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Referencias documentales:
- ALDÁMIZ, Mª M. (2000). ¿Cómo hacerlo? Propuestas para educar en la diversidad.
Ed. Graó.
Introducción
El término atención a la diversidad genéricamente considerado abarca cualquier
decisión que se tome o cualquier actuación que se realice en el ámbito de la educación,
al ser la finalidad de dichas actuaciones la atención al alumnado en su unidad y en su
diversidad. Se trata de un concepto que remite al viejo ideal o aspiración de una
enseñanza individualizada o personalizada, lo que implica tener en cuenta las
características individuales del alumnado para adoptar las estrategias y actuaciones
educativas más adecuadas en cada caso. Lo que sí ha ido variando a lo largo de los años
ha sido la concreción de esta vieja aspiración, ya que ha sido y son distintas las
concepciones que se tienen sobre la importancia que adquieren las características
individuales de los estudiantes para alcanzar el mayor grado posible de
individualización de la acción educativa. Podemos entender el término “atención a la
diversidad” como un principio regulador de la función docente que implica a todas las
instancias educativas y que tiene como finalidad aprovechar las peculiaridades de cada
alumno para potenciar su desarrollo a través de su aprendizaje.
Desde esta perspectiva convertimos la atención a la diversidad en un principio
de actuación. Es decir, la atención a la diversidad es aquello que llevamos toda la vida
intentando hacer como profesores, porque cada estudiante aprende como un ser único de
acuerdo con sus diferencias individuales.
Atender a la diversidad supone articular una estrategia de conjunto que abarque
desde el diseño curricular establecido en un determinado centro educativo, hasta el
desarrollo de actividades concretas de enseñanza y aprendizaje, razón por la que cada
centro debe establecer con claridad y como paso previo, qué necesidades educativas de
su alumnado son las que debe atender, y en función de ellas, qué respuesta educativa
acorde a esas necesidades pretende dar, delimitando a la vez las intervenciones en las
que se va a materializar.
Atender a la diversidad supone, por tanto, definir y concretar un modelo de
intervención que contemple medidas operativas suficientes, adaptadas a la realidad de
cada centro y convenientemente planificadas, lo que implica reflexionar de forma
conjunta en los órganos colegiados del mismo, de forma que puedan tomarse decisiones
sobre algunos aspectos de gran importancia, a la vez que decidir medidas de carácter
general y otras más concretas (plan de atención a la diversidad). Estas medidas serán
tanto más efectivas cuanto antes se definan, y su aplicación será más fácil para el
profesorado cuando mejor planificadas estén. Es muy posible que muchos profesionales
consideren que por qué se van a planificar las medidas que toda la vida se hicieron sin
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contar con nadie a medida que surgía la necesidad (y a menudo la idea).
La atención a la diversidad implica, en el plano pedagógico, la necesidad de
articular una actuación didáctica que permita atender simultáneamente y con eficacia a
unos alumnos que se van diferenciando progresivamente como resultado de la propia
escolaridad, de los contextos personales y familiares así como de los intereses que se
manifiestan en distintos momentos evolutivos. Una respuesta adecuada a la diversidad
en esta etapa supone esencialmente la estructuración de situaciones de enseñanza-
aprendizaje suficientemente variadas y flexibles para posibilitar que los alumnos
accedan a desarrollar, en el mayor grado posible, el conjunto de capacidades que
señalan los objetivos de la etapa educativa. Esta respuesta a la diversidad debe
establecerse siempre en términos de grado y admitir múltiples procesos, momentos y
realizaciones parciales. Debe seguir un curso temporal y debe depender de la situación
de partida y de las características específicas del contexto en el que se realiza.
La respuesta a la diversidad según la concepción de la educación comprensiva
puede y debe darse en distintos planos: centro escolar, ciclo, departamento didáctico,
aula, atención individualizada al alumno, etc. y adoptando distintas medidas en relación
con compromisos asumidos por el centro como los que consigna el Proyecto Educativo
de Centro, el Proyecto Curricular de Etapa, el Plan de Atención a la Diversidad,
contando con la organización del centro, la estructuración concreta de espacios y
tiempos, agrupamientos de alumnos, materiales, etc.
Como puede verse, atender a la diversidad es algo que trasciende al propio
profesor individualmente considerado y pasa a ser tarea del centro en su conjunto, ya
que el intento de alcanzar un equilibrio entre una enseñanza comprensiva y un
tratamiento adecuado a la diversidad exige un planteamiento global y un esfuerzo en los
diferentes ámbitos ya citados, utilizando para ello todas las medidas disponibles sin
excluir ninguna. Las medidas para atender a la diversidad deben ser, por tanto, variadas
y deben articularse en una estrategia de conjunto, tarea a la que pueden y deben
contribuir de forma decisiva diversas instancias (el orientador del centro, la CCP, los
equipos psicopedagógicos,…) formulando propuestas para atender a la diversidad, ya
sea de forma esquemática o de otro modo, de forma que permitan percibir con claridad a
todo el profesorado, de qué manera el centro aborda la atención a la diversidad de su
alumnado.
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respuesta a la diversidad; finalidad de la respuesta a la diversidad; medios, estrategias y
recursos; y profesionales responsables.
En definitiva, los planteamientos educativos que optan por el desarrollo y la
promoción personal de todos y todas, parten de una educación que se concibe desde, en
y para la diversidad en toda su complejidad. Esta postura educativa en su puesta en
práctica, debe articularse en función de los siguientes ejes-clave (Muñoz y Maruny,
2003):
- La educación en la diversidad implica la consideración de la totalidad del
alumnado, no solo aquél escolarmente “problemático”, y el planteamiento de
todos los componentes tanto curriculares como organizativos del Proyecto
Educativo de Centro, y no solo los recursos específicamente compensatorios.
Por ello, el funcionamiento colectivo y articulado del centro emerge como
entorno indispensable (dirección y coordinación, proyectos de equipo, claustros
dinámicos, gestión de los recursos, etc.).
- Las programaciones ordinarias de las áreas curriculares son un elemento
clave. La rigidez, la homogeneidad y selectividad en su desarrollo pueden
generar desigualdades escolares de difícil superación a través de otros recursos.
