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ESTILO DE COMUNICACIÓN AGRESIVA

El estilo de comunicación de agresión se caracteriza por una forma de expresión verbal o no


verbal que busca imponer las propias opiniones, necesidades o deseos a expensas de los demás,
sin considerar sus sentimientos o derechos. Las personas que adoptan este estilo de
comunicación suelen mostrar una actitud dominante, de confrontación y hostil, buscando
controlar y humillar a los demás para obtener lo que desean.

Algunas características comunes del estilo de comunicación agresividad incluyen:

Falta de empatía: Las personas con un estilo de comunicación agresivo tienden a mostrar poco
interés por los sentimientos o perspectivas de los demás. Su enfoque principal es la satisfacción
de sus propias necesidades y deseos.

Uso de lenguaje ofensivo: La comunicación agresiva se caracteriza por el uso de un lenguaje


abusivo, insultante o despectivo hacia los demás. Se busca intimidar o menospreciar a la otra
persona para establecer un control sobre ella.

Actitud dominante: Las personas agresivas buscan imponer su voluntad y ejercer poder sobre
los demás. Suelen interrumpir, hablar por encima de los demás y desvalorizar las opiniones
contrarias.

Violación de límites personales: El estilo agresivo no respeta los límites personales de los
demás. Se pueden invadir espacios físicos o emocionales, sin tener en cuenta el consentimiento
o los derechos de los demás.

Enfrentamientos constantes: Las personas con comunicación agresiva tienden a buscar el


conflicto y pueden iniciar discusiones o confrontaciones en diferentes situaciones, incluso sobre
temas triviales.

Ejemplos de expresiones en un estilo de comunicación agresiva:

"Tú siempre estás equivocado/a, nunca entiendes nada".

"Si no haces lo que te digo, prepárate para las consecuencias".

"No me importa cómo te sientes, solo haz lo que te digo".

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"Eres un/a inútil, no sirves para nada".

"Deberías callarte y dejarme hablar, yo sé lo que es mejor".

Es importante destacar que la comunicación agresiva puede generar un clima de tensión,


resentimiento y dañar las relaciones interpersonales. Fomentar una comunicación más
respetuosa, empática y asertiva puede contribuir a establecer relaciones más saludables y
constructivas.

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