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Alumna: ARIANIS BARRIOS. C.I.: 27.340.

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ENSAYO. “La actuación que debería imperar a nivel de la Comunidad Internacional,


por ser garantes del sistema universal de protección en relación a la imposición de un
gobierno de facto en Afganistan, que condiciona la existencia de seres humanos y
despoja a las mujeres de sus derechos fundamentales”.

Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sea cual
fuere su nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color de la piel,
religión, idioma o cualquier otra condición. Estos derechos están todos interrelacionados y
son interdependientes e indivisibles. A menudo están garantizados por normas jurídicas y
expresados en tratados, normas de derecho internacional consuetudinario, principios generales
y otras fuentes del derecho internacional.
El derecho internacional de los derechos humanos es un sistema de normas
internacionales destinadas a proteger y promover los derechos humanos de todas las personas.
Establece las obligaciones que tienen los Estados de actuar de determinada manera o
abstenerse de ciertos actos, con el fin de promover y proteger los derechos humanos y las
libertades fundamentales de personas o grupos.
El derecho internacional de los derechos humanos y el derecho internacional
humanitario comparten el objetivo común de respetar la dignidad y humanidad de todos. A lo
largo de los años, la Asamblea General, la Comisión de Derechos Humanos y, más
recientemente, el Consejo de Derechos Humanos han considerado que, en las situaciones de
conflicto armado, las partes en el conflicto tienen obligaciones jurídicamente vinculantes en
relación con los derechos de las personas afectadas por el conflicto.
El derecho internacional humanitario es un conjunto de normas que, por razones
humanitarias, aspiran a limitar los efectos del conflicto armado. Protege a las personas que no
participan o han dejado de participar en las hostilidades y restringe los medios y métodos de
combate. Su alcance es, por lo tanto, limitado a las situaciones de conflicto armado. Es parte
del ius in bello (el derecho sobre el modo en que puede usarse la fuerza), que tiene que ser
diferenciado y separado del ius ad bellum (el derecho sobre la legitimidad del uso de la
fuerza). El uso de la fuerza está prohibido por la Carta de las Naciones Unidas. Ahora bien,
todas las partes en los conflictos armados, independientemente de que su causa esté o no
justificada, tienen la misma obligación de aplicar el derecho internacional humanitario. Esta
igualdad entre las partes beligerantes también permite establecer una distinción fundamental
entre un conflicto armado, al que se aplica el derecho internacional humanitario, y un delito,
al que solo se aplican la legislación penal y las normas de derechos humanos sobre el
mantenimiento del orden público.
El derecho internacional de los derechos humanos está recogido, entre otros
instrumentos, en la Declaración Universal de Derechos Humanos, y en varios tratados
internacionales de derechos humanos, así como en el derecho internacional consuetudinario.
Los principales tratados universales de derechos humanos son concretamente: El Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y su Protocolo Facultativo; El
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y sus dos Protocolos Facultativos; La
Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial;
La Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y
su Protocolo Facultativo; La Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanos o Degradantes y su Protocolo Facultativo; La Convención sobre los Derechos del
Niño y sus dos Protocolos facultativos; La Convención Internacional sobre la protección de
los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares; La Convención
Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas; y La
Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad y su Protocolo facultativo.
En las últimas décadas, los conflictos armados han arruinado la vida de millones de
civiles. En muchos conflictos armados son comunes las violaciones graves del derecho
internacional humanitario y del derecho internacional de los derechos humanos. En
determinadas circunstancias, algunas de estas violaciones pueden incluso constituir genocidio,
crímenes de guerra o crímenes de lesa humanidad. El derecho internacional de los derechos
humanos impone obligaciones, en cuanto a respetar y proteger derechos y garantizar su
disfrute, que se extienden a todos los derechos humanos. En los últimos 20 años, gobiernos,
rebeldes, políticos, diplomáticos, activistas, manifestantes y periodistas se han referido a la
aplicación del derecho internacional humanitario y del derecho internacional de los derechos
humanos durante los conflictos armados.
El conflicto en Afganistán cumplió 20 años y siguió cobrándose un número elevado de
víctimas civiles. Tanto los talibanes como otros grupos armados lanzaron deliberadamente
ataques contra la población civil y contra bienes de carácter civil, en contravención del
derecho internacional humanitario. Entre otros lugares, fueron atacados un hospital de
maternidad y varias instituciones educativas. No hubo rendición de cuentas por estos
crímenes, ya que persistía la impunidad. Las mujeres y las niñas siguieron sufriendo actos de
violencia, hostigamiento e intimidación. Persistió la violencia contra niños y niñas. Se siguió
devolviendo a Afganistán a personas afganas solicitantes de asilo, sobre todo desde Irán,
donde algunas de ellas habían sufrido ataques de las fuerzas de seguridad iraníes.
