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DIAGNÓSTICO DE INFECCIONES RECURRENTES DEL TRACTO URINARIO EN ADULTOS

MAYORES.

La infección del tracto urinario (ITU) es el tipo más común de patología infecciosa en el
adulto mayor. En ocasiones es asintomática, pero los cuadros sintomáticos se asocian con
aumento de la morbilidad. Puede presentarse de manera no complicada (afecta al tracto
urinario inferior y se presenta en personas sanas) o de manera complicada (afecta al tracto
urinario superior y en personas sintomáticas con anormalidades funcionales o estructurales,
con catéteres urinarios o con enfermedades sistémicas). En los adultos mayores, se pueden
presentar infecciones urinarias recurrentes (tres o más episodios sintomáticos en un año, o
más de dos en 6 meses). En este grupo hay gran prevalencia de síntomas urinarios
(incontinencia, urgencia, frecuencia, nicturia), que no siempre se relacionan con una
infección, se deben distinguir los cambios fisiológicos asociados al envejecimiento de las
alteraciones patológicas. Debido a la cantidad de infecciones recurrentes o bacteriuria
asintomática que, es importante un correcto diagnóstico; lo que es complejo en los adultos
mayores, por la gran prevalencia de síntomas urinarios sin necesidad de cursar con infección
y alteraciones cognitivas, lo cual dificulta aún más identificar síntomas urinarios específicos.
Para un adecuado diagnóstico, realizar una HCL detallada asociado a un completo examen
físico y solicitar laboratorios. En esta población hay cuadros de bacteriuria asintomática más
lo anterior, causa que se sobre diagnostiquen infecciones urinarias, provocando un uso
excesivo de antibióticos de manera innecesaria ya que esta bacteriuria asintomática no
debe ser tamizada ni tratada (1).

Los estudios se deben realizar solo con síntomas clásicos de ITU (disuria, empeoramiento de
la urgencia y frecuencia, incontinencia de nueva aparición, hematuria, dolor suprapúbico o
en el ángulo costovertebral), o con signos fisiológicos de enfermedad (fiebre, alteración en
la conciencia o cambios en los signos vitales). Ya que los exámenes, por sí solos como
uroanálisis y cultivo positivo, no logran diferenciar una bacteriuria asintomática de una
verdadera infección. Por lo que se debe conocer los síntomas basales de los pacientes, para
identificarlos de los cambios adicionales que orienten a realizar más estudios. En ocasiones
se presenta síntomas no específicos, como deterioro del estado funcional o cambios
mentales acompañados de síntomas locales, que orientan a una infección que requiere
tratamiento (1).

No hay evidencia que tratar bacteriuria en pacientes con delirium, historia de caídas o
confusión mejore los resultados y el pronóstico. Es importe usar antibióticos solo con alta
sospecha de infección por la clínica, datos de laboratorio y resultados microbiológicos. El
adulto mayor muchas veces tiene síntomas urinarios como parte del estado basal, por lo
que los estudios solo se realizan si aparecen síntomas adicionales que sugieran posible
infección. Si no hay síntomas urinarios específicos, no se deben llevar a cabo más pruebas.
En estos casos, se debe hidratar y revisar fármacos con potencial capacidad de causar
efectos adversos como diuréticos y antipsicóticos (1).

En adultos frágiles, con sospecha de ITU que cursan con alteración del estado mental, o
cambios específicos en orina también, hidratar, valorar medicamentos y observar por 24-48
horas y si persisten los síntomas, realizar una tira reactiva urinaria, si es positiva, realizar
uroanálisis y cultivo. Hay varias propuestas para el diagnóstico de ITU, basadas en síntomas,
signos y exámenes de laboratorio, pero, no están basadas en evidencia, ya que actualmente
no existe Gold standard para ITU. El uroanálisis tiene baja especificidad, pero orienta a un
posible diagnóstico, ya que, si se encuentran leucocitos esterasa o nitritos, no confirma el
diagnóstico, pero si no hay ninguno de estos hallazgos es poco probable que haya infección
y se descarta la necesidad de un cultivo. La piuria y bacteriuria en una persona asintomática,
no indica infección. En cuando a los nitritos positivos, es un índice confiable de bacteriuria,
pero que estén negativos no excluye bacteriuria, ya que normalmente no se detectan
nitritos. Y la piuria, hace referencia a una inflamación del tracto urinario. Deben haber >10
leucocitos por campo, no siempre conlleva etología infecciosa. Bacterias en ausencia de
piuria se relaciona con contaminación de la muestra y la piuria es un hallazgo común en el
adulto mayor, por lo que por sí sola o en conjunto con bacteriuria, no confirman el
diagnóstico (1).

El cultivo sirve para orientar al organismo causante de la enfermedad y dar una terapia
dirigida, pero debe usarse solo en alta sospecha, ya que un cultivo positivo no confirma la
infección por la alta prevalencia de bacteriuria en el adulto mayor. En personas
asintomáticas, el umbral para crecimiento bacteriano que refleje bacteriuria y no
contaminación corresponde ≥ 105 UFC/ml pero hay casos con recuento de ≤105 UFC/ml con
infección, esto sucede se da porque los pacientes estaban con tratamiento antimicrobiano,
cuando hay organismos distintos a Escherichia coli y Proteus, como Pseudomonas,
Klebsiella, Enterobacter sobre todo en sintomáticos con sonda vesical permanente. Los
microorganismos de una ITU pueden llegar por vía hematógena o linfática, pero la más
común es ascendente por la uretra. Suelen ser bacterias fecales sobre todo bacilos
gramnegativos. El más común es Escherichia coli (75% al 95%) en las infecciones agudas no
complicadas, provocadas comúnmente por un organismo, a diferencia de las infecciones en
adultos mayores con catéter urinario donde predomina bacteriuria polimicrobiana. Las
personas institucionalizadas se encuentran varios organismos, el más prevalente es
Escherichia coli, seguido de Proteus spp, entre otros. En el caso de adultos mayores con
patología de fondo suelen presentarse Proteus spp y Pseudomonas spp. También se puede
detectar Proteus spp y Klebsiella spp, en personas con litiasis o infecciones recurrentes (1).

BIBLIOGRAFÍA:

1. Ugalde González F, Rivera Gutiérrez H, Obando Soto SN. Infección urinaria en el


adulto mayor. Rev Medica Sinerg. 2022;7(8):e888.

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