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América : Cahiers du CRICCAL

El determimismo en Facundo : una vision romántica de la relación


entre el medio y el nombre
María Oliveira Cézar

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Oliveira Cézar María. El determimismo en Facundo : una vision romántica de la relación entre el medio y el nombre. In:
América : Cahiers du CRICCAL, n°11, 1992. Le gaucho dans la littérature argentine. pp. 111-120;

doi : https://doi.org/10.3406/ameri.1992.1103

https://www.persee.fr/doc/ameri_0982-9237_1992_num_11_1_1103

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EL DETERMINISMO EN FACUNDO
Una vision romântica de la relaciôn entre el medio y el
nombre

En los afios 30 del siglo XIX, los intelectuales argentinos adhirieron al


romanticismo que acababa de introducir Esteban Echeverria en Buenos Aire y que
pronto, a raîz de la cantidad y calidad de los proscriptos del rosismo, se difundirîa en
Uruguay y en Chile, exacerbado por el exilio. Mas alla de los cambios estilisticos,
de la bûsqueda "fuera" de la felicidad y libertad que no podîan encontrar "dentro", los
românticos vehiculizaron una concepciôn determinista de la historia, heredera de las
teorias acerca de la influencia decisiva del MEDIO fisico sobre el HOMBRE, su
carâcter, comportamiento, modo de vida, costumbres y organization social. Ese
determinismo se vio confortado "cientîficamente" con las obras de algunos
naturalistas de la segunda mitad del siglo XVIII, como los franceses Buffon 1 y
Lamarck 2, quienes sefialaron la incidencia del medio fisico sobre los organismos que
en él habitan, y sobre sus comportamientos.
Aplicadas al anâlisis del continente americano, aquellas ideas habian
originado derivaciones nada halaguefias para sus habitantes, como la teoria del abate
de Pauw, segûn la cual el clima y el medio de America no habian podido sino
provocar la degeneraciôn de las formas de vida que alli se desarrollaban. Para él los
indigenas, superiores a los animales pero inferiores a los europeos, serian seres
"privados de inteligencia y de perfectibilidad (que) solo obedecen a las pulsiones de su
instinto " 3. Pesé a su extravagancia y a no tener asidero cientifico alguno, taies
propôsitos, mas o menos suavizados, repercutieron en las obras de numerosos
ensayistas americanos hasta bien entrado el siglo XX 4, en particular entre los que se
alinearon en el darwinismo social.
A fines del siglo VIII el determinismo geogrâfico habïa logrado importancia
en ciertos filôsofios alemanes, especialmente en J.G. Herder s, cuyas ideas llegaron
1 12 Maria Oliveira CESAR

al sur americano a través de la obra del francés Victor Cousin 6, uno de los mentores
espirituales del romanticismo social sudamericano. Esa vertiente determinista, que
los românticos asociaron intimamente con las nociones de providencia,
predestinaciôn y fatalismo, encontre una excelente caja de resonancia en la argentina
Generation del 37 7, en la que por sus coincidencias ideolôgicas puede situarse a
Sarmiento, pesé a no haber pertenecido directamente a ella.
La incorporation del determinismo romântico no signifiée el abandono de la
conception, que se ubicaba ideolôgicamente en el lado opuesto, ya que afirmaba la
primacia de la razôn y de la voluntad sobre el medio fîsico y social, sujeto siempre a
las transformaciones que el hombre decidiere efectuar en él. Proveniente del
Iluminismo, esta ideologia seguia muy apegada a una vision dicotômica y
maniqueista de la realidad, sucesora de la traditional oposicion entre las "luces" y las
"tinieblas".
Veamos ahora el peso de ambas concepciones en las paginas del Facundo, y
cômo estas reflejan la manera del Sarmiento de 1845 de situarse en su propio medio
argentino, social, intelectual y politico.
En las piezas preliminares — la introduccin y la carta a V. Alsina — , donde
aparecen concentrados los elementos principales del mensaje sarmientino, podemos
apreciar ya el enfrentamiento entre dichas concepciones.
Desde el principio sefiala Sarmiento que una correcta interpretaciôn del
proceso histôrico argentino no puede conseguirse si, entre otras condiciones, no se
"asign(a) su parte a la configuration del terreno y a los hâbitos que ella engendra" 8.
Condition que adquiere tanta importancia que concluye el ensayista ese preliminar
resolviendo estructurar su trabajo "en dos partes : la una, en que traza el terreno, el
paisaje, el teatro sobre el que va a representarse la escena ; la otra, en que aparece el
personaje, con su traje, sus ideas, sus sistema de obrar ; de manera que la primera
esta ya revelando a la segunda, sin necesidad de comentarios ni explicaciones" 9.
Teatralizado de manera poética, aparece un medio "grandiosamente
salvaje" 10, que con toda lôgica produce un caudillo bârbaro como J. F. Quiroga,
arquetipo, para Sarmiento, de la "figura mâs americana n, en quien ve "una
manifestation de la vida argentina, tal como la han hecho la colonization y las
peculiaridades del terreno" 12 , y es "la expresiôn fiel de la manera de ser de un
pueblo, de sus preocupaciones e instintos" 13. Vemos asi que Quiroga es considerado
el auténtico représentante de su medio fisico y social. No sucede lo mismo con J.M.
de Rosas, que pesé a haber nacido en el mismo suelo argentino, no es representativo
de una genuina barbarie y evidentemente tampoco de la civilization, por lo que es
una "aberration", un "monstruo" 14, un enigma que lleva al autor a preguntarse
"
i Es este un capricho accidentai, una desviaciôn mecânica causada por la apariciôn
en la escena de un genio peligroso ?" 15, o a sugerir la posibilidad de que sea el
resultado azaroso de la fortuna ciega u.
EL DERTEMINISMO EN FACUNDO 113

