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Evaluación curricular y participación docente el caso de pedagogía

FES-ARAGÓN-UNAM

Mercedes Araceli Ramírez Benítez

FES-ARAGÓN-UNAM
mercedes_ara_rb@hotmail.com

RESÚMEN

La evaluación curricular debe ser entendida como una actividad sistemática y


permanente que permita mejorar en forma continua al currículo, ya que puede dejar de
responder a las necesidades y valores que lo justifican.
En esta ponencia se presentan las percepciones que tienen los docentes sobre la
evaluación curricular, desde la perspectiva de la participación. Elementos que se
desprenden de los testimonios de los mismos docentes.
Para conocer el significado de la participación docente en la evaluación curricular, se
realizaron entrevistas, a docentes, con una trayectoria académica considerable y que
hubiesen participado en la evaluación curricular y a otro grupo que no ha participado en
evaluaciones de esta índole.

PALABRAS CLAVE

Diseño curricular, evaluación, docentes, plan de estudios.

1. EVALUACIÓN CURRICULAR Y PARTICIPACIÓN DOCENTE EL CASO DE


PEDAGOGÍA, FES-ARAGÓN-UNAM

La evaluación, referida a cualquier ámbito, puede ser entendida como un proceso a


través del cual se recoge, analiza e interpreta información relativa a una determinada
actividad con el objeto de emitir juicios y facilitar la toma de decisiones (Canquiz e

1
Inciarte, 1997). Bajo este mismo enfoque encontramos a quienes conciben a la
evaluación curricular como un proceso de recolección, procesamiento e interpretación de
información necesarios para conocer, comprender, emitir juicios y tomar decisiones sobre
un currículo determinado que conduzca a su permanente mejoramiento y transformación
(Yovane, 1995). En tal sentido, la evaluación curricular debe ser entendida como una
actividad sistemática y permanente que permita mejorar en forma continua al currículo,
ya que puede dejar de responder a las necesidades y valores que lo justifican. “La
evaluación en otras palabras debe responder a un retrato completo y representativo de la
vida cotidiana de una institución escolar, de tal manera que sus actores tengan
elementos para reorientar su práctica docente” (Pérez; 1990; 19) La evaluación es
considerada como una indagación o investigación participativa que se realiza para
sustentar un juicio de valor que se quiere realizar sobre las prácticas educativas.

1.1 Desde la perspectiva participativa


Existen puntos de vista como el de Vilchez (1993) que apuntan hacia la evaluación como
un proceso participativo de obtener y analizar información útil con el propósito de juzgar y
tomar decisiones alternativas respecto a la concepción, estructura, funcionamiento y
administración del currículo. En este sentido se afirma que es un proceso participativo
porque involucra a todos los actores que intervienen en el currículo como alumnos,
profesores, adjuntos de profesor, egresados y autoridades.

Desde la visión de la evaluación curricular participativa, se entiende ésta como un


proceso formativo de los colectivos involucrados en ella. En esta perspectiva la
evaluación curricular también es entendida como un acto de investigación y formación,
que permite analizar la dinámica de las prácticas educativas desarrolladas en la
institución. Por lo tanto, la evaluación como proceso formativo, puede definirse como una
práctica para la obtención de información significativa de un proceso que se construye y
reconstruye académicamente.

2
Perspectivas teóricas que nos explican de manera sucinta lo que es la evaluación
curricular existen en demacia, sin embargo lo que nos interesa, además de tener claro el
nivel del deber ser de la evaluación, es como la piensan y significan los docentes desde
su punto de vista. Por lo tanto en esta ponencia presentamos las percepciones que
tienen los docentes sobre la evaluación curricular, desde la perspectiva de la
participación. Elementos que se desprenden de los testimonios de los mismos docentes.

Para conocer el significado de la participación docente en la evaluación curricular, se


realizaron 10 entrevistas, a 5 docentes, con una trayectoria académica dentro de la
licenciatura de 20 años o más, (y que hubiesen participado en la evaluación curricular del
plan de estudios anterior) y 5 de menos de 20 (y que no participaron en la evaluación
curricular del plan anterior)

La evaluación curricular, desde los planteamientos de los docentes debe:


Tener un enfoque claro que fundamente la evaluación curricular y que se
socialice.

