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TEMA 4
El silencio Administrativo
Se denomina silencio administrativo a la ausencia de resolución expresa que decida sobre
un asunto en un procedimiento en curso.
El silencio administrativo se puede definir como una presunción legal, una ficción que la ley
establece en beneficio del particular, y en virtud de la cual se considerada estimada
(silencio positivo) o desestimada (silencio negativo) la petición dirigida por este a la
Administración.
El artículo 24 de la LPAC establece el alcance y naturaleza que poseen los dos sentidos
posibles del silencio:
a) En cuanto al silencio positivo, se precisa que “tiene a todos los efectos la
consideración de acto administrativo finalizador del procedimiento” (art. 24.2); el
silencio, pues, se configura como un verdadero acto declarativo de derechos, cuya
revocación solo podrá efectuarse, si así se desea, por el procedimiento de revisión
de oficio. Por lo mismo, si bien la producción del silencio no exime a la
Administración de su obligación de resolver, la resolución expresa posterior (a la
producción del silencio positivo) solo podrá dictarse de ser confirmatoria del mismo
(art. 24.3 a).
b) En cambio, la naturaleza del silencio negativo o desestimatorio es
completamente diversa: como dice el artículo 24.2, párrafo 2º, tiene los solos
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Los actos administrativos producidos por silencio administrativo se podrán hacer valer
tanto ante la Administración como ante cualquier persona física o jurídica, pública o
privada. Los mismos producen efectos desde el vencimiento del plazo máximo en el
que debe dictarse y notificarse la resolución expresa sin que la misma se haya
expedido, y su existencia puede ser acreditada por cualquier medio de prueba
admitido en Derecho, incluido el certificado acreditativo del silencio producido. Este
certificado se expedirá de oficio por el órgano competente para resolver en el plazo de
quince días desde que expire el plazo máximo para resolver el procedimiento. Sin perjuicio
de lo anterior, el interesado podrá pedirlo en cualquier momento, computándose el plazo
indicado anteriormente desde el día siguiente a aquél en que la petición tuviese
entrada en el registro electrónico de la Administración u Organismo competente para
resolver.
La terminación convencional
El procedimiento puede cumplir su fin por terminación convencional o como dice la ley por
acuerdos, pactos, convenios o contratos, con personas tanto de Derecho público como
privado. Pero no se admite el convenio cuando resulte contrario al ordenamiento jurídico o
sobre materias no susceptibles de transacción, y además exige la aprobación expresa del
Consejo de Ministros u órgano equivalente de las Comunidades Autónomas cuando afecte
a sus competencias y su anterior previsión expresa por una norma, puesto que los
convenios "no tendrán más alcance, efectos y régimen jurídico que en cada caso prevea la
disposición que lo regule".
En los procedimientos de responsabilidad patrimonial, el acuerdo alcanzado entre las
partes deberá fijar la cuantía y modo de indemnización.
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El desistimiento y la renuncia
El procedimiento puede terminar por desistimiento, es decir, porque "el interesado desista
de su petición o instancia", lo que viene a significar el apartamiento del procedimiento,
pero no la renuncia del derecho ejercitado a través de él o porque la Administración, en los
procedimientos iniciados de oficio, desista motivadamente.
A diferencia del desistimiento, la renuncia va más allá e implica la renuncia efectiva al
derecho que se había ejercitado, razón por la cual el procedimiento mismo deja de tener
sentido.
Por lo demás, el régimen de desistimiento y la renuncia tienen los siguientes elementos
comunes:
Tanto el desistimiento como la renuncia podrán hacerse por cualquier medio que permita
su constancia, siempre que incorpore las firmas que correspondan de acuerdo con lo
previsto en la normativa aplicable.
La Administración aceptará de pleno el desistimiento o la renuncia, y declarará concluso el
procedimiento, salvo que, habiéndose personado en el mismo terceros interesados,
instasen éstos su continuación en el plazo de diez días desde que fueron notificados del
desistimiento. También continuará el procedimiento si la cuestión suscitada por la
incoación entrañarse interés general, o fuera conveniente sustanciarla para su definición y
esclarecimiento, en cuyo caso la Administración podrá limitar los efectos de desistimiento
o la renuncia al interesado, siguiéndose el procedimiento.
La caducidad
Está regulado en el artículo 84.2 de la LPAC, estableciendo que la resolución que se dicte
deberá ser motivada.
LA TRAMITACIÓN SIMPLIFICADA
EJECUCIÓN
El artículo 98 de la LPAC establece que los actos de las Administraciones Públicas sujetos al
Derecho Administrativo serán inmediatamente ejecutivos, salvo que:
a) Se produzca la suspensión de la ejecución del acto.