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“Año de la lucha contra la corrupción e impunidad”

U N I V E R S I D A D N A C I O N A L
D E L C E N T R O D E L P E R Ú

ING. METALURGICA Y DE MATERIALES


CATEDRA:

ENERGÍA RENOVABLES Y NO
RENOVABLES
ASUNTO:

ENERGÍA DE LA
BIOMASA

CATEDRATICO: LUIS ANTONIO PACHECO ACERO

ESTUDIANTES: TAIPE LIZANA Anderson.

SEMESTRE: VIII
INDICE

INTRODUCCION --------------------------------------------------------------------------------- 2
1. QUE ES BIOMASA ---------------------------------------------------------------------------------- 3
2. TIPOS DE BIOMASA --------------------------------------------------------------------------------- 3 – 7
- QUE ES Y COMO FUNCIONA
- COMO SE PROCESA
- PARA QUE SE UTILIZA
- QUE FACTORES BENEFICIAN
3. VENTAJAS --------------------------------------------------------------------------------------------- 7-9
4. DESVENTAJAS ---------------------------------------------------------------------------------- 10-12
5. APLICACIONES CALOR Y ELECTRICIDAD -----------------------------------------------12-14
6. ASPECTOS TECNICOS, TRANSFORMACION Y GENERACION ------------------------14-17
7. CONCLUSIONES ---------------------------------------------------------------------------------- 18
8. BIBLIOGRAFIA ---------------------------------------------------------------------------------- 19

INTRODUCCION

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Actualmente, más del 80% del abastecimiento energético en los países desarrollados
proviene de energías fósiles, otro 13% de energía nuclear, y solamente alrededor del
6% de Energías Renovables. Este 94% no renovable conlleva importantes
implicaciones medioambientales y una fuerte dependencia del abastecimiento exterior.
Entre las energías renovables destaca el uso de productos obtenidos a partir de
materia orgánica para producir energía. Estos productos componen lo que se
denomina comúnmente “biomasa”, una definición que abarca un gran grupo de
materiales de diversos orígenes y con características muy diferentes. Los residuos de
aprovechamientos forestales y cultivos agrícolas, residuos de podas de jardines,
residuos de industrias agroforestales, cultivos con fines energéticos, combustibles
líquidos derivados de productos agrícolas (tema desarrollado por otro grupo, en el cual
no profundizaremos), residuos de origen animal o humano, etc., todos pueden
considerarse dentro de la citada definición.
De todas nuestras fuentes de energía es la más antigua, es la que más ha contribuido
al desarrollo tecnológico de la humanidad y, en la actualidad, es la energía renovable
que presenta una de las mejores tarjetas de visita a la hora de resolver los problemas
energéticos de nuestros días. Y ello es así porque la biomasa puede emplearse como
combustible en instalaciones que generan calor o electricidad. Además, en algunos
casos puede transformarse para convertirse en un producto que puede emplearse
como substituto del petróleo en los motores de los coches
La biomasa es toda sustancia orgánica renovable de origen tanto animal como
vegetal. La energía de la biomasa proviene de la energía que almacenan los seres
vivos. En primer lugar, los vegetales al realizar la fotosíntesis, utilizan la energía del sol
para formar sustancias orgánicas. Después los animales incorporan y transforman esa
energía al alimentarse de las plantas. Los productos de dicha transformación, que se
consideran residuos, pueden ser utilizados como recurso energético.
Desde principios de la historia de la humanidad, la biomasa ha sido una fuente
energética esencial para el hombre. Con la llegada de los combustibles fósiles, este
recurso energético perdió importancia en el mundo industrial.
En Europa, Francia es el país que mayor cantidad de biomasa consume (más de 9
millones de toneladas equivalentes de petróleo (tep)) seguido de Suecia. España
ocupa el cuarto lugar dentro de esta lista con 3,6 millones de tep.

1. ¿QUÉ ES LA BIOMASA?

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La Biomasa es toda la materia orgánica (restos de seres vivos) producida por
los seres vivos como consecuencia de sus actividades vitales. Todos aquellos
restos producidos por los seres vivos son biomasa,  por ejemplo  la madera, las
hojas de los árboles, cascaras de frutos secos, excrementos de animales,
restos de poda, reciclado de aceites, aceites obtenidos de plantas o animales,
basuras orgánicas producidas por el hombre, residuos agroalimentarios, etc.
En resumen se puede considerar biomasa cualquier resto producido por los
seres vivos.

