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Actividad de aprendizaje 3: Definir los aspectos más relevantes del proceso de

sostenibilidad, teniendo en cuenta actividades como la economía solidaria

Edilson Yeferson Alape Galindo

Ensayo: Economía solidaria y Economía agraria sostenible

La constante búsqueda de respuestas y el proceso de estabilidad por los intereses particulares han
prevalecido en las edades del hombre; desde la antigua hasta la contemporánea y en el presente se
mantiene vigente. Cada actividad de búsqueda de un bienestar propio o colectivo, motivada por el
equilibrio de los aspectos sociales, económicos y ambientales en la producción de alimentos, ha
conllevado a exploraciones y sucesivos hechos en la historia.

La sociedad siempre ha estado inmersa en crear y avanzar, mostrando con ello una creciente
transformación del pensamiento y sucesiva evolución en el desarrollo y para el desarrollo, lo que
ha significado transformación en el entorno y acelerados cambios. Se ha avanzado en ciencia y
conocimiento en la continua evolución tecnológica y digital, logrando aceleradas
transformaciones en los ecosistemas con la forma en que se producen los alimentos, por decirse
de alguna manera que, las ideas que surgen y se ejecutan aportando muestras de avance, han
significado sacrificios ambientales.

En el mundo, la producción de alimentos antes de la década de los 60’s, significaba en las


familias rurales garantía en ingresos económicos, relaciones sociales estrechas y cuidado de los
entornos naturales, sin embargo, la revolución verde y el auge de monocultivos, transformó el
campo. Se puede inferir también que, al estar inmersos en la era donde todo se renueva
constantemente y toda giraba en torno a la globalización, nos volvimos dependientes de los
paquetes tecnológicos por los costos, lo accesible de insumos y reducción de mano de obra.

No obstante, las nuevas visiones y los cambios desde los 90´s y el nuevo milenio desdibujó la
idea de producción, por lo que la Agroecología como ciencia trajo consigo diferentes tipos de
formas de cultivar y garantías para los productores en materia económica. Es así que, se establece
la economía solidaria, como un sistema económico y social, ya que permite la participación de la
comunidad y pone ante todo el componente humanístico, propiciando el desarrollo humano por
encima de la economía. Al plantear la economía solidaria como modelo para el desarrollo
sostenible, se establece la necesidad urgida de unificar a la especie humana y la naturaleza, sus
recursos, costumbres y necesidades propias, que permitan producir, consumir y ofrecer productos
y servicios en base a los recursos naturales e iniciativas empresariales.

La economía solidaria se centra en los problemas del hombre y la necesidad social, más no en la
acumulación de riquezas, y dando cumplimiento a sus principios de igualdad, empleo,
medioambiente y cooperación, en este sistema, la actividad económica tiene en cuenta a las
personas, el medio ambiente y el desarrollo sostenible y sustentable, como referencia prioritaria
por encima de otros intereses, además de incorporar a la gestión de la actividad económica, los
valores universales que deben regir la sociedad y las relaciones entre toda la ciudadanía: equidad,
justicia, fraternidad económica, solidaridad social y democracia directa.

Inmiscuyéndose de manera lenta en las actividades agrarias la economía solidaria, ha tenido una
posición robusta, aspirando a satisfacer las necesidades individuales y globales y ha buscado
consolidarse y permanecer como un instrumento de transformación social, por lo que, velar por la
calidad de vida de las personas, siempre será necesario, pero fue relegado por muchos años. En
dicha medida la economía solidaria se centra en otro aspecto, la democracia participativa,
evidenciándose gran intervención en sectores como el financiero, agropecuario, comercio, salud,
transporte, educación, servicios públicos, manufactura, asegurador, trabajo asociado, entre otras,
lideradas por entes, entidades, organismos, asociaciones o cooperativas, entre otras, que ven en la
economía solidaria garantías sociales colectivas.

Las familias campesinas, históricamente han sostenido en su proceso de ocupación y resiliencia,


bases de economías solidarias en las actividades agropecuarias, desconociendo el significado,
pero empleándola como un elemento integrador que no debe desaparecer, sino que, por el
contrario, necesita reforzarse para garantizar ese equilibrio entre lo social, lo económico y lo
ambiental.

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