Observamos que los protagonistes parecen carecer de libre albedrio. Asi,


Quiroga, producto de los Uanos riojanos y de la atrasada y colonial sociedad que en
ellos se mantenia, fue "lo que fue, no por un accidente de su carâcter, sino por
antécédentes inevitables y ajenos a su voluntad ..." 17. Fatalismo ante el propio
destino que compartirïan tanto los que combaten al rosismo, entre los que
explicitamente se incluye Sarmiento, como el propio didactor : " i Somos duefios de
hacer otra cosa que la que hacemos, ni mas ni menos como Rosas no puede dejar de
ser lo que es ?" 18.
Medio condicionante, fortuna, predestinaciôn providencial, o sea, todos los
elementos del determinismo romântico estân aqui reunidos.
Por otro lado, también aparece muy claramente en la introducciôn la
concepciôn racionalista que sostiene la capcidad del hombre de vencer al medio
hostil. Las referencias son menos numerosas pero mas efectistas.
Al justificar la continuaciôn de la lucha contra la dictadura, pesé a los
sucesivos fracasos experimentados, pregunta Sarmiento : " i Concediôse jamâs el
tiunfo a quien no sabe perseverar ?" 19. E insiste en que el hombre debe mantener
una actitud combativa mediante un contundente procedimiento estilistico : siete
veces consecutivas la anâfora "no se renuncia porque" 20 precede a la description de
las condiciones adversas al triunfo. Didâcticamente, termina el maestro su
introducciôn con el ejemplo incuestionable del Libertador del norte que consiguiô
superar su medio : "Colombia (sic) tiene llanos, vida pastoril, vida bârbara,
americana pura, y de ahî partie el gran Bolivar ; de aquel barro hizo su glorioso
edificio" 21.
La carta a Valentin Alsina, cuyos verdaderos destinatarios, desde que fue
incorporada por su autor a las ediciones del Facundo, son todos los lectores, es
reveladora del papel que Sarmiento considéra le cabe en su medio. En ella informa
que su "librejo" al que le reconoce objetivos politicos, ha llegado a convertirse en
"un mito" 22, gracias al cual "la justicia de la Historia ha caido sobre (Quiroga)" 23.
Demostradas asi sus capacidades, i que "narrador americano" podia ser mas indicado
que él para mostrar a la faz de la tierra la realidad del rosismo, y sefiala al tirano con
las palabras "Ecce homo" u ? Sin decirlo directamente, no podîa ser mas explicite :
él es el justiciero, él puede condenar, él es el mesias llamado a redimir su medio
bârbaro, aportândole la civilization.
La concepciôn de que el medio fîsico "engendra" caractères, hâbitos e ideas
reaparece con idénticas palabras como titulo del capîtulo 1 y al final del primer
pârrafo del capîtulo séptimo, pero tantas son las referencias al determinismo
geogrâfico que solo citaremos dos de ellas, que demuestran la utilizaciôn politica de
la misma : "La Repûblica Argentina esta geogrâficamente constituida de tal manera,
que ha de ser unitaria siempre [...]. Su llanura continua, sus nos confluentes a un
puerto unico, la hacen fatalmente 'una e indivisible'" 2S ; y "la Repûblica marcha
visiblemente a la unidad de Gobierno, a que su superficie llana, su puerto ûnico, la
114 Maria Oliveira CESAR

condena" (26). En el mismo orden de ideas, y conociendo el interés de Sarmiento por


la historia francesa, es imposible pasar por alto el doble sentido de la formula que
utiliza al introducir el tema de la pampa :

