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DELITO DE MALTRATO Y/O VIOLENCIA HABITUAL

MARCO JURÍDICO SOBRE LA VIOLENCIA DE GÉNERO E IGUALDAD


Profesora: Inmaculada García Martínez

Ana Borrero Paus


Análisis del delito de maltrato y/o violencia habitual
La violencia de género es un delito que se ejerce sobre la mujer por el hecho de serlo. Esta violencia puede ser física, sexual,
psicológica y supone un acto que atenta contra la vida, la integridad psicológica, moral, la libertad sexual, la intimidad y el honor. Con
demasiada frecuencia estos actos se producen en los distintos ámbitos de nuestra sociedad (entornos familiares, educativos, sociales y
laborales). Debemos de hacer una distinción entre la violencia de género y la violencia doméstica y un análisis de la habituabilidad.
Tal distinción ya la realiza la Ley Integral de Medidas de Protección contra la violencia de Género. No es lo mismo violencia de género
que violencia doméstica porque una apunta a la mujer y la otra a la familia como sujetos de referencia. Dentro del ámbito familiar se
ejerce la violencia contra la mujer y desgraciadamente en muchas ocasiones de forma habitual ¿Y que entendemos por algo habitual?
Algo que se repite de forma continua ¿Y cuál es el bien jurídico protegido de la violencia habitual en el ámbito doméstico? Es la
integridad moral y física del sujeto pasivo, su dignidad, su honor, sus miedos, su horror. El bien jurídico que se protege está relacionado
con la paz familiar. Realizo una distinción entre los tratos degradantes y la tortura puesto que lo primero implica una habituabilidad y
se trata de conductas, de menor o mayor entidad, que atacan a la dignidad de la persona a través de la humillación, el desprecio, la
prepotencia del ser superior que en nuestra sociedad patriarcal es el hombre, y la tortura supone una conducta más intensa, pero sin
habituabilidad, con excepciones (conflictos armados, prisioneros de guerra, etc.)

“Los malos tratos definen una actitud general y amplia, son un “plus” de perversidad y maldad que acoge sin embargo distintas y variadas conductas de mayor
o menor entidad, de más o menos trascendencia”1

Los malos trata agraden a la integridad moral. Jurídicamente se intenta proteger esta integridad moral que se va desgastando
fruto de las conductas de maltrato y/o violencia habitual en el ámbito doméstico y encuentra su fundamento no en los actos de violencia
en sí, sino en la repetición de estos, cuya finalidad es provocar en el sujeto pasivo miedo, angustia y un estado de continúo temor. Ahora
bien, este estado del sujeto pasivo no constituye el delito en sí, sino que es la prueba del maltrato continuado y habitual. Para la comisión
del delito de maltrato y/o violencia habitual no es requisito necesario que exista un clima de terror en la víctima, pues esto sería un
criterio subjetivo ya que cada persona tiene una percepción y características distintas. En este sentido existen sujetos pasivos que, por
sus capacidades de resolución de conflictos, distorsiones cognitivas, sus inseguridades e indefensión aprendida se bloquean y no
expresan sus miedos ni sus temores y esto aboca a un sufrimiento letal.

“La integridad moral está compuesta por vía negativa por una serie de elementos subjetivos, tales como la humillación o vejación sufrida por la víctima que se
ve tratada de forma instrumental y desprovista de su dignidad, pudiendo, además, concurrir la nota de dolor físico, y también por elementos objetivos en referencia a la
forma en que se realiza el ataque. Siendo los elementos que conforman el concepto de atentado contra la integridad moral: a) un acto de claro e inequívoco contenido
vejatorio para el sujeto pasivo. b) la concurrencia de un padecimiento físico o psíquico y c) que el comportamiento sea degradante y humillante para la persona”2

El tipo y la conducta penal: Se trata de un tipo penal especial porque solo puede ser cometido por determinadas personas
(personas que estén unidas a la víctima), es autónomo y doloso. Para la comisión del delito no es necesario que se produzca un
menoscabo de la integridad física, sexual o psicológica del sujeto pasivo, tan solo con la mera actividad y/o inactividad (comisión por
omisión) del sujeto activo se consuma. El tipo penal es el 173.2 de nuestro código penal.

