todo trabajo es su ejecutor, toda actividad procede
de su control y no hay elemento en el universo que tenga voluntad separada de la
Voluntad Una. De ella proceden las formas y allá vuelven, así a ese retorno le
llamemos destrucción, la cual es necesaria para volver a construir.
En la destrucción está la existencia, esto no es más que recoger material para una
nueva estructura y en este proceso está lo evolución del cosmos.
Si el Gran Aliento de Vida existió antes que todo lo demás, se constituye en Líder,
Jefe y juez del accionar continuo de la naturaleza, por lo tanto, solo cuando Él se
manifiesta a través de nuestros sentidos seremos realmente justos, en una mano
tendremos la balanza equilibrando nuestras obras y en la otra la espada de la justicia.
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Dios hizo las dos luces: la grande para alumbrar de día y la pequeña para alumbrar
de noche. También hizo las estrellas. Dios puso las luces en la bóveda celeste para
alumbrar la tierra de día y de noche y para separar la luz de la oscuridad, y vio que
todo estaba bien. (Gen: 1, 14-19).
Es factible que, en la bóveda celeste, haya galaxias con soles igual al nuestro, otras
con soles rojos y con número de planetas diferente a la nuestra. Algunas estarán
naciendo y otras muriendo, unas en la aurora y otras en la noche cósmica.
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pero todos llevan el mismo ritmo y conservan el orden de afinidad de las notas
musicales de la melodía. Cada grupo que comienza forma su centro de atracción
hacia los demás y por la concentración en el orden de la canción que le corresponde,
origina la fuerza de repulsión para no dejarse atraer por otro grupo.
Los planetas en el recorrido por su órbita alternan con las fuerzas de atracción y de
repulsión para no salirse de su camino. El sol, por su parte, trata de atraer a los
planetas, pero estos despliegan fuerza contraria para rechazar y continuar por su vía.
Cada planeta es una rueda del engranaje de la máquina celeste, cada uno necesita de
los demás para poder sostener su marcha.
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Existen eventos que el ser humano los ha organizado rítmicamente: Ha establecido
la alimentación con un horario determinado, por lo general, tres comidas al día. En
los establecimientos educativos, horarios de entrada, de clase, de descanso y de
salida. En la empresa o lugar de trabajo, igualmente se presenta el tiempo como
indicador de: entrada, salida y descanso, etc. Hemos dividido el tiempo en partes
iguales: días, semanas, meses, años… y fechas especiales para organizarnos
socialmente.
El orden social es necesario, siempre debe existir, en una sociedad, quien organice.
En un país, departamento, municipio… Habrá quien administre. Las leyes, códigos,
normas, se han hecho para implementar el orden social.
El estado reglamenta y aplica las leyes por intermedio de grupos especializados que
se vuelven represivos, debido a que tanto el que manda como el que obedece, no han
aprendido el orden personal o lo que corresponde a la relación consigo mismo, tan
esencial para construir una sociedad organizada.
Por ejemplo, un gobierno se vuelve tirano porque sus apetitos de poder son
desordenados y sus instrumentos para lograrlo son represivos, mediante los aparatos
de defensa: policía, ejército, grupos de inteligencia… Ellos creen que castigando se
impone el orden, debido a que estamos acostumbrados a que: “La letra con sangre
entra”. A esta represión se impone la subversión que trata de implantar un aparente
orden ayudándose de violencia, terrorismo, secuestro, destrucción… que no son sino
otra cara del desorden imperante en esta sociedad en conflicto.
El cambio debe ser de todos y por todos. El orden personal que corresponde a
armonizar la relación existente con uno mismo, aspecto que es posible cuando
cambiamos nuestra forma de ser, de sentir, de pensar y de actuar, mediante una
íntima recordación de sí mismos, cuando nos autoobservamos y cuando observamos
el entorno para conocer como pensamos, que sentimos y cómo actuamos respecto a
los retos que se nos presentan, es primario y el orden social y el de la naturaleza, son
secundarios, serán producto del primero.
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Cuando el perfume de la armonía, del equilibrio y del ritmo, no impregna el
pentagrama de nuestra existencia, la relación íntima y con los demás seres del
universo será desordenada; entonces, nos convertimos en actores de desorden, de
conflicto, de problemas, que actualmente afectan al planeta tierra. Por ejemplo: Las
buenas intenciones de un gerente o dirigente de una empresa se inutilizan cuando
sus colaboradores o trabajadores, tienen corroído el corazón por los apetitos
desordenados de riqueza y ambición de poder.
Para ordenar nuestra existencia se hace necesario equilibrar estas formas de energía,
comprender el magnetismo del mal y del bien, como también las fuerzas errantes
que atormentan al hombre llevándolo a creer en lo absurdo y a experimentar lo
imposible, en busca de una esperanza nueva y que al no comprobarla desfallecen
porque perciben que son un engaño.
Creen que la amistad no existe, que el amor es una farsa, que lo espiritual es
inalcanzable, que una doctrina es alienante, que la razón, la ciencia, la tecnología no
son suficientes para alcanzar la respuesta anhelada.
En la luz del cuarto día o cuarta fase, al equilibrar las formas de energía, con las
cuales funcionamos, como también las fuerzas errantes, el aspirante al mundo
espiritual, debe concluir en la fe como punto de apoyo para llegar al conocimiento
trascendental ya que por la ciencia y la sola razón no le es posible.
Muchos creen que los cometas son errantes y que no describen órbitas fijas
alrededor del sol. En realidad, lo que ocurre es que su órbita es tan excéntrica y su
periodo de traslación es tan largo que tardan muchos años en volver a aproximarse al
sol. Su deambular se produce entre dos focos, uno real que corresponde al sol y otro
no tangible ubicado en el extremo opuesto.
Con las fuerzas errantes, de hombres y mujeres, sucede lo mismo. Una sola luz no
les basta, por lo tanto, para equilibrar su vuelo son necesarios dos centros o dos
focos: uno es la razón; el otro es la fe. Si tratásemos de demostrar la existencia del
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Principio Creador por la razón, llegará un momento en el cual, la filosofía no tiene
respuesta, buscar y buscar en ella sería como tejer y tejer hasta quedar atrapados por
nuestra propia red. Entonces entra en función la religión con la fe. Me refiero a esa
fe científica que es experimentación a partir de una quietud mental, de esa inacción
cuya consecuencia es la acción incondicionada, donde se percibe la realidad.
Tocar nuestra propia sinfonía en el concierto de la vida es vital y está de por medio
el mundo del espíritu. Está demostrado que la razón fecundada por el genio de la fe
obra milagros en la organización de nuestro actuar porque las notas discordantes
desaparecen del diapasón de la existencia, originando una individualidad consciente
no supeditada a un mecanismo fatal, cuyos frutos son: el hambre, la pobreza, el
sufrimiento, el marginamiento, la guerra, etc., provocados por múltiples causas
internas, extrañas y difíciles de comprender.
Así como el Creador utilizó estos cuatro elementos para realizar su obra, el iniciado
necesita ayudarse de los cuatro elementos para realizar su creación espiritual, porque
todo ser humano lleva estos elementos en su cuerpo y por ellos vive, actúa, piensa y
siente.
Cada elemento tiene sus criaturas divinas que lo rigen, y como parte del trabajo del
primer día corresponde a espiritualizar la materia, por lo tanto, debemos
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espiritualizar los elementales; comprender que estos elementos tienen habitantes que
son seres divinales.
Sabemos que en la naturaleza hay ríos, lagos, mares… que vienen a ser
contenedores del elemento agua, el hombre y la mujer también lo son, manejan un
gran porcentaje de este preciado líquido en sus venas, vasos sanguíneos, arterias, etc.
Pedir ayuda a las Ondinas y Nereidas del agua para reconstruirnos internamente en
nuestras debilidades para dejar de ser sujetos, fríos y pasivos en lo relacionado con
el trabajo espiritual, de la misma manera, no ser tan blandos al tomar una decisión y
en los momentos de sensibilidad afectiva, dejar de ser volubles ante las
circunstancias.
Se hace necesario compenetrarse con las salamandras del fuego, para que estos
elementales gloriosos nos ayuden a controlar los pensamientos, las emociones
desordenadas y los instintos negativos. Debemos pedirles ayuda para vencer la ira y
todas sus formas de manifestación: agresión, intolerancia, impaciencia,
incomprensión. También, es necesario cuidarse de las exigencias de las salamandras,
pues, ellas ocasionan torbellinos lujuriosos que conducen al iniciado a derrochar su
energía sexual, la cual la necesita para crear el Hombre Espiritual.
El elemento aire que se encuentra en todos los espacios del universo, el cual
contiene el oxígeno, indispensable para todo ser vivo; Se encuentra también en los
pulmones del ser humano y lo recibió por primera vez cuando recibe su hálito de
vida. Este elemento se constituye en un alimento vital, sin él morimos.
Relacionarnos íntimamente con los silfos y sílfides del aire, es de primera necesidad
en el camino espiritual, para pedirles ayuda en el dominio de nuestros caprichos y
especialmente en el dominio de la mente en lo relacionado con el pensamiento y, de
esta manera, dominar la charla psicológica o diálogo interno que no permite la
atención y la concentración, necesarias para lograr una verdadera meditación.
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La tierra que la encontramos en nuestro suelo y
de la cual extraemos muchos minerales
esenciales para la construcción y la industria, en
la cual vivimos los humanos, las plantas y los
animales, también se encuentra contenida en los
huesos, en algunas glándulas y en todo el cuerpo
del ser humano, en lo que corresponde a
minerales.