- La composición heterogénea de los grupos (género, intereses, ritmos,
capacidades, valores culturales, etc.) es el criterio de agrupamiento del alumnado
más facilitador de la educación en la diversidad.
- La gestión de la diversidad de procesos de aprendizaje a través de la acción
individual del profesorado es prácticamente inviable. Se requiere del trabajo en
equipo del profesorado tanto en el desarrollo curricular como en el seguimiento
global del alumnado.
- Los recursos específicos de carácter compensatorio dirigidos al alumnado con
necesidades educativas especiales deben vincularse y articularse estrechamente
con el conjunto de las actividades de enseñanza-aprendizaje.
- El tipo de evaluación más ajustada a la educación en la diversidad es la
evaluación cualitativa del alumnado centrada en el propio alumno y en el
proceso, la cual permite el reconocimiento de las diferencias en los resultados
finales y la renuncia a ejercer funciones socialmente selectivas.
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MARCO
MARCO EDUCATIVO COMO
MARCO SELECTIVO INTEGRADOR- DESARROLLO Y
COMPENSADOR PROMOCIÓN
PERSONAL Y
SOCIAL
Concepto de diversidad O no se reconoce la La diversidad como La diversidad como
diversidad o es desigualdad: hay singularidad, como una
considerada una desigualdades derivadas riqueza. La diversidad
jerarquía en la que unas de necesidades es una característica
maneras de pensar, de educativas especiales, intrínseca de la realidad
hacer o de ser son de ritmos y procesos de humana: diversidad de
superiores a otras. La desarrollo desiguales. pensamientos,
diversidad como un Existe la diversidad por creencias, capacidades,
problema: hay arriba (alumnado procesos, intereses, etc.
alumnado “normal” con destacado de la
capacidad para estudiar normalidad) y la
y “problemático” sin diversidad por abajo (el
capacidad para el alumnado que precisa
estudio. más ayuda que el
promedio)
Alcance de la respuesta Aquel alumnado La atención a la La atención a la
a la diversidad “problemático”, que no diversidad abarca a diversidad abarca a
se ajusta a las todo el alumnado, pero todo el alumnado. Se
exigencias previstas, es se mantiene cierto trata de atender a las
rechazado de manera énfasis en la atención a necesidades educativas
activa o pasiva. La aquel alumnado que de todos los alumnos-
respuesta es necesita más apoyo que que son diferentes-para
discriminatoria y abarca el promedio (a la que todos aprendan más
a aquel alumnado que diversidad por abajo). y mejor, de forma
no sigue significativa.
satisfactoriamente,
según una norma
preestablecida, el
proceso de enseñanza-
aprendizaje.
Finalidad de la Recuperar, si es Compensar, en la Procurar el desarrollo y
respuesta a la posible, al alumnado manera que se pueda, la promoción personal y
diversidad con más dificultades las desigualdades que social de todo el
que no ha podido ser sufre determinado alumnado,
seleccionado en primera alumnado. Clara desarrollando al
instancia. voluntad máximo las
promocionadota. singularidades y las
capacidades de cada
uno, a la vez que se
destaca el papel
fundamental que juega
la interacción social en
dicho desarrollo.
Medios, estrategias y Se trata de medios que Se trata de medios que Se trata de medios que
recursos suponen la separación, proporciona el mismo proporciona el mismo
o la atención separada, centro o los servicios centro o los servicios
del alumnado que sigue educativos de la zona educativos de la zona
del que no sigue. en estrecha en estrecha
En el centro: colaboración con el colaboración con el
-Repetición de curso profesorado del centro, profesorado del centro,
-Agrupamiento del que se dirigen al que se dirigen al
alumnado de forma alumnado en función de alumnado en función de
homogénea según su sus necesidades. sus necesidades.
capacidad o En el centro. -Reorientar para dar
rendimiento académico. -Atención respuesta a la
-Atención individualizada o en diversidad: el proyecto
individualizada o en grupos reducidos dentro educativo y de gestión
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pequeño grupo, fuera o fuera del aula. del centro, el proyecto
del aula. -Adecuaciones tutorial y el desarrollo
Fuera del centro: Curriculares curricular
-Asistencia a clases de Individualizadas. -Agrupamiento del
recuperación Especialmente en alumnado de forma
-Derivación del centros de secundaria: heterogénea (en género,
alumnado hacia -Tutoría personalizada intereses, ritmos de
especialistas externos -Diversificación del aprendizaje,
(sin que haya una currículo (créditos capacidades, etc.) para
coordinación con el comunes integrados) fomentar la interacción
profesorado del centro) -Créditos variables entre ellos.
-Gabinete de Fuera del centro: -Utilización y
reeducación. -Derivación del alumno enseñanza de
a especialistas externos estrategias que
(coordinados con el favorezcan la
profesorado del centro). autorregulación del
aprendizaje por parte
del alumnado.
-Créditos variables que
respondan a los
intereses y
motivaciones del
alumnado.
Profesionales En general, el Todo el profesorado del centro, con el psicológo-
responsables profesorado no se siente pedagogo (centros de secundaria) o profesor de
preparado y deriva la educación especial y/o de apoyo (centros infantil y
responsabilidad hacia primaria) como un profesor más, en estrecha
especialistas (psicólogo, colaboración con los profesionales y servicios
maestro de educación externos (EAP, logopeda, etc.)
especial, logopeda, etc.)
Tabla 1.- Marcos de respuesta educativa a la diversidad
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humanidad: humanísticos, científicos, tecnológicos, creativos, artísticos y éticos.
- Planificar grandes bloques de contenidos para cada área, que sean amplios y
abiertos de forma que cada profesor pueda desarrollarlos y concretarlos en los
contenidos que considere más apropiados a las características del alumnado.
- El currículo debe garantizar una formación profesional básica para todos, como
forma de acercamiento a la realidad.
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Sus características generales son:
- Ser preventivas.
- Estar incorporadas a la organización y a la programación ordinaria.
- Afectar al conjunto de los estudiantes.
- Deben dar cabida a las diferencias individuales en los ámbitos cognoscitivo,
afectivo y relacional.
