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856 lOMO IL LAS CRISIS DEL S•GLO XX.

-DE 1914 A 1929

BIBLIOGRAFIA
CAPITULO X
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1941 (los .tomos V y Vl).-G. STRESE- dactllograf1ada, Par is, ¡ 95 3 \. Las conJiciones Je !J. coexisre11c1u entre RusiCJ. y los otros estados
MANN: S1x a1111écs de po/itique Glle-
mande. Les pap1ers de Stresermarn europeos dependían, desde luego, de las necesidades. íntenciones y me-
Sobrn la cuestión del desarme ale- dios de acción dd Estado comunista (l); pero también de 13 posible
(!:a.d.} Pans_. 3 vols. 1932-1933.-A.
man.-J. H. ~.!ORGAN (g:n.;rai1 . .-1.1-
!!REAL: Plu/1ppe Berihl'/ot. París. 1937. solidanJad ex1stent<..: entre los otros estados frente a Rusia: la for-
sz~e o/ Arms. Being thc 11,•rv cf 1/u:
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mée allemande. París, 1936 -, v,:;lti:n<:-
CHE: A 11 qut1i d'Orsav m·ec Bríand nes. ' - empeñar un papel esencial en esas relaciones entre Rusia y Europa.
et Po111caré, 1913-1926 .. Par is, 1957.
Podía intentar apoyCJ.rse en Rusia-ciertos medios políticos y militares
So~re la incorporac1011 de Aus- pensaron en ello en 1919 (2)-para escapar a ia presión de los vence-
Sobre el asunto de las Reparacio. tria.-:- M. LlELL: Post-ll'ur Ge:nwn-
nes.- ET. WEILL-R.\YNAL; Les répura- dores. Y también, sin plantearse seriamente tal colaboración, que po-
A11srr11111 Re1ario11s. The A1n,·h,uss
//Olls allemandt:;f et la France. París. Moi•emenr 1918-1936. Stanfurd Un1v., dría tener malas consecuencias para la estabilidad social alemana, dejar
1949. 3 vols. (lun<lamental).-G e - 1937.-F. AUERB.\CH: Le ra11achemen1 creer que estaba dispuesta a ella, con el fin de rnquietar a Gran Bre-
MEJTE·
, . . R ecue1·¡ d e documents. sur AL
de /'A.utnche a /'A.llema¡;ne, P:irís,
l .h1sto1re de /11 quesrwn des Ré para- taña. e incluso 4uízá a Francia, y obligarlas. así, a atenuar las cláusulas
l 927.-G. SllEP!IERD: í'he A 1n!rw 11
rions, 1919-1921. París, 1922.- A AN- Odyney, Londrt:s, 1957. del Tratado de Ver'.;allc:s.
TONUCCI; Le hilan des Repurati;:1s et El estudio de las relaciones entre Francí;:i, Gran Bretaña y fü1sia
la crise moruiia/e. Paris, 19 35 -C es, pues. inseparable del de: las relaciones ruso-germanas. ¿Estudio? El
BERGM~NN • De Sobre. la política oriental de Ale-
· · r ''V eg <¡ er Repara110-
. .
manaa:-CHR. HoLTJE: Die lVci11!arer
11en. Francfort, 1926.-H. SCHACHT: término es dernCJ.s1:i.üo ambicioso. Dado el nivel de información, que
Rep11bl1k und das Osr/ocamo Pro/;lem
Das Ende der Repara1101 1e 11 . Ol:km- carecL: de: arclli\ os rusos y archivos alemanes, en \'t!Z de estudio, ten-
1919-1934. Wurzburgo, 1958: ' ·
dremos que content~trnos con un bosquejo. j
'.j

l. EL FH.\C:\SO UEL uCülWON SANITAH!Un '.1

En tudas las zonas fron~erizCJ.s, Ja R~;,ia so\'i.:tica entró, desde 1918,


en conflicto con sus vecinos europeos. En 1920 dc:cidió CJ.bandonar sus
intentos ele someti:ación de los países bálticos y firmó tratados de paz
con esos estados jóvenes para poder conservar una ventana abierta a
Europa. Pero en todos los demás Jugares persistía en sus reivindicacio-
nes: quería recuperar Besarabia, que, despu~s de haberse separado de
Rusia, en 1917, fue incorporada, en abril de 1918, a Rumania. por el voto
de una Asamblea bcsarabiana (3); deseaba mantener bajo régimen de
administración prm·isional la Carelia Onental. sobre la que Finlandia
consideraba tener derechos. Se negaba a aceptar. corno frontera con
Polonia. la línea Curzn•i. que los polacos nn querían tampoco reconocer.

