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Universidad Tecnológica Del Cibao Oriental

(UTECO)
Facultad de Ciencias Jurídicas y Económicas

Asignatura:
(CHD - 103)
Introducción al Derecho Público I

Sección:
01
Tema:
Organismos de dirección
Sustentante:
Anderson Jr. Díaz
Facilitadora:
Lauridelissa Aybar Jiménez
Introducción

La Junta Central Electoral es un órgano autónomo con personalidad jurídica e


independencia técnica, administrativa, presupuestaria y financiera, cuya finalidad principal
será organizar y dirigir las asambleas electorales para la celebración de elecciones y de
mecanismos de participación popular establecidos por la Constitución en su artículo 211 y
las leyes.

La Junta Central Electoral y las Juntas Electorales tienen la responsabilidad de garantizar la


libertad, transparencia, equidad y objetividad de las elecciones.

En las páginas posteriores serán abordados algunos aspectos de relevancia alusivos a los
organismos de dirección en el ámbito electoral de la Republica Dominicana.
La Junta Central Electoral (JCE).

Esta tiene facultad reglamentaria en los asuntos de su competencia. Es una institución


especializada en materia comicial que tiene la atribución de administrar y normar los actos
del Estado Civil de los dominicanos.

Según lo establecido en el párrafo 2 del artículo 212 de la Constitución son dependientes de


la Junta Central Electoral el registro civil y la cédula de identidad y electoral.

Concepto.

En el esquema estructural del Estado, se hallan dos instituciones con características


especiales, las cuales forman parte de sus propias esencias; pero con validez jurídica
descentralizada de los tres clásicos poderes del Estado mismo, que son los organismos
denominados Junta Central Electoral y Cámara de Cuentas.

Aun cuando uno y otro cuerpo no pueden sustraerse en absoluto de la organización estatal,
deben mantenerse en sentido normativo, fuera del alcance directo de los poderes públicos
para así conservar su investidura independiente, a la hora de tomar sus decisiones, que
deben ser emancipadas del dictado político de aquellos. La Junta Central Electoral, porque
juzga el proceso en que se eligen las autoridades públicas, y la Cámara de Cuentas, porque
juzga lo contencioso-administrativo y el aspecto financiero en que se havan involucradas
las autoridades elegidas. Esto se traduce, en una necesidad del disfrute de autonomía
suficiente como para poder mantener la autoridad arbitral, opuesta a intereses particulares y
en favor de la equidad.

En el dominio de la realidad jurídica, la descentralización libera a ambos cuerpos del acto


coactivo que pueda influir en sus decisiones de abierto interés público.
Como los dos cuerpos están ubicados en la periferia de la influencia del Estado, su
estructura no permite ser agrupada en el organigrama de dependencias del gobierno central,
como tampoco del Poder Legislativo ni el Poder Judicial.

La única falla existente en el sistema es la forma de nombramiento de los titulares de ambos


organismos, muy criticada por algunos, por cierto, ya que constitucionalmente corresponde
al Senado nombrarlos. Siendo así, ¿se podría pensar en una verdadera autonomía de estos
cuerpos?

Y por otro lado ¿podría pensarse en una separación absoluta del Poder Ejecutivo, cuando
éste como Jefe de la Administración Pública, interviene en la entrega de las partidas
presupuestales de que disponen ambos?

Solamente la respuesta cabe en una evidente cuestión de principio moral, que los sitúe en
un plano superior de dignidad, donde los estratos socio-político-económicos no influyan
hasta desmejorar su prestigio. Así que, cuidadoso como debe serlo el Senado para la
escogencia de los magistrados que integren uno y otro cuerpo, es de pensarse que
estaríamos a resguardo de toda suspicacia, contando con la alta dignidad de los nombrados
en tan importantes cargos.
Dicho esto, nos ocuparemos más adelante de la composición y atribuciones de uno y otro
organismo.

Junta Central Electoral.

Siendo el sufragio un factor tan importante para la ins titucionalidad del Estado, es
comprensible que la Constitución y las leyes hayan contemplado seriamente, la creación del
máximo organismo encargado de viabilizar, juzgar y administrar todo proceso electoral,
que en nuestro medio lo es la
Junta Central Electoral.

