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ELEMENTOS PARA PROYECTO

La evaluación curricular se debe desarrollar sistemáticamente en las escuelas


formadoras de docentes, desde un nuevo posicionamiento, que incrementa su
compromiso institucional con la sociedad. Se realiza en el marco de una unidad
de acción con la práctica docente, la investigación científica y la organización
del currículo; se materializa en la educación en el trabajo en los docentes y en la
comunidad. Es una herramienta científica, que permite asegurar el incremento
de la calidad de los currículos y de los procesos formativos.
La evaluación curricular se debe conceptualizar como la última etapa del
proceso de diseño curricular. Es una actividad académica y social sistemática y
de retroalimentación conducente a la continua perfección del quehacer
formativo, que tiene como fundamento el incremento de la calidad de dicho
proceso. Pretende obtener y analizar información útil a fin de juzgar y tomar
decisiones respecto a la concepción, estructura, funcionamiento y resultados de
un determinado currículo, a fin de garantizar la retroalimentación necesaria para
mantenerlo actualizado en función de las necesidades propias del sistema
educacional y de la sociedad.
Es necesario que el modelo evaluativo que se implemente sea participativo e
incorpore a representantes de todos los de elementos involucrados en el
currículo, para que logre su finalidad del incremento de la calidad de la
educación, y que se apoyen en las metodologías del análisis institucional,
auditorías y de la investigación-acción, entre otras. Es un proceso que se
desarrolla desde la base hacia arriba, que al ser participativo permite lograr
una visión integradora e interdisciplinaria de la evaluación y asegurar que el
producto esperado exprese un compromiso institucional de todos y cada uno de
los involucrados. Facilitará, además, que cada individuo se sienta parte de su
colectivo docente e institucional y participe activamente en el desarrollo de cada
una de las fases de la evaluación desde su programación hasta su
implementación.
Esta evaluación hay que asumirla como un proceso continuo y sistemático que
comprende un conjunto de fases o etapas relacionadas entre sí y cuyos actores
principales son los miembros de las propias comunidades docentes donde ésta
se desarrolla. Las bases teóricas que sustentan esta evaluación están en
correspondencia con las ideas del aprendizaje como proceso de construcción
sociohistórica y a la postura crítica del currículum.
Por tanto, se puede concretar que la evaluación del currículo es un proceso
científico metodológico mediante el cual se recoge e interpreta, formal y
sistemáticamente, un conjunto de información pertinente sobre un programa
educacional, donde se producen juicios de valor y se adoptan decisiones
conducentes a mantener, proyectar, reformular o eliminar elementos del plan de
estudio y de sus programas analíticos o en su totalidad, con la finalidad de
incrementar su calidad y pertinencia.
"La importancia de la evaluación del currículo radica en que se constituye como
el principal orientador y prescriptor de las prácticas de aula, al mismo tiempo
que se manifiesta como un organizador de los recursos y sentidos que
adquieren las políticas educativas en las escuelas" ( INEE, 2016; 2019).
Se requiere modelos innovadores que permitan identificar, en el marco de una
evaluación cuantitativa y a gran escala, los constructos más pertinentes para
aproximarse a la comprensión de las prácticas en relación con el currículo y, en
el caso de estudios de corte cualitativo, para profundizar en los significados que
estas prácticas adquieren, atendiendo siempre las limitaciones propias del uso
de instrumentos y metodologías específicas.
Se quiere destacar en este proceso de construcción es el uso del método
científico como la puerta de entrada que hace posible construir y acceder al
fenómeno social -por ejemplo, el currículo-, ya sea para fines de descripción,
comprensión, explicación, e incluso para intervenir en él. En ese sentido, la
cientificidad, entendida como la inteligencia y racionalidad de las ciencias
sociales (Díaz, 2005) se basa en la capacidad de construir un discurso articulado,
referenciado y consistente, que se respalda en el uso de métodos susceptibles
de ser replicados, y en esa medida validados, los cuales se dinamizan a partir de
la actividad investigativa y en la participación de los productos que resulten de
la aplicación de esta racionalidad, tengan dentro de las diferentes comunidades
epistémicas de los campos del saber.
 