En Física la biomasa también se define como la masa total de los seres vivos
en una región o en un ecosistema. De hecho la palabra biomasa procede del
prefijo Bio (vida) y de masa (masa de un cuerpo)

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2. TIPOS DE BIOMASA:

La biomasa que podremos usar como fuente de energía se encuentra,


principalmente, de dos formas: como cultivos con un aprovechamiento
claramente orientado a la producción de energía o como un residuo de los
trabajos forestales y agrícolas, o de sus industrias asociadas.

A. Biomasa natural:

La biomasa natural es la que se produce en ecosistemas naturales. La


explotación intensiva de este recurso no es compatible con la protección del
medio ambiente, aunque sea una de las principales fuentes energéticas en los
países subdesarrollados.
La biomasa natural se produce sin la intervención del hombre para potenciarla
o para modificarla. Se trata fundamentalmente de residuos forestales:
 Derivados de limpieza de bosques y de restos de plantaciones.
 Leñas y ramas.
 Coníferas.
 Frondosas.

B. Biomasa residual:

La biomasa residual es la que generada en las actividades humanas que


utilizan materia orgánica. Su eliminación en muchos casos supone un
problema. Este tipo de biomasa tiene asociadas unas ventajas en su utilización:
 Reduce la contaminación y riesgos de incendios.
 Reduce el espacio en vertederos.
 Los costes de producción pueden ser bajos.
 Los costes de transporte pueden ser bajos.
 Evita emisiones de CO2.
 Genera puestos de trabajo.
 Contribuye al desarrollo rural.

La biomasa residual se divide a su vez en una serie de categorías que se


estudian a continuación.

a. Excedentes agrícolas:

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Los excedentes agrícolas que no sean empleados en la alimentación
humana pueden ser considerados utilizados biomasa con fines energéticos.
Este uso de productos agrícolas utilizados en la cadena de alimentación
humana ha provocado una mala fama injustificada del uso de la biomasa
con fines energéticos, al haberse acusado a este uso de una subida del
coste de determinados productos agrícolas que son la base de la
alimentación en muchos países del tercer mundo y en vías de desarrollo.
Estos excedentes agrícolas pueden ser utilizados tanto como combustible
en plantas de generación eléctrica como transformados en biocombustibles.

b. Cultivos energéticos:

Los cultivos energéticos son cultivos específicos dedicados exclusivamente


a la producción de energía. A diferencia de los agrícolas tradicionales,
tienen como características principales su gran productividad de biomasa y
su elevada rusticidad, expresada en características tales como resistencia a
la sequía, a las enfermedades, vigor, precocidad de crecimiento, capacidad
de rebrote y adaptación a terrenos marginales.
Entre los cultivos energéticos se pueden incluir cultivos tradicionales
(cereales, caña de azúcar, semillas oleaginosas) y otros no convencionales
(cynara, pataca, sorgo dulce) que están siendo objeto de numerosos
estudios para determinar sus necesidades de cultivo.

¿Qué es y cómo funciona?

La energía a través de la biomasa es básicamente utilizar la materia


orgánica como fuente energética. Esta materia orgánica, es heterogénea.
Pueden ser desde deshechos de agricultura (huesos de aceituna, cáscaras
de frutos secos, restos de poda de vid…) a restos de madera, como pellets
o serrín.
Se trata de un tipo de producción de energía más barata, renovable y con
menos emisiones por su forma de combustión. Además, ayuda a mantener
limpios los bosques por lo que ayuda en la prevención de incendios.

¿Cómo se procesa la biomasa?

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Se utilizan calderas donde el material se quema poco a poco, lo que genera
también cenizas que pueden ser usadas posteriormente como abono.  Si se
instala un acumulador, se puede almacenar el calor sobrante generado.

¿Para qué se utiliza?

Generalmente para generar calor, y a nivel industrial en ocasiones para


electricidad, aunque es un proceso más laborioso. Se pueden instalar calderas
de biomasa en las viviendas, para obtener calefacción (por suelo radiante) y
calentar agua.  