Básicamente, las asambleas electorales tienen vigencia para elegir las personas que han de
ocupar en cada período constitucional los cargos electivos. Y claro está, debe existir un
organismo descentralizado que responda efectivamente a la necesidad organizativa de cada
evento celebrado con fines a darle efectividad a las aspiraciones democráticas de la nación.

Debe ser éste un organismo descentralizado, por su misma naturaleza arbitral de los
intereses políticos que les son sometidos y que debe juzgar a la luz de la equidad, sin
miramiento a la parcela política en juego, ni la jerarquía en el poder; así también, le da
mayor cobertura en sus actividades técnicas y administrativas, al seleccionar su personal y
hacer la distribución presupuestal más conveniente con la especialidad del organismo.
Habrá -dice la ley-, una Junta Central Electoral con su asiento en la ciudad capital y su
jurisdicción se extiende a toda la República. Se compondrá de un Presidente y dos
Miembros, cada uno de los cuales tendrá un Suplente.

Para ser Presidente o Miembro titular o Suplente de la


Junta Central Electoral, se requiere ser dominicano por na-cimiento, tener más de 35 años
de edad, estar en pleno ejercicio de los derechos civiles y políticos y ser licenciado o doctor
en derecho, con 8 años de graduado por lo menos. Las atribuciones de este organismo
electoral, son múltiples, pero fundamentalmente la de dirigir las elecciones, con facultad
para juzgar y reglamentar de acuerdo con la ley en tal sentido.
Conforme con la Constitución, la Junta Central Electoral, en asuntos electorales, tiene
derecho a iniciativa en la formación de las leyes, con derecho a sostener su moción en
ambas cámaras mediante representante.

Puede por otro lado, resolver en última instancia acerca de la nulidad de las elecciones en
una o más mesas electorales; ordenar la celebración de nuevas elecciones cuando hubieren
sido anuladas; dictar dentro de los plazos señalados al efecto la proclama por medio de la
cual se anuncie la celebración de elecciones; convocar a elecciones extraordinarias cuando
proceda de conformidad con la Constitución y la Ley, dictando al efecto la correspondiente
proclama; controlar el comportamiento de los partidos políticos y decidir su reconocimiento
con arreglo a la ley.

Administrativamente, son múltiples también sus atribuciones, en virtud de que debe atender
el buen funcionamiento de sus órganos y hacer distribución adecuada del presupuesto
reconocido por la ley de gastos públicos. Ello así en épocas normales; pero mayormente en
períodos electora-les, cuando tiene que administrar un presupuesto abultado para afrontar
los gastos electorales, distribuidos en equipo, propaganda de concientización popular,
designación de personal nominal y una serie de gastos aseguradores del éxito del evento.

Administrativamente nombra el personal fijo y flotante de las dependencias; crea las mesas
electorales que estime necesarias, reglamenta el horario que debe observarse en las
dependencias, supervigila el desenvolvimiento técnico del sistema, en fin, todo lo
concerniente a darle verdadera expresión de libertad, seguridad y certeza al sufragio.
Políticamente, su comportamiento debe estar erigido en un plano de equidad e
independencia, porque esté consciente de la importancia que para el imperio del derecho en
la democracia representativa tiene un cuerpo electoral.

Por lo demás, tomando en cuenta su particular posición dentro del Estado; se hace
necesario que los mecanismos empleados en su ejercicio, aseguren la concreción de la
vocación democrática del país y la independencia del poder electoral, donde hacen
concurrencia los partidos políticos. Y precisamente, por su obligada responsabilidad de
atenderlos a todos por igual y supervisar sus actuaciones en el debate público, la práctica
política del máximo organismo electoral debe desarrollarse al amparo de un sistema de
garantías constitucionales y legales, que impidan en lo más mínimo las suspicacias, pero
menos aún permitir interferencias o presiones en su ejercicio. La sabiduría y el coraje que
requiere la primera autoridad electoral, debe ponerlos de relieve en todas y cada una de sus
actuaciones en obsequio al respeto efectivo de los fundamentos de la democracia.
Dependencias.

Incumbe a la Junta Central Electoral, el mantenimiento del importante y sustancial aspecto


de la identificación del sufragante.