- Deben distinguir entre educación obligatoria educación postobligatoria para
atender a la diversidad de capacidades, intereses y motivaciones de los alumnos.
- Deben ser medidas acordes con los principios básicos de una educación
inclusiva.
- Deben atender a la diversidad, tanto en la vertiente estructural y de ordenación
del sistema educativo, como en las sucesivas fases de elaboración, concreción y
puesta en práctica del currículum.
- Deben permitir una actuación coordinada de las diferentes instancias de
planificación y decisión de la práctica educativa: inspección, servicios de apoyo,
equipos directivos, equipos docentes, etc.
El hecho de que sean medidas de carácter ordinario y con una serie de características
comunes en modo alguno debe impedir que se presten atención específica a las
capacidades, a los intereses y a las motivaciones de cada alumno, sino que por el
contrario, deben permitir un ajuste de los mecanismos de que dispone el centro para el
tratamiento de las diferencias individuales, es decir, entre la capacidad de aprendizaje de
los alumnos y la acción educativa.
Entre estas medidas podemos citar las relativas a las programaciones didácticas, a
los criterios generales de agrupamiento de alumnos, asignación de horarios, grupos,
tutorías, etc. La mayor parte de este tipo de medidas podrá ser puesta en funcionamiento
al inicio del curso después de haber realizado la evaluación inicial, en tanto que otras
deberán esperar a hacerlo con posterioridad.
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a) La acción tutorial, entendida como la planificación de actuaciones, para cada una de
las etapas educativas, que posibilite una adecuada respuesta a las características del
alumnado a nivel escolar, personal y social, y la actuación sistemática en los procesos
de intervención. La acción tutorial y la acción orientadora serán desarrolladas por todo
el profesorado; a tal efecto, los orientadores de los centros asesorarán al profesorado en
el desarrollo de la tarea orientadora implicada en el ejercicio de la acción docente y la
tutoría.
b) La opcionalidad en la elección de materias en la educación secundaria obligatoria y
bachillerato.
c) Las estrategias de enseñanza, los grupos de refuerzo o apoyo en las áreas o materias
de carácter instrumental, los agrupamientos flexibles de carácter colectivo y las medidas
de ampliación o profundización que, en su caso, sean necesarias.
d) Las adaptaciones curriculares que afecten a la metodología, a la organización, a la
adecuación de las actividades, a la temporalización y a la adaptación de las técnicas,
tiempos e instrumentos de evaluación, así como a los medios técnicos y recursos
materiales que permitan acceder al alumnado con necesidad específica de apoyo
educativo al currículo de cada etapa. En todo caso, estas adaptaciones tomarán como
referente los criterios de evaluación establecidos con carácter general en las
correspondientes programaciones didácticas.
e) Los Planes de Acogida, entendidos como el conjunto de actuaciones diseñadas y
planificadas que deben llevar a cabo los centros docentes en los momentos iniciales de
la incorporación a éstos de todo el alumnado, y en especial del alumnado de integración
tardía en el sistema educativo.
f) La aplicación de medidas específicas de prevención y control del absentismo escolar
y del abandono escolar temprano, directamente o en colaboración con otras
administraciones o entidades de carácter público o privado, sin menoscabo de las
actuaciones que, en este sentido, correspondan a las Direcciones Provinciales de
Educación a través de las correspondientes Comisiones Provinciales de Absentismo.
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Sus características fundamentales son:
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considerados preceptivos del currículo, entendiendo por estos los objetivos, contenidos
y criterios de evaluación de las áreas o materias del segundo ciclo de educación infantil,
educación primaria y educación secundaria obligatoria y, por tanto, al grado de
consecución de las competencias básicas. Estas adaptaciones tomarán como referente
los criterios de evaluación establecidos en las mismas.
b) La permanencia excepcional en el segundo ciclo de educación infantil, en educación
primaria y en educación secundaria obligatoria, de acuerdo con el artículo 5 de la Orden
EDU/865/2009, de 16 de abril, por la que se regula la evaluación del alumnado con
necesidades educativas especiales escolarizado en el segundo ciclo de educación infantil
y en las etapas de educación primaria, educación secundaria obligatoria y bachillerato
en la Comunidad de Castilla y León.
c) El fraccionamiento de las enseñanzas de bachillerato para el alumnado con
necesidades educativas especiales asociadas a problemas graves de audición, visión o
motricidad, de acuerdo con el artículo 6 de la Orden EDU/865/2009, de 16 de abril.
d) Los programas de diversificación curricular y los programas de cualificación
profesional inicial, de acuerdo con la Orden EDU/1048/2007, de 12 de junio, por la que
se regula el programa de diversificación curricular de la educación secundaria
obligatoria en la Comunidad de Castilla y León y la Orden EDU/1869/2009, de 22 de
septiembre, por la que se regulan los programas de cualificación profesional inicial en la
Comunidad de Castilla y León, respectivamente.
e) Los programas específicos de apoyo, refuerzo y acompañamiento para el alumnado
de integración tardía en el sistema educativo o para el alumnado en situación de
desventaja socioeducativa.
f) Las acciones de carácter compensatorio dirigidas al alumnado que presente
necesidades educativas por estar en situación desventaja socioeducativa y las medidas
destinadas al alumnado que presente dificultades de adaptación e inserción al entorno
escolar y manifieste problemas de convivencia.
g) La adaptación lingüística y social, incluida la atención en aulas específicas de apoyo,
para el alumnado de integración tardía en el sistema educativo cuya lengua materna sea
distinta del castellano y presente graves carencias lingüísticas en esta lengua, así como
los programas específicos para aquellos alumnos que presenten desfases o carencias
significativas, al menos de dos cursos, en los conocimientos instrumentales básicos.
h) La atención educativa al alumnado enfermo para aquellas situaciones de
hospitalización o de convalecencia domiciliaria, de acuerdo en este último caso con
Orden EDU/1169/2009, de 22 de mayo, por la que se regula la atención educativa
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domiciliaria en el segundo ciclo de educación infantil, educación primaria, educación
secundaria obligatoria y educación básica obligatoria en los centros docentes sostenidos
con fondos públicos de la Comunidad de Castilla y León.
i) La flexibilización de los diversos niveles y etapas del sistema educativo para el
alumnado con altas capacidades intelectuales, siempre y cuando se prevea que esta
medida es la más adecuada para el desarrollo de su equilibrio personal y su
socialización.
j) Cuantas otras medidas puedan determinarse por la Consejería competente en materia
de educación.
