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CARRERA: LICENCIATURA EN ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS

MÓDULO: DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL

UNIDAD III: ASPECTOS CARACTERÍSTICOS DE LOS PAÍSES DESARROLLADOS.


Tema 1. Deficiencias estructurales. Presión poblacional.

Aclaremos los conceptos.

¿Qué es el subdesarrollo?

El subdesarrollo es una calificación de las naciones que refiere a la carencia de bienes,


servicios y mecanismos productivos para generar de manera sustentable su propia riqueza.
Por lo general se utiliza como más o menos sinónimo de pobreza, si bien implica una serie
de carestías mucho mayores a la riqueza material únicamente, como calidad de vida,
igualdad social o independencia financiera.

No existen acuerdos respecto al baremo empleado para distinguir los países


desarrollados de los “subdesarrollados” o “en vías de desarrollo”, pero el término implica
una suerte de atraso en la construcción social, política y económica que se traduce en
una serie de debilidades y consecuencias negativas para el país.

Tampoco existe un acuerdo respecto a las opciones y soluciones viables para sacar a una
nación del subdesarrollo. Hay, en cambio, numerosas teorías respecto a las causas
posibles de este fenómeno que afecta a la mayor parte del mundo.

Definición de subdesarrollo

La definición del subdesarrollo es problemática, aunque parece poder comprenderse bien


en la práctica. El diccionario de la Real Academia Española lo define como un “atraso de
un país o región, que no habría alcanzado determinados niveles (socioeconómicos,
culturales)”. Lo complicado resulta, claro, en definir cuáles son esos niveles determinados.

Las naciones subdesarrolladas son aquellas incapaces de brindar de manera sostenida un


estado de bienestar socioeconómico y cultural a sus habitantes, que les permita interactuar
en condición soberana e independiente con el resto del mundo.

Los tres mundos

Otra manera de comprender el subdesarrollo es la propuesta por Peter Wosley en los años
60, apoyándose en los tres estados de la Revolución Francesa.

Así, habría un Primer mundo, más claramente desarrollado e independiente, ubicado


en Europa Occidental y Estados Unidos; un segundo mundo en vías de desarrollo, que
serían los países del bloque del Este; y un tercer mundo, representado
por África, Latinoamérica y el sudeste asiático que presenta diversas formas de retraso en
su propio crecimiento como región.

Características del subdesarrollo

Los países subdesarrollados presentan algunas o todas de las siguientes características,


dependiendo de su grado de “atraso”:

 Economía basada en el sector primario. Productores y exportadores de materia


prima, pero importadores de la materia elaborada o de bienes acabados.
 Regímenes de comercio exterior desfavorable. El intercambio con otros países se
realiza desde posiciones de inferioridad y dependencia, no como iguales. Esto se
traduce en otras formas (militares, políticas) de dependencia.
 Elevadas tasas de mortalidad. Tanto infantil (un indicador principal), como adulta,
producto de violencia urbana, altos márgenes de criminalidad o descontrol social.
 Sobrepoblación. Sobre todo en los estratos más bajos de la sociedad, lo cual conduce a
notorias desigualdades sociales y existenciales.
 Bajo nivel educativo. Lo cual repercute en democracias más débiles, pueblos
manipulables y razonamientos sociales primitivos.
 Desempleo alto y desigual. Esto a menudo se traduce en empleos precarios, bajas
remuneraciones, escasa movilidad de clase y, por lo tanto, pobreza.
 Democracias débiles. Usualmente a causa de falta institucional, corrupción, anarquía,
impunidad y otras fallas en el pacto social de convivencia organizada.

Índices de subdesarrollo

Instituciones como el Banco Mundial emplean en sus tasas de estudio regionales


el Producto Interno Bruto (PIB) como uno de los principales indicadores del margen de
desarrollo de las naciones.

Otros, como la ONU, lo combinan con otras mediciones para lograr un Índice de
Desarrollo Humano, tales como el nivel de alfabetización, la longevidad promedio, los
kilovatios de energía empleados por persona y el acceso a tecnologías de
telecomunicaciones.

Causas del subdesarrollo

Durante mucho tiempo se acusó como causa del subdesarrollo a criterios raciales y
religiosos, lo cual justificó ideologías racistas y xenófobas que aún hoy en día no se
superan. Por suerte hay ejemplos suficientes de naciones exitosas y racialmente distintas de
la Europa caucásica, o con religiones distintas al protestantismo cristiano, como para negar
esos razonamientos

Otras causas posibles apuntaban al clima, acusando a los países tropicales de clima
benévolo de carecer de incentivo ambiental para el esfuerzo, llevando así vidas más
cómodas y menos ambiciosas. Al mismo tiempo, el clima agreste de algunos países les
negaría las condiciones mínimas para establecer una agricultura productiva o explotar algún
recurso comercializable.