Con este fin se han puesto bajo su dependencia, los órganos denominados: Juntas
Municipales Electorales, Dirección General de Elecciones. Dirección General del Registro
Electoral, Dirección Nacional del Registro Civil y las Oficialías del Estado Civil.
Las Juntas Electorales del Distrito Nacional y de los municipios son las oficinas que más
directamente están subordinadas al máximo organismo electoral, pues como el personal del
Registro Electoral, es designado por éste. Es sensible y el legislador llegará a comprender
este vacío, en que todo el personal de la dependencia sea nombrado por la Junta Central
Electoral, por cuestión de lógica administrativa.
Se cumplen mejor las disposiciones emanadas de quien nombra que de cualquier otro
medio de designación.

La ley Núm. 275/97 consigna en sus artículos 17 y 18 lo que sigue: Las juntas electorales
son órganos de carácter permanente.
dependientes de la Junta Central Electoral, encargadas de los procesos electorales en la
jurisdicción que le corresponda. Habrá una junta electoral en el Distrito Nacional y una en
cada municipio.

La Junta Electoral del Distrito Nacional se compondrá de un presidente y cuatro vocales.


Las demás juntas electorales se compondrán de un presidente y dos vocales. Tendrán dos
suplentes cada uno. Serán designados por la Junta Central Electoral. la cual podrá
removerlos y aceptarles sus renuncias.
Del examen de los servicios de las demás dependencias nos ocuparemos más adelante
detalladamente.

Servicio del Estado Civil.


Fundamento dentro de la administración pública existe el Servicio del Estado Civil, que
consiste en la gestión jurídico administrativa, de recibir e instrumentar todas las
declaraciones de los hechos vitales, asentándolos en libros-registros, a través de los
funcionarios públicos llamados oficiales del Estado Civil.

Como todo servicio público, este representa una actividad destinada a favorecer el interés
de organización social, que comienza con la persona humana dentro del núcleo la mano
familiar.

En interés general y para garantizar los efectos útiles al respecto, el Estado interviene, para
incorporar así en la vida social a toda persona que como sujeto de derecho debe tener el
goce de las facultades de su personalidad jurídicamente hablando. A estos efectos, la
doctrina se ha pronunciado en el sentido de que la criatura humana recibe la personalidad
des de su nacimiento, o incluso desde su concepción, con la condición de que nazca viva y
viable.

Con este servicio, el Estado cumple con la necesidad de estimular el desarrollo, pues así se
obtiene el dato estadístico sobre las variables demográficas en especial, los servicios
electorales y una prueba fácil y segura para los acontecimientos tos del estado civil.
La estructura jurídica de los pueblos ha jerarquizado la organización del estado civil y la
identificación ciudadana.

como los medios para institucionalizar el poder civil y el poder político. Pues si no hay
orden en estos aspectos de la administración pública. el desarrollo económico, social y
politico quedarían con grandes limitaciones. De ahí que, a nivel mundial se haya activado
en los últimos años una doctrina sobre el registro del estado civil, encaminada a fortalecer
las estructuras de los pueblos donde sea necesario introducir procedimientos conducentes a
estimular las reformas y mejoramiento en este aspecto de la vida ciudadana. En este sentido
afirma Gaete Darbó que los actos jurídicos "matrimonio",
"divorcio" separación" "nulidad" (de matrimonio). "legitimación", "reconocimiento" y
"adopción" son acciones de los individuos que originan modificación o extinguen estados
civiles y otros derechos y obligaciones.

Para organizar ese sistema jurídico y para que funcione adecuadamente es indispensable
que tales hechos y actos jurídicos consten en instrumentos auténticos que permitan acreditar
la ocurrencia o ejecución de ellos. Este es el objetivo que cumple el organismo denominado
Registro Civil que es el encargado de inscribir o registrar los hechos y actos juri-dicos antes
mencionados. Los servicios de registro civil fueron creados y organizados con esa finalidad
jurídica esencial.

Organismos Integrantes.

Este servicio público está compuesto de reglas creadas por la Ley Núm. 659 sobre Actos
del Estado Civil, la cual determina el funcionamiento e indica las facultades de los
organismos que las ejecutan, así como las jerarquías concurrentes en él.

