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AUTOBIOGRAFIA
Después de pasar por dos colegios distintos por razones ajenas a mi voluntad, llegué al
Instituto Técnico Jesús Obrero (ITJO) para cursar el 4to grado. Ese año gané una competencia
de lengua y castellano con niños de 5to y 6to grado. En 5to grado participe en una
competencia de matemática, donde obtuve un reconocimiento especial. Al estudiar en una
institución técnica vi áreas como dibujo técnico y carpintería de forma temprana. Siempre me
he caracterizado por defender y mantener mi criterio si consideraba que estaba en lo correcto.
Mantuve una estabilidad escolar permaneciendo en el ITJO hasta 9no grado. En esos
tres años vi materias como electricidad y un poco de informática. A la edad de 12 años mis tíos
escuchaban música rock anglosajona y me hice aficionado a la misma pero siempre quería
saber que decían esas canciones y cantarlas sin guachi-guachi, así que me di a la tarea de
traducir todas las canciones que me gustaban y como en el año 1994 aun no existía el internet,
tuve que copiar las letras de los cancioneros que acompañaban a los LP y luego a los CD para
luego traducir palabra por palabra. Mi tía que estudiaba en el CVA me ayudaba con la
compresión de algunos términos semánticos. De este modo termine teniendo un
conocimiento y entendimiento del inglés de forma autodidactica bastante amplio. Eso me
facilitó mucho las clases de inglés en el liceo, aunque nunca dejaron de parecerme confusas e
inconexas.
El 4to y 5to año de bachillerato los cursé en un liceo mercantil donde vi contabilidad,
administración de recursos humanos y otras materias relacionadas, haciendo mis pasantías en
la empresa, para ese momento italovenezolana, Parmalat en el año 1999 como asistente de
analista senior de créditos al personal. Mi idea era estudiar arquitectura en la UCV. Presenté la
prueba de admisión y de los 1300 que aplicamos quede de numero 300 y sólo había cupo para
los primeros 100. A los cinco o seis meses contraje matrimonio y dejé de los estudios
universitarios dedicándome de lleno a trabajar; tenía 18 años y mi hijo nació al año siguiente.
Años atrás ya había trabajado por iniciativa propia en una piñatería durante unas
vacaciones escolares, así que ya estaba familiarizado con la mecánica laboral y teniendo
conocimientos teóricos sobre la ley del trabajo debido a mis estudios en bachillerato, siempre
estuve atento en lo que respectaba a mis reivindicaciones laborales. Pero hice de todo en un
periodo de tres años, colector en camionetas por puesto, ayudante de zapatería, manipulador
de alimentos, ayudante de cocinero, hasta que entré en Dorsay como vendedor. Ahí estuve
tres años en los que no solo vendía sino capacitaba en algunas oportunidades a los nuevos
ingresos.
Trabajé ahí hasta el 2004 cuando por recorte de personal fui despedido y decidí
incursionar en la economía informal. En ese periodo aprendí mucho sobre autogestión y
administración; ganaba un promedio de seis sueldos mínimos al mes. En ese periodo la mama
de mis hijos decidió iniciar su carrera universitaria en educación integral y colaboré de distintas
formas en ese proyecto. Siempre tuve cualidades académicas y se me hacía fácil aprender y
enseñar. En el año 2008 me compré un carro y decidí hacer un curso en ITELCA de electricidad
automotriz. Recuerdo que el profesor me dijo una vez frente al resto de estudiantes que si yo
estudiara ingeniería podría ser inventor porque tenía la cualidad de ver más allá de lo
evidente. No recuerdo el nombre de este profesor, pero si una frase que dijo una vez: “mi reto
como profesor no es el conocimiento porque ese ya lo tengo, mi reto es darme a entender”.
Terminé el curso, pero nunca busqué el certificado.
Renuncié a Dorsay cuando fue necesario para mi salud y a Zoom cuando vi que no me
daba la base económica; haciéndome conductor en el transporte público. Como conductor
siempre me llamo la atención como mis compañeros hablaban de ruleta y para mí el
transporte era y es un organismo vivo con horas y hábitos muy precisos. Solo era cuestión de
prestar atención a los detalles. En ese periodo hice algunos trabajos pequeños como
electricista gracias al curso que había realizado previamente. Fui conductor, me hice socio en
una línea y trabajé en ese sector hasta que empezaron los problemas en el 2015 con los
repuestos y autopartes. Tome la decisión de renunciar y trabajar como encargado en una
tienda que a su vez tiene una barbería.
Un año antes revisando los cuadernos de mi hijo mayor veo que siempre tenían
problemas con la materia de inglés debido a la inestabilidad e inconsistencia de los profesores.
Así que un día me acerqué humildemente a la profesora y me ofrecí a ayudar ya que, aunque
nunca había dado clases tenia conocimientos del idioma. La profesora confió en mí y en vista
de la necesidad me dio la oportunidad. Lo que constituyó un reto para mí ya que como decía el
profesor de curso en ITELCA, el conocimiento lo tengo, pero ¿cómo me doy a entender?
En el año 2019 decido hacer un curso de barbería para seguir ampliando mi línea de
ingresos y conocimiento. Termino el curso, pero por descontento con el mismo nunca retiré el
certificado, aparte de que para obtenerlo tenía que pagar por éste casi lo mismo que pague
por el curso completo. Así que ahora mi día se dividía entre las clases, el trabajo como
encargado y la profesión de barbero hasta que en el 2020 renuncie al trabajo como encargado
y ahora divido mi tiempo entre la docencia, la barbería y el entrenamiento físico en mis ratos
libres.
Con más de cinco años como profesor de inglés y en vista de esta autobiografía
entendí que siempre he tenido cualidades para enseñar y poseo la vocación. Cuando aprendí a
conducir enseñe a manejar, cuando aprendí a vender enseñe a vender, cuando fui encargado
enseñe a gerenciar, cuando me comencé a ejercitar, ejercité a otras personas y ahora que soy
barbero, también enseño a afeitar. Es algo que me gusta y disfruto.
De igual modo aquí dejo una lista de los libros que he leído. También intente escribir
uno hace diez años basado en las relaciones de pareja que no culminé y quedó en ensayo.
La república. Platón
El nuevo testamento
Lógica. UNA
Durante el año 2021 fui escogido como padrino de promoción en el colegio donde doy
clases y en mi placa de reconocimiento hay una frase escogida por los alumnos que dice: “El
trabajo más productivo es el que sale de las manos de un hombre que ama lo que hace”. Amo
enseñar y solo deseo hacerlo cada vez mejor. Hacia adelante y con fe por nuevas laureas.