Se plantea que se debe tener un enfoque claro que sustente la evaluación curricular,
pero jamás se menciona cuál puede ser, ni quién o quiénes se deben responsabilizar de
su realización. Algo que sí resulta verdaderamente importante es la necesidad de tener
un enfoque, entendemos que es teórico, que sirva de sustento para la evaluación
curricular, ya que una evaluación sólida y consistente necesariamente requiere de un
sustento teórico, como parte inherente de la misma, este sustento marcará las directrices
desde las cuales y desde dónde se realizará tal evaluación. En tal sentido nos referimos
a las diferentes orientaciones por las que ha transitado la evaluación curricular y que se
tendría que partir de conocer las diferentes perspectivas existentes para poder decidir
cuál recuperar.

Por otro lado, también manejan la necesidad de socializarlo, entre quién o quiénes no se
menciona en este punto, lo que sí resulta interesante es esa necesidad que marcan los

3
docentes de que la evaluación curricular sea socializada, puesto que de esta manera
todos los actores que hacen posible el currículo pueden conocer las posibilidades de
evaluación del mismo, aunque lo ideal sería trascender el nivel de socializar y estar
participando directamente en la evaluación. Esta situación la podemos ver también
cuando en un testimonio se manifiesta:
Los procesos ligados a la evaluación curricular –me parece– han transcurrido
de forma lenta y con trabajos, que no han sido del todo claros de cara a la
planta académica y la población de pedagogía. De tal modo que no se sabe
a ciencia cierta qué está ocurriendo. Cuándo una actividad forma parte o, no
de la evaluación de la carrera.

En este testimonio se manifiesta que la evaluación, además de lenta, está excluyendo no


sólo a los docentes sino a todos los actores de pedagogía, no es claro quién o quiénes la
están realizando. En la última oración de este testimonio, parece ser que se están
tomando acciones para realizar la evaluación del currículum y tal vez se realicen
actividades en las que participa la comunidad académica, y sin embargo ellos no saben
que estas son parte de la evaluación curricular. En síntesis hay un desconocimiento de
qué se está evaluando, para qué se está evaluando y quiénes están evaluando. En este
caso consideramos que las actividades parciales o sesgadas con las que a veces
confunden a la evaluación llevan a una tomar una posición atomicista de la misma. La
parcialidad nos lleva únicamente a “parchar” las situaciones que se presentan como
problemáticas, sin considerar la totalidad del currículum:
…la jefatura de carrera y algunos profesores también están pugnando
porque sólo se corrijan algunas cuestiones administrativas del plan pero que
no se cuestione el fundamento del mismo.

Por otro lado, si recuperamos el siguiente planteamiento, que señala:


Analizar el currículum de pedagogía desde la perspectiva de la investigación
participativa.

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Podemos señalar que en estos testimonios ya se menciona una perspectiva de la
evaluación curricular que es la de investigación participativa, y que aunque no se
mencione en qué consiste ni cuáles serían las ventajas de trabajar la evaluación
curricular desde dicha perspectiva, ya podemos vislumbrar un acercamiento a la
utilización de concepciones teóricas sobre la manera de acercarse al análisis del
currículum.

Plantear la evaluación desde la perspectiva de la investigación participativa nos permite


recuperar lo que se maneja en el currículum preescrito, tomo I en el apartado 5.1, que
corresponde a “La evaluación curricular” en donde se maneja de manera textual lo
siguiente:
“…la evaluación entendida como un proceso abarcativo no se reduce a la
medición de productos determinados, sino al análisis de los procesos desde
sus diversos elementos…no se cuenta por ahora, con una propuesta que
señale todos los momentos y todos los pasos de forma bien definida, pero si
postula algunos lineamientos generales que se proponen a la comunidad con
el fin de abrir espacios para conformar un mecanismo amplio y coherente
que genere procesos de investigación participativa, y de realizar un
seguimiento e interpretación de la multiplicidad de factores que se suscitarán
con la aplicación de la propuesta curricular que posibiliten conocer el grado
en que el plan y los programas atienden los problemas y necesidades que
sirvieron de sustento a la modificación del plan anterior y a efecto de
proponer y realizar los ajustes pertinentes” (103).