De acuerdo con la Ley Núm. 55 del Registro Electoral, de noviembre del 1970, la Oficina
Central y las Oficialías del Estado Civil, dependen de la Junta Central Electoral, salvo en lo
concerniente a la recaudación de los impuestos y el nombramiento del personal de los
mismos.

Oficina Central del Estado Civil.

En virtud de la referida Ley Núm. 659, fue creada la Oficina Central del Estado Civil, la
cual funciona en la capital de la República, adscrita a la Junta Central Electoral como
dejamos dicho, con un Director y los empleados que le sean asignados.

Esta oficina, que debería ser el órgano director del ser-vicio, está limitada a cumplir las
funciones de un archivo central, encargada de conservar uno de los dos originales de los
registros que llevan los oficiales del Estado Civil.
El Director de ésta puede expedir los extractos, certificados y copias de los actos
contenidos en los registros bajo
su custodia.

Oficialías del Estado Civil.

Estas oficinas están a cargo de un oficial público de nominado Oficial del Estado Civil.
En el Distrito Nacional, en cada municipio y en los distritos municipales, hay una o más
oficialías del estado civil. Donde hay más de una, leyes especiales le demarcan sus
respectivas circunscripciones.

Son atribuciones del Oficial del Estado Civil:

1. Recibir e instrumentar todo acto concerniente al Estado Civil;


2. Custodiar y conservar los registros y cualquier documento en relación con los
mismos;
3. Expedir copias de las actas del Estado Civil y de cualquier documento que se
encuentre en su archivo;

4. Expedir los extractos y certificados de los actos relativos al Estado Civil.


Los oficiales del Estado Civil, deberán conformarse a las instrucciones que reciban de la
Junta Central Electoral y de la Oficina Central del Estado Civil y estarán bajo la inmediata
y directa vigilancia de los Procuradores Fiscales.

En el Servicio Exterior.

En país extranjero, las funciones del Oficial del Estado


o Civil, son ejercidas por los agentes diplomáticos y los cónsules; en los buques de
guerra, por los comisarios o quienes hagan sus veces, y en los mercantes, por sus
capitanes o patronos.
Legislación.

Este servicio está regido en la República Dominicana, por la Ley Núm. 659 de fecha 17 de
julio del 1944, completada por los siguientes textos legales:
1. Código Civil (Libro Primero);
2. Código de Salud (Ley 4471 de 1956):
3. Ley 1306-Bis de Divorcio de 1937, complementada por la Ley Núm. 3932 de 1954;
4. Ley 214 de 1943, complementada por Ley 4401 de
1956;
5. Ley 1693, sobre Adopción, de 1948;
6. Ley 3874 de 1954, que aprobó el Concordato entre la República Dominicana y la
Santa Sede; y
7. Ley 55 del Registro Electoral de 1970.

Servicio de Identificación.

Generalidades. Con un fin administrativo y de preservación del orden público, fue creado el
servicio de identificación, haciendo obligatorio a toda persona de ambos sexos.
mayores de 18 años de edad o que vayan a cumplir la mayoridad en la fecha de las más
próximas elecciones, residentes en el territorio nacional, proveerse de una certificación
denominada cédula de identidad y Electoral.

Organización y funcionamiento.

La oficina de control de este servicio, es la Dirección General del Registro Electoral. con el
apoyo del Departamento de Informática, el Departamento de Cedulación y además. los
diferentes departamentos técnicos y el personal necesario para el cumplimiento de sus
funciones.
La Expedición del documento se efectúa en los diferentes centros de cedulación instalados
en la Capital de la República y en todos los municipios del país.
La expedición del carnet es gratuita. Este documento fue creado como Cédula de
Identificación Personal, el cual constituyó una fuente de recaudación fiscal, pero en la
actualidad es tan solo un documento de identificación personal exclusivamente.

principalmente para los fines de ejercicio del sufragio


La Dirección General de la Cédula de Identificación
Personal, es una dependencia de la Junta Central Electoral y como tal, sus gastos están
incluidos en el presupuesto del máximo organismo electoral.

Utilidad del Servicio.