Criterios más históricamente documentados tienden a culpar al colonialismo europeo y


norteamericano de mantener en un conveniente estado de atraso a las naciones más
débiles. Las antiguas colonias africanas, asiáticas o latinoamericanas, luego de lograr su
independencia (o ser abandonadas a ella), deben hoy competir en condiciones de suma
desigualdad con sus antiguos opresores, mientras que ellos aprovecharon la riqueza
expoliada para fortalecerse.

Consecuencias del subdesarrollo

Las consecuencias del subdesarrollo son claras y difíciles de controlar, ya que tienden a
reproducir el esquema de carencias que las produjo, tales como pobreza, dependencia del
extranjero, desigualdad social, inestabilidad política, fragilidad
democrática, demagogia y, en los casos más graves, miseria, hambruna, pandemia y
violencia extrema.

Posibles soluciones para el subdesarrollo

Existen numerosísimas teorías de superación del subdesarrollo. Algunas hacen énfasis en la


reparación histórica que las naciones desarrolladas deben a sus antiguos oprimidos; otras
prefieren depositar la responsabilidad en sí mismas y en la superación de ciertos
esquemas culturales que representan una traba hacia el crecimiento, o en la
integración regional entre países subdesarrollados y el intercambio entre pares de espaldas a
las grandes economías y sus aspiraciones intervencionistas.

Esto último motivó numerosas iniciativas políticas de integración y mercado común en las
últimas décadas de historia.
País en vías de desarrollo

En cierta terminología económica, se conoce como Países en vías de desarrollo, Países en


desarrollo o Países de desarrollo intermedio a aquellas naciones que poseen economías en
un estado intermedio entre los niveles considerados “desarrollados” y los niveles
atribuidos al “subdesarrollo”.

Aunque el uso de este término sigue siendo corriente, ha sido también muy criticado dentro
de los ámbitos especializados, en los que se considera impreciso y caduco.

Tradicionalmente, los Países en vías de desarrollo constituían una especie de “segundo


mundo” entre el llamado Primer mundo y el Tercero. La idea era distinguir entre
los países cuyas economías insurgentes los impulsan hacia un modelo de vida
industrializado y moderno, y aquellas naciones que, dicho de algún modo, se han quedado
atrás en la carrera.

Sin embargo, los límites entre un país subdesarrollado y uno “en vías de desarrollo” no son
nada claros, y existen casos en que ambos términos se usan de manera indistinta. En todo
caso, los criterios empleados para este tipo de categorizaciones suelen ser principalmente
económicos y comerciales, aunque también se suele tomar en cuenta el Índice de Desarrollo
Humano (IDH).

Generalmente los Países en vías de desarrollo son aquellos que poseen costados muy
industrializados y modernos, pero que luchan todavía con la pobreza y la marginalidad
de un importante sector de sus poblaciones. En cambio, las naciones consideradas
“desarrolladas” son aquellas que evidencian un crecimiento económico sostenido o
continuo.

En muchos contextos se prefiere el uso de «países de ingresos bajos» para referirse a las
naciones en esta situación económica. Así, se evita que el término resulte estigmatizante o
que transmita la sensación de que hay ganadores y perdedores en la carrera económica, sino
de que existen situaciones complejas e individuales que a duras penas pueden describirse
del todo mediante un indicador económico.

De hecho, desde 2016 el Banco Mundial ha dejado de emplear esta terminología y


prefiere referirse a las naciones de acuerdo a su pertenencia a ciertos bloques geográfico-
culturales.

Características de los países en vías de desarrollo

Si bien estos criterios pueden variar dependiendo de la fuente consultada, en general se


atribuye a los países en vías de desarrollo las siguientes características:
 Constituyen un segundo eslabón en los niveles de calidad de vida, entre el mundo
desarrollado y el mundo subdesarrollado.
 Poseen un índice de desarrollo humano (IDH) superior a 0,800 o, en su defecto,
poseen una renta per cápita igual o superior a los 8.000 dólares.
 Poseen expectativas de vida y niveles de alfabetización modernos, es decir, cercanos
a los niveles mínimos requeridos para una nación desarrollada.
 Sus economías aún dependen en gran medida del agro y de la exportación
de materias primas.
 Pueden disponer de ciertos márgenes de tolerancia de parte de organismos
internacionales como la OMC, a la hora de firmar acuerdos y cumplir con
compromisos comerciales.

¿Qué son los países desarrollados?