Como podemos ver, en la cuarta fase, se hace necesario familiarizarnos con los
habitantes elementales de los cuatro elementos. Sin estos habitantes elementales, es
imposible realizar la Obra del Padre, son ellos los que permiten transmutar el plomo
de la personalidad reiterativa en el oro del Espíritu, como lo expresan los
alquimistas.
Para lograr este objetivo se hace necesario ordenar nuestro sistema de vida mediante
la imaginación consciente, la cual se vuelve útil si ha sido ordenada y sistematizada
como medio para dirigir las actividades que realizamos. Gobernar y controlar es la
actividad de la clave cuatro: El Emperador, mediante la razón como medio de
“discernimiento” o visión mental o poder de visión consciente que corresponde al
mismo “Arte de Ver”. La vista física también está representada en esta clave en el
color naranja al fondo simbólico del sol, por cuya luz estamos en capacidad de ver.
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El cuatro, visto de esta manera, hace referencia a
la actividad clasificadora de la autoconsciencia,
esa forma de discriminar lo incorrecto, la forma
errónea de actuar de la personalidad.
Positivo – Negativo
Activo - pasivo
Osiris – Isis
Esposo – Esposa
Sol – Luna
Fuego – Agua
Azufre – Mercurio.
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La acción corresponde al poder con el karma que viene a ser una indesviable
justicia. Para hacer una conquista plena del futuro se requiere controlar el karma,
sabiendo que no se puede cambiar la inmutable ley del karma ni tampoco
interferirla, debe cosechar lo que siembre, pero puede seleccionar la semilla para
obtener una cosecha deseada mañana. Si lo que sembró cosecha, no está obligado a
comerlo, es vital cambiar los resultados a través del hoy.
La ley del Karma es una rotación de los ciclos cósmicos de la rueda de la fortuna,
clave diez, “lo que se siembra se cosecha”. Una vuelta de la rueda cosmogónica de
Ezequiel, es el final de un ciclo de actividades, es la culminación de una corriente de
sucesos procedentes del pasado.
Toda acción que vaya a realizar hay que hacerla con la fuerza o poder de la
concentración.
Realizar trabajos reposados y tranquilos.
Enseñar al cuerpo el significado del equilibrio.
Disuelva la ansiedad y el temor.
Desvanezca estados de ánimo.
No olvide que su trabajo personal es del Ser.
Las dos cortinas que se observan al fondo, sugieren dualidad y por su arreglo
simétrico manifiestan equilibro de los dos platos de la balanza y de las leyes del
Karma y del Darma. Por su color semejante a la vestidura del Emperador simbolizan
mandato o gobierno para equilibrar las dos fuerzas. El círculo y el cuadro al frente
de la corona se refieren al movimiento del Espíritu dentro de las formas materiales.
La espada es aliada a la idea de la justicia.
La letra Lamed de la clave once, significa “aguijón para guiar bueyes”, esto nos da
la idea de control para mantenerse en la ruta adecuada.
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Continuando con el septenario, al sumarle siete a
once, obtenemos la clave dieciocho: La Luna. La
clave dieciocho simboliza la cuarta etapa de
desenvolvimiento espiritual.
“La operación del sol” se hace posible por la imaginación porque ella hace claros y
definidos nuestros deseos y aspiraciones, todo pasa a la subconsciencia que es la
constructora del cuerpo y la controladora de sus funciones. Razón por la cual, la
clave dieciocho expresa la ley de sugestión (clave ocho) operando a través de la
atención (clave uno).
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La clave dieciocho simboliza “El Sendero del Retorno” de la energía a su fuente,
expresado por los rayos de la luna que refleja los rayos del sol de regreso hacia el
sol. Por esta razón es necesario antes de dormir hacer revisión de los hechos del día,
con el fin de volverlos conscientes y armonizar los que han generado conflicto para
no remolerlos con el pensamiento. De esta manera, el desperdicio de energía
causado por la actividad diaria se elimina y nuevos materiales son tejidos en la
estructura corporal, logrando una recuperación del cuerpo físico. El sendero del
camino medio, aconsejado por Budha, corresponde a la clave dieciocho. Conducir
nuestro cuerpo físico a la mejor armonización.
Hombres y mujeres, como seres mecánicos, repiten lo que su mente les insinúa, se
mueven a sus deseos y emociones; no son sino productos emocionales. Sus
caprichos inconscientes son resultado de sus instintos, así como su actividad sexual.
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El buen guerrero debe aprender a manejar su imaginación, la copa o receptor, debe
captar sus diferentes rostros que se perfilan en el agua de la vida y transformarlos en
uno solo, el de la individualidad o de la particularidad, para dejar de ser varios,
entonces, toda decisión tomada será unificada y no se presentará el conflicto donde
un fragmento psicológico quiere una cosa y otro desea otra. Cuando nuestra
imaginación es desordenada nos convertimos en esclavos de los deseos y de las
emociones.
Es de primera necesidad trascender esta ley porque tanto el hombre como la mujer
tienen autonomía no hay por qué dejarnos arrastrar hacia las consecuencias de dolor,
tristeza, agonía existencial, pobreza, producto de un obrar desequilibrado.
Igualmente, las emociones fuertes mal asimiladas interrumpen el ritmo normal del
corazón y producen taquicardia, como también el conflicto psicológico ocasiona
derroche continuo e innecesario de energía. Toda esta vida rutinaria y superficial
que llevamos debe comprenderse para equilibrar nuestro actuar.
Una sola causa produce, en algunos casos, una cadena de consecuencias; por
ejemplo, dentro de negocios ilícitos, se cree ser dueño de la vida de una persona,
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cuando este ha incumplido con el pago de una deuda. Se inicia con un asesinato,
viene el desquite y se aplica el axioma: “ojo por ojo, diente por diente”.
El profesor que no educa integralmente a sus estudiantes, solo los instruye, y aún, lo
hace en forma represiva, produce personas inadaptadas a la sociedad o resentidos
sociales.
No es posible terminar de nombrar todos los eventos que suceden a raíz de acciones
desordenadas que originan el mal del mundo: descomposición social, carencia de
valores humanos, falta de cooperación y de ayuda mutua… sin embargo, para el
iniciado, lo más importante es comprender a partir de esta reflexión, que no hay
causa sin efecto ni efecto sin causa, para cuando vaya a actuar medite sobre la
consecuencia que va a producir.
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equilibrados, sanos, funcionando normalmente igual a un sistema planetario que se
mueve en forma organizada y hace que todo funcione en un mágico concierto.
El cuaternario incluye dentro de la bóveda celeste los puntos cardinales que llevan
implícito los extremos del conocimiento, del mundo de las cosas, como recipientes
del Ser. Estos esconden el santo y misterioso TETRAGRAMMATON donde se
encuentra incluidas las cuatro letras del nombre sagrado del Eterno: IOD. HE, VAU,
HE, que los hebreos tenían prohibido pronunciar. Esta razón nos invita a reflexionar
sobre todas las cosas existentes, aprender a “Ver” en forma completa, en forma total
y con la misma importancia, porque el Eterno está en todo.
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LA NECESIDAD DE “VER”
Así es que todo accionar depende de la memoria acumulada; por esta razón, en una
percepción nunca descubrimos algo nuevo, siempre comparamos o medimos la
fuente de estímulo con lo conocido, como decir la respuesta ya está dada o
aprendida. Esto ha formado un punto estático de percepción, moldeado por el
conocimiento social, por el pensamiento, por el registro acumulado.
Mientras nuestro accionar esté manipulado por una mente distorsionada debido a
impulsos, sentimientos neuróticos, miedo, sufrimiento, ambición de poder, no será
posible que escuche, huela, observe, palpe, sienta, realmente un suceso. Todo
aquello que se perciba será conceptualizado con la experiencia del ayer.
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Para “Ver” se debe comprender el tiempo, porque éste forma un intervalo entre la
percepción y la acción que condiciona las decisiones. Me refiero al tiempo
psicológico que es el cúmulo de experiencias agradables y desagradables adquiridas
a través de toda la existencia. Es la memoria que ha registrado: frustraciones,
temores, tradiciones, supersticiones, creencias, odio, venganza, egoísmo, etc. y toda
respuesta a un estímulo estará circunscrita a todo este desorden mental. Estos
fragmentos son limitantes para la plenitud de la percepción y privan de la libertad
para decidir.
En las dos posibilidades, las actividades realizadas están movidas por el miedo,
histeria, dolor. Si vamos a emprender algo nuevo. Por ejemplo, un negocio, lo
vemos con lo viejo, con el fracaso personal vivido hace días, meses, años, etc., o con
frustraciones de otros. Nos llenamos de miedo, nos volvemos pesimistas y de pronto
no se realiza la acción.
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De esta manera se demuestra que la libertad auténtica para obrar sólo es posible
cuando se ha trascendido en el tiempo psicológico. Cuando hemos aprendido que
entre la percepción y el actuar, existe el pasado y el futuro como un intervalo de
tiempo que limita la acción y que éste, a su vez, ha creado un punto fijo de reacción:
siempre de la misma manera, como nos enseñaron en la escuela, como nos
acostumbraron a pensar para luego entrenar nuestros sentidos a responder de
acuerdo a un patrón determinado o punto fijo de acción.