Independientemente del valor jurídico que representa, como documento público, reviste
gran importancia, por lo útil que es la Cédula de Identificación Personal para todos los
actos de la vida civil donde sea necesario acreditar la personalidad; para la validez de los
contratos; la investigación policial; la presencia en justicia; la expedición de
nombramientos; operaciones bancarias, inscripción en el Registro
Electoral y otros.

Por sus características propias se trata de un acto administrativo, expedido por la autoridad
administrativa. Además, por su gran utilidad, ayuda a resolver casos de interés privado.

La validez de acto administrativo se lo imprime el Director General, quien debe firmar la


cédula en poder de la ciudadanía, con indicación de la fecha de la expedición.

El Registro Electoral.

Si el derecho a elegir y ser elegido constituye la máxima expresión de civilidad en las


sociedades modernas que adoptan ese sistema, lógico es pensar que quienes concurran a las
urnas, tengan la certidumbre de que la expresión de su voluntad soberana mediante el
sufragio, está rodeada de la mayor eficacia y seguridad.

Una de las garantías esenciales del sufragio, es que el voto de cada ciudadano valga en la
medida de sus aspiraciones, sin el riesgo de menoscabo a consecuencia de fraudes o delitos
electorales atentatorios contra los derechos que asisten a los pueblos de darse el gobierno de
las mayorías.

En tal virtud, nada más razonable, que el máximo organismo electoral, controle el sufragio
mediante un sistema adecuado y moderno, poniendo coto a la posibilidad de la repetición
del voto por los delincuentes electoreros o se caiga en una peligrosa maniobra generada por
manos inescrupulosas empeñadas en manipular fraudes. Es por lo que los estados modernos
se proponen poner en ejecución, métodos legales de elección, tendentes a darle certidumbre
a la libertad del voto, en el entendido de que el sufragio es la expresión de la verdad
política, producto de la voluntad popular, seguros de haber hallado en este atributo
ciudadano, la fórmula democrática orientadora del bienestar colectivo.

Como consecuencia de esta aspiración legítima del pueblo, se pone en práctica en nuestro
país, un método técnico y confiable, que permita el control aspirado de las votaciones.

Propiamente hablando, he ahí la razón del Registro Flectoral en el escenario público, como
instrumento legal, surgido de la reflexión, para darle mayores visos de legalidad al hecho
social de la elección de los representantes gubernamentales de la nación, que en virtud de
los cánones constitucionales deben sucederse periódicamente a nivel nacional, provincial y
municipal.

Ahora bien, el Registro Electoral es, en definitiva, la inscripción legítima de la ciudadanía


del país, en listas contentivas de la identificación de toda persona con facultad para ejercer
el derecho del voto.
Con el Registro Electoral se persigue el interés principal de identificar al ciudadano, en
orden a la jurisdicción donde le corresponda votar, es decir, que la identificación de la
persona quede ligada fundamentalmente a su residencia habitual, para que haga uso de la
votación con toda facilidad, prontitud, utilidad e igualdad.

Por lo demás, el Registro Electoral es una concepción jurídica de alto valor moral, por
cuanto -lo repetimos-, acaba con las posibles duplicidades del voto, inspirando más
confianza en las urnas y además, termina con los resentimientos por las dudas, las cuales se
reducen a su mínima expresión.

Con la puesta en práctica del Registro Electoral, se derivan aspectos fundamentales de la


vida social, política y administrativa, que contribuyen directamente al mantenimiento de la
organización institucional del Estado.

Para un país como el nuestro, de gran vocación democrática, sin dar por descontado sus
múltiples entorpecimientos, como secuela de la impaciencia política, puesta de relieve a lo
largo de nuestra historia, claro está, que con la instauración de un sistema tecnificado como
lo es el Registro Electoral, se asegura la limpidez del debate electoral y el auge de
sus instituciones.

La explicación de la presencia del Registro Electoral en el escenario nacional, se puede


atribuir a la demanda de quienes tienen que ver mayormente con su existen-cia: los partidos
políticos. Estos representan, o por mejor decir, son los voceros de los grupos sociales con
aspiraciones diligénciales. Es trasponer nuevos horizontes de progreso social y
robustecimiento político y valor moral de sus propias esencias.