En febrero de 2020, el expresidente de Estados Unidos Donald Trump anunció que en
un periodo de 14 meses sacaría a los militares estadounidenses que quedaban en Afganistán
del país. Esta decisión era el resultado de las conversaciones de paz mantenidas entre la Casa
Blanca y los talibanes en Qatar. Marcaba, además, una línea continuista con la acción exterior
de Barack Obama, que en 2014 declaró su voluntad de poner fin a los combates en la zona.
Tras su elección como nuevo presidente de EEUU, Joe Biden confirmó en abril que su
administración continuaría con la retirada de tropas norteamericanas de suelo afgano,
marcando como fecha límite el 11 de septiembre de 2021.  En mayo de 2021, solo un mes
después que Biden confirmara su intención de abandonar Afganistán, los talibanes iniciaron
su ofensiva para recuperar el país y su capital, Kabul.
En el transcurso de las últimas semanas, en especial durante este último fin de semana,
el conflicto en Afganistán ha entrado en una fase más destructiva y más mortífera. El avance
de los talibanes sobre los principales centros urbanos y ahora Kabul (capital de Afganistán)
cambió drásticamente la dinámica de poder y ha tenido un impacto humanitario
extremadamente preocupante. La comunidad internacional tiene la responsabilidad de
garantizar la protección de los derechos de todos los afganos, especialmente de los más
vulnerables. Los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU deben garantizar que se
adopten y apliquen medidas concretas para proteger a los civiles, apoyar a los defensores de
derechos humanos -incluido su derecho a solicitar asilo y a no ser devueltos- y financiar los
esfuerzos de ayuda humanitaria. El Consejo de Derechos Humanos de la ONU debe convocar
urgentemente una sesión especial y aprobar una resolución en la que se pida la protección de
los civiles -incluidos los defensores de derechos humanos, los periodistas y los miembros de
la sociedad civil- y el respeto de los derechos humanos de acuerdo con los tratados
internacionales de los que Afganistán es parte. La comunidad internacional debe asimismo
presionar al gobierno de facto de Afganistán para que apoye inequívocamente la investigación
en curso de la Corte Penal Internacional (CPI) sobre presuntos crímenes de guerra y crímenes
contra la humanidad.
La Comunidad Internacional se pronunció al respecto: el secretario general de
Naciones Unidas, António Guterres, pidió el lunes 16 de agosto ante el Consejo de Seguridad
de la ONU que la comunidad internacional actúe unida para preservar el respeto de los
derechos humanos en Afganistán y evitar que el país se vuelva a convertir en un refugio para
el terrorismo. “Debemos hablar con una sola voz para defender los derechos humanos en
Afganistán”, dijo Guterres, en declaraciones que recoge Efe. Guterres insistió en que ha
recibido “informes escalofriantes sobre severas restricciones a los derechos humanos en todo
el país”. Pidió a los talibanes que han tomado Kabul y a todas las partes implicadas en el
conflicto que respeten y protejan las leyes humanitarias internacionales y los derechos y
libertades de todos los ciudadanos.
Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, afirmó este lunes que ella y la
comunidad internacional al completo se equivocaron al evaluar la situación en Afganistán.
Merkel hizo estas declaraciones en una comparecencia ante los medios recogida por Efe ante
lo que está pasando en Afganistán y en su capital, Kabul. “Todos, y por eso también asumo
mi responsabilidad, evaluamos erróneamente la situación. Toda la comunidad internacional
dio por supuesto que podríamos seguir con la ayuda al desarrollo”, afirmó la canciller.
El presidente de EEUU, Joe Biden, y el primer ministro británico, Boris Johnson, han
acordado convocar al G-7 a una reunión virtual, la semana próxima, tras la toma de Kabul por
los talibanes y para evaluar la situación en Afganistán. En una nota, la Casa Blanca ha
señalado que en el encuentro se discutirá “una estrategia y un enfoque comunes” hacia el país
asiático. Reino Unido ostenta la presidencia del G-7. La nota de la presidencia de EEUU
detalla que en la conversación entre Biden u Johnson sobre lo que está pasando en Afganistán
abundaron en la “coordinación cercana entre aliados y socios democráticos sobre su política
hacia Afganistán de ahora en adelante”.
