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Instituto Superior de Bellas Artes (ISBA)

Licenciatura en Música – Historia y Morfología

Gé neros y Formas / SERENATA


Serenata, divertimento, nocturno, cassazione, son conceptos que se aplicaban
en los siglos XVII y XVIII, aproximadamente con el mismo significado, a una
música de entretenimiento (también a la música de sobremesa). Su carácter es
alegre, y su instrumentación, reducida.
Serenata, del italiano sera, velada, o al sereno, a cielo descubierto, al aire libre.
Es una obra con carácter de alborada, una música vespertina al aire libre sin
una composición instrumental o sucesión de movimientos prefijados;
Serenata o serenade es también una serenata o alborada vocal, o bien una can-
tata de loor profana escrita para ocasiones festivas de toda índole (bodas o
matrimonios principescos, etc.), de contenido alegórico y la correspondiente
forma de representación (escenificación). El mismo término designa asimismo
las sencillas rondas o canciones.
Divertimento, en italiano distracción, entretenimiento, diversión, de abigarrada
sucesión de movimientos (de 3 a 12), preferentemente de música cameristica;
Nocturno o notturno, del italiano nocturno, musica nocturna (en francés, noc-
turne), de forma e instrumentación no prefijadas;
Cassazione, en italiano despedida, una música festiva, música para distraer.
HAYDN denominó originariamente cassazioni, y luego divertimenti, a sus
cuartetos para cuerdas nums. 1-12.

La serenata instrumental tiene de 5 a 7 movimientos, pero también puede tener


más, como la Serenata Haffner, num. 1, KV 250, de MOZART (fig. A).
Como introducción suena una marcha, que originariamente era la entrada de los
músicos. La misma constituye asimismo el trozo final para su partida. Si bien la
Serenata Haffner, mun. 1 nos ha llegado sin la marcha (pues en la época de MO-
ZART la marcha ya había pasado de moda en la serenata), se supone que la Mar-
cha KV 249, editada por separado, pertenecía originariamente a ella.
En su forma y secuencia de movimientos, la serenata es sucesora de la suite.
Por ello, todavía a fines del siglo XVIII, tiene varios minuetos, mezclados con
movimientos de sonata y de concierto.
La Serenata KV 250 comienza con un allegro de forma sonata, es decir, como el
movimiento inicial de una sinfonía. Los 3 movimientos siguientes son un andante
lento, un minueto en un doloroso sol menor y un alegre rondo en Sol mayor. Esta
sucesión de movimientos corresponde a la de una sinfonía. Típico de la serenata
suralemana y salzburguesa es el empleo del violín solista. Le siguen luego lentas
variaciones y un rápido movimiento final con una introducción lenta, interpolán-
dose sendos minuetos entre estos movimientos.
La proximidad entre la serenata y la sinfonía se desprende claramente de los mo-
vimientos conservados de la Sinfonia Haffner, KV 385. La misma se basó en la
Serenata Haffner, nun. 2, cuya marcha y segundo minueto se extraviaron, y cuyos

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restantes movimientos el propio MOZART agrupó en una sinfonía (fig. A). Si-
milar es el caso de la Pequeña Serenata Nocturna, KV 525, la cual, en su condi-
ción de serenata, poseía asimismo un segundo minueto, hoy ausente. De ese
modo se redujo formalmente a una pequeña sinfonía.

El carácter de los movimientos de la serenata es, en general, alegre, despreo-


cupado, de fácil captación. Una estructura clara favorece esta captación, en espe-
cial en el caso del minueto, el cual, durante el Clasicismo, se enseñaba como
modelo de composición, a causa de su número par de compases, la simetría de su
disposición, la claridad de su plan estructural armónico, la perfección motivica
de su movimiento melódico y la gracia de su carácter bailable.
Los minuetos son siempre tripartitos: minueto, trio (es decir, un segundo mi-
nueto contrapuesto, originariamente compuesto para un trio de 2 oboes y fagot),
y repetición del primer minueto (sin sus repeticiones internas; cf. fig. 8).
En el minueto de la Pequeña Serenata Nocturna de MOZART, el primer penta-
grama abarca dos arcos melódicos, a y a': un ascenso en staccato hasta el do2
(compas 2) y un descenso por terceras (compas 3). Una semicadencia sobre la
dominante (compas 4), prosiguiendo en una línea ligada, la cual entreteje al
mismo tiempo la anacrusa de la repetición a' que se ejecuta a continuación. En la
repetición, el descenso por terceras se comprime en una negra (compases 6/7),
con lo cual se obtiene una conclusión rotunda en el compás 8. El segundo pen-
tagrama comienza en forma opuesta: p en lugar de f, con movimiento descendente
en lugar de ascendente, corcheas en lugar de negras, legato en lugar de staccato.
El movimiento de corcheas se halla temáticamente emparentado con el compás 4
de la parte a. El minueto concluye con la parte a' (compas 3 ss.). El trio en la
tonalidad de la dominante, en Re mayor, trae una suavemente fluyente cantilena
de 8 compases en el p como contraste con la parte a. La breve parte d es dinámi-
camente opuesta, pero esta temáticamente emparentada con la parte c, en la que
desemboca. Se repite el minueto, cerrando el círculo. El conjunto aparece como
un idilio armónico, en cuya aparente sencillez se concreta una grandeza clásica.

La composición instrumental variable de la serenata va desde la orquesta (en la


fig. C; KV 205, KV 250, BRAHMS, op. 11) hasta la integración cameristico-
solista, que predomina. Sumamente típicas son las serenatas exclusivamente
compuestas para instrumentos de viento, como música al aire libre (música de
armonía), en MOZART casi siempre para 2 oboes, 2 trompas, 2 fagots, a los que
a menudo se suman 2 clarinetes. Es Célebre la caprichosa instrumentación de la
Gran Partita, KV 361 (Serenata num. 10. fig. C).
A estas obras se opone la instrumentación solista pura para instrumentos de
cuerda como música de cámara, como por ejemplo el Trio para cuerdas, op. 8
(Serenata) de BEETHOVEN. El Septimino de BEETHOVEN y el Octeto de
SCHUBERT son serenatas, aunque no lleven el nombre de tales, a causa de su
instrumentación solista y su carácter (fig. C).
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