Leer y escribir en la alfabetización inicial

Una propuesta a partir de la biblioteca del aula

Módulo 1 Clase 2

Módulo 1: Libros y lectores

Alejandra Paione, María del Carmen Reinoso y Yamila Wallace

Clase 2
La biblioteca del aula en los primeros grados de la
escolaridad. 1
Versión abril 2011

Biblioteca y comunidad de lectores.

“Se aprende a leer leyendo es una aseveración que se vacía de contenido de no

contar con los materiales a ser leídos, esa colección de documentos escritos que
llamamos bibliotecas. Y, para ir un poco más allá, tampoco es posible aprender a
escribir escribiendo sin una intensa lectura de textos del mismo género y sin libros de
consulta alrededor del escritor, ya se trate de un pequeño escritor o de un gran experto”.

Mirta Castedo (2008) “Dar clase con bibliotecas en las aulas” en Bonilla, E.; Goldin, D.y Salaberria
R. (coord), Bibliotecas y escuelas. Retos y posibilidades en la sociedad del conocimiento. México-
España, Océano (pág. 259)

Una de las cosas que pasan una vez y para siempre en la infancia son los primeros
encuentros con los libros. De ahí la importancia de la calidad de esos primeros
encuentros, de esas primeras escenas de lectura de las que, con frecuencia, hablan los
escritores en sus libros, y que suelen ser vividas como verdaderos deslumbramientos
gozosos.
¿Acceden los chicos, nuestros chicos, a esta clase de felicidad?
Graciela Cabal. (2001) “La emoción más antigua. Lecturas, escrituras, el encuentro con los libros”.
Sudamericana, Buenos Aires.
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En esta segunda clase, tal como anticipamos en el plan de trabajo del curso y
en la primera clase, nos proponemos analizar y conceptualizar los problemas de
la enseñanza y el aprendizaje de la lectura y escritura en la alfabetización inicial en
el marco de la organización y funcionamiento de la biblioteca del aula.
Para ello es indispensable producir intercambios, en el desarrollo de esta clase,
respecto al valor de la biblioteca escolar y de aula como un espacio común -
tanto institucional como áulico- propicio para la formación de los alumnos como
practicantes de la cultura escrita. Se trata de reflexionar juntos sobre la
2
importancia de conformar progresivamente una comunidad de lectores y
escritores-, un ambiente de “deslumbramiento gozoso” para compartir y al
que los niños pueden concurrir para explorar variados materiales, con una
distribución de tiempos de uso, con propósitos y responsabilidades
compartidas entre niños y docentes desde los inicios de la escolaridad.

Sus propósitos no dejan de ser responsabilidades ineludibles de la escuela:

“Formar lectores autónomos y críticos.

Crear condiciones para que los alumnos puedan acceder a obras
de literatura universal y avanzar como lectores.

Capacitar a los alumnos para la apropiación crítica del saber

Contribuir su formación como estudiante.

Propiciar que se acerquen a distintos aspectos del conocimiento
científico a través de información sistematizada.

Proponerles actividades que requieran la búsqueda de
información en diferentes fuentes y en bibliografía
especializada.

Multiplicar las oportunidades para que los alumnos analicen,
confronten y validen cantidad y variedad de información que
circula en el mundo actual.

Crear las condiciones para que recojan datos de diferentes tipos
de fuentes.

Contribuir a la construcción de criterios que permita a los
alumnos una inserción autónoma y crítica en la cultura
mediática de la actualidad”.1

En la medida que los maestros organicen los materiales necesarios y articulen

acciones para cumplir estos propósitos, la biblioteca se transforma en una valiosa
fuente de recursos para emprender y desarrollar proyectos institucionales o de
aula, en un espacio fundamental para que los alumnos recurran a él como lectores
1
Diseño Curricular para la escuela primaria. Primer ciclo. Prácticas del lenguaje. Buenos Aires.
Secretaría de Educación del GCBA. Dirección general de Planeamiento. Dirección de Currícula,
2005, pág.65-66.
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de literatura, como estudiantes, como sujetos preocupados por el contexto en

que viven, como simples lectores interesados al mismo tiempo que se apropian de
las particularidades del sistema de escritura convencional.

