LA CIUDAD MODERNA

MÓDULO: LA POSMODERNIDAD
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Curso: La ciudad moderna

Módulo: La posmodernidad

© Universidad Privada del Norte, 2020

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Contenido

1. ALDO ROSSI Y LA CIUDAD: LA RENUNCIA COMO COMPROMISO …………………………………. 3

2. UNA SALIDA A LA CRISIS ……………………………………………………………………………..………………………….4

3. FORMULACIÓN DE LA CIENCIA URBANA …………………………………………………………………………….5

4. AUTONOMÍA Y NUEVA RACIONALIDAD ……………………………………………………………………………….6

5. OBSCURECIMIENTO DE LA TEORÍA …………………….………………………………………………………………..7

6. SIGNIFICADO DE LA PROPUESTA ROSSIANA ………………………………….………………………….………7

7. CONCLUSIONES ……………………………………………………..………………………………………………………..……... 9

BIBLIOGRAFÍA …………………………………………………………………………………………………………………..………… 10

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1 ALDO ROSSI Y LA CIUDAD: LA RENUNCIA COMO COMPROMISO

La arquitectura moderna fue criticada principalmente por la arquitectura postmoderna,

debido a los cimientos que postergaron la comprensión, el análisis y la reflexión sobre el
racionalismo arquitectónico. A principios de los años 60 esta corriente se encontraba en
crisis y fue en el año 72, mediante una operación publicitaria donde se dio muerte a la
arquitectura moderna, justo en el periodo clave donde esta crisis daba luces de su real
importancia.

No obstante, por el año 72 también iba in crescendo la crisis de la

ciudad y de la vida urbana, ambas, muchos más tangibles que la
crisis de la arquitectura. Todo el movimiento en contra de la
arquitectura moderna convirtió los errores en el más duro
escepticismo y hedonismo del Post, que fuera de quedarse en el
olvido, se les configuro un nuevo rostro que permitió a estos errores seguir vigentes.

La crisis de los años 60 surgió como una reacción a unos sólidos ideales no cumplidos
que, sin esa firme voluntad de mantenerlos, la crisis no existiría. El total abandono de
aquellos ideales ingenuos como la construcción de una ciudad que proporcionase al
hombre un hábitat mejor y más digno, o la renuncia a cualquier valor universal,
fueron las condiciones para la resolución de la crisis que, en definitiva, se puede resumir
como la sustitución de una razón absoluta y universal por un voluntarismo radical y
subjetivo que proponía la dominación de una poderosa industria cultural sobre los más
media de aquella época.

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2 UNA SALIDA A LA CRISIS

Ante este panorama, complejo pero esperanzador, la

arquitectura encontró una salida gracias a la agudeza con la
que se detectaron los principales problemas de la crisis. Se
buscaba una repuesta coherente y unitaria que uniera todos los
elementos del juego. Indudablemente, fue Aldo Rossi, quien en
1996 introdujo una propuesta en el ambiente arquitectónico
con la publicación de L’architettura della cita, que, a modo de
manifiesto, Rossi abrió los causes para una consideración más
completa de la arquitectura y un estudio distinto de la ciudad.
Aunque su aceptación por parte de la cultura italiana no fue fácil ni unívoca, el texto se
convirtió en un referente obligado entre los debates arquitectónicos.

Sin embargo, la insuficiente recepción, propiciada por el contexto cultural de la época, no

permitió que la teoría rossiana fuese realmente profundizada, lo que, sumando a ello la
fácil teorización de la Postmoderna, produjo una cómoda explicación de la pluralidad,
englobando bajo una única etiqueta de arquitecturas muy distintas. El estudio mostraba
explícitamente indagar el destino alcanzado por aquel propósito: construir una ciencia
urbana autónoma, una ciencia que estudie y considere la ciudad como una arquitectura.

Esta propuesta rossiana no fue solo una decisión repentina, ni mucho

menos un deseo personal. La inquietud colectiva tomaba forma en
Italia hasta formar una orientación precisa: Tendenza. Aquel grupo de
arquitectos tenían la convicción que se estaba produciendo una
identificación entre arquitectura y urbanismo que era preciso aclarar,
si se quería evitar la muerte de la arquitectura. Al mismo tiempo, parte de la crítica saluda
esperanzadamente esa conversión de la arquitectura en urbanismo. Giulio Carlo Argán,
por ejemplo, ve en el plan urbanístico el paradigma del proyecto que ha de valorarse en sí
mismo, como un trabajo en progreso, in fieri, “no como virtualidad o fase inicial de la obra,
sino como una realidad estética, obra autónoma”.

