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Los toros no nacieron agresivos, los convirtieron.

Un día un señor llamado Wilmer estaba pensando de comprar una yunta de toros o
una moto. Él, pensaba que la yunta le podía ayudar en su chacra y la moto también le
podía servir para mototaxear. Pero pensó bien y opto por la yunta de toros porque
se dio cuenta que en su pueblo ya había mucha competencia.
Wilmer salió de su casa a las 4:00 a.m., salió caminando en la oscuridad con su
linterna ya que en su pueblo no había luz, tenía mucho por caminar, él tenía que ir a
otro pueblo llamado “Chiple” porque ahí realizaban feria de ganado, comenzó a
buscar el ganado que le convenia y encontró una yunta que le parecía económica,
hablo con el dueño y le pidió una rebaja porque tenía que llevarlos hasta su pueblo y
eran 4 horas de camino por que no había carro y el vendedor acepto el trato, Wilmer
inicio su regreso a casa con los 4 toros, mientras caminaba hablaba con los toros
porque se sentía solo, en el camino tenía que hacer paros para descansar y darles
agua con sal a los toros, su papá le había dicho que era bueno para el ganado para
que así tengan mayor resistencia y mejor rendimiento en el trabajo.
Llego a su casa a las 12:00 de la noche cansado, pero emocionado. Al día siguiente se
embarcó muy temprano con su ganado a su chacra para trabajar haciendo chancaca,
la chancaca estaba muy caro en su pueblo y lo hacía de caña, él le metía chicote a sus
toros para que avancen y muelan la caña.
Wilmer avanzo como lo esperaba, pero los toros se encontraban muy cansados,
había sido un día muy caluroso, Los llevo a una cascada para que puedan tomar agua
y luego los mudo a su terreno de pasto que él tenía... Era temporada de caña y él se
había preparado para esa temporada, sembró mucho durante el año para que pueda
trabajar sin que le falta caña.

Llego el domingo y él tenía que ofrecer en los mercados, a sus vecinos y familiares
sus moldes de chancaca, en su pueblo consumían mucha chancaca en remplazo del
azúcar porque era más duradero y sano, con su ganancia le compro a sus toros sus
vacunas contra la rabia. Wilmer quería mucho a sus toros, pero los explotaba en el
trabajo, él decía que ellos nacieron para eso, para el trabajo y están acostumbrados.
Un día llevo a su sobrino a su chacra para que le ayude a trabajar en su chacra, lo
dejo con la moledora de hacer dulce y con los toros. Wilmer fue por agua a la
cascada y de pronto escucho el grito de su sobrino pidiendo ayuda, la moledora
había agarrado su mano y los toros seguían dando vuelta como ya estaban
acostumbrados.
Wilmer paro la moledora, pero ya era demasiado tarde, la máquina había molido su
mano, Wilmer, subió a su caballo a su sobrino y lo llevo al pueblo para que puedan
atenderlo en el centro médico pero allí no tenían los implementos necesarios para
que puedan amputar su mano y hacerle una buena cauterización.
Él estaba muy preocupado por lo que había pasado, por lo que le diría su hermano y
sobre todo muy enojado con los toros. Los gastos que tenía en la clínica eran
grandes.
Dieron de alta a su sobrino después de una semana de haber perdido la mano, su
sobrino quedo traumado, no podía ver a los animales, le daban miedo, pero en el
rumbo de la chacra no estaba permitido, sus papás lo llevaban a trabajar así, sin
importan el miedo que sentía. Wilmer seguía echando la culpa a sus toros y los hacia
trabajar el doble, sin descanso y a veces no les daba de comer, con el pasar del
tiempo los toros se volvieron más agresivos y Wilmer ya no sabía qué hacer con ellos
porque cada vez que los llevaba a tomar agua lo jalaban y lo querían cuernear.
Llego un domingo más y Wilmer dejo a sus toros en su invernadero como todos los
fines de semana, al regresar a verlos sus toros no estaban, él paso buscándolos toda
la noche, Sus vecinos le decían que él había sido muy malo con sus animales, que los
toros también sienten. Wilmer estaba muy arrepentido por su comportamiento y por
el trato que les había dado y que por su culpa su yunta se había vuelto agresivos.

Pasaron 2 días de búsqueda hasta que encontró los cadáveres de su yunta en una
cueva, los toros se habían peleado y enredado entre ellos, eso causo que se rueden y
pierdan la vida entre ellos. Wilmer lo perdió todo, los ahorros de su vida, pero sobre
todo sentía mucha culpa.
Desde ese día prometió ser mejor persona y tratar mejor a los animales.

Fin.

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