¿Qué factores benefician a la biomasa?

El empleo de la biomasa como fuente alternativa de energía limpia se ha visto


considerablemente ayudado por una serie de factores:
 Subida del precio del petróleo.
 Crecimiento de la producción agrícola.
 El cambio climático.
 Aumento de la preparación técnica y el conocimiento científico en la
investigación de renovables.
 Escenario económico propicio para la explotación de plantas de biomasa.
 Trabas burocráticas a otro tipo de promoción de energías renovables.

Por estas razones son muchos los países que optan por hacer uso de centrales
de biomasa, siendo Europa el principal foco de actuación con las cinco
centrales más grandes del mundo en Inglaterra, Polonia y tres en Finlandia.

3. VENTAJAS DE LA ENERGÍA PROCEDENTE DE LA BIOMASA:

- Es una fuente de energía renovable:

En todo el planeta existe la posibilidad de acceder a fuentes de biomasa tales


como restos de cosecha, estiércol y basura orgánica. En el transcurso de un
año en el que se transforman todas esas fuentes en biocombustibles, se están
generando cantidades equivalentes en cosechas, granjas y ciudades. El ritmo

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de transformación se asemeja al ritmo de crecimiento de cosechas y
recolección, y puede ser tan corta como unos meses en algunos casos.

- Neutral respecto a las emisiones de carbono:

Esta tal vez sea la mayor y más importante ventaja de la energía procedente de
la biomasa. La biomasa entra de lleno en el ciclo del carbono. El carbono de la
atmósfera es captado por las plantas durante la fotosíntesis y pasa a formar
parte de sus estructuras. Cuando la planta muere o es quemada, ese carbono
retorna a la atmósfera. Puesto que es un ciclo, los siguientes cultivos absorben
el carbono una y otra vez, por lo que se mantiene un equilibrio entre la cantidad
de carbono que el combustible de la biomasa libera a la atmósfera y la cantidad
que las plantas extraen de ella. Por este motivo, los combustibles procedentes
de la biomasa no contribuyen al calentamiento global, y tienen la consideración
de combustibles limpios.

- Mínimo precio:

El aprovechamiento de la energía contenida en la biomasa resulta muy


económico comparado con el petróleo o el carbón. Suele costar alrededor de
un tercio de los combustibles fósiles para obtener el mismo resultado. Esto
significa que si tu calefacción dependiera de biomasa, podrías ahorrar todos los
años un tercio del coste de calentarla con gasoil, lo que supone un gran ahorro.

- La biomasa es abundante:

La biomasa está disponible en grandes cantidades por todo el mundo. Por lo


tanto, en general no son necesarias grandes infraestructuras de transporte para
llevarlas a su punto de destino.
No hay duda de que la energía procedente de la biomasa es uno de los
posibles sustitutos de los combustibles fósiles. No puede obviarse el beneficio
de ser una fuente de energía renovable y limpia. Habrá que ver qué papel
puede jugar en el futuro la biomasa en cuanto a la obtención de energía.

- Necesita baja inversión de capital.

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- Es la energía renovable que genera mayor cantidad de mano de obra.

- Tiene un balance positivo en la captura de CO2.

- Es fácilmente auto gestionable.

- Si normalmente a los sistemas de producción de energías renovables se les


otorga un beneficio claro, la disminución de la carga contaminante provocada
por los combustibles fósiles, en el caso de la biomasa existen otros beneficios
como propiciar el desarrollo rural y proporcionar el tratamiento adecuado de
residuos, en algunos casos contaminantes, o gestionar los residuos
procedentes de podas y limpiezas de bosques limitando la propagación de
incendios.

- Otro aspecto a tener en cuenta es la posible reforestación de tierras agrícolas o


desforestadas con cultivos energéticos, herbáceos o leñosos, con destino a la
producción de biomasa, que aumentarían la retención de agua y la disminución
de la degradación y erosión del suelo.

