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importancia que les hemos dado, que pre- rez y Naranjo,—D.

z y Naranjo,—D. Fernando líaez y le rodeaba y escuchaba con alencínn; pa-


Poco á pocü ia población aumenta, lis tenden sustituir sus productos tan nece- Cambrelflng,—D. Nicolás Massieii.— D. ro sobro todo la clase pobre, seducida (lor
Baltazar Llarena, —D. Ventura de la Ve- su elocuencia de tabladillo, estaba encan-
neceanlaJes son mayores, y para salisfa- sarios para la vida por otros artículos,
ga y Caldertn,—D. Pedro de León,—D. tada y conmovida.
cerlas, es preciso, es indiíspefisabfe, que que no reconocen su necesidad para evi- Francisco Cabrera! López.
el suelo hasta allí dejado inculto ó cu- tar ios torrentes y laa inundaciones, sino En el 3" distrito,—D. Andrés Rodrí-
bierto de vejetales leñosos, suministre á que, por el contrario, dicen que contri- guez Santana,—D. Manuel Quesaday Ló- No son solamente los empedrados an-
8U9 habitantes las riqueza» de que es sus- buyen á ellas. pez,—D. Manuel' Cabrera Camacho,— tiguos los que presentan en esta ciudad
ceptible. Pues bien; si estas opiniones existen, D. Fernando de Castro y Vega,—D, Die- grandes desigualdades que dan lugar en
es necesario poner de manifiesto las razo- go Mesa de León,— D. Gerónimo Hernán- dias como los presentes á la formación de
Este movimiento necesario al desar-
dez y Ba«z D. Antonio López Benaven- charcas y lagunas; los empedrados mo-
rollo de una población, es generalmente nes poderosas que creemos aclarará la
to. dernos, los empedrados que se bricen hoy
seguido de un deseo ciego y desordenado, cuestión.
presentan también esie inconveiiienlo. Loa
queriendo reducir lodo el terreno á cul- El origen de los montes se remonta carruajes por un lado, y su mala cons-
mas allá de los últimos cataclismos por Los señores elegidos para formar el ,
tivo agrario; entonces los montes estre- trucción, por otro son causa de ello.
nuevo Ayuntamiento de la villa de Guia )
chan más y más t^ut» límites, y acaban á que ha atravesado nuestro globo. Hay entre nosotros una costumbre
en esta isla, son: '
veces por éjeaparecer casi enteramente, La tierra encierra en sus entrañas detestable. Esta consiste en que los tra-
h . Francisco Hernández Arifiez, D. j
inmensos montes destruidos por estas re- bajos públicos se ponen con frecuencia á
dejando con su falta de existencia á los Ramón Martin, D, Matías Rodríguez D o - '
cargo de personas que todo hurán menos
pueblos sin el preciso combustible y sin voluciones, y que han pasado al cabo de minguez, D. Manuel Rodríguez González,
interesarse porque las cosas se hagan
tanto tiempo al estado de carbón. D. Juan Miguel Padrón, D. Agustín Al-
las maderas para edificar sus moradas; á bien.
meyda Aguiar, D. Hipólito Galvan, D. Jo-
la marina taita de los materiales necesa- Estos combustibles minerales, que No parece sino que el dinero del pú-
sé Molina Benitez, D. Salvador Martin
rios para la construcción y arboladura, unidos á los productos délos montes su- Bento, D.Sinforiano Galvan, D. José Her- blico no tiene valor, f»ues con frecuen-
ministran á la humanidad tantos recur- nández Giménez, D. Pedro González cia se gasta del modo mas lastimoso.
y sobre todo a l a nación entera reducida
á páramos estensos sin abrigo para los sos, son admirables reservas, conservadas Aguiar, O. Antonio Rodríguez, D Juan
hombre» y ganados, sin sustento estos, por la Providencia-, á través de multitud Rivero Bolañós, D. Fraocisco Moreno Gar- Leeníios en el Eco del Comercio:
cía, D. Pablo Díaz. «l>'Ce nuestro colega El Guauche/que
retiradas las aguas que fecundan la tier- de siglos, y que el genio del hombre aun
ra, y alterada la calidad y la temperatu- no ha podido llegar á destruir. se va á publicar en esta (;iudad un pe-
riódico saiihtio qoe tendrá p(ir titulo La
ra del aire en perjuicio de la salud pu Cuando la calma sucedió á todas es-
pl astrólogo zaragozano es el diablo^ Servtllelu, instalándose su itubiccion en
blica. tas perturbaciones, los mares se firma- pues Crisi todos su< pronósticds se van j la calle de la t^urva. número 3 ,
Tal es el espantoso cuadro que pre- ron, y una vejelacion vigorosa se desar: realizando. Grandes lluvias, inundaoiones, ! Nosotros lanibien tenemos entendido