Existe una coincidencia en el testimonio que emiten los docentes, con lo que se
menciona en el plan de estudios, sin embargo, en ambos casos no se especifica qué se
está entendiendo como investigación participativa para lo cual recuperamos un
testimonio:
…es necesario realizarla constantemente, para tomar las decisiones
adecuadas, sin embargo no es una labor sencilla, se requiere la participación

5
de todos los actores del proceso educativo, pero esto es difícil de lograr, bajo
las condiciones institucionales propias de la FES-Aragón.

En el cual encontramos la preocupación por la participación de todos los actores. Esto


implica la construcción de un proyecto de evaluación ex profeso de la licenciatura,
significa atender las necesidades académicas de la comunidad escolar, en otro
testimonio se nos menciona:
La evaluación curricular, como proceso constante y continuo, de valoración,
análisis, reflexión e investigación participativo es necesario y fundamental
que se realice, tanto en los planos de lo formal y de lo vivido, de manera que
permita fortalecer los proyectos curriculares y las prácticas educativas que se
generan a partir de éste, en donde deben intervenir todos los actores de la
educación (docentes, alumnos, exalumnos, autoridades, ayudantes de
profesor y por qué no también especialistas en el ramo) que se encuentran
inmersos de una u otra forma en dicho proyecto

De diez testimonios 7 manifiestan la necesidad de que la comunidad de pedagogía


participe en la evaluación curricular, es decir que todos tienen algo que decir y algo que
aportar en este sentido. Todos desde diferentes aristas permitirán detectar los problemas
que en el plano de lo formal y vivido se presentan en el currículum y de esta manera el
poder resolverlos para los docentes implica el fortalecimiento de los proyectos
curriculares y de las prácticas educativas. Para los restantes la evaluación curricular es
tarea sólo de los docentes.

La evaluación les va a permitir a los docentes resignificar su práctica, pero además


adentrarse en un proceso permanente de formación y crecimiento intelectual, necesario
para transformar la misma institución.

Con relación a los alumnos manifiesta Gimeno (2002,)

6
“yo siempre he defendido que el estudiante debe tener opinión, pero no como
una opinión sumativa al final de un curso, sino que el alumno debe tener
opinión constantemente a lo largo del año para modificar aquellas cosas que
no funcionan bien. Eso es incorporar a las personas a los procesos de
decisión y a los procesos de toma en consideración de esa conciencia de
problemas que antes decía que no existe” (8).

Además, la participación de los estudiantes tiene que ver con el compromiso de su


formación en una tarea social, una práctica en relación con un contexto, donde se juegan
los problemas y las vicisitudes de una situación real y donde la intervención no es
simulada. En cuanto a los especialistas1 en el desarrollo curricular, su función sería la de
asesorar el proceso, puesto que los docentes dominan la disciplina, pero los asesores el
campo del currículum. Por otro lado, manifiestan los docentes la participación de los
exalumnos, que sería otra arista a considerar, los exalumnos ya están realizando
prácticas concretas en el ámbito profesional, lo cual les da la posibilidad de tener una
visión diferente sobre la formación que posibilita el currículum y las demandas del
mercado laboral

Por otro lado, este testimonio, reconoce lo difícil de la evaluación curricular:


Creo que la evaluación curricular es algo complejo, debe ser un proceso que
empieza desde el momento de poner en marcha el plan de estudios y que se
debe llevar continuamente…Sé que hay intentos de realizarla por parte del
Comité de Carrera pero no funcionará ya que no estamos presentes todos
los docentes…

La evaluación se ve como una cuestión intrínseca al currículum, no como una situación


que se realiza al final. Si la evaluación se concibe como un elemento intrínseco al

