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A. Ignacio deseaba intensamente pero no ciegamente.

Lo que puede provocar un libro, una


herida, una Persona. PRIMERA IMAGEN La capacidad de desear
1. Puede que no siempre haya estado en situación de llevarlos a cabo, pero siempre los
tomó en serio, los consideraba como gracia de Dios. SEGUNDA MONTAÑA

Deseo (primario, pero no el profundo) de imitar a los santos. Jerusalén. Penitencias.


Cuando percibió el deseo de trabajar por la salvación de las almas, no se alejó asustado de
la idea porque implicaría años de estudio, sino que se lanzó resueltamente por la vía
humillante y ardua que lo llevó de Barcelona a Alcalá y a París, empresa que consumió
unos 10 años de la vida de un hombre que tenía ya casi 35 cuando la inició.

2. A no todos los deseos de Ignacio seguía una ejecución inmediata e indefectible


Deseó pasar el resto de su vida en Jerusalén, pero murió en Roma.
Un tiempo deseó hacerse Cartujo, pero lo descartó.
Los jesuitas decimos las cosas de a tres (Pai Oliva y Papa Francisco)
Padre. Hijo. Espíritu Santo.
Probar. Aprender. Avanzar.
Ensayo. Error. Ajuste.
Impulso. Abnegación. Servicio
Resultado: más claridad, más felicidad. ¿La autobiografía, no deja esta moción, o al menos una
de las dos ?

B. Tres deseos especiales.


1. Deseos de perfección (TERCERA CAACUPE): santos deseos, grandes, nobles, pero
también impulsivos, sin contenido, sin originalidad. Lo fuerte en Ignacio aquí fue que
trastocaron sus deseos mundanos de conquistar fama y honores.
Aun en la madurez de sus años posteriores, todavía los consideraba como la respuesta natural
de un alma generosa, como algo noble, aunque imprudente, todavía con errores que
aprender. Deseo de perfección: nunca dejar de aprender.
2. Compartir la pobreza (CUARTA MONEDITAS) y todos los insultos y humillaciones que
conllevan Lo que Cristo pasó e Ignacio con la Inquisición pasó, ¿cúal será la nuestra
No todos los cristianos tenían este deseo de compartir -por miedo-; para Ignacio fue
fuente de libertad y coraje. Era difícil atemorizar a un hombre que tan rápidamente
podía convertir los temores en identificación con la Persona que él amaba.
Tercer grado de humildad, experiencia de trabajos humildes (texto muy enfocado a las
vocaciones).
3. Ayudar a las almas (OLLAS POPULARES)
Tardó más en madurar, pero orientó toda su vida y la nuestra.
¿Qué entendemos por madurar el deseo? madurar podría ser salvar nuestra alma alabando,
reverenciando y sirviendo a Dios; para Ignacio requiere orden, quitando las afecciones que
tanto-cuanto lo impidan. Madurar, tiempo interior.

C. Madurez y deseo
(ABUELO 1) Para la Compañía (que Dios la hizo desear), él sería su fundador, prepósito,
corazón y alma. Todo (ABUELO 2). Más bastarían 15 minutos (ABUELO 3) para tomar distancia
y canalizar las energías vivas del deseo a otro medio -a otras cosas criadas-; (ABUELO 4) esta
era la fuerza de su convicción (la indiferencia) -basada en la experiencia- que le decía que un
deseo de Dios jamás se perdería, pero si podría purificarse (o actualizarse) (ABUELO 5).

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