Muchos filôsofos han crefdo [...] que las llanuras preparaban las vîas al
despotismo, del mismo modo que las montanas prestaban asidera a las
resistencias de la libertad27.

Acto seguido, empieza una série de analogias que se mantendra hasta el final
del Facundo, entre el suelo argentino y el asiâtico o norafricano, y entre los hombres
y sociedades que en ellos residen. El hecho de que Sarmiento no conociera
personalmente aquello de lo que hablaba no basta para explicar esas comparaciones,
solo comprensibles considerando la posiciôn ideolôgica del autor, para quien, cual si
fuera un ciudadano de la Roma imperial — o simplemente un europeo contem-
porâneo suyo — , todo lo exterior, todo lo diferente, no podîa ser sino bârbaro :

las soledades argentinas las soledades asiâticas,


la tropa de carretas la caravana de camellos 28
los indios los beduinos americanos 29
los argentinos los arabes 30
los hombres de campo - los arabes, târtaros 31
el caudillo argentino — un Mahoma 32
los mahometanos 33
la montonera las hordas beduinas 34
la gente de Quiroga los turcos 3S
laRioja Jersulén u
bandera roja federal banderas mahometanas 37
lapulperîa asociaciôn âraberromana 38
las fiestas rosistas bazar oriental 39
Mahoma ; Mehemet Alî 40;
Quiroga Atila41;
Tamerlân 42 ; Emir de pastores43.

Para Sarmiento, la inmensidad aûn salvaje del medio americano ha


producido a los indios, seres "bârbaros", "salvajes, âvidos de sangre y de pillaje" u,
cuya forma de organizaciôn social es la "horda" anârquica que ni siquiera es produtiva
en los escasos momentos de paz, puesto que "viven en la ociosidad [...], incapaces
aûn por medio de la compulsion para dedicarse a un trabajo duro y seguido" 45. Cabe
sefialar que la actitud de los românticos rioplatenses hacia los indios se hallaba en las
antîpodas del concepto rusoniano del "buen salvaje". Por el contrario, a causa del
permanente estado de guerra entre ambas comunidades los indios constituian el real
EL DERTEMINISMO EN FACUNDO 1 15