Preparamos los ojos para mirar y al mismo tiempo pensamos sobre lo que miramos
y en este estado comparamos, juzgamos, evaluamos, describimos, etc. las cosas no
las vemos realmente, solo las miramos.
En el mirar participa el ego y los yoes que actúan a través del pensamiento, de lo
aprendido, de la costumbre, del hábito, del vicio y distorsionan la percepción y por
ende la acción. En el “Ver” participa el Ser con el Recuerdo de Sí, por lo tanto, solo
existe percepción y acción sin condicionamiento. Con el “Ver”, la espontaneidad y
el presente son el pan de cada día para el iniciado, entonces, se hace necesario
volverse artista de la percepción y de la acción practicando el “Arte de Ver” en todo
momento de nuestra existencia.
El intervalo de tiempo funciona entre “lo que es” y “lo que debería ser”. Partir de la
realidad es vital, pero ella se distorsiona por la incapacidad de percepción.
Permanecemos constantemente con el deseo de pasar de un estado a otro: de pobre a
rico, de violento a no violento, de negro a blanco, de la tristeza a la alegría, de la
infelicidad a la felicidad. Vivimos en un ideal más no en la realidad, lo que somos.
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acá el evangélico, más allá el comunista, allá el socialista, acá el patrón, allá el
obrero y así no es posible la cooperación entre los seres humanos.
Ahora, tratemos de comprender cómo podemos llegar a “Ver” sin que intervenga el
pensamiento, porque si aprendemos esta forma de percepción, se hace posible
formar el equilibrio de las fuerzas instintivas que viven en pugna en nuestro interior,
para que la mente cese en sus conflictos, llegue el silencio y sea posible la
manifestación del Ser.
El pensamiento, la memoria con toda su carga de experiencia funciona para todas las
respuestas formando así un punto fijo. Ahora se trata de no permitir que el
pensamiento intervenga entre lo que percibimos y el comportamiento que
manifestamos para que la respuesta al estímulo no esté supeditada a lo viejo o a lo
conocido. Por el contrario, lo que expresemos sea libre, inmediato y lógicamente
nuevo. Esto es como decir salirnos de la rutina de la memoria, mover ese punto fijo
de actuar que nos tiene prisioneros.
Cuando no se presenta esta distancia hay comunión entre estas dos partes, porque
desaparece la cosa observada y el observador y solo existirá la “observación”, la
cual permite la percepción sin distorsión, se vence el mal de los sentidos físicos y
hemos aprendido a “Ver”. Entonces, se forma en nosotros el equilibrio entre el “ser”
y “no ser”, para que el universo espiritual que vamos a construir no se destruya.
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EL PETAGRAMA
La Unidad Viviente, presente en todos los elementos del universo, continúa su obra
y se prepara para dar inicio al trabajo del quinto día.
La Luz Ilimitada, en el cuarto día, nos permitió interpretar las escrituras del cielo,
comprender las leyes admirables a las cuales obedecen los soles, satélites, planetas,
galaxias, cúmulos… engrandecernos con el conocimiento supremo que funciona
inteligentemente en la bóveda celeste, incluirnos como hijos del Creador y
extasiarnos mirando los millares de estrellas que viven en la inmensidad, para en
conjunto con los científicos construir el cielo de la ciencia.
El Eterno se convierte en agua de vida que es el seno de todos los seres. Es en estas
aguas genésicas sexuales, donde todas las formas existentes tienen su principio
porque ellas se convierten en la matriz eterna de la creación, son la sustancia del
noveno sephirote, de Iesod que es el fundamento de todo ser viviente.
Según los cabalistas Iesod está relacionado con las fuerzas auto-perpetuadoras del
Poder de Vida y manifiestan que la letra hebrea Men representa el murmullo de este
gran mar de vida y su valor del nombre-letra, suma noventa que viene a ser la
operación de Iesod a través de las diez luces de emanación del Eterno o partes
autónomas de nuestro Ser, debido a que: 90 = 9 x 10. Donde, el número 9 = Iesod, y
el 10 = a los diez sephirotes.
También esta fuerza emanada del Creador, la asignan a los órganos reproductivos
del hombre cósmico, del hombre autorrealizado, del microcosmos de los
Pitagóricos, que empieza a perfilarse desde el quinto día del Génesis.
Como ya se ha dicho, las fuerzas creadoras del universo interno tienen su asiento en
los órganos reproductivos tanto del hombre como de la mujer. Estas fuerzas
creadoras, para que se conviertan en la raíz de todas las aguas, deben pasar por un
proceso de transmutación hasta que se transformen en la materia prima para que el
Espíritu de Vida la fecunde y surja nuestra propia galaxia.
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El Principio Creador se manifiesta mediante los diez sephirotes que conforman el
Arbol de la Vida. Como ya dijimos, son emanaciones a manera de fuerzas que
permiten la existencia del universo y que funcionan en conjunto con los cuatro
aspectos de vida llamados “Elementos”. Razón por la cual, los nombres divinos en
algunas lenguas constan de cuatro letras, el más importante es el Tetragrammatón,
que representa en hebreo, las cuatro letras: IHVH del nombre del Eterno.
Cada letra a las que refiere el Tetragrammatón, está relacionada con un elemento así,
por ejemplo: La I = fuego; la primera H = agua; la V = aire; y la segunda H = tierra.
Las fuerzas están listas para iniciar la quinta fase, La Voluntad Sabia del cuarto día
sigue su proceso, empieza a dar forma a los entes que lógicamente serán diferentes
a los del cuarto día, en su hábitat, en su forma y utilidad, aproximándose cada vez
más al término de la obra cuyo Padre siempre estará en secreto dentro de cada ser.
El Verbo Divino inicia la quinta operación diciendo: “Que produzca el agua toda
clase de animales, y que haya también aves que vuelen sobre la tierra y así fue. Dios
creó los grandes monstruos del mar, y todos los animales que el agua produce y que
viven en ella, y todas las aves”. (Gen. 1, 20-23).
Se han unido el agua y el pez; el aire y el ave… el uno se sirve del otro y el Ser está
allí como un lazo o vínculo que une a todas las partes del tejido de la existencia,
cada punto que brilla en el universo está unido a los demás.
Tejiendo está el Creador telas para su uso. Telar que une todos los hilos de la
existencia en una sola red que viene a ser la unidad del Ser.
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relacionados y nada es distinto al Creador. En todas las cosas Él está, uniéndolas
para que no estén aisladas. Es como un clavo que une una puerta, una ventana…
como partes de una casa. Es el lazo de unión entre los seres y de estos con El, solo
necesitamos ver el corazón de las cosas y volvernos hacia dentro para percibirlo.
La búsqueda de los secretos de esa unión que es el mismo Ser, necesita de gran
energía y rectitud. Este camino siempre está abierto porque el Verbo, al momento de
crear se habla a sí mismo, sonido que resuena en todas las cosas del universo: “!Qué
la tierra produzca las plantas!; ¡Qué las aguas produzcan peces!” Para que convivan
y se complementen en utilidad, de unos a otros. Esta orden es el nexo de unión entre
todos los seres y equivale a la Gran Palabra del Creador que continuamente está
organizando los elementos que conforman su obra.
Sin embargo, el Creador, al mismo tiempo, permite que una cosa destruya a otra o se
destruya a sí misma para que el universo esté continuamente autoconstruyéndose.
Esto ha hecho que los cabalistas hebreos le llamen a la quinta manifestación del
Creador: Geburah, o severidad, debido a esa aparente limitación y separatividad de
formas que toma nuestro Real Ser, como también por el despliegue de su fuerza que
simultáneamente construye y destruye.
100
De esta misma forma, debemos aprender a sumergirnos en el gran mar de nuestra
vida interior, hasta perder el sentido de separatividad de las cosas existentes y el de
la vida personal, hasta lograr la Unidad Perfecta del Todo.
Esto es como aislarse de la confusión del mundo que nos rodea, del yo falso,
engañoso y personal, de la fascinación del mundo de las formas y encontrarse con
uno mismo, llegando por ese nexo de unión, a ser uno con el Eterno. De esta manera
el Creador estará en nosotros y nosotros estaremos conscientes en El.
Esta estabilidad culmina en el Esplendor del conocimiento perfecto que nos permite
vernos realmente como somos, en una forma total en el espejo de las aguas claras de
Hod (Octavo Sephirote del Arbol de la vida). Porque si la superficie de esas aguas
no está alterada por ninguna ola de pensamiento, es posible el reflejo del Ser. De
esta manera, restauramos el trono para el Rey.
Una rueda que falle en su engranaje es fatal. Todas las partes forman un todo y
caminan por una vía trazada por una orden inteligente del Creador. Ya se dijo:
ningún planeta, galaxia, satélite… va donde quiere, siempre estarán circunscritos a
una fuerza de atracción y de repulsión para conservar su equilibrio y no destruirse
antes del tiempo señalado por el Arquitecto de Mundos.
101
Si dudamos de la inteligencia manifiesta en los
planetas, satélites, galaxias… no es posible que
dudemos de la inteligencia que da Autonomía a los
peces, a las aves, en general a los seres “vivos”.
Pendiendo de sus oídos, aparece un yugo convencional que simboliza la unión de los
pares de opuestos que viven en pugna en nuestra psiquis para que sea posible captar
las enseñanzas que vienen del Ser. Las columnas representan la Ley de la Polaridad,
o el intercambio de los pares de opuestos. Sus capiteles muestran un diseño de
articulación esférica y una bellota rodeada por hojas de roble igualmente simbolizan
la unión de los opuestos.
