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EL TORITO DE COLOR MARFIL

Había una vez un señor que vivía en el campo junto a su familia, ellos tenían una vaca que no podía
tener hijos, ellos se preocupaban por él. Hasta que un día a las 3 de la tarde parió un becerro muy
hermoso de color marfil, ese becerrito lo perseguía a su dueño a todas partes, el becerro era muy
cariñoso con su dueño también lo quería mucho su dueño como si fuera su hijo.

Hasta que una tarde que persiguió el becerrito, el dueño se olvidó de llamar al becerro, al acercarse a
tomar agua de un río el becerrito fue atacado por un toro que salió de lo profundo de ese mismo río,
pero el becerro no se dejaba ganar del toro, el toro dijo mañana lucharemos a la misma hora y el
becerrito aceptó. Su dueño se enteró de lo que le dijo el toro al becerro, en ese momento los dueños
se preocuparon más por el becerrito, así que los dueños fueron a buscar al becerrito, lo encontraron a
medio camino a llegar a la granja. Al día siguiente el becerrito fue al mismo lugar y hora que le dijo el
toro, empezaron a luchar ni bien vino el becerro, ellos luchaban y luchaban por horas hasta que se
hacía tarde, fue el descuido del becerrito que se cayó al rio y ahí fue que el toro aprovecho ese
descuido del becerrito, el toro entró al río y jalaba al becerro hacía a lo profundo del río. Los dueños se
vinieron al lugar de los hechos, pero el becerrito ya estaba derrotado, ellos lloraban y lloraban porque
el becerrito era un hijo para ellos, también la vaquita entró en depresión, así que recogieron el cuerpo
del becerro y lo enterraron a un costado de la granja. Al pasar el tiempo se fueron acostumbrando por
la muerte del becerrito, un milagro fue cuando la vaca dio a luz a otro becerrito, pero este era de color
blanco con manchas negras, los dueños de la vaquita se alegraron por tener a otro integrante de la
familia, pero los dueños recordaron lo de su anterior becerrito, así que cuidaron mucho más al
becerrito que había nacido recién, ellos lo querían mucho al becerrito recién nacido, así como lo
querían al becerrito anterior, ellos fueron a dormir a su casa que estaba a lado de la granja. Al día
siguiente los dueños fueron a darle qué coma el becerrito, ellos se decían los años pasan y este
becerrito crece cada vez más, al haber dicho eso, los dueños siguieron con su trabajo en el campo,
ellos querían lo mejor para el becerrito, porque los dueños igual a la vaca no podían tener hijos, lo de
la vaca fue un milagro. Al pasar más días los dueños adoptaron a un niño, al que criaron a lado del
becerrito, el becerrito y el niño jugaban todas las tardes por qué no había nadie quien los molestara,
ellos solo eran una familia a la que le gustaba trabajar muy duro osea era bien humilde. Los dueños
llamaron al niño para saber si podía ayudar a trabajar porque ellos estaban un poco cansados, así que
el niño ayudo a sus padres adoptivos y así el niño fue creciendo, hasta que se terminó el día y el niño
terminó su labor de ayudar a sus padres adoptivos. A la mañana siguiente desde temprano el niño y
los padres estuvieron trabajando para darse una vida mejor junto al becerro, y así fue todos los días
trabajaban y trabajaban muy duro. Hasta que el niño se divertía con el becerro y vino un señor que
quería comprar un becerro, en ese momento los dueños necesitaban dinero, pero el niño no quería
vender a su amigo el becerro y les hablo a sus padres, los padres aceptaron y no lo vendieron. Al pasar
el tiempo los dueños ahorraban para poder pagar los gastos de la granja, el niño también los ayudaba
con los gastos, aunque los dueños no querían porque era un niño, los padres cumplieron con todos los
gastos y pudieron ver al niño y al becerro como crecieron mucho todo este tiempo que estuvieron
trabajando para pagar los gastos de su granja, acabaron con todo eso y la familia se divertía con el
becerro e hijo, vivieron felices para siempre juntos.

NOMBRE DEL ALUMNO: Adriano León Chávez CURSO: Comunicación

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