peligro présente y la imaginaria amenaza futura. Tal vez ello explique que no solo el
maestro Sarmiento no haya encarado la posibilidad de educarlos, sino que empleara
contra ellos recursos literarios de animalizaciôn y cosificaciôn — "enjambre de
hienas, "bultos siniestros" u — antes de coincidir en "lo colosal y lo util" 47 que era
el hecho en si de realizar una campafia militar que invadiese las tierras indias aûn no
ocupadas por los blancos. Si de los indios no podia esperar nada positivo, tampoco
de su fusion con los blancos, que dari'a esos mestizos gauchos calificados de "salvajes
de color banco" 48, igualmente ociosos e incapaces. En la perspectiva sarmientina,
tanto los indios como los gauchos se mueven siempre impulsados por sus instintos,
jamâs por la reflexion 49, y eso constituye una caracteri'stica de todos los que luchan
del lado federal, con la ûnica excepciôn de Rosas, que tiene "espiritu calculador" y la
"inteligencia de un Maquiavelo" so. Desconocemos si Sarmiento habia leido al abate
de Pauw pero sorprenden las coincidencias entre ambos mensajes. Semejante carga
peyorativa no significa que el menosprecio sea el ûnico sentimiento que los gauchos
le inspiran puesto que desborda de admiraciôn mal disimulada al describir las proezas
de las figuras arquetipicas producidas por el medio pampero, al punto que la del
rastreado lo lleva a exclamar " \ Cuân sublime : criatura es la que Dios hizo a su
imagen y semejanza ! " 51, y de la peor connotada, la del gaucho malo, reconoce que
esa denomination no es "del todo" desfavorecedora 52. Un medic extraordinario no
puede sino generar tipos humanos fuera de lo comûn.
Sarmiento pasa revista a todos los grupos humanos asentados en el suelo
argentino. En sus referencias a los negros observamos una progresiôn hacia la
negatividad. Empieza de modo condescendiente, afirmando que constituyen "una raza
inclinada a la civilizaciôn, dotada de talento y de los mâs bellos instintos de
progreso" 53 ; idea que relativiza pocas lineas después, al decir que "la idea de
introducir[los] en America [...] tan fatales resultados ha producido", para Uegar, luego
de seftalar que componen uno de los puntales del rosismo en Buenos Aires, a la
conclusion : "Felizmente, las continuas guerras han terminado ya la parte masculina
de esa poblaciôn" 54.
Respecto a los blancos, portadores de la ûnica cultura valedera a sus ojos,
no le cabe duda de que estân destinados a vencer el medio bârbaro en el que se han
establecido. Proceso de superaciôn que partira de la ciudad, ya que "la civilizaciôn y
el progreso [...] no pueden desenvolverse sino a condiciôn de que los nombres estén
reunidos en sociedades numerosas" 5S. La confianza de Sarmiento en el espiritu de las
ciudades es inquebrantable. A la larga, esos "oasis de civilizaciôn" S6 lograrân la
victoria en el enfrentamiento que los opone a la campafia pastora que los circunda,
pues esta, a causa de la dispersion de las viviendas, "el estimulo falta, el ejemplo
desaparece, la necesidad de manifestarse con dignidad, que se siente en las ciudades,
no se hace sentir [...] en al aislamiento y la soledad" 57. Ademâs, "la vida del campo
[...] ha desenvuelto en el gaucho las facultades fisicas, sin ninguna de las de la
inteligencia" 58.
1 16 Maria Oliveira CESAR

Que la vida cerril haya conseguido "barbarizar" las cuidades por la fuerza de
las armas de las montoneras fédérales es, para Sarmiento, algo terrible pero
circunstancial. De Artigas a Rosas, todos los caudillos representan un alto o incluso
un retroceso en la marcha irrefrenable de las ciudades a la civilization, cuyo rumbo
no podrân cambiar. Por eso, pesé a los anos que lleva Buenos Aires bajo el rosismo,
podrâ "volver a ser lo que fue, porque la civilizaciôn europea es tan fuerte alli que a
despecho de las brutalidades del gobierno se ha de sostener" 59.
En cambio, asegura Sarmiento que la impronta de un hombre civilizado
marca de manera indeleble a su medio. El ejemplo mas cabal es el del general J. M.
Paz, quien - ejército de linea mediante - consiguiô quitarle a Côrdoba las gruesas
capas de hispanismo y jesuitismo que ahogaban sus posibilidades de pregreso 60. La
justificacion de los éxitos de Paz es doble y entra de lleno en el esquema que asocia
el fatalismo al determinismo del medio. Por un lado, '"algo debe haber de
predestinado en [ese] hombre [...] como si un ângel tutelar velara sobre [él]" 61. Por
otro, Paz es "el hijo legitimo de la ciudad, el représentante mas cumplido de los
pueblos civilizados" 62. Un elogioso retrato moral prépara la designaciôn del general
a la europea como candidate ideal para llevar a todo el pais las pautas civilizadoras
aplicadas en Côrdoba. Elecciôn personal presentada en varias oportunidades como
realizada por la Providencia, dado que Paz estaria "designado desde lo Alto a vengar la
Repùblica, la Humanidad y la Justicia" 63, a "reconstruir" M la Argentina.
Hado omnipotente e irresistible, al que no escapa ninguno de los
protagonistas de la historia : a Quiroga, "la destucciôn de todo [...] le estaba
encomendada de lo Alto y no podîa abandonar su misiôn" 6S ; la muerte de Dorrego
"acaso [...] fue uno de esos hechos fatales, predestinados ..." 66 ; e inclusive Rosas, a
pesar suyo y porque "es un grande y poderoso instrumento de la Providencia, [...]
realiza todo lo que al provenir de la patria interesa" 67.
Sarmiento se coloca a si mismo en ese esquema, y no solo por declararse
obligado a escribir el Facundo — "en medio de tantos horrores como los que estoy
condenado a describir" 6S — . El campo al que él ha sido destinado va mucho mas alla
del puramente literario. Todas las referencias personales que presentan las paginas de
esa obra conducen a esa conclusion.
Proviene Sarmiento de un medio fisico y social prilegiado ya que la region
sanjuanina reûne varios elementos positivos. Situada al pie de la cordillera, su
superfice no es llana y el pastoreo bârbaro no constituye su modo de explotaciôn :

San Juan, sobre todo, se exceptû(a) de esta peculiaridad de la superficie


inculta" ; es una provincia agrîcola y comerciante70.

