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b\a, j el como fue ;u llegada á la ais'ada gua- Sir Reinaldo no tardó en volviT al cinr- bien por su parle, con cierto estasis, esta» f-l
rida de los salteadores, cODUtuyeodo su to de lord Mowbray, y eiitooresse retiró Ma- eucdiita'loras gracins que tan pronto iba j
narnicloo de este modo: na con el cor;izoii baslantn coo'íoiado. Padre poseer, > bendecía, sin cesar, el faijz desti
«Evadido de una mas que cierta c^tá'itro- é hijo no >e s«:|i»raron en mucho tiempo, y no que lo hacia dueño de semejante tesoro.
fe, dirijo al presente mis pasos h,icia un su conversación fue int re->anle y acalorada. Lord MüVi'biay, habiendo oido los pa.>os
asilo, sí, lo puedo dtcir, mas feliz, hacia el Reinaldo a: salir de la h<>bilacioa pareció de Muría que aifavesab-j la galería para
hospitalario asi o del castillo de Bertrán.-— estar muy agita lo, y pidió al instante un ca- ponerse á sus órdenes, suplicó á los dos
¡ Del castillo de Bertrán ! esdamó el desco- ballo. Se le tr^ijeion ai momento, y al salir jóvenes que se retirasen por uo momento;
nocido, me doy la eühorabueoa por volverlo por ia puerta del caslilio, se le oyó eí^damar. y cuando su bija, á quien el temor la hacia
á ver; allá voy yo lambieu.=No será muy c¡ Pues es cosa particular; es inenesler in - tembiai, y cuyas lá(írimas corrían en at)un
largo nues'tro visge, dijo Huberto, que á fa- dagurlo U Partió acompañaiio de dos criadoü, dancia, hubo entrado en sn Habitación,
vor de los crepú-cuios matutinos, acababa de y su ausencia duió algunas horas. A su re le dijo: «Enjuga tu Hamo, querida hi
dirigir inquietas miradas á su alrededor para ícreso se observaba en su. semblante cierto ja; ya eres al presente dueña de tus accio-
recoooner el lugar donde se tiallaban. Al aire de disgusto y causanfjio, y respondió ues. Harcouri nOüSftfra ya á tu mano ha
ladü opuesto de esta mowtañs, añudió. se ele- á las preguntas que con este motivo se le trasmitido su afecto á tu hermana, y un'ién
va el edificio que buscamos.' he pasado mu- liicieron, que A beito y Huberto enin la cau- dose á ella es como quiere que se forme
chas veces por su inmediación, pero po- .sa de su inútü viuge, y de la visible inquie- nuestra alianza; y Juana, lejos de oponerse!
cas con tanto placer como hoy. Si la trave- tud deque se hallaba agitado. Su primer accede gustosa á sus deseos y los míos. De-
sía hubiese sido mas larga, hubiera sido pre- diligencia fué el apresurarse á ir á ver á su secha, pues, esa aflicción y >ombría tristeza
ciso tenderme, para siempre, debafb de cual- padre, eo cuya babitacioo permaneció algún que se observa eu tu frente. Yo estoy sá-
quier árbol, por la imposibilidad de poder tiempo, y al salir de ella, dijo con uo tono ii^fecho, y mi afecto hacia ti siempre será
vencerá UÜ tiempo el cansancio, e' frió y los reflexivo; t En el dia no sabe uno de quien el mismo.
años.—Reani'na tu valor, respondió Alber fiarse.»
lo, no se llega tan fácilmente á disfrutar Un cnmhio tan inesperado y repentino
La extraordinaria desaparicíoa de Al- era cosa demasiado fuerte para la amable
un bien, sea el que fuese, sin trabajos ni di t>ertoy Huberto, no pudo meDOs de dar Mana, y asi fué, que no pudo articular una
ficultades,—AlguD estraordinario aconteci- margen á algunas sospechas entre los habi- sola palabra; mas habiendo dado paso Ubre
miento era solo ca,"az; prosiguió el aociano, tantes del castillo; pero íueroo sofocadas eii á sus lágrimas, ínuudó con ellas fas manos
de prestará mis decaí cidos miembros, eu medio del tumulto y confusión de los prepa de su padre, que ardorosamente estrecha-
cualquiera otra circunstaucia, el valor nece- rativos que las próximas nupcias exigían. ba y cubría de afectuosos besos.
(c) Del documento, los autores. Digitalización realizada por la ULPGC. Biblioteca Universitaria. — El Omnibus : periódico de noticias e intereses materiales, 5/12/1866, página 2