Con carácter general, en relación con las medidas de atención educativa, tanto de
carácter ordinario como específico, habrá que tener en cuenta lo siguiente:
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3. El Plan de Atención a la Diversidad
- Los centros docentes elaborarán al inicio de cada curso escolar un Plan de Atención a
la Diversidad que formará parte del Proyecto Educativo del centro.
En los centros de Educación Infantil y Primaria es la Comisión de Coordinación
Pedagógica la que se encarga de la realización del Plan de Atención a la Diversidad.
b) Determinación de objetivos.
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e) Todos aquellos programas específicos que se implementen en el
centro para la atención a la diversidad del alumnado.
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- Currículo como los contenidos de la enseñanza
- Currículo como plan guía de la actividad escolar
- Currículum entendido como experiencia
- Currículum como sistema
- Currículum como disciplina
- Currículum como resultados previstos de aprendizaje
- Currículum como reconceptualización social
Modelo Modelo
Academicista- Tecnológico
Humanístico
Modelo Modelo
Humanista Crítico
Todo currículum refleja una teoría del aprendizaje y una concepción de la persona, de la
sociedad y del conocimiento. Por medio de estos elementos teóricos, la práctica escolar
se traduce en un modelo educativo determinado.
Se puede hablar básicamente de dos categorías de modelos:
- abiertos, cuyo currículum está centrado fundamentalmente en el proceso de
enseñanza-aprendizaje, y
- cerrados, basados en objetivos de conducta.
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Los primeros se fundamentan en las teorías del aprendizaje cognitivo, del aprendizaje
significativo y el aprendizaje por descubrimiento, enmarcadas dentro del enfoque
constructivista de la enseñanza y el aprendizaje.
- Permite sistematizar conductas que de otra manera sería más difícil adquirir.
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¿Cómo podemos, pues, dar respuesta a la diversidad desde el modelo curricular que
plantea la actual configuración de nuestro sistema educativo?
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*El currículo es un ámbito para la experimentación educativa y, por consiguiente,
un instrumento de mejora de la calidad de la enseñanza.
López Melero (1988) argumenta que, para que el currículo tenga en cuenta a los
niños cognitivamente diferentes, debe contemplar, al menos tres principios:
El currículo escolar abierto y flexible que sostiene la nueva ordenación del sistema
educativo precisa ser concretado en el contexto de cada centro, en forma de proyecto
curricular; en el contexto de cada aula, en forma de programación para el grupo clase y,
en caso necesario, para un alumno concreto, mediante adaptación curricular
individualizada.
Hasta hace poco tiempo, la práctica generalizada ante el alumnado con necesidades
educativas especiales consistía en elaborar Programas de Desarrollo Individual (P.D.I.)
a partir de una propuesta curricular paralela al currículum ordinario establecido para
todos los alumnos; estos PDI estaban centrados en compensar las dificultades del
alumnado para optimizar su desarrollo, lo cual se ha mostrado insuficiente para
conseguir el equilibrio necesario entre el máximo desarrollo de sus posibilidades y la
participación activa en las distintas actividades de la vida escolar.
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La existencia de currículos paralelos era necesaria en un momento determinado de
nuestra historia educativa por las propias características del currículum oficial que era
de carácter cerrado y centralizado, ofreciendo escasas posibilidades de variación para
dar respuesta a contextos y alumnos con necesidades educativas y peculiaridades
distintas.
Ahora se pretende cambiar el tipo de respuesta educativa para estos alumnos con
necesidades educativas en una doble vertiente:
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QUIÉN QUÉ PARA QUIÉN
Junto con las medidas de flexibilización curricular, resulta imprescindible contar con
una serie de recursos extraordinarios (personal de apoyo y equipos psicopedagógicos,
logopedas, mobiliario especial, etc.) que, junto con los ya disponibles en la enseñanza
general, posibiliten el éxito de aquellas. Lógicamente, la mera presencia de estos medios
extraordinarios no asegura el éxito de la respuesta normalizada si no se planifican y
actúan dentro de una estructura de respuesta curricular.
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Tradicionalmente, en la valoración, siguiendo el modelo médico, se ha hecho más
hincapié en el déficit y en la posterior etiquetación. Una consecuencia inevitable, entre
otras, es que la etiqueta con que siempre se concluía el diagnóstico, acuñada
inicialmente para describir una determinada disfunción, se convertía poco a poco en
explicativa y “causa” del comportamiento de la persona con retraso (Giné, 1987).
Otra práctica que ya lleva tiempo puesta en tela de juicio, aunque aún se siga
empleando, es la utilización de las pruebas de inteligencia o similares, para la
valoración psicopedagógica del alumno. Es conocido el desprestigio que está sufriendo
la utilización de pruebas psicométricas, entre otras causas, por su escasa utilidad para
plantear la acción educativa. Es conveniente también recordar cómo el nacimiento de la
psicometría, de los tests de inteligencia, allá por los comienzos del siglo XX, fue con la
intención de elaborar un instrumento que sirviera para identificar y posteriormente
separar a los alumnos no aptos para la enseñanza común en la escuela. Hasta fechas
recientes, era esta una utilización que se le seguía dando a la medida de la inteligencia:
apartar de la escuela ordinaria a los retrasados, a los que obtenían un CI por debajo de
ciertos límites.
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En un primer momento, es el profesor tutor, que conoce más y mejor al alumno, el
que tiene un papel importante en la identificación de las necesidades educativas
especiales, mediante la observación sistemática, la recogida de datos, el describir sin
etiquetar, etc. pudiendo, si el caso lo desborda, recabar ayuda del profesor especialista
de apoyo, del profesor de audición y lenguaje, del orientador y/o de los equipos
interdisciplinares.
Ruiz (citado por Giné, 1987) dice que el proceso de valoración debe permitirnos
identificar cuáles son las necesidades educativas del alumno y cuál es su grado de
especificidad, precisando elementos como:
a) el tipo y grado de especificidad de las adecuaciones curriculares que va a ser
necesario establecer en relación a un alumno determinado, y
b) medios de acceso al curriculum que será necesario facilitar al alumno.