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Ante ese escenario, el arquitecto Ludovico Quaroni hace

comprender a Argán que uno de los peligros para la ciudad a raíz de
esa disolución en la arquitectura es que se termine eliminando de
los constructores de la ciudad la preocupación por la belleza. En
1963, el mismo Quirón dicta un curso donde se da la autonomía
propuesta al urbanismo, en el que salvaguarda la ciudad del
discurso rossiano, es decir, construir es sacrificar a los objetivos
prácticos su deseable belleza. La moción presentada en aquel curso
decía que la intencionalidad estética a la hora de construir la ciudad deberá hacerse desde
la arquitectura.

3 FORMULACIÓN DE LA CIENCIA URBANA

Rossi se encontraba entre los jóvenes arquitectos que dictaba ese

curso en el año 1963 - 1964. En colaboración con Carlos Aymonino,
buscó la nueva orientación para la asignatura Caratteri Distributivi degli
Edifici en el Instituto Universitario de Arquitectura de Venecia. A esta
época corresponden los escritos que sirvieron como material de base
la L’architettura della cita.

Es en aquella época donde se toma una lectura estructural de la ciudad. Se trata de crear
una ciencia autónoma, en que los elementos (arquitectónicos, en este caso) queden
definidos por las relaciones establecidas en el interior del propio sistema (la ciudad), sin
que eso suponga negar la existencia de unas relaciones exteriores, remitiendo al estudio
de otros componentes a distintas ciencias.

Tal formulación permitió proporcionar el bagaje necesario para afrontar la crisis de la

arquitectura moderna tal como la tendencia la percibe. Esta percepción aúna
interpretaciones opuestas al papel del arquitecto: una concepción instrumental de la
arquitectura que la sitúa en función de fines que le son ajenos y la vacía de contenido; una
racionalidad que solo entiende de medios, y que se siente incapaz de proponerse fines y
objetivos.

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La insatisfacción que produce este estado de cosas inclina a

parte de la arquitectura al experimentalismo, a la valoración de lo
irracional, del capricho. Se repite una vez más la contradicción
presente en la arquitectura moderna desde su inicio: la lucha
entre los componentes racionales e irracionales, que se
presentan como excluyentes. Rossi, por el contrario, se centra en
la búsqueda de una racionalidad que supere el carácter instrumental y proporcione un
ámbito para lo subjetivo, para la expresión del componente autobiográfico, de la poética
personal. Otro elemento que identifica el discurso rossiano es el rechazo de la historia.

La arquitectura moderna, en aras del mito de lo nuevo y el progreso, le dio la espalda a la

ciudad existente, deslegitimando y eliminando así, la mirada al pasado. Rossi rechaza la
concepción de la arquitectura moderna como un salto cualitativo; es más, tiene la
seguridad de que es la ciudad heredada donde hallará los principios fundamentales de la
arquitectura.

El arquitecto precisa en sus sucesivos escritos que, es en la ciudad, donde se encuentra

esa nueva racionalidad que garantiza la deseada autonomía a la arquitectura y
proporciona el ámbito para la expresión de la poética personal. Este arquitecto indaga a
la ciudad como arquitectura, e identifica el tipo como principio de la arquitectura. En su
texto escribe: “podemos decir que el tipo es la idea misma de la arquitectura; lo que está
más cerca de su esencia”.

El debate académico permite perfilar el alcance y significado tanto de la autonomía

buscada como el nuevo racionalismo que propone. Esta autonomía no supone delimitar
para el arquitecto un ámbito aislado de la realidad social en la que actúa, es por el
contrario la identificación del modo preciso en que la arquitectura debe actuar. La
búsqueda de una ciencia urbana no conduce a un aislamiento de la arquitectura sino a
una identificación de la dimensión arquitectónica del urbanismo.

4 AUTONOMÍA Y NUEVA RACIONALIDAD

Memoria, análisis urbano y analogía entran en juego en el discurso rossiano para sostener
una proyección, en la que los componentes subjetivos no ahoguen la certeza que la

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racionalidad debe aportar a la ciudad. La memoria como apropiación colectiva

del proceso histórico; el análisis, como asunción personal de la racionalidad que
sostiene y produce ese proceso; la analogía como “un procedimiento compositivo
que gira sobre algunos hechos fundamentales de la realidad urbana y entorno a los
cuales construye otros hechos en el marco de un sistema analógico”.

En 1973, coincidiendo con el XV Triennalle de Milán, que preparó

Rossi, la solución de la crisis de la arquitectura moderna que
supone la formulación del neorracionalismo italiano aparece en
toda su virtualidad. La caracterización de la arquitectura como
una realidad urbana y colectiva le proporciona una base
racional, que permite pluralidad poética y una mirada confiada y sin prejuicios a la historia.