Se establecen subtipos agravados cuando la acción del maltrato y/o violencia habitual se realiza en presencia de menores, o
utilizando armas, o tengan lugar en el domicilio común o en el domicilio de la víctima, o se realicen quebrantando una pena de las
contempladas en el art. 48 del código penal, medidas cautelares o de seguridad o prohibición de la misma naturaleza. Además, en este
tipo penal puede concurrir con otras infracciones, puede ser el caso del delito contra la integridad moral y las lesiones u homicidio, en
estos casos existirá un concurso de infracciones entre ambos delitos.

La violencia conforma el primer componente de la conducta típica y puede ser:

1.- Física: que es la manifestación agresiva o de maltrato (golpes, contusiones, rodillazos, tirones de pelo, zarandeos,
empujones bruscos, bofetadas, patadas, etc.), cualquiera que sea su gravedad con tal de que el cuerpo de la víctima resulte
violentado. Vis in corpore.

2.- Psíquica: cuando se produzca menoscabo de la salud mental del sujeto pasivo, a través de actos de intimidación. Vis
compulsiva. También abarca tratos degradantes, los actos que atentan contra el honor, amenazas o someter a la víctima a un
acoso constante.

3.- Sexual: “Todo acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual, los comentarios o insinuaciones sexuales no deseados, o las acciones para
comercializar o utilizar cualquier otro modo de la sexualidad de una persona mediante coacción por otra persona, independientemente de la relación de ésta
con la víctima, en cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar del trabajo”. La
violencia sexual es una de las manifestaciones de violencia
de género más graves. Es la dominación del hombre sobre el cuerpo de la mujer. El poder patriarcal del hombre producto del
sistema social y político que legitima esas agresiones. Es soportada por las mujeres por el hecho de serlo.

1
Alto Tribunal fue la Sentencia del Tribunal Europeo de Derechos” Humanos, de 18 de enero de 1979
2
STS de 22 de febrero de 2005. STS de 16 de abril de 2003 y de 25 de septiembre de 2007

1
En cuanto a la habitualidad, que se encuentra articulada en el art. 173.2 y 3 del código penal establece que para que exista se
debe atender al número de actos producidos en un espacio temporal próximo, sobre cualquier sujeto pasivo del núcleo familiar y que
estos actos no hayan sido enjuiciados en procesos anteriores.

Los elementos del tipo de maltrato y/o violencia habitual:

1.- Proximidad temporal: hace referencia al espacio temporal en el que se producen los hechos. No es pacifica la
jurisprudencia en este respecto: “Se ha apreciado violencia habitual, sin hacer referencia alguna a la circunstancia de la proximidad temporal, ante
el hecho de tres agresiones distintas separadas entre sí por periodos de 1 año y 3 meses y 1 año y 5 meses, respectivamente”3. “Se aprecia proximidad temporal,
entre hechos comprendidos entre diciembre y marzo del año siguiente”.4

2.- Pluralidad de actos. ¿Cuántos actos son necesarios? No se trata de una suma de actos sino de actos repetitivos que se
produce en seno familiar creando un ambiente hostil por parte de sujeto activo y de temor e inestabilidad por parte de los
sujetos pasivos. Es muy triste que la habitual se cuantifique en cuantas veces ¿Cuántas veces somos capaces de dañar? Ocurre
con demasiada frecuencia que las víctimas de este maltrato continuado han soportado microviolencias en un largo periodo
de tiempo y ante un hecho de mayor gravedad decida alzar la voz porque no puede aguantar más la situación que vive ella y
las personas que conforman su espacio familiar. Los actos de menor calado sucedidos en un largo periodo de tiempo han sido
silenciados por la víctima, pero su silencio no implica que no hayan existido y que no se haya producido un maltrato continuo.
Conforme alguna sentencia: Tres actos son suficientes para entender que existe habitualidad, pero se exige en definitiva “estado de agresión
permanente”5. "Lo relevante no es la realización por sí de actos violentos sino la unidad que quepa predicar de ellos a partir de su conexión temporal y sus
consecuencias para las relaciones familiares".6 “La clave reside en la identificación de un efecto duradero del, “ambiente infernal e irrespirable que envolverá
la convivencia", a partir de los actos de violencia o cosificación dirigidos en el tiempo "sobre el mismo o diferentes sujetos pasivos de los previstos en el
precepto"7

