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backup

Hoy 31 de marzo se celebra el World Backup Day, una fecha que se instauró el año
pasado para concienciar a los usuarios de la necesidad de realizar copias de seguridad
para salvaguardar sus datos y minimicen el impacto de algún incidente que requiera
restaurar el sistema. En Bitelia, estamos dedicando la jornada de hoy a "festejar" este día
en una serie de notas que puedan servir de ayuda a nuestros lectores a la hora de aplicar
medidas que permitan salvaguardar sus datos o recuperarlos en caso de pérdida.

Coincidiendo con el World Backup Day del año pasado, dedicamos una nota a revisar las
preguntas y dudas que podían surgir a la hora de plantearnos una rutina para
salvaguardar nuestros datos personales y, como continuación, vamos a intentar darle una
orientación algo más práctica para que podamos plantearnos nuestra propia rutina de
backup y mantengamos siempre a salvo nuestros datos.

Paso 1: ¿Qué tipo de backup vamos a hacer?


Esta cuestión es muy importante puesto que condiciona el espacio de almacenamiento
que vamos a necesitar para salvar nuestros datos y, claro está, también determinará la
rutina a seguir y la configuración de la aplicación que usemos para realizar las copias de
seguridad.

Fundamentalmente, existen tres tipos de copias de seguridad:

 Copia de seguridad completa, es decir, una copia de seguridad en la que


copiamos todos los archivos al contenedor de destino independientemente de si
éstos han cambiado o no desde la última copia de seguridad que realizamos. Si
cada vez que realizamos un backup copiamos todo el contenido desde el origen, la
recuperación será muy rápida, pero tardaremos más tiempo en hacerla y si
almacenamos varias versiones, necesitaremos mucho más espacio para almacenar
nuestras copias.

 Copia de seguridad incremental, una copia de seguridad en la que primero


realizamos una copia completa y, posteriormente, se van almacenando las
modificaciones de archivos con respecto a la primera de las copias. A la hora de una
restauración, tendremos que rescatar la copia completa y superponer todas las
copias incrementales posteriores para poder restaurar todos nuestros archivos.
Dado que existe el riesgo de que la copia se pueda corromper, de vez en cuando es
recomendable realizar una copia completa y, sobre ésta, continuar las copias
incrementales (por ejemplo una copia completa cada 5 copias incrementales que se
realicen), ya sea en ubicaciones separadas o, simplemente, sobreescribiendo las
modificaciones sobre la copia base.

 Copia de seguridad diferencial, en este caso se realiza una copia de seguridad de


los cambios realizados desde el último backup completo que hicimos. Aunque pueda
parecerse a la copia incremental, las copias se realizan con respecto a la última
copia completa y no a la copia anterior, por tanto, si realizamos 3 copias
diferenciales por cada copia completa, la segunda copia diferencial contendrá
nuevos archivos además de los que se realizaron en la copia 1 y, por tanto, la copia
número 3 contendrá los nuevos archivos y los que se grabaron en la copia 2 y, por
tanto, en la primera (siendo necesario más espacio para guardar datos
redundantes).
Dependiendo del espacio con el que contemos, el soporte en el que vamos a realizar la
copia y el tipo de rotación que queramos aplicar a nuestros datos, nos decantaremos por
un tipo de backup o por otro, siendo los más populares las copias completas e
incrementales.

Paso 2: ¿Cuál será el destino de nuestro


backup?
El destino de nuestra copia de seguridad es otro punto muy importante a decidir. No hay
una regla fija y podemos hacer copias de seguridad a un disco duro externo, a otra unidad
de disco interna, a una unidad de DVD o Bluray, a una unidad de red o a la nube.

Hace algunos años, cuando no manejábamos tanto volumen de información, los CDs y
DVDs eran muy populares y los usuarios solíamos almacenar discos con los archivos
importantes que grabábamos una vez al mes. Si no manejas mucha información o, por
ejemplo, quieres diversificar los formatos para maximizar la tolerancia a fallos (los
backups pueden fallar); grabar un disco una vez al mes podría ser algo a apuntar en
nuestra agenda aunque, aplicando las normas básicas de seguridad, la copia sería
recomendable almacenarla en un lugar separado físicamente de la ubicación de nuestro
equipo.
Si manejamos gran cantidad de información, teniendo en cuenta que el coste del
almacenamiento ha bajado, usar una segunda unidad de disco duro (ya sea interna o
externa) es una muy buena opción o, incluso, un espacio en red (en un NAS) o usar algún
servicio en la nube como Dropbox o Box. Pero si realmente queremos proteger nuestros
datos, combinar varios sistemas como destino puede aumentar la tolerancia a fallos
(almacenando varias copias en varios sitios distintos).

Paso 3: ¿Versionar o sobrescribir?