Los países desarrollados son aquellas naciones que han alcanzado un alto nivel de
desarrollo humano, es decir, de estándares de vida, así como de crecimiento sostenido en
las áreas económica, humanística e industrial. Es justamente lo contrario de las naciones
subdesarrolladas o en vías de desarrollo.

La vida en los países desarrollados cuenta con condiciones más benévolas y protegidas
que en los países subdesarrollados, dada la solidez de sus instituciones, su alto grado de
industrialización y la garantía de servicios y derechos básicos. Y dado que las necesidades
fundamentales de la población están satisfechas, su potencial puede organizarse y
aprovecharse de mejores maneras.

Los países desarrollados en la actualidad son en su mayoría los que lograron


industrializarse primero, en parte gracias al reparto de las riquezas de los territorios
colonizados durante las etapas del expansionismo imperial. Otros, en cambio, deben su alto
estándar de vida al correcto aprovechamiento de recursos naturales de alta demanda, como
el petróleo.

Concepto de país desarrollado

No existe una única definición para un país desarrollado, ni una única acepción de cómo se
alcanza dicho desarrollo o en qué consiste. En términos del ex secretario de las Naciones
Unidas Kofi Annan, un país desarrollado sería aquel que provea a sus habitantes de una
vida libre y saludable en un ambiente seguro.

Índices de medición de los países desarrollados

Existen diversos índices para medir el grado de desarrollo de un país y poder compararlo
con el de los demás, o con el promedio de su región. Uno de los más usados es el Índice de
desarrollo humano (IDH) elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD). Existen otros índices como el Banco Mundial o el Fondo Monetario
Internacional.
Este índice abarca los cálculos del índice de esperanza de vida, en el cual se resumen las
condiciones de salud y alimentación de la población; el índice de educación; y finalmente el
índice de Producto Interno Bruto, para abarcar los aspectos económicos e industriales.

Industrialización de los países desarrollados

Los países desarrollados demuestran un alto nivel de organización industrial, de la


mano del desarrollo tecnológico y de la generación de bienes de consumo para su propia
población y para venta externa (exportación).

Esto contrasta con las economías dependientes de la venta de materia prima de los países
menos desarrollados, cuya dinámica de dependencia económica suele consistir en la venta
de productos primarios y la compra, a mayores precios, de los bienes procesados por la
industria.

Educación en los países desarrollados

Los países desarrollados invierten fuertemente en la educación de sus ciudadanos,


exhibiendo matrículas plenas y ofreciendo planes de subsidio, de beca y otras facilidades
para el incentivo del conocimiento en sus habitantes.

Esta inversión se retroalimenta en la capacidad de desarrollo de nuevas tecnologías,


nuevas tendencias académicas y nuevas tendencias estéticas, lo cual hace de dichas
naciones el “centro” del saber mundial.

Servicios básicos de los países desarrollados

Un requisito indispensable en los países desarrollados es la oferta constante, regular y


accesible de los servicios básicos fundamentales para la vida: luz eléctrica, agua corriente,
gas, telefonía, Internet, vivienda, aseo urbano.

Nivel de vida de los países desarrollados

La satisfacción de las necesidades básicas de los ciudadanos de los países


desarrollados permite la inversión en otro tipo de comodidades, como los viajes,
la tecnología y eso que comúnmente se denominan “lujos” pero que son buenos indicadores
del nivel de vida de la gente.

En la medida en que menos del presupuesto familiar se vaya subsanando las carencias de la
nación, más se podrá invertir en el consumo secundario, lo cual generará a su vez más
empleo y así se perpetúa un ciclo positivo de generación de riquezas. El desempleo es
siempre un factor atendido en los países desarrollados.

Otro factor determinante en este sentido es la seguridad ciudadana. Los países


desarrollados tienen bajo control el problema del delito, permitiendo a sus ciudadanos vivir
en relativa paz y tranquilidad, disfrutando de los espacios públicos, a diferencia de muchas
naciones subdesarrolladas, en las que el crimen y la violencia urbana están fuera de control.

Finanzas de los países desarrollados

La riqueza como tal, es decir, el manejo de capitales y la banca, forman parte de los
indicadores de desarrollo de un país. Mientras los países subdesarrollados se endeudan y
presentan monedas débiles, los desarrollados atraen capitales y sostienen monedas más
robustas. En ellos la evasión fiscal y la corrupción son flagelos combatidos y perseguidos,
tanto en las finanzas públicas como privadas.

Instituciones de los países desarrollados

Por lo general los países desarrollados exhiben instituciones republicanas sólidas, cuyo
funcionamiento es independiente del partido de gobierno y que atienden las demandas
de justicia y legislación de sus ciudadanos.