Para lograr este estado debemos cerrar los oídos físicos al mundanal ruido,
concentrándonos en todo lo que sucede en la parte interna, esto es ver hacia dentro y
percibir la enseñanza interior, por medio de la intuición. Si conseguimos la unión de
los fragmentos psíquicos, entonces seremos maestros-discípulos y nos conduciremos
por el camino del corazón, con ayuda de nuestra propia luz a través del oído interno.
102
depende del guerrero, del buscador, algunos trabajan con el yoga, otros por medios
diferentes. Muchos son los caminos que convergen en el mismo punto, lo esencial es
llegar a unirnos al Instructor Interno y ser uno con El.
Sabemos que la audición interna nos coloca en comunicación con seres humanos de
conocimientos espirituales avanzados que son miembros de la escuela interna, los
cuales son maestros pertenecientes a la Logia Blanca, que rige los destinos del
Planeta Tierra. Sin embargo, se hace necesario que este tipo de comunicación, a
través de la Intuición, sea exactamente la de nuestro Guía Espiritual, debemos
distinguir la voz entre las voces.
103
Por ejemplo, cuando atacamos un problema,
lógicamente, organizamos los hechos a cerca de él,
las vivencias, el impacto ocasionado, el número de
veces que ha participado, cómo ha surgido, etc. Este
tipo de razonamiento a cerca del problema que nos
incomoda, corresponde a prepararnos para escuchar
la voz interior.
Para comunicarnos con el Maestro Interno se hace necesario trabajar con la ley de
polaridad intercambiando los pares de opuestos, uniendo los contrarios en una forma
de equilibrio psicológico y así lograr la Inteligencia Estable que es la fuente de
consistencia de las posibles manifestaciones del Ser en sus diez luces de emanación
o Sephirotes.
Sumando al cinco el siete logramos La Inteligencia Estable que refleja la luz del Sol
Espiritual, y está representada por la clave doce: el Ahorcado o también el
apostolado, que simboliza “Mente Suspendida”. En este caso, implica invertir ese
estado parlanchín de la mente hacia una quietud de pensamiento, hacia un silencio
que los hindúes le llaman samadhi o iluminación, porque cuando el pensamiento
está en calma se llega al vacío iluminador, donde el aspirante alcanza la conciencia
del Ser.
Sabemos que nuestra vida es dual, en la mente tenemos dos fuerzas que permanecen
en lucha obstaculizando la verdadera percepción. El batallar de los opuestos se
presenta cuando no hay Autoobservación ni Recuerdo de Sí, cuando no hemos
asimilado una impresión, cuando no nos vemos como realmente somos, sino más
bien con una idea de ser, cuando vivimos en el pasado o en el futuro y no en el
presente, cuando nos arrepentimos de lo que fuimos y luchamos por querer ser de
otra manera, después de un tiempo. Siempre vivimos en el ideal de “lo que
deberíamos ser”, pero lo normal es lo que somos realmente.
Esta lucha entre “lo que es” y “lo que debería ser” genera el diálogo interno y la
mente, por su parte, está continuamente remoliendo escenas vividas y le dificulta
quedar en silencio, con lo cual derrocha energía innecesariamente.
104
Este fenómeno obliga al buscador de la luz espiritual, a realizar prácticas de yoga,
técnicas de relajación del cuerpo físico y de la mente, técnicas de vocalización,
prácticas de oración y en general cualquiera otra ayuda para lograr la suspensión de
la mente.
Se puede decir que el mundo es sonido y que la Palabra Creadora resuena en todas
las cosas existentes, también es posible que las notas musicales sean las siete
columnas que sostienen el universo.
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Todas
las cosas por El fueron hechas, y sin El nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En
Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres” (Juan 1, 1-4). Juan presenta el
Verbo como palabra, y lógicamente, ésta implica sonido, que debe captar el oído
interno y que al mismo tiempo es luz, es conocimiento trascendental, es el Principio
de Vida Eterna que estará presente en todo iluminado, en todo Guerrero de la luz, en
el buscador del camino espiritual.
Los filósofos dicen que en el origen, hay en nuestro mar dos peces despojados de
carne y hueso, y hay que cocerlos en el agua que les es propia para que de ellos se
haga un mar inmenso imposible de describir. Los dos peces, en apariencia, son dos,
105
pero son una sola cosa, son dos fuerzas que deben unificarse en una. El mar es el
cuerpo físico y específicamente, la mente subconsciente que viene a ser el recipiente
de lo que somos, de nuestra fragmentación psicológica, la cual debe comprenderse,
equilibrarse para que la charla psicológica termine y el batallar de los contrarios
finalice para llegar al vacío iluminador y se manifieste nuestro Ser.
En nuestro mar podemos trabajar durante el día con la Autoobservación que nos
permite ver las cosas en forma total. Esta técnica es continua meditación que nos
lleva a eliminar el diálogo interno y a percibir la realidad sin distorsión, sin
fragmentarla, ver la existencia total unificándola que es lo que en verdad anhela el
Ser. Para esto se necesita estar al acecho, no olvidarnos de nosotros mismos,
desempeñar el papel de actor y espectador en toda acción y reacción que
enfrentemos.
La clave doce del tarot: el Ahorcado o el Apostolado tiene que ver con la suspensión
mental o quietud mental, mediante la cual funciona nuestro oído interno. Para lograr
este objetivo requiere de la aplicación de la ley de Inversión, de la cual habla esta
clave, que permite que los entes del universo estén en continuo cambio.
Nuestro mar, el agua simbolizada por la cabellera del personaje central corresponde
a la ley de inversión porque ella refleja todo al revés, es el mar de la subconsciencia
de la clave dos: La Gran Sacerdotisa. Se refiere a la inversión del pensamiento hacia
el punto de vista sostenido, quedar suspendido como cuando el péndulo de un reloj
queda centrado y en quietud; esta es la postura del ahorcado de esta clave. Cuando la
concentración es prolongada, su efecto es el samadhi o vacío iluminador, donde se
presenta la suspensión de la mayoría de las funciones corporales logrando la
conexión directa con la Superconsciencia.
106
Es importante comprender que solo con la suspensión mental, se une la consciencia
personal con la Consciencia Universal y en este estado, se liberan los poderes
necesarios para reconocer a nuestro Ser.
Invertir nuestra actitud mental es tener una nueva visión del mundo, que consiste en
ver el universo como una danza de vida y de muerte, sin separar, en ningún
momento, estos dos fenómenos. El aspirante es el danzante en el escenario de su
propia Obra Espiritual,
LA DANZA DE LA MUERTE
107
Mueres de momento en momento… para solo
morir.
¡Al fin!
Ella amable con deseos de tocarte, de danzar
con tu alma,
Y tú, aurífero, melancólico, taciturno,
Con rostro triangular geométrico, en difunto.
…..
El sol es una síntesis de todas las fuerzas activas que entran en la composición de la
nueva personalidad del iniciado, esa personalidad apropiada para la expresión del
Ser. La energía del sol brilla en nosotros y nuestra energía brilla en el sol. Por esta
razón, el estado de desenvolvimiento atribuido a esta clave es la Regeneración,
“volver a ser niños”, alegoría que ofrece el reino de los cielos.
La Gran Obra Espiritual es la operación del sol y éste es el símbolo del oro
alquímico u oro viviente. Viene a ser la energía radiante del sol concentrada en el
cuerpo del ser humano, especialmente en los órganos sexuales de hombres y
mujeres, energía que se convierte en la materia prima de la Obra Espiritual en la
creación del Superhombre, del Hombre Galáctico, del hijo del Hombre.
La forma viviente del sol simboliza la inteligencia consciente necesaria para trabajar
con los cuatro reinos de la naturaleza: mineral, vegetal, animal y humano;
representados por los cuatro girasoles y, el girasol en botón es el nuevo estado
espiritual del iniciado, más allá de nuestro estado presente. los dos niños simbolizan
la humanidad regenerada, aludiendo a las palabras del Cristo que debemos entrar
como niños al reino de los cielos. El muro de piedra nos enseña que la comprensión
de la verdad está limitada, si se funda exclusivamente sobre la evidencia sensorial.
108
la mujer. Para el iniciado que está construyendo su propia obra espiritual, ya no es
posible el orgasmo. Esta sabia decisión tomada por la pareja implica una etapa para
un nuevo nacimiento: de la humanidad natural hacia la humanidad espiritual en un
proceso de regeneración.
Este nuevo nacimiento incluye: una muerte mística o eliminación de vicios, defecto,
hábitos, dependencias, yoes psicológicos… Nacer por segunda vez; esto es sexual,
solamente a través de la trasmutación y sublimación de la energía sexual, es posible
la transformación del cuerpo físico, incorporándolo al servicio del Ser y, el hombre
y la mujer llegan a ser “nacidos dos veces”. Además, se necesita del perfume del
amor, representado en la ayuda a nuestros semejantes, en el sacrificio por la
humanidad y su entorno.
Cumplidos estos tres aspectos, el iniciado sufre alteraciones tanto físicas como
mentales. El adepto viene a ser como un niño que cumple la voluntad de su Padre
Espiritual y encuentra su verdadero lugar en el orden cósmico.
Para lograr la quietud mental por un tiempo determinado se debe iniciar por la
relajación del cuerpo físico, interna y externamente. Me permito sugerir un proceso
para este caso.