Apreciado en un sentido jurídico podríamos conceptuar al Registro Electoral, como una


institución de carácter legal, que tiene por objeto, darle formalidad fehaciente a todo
proceso electoral, como ingrediente preservador de los derechos socio-políticos de la
ciudadanía con facultad para el ejercicio del sufragio, conforme el principio de "a cada
ciudadano un voto" Estas y otras razones como las ya apuntadas, nos imponen la obligación
de hacer un esfuerzo para recoger algunas ideas y razonamientos en tomo al Registro
Electoral, como una modesta contribución a divulgar su organización.

Sentido Jurídico del Registro Electoral.

Jurídicamente debemos admitir el Registro Electoral, como una institución de Derecho


Público, por tratarse de un sistema que regula los medios y procedimientos mediante los
cuales la ciudadanía cumple una formalidad de interés público, cuya finalidad es recoger en
registros organizados por la ley, la identificación del electorado nacional con derecho al
sufragio.

El cumplimiento a la ley de Registro Electoral es una obligación legal y su contravención


acarrea la nulidad de la inscripción, lo cual, en adición al procedimiento que la misma ley
conlleva, la coloca en el ámbito de una ley de orden público e irrenunciable. Además, con
el Registro Electoral se establecen relaciones administrativas entre los particulares y la
institución del Estado denominada Junta Central Electoral, órgano encargado de dirigir las
elecciones, tal como está consagrado en el Art. 92 de la Constitución de la República.
Así, también, partiendo del concepto de que el Registro
Electoral es un servicio público y el funcionamiento de tales servicios son regulados por el
ámbito del Derecho Administrativo, indefectiblemente cae dentro de las normas jurídicas
del Derecho Público.

Los Efectos Jurídicos de la Inscripción.

Las actuaciones puramente de procedimiento que conlleva la inscripción en el Registro


Electoral, como institución de Derecho Público, es cuestión jurídico-administrativo, porque
aun cuando los ciudadanos persigan el interés particular de poder efectuar los actos que
pueden ejercer si están inscritos, únicamente lo probarían en ley, con la presentación del
Certificado de Inscripción Electoral, documento justificativo de su inscripción en el
Registro Electoral, nunca podría este calificarse de un acto de derecho civil sino forzoso es
admitir, que la inscripción se solicita y se obtiene para producir efectos de potencia pública.
Luego, la inscripción en el Registro Electoral, es un acto administrativo de un organismo
del Estado, que como gestión pública engendra efectos de de-recho, regidos por las normas
del Derecho Administrativo, el cual es la ciencia que estudia aquellos principios que
orientan las actuaciones del Estado. Por tanto, debemos concluir, en el sentido, de que la
inscripción es un acto jurídico de
Derecho Administrativo.

Sin embargo, conviene agregar, que con el Certificado de Inscripeión Electoral se podrán
ejercer numerosos actos regidos por las demás ramas del Derecho, principalmente el
Derecho Civil; pero esto es separado de la institución en sí, representada por el Derecho
Público.

Los Funcionarios y Empleados del Registro Electoral.

Partimos del criterio de que, funcionario público es todo individuo que, en cumplimiento de
un servicio público, está facultado por la ley para el desempeño de un cargo administrativo
de manera permanente, mediante una retribución, con facultad para tomar decisiones como
depositario de la autoridad pública.

Dentro de este contorno están ubicados los miembros de la Junta Central Electoral que
representan la máxima autoridad electoral y por tanto el Registro Electoral y los encargados
de las oficinas y sub-oficinas inscriptoras del Registro Electoral. A estos funcionarios la ley
les determina sus atribuciones, son designados con carácter permanente, con una
retribución y toman decisiones conforme la misma ley determina. Yendo directamente al
personal administrativo del Registro Electoral, tratemos de las atribuciones de la Oficina
del Encargado de la Sección del Registro y demás subalternos de la Junta Central Electoral,
que entran en el sistema, las cuales se distribuyen así:

1.Oficina del Encargado


1. Las que le consagra la ley y las disposiciones de la
2. Junta Central Electoral;
3. Firmar y tramitar la correspondencia;
4. Revisar la propaganda y las comunicaciones;
5. Revisar los informes y hacer que se cumplan las instrucciones de la Junta Central
Electoral;
6. Tramitar las reclamaciones;
7. Encargarse de redactar las resoluciones a que se refiere los Arts. 30 y 34;
8. Revisar las actas diarias de las Oficinas de Inscripciones con sus recomendaciones;
9. Redactar los avisos que se publicarán en los diarios
(Artículo 10).
10. Darle cumplimiento al Art. 14, sobre extravíos, ete.;
11. Tendrá a su cargo lo relativo al personal del Registro, principalmente en lo
concerniente a su idoneidad, y capacidad;
12. Atender a las demandas en nulidades de Inscripción;
13.
1) Darle cumplimiento a los Arts. 15 y 17 sobre resoluciones por extravíos, etc.;
m) Cuidar de que se dé cumplimiento a los plazos a que se refiere el Art. 40 sobre
reclamaciones de inscripciones;
n) Velar porque se dé cumplimiento al envío de las tarjetas por parte de las oficinas
inscriptoras tal como lo
indica el Art. 45.
Ayudantía.
Todas las que el encargado le recomiende.
Unidad de Reclamaciones, Cancelaciones y Revalidaciones
.
a) Solicitar las listas de afiliados a las Fuerzas Armadas y de Policía, para hacer las
cancelaciones necesarias; Arts, 6, 20, 30 y 56);
1. Solicitar cuando proceda, los informes de fallecimientos a los Oficiales del Estado
Civil (Art. 3L);
2. Controlar la exactitud de las cancelaciones, cambios de residencia y otros datos en
los registros (Arts. 31 y
32);
3. Verificar las reclamaciones sobre inscripciones;
4. Controlar los duplicados de certificados de inscripción expedidos en el país;
E Recomendar al Encargado las cancelaciones que pro-ceda, para éste a su vez
tramitarlo a la Junta Central
5. Electoral (Arts. 33, 36, 37 y 38).
D.
Unidad de Revisiones.
1. Atender a que los registros tengan sus datos completos, revisándolos hoja por hoja;
2. Informar sobre extravíos de registros (Art. 14);
3. Hacer las observaciones necesarias referentes a las letras a) y b);
4. Hacer los arreglos necesarios para efectuar las copias de registros (Arts; 15 y 16);

1. Hacer las recomendaciones sobre cancelaciones en relación con el Art. 35; y


2. Revisar los Formatos. R. E. Núm. 1.
1. Hacer los arreglos necesarios para efectuar las copias de registros (Arts. 15 y 16);
2. Hacer las recomendaciones sobre cancelaciones en relación con el Art. 35; y f
Revisar los Formatos R.E. Núm. 1.
E. Unidad del Archivo Nacional y Tarjetero.
1. Vigilar y controlar la bóveda donde se guardan los segundos originales de Registro
(Arts. 4 y 5);
2. Revisar las tarjetas remitidas por las oficinas inscriptoras, para ser enviados a
tabulación (Art. 45);
3. Atender a los cronológicos y correspondencias propias del Registro;
4. Disponer todo lo relativo a la organización de los tarjeteros;
5. Llevar un control efectivo, mediante sistema tarjetero de las cancelaciones;
f Hacer las modificaciones de la inscripción de un elector en el tarjetero electoral;
g) Depositar para su conservación y custodia, todos los documentos y expedientes que a las
inscripciones se refiere.
F.
Unidad de Suministro.
1. Recomendar la impresión de tantos votos como electores empadronados haya;
2. Enviar las tarjetas necesarias a cada oficina inscriptora, conforme el control que
lleve;
3. Controlar las tarjetas y material utilizado por las distintas dependencias;
4. Custodia, de los Registros en blanco, sellos secos, goniógrafos, etc. (Arts. 7 y 8);