Estas cuestiones, junto con las más generales que afectan al desarrollo en general y
al proceso educativo en particular, como son los aspectos afectivos, la relación
interpersonal, social, etc., van a permitirnos con mayor facilidad formular las
actuaciones educativas adecuadas.
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Cuando hablamos de adaptaciones curriculares, concebimos estas en primer lugar
como una estrategia de planificación y de actuación docente, es decir, como un proceso
para tratar de responder a las necesidades de aprendizaje de cada alumno, de modo que
se tomen decisiones respecto a qué es lo que el alumno o la alumna debe aprender,
cómo y cuándo, y cuál es la mejor forma de organizar la enseñanza para que todos
salgan beneficiados.
Por consiguiente, y de una forma general, podemos definir las adaptaciones
curriculares como cualquier ajuste o modificación que se realiza de la oferta
educativa común para responder a los alumnos con necesidades específicas de apoyo
educativo en un continuo de respuesta a la diversidad, teniendo en cuenta que en la
medida que vayamos realizando ajustes y adecuando las propuestas curriculares de
centro y aula a las necesidades de los mismos en la oferta común, menos necesarios
serán los ajustes individuales. A partir de esta concepción podemos destacar las
siguientes características:
a) Una escuela que responda realmente a la diversidad tendrá menos necesidad
de realizar adaptaciones para responder a los alumnos con necesidades
educativas especiales. Por el contrario, una escuela centrada en el alumno
medio, con metodologías y organizaciones rígidas e inflexibles, tendrá mayor
necesidad de realizar adaptaciones, no solo en función de los a.c.n.e.e., sino de
todos los alumnos. Aún así, para ciertos niños y niñas, y por muchos ajustes
que se hayan realizado en el Proyecto Educativo y en el Proyecto Curricular,
así como en las Programaciones de Aula, no se puede dar respuesta adecuada
a algunas de las necesidades educativas que presentan. Será en estos casos
cuando el profesorado tendrá que adoptar un conjunto de decisiones y medidas
pedagógicas de carácter “extraordinario” e individual, complementarias a las
establecidas en los anteriores niveles mencionados de toma de decisiones
curriculares.
b) Las adaptaciones curriculares, al igual que las n.e.e., son relativas y
cambiantes, es decir, no se pueden establecer con carácter definitivo y
determinante, por lo que se hace necesario su revisión y seguimiento, en
función de la evolución y avance del sujeto.
c) Por último, señalar que las adaptaciones curriculares forman un continuo,
como ocurre con las n.e.e., que van desde ajustes poco significativos a más
significativas y desde modificaciones temporales a permanentes.
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No obstante, hemos de apuntar que se trata de una estrategia que opera en todo
momento desde el criterio de máxima normalización posible, lo que implica que el
proceso de adaptación del currículum a las necesidades especiales de un individuo dado
ha de ser gradual y progresivo, efectuando en cada momento las modificaciones
mínimas estrictamente necesarias para atender la diversidad perdiendo el mínimo de
comprensividad. Como señala Ruiz (1988), las adaptaciones del currículum parten de
algunos principios básicos que no pueden ser nunca olvidados:
- La propuesta educativa, en especial en lo que se refiere a los objetivos, ha de
ser la misma para todos los alumnos. Lo que varía en cada caso son las ayudas
que cada uno debe recibir, en función de sus peculiares necesidades
educativas.
- El diseño de programas para un alumno que presenta necesidades educativas
especiales debe partir, siempre y sin excepciones, de la propuesta educativa
diseñada para el conjunto de los alumnos.
- Las programaciones diseñadas para los alumnos con n.e.e. pueden plantear
objetivos didácticos diferentes a los de las programaciones generales, pero
deben responder a los mismos objetivos generales.
De acuerdo con el primer criterio, las ayudas que necesitan los alumnos con
necesidades educativas especiales para compensar sus dificultades de aprendizaje
constituyen los tipos de adaptaciones siguientes:
a.1) Adaptaciones en los elementos de acceso al currículum, que responden a los
elementos personales, materiales y a la organización de los mismos, incluyendo
también, la utilización de sistemas complementarios o alternativos de comunicación.
Hay alumnos que tienen dificultades de aprendizaje simplemente porque tienen
dificultades para acceder a las experiencias de enseñanza y aprendizaje. Estos
problemas de acceso responden a las necesidades específicas de un grupo limitado de
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alumnos que presentan dificultades físicas, materiales o de comunicación y que
requieren unas determinada adaptaciones en:
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enseñar y evaluar, es decir, objetivos y contenidos, metodología y actividades de
enseñanza-aprendizaje y evaluación. Estas adaptaciones podrán llevarse a cabo en todos
o algunos de los elementos del currículum, incluida la evaluación, de acuerdo con la
naturaleza de las necesidades de los alumnos. Por tanto, nos podemos encontrar con:
• Adaptaciones en la evaluación. Por lo general se tiende a evaluar a todos los
alumnos de la misma manera olvidando que las evaluaciones homogéneas
pueden enmascarar en buen grado los aprendizajes de un alumno con n.e.e.
que es diverso a la hora de aprender, pensando en ocasiones, que no ha
adquirido una serie de contenidos, cuando es todo lo contrario, y lo único que
no ha sido acertado han sido los medios de evaluación utilizados. Es en este
sentido en el que resulta necesario adaptar los procedimientos e instrumentos
de evaluación, adaptación que puede resultar de suma trascendencia en el caso
de algunos alumnos con graves problemas, por ejemplo, en la comunicación.
• Adaptaciones en el cómo enseñar. A los alumnos con n.e.e. se les deben
proporcionar estrategias metodológicas que les faciliten el acceso a los
mismos objetivos y contenidos que el resto de sus compañeros, y que pueden
consistir en diseñar actividades que tengan diferentes grados de dificultad y
que permitan diferentes posibilidades de ejecución y expresión, utilizar
técnicas de grupo cooperativo, dramatización, modelado; situar al alumno con
n.e.e. en los grupos en los que mejor pueda trabajar con sus compañeros, o
bien, introducir actividades individuales, bien alternativas o bien
complementarias, para conseguir objetivos comunes al grupo de referencia,
etc.