1
Los especialistas en la materia “direccionan en múltiples sentidos y aspectos el currículum, según las necesidades que él o ella interpreta de las
demandas que le presentan otros participantes en la intervención, por ejemplo los solicitantes, las autoridades educativas, las agencias encargadas
de emitir políticas educativas, y a partir de la interpretación de tal demanda orienta ciertas tendencias y propuestas. Cada uno de estos agentes
portan sus propios intereses y necesidades específicas para participar e intervenir en el currículum, estos pueden ser manifiestos o implícitos y
pueden coincidir o no en los fines y metas dependiendo del posicionamiento de cada sujeto participante. Todos estos posicionamientos e intereses
tendrán que ser identificados, analizados y valorados desde el ojo asesor del especialista, antes de emitir recomendaciones.”(Orozco:2007; 118)

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proceso curricular, es claro que las concepciones acerca de ella y de las formas de
llevarla a cabo tendrán que ser coherentes y consistentes con la concepción curricular de
la que se parta y concrete todo el proceso, su diseño, su desarrollo y seguimiento.
Además es indudable que sólo a partir de la participación se reconocen los docentes
como parte de tal proyecto, se identifican con la evaluación en la medida que se tome en
cuenta toda su experiencia, y además reconocen que no sólo ellos son los que pueden
contribuir a la realización de la evaluación curricular sino también los “otros”. Lo que
permitiría tener una visión completa de la problemática que se desprende del currículum
y una serie de soluciones consensuadas entre los diferentes sectores.

En este tenor, habría que recordar que en los años 80, a raíz del Estado evaluador y
también de las necesidades propias de la carrera, la evaluación del anterior currículum
se convocó a toda la comunidad a participar, y que poco a poco se fue diluyendo tal
participación. En pedagogía no existe una cultura que favorezca o fomente la actividad
académica con sentido colegiado y por otra parte, al docente, se le ha formado de tal
manera que le es difícil aceptar estos desafiantes retos. Por otro lado, habría que
concederle el beneficio de la duda a nuestros planteamientos, ya que lo que expresan los
testimonios de los docentes es su apuesta a la participación.
Otro elemento indispensable es que todos los que estamos dentro de la
carrera sean docentes, alumnos, autoridades y exalumnos, por qué no,
participen en dicha tarea.

Otro testimonio plantea:


Es necesaria, pero no te sé decir quién la debe de hacer, lo que sí sé es que
es difícil que los docentes participemos ya que no nos contratan para eso, a
duras penas tenemos unas horas para dar clase y ya

Lo cual nos lleva a pensar en la situación laboral en que se encuentran los docentes, a
quienes no se les puede exigir su participación, puesto que son contratados por

8
horas/clase y la participación requiere tiempo, constancia y formación para ello. Un
docente manifiesta:

Por otro lado los docentes no tenemos la formación necesaria que demanda
el realizar evaluación curricular, para lo cual se nos debería de preparar para
ello. Sería bueno de que en lugar de esos cursos sin sentido que se abren en
los intersemestrales se nos brindara la formación necesaria para realizar un
proyecto de evaluación

Reconocer las carencias en cuanto a conocimientos necesarios para participar en la


evaluación curricular, sobre todo cuando se está asumiendo y reconociendo, es un
elemento que habla de la ética docente.2 En este sentido hay que apuntalar como un
problema fundamental la falta de práctica y de formación teórica y metodológica en
procesos de evaluación por parte de los docentes, lo cual requiere de previsiones en
cuanto a la formación del personal que será responsable de dicha tarea, máxime si ellos
están conscientes de sus carencias al respecto. En este sentido es importante ver cómo
desde el currículum oficial sí se contempla la situación de la formación de los docentes:

…Se sugiere recuperar el trabajo en academia con cada línea eje, en donde
se centren proyectos de evaluación y de formación docente…evaluar
aspectos como el de...la cobertura y pertinencia de formación y actualización
docente en relación con la orientación y fundamentación de la modificación
curricular” (Tomo I: p 103)