En la organización de una evaluación curricular, a fin de asegurar su viabilidad y eficacia, se


debe tener en cuenta, los aspectos siguientes:
 Tiene que ser asumida y ejecutada por la comunidad educacional, ya que en ella se
legitima la autonomía institucional y el compromiso de todos sus miembros.
 Debe ser entendida como una actividad diagnóstica que ofrece posibilidades de
mejora de las prácticas curriculares.
 Debe ser rigurosa en su metodología.
 Tiene que ser holística y retroalimentadora, es decir que su aplicación tenga incidencia
en la totalidad de aspectos o componentes del currículo y en las prácticas
institucionales.
 Debe indagar acerca de actitudes, valores y supuestos que subyacen en las
informaciones recogidas a través de las diversas fuentes. Por ello es importante
recabar la disminución de los juicios subjetivos de los evaluadores, de modo que
posibiliten efectuar interpretaciones en profundidad.
 Debe implicar la utilización de técnicas de recogida y análisis de datos
contextualizados, especialmente desde el enfoque cualitativo, sin renunciar a los
datos estadísticos propios de una perspectiva cuantitativa.
 Sus resultados deberán ser interpretados y recogidos en un informe que se integre a
los diferentes documentos institucionales, estimulando el flujo de información en
todas las direcciones y sentidos.
 Deberá ser sistemáticamente contrastado con la realidad, para poder atender a
cambios en la misma que lleven a planteamientos innovadores del modelo.
 En una primera instancia esta evaluación debe ser iniciada y realizada por el personal
de la propia institución educacional (autoevaluación).

¿Cuál y por qué es importante la evaluación curricular? Es preciso saber a que se refiere
cuando se habla de Evaluación curricular, según García (1975) «La evaluación curricular
constituye un proceso sistemático por medio del cual se valora el grado en que los medios,
recursos y procedimientos permiten el logro de la finalidades y metas de una institución o
sistema educativo». Retomando la aportación que hace García la evaluación curricular es
considerada como un proceso sistemático, es decir, para que este de lleve acabo es
necesario seguir una metodología, a fin de saber si los objetivos que están planteados en el
currículo son afines a lo que se esta llevando a la práctica en determinada institución
educativa o proceso educativo.
es necesario pensar la evaluación curricular como proceso, capaz de atender a sus diferentes
momentos desde el diagnóstico, a la elaboración del diseño curricular y a su puesta en acción,
como también a los resultados obtenidos. Es indudable que la evaluación del currículum real
debe realizarse en el escenario en el que se desarrolla el currículum, es decir en la institución
formadora y también en otros escenarios que el diseño curricular haya previsto para el
cumplimiento de diversas actividades de formación y práctica. Esto permite ubicar el o los
lugares en los que se realizará la evaluación.

¿Cuál y por qué es importante la evaluación curricular? Es preciso saber a que se refiere
cuando se habla de Evaluación curricular, según García (1975) «La evaluación curricular
constituye un proceso sistemático por medio del cual se valora el grado en que los medios,
recursos y procedimientos permiten el logro de la finalidades y metas de una institución o
sistema educativo». Retomando la aportación que hace García la evaluación curricular es
considerada como un proceso sistemático, es decir, para que este de lleve acabo es
necesario seguir una metodología, a fin de saber si los objetivos que están planteados en el
currículo son afines a lo que se esta llevando a la práctica en determinada institución
educativa o proceso educativo.
cada institución le cabe la tarea de fijar objetivos de la evaluación curricular, es decir, la
finalidad estará específicamente ligada a la necesidad de poseer información acerca de lo
que ocurre en las instituciones educativas con relación a las acciones de enseñar y de
aprender, de esta manera se sabrá si se están cubriendo las necesidades que demanda los
alumnos. Según Brovelli (2001) “La evaluación curricular puede ser entendida como una
dimensión de lo que se entiende como rendición de cuentas ante el propio sistema educativo
y ante la sociedad, he ahí el objetivo de está”. Si se relaciona lo explicito anteriormente con lo
que aporta Brovelli se puede decir que el objetivo mismo de la evaluación curricular es
analizar, estudiar, interpretar y dar a conocer la situación en que se encuentra la institución
en base al progreso educativo, con respecto a si se aplica o no lo que esta estipulado en el
currículo.
De ahí la importancia de la evaluación curricular que se enfoca principalmente a detectar
áreas de oportunidad en las instituciones, esto con la finalidad de mejorar esas áreas y lograr
una educación de calidad. Según Verdugo (1994), “La importancia de la evaluación curricular
reside en el maestro o personal que trabaja directamente con la institución”. Es decir, es el
profesional quien debe valorar las necesidades educativas y hacer las propuestas que se
enfoquen al currículo. La evaluación curricular “No se reduce sólo a la determinación de los
resultados finales de un programa sino que se centra en su comprensión para orientar las
posibles mejoras del mismo” (Mesía, 2004). En otras palabras, la evaluación curricular no
solamente se centra en dar resultados, sino que actúa para mejorarlos.