La ciudad de San Juan "era uno de los pueblos mas cultos del interior " 71,
cuya sociedad hacîa gala de "la cultura de los modales, el refinamiento de las
costumbres, el cultivo de las letras, las grandes empresas comerciales, el espiritu
EL DERTEMINISMO EN FACUNDO 11 7

pûblico" 72 que la animaba, cuyos "ciudadanos cabalgaban en sillas inglesas y donde


los trajes y gustos bârbaros de la campana eran detestados ..." 73. Era, pues, un lugar
apropiado para engendrar a un hombre destinado a gobernar.
En el Facundo no hay referencias directes a su medio familiar — de eso se
encargarîa Recuerdos de Provincia, a pocos afios después -, pero los contemporâneos
de Sarmiento sabian muy bien que los mas notables de los sanjuaninos mencionados
como sabios, patriotas, obispos, diputados y ministros, pertenecian todos a su
familia 74.
Producto de un medio privilegiado, Sarmiento fue engendrado en mayo de
1810, exactamente en el momento en que la Argentina acababa con la etapa que él
considerarîa bârbara 75. Con esas coordenadas presidiendo su destino, no es de
extraflar que creyera en la Providencia ... Pero eso es otra historia.
El Facundo refleja el debate de Sarmiento entre el determinismo geogrâfîco
y providencial tan caro a los românticos y el racionalismo iluminista que garantizaba
la superioridad del hombre respecto a su medio. Acepta lo primera como hecho
consumado y se dispone a superar la situaciôn mediante la razôn y la volundad.
El sistema de oposiciones que présenta, absolutamente maniqueista,
considéra bârbaro al medio americano genuino, y civilizado a lo proveniente de
Europa e instalado en las ciudades. Los hombres y sociedades representatives del
americanismo asentado en el campo deberân céder frente al impulso de la
civilizaciôn, que a la larga triunfarâ siempre. La persona de Sarmiento, tal como
surge de las referencias autobiogrâficas y de las dedicadas a su entorno original, aûna
ambas concepeiones : él es el auténtico producto del "espûïtu de la ciudad" y podrâ
ser el artifice del destino civilizado que aguarda a la Argentina.

ESQUEMA RECAPITULATIVO DE LAS OPOSICIONES EN EL


FACUNDO
(Espacio argentino y Tiempo posterior a 1810)

BARBARIE CIVILIZACION

MEDIO ORIGINAL campo ciudad

MEDIO HUMANO indios, gauchos, negros — blancos


Movidos por : instinto reflexion

HABITOS Trabajo pastoreo agricultura


Traje chiripâ; bombachas levitas, frac
Ocios pulperîa club, asociaciôn
118 Maria Oliveira CESAR

RELIGION Catolicismo supersticioso - cristianismo

GUERRA Organization montonera ejército de lînea


Arma caballerîa — — - infanteria, artilleria
Arma usual cuchillo, boleadoras armas de fuego
Origen del mando terror jerarquïa
jefe arquetipico Quiroga Paz

PROPUESTA contrarrevolucionaria revolucionaria


POLITICA (liberalismo)
federalismo centralisme»
ley del mas fuerte constitucionalismo