- Respecto a las aplicaciones energéticas, las calderas modernas de biomasa no


producen humos como las antiguas chimeneas de leña, y sus emisiones son
comparables a los sistemas modernos de gasóleo C y gas. La composición de
estas emisiones es básicamente parte del CO2 captado por la planta origen de
la biomasa y agua, con una baja presencia de compuestos de nitrógeno y con
bajas o nulas cantidades de azufre, uno de los grandes problemas de otros
combustibles. La mayor ventaja es el balance neutro de las emisiones de CO2,
al cerrar el ciclo del carbono que comenzaron las plantas al absorberlo durante
su crecimiento, ya que este CO2 sólo proviene de la atmósfera en la que
vivimos y necesita ser absorbido continuamente por las plantas si se desea
mantener en funcionamiento la producción energética con biomasa.

- El fomento de la producción de biomasa para uso energético permite el


desarrollo de una nueva actividad en las áreas rurales, sobre la base de un
mercado con una demanda continua y sin fluctuaciones, que genera puestos

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de trabajo estables, bien remunerados y supone una nueva fuente de ingresos
para las industrias locales.

4. DESVENTAJAS DE LA BIOMASA:

- Puede ser cara:

En ciertas zonas y en ciertas condiciones, la extracción de biomasa puede ser


cara. Esto además suele ocurrir en proyectos de aprovechamiento que
impliquen recolección, procesado y almacenamiento de algunos tipos de
biomasa.

- Requiere espacio:

Se necesitan grandes áreas para los diferentes procesos destinados a la


obtención de energía de la biomasa. También las zonas de almacenamiento
pueden ser particularmente extensas.

- Aspectos medioambientales:

En ocasiones se destinan a la obtención de biomasa amplias zonas forestales


o silvícolas, destruyendo hábitats de gran valor ecológico y provocando la
desaparición o el movimiento de especies animales al destruir sus refugios y
fuentes de alimento.

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- En naturaleza, la biomasa tiene relativamente baja densidad de energía y su
transporte aumenta los costes y reduce la producción energética neta. La
biomasa tiene una densidad a granel baja (grandes volúmenes son necesarios
en comparación con los combustibles fósiles), lo que hace el transporte y su
administración difíciles y costosos. La clave para superar este inconveniente
está en localizar el proceso de conversión de energía cerca de una fuente
concentrada de biomasa, tal como una serrería, un molino de azúcar o un
molino de pulpa.

- La combustión incompleta de la leña produce partículas de materia orgánica, el


monóxido de carbono y otros gases orgánicos. Si se utiliza la combustión de
alta temperatura, se producen los óxidos del nitrógeno. En una escala
doméstica más pequeña, el impacto en la salud de la contaminación
atmosférica dentro de edificios es un problema significativo en los países en
vías de desarrollo, en donde la leña se quema ineficazmente en fuegos
abiertos para cocinar y la calefacción de ambientes.

- Existe la posibilidad que el uso extensivo de bosques naturales cause la tala de


árboles y escasez localizada de leña, con ramificaciones ecológicas y sociales
serias. La conversión de bosques en tierras agrícolas y áreas urbanas es una
importante causa de la tala de árboles. Además, en muchos países asiáticos
gran parte del combustible de la madera usado con propósitos de energía
provienen de áreas indígenas boscosas.

- Algunos usos de la biomasa no son completamente competitivos en esta etapa.


En la producción de electricidad por ejemplo, hay fuerte competencia de las
nuevas plantas de gas natural, altamente eficientes. Sin embargo, la economía
de la producción energética de biomasa está mejorando, y la preocupación
cada vez mayor por las emisiones de gas de invernadero está haciendo a la
energía de biomasa más atractiva.

- La producción y el proceso de la biomasa pueden implicar un consumo de


energía significativa, tales como combustible para los vehículos y los
fertilizantes agrícolas, dando por resultado un balance energético reducido para
el uso de la biomasa. En el proceso de la biomasa se necesitan reducir al

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mínimo el consumo de combustibles fósiles, y maximizan la conversión de
basura y recuperación de energía.

- A menudo existen restricciones políticas e institucionales al uso de biomasa,


tales como políticas energéticas, impuestos y subsidios que animan el uso de
combustibles fósiles. Los costos de la energía no reflejan a menudo las
ventajas ambientales de la biomasa o de otros recursos energéticos
renovables.