La importancia de la evaluación del currículo radica en que se constituye como el principal


orientador y prescriptor de las prácticas en el aula. Al mismo tiempo que se manifiesta como
un organizador de los recursos y sentidos que adquieren las políticas educativas en las
escuelas. INEE.2019
Los investigadores buscan relacionar conceptos o variables, constructos, artefactos tomar
elementos y relacionarlos entre ellos para lograr transformar la realidad, fundamentalmente
debió haberse hecho un alcance diagnóstico y descriptivo

En cuanto a la dimensión de implementación, esta se refiere a la forma en


que los actores en la escuela retoman el currículo diseñado y orientan su
práctica, misma que es influida por los perfiles profesionales de los
docentes, sus creencias, expectativas y valores; el tipo de relaciones que
establecen en el aula; las características sociales y culturales de docentes y
alumnos; la historia y tradición pedagógica de determinado subsistema, y la
forma en que estos elementos integran, interpelan, fortalecen o debilitan
los procesos de enseñanza y aprendizaje de docentes y alumnos

Es necesario pensar la evaluación curricular como proceso, capaz de atender a sus


diferentes momentos desde el diagnóstico, a la elaboración del diseño curricular y a su
puesta en acción, como también a los resultados obtenidos. Es indudable que la evaluación
del currículum real debe realizarse en el escenario en el que se desarrolla el currículum, es
decir en la institución formadora y también en otros escenarios que el diseño curricular haya
previsto para el cumplimiento de diversas actividades de formación y práctica. Esto permite
ubicar el o los lugares en los que se realizará la evaluación.
Dado que todo proceso de evaluación es una cuestión compleja tanto desde lo teórico
metodológico, como desde los aspectos relacionales y comunicacionales, habrá que tener
en cuenta algunos problemas como los siguientes cuando se pretende instalar su utilización
de modo sistemático y continuo:
-En primer lugar los procesos de evaluación y autoevaluación si bien pueden tener gran
potencialidad por el interés y energías puestas en él por sus protagonistas, corren el riesgo
de la carga de subjetividad volcada en ellos, en tanto los evaluadores -profesores, alumnos,
etc.-, actúan a partir de sus creencias, intereses, pre - concepciones.
-Resulta imprescindible crear un clima favorable hacia los  procesos evaluativos a través de
espacios de análisis, discusión y elaboración de propuestas que cuenten con el consenso de
todos aquellos que se van a ver implicados en la evaluación.
-La falta de práctica y de formación teórica y metodológica en procesos de evaluación
complejos como al que nos estamos refiriendo, requerirá de previsiones en cuanto a la
selección y formación del personal responsable.
-La claridad en cuanto a las finalidades de la evaluación, los modos de llevarla a cabo,
la calidad de los instrumentos, el análisis de los datos recogidos, la utilización y los modos
de difusión de los resultados, los responsables a cargo de las diferentes acciones a llevara
cabo, constituyen cuestiones centrales para producir actitudes favorables y de credibilidad
hacia la evaluación.
-La propuesta de evaluación curricular debe preceder a su desarrollo, de modo tal posibilitar
su apreciación en relación con los aspectos formativos que ella tiene para los docentes,
evitando así su percepción como medio de control y posible sanción. Esta es una manera de
prever los posibles conflictos.
-Una propuesta realista de evaluación curricular tendrá que tener en cuenta el tiempo que
requerirá tanto la formación de los evaluadores como la realización de las acciones
diseñadas, para poder atender adecuadamente a situaciones de proceso, que implican
reflexión, re - diseño y modificaciones de las prácticas curriculares e institucionales.

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