En una posición de cúbito dorsal, se busca, poner en tensión los músculos, ejerciendo
presión sobre ellos, durante un tiempo considerable y en seguida dejarlos en reposo así:
109
lo ordeno… Después de esto se revisa mentalmente, sin moverse, todos los órganos del
cuerpo para detectar qué músculos están todavía en tensión. Si los hay se les va dando la
orden de relajarse: ¡Yo te ordeno que te relajes!, ¡que descanses!... y se vuelve a imaginar
que el cuerpo es liviano, que flota en el aire, que no se siente….
Para el relax interno, nos imaginamos que nos deslizamos por la pupila de un ojo y
llegamos a los órganos internos (hígado, riñones, pulmones, intestinos…), les damos unos
golpecitos y les ordenamos que descansen, que se relajen, que su funcionamiento sea
mínimo.
Por último, para relajar la mente, con el fin de eliminar la divagación o charla psicológica,
algunas personas utilizan la vocalización de Mantrams, por un corto periodo de tiempo.
Otros se dedican exclusivamente a observar todo el mecanismo del pensamiento, esta
técnica se llama el observador, observado, observar todo, lo atento y lo inatento que hay en
la mente, hasta lograr el estado de reposo o de suspensión mental. Esta práctica de
meditación puede acompañarse con música de los grandes maestros: sinfonías, operas,
sonatas, polonesas… a bajo volumen.
A veces no es posible darse cuenta del estado de suspensión mental. Esto es normal
porque esta es una experiencia que no se puede comparar, no tiene definición
conceptual. En otros casos nos sorprende un aparente sueño, es allí donde
precisamente están la mayoría de enseñanzas que no corresponden a un simple soñar
debido a la calidad de imágenes y a las insinuaciones que se reciben, las cuales son
benéficas para el avance espiritual.
También se hace necesario recordar todas las escenas del sueño normal, por cuanto
hay influencias superiores que actúan sobre nosotros y que son registradas por
nuestra psiquis, pero a veces no es posible captarlas conscientemente por estar
apegados a la percepción de los sentidos físicos, disminuyendo la atención a nuestra
vida interior.
Es indispensable llevar un registro del mundo de los sueños para poder conocernos
más a fondo y ver dónde es que fallamos, para sí lograr el equilibrio, la armonía,
necesarias para el quinto día de trabajo espiritual, porque el sueño es la repetición de
lo que diariamente vivimos, es el eco de las cosas vistas en el día: movimientos,
emociones, sensaciones, etc.
Si nos Autoobservamos, nos damos cuenta que nuestra psiquis permanece ocupada,
durante el día, en todos los quehaceres y en la noche proyectando los eventos
realizados. Los sueños se constituyen en la mayoría de casos en pruebas que
debemos pasar o superar, en algunos casos vencemos y en otros caemos vencidos y,
por lo general no recordamos.
Existen recomendaciones para practicar el yoga del sueño, las cuales sería bueno
tenerlas en cuenta:
El ambiente del dormitorio debe ser acogedor, con buena ventilación, con un
perfume agradable y con música suave, de preferencia clásica.
Con esta práctica y con el ejercicio de retrospección de las escenas del día, se logra,
paulatinamente, el desarrollo de la memoria onírica para percibir las enseñanzas que
van a favor de la autorrealización espiritual y, accionar de acuerdo a las
orientaciones del Maestro Interno. Y aquellas escenas que son producto de nuestra
inconsciencia, de vicios, de hábitos, de emociones negativas, etc., estudiarlas,
psicoanalizarlas, para definitivamente, no volver a realizarlas, entonces,
escucharemos su Voz que es nuestra voz.
Estamos llegando al final del quinto día, nos hemos convertido en atletas del
espiritualismo. Oremos a nuestro Sol Espiritual para que nos guie a través del oído
interno, producto de esta etapa donde el silencio mental es un hecho.
111
En esta etapa de la intuición, la eternidad vence al tiempo, la felicidad trasciende al
placer; dejando atrás el temor, el placer y el dolor. El egoísmo, que nos lleva a
separarnos de los demás, da paso al amor, con ayuda de la comprensión que nos une
a todos en un proceso total…
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¿QUE ES MEDITACIÓN?
Esto equivale que el meditador, para tener acceso a lo desconocido, debe abandonar
la búsqueda. “…El buscar no ayuda en nada; porque lo que se busca está
predeterminado por lo que deseamos; si estamos tristes, solos, desesperados,
buscaremos esperanza, compañía algo que nos sirva de sostén, y lo encontraremos
inevitablemente” (J. Krishnamurti, Más Allá de la Violencia).
Lo esencial es no separarnos de la mente, saber que somos uno con ella, para que
nazca la comprensión de la mecánica mental, de su devenir, de su continua charla,
de sus conflictos. Tenemos que trabajar muy duro para averiguar las actividades
egocéntricas, del “yo” y del “no-yo” de nuestra propia mente.
113
Algunos expertos en esta materia aseveran que cuando el cuerpo está quieto, la
sangre fluye en mayor rapidez a la cabeza, aspecto que constituye una ventaja para
lograr la meditación; sin embargo, se puede meditar en cualquier parte y realizando
cualquier actividad, porque el cuerpo tiene su propia inteligencia, es el pensamiento
quien la ha obstruido.
114
Recuerdo de Sí, enseñado por Gurdjieff como el cuarto camino de autorrealización
espiritual.
Aunque se puede considerar que no hay método para cada meditador sino más bien
didácticas creadas empíricamente que van volviéndose prácticas de acuerdo a los
resultados obtenidos; sin embargo, los orientales y, especialmente, los budistas,
expresan que un meditador exitoso debe ser capaz de “cerrar”, “abrir”, “vaciar” o
“aniquilar” a voluntad la consciencia y a esto le llaman meditación integral.
115
Método Aniquilativo: En este método desaparece la mente como también el
meditador entrando a un estado de No-Mente, pero sigue la conciencia o Conciencia
Pura que en oriente le llaman Energía Chit, la cual, es una con el Ser, con la dicha
Inefable, con el Amor, con la Fuerza Cósmica, con Dios.
La mente siente agrado, para ella es un placer realizar este tipo de eventos y de esta
manera crea su propio universo discursivo, su “mundo”, su “realidad” que no es otra
cosa que el “Sí mismo” o el “ego”. Este intrincado mundo, debe pararse, esto es
“parar el mundo” mental para lograr la quietud de la mente.
Igualmente, para poder vaciar la mente, es necesario conocer todos sus contenidos y
acumulaciones y esto se logra a partir de una Autoobservación continua y aplicando
la práctica de recapitulación para conocer nuestros pensamientos, sentimientos y
acciones realizadas durante el día. Lógicamente que la meditación continua y
definitiva, sólo se logrará con la comprensión de la fragmentación psicológica.
116
EL EXAGRAMA
La Madre Divina siempre llevará al hijo en sus brazos, el cual representa al Cristo
como una Fuerza Cósmica que habita en todo, porque el Padre que está en secreto
habita en todos los seres y El esconde al Hijo, al Espíritu santo y a la Madre
Cósmica.
Escrito está: “Él tenía su morada en el Gran Mar, y en él era un Pez”. Este Pez
donde el profeta Jonás vivió sus sufrimientos durante tres días y tres noches, es el
emblema de todos los dolores y penas que llevan al espiritualista a seguir el camino
del Gran Pez y a comprender que los sufrimientos, el dolor y las penas son la puerta
117
a través de la cual llegamos al corazón de la Gran Madre, del Mar donde nada el
Pez, por esto los dos forman la unidad que penetra en todo lo que existe.
El Pez está escondido en las aguas del Mar, así también el secreto del Ser está
encerrado dentro de la apariencia de los muchos, adquirir la sabiduría será el
descubrimiento del Uno, porque el Pez es el Uno Perpetuo, Lo Eterno, La
Inmortalidad, el Padre de Salvación.
Nun, es el Padre de Salvación es uno con el Hijo, escrito está en el libro del Éxodo:
“Josué era el Hijo de Nun”. Josué quiere decir: “La Naturaleza de la realidad es la de
liberar”, Por esto tanto el Padre como el Hijo se les atribuye la palabra “Salvador”.
El nombre Jesús (del Cristo Redentor) es una variante de Josué. Jesús viene de la
palabra Jeshua que quiere decir Salvador. Jesús afirmaba la unidad cuando decía:
“Quien me ve a mí, ve a mi Padre”. Luego el Padre contiene al Hijo y al Espíritu
Santo.
Del Uno sale el Dos y de la perfecta unión de ellos nace el Cristo Cósmico, fuerza
que se humaniza en nosotros convirtiéndose en el Niño Salvador o en el Ser
Particular de cada persona. Hombre o mujer puede encarnar su Cristo Intimo
Particular, esto nos lo enseñó Jesús de Nazaret, quien representó al Cristo Cósmico
Impersonal y Universal.
Todo el drama del Cristo Histórico, tenemos que vivirlo internamente. El nace en un
medio aparente hostil. En este ambiente va creciendo y madurando. Su labor es muy
dura, se sacrifica por amor para que todos los seres obtengamos la vida. En los soles,
planetas, satélites, galaxias, cúmulos… está presente desde el amanecer de la vida,
como una fuerza que palpita, en cada ente, para que la corriente universal siga su
curso.