• Adaptaciones en el qué y cuándo enseñar. Este último tipo hace referencia a
los objetivos y contenidos y al momento de ejecución de los mismos.
Responden a las necesidades que presentan determinados alumnos de:
- Introducir determinados objetivos y contenidos que no están contemplados en
la propuesta curricular de referencia.
- Priorizar objetivos y contenidos de determinadas áreas curriculares que
pueden estar condicionando el aprendizaje en otras áreas.
- Temporalizar, de modo que un objetivo o contenido se aprenda en un
momento distinto al resto de los alumnos, concediéndole más tiempo para su
consecución y tratamiento.
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- Eliminación de objetivos y contenidos en la medida que se considere que
determinados alumnos con n.e.e. no pueden adquirirlos, bien sea referidos a
bloques de contenidos, a objetivos didácticos, de ciclo, de área o de etapa, etc.
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Es necesario señalar que las adaptaciones no significativas y significativas del
currículum constituyen dos aspectos de un mismo proceso, de modo que se trata de
responder a las necesidades educativas del alumno o alumna realizando en la medida de
lo posible adaptaciones poco significativas y recurriendo simultáneamente a las más
significativas en aquellos aspectos en los que las primeras no son suficientes.
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Hay que considerar, por tanto, que el proyecto común de la escuela no es el
resultado de la suma de proyectos parciales, sino un sistema en donde cada nivel es
interdependiente en relación con los demás, y donde se ponen en marcha procesos
interactivos, de modo que el Proyecto Educativo supone un marco para la elaboración
de los de aula, pero el desarrollo y aplicación de estos han de revertir sobre el primero,
propiciando su ajuste progresivo para un mejor logro de las finalidades educativas.
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llevarán a cabo sus tareas al margen del resto de la clase, sino que participarán
activamente en lo que allí se está realizando.
El proceso de elaboración de las A.C.I se debe iniciar con la evaluación, tanto del
alumno como del currículo del aula, y determinar si este último puede dar respuesta a
las necesidades educativas especiales que plantea el alumno y, en qué medida,
deberemos ajustar dicho currículo en los aspectos que sea necesario.
Las A.C.I deben tener como referente el currículo que se desarrolla en el grupo
clase en el que se encuentra el alumno con necesidades educativas especiales. Por tanto,
la responsabilidad última en la elaboración de estas adaptaciones corresponde a los
profesionales que están más estrechamente implicados con el proceso de enseñanza-
aprendizaje del alumno y con ese grupo, es decir, el profesorado de cada materia o área
curricular. Ahora bien, la realización de las mismas no puede recaer enteramente en
estas personas; el Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica o en su caso el
Departamento de Orientación del centro, deberá participar activamente en todo el
proceso, siendo su actuación imprescindible tanto durante el proceso de evaluación
como en la toma de decisiones y seguimiento del alumno.
Todo programa educativo, ya sea de centro, de ciclo o de aula debe ser recogido
en un documento que oriente y guíe el proceso de enseñanza-aprendizaje. De la misma
manera, las adaptaciones curriculares individualizadas se verán plasmadas en un
Documento Individual de Adaptación Curricular (D.I.A.C), en el que se verán reflejadas
las líneas generales de la intervención educativa planificada para el alumno. En él
también se describirán, justificarán y concretarán las adaptaciones realizadas, a partir de
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la programación de su grupo para un ciclo educativo, en el caso de Ed. Primaria, o para
un curso académico, en el caso de Ed. Secundaria. Este documento debe ser, por tanto,
un complemento de la programación de ciclo y aula y no un programa desligado de las
mismas.
En el DIAC deberán reflejarse los datos del alumno, la evaluación inicial que
debemos realizar para la toma de decisiones (nivel de competencia curricular, estilo de
aprendizaje y análisis del contexto escolar y socio-familiar), y la respuesta que se
proponga para ese alumno (adaptaciones en los elementos de acceso y en los elementos
básicos del currículum) tomando como referente, tanto a la hora de la evaluación como
en la toma de decisiones curriculares, la propuesta curricular de su ciclo.
El DIAC debe ser un documento que sirva de referente curricular amplio y que
guíe el proceso de enseñanza-aprendizaje con ese alumno a largo plazo. Por ello, hay
que tener presente que en ningún momento debe convertirse en un documento estático,
siendo necesaria una revisión periódica del mismo en la que se reconsideren las
decisiones allí reflejadas y se trate de ajustar la respuesta educativa al desarrollo del
alumno y al contexto de enseñanza-aprendizaje.
Las propuestas que queden reflejadas en el DIAC deberán concretarse en la
práctica educativa. Deberá ser un complemento de la programación de aula y es en ésta
donde se planifican las acciones concretas que den respuesta durante el proceso de
enseñanza-aprendizaje a las necesidades educativas especiales del alumno.
En el anexo a este documento se recoge el modelo de DIAC que propone la
administración educativa de la Junta de Castilla y León. Hay otros modelos igualmente
válidos. En cualquier caso, el DIAC debe contener información relativa a los siguientes
apartados:
a) Datos de identificación del alumno/a
b) Datos de identificación del centro
c) Determinación de las áreas o materias, en función de la etapa educativa, que
van a ser objeto de adaptación curricular
d) Fecha de elaboración y duración prevista
e) Profesionales implicados en la realización del DIAC
f) Síntesis de la información contenida en el informe psicopedagógico
g) Medidas de acceso previstas, en su caso
h) Concreción de las adaptaciones curriculares significativas previstas para las
distinta áreas o materias
i) Seguimiento de la adaptación curricular
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Para finalizar este apartado hemos de hablar de la DIVERSIFICACIÓN
CURRICULAR como caso extremo de adaptación curricular.
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Los programas de diversificación curricular incorporan de hecho adaptaciones
curriculares significativas en una o varias áreas del currículo común que van a cursar los
alumnos implicados. Del mismo modo, agrupan los objetivos y los contenidos en
ámbitos curriculares que sustituyen a las áreas establecidas con carácter general con el
fin de favorecer la globalización, interdisciplinariedad y funcionalidad del aprendizaje.
