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5 hábitos tóxicos que te roban

felicidad
 03 octubre, 2018
Este artículo ha sido escrito y verificado por la psicopedagoga María José Roldán

 La felicidad eudaimónica y felicidad hedónica


 Hoy me permito no quererte
 Acompáñate en tus momentos bajos
Los hábitos que tenemos nos definen  ya sea para bien o para mal, 
pues no solo pueden ejercer como las estrategias que nos ayudan a superar
obstáculos, sino que también pueden ser como aquella manzana envenenada
que a pesar de tener un apetecible aspecto guardaba en su interior una trampa.
Por lo tanto, a pesar de que muchos de nuestros hábitos nos
permiten optimizar nuestros esfuerzos y se consideran como
saludables, existen otros muchos que resultan tóxicos  para
nuestra salud y la vida misma, impidiéndonos ser felices.

Incluso, puede que hábitos que consideras relativamente “buenos” no lo sean


tanto o que ni siquiera seas consciente de las consecuencias de tu repertorio de
hábitos en tu vida. Hoy te traemos 5 hábitos tóxicos que pueden estar
impidiéndote ser feliz. Reflexionemos sobre ello.

  “Adquirir desde jóvenes tales o cuales hábitos no tiene poca


importancia: tiene una importancia absoluta”
-Aristóteles-

Pensar en negativo
Solemos tener la mala costumbre de pensar en negativo.  Somos
expertos en lo que no queremos, no tenemos, no merecemos o no somos
capaces, focalizando nuestra atención en ello. Cultivar el pensamiento negativo
puede ser un mal hábito que termine limitándonos tanto a nivel social como
individual. Porque si crees que no puedes, ¿realmente vas a intentarlo?
El pensamiento negativo puede erigirse como un gran enemigo
que nos atrape poco a poco en su tela de araña, convirtiendo todo
nuestro alrededor en una neblina gris que en sus casos más extremos
desemboque en depresión junto a otras variables.
La dificultad radica en que como hábito, nos hemos acostumbrado y
desaprenderlo no es tan sencillo. Para ello, hay que comenzar a prestar
atención a nuestra manera de pensar, que inevitablemente va ligada a la
forma de hablarnos y juzgarnos. Además, dirigir tu atención hacia lo que quieres
también será una herramienta que te permita hacer aparecer la luz entre aquella
niebla gris espesa.

Culpar a los demás de todo


Culpar a otras personas de lo que te ocurre es evadirte de la
responsabilidad de tus propios actos e incluso de tus propios sentimientos.
De esta manera, estarás diciendo que tú no eres dueño de tu vida sino que son
los demás o las propias circunstancias.
Es necesario recordar que tienes el control sobre ti mismo y solo tú
tienes las respuestas de lo que te ocurre.  El reconocido piloto de las
fuerzas aéreas y líder religioso Dieter Uchtdorf dijo una vez: “Cuando más
crecemos, más miramos hacia atrás y nos damos cuentas de que las
circunstancias externas no importan porque no determinan
nuestra felicidad. Nosotros determinamos nuestra felicidad”.
La felicidad es una actitud y si decides culpar a los demás de lo que te ocurre en
lugar de tomar conciencia sobre qué puedes hacer para seguir avanzando,
difícilmente podrás saborearla.
Intentar ser alguien que no eres
Puedes vivir intentando ser tú mismo o de lo contrario, intentando ser la persona
que los demás quieren que seas. Tú decides, pero evidentemente convertirte
en el personaje que los demás desean supondrá una traición a tu
forma de ser. Piénsalo… ¿Cómo podrás llegar a ser feliz si no eres tú
mismo?
Ponerse una máscara es un arma de doble filo, una trampa que
extendida en el tiempo te alejará de ti y de quien crees ser. Por lo
tanto, descúbrete, aprende a aceptarte, a quererte y muéstrate tal como eres,
solo así la relación contigo y los demás, será auténtica.

Compararse con los demás


Compararse con los demás no nos servirá de nada ya que cada
uno de nosotros es único e irrepetible y ha vivido experiencias
diferentes. Su historia, la tuya y la mía no tienen nada que ver, ¿para qué
compararnos? ¿Para consolarnos o para creernos superiores? ¿Cuál es la
finalidad que perseguimos?
Comparar las diferentes experiencias no tiene sentido puesto que no
existen las mismas condiciones en las personas.
Mi felicidad puede ser muy diferente a la de mi amigo, por lo tanto, ¿hacer lo
que él hace me convertirá en alguien feliz? Pregúntate: ¿qué es la felicidad para
mí? Y así podrás saber cómo actuar. La gratitud es el antídoto a la
comparación y el mejor jarabe para alcanzar la felicidad. Escribe diariamente
las cosas que hacen que tu vida sea maravillosa, por pequeñas que sean… eso
te hará feliz.

No aprender de los errores


Los errores pueden ser nuestros mejores maestros si
aprendemos de ellos. Si nos confundimos pero lo dejamos pasar sin
reflexionar qué ha pasado y qué lección podemos sacar de ello, probablemente
pueda ocurrirnos algo similar.
Para entender este tipo de pensamiento, solo tienes que seguir las palabras que
una vez dijo Thomas Edison a un reportero que le preguntó sobre su invento
de la bombilla incandescente: “No he fracasado ni una sola vez, solo he
descubierto diez maneras que no funcionan”. Así, podrás ver que con
persistencia y buen hacer, el error y el fracaso, son solo una parte
del camino hacia el éxito.

Pensar negativo, culpabilizar a los demás, ponernos una máscara, compararnos


o no aprender de nuestros errores son tan solo 5 hábitos que pueden estar
repercutiéndonos sin casi ser conscientes de ellos en nuestro estado emocional
impidiéndonos ser felices.

La felicidad está en nuestro interior y somos nosotros los que podemos crearla y
contribuir a su desarrollo, no lo olvides. Presta atención a tus hábitos y
modifícalos si es necesario.

 
Nunca es tarde para una infancia feliz: di adiós a lo tóxico
Nunca es tarde para darle la bienvenida a una infancia feliz. Para ello
tenemos que aprender a desligarnos de los reproches de aquello que
nos dañó.

María José Roldán


Diplomada como Maestra de Educación Especial (Pedagogía Terapéutica)
por la Universidad de Barcelona (2008) y licenciada en Psicopedagogía por la
UOC (2012). Número de colegiada: 989/44881195.

Ha realizado varios cursos: Montessorizate (tigriteando.com, 2016), Ser más


creativos (Coursera UNAM, agosto 2013), Técnico en educación emocional
(PRISMA, febrero 2011), El dibujo de la familia como herramienta diagnóstica
(PRISMA, julio 2011), etc.
Actualmente, escribe para varios blogs y revistas digitales.

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