Así es como el hijo del Hombre queda expuesto a los sufrimientos, dolores y
preocupaciones de la humanidad y, con su arduo trabajo, ordena y transforma
nuestro proceso psicológico. Herodes, que simbólicamente corresponde al mundo
con todas sus implicaciones, tratará de asesinar al Cristo Intimo, pero El caminará
sobre las olas embravecidas del mar de la vida para que los ojos de cada iniciado
recuperen la luz perdida.
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Después de ser bautizado en el Jordán de la Existencia y con las aguas de la vida, el
Cristo Intimo, iniciará su predicación en esta Jerusalén Moderna, enseñando el
mensaje de la nueva era, la Era de Acuario, la del Hombre Solar, sin discriminación
de sexo, raza ni credo.
En ese instante, será atacado por los escribas, intelectuales materialistas de este
tiempo, quienes creen que un loco es el que inicia una revolución y un sabio es el
que la termina. Los sacerdotes o dirigentes de grupos religiosos, sintiéndose
desplazados por una doctrina de cambio, manifestarán su celo y rechazarán al Hijo
del Hombre, aquel Hombre Galáctico o Ser Espiritual de la Nueva Era.
Para realizar este trabajo tenemos que estudiar las fuerzas autónomas creadas en el
quinto día, como también las creadas en el sexto día cuando Dios dijo: “Que
produzca la tierra toda clase de animales domésticos y salvajes y los que se arrastran
por el suelo” (Gén. 1:24) La fuerza que se expresa en los animales en forma
instintiva, se manifiesta en el hombre, con la diferencia que el Creador le permitió
trascender hacia una Autonomía Suprema porque fue creado a semejanza del Eterno.
Luego, para el ser humano está dado el poder de mandar sobre los animales.
“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra semejanza, y tendrá poder sobre
los peces, las aves, los animales domésticos y los salvajes, y sobre los que se
arrastran por el suelo” (Gén. 1:26).
119
de hombres y mujeres, por medio de la cual se comunican con el Creador y con ella
actúan con inteligencia, característica propia del ser humano.
El ser humano es considerado, por su inteligencia, en una escala más alta a la de los
animales. Por sus vicios, hábitos, yoes psicológicos, su grado de consciencia
desciende a la esfera propia de los animales.
Hombre y Mujer del sexto día, ¡De pies! ¡A vencer la muerte con la misma muerte!
Y permitir la resurrección del Hijo del Hombre, nacer por segunda vez y exclamar
como San Pablo: “La muerte ha sido devorada por la victoria. ¿Dónde está oh
muerte tu victoria? ¿Dónde está oh muerte tu aguijón? (1 Co. 15: 53-56). El aguijón
de la muerte es el dolor y el sufrimiento que originan todos los defectos psicológicos
que cargamos, los cuales serán vencidos con la sangre del Cordero, es decir, con el
fuego de vida.
La carta número seis del Tarot: Los Amantes, nos enseña parte del trabajo para el
sexto día. Aquí en esta clave están presentes, el hombre y la mujer como prototipos
de la especialización de la Fuerza de Vida; como macho y hembra. Dando a
entender que los opuestos son en realidad dos aspectos de una cosa y que son
complementarios que cuando se equilibran logramos la suspensión mental.
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La letra hebrea Zain, perteneciente al sexto día de
la creación del Hombre Espiritual, significa espada
que equivale al Entendimiento que en el amanecer
del cosmos separa las tinieblas de la luz, los cielos
de la tierra, el agua de las aguas…. Este
entendimiento viene del Ser de nuestro Ser y es una
fuerza que nos permite discriminar todo aquello que
captamos por medio de nuestros sentidos físicos.
Estímulos que nos invitan a una determinada
reacción, ante los cuales debemos estar alerta para
encaminarnos por las más convenientes.
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labrado por un recto pensar, un recto sentir y un recto
actuar, como lo manifiesta el Budha y, solo
llegaremos a Él cuando hayamos comprendido los
opuestos y hayamos muerto para todas las limitantes
del Sendero Espiritual.
El mismo poder del amor que conduce al nacimiento es el que controla los cambios
físicos, psicológicos y concientivos que resultan de la disolución y la muerte. El
poder del amor gobierna ambos aspectos, el comienzo y el cese de actividades.
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librar, los trabajos a enfrentar durante la disolución de su ego, simbolizados por las
tres manos dos activas y una pasiva. El pie cortado representa el final de la edad de
piscis, así como el sol levantándose y el torrencial de agua que viene desde la Gran
Sacerdotisa, clave dos, hace referencia al inicio de la era de acuario donde el hombre
solar, el hombre galáctico entró a la regeneración. La cabeza de hombre simboliza
sabiduría y la de la mujer entendimiento; componentes necesarios para disolver los
elementos innecesarios para la obra espiritual.
La muerte mística corresponde a morir para nosotros mismos. Y para este aspecto,
Aristóteles plantea cuatro tipos de cambio: Cambio de posición, generación y
disolución, alternancia, crecimiento y disminución.
Disolver todos estos elementos inmaduros que son obstáculo para la realización de
la obra espiritual implica la muerte mística y con esta actitud obtenemos como
resultado la generación de una conciencia despierta para continuar con la obra y
abrir las puertas del templo interno para que oficie nuestro Ser.
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El mismo Creador después de haber realizado su obra, la dejó impregnada de la
alternancia de dos fuerzas una que destruye y otra que construye para que la
corriente de la vida siga su curso. Igualmente, la muerte mística busca destruir el ego
para construir un alma.
Recordemos que la energía del ser humano está fragmentada, utilizamos una parte
para cada acción que realizamos: trabajo, deporte, vicios, emociones, deseos, etc., la
batalla está en unificar esta esencia o energía atrapada en este sinnúmero de
actividades, que las utiliza el ego para expresarse. De esta manera, crecemos en
consciencia y todo lo que emprendamos tendrá un resultado de óptima calidad.
En el sexto día o sexta fase de nuestro auto-génesis, debemos estar alertas a percibir
el estado de consciencia en el cual nos encontramos en las relaciones consigo mismo
y con los demás, como también en las reacciones del cuerpo físico, incluyendo
mente, corazón y sexo y, al mismo tiempo, acumular y reunir, para luego separar lo
que deseamos cambiar.
En este caso, debemos pedir a nuestro Padre-Madre internos, para que nos den
entendimiento y discernimiento entre el bien y el mal, entre lo que realmente quiere
el Ser y lo que desea el débil yo.
Ahora, viene el paso más grande que es el de disolver aquello que hemos separado,
lo que es innecesario y perjudicial para la obra espiritual. En este paso se hace
necesario considerar que la alternancia en el universo es la fuerza que destruye y
construye continuamente y toda forma existente fue, es y será, en un círculo
perpetuo hasta que llegue a la Matriz Eterna.
Entonces, después de disolver se debe construir, con esa energía liberada, nuestro
propio universo. Es importante comprender que el disolver es como quitarle el
cascarón a una fruta, el caparazón que recubre a la energía o como limpiar un cristal
para permitirle brillar libremente. Todo aquello que se va liberando será el material
para la nueva obra, del nuevo hombre renovado con todo su sistema planetario, su
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centro de gravedad, su sol psicológico, sus satélites, etc. de tal forma, que sea digno
de llamarse Hombre Galáctico.
Todo este proceso incluye pasos hacia la muerte psicológica, destruir lo viejo o lo
innecesario para construir lo nuevo. No hay por qué temerle a la muerte, si seguimos
este proceso, estaremos muriendo de momento en momento y cada vez lograremos
estar más cercanos a esta expresión del Arquitecto de Mundos, con la cual, le
permite auto-construirse dentro del mundo de las formas.
Ahora, veamos cómo se expresó el Creador en el sexto día, considerando las letras
del alfabeto hebreo, porque en el total de ellas está representada la creación, según
manifiestan los cabalistas.
A la letra hebrea Nun de la clave trece del Tarot: La Muerte, se le atribuye “La
Inteligencia Imaginativa”, la cual viene del Creador, y está continuamente
presentándose en la creación debido a que la Imaginación Universal, realiza las
mayores transformaciones, que observamos en la naturaleza que nos rodea.
Por esta fuerza todo continúa sin cesar porque el cambio, que es el mismo Ser de los
seres, es la raíz de todas las cosas; el cual tiene dos fases: una de vida y otra de
muerte que están alternando para que todo marche en un rítmico concierto, entonces,
es admisible darle el nombre de Eterno al Arquitecto del Universo.
Se puede decir que todas las formas deben cambiar, y lo que las cambia es la
Imaginación Universal. Con la muerte física pasamos de un estado a otro, y en este
cambio está presente la Imaginación Universal, así es que el símbolo de un esqueleto
con una guadaña, del ícono de la muerte, no es más que la fuerza transformadora de
toda cosa existente, para mantener el universo constantemente auto-construyéndose.
Nun tiene su correspondencia zodiacal con Escorpio, el cual rige los órganos
reproductores del cuerpo humano, razón por la cual los cabalistas aseguran que la
Inteligencia Imaginativa tiene su asiento en los órganos reproductores, es aquí donde
se encuentra oculta y más activa esta Energía Cósmica que los hindúes le llaman
Kundalini y, que para los Gnósticos viene a ser la Divina Madre interna, particular
de cada iniciado, Simbolizada por una serpiente de fuego que duerme enroscada tres
veces y media entre el ano y los órganos genitales de hombres y mujeres.