En cambio, el llamado Tercer Mundo exhibe aún democracias incompletas y estados


fallidos, incapaces de mantener sus propias instituciones andando por separado y a menudo
víctima de regímenes antidemocráticos y populistas.

¿Se presentan dificultades en los países desarrollados?

Deficiencias estructurales.
Presión poblacional o demográfica.

Se denomina presión demográfica al impacto que el ser humano ejerce sobre los
recursos naturales de la Tierra. Estos efectos resultan en consecuencias económicas,
sociales, psicológicas y políticas.

La presión demográfica, producto tanto del incremento de la población como de


cambios en su distribución y densidad, es un factor relevante en la evolución de la
miseria, las modificaciones de las condiciones del medio ambiente y el uso de los
recursos naturales.

Crecimiento de la población humana y cambios demográficos.

La población mundial está creciendo en proporciones jamás antes conocidas,


planteando así desafíos a la producción y distribución de alimentos. Aunque en casi
todas partes están bajando los índices de fecundidad, el crecimiento de la población
mundial se mantendrá hasta muy avanzado el siglo XXI (Figura 1). Según proyecciones
actuales, la población mundial alcanzará aproximadamente los 9 000 millones de
habitantes para el año 2050. Como consecuencia de los bajos índices de natalidad,
unidos a mejoras en la esperanza de vida, muchos países desarrollados han registrado
un aumento rápido de la proporción de personas ancianas y, en algunos casos, incluso
una baja en su población total. En cambio, los países en desarrollo cuentan por lo
general con unas estructuras de población mucho más jóvenes. La migración del campo
a la ciudad continúa en muchas partes del globo, dando lugar a un planeta que pronto
tendrá muchos más habitantes del medio urbano que del rural. Dado que los adultos
jóvenes constituyen la mayoría de los movimientos migratorios, el éxodo del campo a la
ciudad suele acelerar el envejecimiento demográfico en las zonas rurales, determinando
grandes contracciones en la fuerza rural de trabajo. Esto tendrá profundas
consecuencias en la agricultura, al llegar a ser el transporte y la elaboración de los
productos alimenticios y la capacidad de la gente para comprarlos aún más esenciales
como componentes de la seguridad alimentaria.

Las poblaciones humanas y su abastecimiento de alimentos pueden verse afectados


ambos por la enfermedad. Aunque a lo largo del último siglo se han abierto grandes
brechas en la lucha contra las enfermedades, las enfermedades nuevas y que reaparecen
constituyen una fuente de sufrimiento y una reducción de la productividad. Por ejemplo,
muchas cepas de tuberculosis y del peligroso Escherichia coli resistentes a los
antibióticos constituyen una amenaza mundial para las poblaciones humanas. El SIDA
se da casi siempre entre personas que están en edad laboral, lo que afecta
considerablemente a la fuerza de trabajo agrícola e industrial. Al propio tiempo, en los
países tropicales el paludismo y otras enfermedades siguen causando estragos tanto por
las enfermedades como por las muertes que causan. Las enfermedades transmitidas por
los alimentos constituyen una causa general de morbilidad y mortalidad en todas partes.
La enfermedad por sí sola no es probable que afecte al suministro total de alimentos
pero, en un mundo cada vez más urbano, cabe esperar que reduzca el acceso de muchos
a los alimentos.

Presión sobre los recursos naturales


En muchas zonas del mundo, los recursos fitogenéticos y zoogenéticos, la tierra, el
aire, el agua, los bosques y los humedales -los recursos naturales renovables de los que
depende la vida humana- están siendo objeto de una rápida degradación.

En algunos países, es el resultado de una pobreza desesperante; en los países ricos,


es consecuencia de desincentivos para que los productores y consumidores aseguren su
conservación. Viejos sistemas de mantenimiento de los recursos de propiedad común,
en particular los pesqueros y forestales, los recursos genéticos y los pastizales, son
objeto de una presión cada vez mayor como consecuencia del crecimiento demográfico
y de una penetración comercial cada vez más intensa. En busca de tierras de labranza,
se están desmontando enormes zonas, lo que da lugar a la erosión de los suelos y a
inundaciones generalizadas. La explotación excesiva de tierras marginales prosigue a
ritmo acelerado, convirtiendo los campos en desiertos y privando a las generaciones
futuras de cultivos y de pastizales vitales. Al mismo tiempo, el abuso del agua de riego
está agotando los acuíferos y provocando la salinización de tierras feraces.

Fuente: https://humanidades.com/subdesarrollo/#ixzz7whBp1Kpc

Fuente: https://humanidades.com/paises-desarrollados/#ixzz7wh9IWK3P

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