Esta es una de las grandes preguntas que todos nos hacemos cuando programamos
nuestras copias de seguridad porque, lógicamente, la respuesta condiciona la cantidad de
espacio que vamos a necesitar.

¿Qué significa versionar nuestras copias de seguridad? En el caso que realicemos


copias completas, versionar nuestros backups significa que cada copia que hagamos se
va a almacenar en paralelo a las existentes, es decir, en una carpeta distinta. De esta
manera, si revisamos nuestra biblioteca de backups, encontraremos todas las copias
realizadas y podremos restaurar el sistema en base a estas fotos (aunque lo normal que
es necesitemos la última que hemos sacado).

Sin embargo, si decidimos mantener únicamente la última copia realizada, entonces no


será necesario versionar, siempre escribiremos sobre la misma ubicación y solamente
necesitaremos, como mínimo, el espacio ocupado actualmente por los archivos a
salvaguardar.

¿Entonces qué hacemos? Si nos sobra el espacio de almacenamiento y hemos optado


por realizar copias completas cada vez que realizamos un backup, podríamos quedarnos
con las 2 últimas copias y, de esta manera, siempre tendremos las 2 últimas fotos de
nuestros archivos y, por tanto, estaremos almacenando dos versiones. Si no nos sobra el
espacio, quizás deberíamos apostar por las copias incrementales y, por ejemplo, renovar
la copia completa de base por cada 3 incrementales que realicemos.
Paso 4: Localiza los archivos importantes
Una vez hemos hecho los preparativos previos toca "entrar en faena" y comenzar a
seleccionar los archivos que vamos a salvaguardar. ¿Qué archivos son importantes? Esta
pregunta no tiene una respuesta fija y depende de cada usuario pero la lógica suele decir
que los correos electrónicos (el PST de Microsoft Outlook o el Local Folders de
Thunderbird), los documentos personales, las fotos y la música suelen entrar dentro de
esta categoría.

Lo que sí que podemos aplicar de manera horizontal es la optimización de nuestro


sistema para ubicar en un único lugar, por ejemplo, una carpeta concreta, toda la
información personal del usuario. Por ejemplo, en Windows es posible apuntar "Mis
Documentos" a una carpeta seleccionada por el usuario y también es posible configurar la
ubicación del perfil del usuario en Thunderbird, por lo que si concentramos en unas pocas
ubicaciones todos los datos importantes, será mucho más sencillo configurar el backup.

Paso 5: Mejor una aplicación que hacerlo a


mano y programar mejor que recordar
¿Cómo vamos a hacer las copias de seguridad? ¿Configuramos una alarma en nuestra
agenda? ¿Una señal en nuestro calendario? Si somos gente muy metódica, un simple
recordatorio podría valernos pero si somos olvidadizos, lo más recomendable es
automatizar esta tarea y utilizar alguna aplicación.
Existen muchas aplicaciones para hacer copias de seguridad y, en mi caso, una de las
que más me gustan para sistemas Windows es Cobian Backup que permite,
precisamente, programar rutinas de backup de manera periódica y, de una sola vez,
seleccionar las carpetas origen, la ubicación destino y la periodicidad con las que vamos a
hacer las copias.

¿Y cuál es la periodicidad ideal? Es una buena pregunta y dependerá del grado de


modificación que tengan nuestros archivos. Personalmente, creo que una semana es lo
mínimo que deberíamos programar sea cual sea el tipo de backup que vayamos a
realizar. Si, por el contrario, utilizamos nuestro equipo de manera profesional y queremos
tener siempre nuestro backup al día, quizás podría ser interesante plantearnos un sistema
de copias incrementales en el que de lunes a viernes realicemos copias incrementales y,
por ejemplo, los sábados o los domingos realicemos una copia completa (y para mayor
seguridad almacenemos siempre la anterior copia completa).

Paso 6: Comprueba de vez en cuando que los


backups se realizan correctamente
Si hemos llegado hasta aquí, estamos preparados para encarar un desastre, un ataque de
malware, una pérdida de datos o el robo de nuestro equipo portátil pero, quizás, cuando
surja la necesidad de utilizar un backup éste no funcione y nos encontremos sin
posibilidad de recuperar nuestros datos.

Precisamente, porque los datos se pueden corromper o porque hayamos olvidado incluir
alguna carpeta dentro de las que se deben copiar, es muy recomendable revisar, de
vez en cuando, las copias que realizamos para ver que las copias se realizan
adecuadamente, los archivos funcionan y, por tanto, es posible la restauración de los
mismos.

Dedicar unos minutos a configurar nuestros backups debemos tomarlo como una
inversión y no como un gasto de tiempo puesto que, gracias a pautas como ésta,
podemos ahorrarnos más de un disgusto y evitaremos perder datos que son difíciles de
reemplazar (como las fotos de nuestros viajes o de momentos especiales con nuestra
familia y amigos).

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