Esta cita nos sugiere la posibilidad de formar a los docentes en cuestiones que tienen
que ver con el currículum, y de hecho también existe dentro de este primer tomo una
propuesta de formación docente denominada: Diplomado en: formación de formadores
en el campo pedagógico, propuesta emanada de una investigación diagnóstica (2000),
sobre las características formativas de la planta docente, como base para la orientación

2
En este caso y recuperando a Freire, manifestamos la idea de profesor como aquel ser inacabado, en posibilidades de aprendizaje a lo largo de toda
su vida

9
de las necesidades de formación de los académicos, dicha investigación estuvo
vinculada a los requerimientos de la entonces propuesta de modificación curricular. Sin
embargo, fue una propuesta que se quedó en el “papel”, ya que ninguna de las
administraciones de la licenciatura logró implementarla por diversas situaciones tanto
políticas como administrativas, a lo cual señala Gimeno (2002) no basta con que existan
canales institucionales de participación, pues tener derecho a ello no es lo mismo que
poder hacerlo.

1.2 La evaluación curricular como proceso:


Si consideramos que el proceso se refiere al cambio de estado desde una situación
inicial hasta una final. Evaluar el proceso significa evaluar no sólo los estados final e
inicial sino también los intermedios. Asimismo, al recuperar la evaluación curricular como
un proceso, la estamos concibiendo como una actividad que comprende varias etapas y
operaciones y además debe ser continua, puesto que el currículum debe evaluarse
periódicamente. Un testimonio nos plantea:
Sobre este aspecto pienso que después de que entro en vigor el plan 2002,
no se ha implementado un proceso sistemático de evaluación curricular
Otro más nos dice:
La evaluación curricular como proceso constante y continuo…es fundamental
que se realice…

Ahora bien, los adjetivos usados por los docentes nos hablan de un proceso
sistemático, constante, abarcativo y continuo, planteamientos que están presentes en el
documento llamado “Propuesta de lineamientos para la evaluación de la educación
superior”3 en el que se menciona lo siguiente:
La evaluación de la Educación Superior es un proceso continuo, sistemático,
integral y participativo que permite identificar una problemática, analizarla y
explicarla mediante información relevante y que como resultado proporciona
juicios de valor, que sustentan la consecuente toma de decisiones…se

3
Documento aprobado en la IX Reunión Extraordinaria de la Asamblea General de la ANUIES. En Tampico, Tamaulipas en julio de 1990.

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considera que tal evaluación es un proceso continuo, pues los factores que
intervienen o influyen en la problemática de la educación son dinámicos o
cambiantes, por lo que la toma de decisiones es ininterrumpida…asimismo la
evaluación es integral debido a que además de considerar todos los
componentes del objeto de estudio, éste debe de analizarse en relación con
el contexto en el que se encuentra inmerso…La evaluación es participativa
porque se considera indispensable que todos los incluidos en el proceso de
evaluación sean tanto sujeto como objeto del mismo y, por lo tanto,
intervengan en la definición de los criterios y procedimiento, así como en la
puesta en marcha y en la utilización de los resultados del proceso(p.15)

Dicho documento fue elaborado en 1990 con la finalidad de establecer normas y


lineamientos para la evaluación de la educación superior. Documento que se convierte
en rector de los procesos de evaluación de la educación superior demandados en el Plan
Nacional de Desarrollo y el Programa para la Modernización Educativa 1984-1994, desde
donde se percibe la necesidad de realizar una profunda e integral transformación del
sistema educativo con la finalidad de apoyar los cambios estructurales que el país
demandaba en esos momentos.

Así también, podemos señalar que los postulados que plantea esta propuesta son
vigentes y que marcaron en su momento la concreción de un nuevo esquema de pensar
la evaluación curricular, a partir de una reordenación de las formas de trabajo dentro de
las instituciones educativas. Así se señala que, “la educación moderna debe propiciar la
participación social…el proceso democrático del país y su descentralización exigen
incorporar a los ciudadanos a la planeación y la evaluación educativa” elemento que en
la FES-Aragón se empieza a propiciar desde la década de los años 80, con diversas
acciones y que con este documento oficial se legitima.