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Ella manifiesta la electricidad, la fuerza fohático, el magnetismo, la cohesión y la
gravitación en el universo. Es la Madre Naturaleza particular individual, porque crea
nuestro cuerpo físico, Ella une las dos células reproductivas para que surja la vida.
Ella es la Madre que debe ser fecundada para que nazca el Niño Salvador, por esta
razón algunos cabalistas expresan que la letra hebrea Nun significa “Pez” que viene
a ser el símbolo de Cristo que es el principio inmortal en nosotros, el primer
momento de Superconsciencia, que místicamente los ocultistas le llaman: “El
nacimiento de Cristo Niño”, en la personalidad humana.
Según esto, todo buscador de la verdad debe hacer una revisión sobre el
comportamiento sexual para comprender ese falso pudor sexual que cargamos y
estudiar la sabiduría antigua, donde encontraremos aspectos indudablemente fálicos.
Nos interesa utilizar esta manifestación del Principio de Vida Eterna para disolver
nuestra falsa personalidad, el débil y falso yo, más no para adquirir poderes, ellos
llegarán sin ser invitados como producto del arduo trabajo de muerte psicológica.
Cada chacra que se despierta es una ventana por donde se asoma el alma a
contemplar la creación y solo se logra con trabajo incesante de Autoobservación,
recolección, discernimiento, retrospección y disolución.
También, observar la relación con las cosas externas y al mismo tiempo la reacción
interna, acumular todas estas acciones y reacciones; si es posible por escrito, es parte
del trabajo del sexto día. Esto corresponde a realizar un inventario de nuestra
personalidad de momento, en momento para conocernos realmente como somos;
incluyendo, también, las escenas oníricas.
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porque vamos quemando etapas del desarrollo y en cada cambio que expresamos,
allí está presente la Madre Cósmica con su manifestación transformadora.
Al tomar la decisión de dejar tal o cual manera de ser, surge dentro de nosotros una
energía que va a transformar aquello que hemos visto innecesario. Así se forman las
fuerzas “del ser” y “del no ser” que vienen a ser dos opuestos de una misma cosa
que se complementan. Armonizar estas fuerzas será de vital importancia. El punto
equilibrante se logra cuando los dos lados de la balanza pesan igual.
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En este caso, se hace necesario conservar el
propósito de disolución del hábito y no alimentarlo
para fortalecer la fuerza de voluntad, además,
abandonar los hábitos innecesarios como son
algunos deportes, muletillas, gestos, en general
eventos que son fáciles de eliminar; con el fin de
que esta energía que gastan estos pequeños
fragmentos entre a incrementar la energía de
transformación.
De acuerdo con el septenario, sumando a la clave trece siete, nos resulta la clave
veinte del Tarot: El Juicio; cuyo nombre nos alerta que de un juicio exacto depende
un razonamiento recto y como resultado la realización del hombre espiritual, que en
forma definitiva ha vencido el par de opuestos.
Los personajes que aparecen en esta clave están pintados de gris, debido a que este
color resulta de la combinación del blanco con el negro, en iguales proporciones.
Empieza a perfilarse la resurrección o el nuevo nacimiento representado por estos
personajes, de pies, sobre féretros que simbolizan el abandono del mundo material.
El hombre corresponde a la consciencia; la mujer a la subconsciencia y el niño a la
personalidad labrada, perfeccionada y adaptada al servicio del Ser. Este es el
ternario maravilloso, resultado de la muerte de los fragmentos innecesarios en el ser
humano.
A la clave veinte le corresponde la letra hebrea Shin que por su sonido “sh” significa
silencio, requerido para recibir el “Consejo Oculto” que conduce al término del
razonamiento, dando oportunidad a un nuevo orden de conocimiento de este
“mundo”; donde se pesan en una balanza nuestras evidencias, buscando en nosotros
el mismo peso de la Realidad Una, del Aliento de Vida como una actividad
vibratoria controlada, representado por el simbolismo del ángel tocando la trompeta.
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El equilibrio iniciado en el cuarto día termina y en forma definitiva hoy. Hombres y
mujeres del sexto día han vencido los opuestos, son iluminados y están a punto de
fusionarse con la Consciencia Universal, velada por la apariencia de los muchos que
están listos para disolver; por cuanto el hombre del sexto día de su autogénesis ha
comprendido la ley de los contrarios y esto le ayuda a la comprensión amorosa de
sus defectos. “El amor es una de las imágenes mitológicas del gran secreto y del
gran Agente Mágico, porque manifiesta a la vez una acción y una pasión, un vacío y
un lleno, una flecha y una herida” (Eliphas Lévi, Dogma y Ritual de Alta Magia).
El arduo trabajo del sexto día ha terminado. Que la Luz Eterna Ilimitada nos permita
comprender ese descanso del séptimo día para lograr el septenario anhelado y
nuestro progreso espiritual continúe a través del tiempo y edades.
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EL DISCERNIMIENTO
Jesús, el Cristo fascinó a sus seguidores con sus milagros, con sus gestos, con sus
palabras y con su doctrina del amor: “¿Quieres amar a Dios?, amaos los unos a los
otros”. “Lo que hacéis al menor, lo hacéis a mí y a Dios”. Fe sublime que inauguró
el reino de la fraternidad universal, el mundo de solidaridad entre los hombres.
Hombres importantes son fascinadores de las multitudes por la palabra. Otros por su
prestigio como los médicos y los sacerdotes. La reputación de un médico cura de
antemano el cuerpo físico de sus pacientes, de la misma manera, los sacerdotes de
prestigio logran curar nuestra alma.
Parece ser que existe una fascinación inteligente y una fascinación fatal. La primera
puede ser necesaria para hacerle comprender la verdad a la humanidad; así por
ejemplo, la mayoría de iglesias fascinan con rituales, templos, imágenes, paraísos,
cielos, infiernos… El sacerdote con la palabra, oraciones, consejos que alivian el
alma. Todo esto para estimular el espíritu y tener en vivo recuerdo a Dios.
Me atrevo a decir que hasta las supersticiones son necesarias. Quien no cree en el
sacerdote, cree en el hechicero y es preferible creer en algo que no creer en nada.
Destruir las supersticiones porque son peligrosas es como eliminar el vino para
escapar de su embriaguez o como aquel que después de comprobar que los animales
no hablan trata de quemar, por inservibles, los libros de fábulas que leía en su niñez.
Si hemos decidido seguir la luz no destruyamos la sombra porque ella hace más
perceptible la claridad.
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La fascinación fatal es la que nos lleva a las bajas pasiones, a las locuras del amor
porque alucina nuestros sentidos, llevándonos a percibir el mundo físico en forma
distorsionada. Creemos ver realmente una cosa o un evento, pero es falso, la realidad
es otra.
Alteramos un evento porque la imaginación está exaltada por una aparente belleza,
textura, color, forma, tamaño, etc. En este mundo se encuentran los que después de
una decepción amorosa asesinan o se suicidan porque ya no creen en nada.
Estas personas se han ido por la fascinación de las sombras, algunos de ellos,
después de haberse casado, despiertan a la realidad y convierten la vida conyugal en
una comedia para evitar la guerra abierta. Otros, alucinados por el alcohol, ven
hermosas e irremplazables a las prostitutas y caen en las más bajas pasiones.
Igualmente, las riquezas materiales, con su falsa luz, nos llenan de ambición y se
convierten en un fin esencial para nuestra vida.
Inclusive esa fascinación aparentemente necesaria pasa para los hombres y mujeres
que trascienden en el mundo del espíritu; solo fue el apoyo para dar los primeros
pinitos, pero ella estará allí para todo el que la necesite.
Para que la fascinación no tenga poder alguno en ningún hombre y en ninguna mujer
es importante practicar el discernimiento que permite distinguir lo real y lo irreal y
así avanzar en el camino espiritual porque este es uno de los requisitos vitales para
todo iniciado.
Si entramos a engrosar las filas de hombres solares, de los pioneros de una nueva
raza: la del Hombre Galáctico, del Superhombre, es porque hemos comprendido que
los objetivos, para lograr este fin, son alcanzables, son una realidad para el alma, su
producto es la eternidad y es más valorable que las riquezas materiales porque ellas
son temporales; razones suficientes para merecer ocupar un espacio en nuestra
existencia.
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Conocer el plan divino, en la creación del hombre nuevo, es un conocimiento
trascendental y este será el más importante, sin dejar a un lado los demás. Si este
conocimiento es el que importa deberá compartirse con los demás, con aquellos que
conocen como también con los que no conocen, sin discriminación de raza o
religión. No interesa que quien lo reciba sea negro, blanco o amarillo, budista,
hinduista, católico, mormón… lo primordial es que a ellos llegue la luz del
conocimiento espiritual que hemos concebido como la única verdad.
Cuando ya estemos dentro del sendero no va a ser difícil elegir lo recto entre lo
erróneo, porque siempre estaremos dispuestos a realizar el bien a cualquier precio,
así sea desplegando el máximo esfuerzo. Aunque sabemos que siempre seremos
justos si hemos hecho el equilibrio.
Debemos estar alerta a aplicar el discernimiento puesto que las cosas se disfrazan
con el traje de la ilusión; por esto, siempre estaremos listos a percibir entre aquello
que tiene importancia lo más importante, lo útil de lo inútil, lo esencial de lo útil, lo
más agradable de lo desagradable. Entre aquello que es ordinario lo delicado que
contiene, así como entre las espinas de una planta se encuentra la delicadeza de una
rosa… Esto es vital, porque tenemos que aprender a descubrir a Dios en cada ser y
en todas las cosas, aunque parezcan malas superficialmente.