5 OBSCURECIMIENTO DE LA TEORÍA

Frente a una arquitectura con perfiles más nítidos y personales, la aspiración de la

Tendenza a una coherencia conceptual junto a una pluralidad formal queda en entredicho,
sobre todo cuando este pensamiento quiere extenderse más allá de las fronteras
culturales italianas.

La formulación del neorracionalismo centroeuropeo en 1975, supone la

definitiva renuncia a esta propuesta. Otro elemento que viene a introducir
confusión en aquel objetivo rossiano es que no existe un planeamiento
urbano, la atención de Rossi parece distanciarse no totalmente, sino
significativamente del urbanismo.

En consecuencia, aquella disolución de la arquitectura en el urbanismo que la

ciencia urbana buscaba evitar, da paso a la desilusión del urbanismo en la
arquitectura; una arquitectura reducida.

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6 SIGNIFICADO DE LA PROPUESTA ROSSIANA

Rossi no identifica pluralidad y diversidad con indiferencia y relativismo; en la tipología

cree encontrar lo permanente, la identidad irrenunciable; una identidad que puede ser
expresada de modo personal e intencional. Sin embargo, es su peculiar identificación de
la arquitectura con el proceso de construcción de la ciudad lo que le impide apurar las
consecuencias de su hallazgo.
En los ojos de Rossi, la arquitectura queda reducida a un simple
proceso racional y colectivo en que la causalidad final u originaria
no tiene ningún campo de acción. La disciplina se asume como
autosuficiente, donde los juicios de valor se han de limitar al examen
de su coherencia interna, donde esta última no puede confrontarse
con los objetivos perseguidos, y en la que la libertad queda reducida a la dimensión
poética y autobiográfica.

La identificación del tipo, la esencia de la arquitectura, conduce a una arquitectura

reducida a su esencia, descarnada, especialmente abstracta y parcial. De este modo, la
convivencia entre lo esencial y accidental, entre lo racional y subjetivo, se hace
especialmente difícil.

En todo caso, el discurso rossiano muestra la existencia en la arquitectura de un núcleo

indisponible que hace ilegítima la aceptación de una racionalidad impuesta
despóticamente desde el exterior.

Con el neorracionalismo se hace evidente que, en la arquitectura, como sucede con la

lengua, existe una dificultad para alcanzar una explicación satisfactoria de su origen, no
obstante, esta circunstancia no autoriza para rechazar la indagación acerca de su sentido
(del sentido de la arquitectura, y del sentido y motivación de sus precisiones tipológicas a
lo largo de la historia).
Una comprensión adecuada de este proceso constructivo de la
ciudad y de la disciplina arquitectónica, se debe tener en cuenta
los elementos sobre los que actúa: la naturaleza social del
hombre, sus necesidades de habitación, y la trama cultural
producida. Solo un entendimiento global de esa realidad
compleja, en que convive necesidad, proceso y resultados,

permitirá aunar en la arquitectura los componentes racionales y los subjetivos,

alcanzando así una racionalidad flexible, una racionalidad capaz de sostener la pluralidad
que las poéticas personales actualizan.

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7 CONCLUSIONES

CONCLUSIÓN 1

Por los años 70 iba creciendo la crisis en las ciudades y la vida urbana. Los errores de la
arquitectura moderna, dio como resultado la apatía y la desconfianza al
postmodernismo.

CONCLUSIÓN 2

Aldo Rossi propuso una idea arquitectónica innovadora, con la publicación de

L’architettura della cita, que describía, principalmente, el estudio de una arquitectura
completa y un estudio distinto de la ciudad, convirtiéndose en un referente obligado de la
época. Sin embargo, no se profundizó lo suficiente por lo que fue confundida con
etiquetas arquitectónicas diferentes.

CONCLUSIÓN 3

Las formulaciones de Rossi fueron principalmente: crear una ciencia autónoma, que los
elementos arquitectónicos fuesen definidos por las relaciones de la ciudad sin que
niegue las relaciones exteriores, memoria, análisis urbano, que lo subjetivo no ahogue
lo racional y remitirse a otros componentes de distintas ciencias.

CONCLUSIÓN 4

El neorracionalismo centroeuropeo supone la renuncia de la teoría rossiana, ya que la

atención de Rossi se distancia significativamente del urbanismo.

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BIBLIOGRAFÍA

Adaptado de Luque, J. (1997). Aldo Rossi y la Ciudad: la renuncia como compromiso . RA:
revista de arquitectura, 1, 36.

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