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COMUNICACÍON I

TAREA # 2
Profesor: Lic. Samuel Villarreal Villarreal
Alumna: Stephanie Carolina Rodriguez Suarez
Turno Nocturno
Carrera: Ciencias Jurídicas
2do Tetramestre

 
TAREA # 2: Investigación referente a la paradoja de la productividad y sus consecuencias

La paradoja de la productividad se refiere a la disminución del crecimiento de la productividad en


los Estados Unidos entre los años 1970 y 1980 a pesar del rápido desarrollo de la tecnología de la
información (TI) en el mismo periodo. Durante ese período, pese a avances gigantescos en la
potencia de los ordenadores y la inversión creciente en TI, el crecimiento de la productividad se
enlenteció a nivel agregado para la economía de EE.UU, ocurriendo también dentro de sectores
que habían invertido fuertemente en TI. Mientras la capacidad informática de los EE. UU. aumentó
100 veces entre los años 1970 y 1980, el crecimiento de la productividad del trabajo se enlenteció
desde un 3 % en los años 1960 a aproximadamente un 1 % en los años 1990. Esta paradoja se
popularizó en los medios de comunicación por analistas como Steven Roach y Paul Strassman, y
el concepto es a veces mencionado a como la paradoja computacional de Solow, en referencia
a una frase de Robert Solow en 1987ː "puedes ver la edad del ordenador en todas partes menos
en las estadísticas de productividad." La paradoja ha sido definida como una "discrepancia
percibida entre medidas de inversión en tecnología de información y medidas de producción en el
nivel nacional."

Muchos observadores discrepan sobre la existencia de paradojas productivas mientras que


otros, reconociendo la desconexión entre capacidad en TI y gasto, ven el fenómeno como el
resultado del establecimiento de suposiciones no garantizadas sobre el impacto de la tecnología en
la productividad. En última instancia, esta desconexión es, más que una paradoja, una muestra de
nuestra necesidad de entender la tecnología disponible y hacer un trabajo mejor para desarrollarla.
Algunos paralelismos históricos con el motor de vapor y con la electricidad, donde los dividendos
sobre la productividad producidos por la adopción de una tecnología disruptiva fueron lentos, han
sido mencionados. En estos casos hay un retraso inicial, el cual desaparece con el curso del las
décadas posteriores debido a que estas tecnologías requieren de un determinado tiempo para
difundirse al resto de los sectores productivos. Como ha ocurrido con otras tecnologías
emergentes anteriores, un número extremadamente grande de inversiones tempranas suelen ser
arrojar resultados contraproducentes debido, en parte, al excesivo optimismo. Algunos
modestos beneficios generados en el sector de TI pueden haber sido difíciles de detectar en el
marco de un enlentecimiento del crecimiento de la productividad, el cual es generalmente atribuido
a una variedad de factores no relacionados con las TI, como shocks petroleros, cambios
regulatorios u otros cambios institucionales, una disminución hipotética en la productividad del
trabajo, una disminución en la innovación no relacionada con la TI o una coincidencia de problemas
sectoriales concretos.

Estudios académicos de datos agregados de los EE.UU en los años 1970 y 1980 no han
conseguido demostrar un impacto positivo significativo sobre la productividad total. Sin embargo,
en los años 1990 se observó evidencia sobre un retraso en el salto de productividad en el sector de
TI, lo que resuelve la paradoja original. El debate amplio sobre los factores que mejor explican los
saltos de productividad en los últimos 200 años sigue siendo un tema controvertido.

Consecuencias:

El resultado, hay menos consumidores capaces de aumentar su consumo y estimular el


crecimiento económico. Esto crea un bucle negativo en el que la disminución de la productividad y
la contracción económica se retroalimentan. Solo la búsqueda de mejores formas de distribuir lo
generado por el aumento de la eficiencia de este tipo de empresas disruptivas hará que las
economías sean capaces de resolver la paradoja de la productividad.
Explicaciones
Varios autores han explicado la paradoja de diferentes maneras. En su artículo original,
Brynjolfsson (1993) identificó cuatro categorías para agrupar las variadas explicaciones
propuestas:

1. Mala medición de los productos e insumos.


2. Rezago causado por el período de aprendizaje y ajuste.
3. Redistribución y disipación de beneficios.
4. Mal manejo de la información y tecnología.

Define las primeras dos explicaciones como "fallas de búsqueda, que no son la raíz de la paradoja
de productividad." Afirma a continuación que "una visión más pesimista está encarnada en las
otras dos explicaciones. Proponen que realmente no hay beneficios importantes". Brynjolfsson
explora estas ideas en detalle y establece la paradoja como un problema económico: los beneficios
justifican la inversión pasada y futura en tecnologías de la información?

Turban et al. (2008), afirman que para entender la paradoja se requiere comprender el concepto de
productividad. Pinsonneault et al. (1998) declaran que, para desenredar la paradoja, es necesario
un “entendimiento de cómo el uso de la TI está relacionado con la naturaleza del trabajo directivo y
el contexto en que está desplegado”.

Una hipótesis para explicar la paradoja de la productividad es que los ordenadores son
productivos, pero aun así sus beneficios productivos se producen sólo después de un rezago, dado
que se requieren inversiones complementarias para que el uso de la TI alcance su potencial.

Los rendimientos marginales decrecientes de los ordenadores, la hipótesis contraria, sugiere que
los ordenadores eran utilizados en las áreas más productivas en un principioː dos décadas antes
de las computadoras personales se usaban en los sistemas financieros para hacer transacciones,
en la contabilidad y en la industria aérea para hacer reservas de aerolíneas. Por tanto, las
oportunidades de productividad importantes estuvieron agotadas antes de que los ordenadores se
difundieran por todas partes. En consecuencia la paradoja reside en que se pone el foco en el
período de tiempo incorrecto.

Otra hipótesis declara que los ordenadores no son muy productivos, ya que requieren tiempo, un
recurso humano complementario que es escaso. Esta teoría sostiene que, a pesar de que los
ordenadores actúan en una variedad de tareas, estas tareas no son hechas de una manera
particularmente nueva o eficaz, solo más rápidamente. Los datos actuales no confirman la validez
de ninguna de estas hipótesis. Es además posible que existan aumentos en productividad que no
se hayan trasladado a la contabilidad del crecimiento, pero sí a una mejora en la calidad de los
productos.

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