 Para poder avanzar en el desarrollo de esta clase les proponemos

la lectura del siguiente apartado:
3
“Biblioteca escolar-biblioteca de aula-bibliotecas públicas” en Diseño Curricular
para la escuela primaria. Primer ciclo de la Escuela Primaria/Educación General
Básica. Buenos Aires. Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires. Dirección de Planeamiento. Dirección de Currícula, pág. 65-67.
Disponible en:

http://estatico.buenosaires.gov.ar/areas/educacion/curricula/pdf/dep1.pdf

Recuerden que este material lo podrán encontrar en la carpeta Bibliografía

Clase 2.

La organización y puesta en funcionamiento de bibliotecas

escolares y de aula adquieren valor en la formación de los
alumnos lectores y escritores desde el inicio de la escolaridad.
Ambos espacios cumplen con variados propósitos.
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Un espacio común: la biblioteca escolar y de aula

Escuela 63. Florencio Varela. Provincia de Buenos

Aires

La mayoría de nuestras escuelas primarias cuentan con una biblioteca

institucional y también muchos maestros organizan bibliotecas en las aulas.
Ambas experiencias cumplen propósitos diferentes aunque complementarios y
solidarios en la formación de lectores y escritores.

La biblioteca escolar constituye el “espacio de referencia al cual acudir

para consultar, buscar información, ampliar indagar, profundizar, disfrutar… a
través de la lectura, a través del uso intensivo de textos de todo tipo. (…). Sin
embargo, además de la biblioteca escolar, es necesario considerar la
organización de la biblioteca en cada aula porque implica tener textos a mano,
al alcance de la mano, para cogerlos, consultarlos, hojearlos, compartirlos,
disfrutarlos… en cualquier momento oportuno de la jornada escolar. La
biblioteca del aula significa favorecer la estrecha cercanía y la posibilidad de
usar textos sin mediar protocolo alguno (…) Ello promueve un vínculo físico,
de proximidad, una relación fluida e incluso imprevista entre niños y textos”
(Nemirovsky, M, 2008: 240-241).

Algunas prácticas de organización y funcionamiento en torno a los libros

nos permiten precisar la necesidad de imprimir un dinamismo entre ambas
bibliotecas (escolar y de aulas) de manera tal que se produzca una fluida
circulación de materiales de una hacia otra, tanto como el intercambio con otras
bibliotecas áulicas.
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La organización de bibliotecas en los

salones de clase es una práctica cada vez
más extendida y frecuente que suplanta
aquella de gran tradición en las escuelas:
emplear “un mismo libro igual” para
todo el grupo clase. Nos orientamos
intencionalmente, hacia la conformación de
un circuito donde existan variados
5
materiales, un aula en donde se incorporan
textos que amplíen el universo de “lecturas”
de los alumnos.
A partir de una cuidada selección de materiales de lectura, tal como
profundizaremos en la tercera clase, se pueden abrir múltiples oportunidades
para mantener contacto con diversidad de géneros y subgéneros, soportes,
autores e ilustradores, colecciones y editoriales, versiones y lenguas
para cumplir con diversos propósitos lectores. De este modo, en la organización y
puesta en funcionamiento de la biblioteca del aula se valorizan los espacios
sistemáticos de interacción entre los niños, el docente y los materiales de lectura en
distintos soportes.
En la cuarta clase de este módulo profundizaremos sobre algunas
situaciones de enseñanza en el marco de la biblioteca. En algunas
ocasiones, los niños leen a través de la voz del maestro y participan en un
espacio de intercambio de opiniones para compartir el efecto que la lectura
de las obras produce o para continuar profundizando la interpretación del texto
tanto literario como de estudio. En otras, son los niños quienes se enfrentan
directamente con los textos para tratar de leer ellos mismos o bien, toman el
lápiz para escribir por sí solos o dictan al maestro respondiendo a variados
propósitos. En todos los casos, se está enseñando a leer y a escribir, a
interactuar con los textos, a compartir con otros lo leído, a elaborar
interpretaciones y encontrar pistas en el texto que las avalen, a resolver problemas
vinculados con la organización del lenguaje escrito y al mismo tiempo, poner a
prueba y tener oportunidades de transformar aquellas ideas originales acerca del
funcionamiento del sistema de escritura.
El desarrollo de estas y otras situaciones de enseñanza requiere considerar
los criterios que guían la enseñanza de la lectura y escritura en torno a la
biblioteca del aula. Formar a los alumnos como practicantes de la cultura escrita
implica organizar las clases de una manera distinta a las de la enseñanza usual. Se
trata de brindar oportunidades para que todos los alumnos participen en
diversidad de situaciones en las que puedan leer o escuchar leer y discutir
sobre lo leído, colocarse en posición de entender lo que el autor quiso decir,
discrepar, dejarse llevar por los efectos que el lenguaje les provoca, escribir para
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crear y recrear mundos de ficción, exponer lo que se ha comprendido sobre un