Los programas de diversificación curricular llevan también consigo la adaptación y
aplicación flexible de los criterios de evaluación. Finalmente explotan al máximo las
posibilidades del espacio de opcionalidad con el fin de alcanzar los objetivos
establecidos con carácter general mediante actividades y contenidos acordes con los
intereses de los alumnos y las alumnas implicados. Son, por tanto, una medida marco
que incorpora otras medidas más particulares.
El conjunto de procesos de carácter sistemático y sostenido a través de los cuales, personas, grupos o
instituciones interaccionan y satisfacen necesidades profesionales orientadas a mejorar las
condiciones de aprendizaje de los alumnos y las condiciones organizativas de los centros escolares,
con el propósito último de mejorar la calidad de las experiencias educativas de los alumnos con
necesidades y alcanzar más efectivamente las metas educativas (Nieto Cano, 1999, p.111)
Sin entrar en el debate actual sobre la reorganización de los servicios de apoyo a una
escuela abierta a la diversidad, vamos a referirnos a la labor de algunos profesionales
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que constituyen una de las piezas esenciales para responder a las necesidades educativas
del alumnado.
Ha sido precisamente su nivel de implicación el determinante fundamental para
llevar a cabo una inclusión óptima en los centros escolares. Piezas clave para ello son:
- El profesorado (maestro/a) tutor, como mejor conocedor de los ritmos e
intereses diferentes de los alumnos. La acción tutorial entendida como guía,
ayuda, orientación..., la mejora del clima, la implicación colaborativa y la
buena planificación en el aula serán aspectos que proporcionarán una mayor
integración de todos los alumnos en la vida del aula.
Las funciones como tutor implican, además del trabajo en el aula, el trabajo en
otros dos ámbitos: centro (para una correcta coordinación entre profesionales)
y familias (para, además de informar y asesorar a las familias, conseguir su
participación e implicación en el proceso de enseñanza y aprendizaje de sus
hijos).
- Las comisiones de coordinación pedagógica en los centros de primaria y los
departamentos de orientación en secundaria se convierten en estructuras que
dan sentido a la organización, orientación y planificación del desarrollo
educativo en los centros. Es muy importante que estos equipos cuenten con
unos buenos canales de comunicación, tanto para conocer la situación real del
centro como para desarrollar su labor en el proceso de enseñanza-aprendizaje,
de construcción de conocimientos y establecimiento de estrategias
organizativas.
- Los equipos psicopedagógicos como servicios de apoyo externo a los centros,
como responsables de orientar al profesorado de tal manera que le ayuden a
afrontar las tareas pedagógicas y organizativas que implica la atención a las
necesidades educativas especiales de los alumnos. A ellos compete la
realización de diagnósticos específicos, la sugerencia de apoyos concretos, el
diseño de programas, el asesoramiento técnico para el diseño y desarrollo de
los mismos, la constitución, guía y mantenimiento de grupos de trabajo para la
formación y actuación del profesorado, respecto a las necesidades que
presentan algunos de los alumnos.
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La seña de identidad del buen funcionamiento de un centro es el trabajo
colaborativo mediante la coordinación de todos los elementos implicados en la
educación.
En el caso concreto de los alumnos con necesidades educativas especiales, se hace
imprescindible la asistencia técnica de personal especializado, tanto en la elaboración de
programas generales en las aulas de régimen normal para atender a los alumnos con
n.e.e., como en programas específicos para alumnos concretos que habrán de
desenvolverse en las aulas normales, en las de apoyo, o en ambas simultáneamente. Así
pues, además de los profesionales anteriormente mencionados, encontramos en los
centros otras personas que se responsabilizarán de esa atención más especializada al
alumnado con necesidades educativas especiales. Entre otros, hay que reseñar los
siguientes:
- El maestro/profesor de apoyo (“maestro PT”) es la pieza angular en el
proceso de desarrollo y formación de los alumnos con n.e.e. Su cometido es
muy específico y variado: diseño de programas específicos, elaboración de
materiales concretos, preparación de sesiones de trabajo y organización de
materiales y aula, evaluación en diferentes momentos y con diferentes
contenidos, atención individualizada a los alumnos mediante actividades
específicas y concretas, asesoramiento y colaboración con los profesores
tutores, coordinación y colaboración con los equipos psicopedagógicos,
facilitar la acción coordinada familia-escuela; pero la cantidad de actividades
que debe realizar supone un gran esfuerzo que no se vería recompensado sin la
colaboración del profesor tutor y la asistencia de otros profesionales.
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- Diferentes profesionales que se encargan de prestar atenciones más
individualizadas, como son:
Familia y escuela son los dos contextos de socialización por excelencia y de este
proceso depende, en gran medida, que el niño la niña asiente las bases necesarias para
alcanzar el éxito, tanto en la escuela como en la vida.
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Es sobradamente reconocida la importancia que tiene la familia en la educación. Y
mucho más cuando se trata de alumnos que requieren atenciones especiales.
Son muchas y profundas las razones que nos llevan a considerar la importancia de
las tareas vinculadas al establecimiento de relación con las familias como tareas
inherentes a la función profesional del docente; dicha premisa reza también en relación
con las familias de alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo. Señalamos
a continuación algunas de ellas:
1ª) La importancia de considerar que la familia constituye el primer entorno
educativo en el que se ha desarrollado el alumno. Este llega a la escuela con numerosos
e importantes aprendizajes ya adquiridos en el medio familiar, sobre los cuales debemos
desarrollar nuestra acción docente.
2ª) Hay que destacar que la colaboración con la familia nos permite extender el
alcance del propio aprendizaje escolar y dotarlo de un mayor significado. En efecto, el
aprendizaje escolar no debe concebirse como desvinculado del entorno ni de la vida
cotidiana.
3ª) Debemos considerar también la escuela como punto de referencia para la
familia, lo que da medida de la importancia de su labor orientadora. Quienes son padres
no han “aprendido” a serlo mediante un entrenamiento específico. Por ello la escuela
aporta referentes inestimables para la familia acerca de sus hijos: sus progresos, sus
problemas, etc.