senta la deslruccioa de )of) montes, que rolló; los montes y las aguas se dividieron y no pocas, las ha habido en Europa, c que en la citada casa admite suscricion'ís y
en la mayor parte de la superficie de la N<i80tr(>s también hemos alcanzado al- comunicados su aiiminií.lraii(ir i) Rafa'el
progresivamente va en aumento, y que
guna ensilla, pues no han dejado de caer | Tejera, exdependjetiie, (¡uien repartiiá,
se hace necesario reprimir. tierra.
muy buenos y sendos chaparrones, yj gratis, á los siV^crilores un Calendario
Aquí está esplicado por qué su desa- Loa monumentos mas antiguos nos copiosas y abundantes lluvias, propicias parecido al del Cascabel
parición coincide casi siempre con la de- comprueban la existencia de los montes; para unos, para otros adversas. Bu-n venida sea La Servilleta, que sin
cadencia de la sociedad que no ha sa- y si Moisés, el primero de los historiudo- duda se consagrará á limpiarnos ú» mil
bido ó no ha querido conservarlos. res, habla de ellos tan poco, es precisa- Tenemos entendido que en Pto. do abusos que entre uosolriis existen.»
La historia de Grecia, del Norte de mente porque las primeras sociedades de Cabras, isla de Foerteventura, se ha es-
hombres tuvieron lugar en puntos donde tablecido una Sociedad con el nombre de Mr. GeorgH l'eabody, el magnífico
África, de Italia, de España y Francia,
«Gabinete de lectura, fomento y recreo » banquero de que hemos beblado otra vez
demuestran la existencia de esta ley tan no existían, ó donde tal vez hubiesen
Lo cel^bram^lS de corazón, pues cre- en ocasión de haberlo felicitado la reina
cierta, sobre todo en los países meridio- desaparecido á causa de las alteraciones emos que Coto podrá contribuir á desper- Victoria por sus regias dádivas á los po-
nales. que sufrió nuestro globo siglos antes al titr los ánimos algo adormecidos de aque- bre de Londres, ha estado ejerciendo
De aqui se deduce, que todas las na- en que escribió él la historia. llos habitantes. «n New York desdo su llegada, actos es-
ciones deben estudiar con el mayóí^cui- pléndidos de caridad cristiana. Amante
CConcluifá.) como nadie del progreso y del desarrollo
dado esta cuestión que los es vital, pro-
La publicación de nuestro estimado de las ciencias, ha hecho un donativo|de
curando mantener un equilibrio entre el colega de Cádiz, £/PemnsM/ar, ha sido ciento cincuenta mil pesos al colegio do
terreno forestal y el dedicado á la agri< suspendida de orden de la autoridad su- Harvard, para que se establezcan cáte-
cultura.
Crónica General. perior por espacio de 15 días. Dicha dras y un museo de arqueología y etno-
Cuidando siempre de mantenerse en suspensión debía concluir el día 1,* del logía. También donó quinientos mií pe-
estos limites y procurando establecer me- actual. sos á la ciudad de Ballimore para la
Los Sres. que han alcanzado mayo- Sentimos la desgracia do nuestro co- construcción de un grandioso instituto,
jores métodos de cultivo para la mayor que está ya terminado y lleva su nombre.
ría en las elecciones municipales que lega.
producción de cereales, siempre que el han tenido lugar en esta ciudad en los Mr. A T. Stüwart, poseedor de una
desarrollo de la población lo exija, antes dias 2 5 , 26 y 27 de noviembre último, colosal fortuna que ha adquirido en di-
que llevar el hacha á los montes; cuya son los siguientes: Lo que en las grandes poblaciones cha ciudad en solo treinta y dt.s anos, y
existencia ejerce tanta influencia en las En el ^" distrito,—D. Antonio López pasa desapercibido, es para los puebles que cuenta los millones de pesos por
climatológicas é higiénicas de un país y Botas,—D. Domingo Pérez Galdós,— I). pequeños y apartados de esos centros de docenas, trata de invertir un millón do
Fernando del Castillo Westerling,— D animación y de bulla un acontecimiento. dollarsen la construcción de casas cómo-
en el régimen de sus aguas. Francisco Doreste y Rios,—D. Rafael Ayer se situó frente al mercado uno das y convenientes para acomodar un
Si bien la generalidad conoce la con- Massieu,—D. Domingo Penichety Calima- do esos individuos que todo lo sanan y gran número de personas necesitadas. ^
veniencia de que los montes subsistan, ÍÍO. curan con sus remedios, con su locuaci-
también es cierto que algunos niegan la En el 2." distrito,—D. Sebastian Sua- dad y sus arlinnañas. Un inmenso gentío