5. Aplicaciones. Calor y electricidad:

Las aplicaciones térmicas con producción de calor y agua caliente sanitaria son
las más comunes dentro del sector de la biomasa. En un nivel menor de
desarrollo se sitúa la producción de electricidad.

Calor:

A. La producción térmica sigue una escala de usos que comienza en las calderas
o estufas individuales utilizadas tradicionalmente en los hogares. Hoy en día
existen aparatos tanto de aire, (las estufas de toda la vida, mejoradas y
actualizadas a las necesidades de los usuarios de hoy) que calientan una única
estancia, como de agua, que permiten su adaptación a un sistema de
radiadores o de suelo radiante y a otros sistemas con producción de agua
caliente sanitaria.

B. En un segundo escalafón se sitúan las calderas diseñadas para un bloque o


edificio de viviendas, equiparables en su funcionamiento a las habituales de
gas natural, que proveen a las viviendas de calefacción y agua caliente. Debido
a la necesidad de disponer de un lugar amplio y seco para el almacenamiento
del biocombustible este tipo de instalaciones pueden tener problemas en
edificios con salas de calderas pequeñas y poco espacio aprovechable. En
cambio son una buena solución, tanto económica como medioambiental, para
edificios de nueva construcción. Otra aplicación importante de estas calderas
es la conversión de las antiguas calefacciones de carbón o gas natural a
instalaciones de biomasa. La buena disposición de los vecinos que encontrarán
un ahorro económico en su consumo de calefacción y agua caliente, un

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acertado asesoramiento profesional y espacio suficiente para el almacena-
miento forman la base para este tipo de cambios.

C. Una red de calefacción centralizada, conocida en inglés como district heating,


supone el siguiente nivel dentro de las aplicaciones térmicas de la biomasa.
Este tipo de instalaciones están muy extendidas en el Centro y Norte de
Europa. La red de calor y agua caliente llega no sólo a urbanizaciones y otras
viviendas residenciales sino también a edificios públicos, centros deportivos,
complejos comerciales y un amplio elenco de edificios e incluso industrias. El
mayor tamaño, tanto de las calderas como de los silos de almacenamiento del
combustible, requiere de instalaciones exclusivas para estas centrales
térmicas. En España están iniciándose las primeras redes de climatización
centralizada alimentadas con biomasa, las cuáles no sólo proveen de
calefacción en invierno a los usuarios sino que permiten la distribución de frío
para la climatización de las viviendas y otros edificios en verano.

D. Por último, los consumos térmicos de determinadas industrias también son


abastecidos por calderas de biomasa. Se trata principalmente del
aprovechamiento de residuos de las industrias agroforestales para producción
de calor que, en ocasiones, es acompañado de producción eléctrica
(cogeneración con biomasa).

Las materias más utilizadas para las aplicaciones térmicas de la biomasa son los
residuos de las industrias agrícolas (cáscaras de almendras, huesos de
aceitunas…) y forestales (astillas, serrines…) y los residuos de actividades
selvícolas (podas, claras, limpieza de bosques,…) y de cultivos leñosos (podas,
arranques,…). En muchas ocasiones algunos de estos residuos se transforman en
pellets y briquetas, astillas molturadas y compactadas que facilitan su transporte,
almacenamiento y manipulación pero que requieren de un tratamiento previo
encareciendo el producto final.

Electricidad:

La producción de electricidad precisa de sistemas aún más complejos dado el bajo


poder calorífico de la biomasa, su alto porcentaje de humedad y su gran contenido
en volátiles. Para ello se necesitan centrales térmicas específicas con grandes
calderas, con volúmenes de hogar mayores que si utilizaran un combustible

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convencional, que conllevan inversiones elevadas y reducen su rendimiento. Todo
ello, unido a la dificultad de aprovisionamiento de la biomasa, explica el poco peso
de la biomasa eléctrica en el cómputo global de esta energía, 680 ktep de
consumo en 2004 frente a los 3.487 ktep de las aplicaciones térmicas. La gran
demanda de combustible de este tipo de plantas obliga a asegurar un
abastecimiento continuo, que tiene la dualidad de encarecer su precio por la
distancia a la que se debe buscar el suministro, pero también puede reducirlo al
adquirir grandes cantidades.