Por su parte, los talibanes, en su primera rueda de prensa en Kabul (Afganistán) desde
su toma de poder, que forzó la retirada del presidente afgano, Ashraf Ghani, lanzaron un
mensaje de reconciliación y unidad declarando una “amnistía general”. Además, aseguraron
que las mujeres afganas podrán trabajar. “Hay una amnistía general, por lo que no habrá
hostilidades”, afirmó el principal portavoz talibán, Zabihulla Mujahid, en una comparecencia
de prensa.
El alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, ha
explicado que, ante lo que está pasando en Afganistán, “debemos prepararnos” para la llegada
de refugiados. “Es probable que muchos afganos quieran salir, de hecho, algunos ya lo están
haciendo”, ha reconocido, antes de señalar que “tendremos que trabajar conjuntamente con
los países de tránsito”. La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas,
Michelle Bachelet, ha alertado de las implicaciones de lo que está pasando en Afganistán y el
regreso de los talibanes a Kabul. “Están imponiendo severas restricciones a los derechos
humanos en las zonas bajo su control, especialmente dirigidas a las mujeres”, ha avisado.
Si los fundamentalistas optan por volver a imponer las normas que imperaban en el
país hasta la entrada de las fuerzas internacionales en 2001, las mujeres tendrán prohibido,
entre otras cuestiones, acudir a la escuela, deberán cubrir su cuerpo íntegramente con
el burka y no podrán salir a la calle si no están acompañadas por un varón de su familia. Sobre
este asunto, en las últimas semanas los talibanes han asegurado que legislarán para que las
mujeres puedan seguir participando de la vida pública. “Algunos portavoces del grupo están
defendiendo que los talibanes de 2021 no son los de 2001.
Ante la caída del gobierno afgano como consecuencia de la toma del poder por los
talibanes y las escenas de caos en el aeropuerto de Kabul con miles de personas tratando de
huir del país. Los gobiernos extranjeros deben tomar todas las medidas necesarias para
garantizar una salida segura de Afganistán a todas las personas que están en el punto de mira
de los talibanes. Esto incluye expedir visados, ofrecer apoyo a las evacuaciones desde el
aeropuerto de Kabul, proporcionar plazas de reubicación y reasentamiento, y suspender todas
las deportaciones y devoluciones. Pedimos a Estados Unidos que garantice seguridad
permanente en el aeropuerto mientras se llevan a cabo las evacuaciones.
Mientras tanto la población civil afgana sigue soportando el peso de la toma del poder
por parte de los talibanes en el país, donde las necesidades humanitarias siguen siendo críticas
y generalizadas entre la población existente y los nuevos desplazados. Hay niños hambrientos,
algunos con terribles heridas tras los enfrentamientos entre los nuevos gobernantes del país y
las fuerzas de seguridad afganas, según afirmaron distintas las agencias de la ONU. Alrededor
de 18 millones de personas en el país necesitan ayuda y se estima que uno de cada tres niños
estará gravemente desnutrido este año, según el Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia (UNICEF).
Los recientes combates también se han cobrado un alto precio en un sistema sanitario
ya frágil, que se enfrenta a una escasez de suministros y equipos médicos esenciales en medio
de la pandemia de COVID-19, advierte la agencia de la ONU para la salud. Mientras, ONU
Derechos Humanos asegura que seguirá muy de cerca el cumplimiento de las promesas
hechos por el Talibán de respetar los derechos humanos, especialmente el de las mujeres y las
niñas. Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), más de 18 millones
de personas necesitan ayuda humanitaria. Cuatro millones de niños no están escolarizados.
Unas 400.000 personas han abandonado sus hogares para buscar refugio, de las cuales más de
la mitad son niños. En medio de una gran preocupación por el riesgo de que se produzcan
nuevas violaciones de los derechos humanos contra la población civil en Afganistán, basadas
en las que ya infligió el anterior gobierno talibán, la Agencia de la ONU para los
Refugiados (ACNUR) instó a las naciones de acogida de refugiados a no repatriar a los
ciudadanos afganos vulnerables.
Ante la nueva y cruda realidad que debe afrontar la población afgana, el Consejo de
Seguridad de la ONU también debe aprobar una resolución de emergencia para pedir a los
talibanes —que ya controlan en la práctica el país— que respeten el derecho internacional de
los derechos humanos, protejan a la población civil y pongan fin a los ataques de represalia
mientras se siguen negociando los acuerdos para la transición.”

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