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¿Qué es el subdesarrollo?
Tampoco existe un acuerdo respecto a las opciones y soluciones viables para sacar a una
nación del subdesarrollo. Hay, en cambio, numerosas teorías respecto a las causas
posibles de este fenómeno que afecta a la mayor parte del mundo.
Definición de subdesarrollo
Otra manera de comprender el subdesarrollo es la propuesta por Peter Wosley en los años
60, apoyándose en los tres estados de la Revolución Francesa.
Índices de subdesarrollo
Otros, como la ONU, lo combinan con otras mediciones para lograr un Índice de
Desarrollo Humano, tales como el nivel de alfabetización, la longevidad promedio, los
kilovatios de energía empleados por persona y el acceso a tecnologías de
telecomunicaciones.
Durante mucho tiempo se acusó como causa del subdesarrollo a criterios raciales y
religiosos, lo cual justificó ideologías racistas y xenófobas que aún hoy en día no se
superan. Por suerte hay ejemplos suficientes de naciones exitosas y racialmente distintas de
la Europa caucásica, o con religiones distintas al protestantismo cristiano, como para negar
esos razonamientos
Otras causas posibles apuntaban al clima, acusando a los países tropicales de clima
benévolo de carecer de incentivo ambiental para el esfuerzo, llevando así vidas más
cómodas y menos ambiciosas. Al mismo tiempo, el clima agreste de algunos países les
negaría las condiciones mínimas para establecer una agricultura productiva o explotar algún
recurso comercializable.
Las consecuencias del subdesarrollo son claras y difíciles de controlar, ya que tienden a
reproducir el esquema de carencias que las produjo, tales como pobreza, dependencia del
extranjero, desigualdad social, inestabilidad política, fragilidad
democrática, demagogia y, en los casos más graves, miseria, hambruna, pandemia y
violencia extrema.
Esto último motivó numerosas iniciativas políticas de integración y mercado común en las
últimas décadas de historia.
País en vías de desarrollo
Aunque el uso de este término sigue siendo corriente, ha sido también muy criticado dentro
de los ámbitos especializados, en los que se considera impreciso y caduco.
Sin embargo, los límites entre un país subdesarrollado y uno “en vías de desarrollo” no son
nada claros, y existen casos en que ambos términos se usan de manera indistinta. En todo
caso, los criterios empleados para este tipo de categorizaciones suelen ser principalmente
económicos y comerciales, aunque también se suele tomar en cuenta el Índice de Desarrollo
Humano (IDH).
Generalmente los Países en vías de desarrollo son aquellos que poseen costados muy
industrializados y modernos, pero que luchan todavía con la pobreza y la marginalidad
de un importante sector de sus poblaciones. En cambio, las naciones consideradas
“desarrolladas” son aquellas que evidencian un crecimiento económico sostenido o
continuo.
En muchos contextos se prefiere el uso de «países de ingresos bajos» para referirse a las
naciones en esta situación económica. Así, se evita que el término resulte estigmatizante o
que transmita la sensación de que hay ganadores y perdedores en la carrera económica, sino
de que existen situaciones complejas e individuales que a duras penas pueden describirse
del todo mediante un indicador económico.
Los países desarrollados son aquellas naciones que han alcanzado un alto nivel de
desarrollo humano, es decir, de estándares de vida, así como de crecimiento sostenido en
las áreas económica, humanística e industrial. Es justamente lo contrario de las naciones
subdesarrolladas o en vías de desarrollo.
La vida en los países desarrollados cuenta con condiciones más benévolas y protegidas
que en los países subdesarrollados, dada la solidez de sus instituciones, su alto grado de
industrialización y la garantía de servicios y derechos básicos. Y dado que las necesidades
fundamentales de la población están satisfechas, su potencial puede organizarse y
aprovecharse de mejores maneras.
No existe una única definición para un país desarrollado, ni una única acepción de cómo se
alcanza dicho desarrollo o en qué consiste. En términos del ex secretario de las Naciones
Unidas Kofi Annan, un país desarrollado sería aquel que provea a sus habitantes de una
vida libre y saludable en un ambiente seguro.
Existen diversos índices para medir el grado de desarrollo de un país y poder compararlo
con el de los demás, o con el promedio de su región. Uno de los más usados es el Índice de
desarrollo humano (IDH) elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD). Existen otros índices como el Banco Mundial o el Fondo Monetario
Internacional.
Este índice abarca los cálculos del índice de esperanza de vida, en el cual se resumen las
condiciones de salud y alimentación de la población; el índice de educación; y finalmente el
índice de Producto Interno Bruto, para abarcar los aspectos económicos e industriales.
Esto contrasta con las economías dependientes de la venta de materia prima de los países
menos desarrollados, cuya dinámica de dependencia económica suele consistir en la venta
de productos primarios y la compra, a mayores precios, de los bienes procesados por la
industria.
En la medida en que menos del presupuesto familiar se vaya subsanando las carencias de la
nación, más se podrá invertir en el consumo secundario, lo cual generará a su vez más
empleo y así se perpetúa un ciclo positivo de generación de riquezas. El desempleo es
siempre un factor atendido en los países desarrollados.
La riqueza como tal, es decir, el manejo de capitales y la banca, forman parte de los
indicadores de desarrollo de un país. Mientras los países subdesarrollados se endeudan y
presentan monedas débiles, los desarrollados atraen capitales y sostienen monedas más
robustas. En ellos la evasión fiscal y la corrupción son flagelos combatidos y perseguidos,
tanto en las finanzas públicas como privadas.
Por lo general los países desarrollados exhiben instituciones republicanas sólidas, cuyo
funcionamiento es independiente del partido de gobierno y que atienden las demandas
de justicia y legislación de sus ciudadanos.
Deficiencias estructurales.
Presión poblacional o demográfica.
Se denomina presión demográfica al impacto que el ser humano ejerce sobre los
recursos naturales de la Tierra. Estos efectos resultan en consecuencias económicas,
sociales, psicológicas y políticas.
Fuente: https://humanidades.com/subdesarrollo/#ixzz7whBp1Kpc
Fuente: https://humanidades.com/paises-desarrollados/#ixzz7wh9IWK3P