3.- Pluralidad de sujetos pasivos. Se comete el delito con independencia de que dicha violencia se haya ejercido sobre la
misma o diferentes víctimas de la unidad familiar. A la hora de individualizar la pena se tendrá en cuenta el número de sujetos
pasivos agraviados, la reiteración de los actos, el daño ocasionado y como se ha citado anteriormente, la pena se agrava si
estos actos se comenten contra menores y/o personas dependientes en el domicilio familiar.

4.- Independencia de los hechos hayan sido o no enjuiciados con anterioridad. Para la apreciación de la habitualidad es
indiferente que los actos violentos que integren el delito de maltrato habitual hayan sido objeto de enjuiciamiento en procesos
anteriores:
a) Los actos de violencia enjuiciados que hayan sido tenidos en cuenta para la fundamentación una
condena por delito de maltrato habitual no se pueden tomar en consideración para fundamentar otra condena por delito de
maltrato habitual. (STS 105/2007, de 14 de febrero).

b) En cuanto a los actos de violencia enjuiciados que de ellos se desprenda una sentencia absolutoria, no hay
consenso doctrinal. La doctrina mayoritaria entiende que esos hechos no podrán ser valorados como prueba para demostrar
la habituabilidad al predicarse respecto a ellos la excepción de cosa juzgada. Sin embargo, el efecto de cosa juzgada no se
aplicará con hechos en los que haya recaído un auto de archivo o de sobreseimiento provisional. (STS 1016/2005, de 12 de
septiembre).

c) Ante la prescripción de los actos violentos, estos pueden tener la consideración de pruebas que demuestran la
habitualidad en un delito de maltrato y/o violencia. (STS 592/2004, de 3 de mayo). No obstante, para computar el plazo
de la prescripción de las infracciones que exijan habitualidad se computará desde que cese la conducta.

¿A quiénes se dirige la conducta típica? Tal y como he mencionado anteriormente este delito puede ir dirigido a pluralidad
de sujetos. Para ello debemos determinar quién es el sujeto pasivo que sería cada uno de los integrantes del núcleo familiar que sufren
directa o indirectamente episodios violentos.

Los sujetos del delito: Sujeto activo es siempre el hombre. Sujeto pasivo puede ser tanto hombre como mujer, así como los
hijos propios o del cónyuge o conviviente, pupilos, ascendientes incapaces que con él convivan o que se hallen sujetos a la potestad,
tutela, cúratela, acogimiento o guarda de hecho o de derecho de uno u otro, se hace clara referencia a situaciones de subordinación del
sujeto pasivo con respecto al agresor.

La dificultad probatoria: El principio de presunción de inocencia exige que la habitualidad sea probada. Para ello deben
acreditarse, de forma fehaciente, cada uno de los actos violentos que han tenido lugar. Ello puede efectuarse desde una triple perspectiva
(STS 1309/2005, de 11 noviembre):

3
SAP de Valladolid, Sección 2ª, 973/1998, de 23 septiembre
4
SAP de Cáceres, Sección 1ª, 41/2001, de 14 de mayo
5 Sentencia Tribunal Supremo de 20 de noviembre de 2015
6 STC 77/2010 de 19 de octubre de 2010
7 STS 556/2020 de 29 de octubre de 2020

2
 Acreditación judicial: tanto con las condenas anteriores por delitos de violencia de género como por denuncias
interpuestas por la víctima.
 Acreditación médica: con partes de lesiones que pueden servir para acreditar tanto las agresiones sufridas por la víctima,
tanto si se han incoado diligencias como si no, la frecuencia de estas y la proximidad temporal.
 Acreditación testifical: la declaración de la víctima, de familiares, de vecinos, entre otros, puede ofrecer al órgano
judicial datos suficientes para que llegue a la convicción de que, con independencia de la agresión que motiva las
diligencias, ha habido otras semejantes en tiempos cercanos. La acreditación testifical por la víctima ha tenido una
notable repercusión en la prueba de la habitualidad.