Es de esta manera que los testimonios de los docentes, en cuanto a la demanda de


participación dentro de los procesos de evaluación curricular, tienen una legitimidad a

11
partir de las necesidades de democratización de la toma de decisiones a nivel nacional e
internacional, puesto que las nuevas formas de organización del trabajo no son
particulares de nuestro país.

De esta manera también se recuperan los planteamientos de las Declaraciones y


Aportaciones de la ANUIES para la Modernización de la Educación Superior en las que
se expresa que “Dado que la evaluación tiene como propósito la toma de decisiones y
que éstas sólo pueden hacerse efectivas realmente en la medida en que quienes realizan
las actividades específicas las asuman, es importante que sean los propios actores
institucionales quienes lleven a cabo el proceso de evaluación, ya que les concierne y
afecta en su ámbito propio de actividades, y dado que son ellos quienes efectivamente
pueden hacer mayores esfuerzos para efectuar cambios cualitativos”(p. 9). En este caso
dentro de los testimonios de los docentes hay una situación que pareciera no se toma en
cuenta dentro de los documentos oficiales, y que es la condición laboral de la mayoría de
los maestros de la FES-Aragón de la Licenciatura en Pedagogía. Situación que limita la
participación en escenarios curriculares, dado que la mayoría son docentes interinos o
con pocas horas definitivas.

A MANERA DE CIERRE

La evaluación curricular, desde una perspectiva participativa es la exigencia más


frecuente en los testimonios de los docentes de la licenciatura en pedagogía. Docentes
con más de 20 años de experiencia dentro de la licenciatura y otros con menos de 20,
comparten expectativas, en torno a la necesidad de evaluar el currículum, desde la
perspectiva participativa. Pero sobre todo es importante resaltar que a pesar de sus
condiciones laborales o de formación hay disposición para participar.

Es importante saber qué piensan los docentes respecto de su participación en espacios


curriculares, en este caso dentro de la evaluación curricular, pero más interesante resulta
conocer cómo significan el acto de participación en estos espacios, para lo cual
retomamos nuevamente algunos testimonios:

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Considero que la participación docente es fundamental para esta tarea, bajo
criterios de organización y participación democráticas, consensuadas, y
autorreguladas por mecanismos propuestos y avalados por los propios
integrantes.

Observamos que, no sólo se trata de participar por participar, sino que se debe de
realizar esta actividad de manera organizada y coordinada. La organización debe estar
en manos de los participantes en dicho proceso. Otro manifiesta:
De manera razonada…en mi experiencia, la participación de los profesores
puede convertirse en un caos si no hay un líder inteligente y capaz de
coordinar las acciones. Se debe tener claro qué es lo que se les demanda a
los profesores, pues las más de las veces el coordinador de las acciones no
sabe lo que quiere. La participación colegiada atinada depende entonces de
la capacidad de organización del líder.

Aquí, el señalamiento esta dado en el sentido de la existencia de un líder que coordine


las acciones a desarrollar por los docentes, bajo las directrices de lo que pretenda que
éstos realicen, lo cual nos lleva a pensar en una participación limitada a lo que el líder
pretenda desarrollar. Otro más señala:
Es fundamental, la participación docente, pues es necesario que para que
exista un real consenso entre profesores y una participación conjunta, deben
no sólo expresar su opinión, sino entrar en un análisis, reflexión y debate de
ideas, conceptos, teorías, diseños y de experiencias, pues es a partir de la
práctica cotidiana donde realmente se puede ir evaluando…

En este testimonio se prioriza una noción de participación docente en la evaluación


curricular, al plantearla como un espacio de análisis, reflexión y debate de elementos con
los cuales el docente tiene contacto en su práctica cotidiana.

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Por otro lado la idea de concebir a la evaluación como un proceso participativo significa
modificar la concepción tradicionalista, en la que eran los especialistas en el campo
curricular, los que realizaban esta labor. Los docentes asumen la responsabilidad de
hacer de manera colaborativa esta tarea, entendiendo además a la evaluación como un
acto de investigación, el cual coadyuvará a resignificar no sólo las prácticas académicas
o la formación de los docentes, sino también a la misma institución.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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