Son pocas las plantas de producción eléctrica que existen en España y la mayor
parte de la potencia instalada procede de instalaciones ubicadas en industrias que
tienen asegurado el combustible con su propia producción. Es el caso de la
industria papelera y, en menor medida, de otras industrias forestales y
agroalimentarias, que aprovechan los residuos generados en sus procesos de
fabricación para reutilizarlos como combustibles.

Una de las explicaciones para este escaso avance es la inexistencia de cultivos


energéticos que suministren combustible de manera continuada, en cantidad y
calidad, a determinadas plantas. Con el fin de mejorar el rendimiento de las
instalaciones y por tanto su rentabilidad económica, la innovación tecnológica en
este campo está orientada hacia el desarrollo de la gasificación de biomasa y
posterior conversión en electricidad a través de moto generadores u otros sistemas
de combustión del gas de síntesis producido.

Entre los combustibles más utilizados en aplicaciones eléctricas se encuentran los


residuos de la industria del aceite de oliva. Como ya se ha dicho, las industrias
forestales y otras industrias agroalimentarias (como por ejemplo las maicerías y las
alcoholeras) también tienen su cuota de importancia al producir energía eléctrica
con sus propios residuos (astillas, serrín, cascarilla de arroz, granilla de uva,…).

6. Aspectos técnicos. Transformación y generación

Transformación:

Los procesos de extracción y transformación de los combustibles derivados de la


biomasa son tan variados como las características de cada uno de ellos. En
general, los que requieren sistemas más complejos son los residuos derivados de

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las actividades forestales y agrícolas, y entre éstas últimas los de cultivos leñosos.
Para su recolección adecuada se emplean una serie de trabajos que empiezan con
la extracción de las zonas donde se encuentran, en muchos casos con grandes
pendientes u otros impedimentos geográficos; siguen con el astillado o con el em-
pacado y continúan con su transporte a plantas de transformación; su secado,
natural o forzado, para eliminar al máximo el grado de humedad; y su adecuación
para el consumo ya sea mediante un nuevo astillado o molturado, una peletización
u otros procesos. Todo este proceso requiere de una maquinaria específica como
tractores (forestales o agrícolas), autocargardores, astilladoras, empacadoras,
camiones y, ya en las plantas de tratamiento, equipos de triturado (astilladoras
fijas), molienda, secado y peletizado.

Las plantas de tratamiento de biomasa no sólo reciben biomasa forestal o agrícola


sino que también obtienen su materia prima de industrias forestales o agrícolas.
Respecto a los residuos de industrias forestales, estas plantas utilizan
principalmente los procedentes de industrias de primera transformación de la
madera, entre las que se encuentran los aserraderos. Las industrias de segunda
transformación, como las del tablero y el mueble, aprovechan generalmente sus
residuos como combustibles para autoabastecerse de calor y, en ocasiones,
producir energía eléctrica, por tanto no necesitan enviarlo a plantas de tratamiento.
Algo parecido ocurre con algunas industrias agrícolas o agroalimentarias, que
aprovechan sus propios residuos como combustibles. Es el caso del orujillo
derivado de la extracción de aceite de orujo de oliva; de la cascarilla de arroz de
las maicerías; de la cáscara de piñón en la elaboración de frutos secos; o de los
huesos de frutas de la industria conservera. Aquellos residuos que no son
utilizados en estas fábricas entran en el mercado de los biocombustibles y son
comercializados por empresas de almacenamiento y distribución que deben
procurar que la biomasa no pierda sus propiedades. Para ello es necesario evitar
la fermentación y la auto combustión en su almacenamiento, siendo necesario, en
muchas ocasiones, utilizar sistemas de secado, astillado o peletizado / briquetado.

Generación de energía:

Una de las principales características de un biocombustible sólido es su poder


calorífico, tanto superior como inferior. El poder calorífico superior (PCS) se
define como la energía liberada cuando una masa unitaria de biocombustible se
quema con oxígeno en una bomba calorimétrica en condiciones normalizadas.

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Este PCS, obtenido en laboratorios especializados, permite conocer la energía
contenida en la biomasa estudiada incluyendo aquella que se consumirá en
evaporar el agua producida en la combustión. Sin embargo, la energía realmente
aprovechable es aquella que se obtiene una vez evaporada el agua producida en
la combustión. A esta energía se la denomina poder calorífico inferior (PCI) y es
necesario utilizar fórmulas empíricas para su determinación a partir del PCS. La
determinación de la humedad de la biomasa es fundamental ya que influye en la
disminución del poder calorífico y en el aumento del consumo de combustible.