Debemos identificar los deseos de cada una de estas partes y no dejarnos manejar.
discernir que cada una de ellas está a nuestro servicio y que son instrumentos para la
manifestación del Espíritu; por lo tanto, deben estar en condiciones óptimas.
Cuidar el cuerpo físico equivale a nutrirlo bien, con alimentos y bebidas saludables,
no extremar actividades que lleven al agotamiento del cuerpo físico porque pierde la
inteligencia corpórea y entra en un estado de pereza física. Así mismo la mente debe
alimentarse con pensamientos sanos, de amor, de cooperación y estar atentos
vigilando sus insinuaciones para no permitirle el desvío hacia pensamientos
morbosos, egoístas y mezquinos. Evitar el diálogo interno para no derrochar energía
innecesariamente.
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luego, tiene dentro de sí esos instintos negativos de destruir el proceso biológico
natural de un ser humano.
Todo conocimiento es útil, pero hay que seleccionar el más útil. Estudiar las leyes de
la naturaleza y adaptar nuestra vida a ellas, es trascender la ley de causa y efecto;
por lo tanto, tendrá más importancia el conocimiento que nos permite caminar con
rectitud, aquel que sirve para alimentar las almas de nuestros semejantes. Porque
alimentar el cuerpo físico cualquiera lo puede hacer y es preferible enseñar a pescar
antes que regalar un pez.
No toda acción es buena, pero todas realizan una obra y es por ellas que se nos
juzga. La ley de la balanza siempre buscará el punto equilibrante, luego es necesario
reflexionar y ver lo que realmente debe hacerse y lógicamente será aquello que es
útil para los demás, aquello que no obstaculiza los planes divinos, así la acción no
sea muy notoria, pero es digna de llevarse a cabo.
Hay que insistir en el conocimiento trascendental, no por placer ni porque otros nos
digan sabios, sino porque Dios es sabiduría y sólo así Él se puede expresar a través
de nosotros, permitiéndonos distinguir la verdad de la falsedad, a obrar con entera
libertad, a ser sinceros con nosotros mismos y con los demás, a no encerrarnos en la
discusión sino más bien en una conversación precisa y sin exageración, a callar y
reflexionar cuando se trate de escuchar palabras de descrédito para otra persona…
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EL SEPTENARIO
Fue posible reconocer el caos, como Matriz Eterna del mundo de las formas, como
principio y fin de todos los elementos constitutivos del Macro-cosmos y, al mismo
tiempo, relacionarlos con el caos existente en el Micro-cosmos hombre, para
comprender que el trabajo realizado por el Creador, es posible efectuarlo dentro de
nosotros mismos para crear un universo interno.
Se creyó necesario reconocer al Ser dentro de todas las cosas, no importa que sean
seres animados o inanimados, si creemos que es posible llamarles así, con el
objetivo de tener al Creador en vivo recuerdo y comprender que existe un mundo
espiritual al cual, tenemos acceso y que pasa por nosotros sin que nos demos cuenta,
porque hemos dado más importancia al mundo sensorial o hemos creído que solo
tiene validez aquello que es comprobable o demostrable mediante las técnicas de
laboratorio, haciendo caso omiso de lo que está más allá del pensamiento, lo
ultrasensible, aquello que solo es posible percibir con los sentidos del alma.
El trabajo consiste en descubrir, dentro de nuestra parte interna, estas dos fuerzas
que viven en pugna dentro de la psiquis del hombre, fuerzas que pelean la
supremacía de la personalidad, las cuales toman la apariencia del bien y del mal que,
sin lugar a dudas, son susceptibles de llegar a la armonía, debido a que las dos se
complementan formando equilibrio y como resultado la quietud mental.
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Si en la creación solo funcionaran estas dos fuerzas, presentarían guerra,
antagonismo y no hubiese sido posible el orden. Entonces, se hace necesario de otra
fuerza para formar el ternario, donde se completa la divinidad, porque todo ente se
construye por acción de tres fuerzas, dos aparentemente opuestas y otra que
armoniza mediante la ley del amor.
El orden y la organización de nuestra vida nos llevará a la unión con el Ser porque
lograremos el estado de suspensión mental que nos permitirá abrir el canal de
comunicación con la parte íntima, a través del oído interno, para no confundirnos en
la percepción del mundo de las formas, dentro de sus especies, clases, razas, etc.,
comprendiendo que todo es una unidad.
Ahora, el esplendor del septenario se perfila en este día. La Ilusión muere al realizar
la obra, debido a que el Ser entra en manifestación convirtiéndonos en instrumentos
de su expresión, en defensa contra las tinieblas que están en el exterior, y que, a la
vez, se constituyen en el campo de batalla donde habitamos y donde se desenvuelve
el Ser. Desde este instante, nuestro dolor será su dolor, nuestros sufrimientos y
angustias serán suyos y nuestras penas atravesarán su corazón.
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Somos el Ser, nos hemos encontrado a nosotros
mismos. La luz Ilimitada nos inunda con su
deslumbrante resplandor. Nada hay que temer.
Pasamos de la ilusión de la separatividad a la
libertad infinita. La obra sigue su marcha.
Para este día corresponde la clave del Tarot número siete: La Carroza, que otros
ocultistas le llaman: El Triunfo que demuestra la conquista de la ilusión. El Auriga
es nuestro Íntimo, nuestro Ser Interno. Es un vencedor que representa la conquista
de la ilusión. Las riendas con que conduce el “carro”, que viene a ser el cuerpo físico
del iniciado, son invisibles, hacen alusión a la mente, en la cual no ha quedado ni las
huellas del falso yo, está alado por dos esfinges que simbolizan los sentidos, que
lógicamente han vencido el mal de la ilusión, de la separatividad, permitiendo al Ser
guiar las manifestaciones del ser humano que entra al septenario.
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Aquí funciona un campo-universo con sus
componentes y energías manifestadas o emanadas de
la Voluntad Una del Real Ser. En el hombre este
campo es la personalidad que debe cultivarse,
adecuarse y transformarse para la expresión de la
Voluntad del Padre o de nuestro Real Ser.
Igualmente debemos preparar el vehículo físico para
la manifestación de la Voluntad Primaria.
El Ser se convierte en el Soporte de todo aquello que forma parte de nuestra obra.
Porque por La creación de los mundos se mantiene en un eterno flujo y reflujo. Por
lo tanto, iniciaremos nuestra obra espiritual, dando forma al sol, planetas, satélites,
galaxias, universos… psicológicos, hasta convertirnos en Cosmocratores.
Sumando dos veces el siete obtenemos catorce que corresponde a la clave del tarot
llamada la Temperancia, a la cual se le atribuye la Inteligencia de Probación o
experimento. Esto se refiere a las diferentes pruebas que el iniciado debe pasar en
todo lo construido que lógicamente está sometido a la ley del equilibrio.
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El arcoíris simboliza la diferenciación de la luz en colores por medio del agua de
vida. El ángel es andrógino y lleva el símbolo de la energía solar sobre su frente y
simboliza la Superconsciencia, razón por la cual, en el pecho, lleva las cuatro letras
del nombre del Eterno: La estrella de siete puntas que lleva el ángel sobre el pecho
representa los trabajos o acciones que deben ser medidas y pesada para que
mantengan el equilibrio; por cuanto, para dibujar una estrella de esta categoría,
requiere la ayuda de herramientas de medición
La obra espiritual es un avance continuo, dado por una instrucción interna y eterna,
por esta razón, el Obrero es el Fin que no tiene fin. Entonces, al sumar tres veces el
siete resulta la clave veintiuno del tarot: El Mundo, donde la letra hebrea Tav o ThV,
atribuida a esta clave sugiere “fin” por medio de Th, y “continuación” por medio de
V, lo que equivale a decir: “El fin y el principio son Uno”.
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Así es que el trabajo del séptimo día consiste en la
depuración de la Obra Espiritual, con el fuego
purificador. Toda acción tiene su consecuencia y es
el fuego de esta consecuencia el que purifica porque
asemeja un aparente castigo que viene de la
Severidad del Eterno como ley que debe cumplirse
para que exista una buena administración en la
empresa.
También la corona por ser un trabajo del hombre le atribuye al trabajador de la obra
la capacidad de crear y construir su propia galaxia que lo convierta en un ser digno
de llamarse Hombre Galáctico. La figura central parece ser femenina, pero las
piernas tienen una apariencia masculina que revela que la figura es realmente
andrógina.
En toda cosa creada resuena el Verbo Creador, sin El nada existe. Es importante
aprender a percibirlo para que nuestra obra sea dirigida por El. Por esta razón, en el
séptimo día, se debe trabajar con el lenguaje en cualquier tipo de expresión y en las
formas posibles.
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Necesitamos aprender a hablar y a callar cuando sea
necesario y ninguna nota discordante ha de salir de
nuestra garganta porque a través de ella necesita
expresarse el Eterno. Cuando los gestos, palabras y en
general cualquier forma de lenguaje sean armoniosos,
el Increado se manifestará y todo mensaje que salga
de nosotros será un alivio para las almas que sufren.
Siempre habrá otros pasos que dar, senderos que recorrer y elevadas metas a las
cuales aspirar, pero todo estará en la expresión de la Ley Cósmica, si trabajas con
ella alcanzarás los soles, planetas, galaxias, universos…
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