Conclusión
Para el análisis del delito de maltrato y/o violencia de género he tomado como referencia la sentencia propuesta en la actividad,
así como otras sentencias de distintos órganos judiciales y artículos doctrinales.

La violencia que sufrimos las mujeres por solo el hecho de serlo se impregna cada vez más en la sociedad. Uno de los delitos
más denigrantes es el maltrato y/o violencia habitual. Y esto es así porque se ejerce en el ámbito privado y de forma continuada, lo que
crea un clima de horror y terror en el seno de la familia. Mayoritariamente, afecta tanto a la mujer como a las/os hijas/os y/o personas
que conviven el seno familiar. Además, con este delito el maltratador consigue la sumisión y el silencio de los sujetos pasivos que se
encuentran en una escala inferior en la jerarquía familiar. Por ello, es prioritario poder identificarlo y denunciarlo. Pero no es tan fácil
poder dar voz a todos los delitos de maltratos que suceden en los hogares. Muchas mujeres que sufren esta situación llegan a un estado
de indefensión aprendida y bloqueo del que algunas no salen nunca y otras alzan su voz cuando la situación reviste tal gravedad que
ven en peligro la vida de sus hijas/os y la suya propia.

El factor determinante para el delito de maltrato y/o violencia habitual es la habitualidad.

Tras el breve análisis realizado sobre el delito de maltrato habitual, desde mi punto de vista, es necesario que el legislador
matice aquellos aspectos que dan problemas de interpretación para poder aplicar el tipo 173.3 de nuestro código penal. EN muchas
ocasiones las leyes que se promulgan están repletas de conceptos indeterminados, que dan lugar a confusión y controversia doctrinal y
jurisprudencial lo que redunda en sentencias contradictorias e inseguridad jurídica. Gracias a la sentencia del Tribunal Supremo
684/2021, de 15 de septiembre de 2021, se han establecido 27 criterios para la valoración de la violencia habitual unificando así la
jurisprudencia. Estos criterios se convierten en una guía para demostrar la consumación del delito de maltrato habitual.

“Si hay un problema que se repite y no se resuelve, corremos el riesgo de que se acepte, al menos una parte de él, como normal. Y los problemas
no resueltos en el pasado serán obstáculos y conflictos en el futuro, siempre aparecerán como piedras que salpican el camino y en las que de
manera inevitable se tropezará” 8

8
Miguel Lorente
3
Bibliografía – Web grafía

PÉREZ, N. (2015) La determinación de la habitualidad en el delito de maltrato habitual. [Disponible en: La determinación de la
habitualidad en el delito de maltrato habitual (artículo 173.3 Código Penal Español) (redalyc.org)]. [Consultado el 3 de enero de 2023].

FISCALÍA GENERAL DEL ESTADO. Instrucción 4/2004, de 14 de junio, acerca de la protección de las víctimas y el reforzamiento
de las medidas cautelares en relación con los delitos de violencia doméstica. [Disponible en: abrir_fiscalia.php (boe.es)]. [Consultado
el 27 de diciembre de 2022].

CANO, O. (2022). Maltrato Habitual en el ámbito familiar. [Disponible en: https://www.oscar-cano.com/maltrato-habitual-en-el-


ambito-familiar-articulo-173-2-del-codigo-penal]. [ Consultado el 7 de enero de 2023].

CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA, de 29 de diciembre de 1978. Boletín Oficial del Estado, núm. 311, pp. 29313 a 29424. [Consultado
el 30 de diciembre de 2022]. [Disponible en: https://www.boe.es/eli/es/c/1978/12/27/(1)].

LEY ORGANICA 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal. páginas 33987 a 34058. [Disponible en:
https://www.boe.es/eli/es/lo/1995/11/23/10]. [Consultado el 30 de diciembre de 2022].

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