ESCENA 1 / INT.

/ METRO / DÍA

El cuadro empieza a materializarse lentamente. JOHNNY (34) un

hombre afrodescendiente y talentoso músico esta sentado en un
metro con señalética francesa, junto a una moderada cantidad
de personas en el vagón. Entre sus piernas se encuentra su
saxofón. Lo escuchamos hablar sin que mueva su boca, es su
voz en off del futuro que narra lo que se presenta a
continuación a BRUNO (34), un crítico de Jazz, biógrafo y
amigo:

JOHNNY:
Te voy a contar lo del metro Bruno.

BRUNO
Sí, ya ve al grano de una vez hombre.

JOHNNY
Bueno, aquí va: el otro día allí me di
cuenta de algo. Me puse a pensar en mi
vieja, en Lan, y pues, en los chicos
de hace tiempo. Me pareció que
caminaba por mi barrio y veía sus
caras.

Mira alrededor y las personas empiezan a transformarse en

conocidos, primero la señora de al lado en su madre, una
chica que se agarraba del pasamanos se ha vuelto Lan, y un
grupo de amigos al final del vagón lo saludan con un gesto
varonil y amistoso.

JOHNNY
Esto no era pensar. Tú sabes que yo no
pienso, era como estar parado y ver
imágenes que uno piensa, pero que en
realidad no ¿Me comprendes?

BRUNO
No Johnny, no exactamente.

JOHNNY
Bueno, la cuestión es que yo había
tomado el metro en la estación Saint
Michel y apenas me senté me puse a
pensar a ver mi barrio.

Toma alejada, todos en el vagón están mirando con cara de

extrañados a Johnny que se ríe solo.

JOHNNY
Todo esto pasaba, pero yo me daba
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cuenta de que seguía en el metro.

Sobre todo cuando llegamos a Odéon y
la gente transitó. Pero yo seguí
pensando en mi vieja, la vi llegando
del super (la ve llegando con bolsas
desde el andén).

Su vestimenta ha cambiado. Con un audio muy bajo se le

escucha hablar con sus viejos amigos que en realidad no están
allí.

JOHNNY
Créeme, los recuerdos me asquean, pero
esta vez me dio gusto pensar en los
chicos y verlos, fue algo hermoso...

Johnny se despide de sus amigos que se van quizás adonde.

JOHNNY
Si solo te contará todo con el más
minúsculo detalle, te juro que
estaríamos toda la tarde. Vi a Lan con
ese vestido verde con el que lucía
preciosa cuando íbamos al Club 33,
donde yo tocaba con Hamp, y él en
efecto lo hizo, sin parar, y yo lo
escuchaba, y después a mi madre que me
regañaba por algo sobre un repollo,
algo que no recuer... por cierto ¿Hace
cuanto estoy hablando?

BRUNO
¿Dos minutos quizás?

JOHNNY
Bueno, si te lo contará con lupa
hubiese pasado más de un cuarto de
hora.

BRUNO
En efecto (dice riéndose).

JOHNNY
¿Loco no? De Odéon a Saint-Germain-des-
Prés ya había pasado por todo eso, y
solo están a un minuto. A eso voy con
que estar en el metro es como estar
dentro de un reloj.

En el vagón, Johnny sonríe placenteramente, pero entre sus

piernas el saxofón se haya ahora ausente.