4ª) Hay que señalar la importancia de la escuela como ámbito de encuentro entre
las familias. Suele ser uno de los pocos espacios, si no el único, en el que convergen
grupos de padres con hijos de una misma edad, con lo que ello conlleva de posibilidad
de contraste y de intercambio de opiniones y actitudes en relación a la educación de sus
hijos y a los rasgos más específicos de cada etapa de su desarrollo.
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quehacer educativo de sus hijos. La escuela de familias podría ser un medio que
favorecería la corresponsabilidad escuela-proyecto educativo-familia.
Desde la función tutorial estableceremos los contactos precisos intentando
implicar a las familias en el proceso de intervención educativa de sus hijos; para ello
nada mejor que generar un clima de participación y colaboración.
En un primer momento mantendremos encuentros, bien por medio de la escuela
de familias o a través de la tutoría, a fin de:
- Guiar y facilitar la incorporación del niño al centro.
- Recabar la información básica y necesaria del alumno para comenzar su plan
de intervención educativa en lo concerniente a comportamientos, hábitos,
actitudes, etc.
- Prestar un servicio de orientación a los padres para que colaboren en el intento
de corregir pautas de conducta no deseadas.
- Solicitar sus aportaciones y aceptación sobre el diseño educativo que ha de
seguir el alumno.
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Podríamos, pues, fundamentar la colaboración con las familias en tres principios
básicos: conocimiento sin prejuicios, respeto mutuo y claridad sobre las posibilidades
de acción conjunta.
“Durante mucho tiempo, sobre todo en ambientes de familias y organizaciones vinculadas a los
sujetos con retraso, ha prevalecido acerca de ellos una idea que solía expresarse así: “los niños que
siempre serán niños”, o “el niño que nunca llegó a crecer”. Es una idea acaso enternecedora, pero
acaso falsa. El niño retrasado crece y deja de ser niño, se hace adolescente, adulto y anciano, y no
sólo en lo físico. Su desarrollo, al menos en ciertos síndromes, como el de Down no sólo es irregular
y se detiene antes; también declina o involuciona antes, presentándose a menudo una prematura
vejez. Sus aprendizajes necesitan de permanente consolidación y reeducación a falta de las cuales se
deteriora y decaen fácilmente. Su retraso es diferente de un mero infantilismo”...”En la práctica el
profesional que trabaja con ellos puede operar sobre la base de dos principios, dos presunciones, en
aparente contradicción, aunque realmente complementarias y que, justo en su complementación, lo
que impiden es disertar de modo genérico sobre la persona de los deficientes mentales. La primera de
ellas es que, mientras no llegue a demostrarse lo contrario, el deficiente mental en cuanto tal, en
tanto que sujeto genético y abstracto afectado de cierto tipo de limitación no difiere en nada en
personalidad o en características de conducta no estrictamente cognitivas, del no deficiente, y que
hoy no hay hallazgo empírico alguno, verdaderamente generalizado, que pueda de verdad, y sin
excepciones, aplicarse a la totalidad de los sujetos con retraso. La otra es que, a menudo, casi
siempre, pero ya en la individualidad de un sujeto concreto y para que ese individuo concreto, no
para los demás, aunque sean de su mismo nivel mental y de su misma etiología, sí que llegan a
aparecer y demostrarse peculiaridades propias. La personalidad de cada individuo retrasado
presenta algunas características idiosincrásicas, como la de cualquier otro individuo y en su caso
será bien difícil comprenderlas al margen o haciendo abstracción de su retraso mental”.
La escuela gana al conocer las expectativas de los padres y sus reacciones. Es una
obligación de la escuela el conocer esas expectativas que pueden estar o no de acuerdo
con las posibilidades del niño.
Las familias sacan provecho al conocer la problemática de sus hijos y cómo se de-
sarrolla.
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De ambos factores surge la relación permanente entre padres y maestros y conduce a
una ayuda recíproca, a una mejora de los métodos, pues la escuela se aproxima a la vida
real y las familias se aproximan a la vida escolar, ya que tanto padres como
profesionales buscan los mismos objetivos y de ahí puede surgir el distribuirse
responsabilidades. Esto, que ocurriría en cualquier relación familia-escuela, surgirá
tanto más cuando el alumno esté necesitado de una ayuda más específica debida a sus
n.e.e. Si hay una buena interrelación de la familia con el profesorado, ésta le manifiesta
sus dudas, angustias y el docente puede prestarle su apoyo para superar esa situación
emocional, aunque sólo sea escuchándoles. Es necesario orientar a los padres.
Al mismo tiempo hay que trabajar con la familia para que, en lo posible,
favorezcan la autonomía del niño con dificultades.
➢ Relación familia/maestro
El profesor ve a veces en los padres una carga, porque interfieren en lo que ellos
enseñan. Por ello hay que aclarar esas ambigüedades y hacer peticiones y demandas
específicas de padres a maestros y de maestros a padres.
La familia necesita:
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a) Información específica sobre su hijo, cómo le afecta el problema y cómo
avanza escolarmente.
b) Explicarles claramente cómo pueden colaborar —para ello sería bueno llevar
un cuaderno de trabajo en el que el profesor- tutor o/y de apoyo expresaran qué
experiencias concretas pueden trabajar con su hijo, coordinadas con lo que se hace
en clase para afianzar los conceptos que se trabajan en la misma.
Es aconsejable poner a los padres de niños con dificultades en contacto, pues así
se ayudan.
c) También sería útil que los padres vieran cómo sus hijos trabajan y participan en
el colegio, pues a veces tienden a infravalorarles ellos mismos; además esto les
sirve de modelo para trabajar ellos.
Algunas experiencias positivas aconsejan que los padres puedan entrar en las
clases de sus hijos, o en las sesiones de logopedia, por ejemplo, para que observen
cómo trabajan los niños; así pueden ser más objetivos en la valoración y aprender
modelos de trabajo.
BIBLIOGRAFÍA:
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• GARRIDO LANDÍVAR, J. y SANTANA HERNÁNDEZ, R. (1999). Cómo
elaborar adaptaciones curriculares de centro, de aula e individuales. CEPE.
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