Una vez caracterizado el combustible puede utilizarse siguiendo distintos


procesos. El más común es la combustión de la biomasa para producción de
energía, que también presenta sus particularidades dependiendo de si se realiza
en el ámbito doméstico y residencial, en las industrias productoras del residuo o en
centrales térmicas exclusivas. La gran diferencia radica en el uso final de la
energía producida, ya que el sistema variará si se trata de aplicaciones térmicas,
para generar calor y agua caliente sanitaria, o eléctricas, para generar electricidad.
En general los equipos que existen en el mercado permiten unos rendimientos de
combustión que pueden alcanzar el 85% si cuentan con sistemas de recuperación
de calor.

1) Calor:
En el caso de las aplicaciones térmicas en el sector residencial el equipo se
compone básicamente de un silo de almacenamiento de la biomasa, un
sistema de alimentación (tornillos sinfín, cintas transportadoras, canjilones,
sistemas neumáticos,…) que lo llevan a las calderas, en cuyo interior se
encuentra el hogar de combustión y los intercambiadores donde se calienta el
fluido destinado a calefacción y/o ACS. En el caso de las redes de calefacción
centralizadas, el agua caliente se impulsa hasta las viviendas mediante un
sistema de bombas mayor, utilizando una doble tubería aislada y colocando
intercambiadores de placas en los edificios o en las viviendas. Una vez cedido
el calor el agua fría retorna a la central térmica para iniciar nuevamente el ciclo.
A todo ello hay que añadir algunos equipos auxiliares como los sistemas de
limpieza de humos y un recuperador de calor.

2) Electricidad:

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El almacenamiento y la alimentación para sistemas de generación eléctrica son
parecidos a los utilizados en procesos térmicos. Las principales diferencias se
centran en la cantidad de biomasa necesaria, el sistema de combustión (es
necesario generar vapor con una calidad determinada en vez de agua caliente)
y los equipos para transformar la energía térmica producida en energía
eléctrica (cuyos elementos principales son normalmente una turbina de vapor y
un alternador). El sistema se basa en generar vapor mediante la combustión de
la biomasa, produciendo energía mecánica a través de las turbinas y finalmente
energía eléctrica en los alternadores.

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3) Gasificación:

Por último, las tecnologías relacionadas con la gasificación utilizan un reactor-


gasificador en elque se introduce la biomasa. La gasificación produce un gas
pobre que una vez filtrado y trata-do podría utilizarse en motogeneradores para
producir energía eléctrica.

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7. CONCLUSIONES

- La biomasa constituye una de las fuentes energéticas más importantes y se


perfila como una de las alternativas más viables para formar la cesta
energética sostenible de este siglo.

- Siempre se requiere realizar el análisis de producción y utilización del recurso a


nivel local y a nivel de mercado Global

- Es factible la instalación de Centrales de Generación de energía eléctrica con


la Biomasa, económicamente debido a que se logra demostrar una
recuperación de la inversión a corto tiempo.

- Es factible reducir el impacto en el medio ambiente.

- Menor cantidad de sustancias contaminantes emitidas en la atmosfera.

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BIBLIOGRAFIA

 W.H. Severns, H.E. Degler, J.C. Miles Energía mediante vapor, aire o gas
 Osinergmin “la industria de la energía renovable en el Perú”
 http://www.ingemmet.gob.pe/actividades/geol_econ_y_prosp_min/min_no_met
alicos/carbones.htm
 http://www.minem.gob.pe/archivos/dgm/publicaciones/public03/carbones.htm
 http://www.munitrujillo.gob.pe/Trujillo/PotencialidadesyProyectos/Potencialidad
esyProyectos.htm
 http://www.mesadeconcertacion.org.pe/03carp/depart/dep-13/pdc_13_2003-
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 http://www.comunidadandina.org/public/e_cap2.pdf
 http://www.ingemmet.gob.pe/biblioteca_virtual/inifm/inf_sobre_coque.pdf

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