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“Cero y van cuatro”

es un recopilatorio de cuatro cortometrajes que muestran la situación actual


del país de forma cruda, irónica e increíblemente cómica.
“El Torzón” dirigida por Antonio Serrano.
Alfonso y Álvaro son dos amigos que son sorprendidos fumando marihuana
por un policía judicial, quien los extorsiona con 5,000 pesos cada uno para
dejarlos ir. Así Álvaro tiene solo 1 hora para conseguir el dinero, pasando por
una serie de desgracias que van desde el asalto por parte de un taxista, la
infidelidad de su novia y las amenazas de sus padres, mientras que Alfonso
sufre de la prepotencia y agresiones del “judas”. Un inesperado desenlace
cambiará su noche.
“Vida Express” dirigida por Alejandro Gamboa.
Un grupo de maleantes, dirigidos por “El Comanche”, secuestran a Teresa,
una obesa y acaudalada señora, amenazando con matarla si su esposo Jorge,
un vividor infiel, no junta los dos millones de pesos del rescate para las 5 de
la tarde. En el clímax de la historia, la cuota aumenta: ahora son cuatro
millones. Finalmente acude a la PGR, a quienes ofrece una recompensa por el
rescate, sin saber que ellos están directamente relacionados con el
secuestro.
“Barbacoa de Chivo” dirigida por Carlos Carrera.
Jobo y Lupe, es una pareja de casados que vive en la miseria desesperados
por no tener dinero para comprar las medicinas de su hija, quien sufre de
cáncer. Sumido en la desesperación, roba una imagen de Santa Úrsula de la
iglesia local. Carlos, un fotógrafo que recién había sido asaltado, es acusado
del robo debido a una confusión y es linchado por los fanáticos feligreses.
Atormentado por su conciencia, Jobo decide enfrentarse a la multitud.
“Comida de perros” dirigida por Fernando Sariñana.
En un restaurante se reúnen diversos personajes en situaciones diferentes,
incluidos algunos de los cortometrajes anteriores cuando un asaltante
irrumpe en el lugar. Lejos de ser intimidados, quizá por la costumbre de este
tipo de situaciones en la Ciudad de México, o quizá por mera indiferencia, las
personas se burlan del propio asaltante. Tras darse cuenta del pobre botín, el
asaltante decide regresar dispuesto a llevarse lo que le “corresponde por su
trabajo”.

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