tema, tomar notas para conservar memoria, revisar y corregir sus propios escritos,
opinar y aconsejar sobre las producciones de otros, etc.
También, se requiere que estas situaciones se sostengan en el tiempo, con
la continuidad necesaria para que los niños puedan aproximarse a los contenidos
a enseñar (tanto del lenguaje que se escribe como del sistema de escritura), de tal
modo que cada situación constituya un desafío diferente para pensar diversas
respuestas ante problemas similares. Continuidad no significa repetición, no
6
es la misma situación sino una variación que propone algo diferente
mientras mantiene algo constante. Así por ejemplo, una situación de lectura o
escritura de otra versión, otro subgénero, con otros propósitos u otros destinatarios
plantea un desafío que permite hacer progresar a los niños porque los enfrenta con
otros conocimientos.
Organizar diversas situaciones con continuidad supone también
considerar la simultaneidad. Si en el aula se desarrolla un proyecto
relativamente prolongado –preparar una antología de poemas, por ejemplo-, el
docente prevé dedicar también un espacio semanal para continuar con la lectura de
cuentos y otro para mantener en funcionamiento la biblioteca del aula –organizar
mesas de libros, seleccionar y prestar materiales, recomendar…
El orden en que se presentan las situaciones no puede ser prescripto pero
tampoco es azaroso. Por ejemplo: para recomendar un libro entre otros, es
indispensable que se conozcan muchos libros y haber escuchado o leído otras
recomendaciones, de lo contrario la práctica de recomendar no tendría sentido
para los alumnos.

La organización y funcionamiento de la biblioteca escolar y de aulas cumplen

con propósitos solidarios en la formación de lectores y escritores si se les imprimen un
cierto dinamismo e intercambio entre ambas.
La organización de bibliotecas de aula suplanta “un mismo libro igual” para
todo el grupo clase, y requiere una cuidada y variada selección de materiales de
lectura así como también sistemáticos y diversos encuentros de los niños con los
textos.
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Bibliotecas virtuales

“... La revolución informática propone una nueva escena de lectura frente a la

computadora: el hipertexto ya no sigue la linealidad de la escritura tipográfica,
“navegamos” por imágenes, sonidos y textos escritos enlazados por “links”,
consultamos enciclopedias digitalizadas, etc., planteándose nuevos desafíos a la 7
enseñanza de la lectura y escritura, intentando superar la falsa antinomia libros
u ordenadores....” .

Cucuzza, R. y Pineau, P. (2000) “Escenas de lectura en la Historia de la

Educación Argentina” en XIV Congreso Nacional de El diario en la escuela. Los medios de
comunicación y la educación. Córdoba, Arg. (pág.8).

Leer y escribir en soporte-pantalla en los inicios de la escolaridad propone

grandes desafíos en la enseñanza:

“Ciertas modificaciones en las prácticas sociales –cuando son objeto de

enseñanza escolar- abren para la escuela interrogantes didácticos. En el
caso de las modificaciones de los avances tecnológicos están generando
impacto en las prácticas de lectura y escritura, y en la escuela (…)
intentamos pensar cómo incorporarlas a sus propuestas didácticas” (GCBA,
Diseño Curricular para la escuela primaria. Primer Ciclo, 2004:287).