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b\a, j el como fue ;u llegada á la ais'ada gua- Sir Reinaldo no tardó en volviT al cinr- bien por su parle, con cierto estasis, esta» f-l
rida de los salteadores, cODUtuyeodo su to de lord Mowbray, y eiitooresse retiró Ma- eucdiita'loras gracins que tan pronto iba j
narnicloo de este modo: na con el cor;izoii baslantn coo'íoiado. Padre poseer, > bendecía, sin cesar, el faijz desti
«Evadido de una mas que cierta c^tá'itro- é hijo no >e s«:|i»raron en mucho tiempo, y no que lo hacia dueño de semejante tesoro.
fe, dirijo al presente mis pasos h,icia un su conversación fue int re->anle y acalorada. Lord MüVi'biay, habiendo oido los pa.>os
asilo, sí, lo puedo dtcir, mas feliz, hacia el Reinaldo a: salir de la h<>bilacioa pareció de Muría que aifavesab-j la galería para
hospitalario asi o del castillo de Bertrán.-— estar muy agita lo, y pidió al instante un ca- ponerse á sus órdenes, suplicó á los dos
¡ Del castillo de Bertrán ! esdamó el desco- ballo. Se le tr^ijeion ai momento, y al salir jóvenes que se retirasen por uo momento;
nocido, me doy la eühorabueoa por volverlo por ia puerta del caslilio, se le oyó eí^damar. y cuando su bija, á quien el temor la hacia
á ver; allá voy yo lambieu.=No será muy c¡ Pues es cosa particular; es inenesler in - tembiai, y cuyas lá(írimas corrían en at)un
largo nues'tro visge, dijo Huberto, que á fa- dagurlo U Partió acompañaiio de dos criadoü, dancia, hubo entrado en sn Habitación,
vor de los crepú-cuios matutinos, acababa de y su ausencia duió algunas horas. A su re le dijo: «Enjuga tu Hamo, querida hi
dirigir inquietas miradas á su alrededor para ícreso se observaba en su. semblante cierto ja; ya eres al presente dueña de tus accio-
recoooner el lugar donde se tiallaban. Al aire de disgusto y causanfjio, y respondió ues. Harcouri nOüSftfra ya á tu mano ha
ladü opuesto de esta mowtañs, añudió. se ele- á las preguntas que con este motivo se le trasmitido su afecto á tu hermana, y un'ién
va el edificio que buscamos.' he pasado mu- liicieron, que A beito y Huberto enin la cau- dose á ella es como quiere que se forme
chas veces por su inmediación, pero po- .sa de su inútü viuge, y de la visible inquie- nuestra alianza; y Juana, lejos de oponerse!
cas con tanto placer como hoy. Si la trave- tud deque se hallaba agitado. Su primer accede gustosa á sus deseos y los míos. De-
sía hubiese sido mas larga, hubiera sido pre- diligencia fué el apresurarse á ir á ver á su secha, pues, esa aflicción y >ombría tristeza
ciso tenderme, para siempre, debafb de cual- padre, eo cuya babitacioo permaneció algún que se observa eu tu frente. Yo estoy sá-
quier árbol, por la imposibilidad de poder tiempo, y al salir de ella, dijo con uo tono ii^fecho, y mi afecto hacia ti siempre será
vencerá UÜ tiempo el cansancio, e' frió y los reflexivo; t En el dia no sabe uno de quien el mismo.
años.—Reani'na tu valor, respondió Alber fiarse.»
lo, no se llega tan fácilmente á disfrutar Un cnmhio tan inesperado y repentino
La extraordinaria desaparicíoa de Al- era cosa demasiado fuerte para la amable
un bien, sea el que fuese, sin trabajos ni di t>ertoy Huberto, no pudo meDOs de dar Mana, y asi fué, que no pudo articular una
ficultades,—AlguD estraordinario aconteci- margen á algunas sospechas entre los habi- sola palabra; mas habiendo dado paso Ubre
miento era solo ca,"az; prosiguió el aociano, tantes del castillo; pero íueroo sofocadas eii á sus lágrimas, ínuudó con ellas fas manos
de prestará mis decaí cidos miembros, eu medio del tumulto y confusión de los prepa de su padre, que ardorosamente estrecha-
cualquiera otra circunstaucia, el valor nece- rativos que las próximas nupcias exigían. ba y cubría de afectuosos besos.

(c) Del documento, los autores. Digitalización realizada por la ULPGC. Biblioteca Universitaria. — El Omnibus : periódico de noticias e intereses materiales, 5/12/1866, página 2

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