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AVENTURAS EN LA CALLE FANTASÍA

I EL ESCONDITE

Una hoja en blanco, revoloteaba por la calle, pasaba por el poste, asomándose hacía el callejón.
Relucía aquel color pálido, se habrá escapado por la ventana, gracias a la brisa de un ventilador,
esperando ser escrita, nada la había manchado.

Mi visión era de tonalidad amarillenta gracias a la luz que emitía el poste, la hoja se sobreponía
con una luz tenue como lo hace la luna en las noches de cielo despejada, vaya estado de ataraxia,
ahí está Di…

-Selene- Dijo Dog interrumpiendo el sepulcral silencio que había en aquel callejón.

- ¿Qué? - Le respondí extrañado de escuchar una palabra después de varias horas.

-Selene es el astro que ilumina la noche- Respondió sin dejar de mirar al frente. – La sinapsis que
provoca que relaciones la luna con la hoja no representa a un Dios, representa a un titán, idiota.

Al volver a mirar al frente la hoja ya no estaba.

-Para eso me perdí lo que quedaba de trayectoria.

-En esos 3 segundos dio una vuelta en 360 grados y siguió por donde iba. –Me respondió con aires
ganadores.

-No hablen hijos de puta. –Interrumpió Stan que se encontraba en el medio del grupo,
dispensándonos unos cabezazos

-Tu salvajismo llama más la atención- Dije en tono quejumbroso mientras intentaba acomodarme
en el mínimo espacio con el que contaba

No tenía la noción del tiempo, ¿Cuánto habría pasado? ¿4 horas? ¿Menos? Mi cuerpo estaba
acalambrado, aquel pequeño agujero para ratas en completa oscuridad apenas podía
contenernos. Este escondite estaba ubicado al final de un callejón que no tenía otra salida más
que la entrada del mismo, era una parte faltante de un edificio casi a punto de ceder con la
próxima bocanada de viento que se le aproximase, se encontraba en medio de dos botes de
basura de esos grandes comunitarios, si te adentrabas a este callejón era fácil observar el agujero
que tomamos como escondrijo, para ello teníamos el elemento de la placa metálica la cual
ubicamos de lado de uno de los botes de basura para que sirviera como puerta y taparnos de
alguna linterna que se acercase.

¿Qué podía salir mal? Si algún policía era astuto y descubría la puerta estábamos totalmente
acorralados. Una vez que la primera ronda de policías buscó en los botes de basura con sus
linternas, no volvieron a dicho lugar, luego de lo que calculo fue la primera hora deslizamos la
puerta ya que nos estábamos asfixiando, dejamos un espacio para tener campo visual a aquel
poste que se encontraba delante de nosotros y emitía luz a la calle aledaña, al ver a los policías en
el poste teníamos suficiente tiempo ,antes que sus linternas dieran con nosotros, de subir la
puerta nuevamente de manera silenciosa. Huíamos de la luz.

-Stan eres un idiota- Reclamó Dog- Hablé porque ya podemos irnos.


- ¿De qué hablas? Las patrullas han estado pasando ¿Acaso no vez las luces continuas?

-Parece que me rodeo de idiotas, se los explicaré- comenzó Dog - acabamos de cumplir 45 minutos
aquí, los policías se acercaron en los primeros 3 minutos, las sirenas pararon de sonar a los 4
minutos, la puerta la bajamos 98 segundos después, la primera patrulla que observamos fue
cuando cumplimos 17 minutos, luego con una exactitud casi impecable pasa una patrulla cada 9
minutos ¿Conclusiones?

-Termina la maldita idea- respondió Stan

- ¿En serio ha pasado tan poco tiempo?

-Ya nadie nos está buscando, la patrulla que vimos está cumpliendo su ruta, acaba de pasar así
que, si llegamos a la calle de las discos que está cerca ya no correremos peligro como transeúntes.

- ¿Te confías de 3 intentos?

- ¿No es suficiente dos de tres? - Cuando Dog realizó aquella pregunta no paso más de 30
segundos en que nos estábamos levantando silenciosamente para salir. Tuvieron que cargarme
tres calles ya que mi cintura estaba totalmente con calambres por cargar con su peso esos 47
minutos.

En el momento que me levanté en la plaza de las cervezas, que a esa hora tenía no menos de 50
personas, me sentía en el cielo. La hamburguesa que ordené repotenció su gusto. Los colores eran
más vivos.

- ¿Acaso estoy muerto?

-No cantes victoria vaquero, como todo empieza, todo termina. – Dog era el líder-Stan, ¿Qué
dices?

-Que esta tocineta me satisface, cada bocado es un éxtasis, ustedes no me importan, no vuelvan a
hablarme. - Su mirada estaba fija en su comida, inmediatamente supe que desaparecería al
siguiente día; no debía decirle que lo extrañaría, por su bien, debía aplaudir su camino, sin darle
importancia a aquella sensación de oscuridad al pensar en ello, nunca seríamos los mismos.

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