Así, respecto a la lectura, se plantean preguntas sobre cómo evaluar el acceso

a enormes cantidades de información, y sobre las particularidades de las prácticas
de lectura electrónica: ¿qué cambia al cambiar el soporte? Sin duda la búsqueda de
información en un libro, una enciclopedia, un diccionario, una agenda telefónica,
en soporte papel siempre fue un proceso con idas y vueltas por parte del lector que
intenta obtener información y tomar decisiones con ella. Pero la práctica de lectura
en la pantalla tiene sus propias especificidades. Internet hace circular textos sin
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transformarlos en no-textos y en el marco de ese gran hipertexto, quien sepa

buscar, encontrar y validar lo encontrado, ha comprendido gran parte de los
secretos de la lectura (Ferreiro, 2006).
En relación a la escritura, por ejemplo, el lugar del procesador de textos,
fuertemente incorporado a los usos sociales, abre preguntas sobre los procesos de
escritura y sobre la forma más rápida y eficaz para resolver los problemas que se
plantea cualquier usuario durante la producción de un escrito.
De igual manera, se abren interrogantes referidos a cómo se desarrollan estas 8
prácticas de lectura y escritura en soporte pantalla con niños que transitan los
primeros años de escolaridad, que al mismo tiempo que exploran y localizan
informaciones específicas, que producen escrituras intermedias o para publicar,
están adquiriendo la alfabeticidad del sistema de escritura. Estos cambios
tecnológicos generaron transformaciones en las bibliotecas: desde reunir en un
mismo espacio físico un conjunto de libros impresos en papel, hasta la
conformación de las bibliotecas electrónicas que lograron automatizar algunos
procesos, las bibliotecas digitales que permiten circular colecciones de
documentos en soporte digital, y las bibliotecas virtuales que integran las
colecciones y servicios de acceso en un espacio de red. En todos los casos
(electrónicas, digitales, virtuales), las bibliotecas continúan conservando su rasgo
característico: constituyen colecciones sistematizadas de documentos de la cultura
escrita.
A través de la web, hoy los usuarios podemos acceder a informaciones
próximas y lejanas geográfica y temporalmente; podemos ingresar a las bibliotecas
virtuales, a diarios de otros países del mundo, a museos distantes, a sitios
especializados, a libros on-line, a enciclopedias, catálogos y revistas electrónicas.
Pero es necesario advertir que ser “usuario de computadora no alcanza para
internarse en bibliotecas virtuales” y “tampoco es suficiente haber tenido
experiencia en bibliotecas materiales” para dominar la búsqueda de textos en la red
(Perelman, 2008). Por lo tanto, resulta imperiosa la necesidad de que los niños –
desde edades tempranas- se apropien de prácticas altamente específicas. Ser
ciudadanos de la cultura escrita supone ingresar a estos mundos y comportarse
como un lector asiduo y crítico.
En la web los textos tienen una estructura abierta y discontinua. En el
marco de estos entornos discursivos los lectores debemos afrontar la desaparición
de criterios materiales visibles para clasificar y jerarquizar la información. A esta
complejidad se le adiciona el uso de buscadores para acceder a los sitios que
aportan información. Para ello es fundamental anticipar las palabras claves que
resultan más convenientes para localizar determinada información y evaluar si lo
hallado es pertinente y confiable en relación a los propósitos planteados.
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Tal como sucede con las bibliotecas “reales”, el ingreso a las bibliotecas
virtuales permite desplegar múltiples situaciones de enseñanza en las aulas de los
primeros años. Por ejemplo, escuchar leer al maestro una reseña literaria on-line
de una obra que se desea leer y comentar en clase, anticipar palabras claves en un
“buscador” para localizar datos biográficos de un autor, realizar lecturas
exploratorias de páginas web de reseñas bibliográficas para ampliar o renovar los
materiales de la biblioteca, escribir una recomendación literaria en procesador de
textos y emprender múltiples revisiones, editar una página de enciclopedia que
contiene datos informativos e imágenes sobre animales, escribir el listado de 9
materiales de la biblioteca en una planilla de cálculo (Excel, por ejemplo),
comunicar lo estudiado a través de una presentación en power point, etc. Algunas
de estas situaciones serán abordadas en la cuarta clase de este módulo.

Interactuar con bibliotecas virtuales implica un desafío en los

inicios de la escolaridad.
Es importante proponer variadas situaciones de enseñanza de
lectura y escritura en pantalla con diversos propósitos.