1. Custodia y control de material de identificación, formularios, etc.;


2. Empaque y envío de lo necesario en la materia;
3. Disponer los envíos de Registros a las oficinas inscriptoras según las necesidades;
4. Determinar la demarcación a que corresponden los
Registros (Art. 6);
5. Sellado de los registros (Art. 62).
G. Unidad de Computaciones y Listados.
1. Procesar las tarjetas de inscripción, perforándolas, clasificándolas, etc.;
2. Preparar la codificación, programas, etc.;
3. Confeccionar las listas provisionales y definitivas de electores (Art. 29);
4. Organizar el índice de la población electoral (Art.
41).
H. Unidad de Cartografía y Dibujo.
1.
J.
1. Confección de planos, mapas y cartografía en general;
2. Preparación de demarcaciones, delimitaciones;
3. Determinación de mesas electorales.
Unidad de Identificación.
1. Procesamiento de fotografías;
2. Identificación por dactiloscopia;
3. Organización del archivo de fichas clasificadas.
Unidad de Relaciones Públicas.
1. Redacción de avisos, comentarios, boletines, etc.
2. Orientación sobre diseño de afiches, cartelones, gallar-detes, etc.;

1. Propaganda en general de prensa, radio, televisión, etc.;


2. Redacción de comunicados; informes de prensa, etc.
K.
Unidad de Estadísticas.
1. Todo lo relativo a las estadísticas electorales;
2. Cálculos demográficos;
3. Cuadros electorales; y
4. Cuadros de inscripciones por municipio, etc.

La Oficina de Inscripciones

En la composición del sistema, un aspecto importante es el que representan


administrativamente las oficinas y sub oficinas de inscripciones, de cuya organización y
funcionamiento tiene que ver directamente la solidez y buena marcha de la estructura del
Registro Electoral. A ello nos referimos a continuación.

Como es lógico comprenderlo, el ciudadano debe concurrir a un lugar donde solicite, se le


atienda y obtenga la inscripción en el Registro Electoral, así como la ley se lo impone. Para
ello, funcionan dependencias del Registro Electoral, denominadas Oficinas de Inscripciones
y Sub-Oficinas de Inscripciones, encargadas principalmente de recibir la declaración jurada
de los interesados, inscribirlos en los registros, tramitar la documentación correspondiente,
entregarles su Certificado de Inscripción, atenderlos en sus reclamaciones y recomendar
cancelaciones y revalidaciones de las inscripciones en los casos que la ley manda.
Estos establecimientos de servicio público están radicados en cada municipio; y en los
casos que necesidades de orden geográfico o demográfico así lo requieran, podrán ser
creadas sub oficinas de inscripciones en los lugares y por el tiempo que la Junta Central
Electoral lo determine.

Por la naturaleza del servicio prestado al público, jurídicamente, estas oficinas quedan
enmarcadas en el grupo de los establecimientos públicos. Esto en base de que son creadas
por la autoridad pública para dar un servicio al público, en una actividad permanente que es
la de inscribir a toda persona con aptitud para el sufragio. Además, porque en vista del
ejercicio de actos administrativos como son los llevados a cabo por dichas oficinas de
inscripciones, la ley les señala expresamente una circunscripción territorial para el ejercicio
de determinados servicios personalizados, dentro de un grupo específico de actividades
públicas.

Las Oficinas de Inscripciones, son organismos dependientes de la Junta Central Electoral,


que funcionan a través de la Sección Encargada del Registro Electoral, cuyas atribuciones
le son otorgadas a éstas, mediante los artículos 42 y siguientes de la Ley 55.
Su principal dedicación está enmarcada en recibir y tramitar toda solicitud de inscripción
hasta formalizarla en los originales de los registros y hacer la entrega del Certificado de
Inscripción Electoral a cada persona, cuando legalmente proceda su inscripción.
Conclusión

Como bien pudimos ver la Junta Central Electoral, las Juntas Electorales y los colegios
electorales tienen una importancia capital. Es a través de estos organismos de dirección que
dependen los comicios. Como auxiliar de estos organismos están las oficialías del estado
civil, donde se registran las personas que nacen en el país, los que obtienen la mayoría de
edad.

Sin un registro civil es imposible ejercer (a partir de los dieciocho años de edad) el derecho
al voto pues, necesita la documentación requerida (cédula de identidad y electoral) para
hacerlo.

Todo este engranaje es sinónimo de orden y democracia en un régimen de gobierno de


carácter democrático.
Fuentes bibliográficas

Instituciones de Derecho Público


José A. Silié Gaton

Constitución de la República Dominicana, agosto 2011.

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