Hábitos de lectura: Problemáticas de la lectura por obligación.
Las personas desarrollamos diferentes hábitos a lo largo de nuestra vida ya que la
formación de hábitos es un instrumento de supervivencia que regula las interacciones sociales, conserva la salud del organismo y nos permite reaccionar con rapidez cuando la reflexión es imposible o innecesaria.
El hábito de lectura puede definirse como un comportamiento estructurado
intencional que hace que la persona lea frecuentemente por motivación personal, lo cual le crea satisfacción, sensación de logro, placer y entretenimiento. Ampliando se experimenta la lectura como algo que tiene que ver con nuestro yo más íntimo, se logra un placer o al menos, un bienestar o confort interior que uno quiere volver a sentir, lo cual facilitará la formación del hábito de lectura.
La problemática tratada se enfoca en cómo desarrollar estrategias para incentivar
la lectura y evitar que los estudiantes se sientan desmotivados ante la lectura reglamentaria impuesta en las instituciones educativas que siguen un plan de estudio pero resultan de cierta manera siendo obligatorias, lo que disminuye el desarrollo de la lectura como un hábito que satisface a las estudiantes de grado décimo, por ello, es importante encontrar formas de hacerla agradable. Debemos encontrar un equilibrio entre la lectura por placer y la lectura con fines educativos o profesionales. Por otro lado, se podría también explorar como la obligatoriedad de la lectura puede impactar en la formación de hábitos de lectura en la vida adulta. Si la lectura es vista como una tarea aburrida e impuesta por la escuela, es posible que muchos estudiantes no desarrollen el hábito de leer por placer a futuro.
La lectura es importante por varias razones:
● Ayuda a la comprensión de textos, mejora la gramática, el vocabulario y la
escritura. ● Fortalece la concentración, desarrolla la memoria y ejercita el cerebro.
● Alimenta la imaginación y los pensamientos cognitivos e interactivos.
● Facilita la comunicación y mejora la elocuencia.
La lectura es un hábito que puede mejorar las condiciones sociales y humanas de cualquier lector, y es una herramienta fundamental para el aprendizaje y el desarrollo personal. Puede ayudar en el desarrollo cognitivo de varias maneras. Según, la lectura estimula el desarrollo de diversas áreas cognitivas y funciones ejecutivas del cerebro, tales como la memoria, el lenguaje, la atención y la concentración. Además, la lectura es un hábito de comunicación que permite desarrollar los pensamientos interactivos de cualquier lector, el leer permite construir con facilidad nuevos conocimientos. La lectura también contribuye al desarrollo de la imaginación y la creatividad, enriquece el vocabulario y la expresión oral y escrita. Se podrían plantear las consecuencias de la obligatoriedad de la lectura en el sistema escolar, especialmente en cuanto afecta la motivación y el interés de los estudiantes por leer. Enfocándonos en analizar cómo el hecho de tener que leer determinados textos como tarea escolar, sin importar si se adaptan a los intereses o necesidades del estudiante, puede generar una aversión a la lectura y disminuir el disfrute y la comprensión de la misma. Una forma es crear una comunidad de lectores que compartan una visión de la lectura con los niños y jóvenes, aporten conexiones que fomenten la lectura. También es importante permitir que los niños elijan lo que leer quiere y proporcionarles una variedad de materiales de lectura, y en un lapso esta práctica puede darse inicio en la crianza desde el hogar. En la era digital es importante considerar el papel que pueden jugar los ebooks, audiolibro y otras formas de lectura digital que llevan a que muchos jóvenes se sientan más cómodos. Además, es importante tener en cuenta que la lectura no se limita al material literario tradicional. Los cómics, las revistas, los blogs y las redes sociales pueden ser excelentes herramientas para fomentar la lectura. Exploremos como la imposición de la lectura puede disminuir la calidad de la experiencia de aprendizaje y, por ende, afectar el rendimiento académico del estudiante con lo anterior, se podría analizar la posibilidad de implementar en el sistema escolar una mayor flexibilidad en cuanto a la elección de los textos a leer, permitiendo a los estudiantes seleccionar lecturas que sean de su interés y se adaptan a sus habilidades. De esta manera, se podría fomentar una mayor motivación y comprensión por parte de los estudiantes, lo que eventualmente podría mejorar su comprensión lectora y su rendimiento académico.