Algunas bibliotecas virtuales

Biblioteca Cervantes Biblioteca digital internacional para niños.

http://bib.cervantesvirtual.com/seccion/bibinfan http://es.childrenslibrary.org/
til/
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10

La biblioteca de los chicos. Audiovideoteca de Buenos Aires.

http://www.educared.org.ar/enfoco/imaginaria http://www.buenosaires.gov.ar/areas/com_social/au
/biblioteca/ diovideoteca/literatura/chicos_es.php

Sitios con recomendaciones para el maestro2

Revista Imaginaria
Cuatro gatos.
http://www.imaginaria.com.ar/?page_id=38
http://www.cuatrogatos.org/

2 Algunos de los sitios recomendados también pueden ser explorados con los niños.
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11

Revista babar.
Los 7 calderos mágicos.
http://revistababar.com/wp/
http://www.7calderosmagicos.com.ar/

La nube. ONG. Infancia y cultura. Foro de ilustradores

http://www.lanube.org.ar/quienes.htm http://www.forodeilustradores.com.ar/
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Sitio web del Gobierno de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires. Experiencias sobre bibliotecas
escolares.
http://www.buenosaires.gov.ar/areas/educacion/niv
eles/primaria/programas/bibliotecas_escolares/expe
riencias.php?menu_id=20113
12
Sitio web del Gobierno de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires. Bibliotecas virtuales
recomendadas.
http://www.buenosaires.gov.ar/areas/educaci
on/niveles/primaria/programas/bibliotecas_e
scolares/bibliotecasenlaweb.php?menu_id=21
569
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En síntesis…

La organización y puesta en funcionamiento de bibliotecas escolares y de

aula adquieren valor en la formación de los alumnos lectores y escritores desde
el inicio de la escolaridad.
13
Ambos espacios cumplen con variados propósitos.

Es necesario imprimir dinamismo e intercambios entre ambas bibliotecas.

La organización y funcionamiento de las bibliotecas de aula:

- Suplanta “un mismo libro igual” para todo el grupo clase.
- Requiere una cuidada y variada selección de materiales de lectura.
- Implica el desarrollo de situaciones de enseñanza con variados
propósitos, considerando los criterios de diversidad, continuidad,
simultaneidad.

Es importante proponer situaciones de lectura y escritura en pantalla con

variados propósitos; interactuar con bibliotecas virtuales.

En el contexto de estas propuestas de enseñanza los niños de los primeros

años de la escolaridad interactúan con una vasta porción de la cultura
escrita y se apropian al mismo tiempo de la alfabeticidad del sistema de
escritura.

En suma, aprenden a leer y escribir.

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Bibliografía consultada

Castedo, Mirta (2008). “Dar clase con bibliotecas en las aulas” en Bonilla, Elisa; Goldin,
Daniel y Salaberria Ramón (coord), Bibliotecas y escuelas. Retos y posibilidades en
la sociedad del conocimiento. México-España, Océano, pág.259291.

Cucuzza, Héctor Rubén (dir.) y PINEAU, Pablo (coodir.) (2000) “Escenas de lectura en la
Historia de la Educación Argentina”. XIV Congreso Nacional de El diario en la escuela.
Los medios de comunicación y la educación. Carlos Paz, Córdoba. 14

Ferreiro, Emilia (2006). “Acerca de rupturas o continuidades en la lectura” en

Lecturas sobre lecturas. México, Conalcuta, Dirección General de Publicaciones,
20, pág.45-65.

GCBA (2004). Diseño Curricular para la Escuela Primaria. Primer ciclo de la

escuela primaria/Educación General Básica. Buenos Aires. Secretaría de Educación
del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Dirección de Planeamiento. Dirección
de Currícula, pág.65-66 y 287.

Nemirovsky, M.(2008), “También una biblioteca en el aula”. En: Bonilla, E.;

Goldin, D.y Salaberria R. (coord), Bibliotecas y escuelas. Retos y posibilidades en
la sociedad del conocimiento. México-España, Océano, pág. 239-258.

Perelman, Flora. (2008). “¿Qué condiciones didácticas son necesarias para las
prácticas de lectura exploratoria en el entorno virtual?” en Lectura y Vida, 29(3),
pág. 44-54.