Maria Oliveira CÉSAR


CRICCAL

NOTAS

(1) Georges Louis LECLERC, conde de BUFFON (1707-1788), afirmô la generaciôn


espontânea de las especies, pero admitio la posibilidad de un transformismo limitado,
a raiz de la influencia del medio.
(2) Jean Baptiste DE MONT, Senor de LAMARCK (1744-1829), es quien introdujo las
teorfas evolucionistas, haciendo hincapié en la influencia del medio sobre el
comportamiento de los organismos.
(3) Cornelius DE PAUW, Recherches philosophiques sur les Américains, Berlin, G. J.
Decker, 1768-1769, Tomo I, p. 110. Citado por el profesor CLEMENT, en su curso
sobre la Independencia de la America espafiola, destinado al concurso de agregaciôn
externa de espanol de 1991. Draguignan, Centre National d'Enseignement à Distance,
1990 ; côdigo E 338, T. 01 ; p. 38.
(4) Entre ellos, los argentinos Carlos Octavio Bunge y José Ingénieras, el boliviano
Alcides Arguedas , el peruano Francisco Garcia Calderon. Véase , de Martin Stabb,
America Latina en busca de una identidad, Caracas, Monte Avila Editores, 1969.
(5) Johan Gottfried HERDER, prusiano (1744-1803), autor de una Filosofia de la historia
de la humanidad que peso mucho en los romantico europeos.
(6) Véase el estudio de Lucfa PIOSSEK PREBISCH, "La 'filosofia de la historia1 en el
Facundo", in Rio de la Plata. Culturas, n° 8, paris, 1989, pp. 29-43.
EL DERTEMINISMO EN FACUNDO 1 19

(7) Grupo de intelectuales que frecuentaban el Salon Literario de Marcos SASTRE en


Buenos Aires. Encabezados por Esteban Echeverna, militaron en un romanticismo
social que los implied directamente en el proceso historico politico del pais. Entre
ellos, J. B. ALBERDI, J. MÀRMOL, J. M. GUTIERREZ, V. F. LOPEZ, Félix FRIAS.
En 1838 inaugararon la Asociacion de la Joven Argentina, a semejanza de la Joven
Italia de Mazzini, con la lectura de las "Palabras Simbolicas" de ECHEVERRÎA, que
constituirian luego el eje de la propuesta politica presentada por Sarmiento en el
capitulo 15 del Facundo. Perseguidos por Rosas, se exiliaron en Chile, Uruguay o
Bolivia, desde donde siguieron luchando contra la dictadura portena.
(8) D. F. SARMIENTO, Facundo o civilizaciân y barbarie en las pampas argentinas,
prôlogo de Susana Zanetti y Margarita B. Pontieri, Buenos Aires, Centro Editor de
America Latina, Coleccion Capitulo, de la Biblioteca argentina fundamental, 1979.
De aquî en mas, esta sera la edicion de referencia. Para facilitar la ubicacion de las citas
en otras ediciones, indicaremos primero el preliminar o el capitulo en que es tan
si tu ad as.
En este caso, Intro., p. 9.
(9) Intr., 17.
(10) Intr., 15.
(11) Intro., 14.
(12) Intr., 15.
(13) Intr., 15.
(14) Intr., 11
(15) Int., 10-11
(16) Intr., 13.
(17) Intr., 15.
(18) Intr., 12.
(19) Intr., 12
(20) Intr., 12-13.
(21) Intr. 16.
(22) Carta a V. A., 18.
(23) Carta a V. A., 19.
(24) Carta a V. A., 20.
(25) 7, 114.
(26) 14, 217.
(27) 1, 26.
(28) 1, 27.
(29) 1, 28.
(30) 2, 51.
(31) 3, 55 y 4, 64.
(32) 3, 58
(33) 4, 68.
(34) 4, 64.
(35) 5, 73.
(36) 6, 87.
1 20 Maria Oliveira CESAR

(37) 8, 118-121.
(38) 14, 209.
(39) 3, 60.
(40) 3, 58, 5, 83 y 6, 96.
(41) 6, 94.
(42) 5, 83.
(43) 8, 127.
(44) 1, 28.
(45) 1, 29.
(46) 1, 23.
(47) 13, 187.
(48) 2, 50.
(49) Intr., 7 y 15 ; 4, 62 y 64; 9, 138, ; 11, 154 y 170 ; 12, 182 ; 14, 214.
(50) Intr., 8
(51) 2, 46.
(52) 2, 49.
(53) 1, 29.
(54) 14, 225.
(55) 1, 36.
(56) 1, 31.
(57) 1, 33.
(58) 1, 37.
(59) 4, 73.
(60) 9, 141-143 ; 10, 153-154.
(61) 9, 139
(62) 9, 138.
(63) 15, 256.
(64) 9, 141.
(65) 8, 124.
(66) 9, 135.
(67) 15, 242.
(68) 11, 162..
(69) 1, 32.
(70) 4, 68.
(71) 4, 70.
(72) 4, 71.
(73) 8, 127.
(74) 4, 70.
(75) D. F. SARMIENTO, Recuerdo de provincia (1850), Buenos Aires, Centra Editor de
America Latina, colecciôn Capitulo, Biblioteca argentina fundamental, 1979, p. 144.

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