(1) Ac~rca <le los ª'Pc~tos generales dt: la poli11c1 <:Xkr1ur rus:, 'léanse pá-
ginas 829 \• 830
(2) Vbsc p:\g. 798.
(3) Y~asc c:ip1tulu \'1.
857
X: RUSIA y EUROPA.-EL "coRDON SANITARIO" 859
858 TOMO 11: LAS CRISIS DEL SIGLO XX.-DE 19 ! 4 A l 929
do con vehemencia. Ese antagonismo fue suficiente para hacer fracasar
La cuestión polaca fue ia única que provocó un conflicto armado:
el proyecto de un bloque entre Polonia: y los estados bálticos. Por otra
aprovechándose de la guerra civil rusa, el Gobierno polaco intentó
. parte, Polonia se encontraba en difíciles relaciones con Checoslovaquia.
apoderarse de territorios ucranianos: el Gobierno soviético. en cuanto
desde que la Coníerencia de embajadores, de julio de 1920, decidió
triunfó en la guer'.~ ~ivil. rcchaz.ó a las tropas polacas e in\'adió igual-
repartir el territorio de Teschen (1); esa decisión, destinada a entre-
11_1ente, con sus e¡erc1tos, Polo111a; e! i4 de agosto de 1920 la ofen-
gar· a los checos Ja región de Ostrova, donde existen minas de hulla,
siva rusa amenazaba a Varsovia: dos días más tarde, la contraofen-
no tuvo en cuenta la presencia en ese territorio de una importante mi-
siva polaca libró a la capital de esa amenaza.
noría nacional polaca. ·Con ocasión de estos dos litigios, en Jos que,
¿Cuál fue la actitud de las potencias occidentales ante esos con-
, co~o ta:itos otros, los adversarios invocaban tanto el principio de las
f~ictos? ¿Llevaron a la práctica la política del cordán sa111tarw suge-
· n.ac10naltdades .como los .derechos históricos, las controversias adquí-
:1da por Foch? Es decir, ¿ayudaron a los estados iimítrofcs de Rusia
,,j· neron en segmda un canz de aspereza que no guardaba proporción
intentando establecer una solid:iril!ad duradera entre ellos?
En el litigio ruso-rumano, el Consejo Supremo, donde ocupaban un
1'.:] c?n el .valor real. del o~jeto de la disputa. Era inútil que la diploma-
' , .cia de las potencias .occidentales se esforzase por proponer compromi-
11 l
puest~ cada uno de los representantes de las potencias occidentales,
!!i sos y calmar las pas10nes. El proyecto del cordón sanitario había que-
adopto, en marzo de 1920, una decisión favorable a Rumania. El
;t1v+, brado a causa de la exasperación de los nacionalismos. ,..
~obi~rno sovi~ti~o, natur3lmente, protestó contra esa resolución y re- 1
Francia y Gran Bretaña extrajeron lecciones diferentes de ese fra-
clamo un pleb1sc1to, que rehusó el Gobierno rumano.
caso.
En I~ cuestión polaca-a cuenta de la cual las reticencias inglesas
En Londres, el Gabinete de Lloyd George, amenazado desde el ~e­
entorpecieron, en 1919, la política francesa-. los dos Gobiernos solo
rano de 1920 por una crisis económica, deseaba encontrar en Rusia
con dificultad llegaron a un acuerdo: el 2 de julio de 1920 decidieron,
: ' ~n mercado de exportación para el carbón y Ja producción industrial
sin embargo, proporcionar material ele guerra al Ejército polaco y ofrecer
. mglesa. El 16 de marzo de 1921 obtuvo un acuerdo que volvía a abrir
al Estado Mayor de Varsovia los consejos del general Weygand, sin
p~nsar, de momento, en el envío de tropas: pero pusieron una condi-
a los navíos británicos los puertos rusos y que autorizaba a los súb-
ditos ingleses para ir a comerciar a territorio ruso; el Gobierno sovié-
ción para esa ayuda, respondiendo a los deseos del Gabinete británico:
tico se comprometía a no entorpecer el movimiento comercial entre Rusia
el Gobierno polaco renunciaría a su política imperialista y anexionista;
se contentaría con mantener su dominación sobre los territorios indis-
y Gran Bretaña.
c~tiblemente pol~cos. La condición no tuvo consecuencias, pues el ejér-
,:¡: El Gobierno de París firmó, el 19 de febrero de 1921, un acuerdo
político y un convenio milit1r con Polonia. El acuerdo decía solamente
cito polaco consigue rechazar a Jos rusos más allá de la línea Curzon.
',que los dos Gobiernos se pondrían de acuerdo en el caso de que alguno
~¡ 12 de octubre. de 1920, los preliminares de la paz ruso-polaca. con-
,de ~Ilos fuera objeto de agresión no provocada; no se mencíonaban los
fi:r:iados e~ segmda P?r el Tratado de Riga (18 de marzo de 1921), no
P.os1bles adversa~i~s: El convenio mil.i~ar, que era secreto, preveía explí-
hicieron mas que confirmar ei mapa de guerra: la frontera quedó fija-
91tamente la pos1b1hdad de una agres1on alemana contra Polonia o Fran-
da en las cercanías de Minsk y de Pinsk, esto es, a doscientos kilóme-
·9¡a y, también, el caso de una nueva guerra polaco-rusa; pero Francia
tros al este de la· línea Curzon. Polonia adquirió, de este modo, una
~o se comprometía a proporcionar tropas a su aliada: prometía sola-
buena parte de Rusia Blanca-ganancia precaria que el Gobierno ruso
mente el envío de material y técnicos. Se trataba de una nueva mani-
no dejaría de disc~tir en cuanto se hallase en condiciones para ello.
festación de las divergencias que separaban la política francesa de la
En las dos ocas10nes, pues, las potencias occidentales demostraron
Inglesa en el oriente de Europa.
est~r disp:-iestas, ? prestar ~ los estados vecinos de Rusia apoyo ma" 1:;
tenal o d1plomat1co, pero sm que llegara a plantearse la intervención
armada. 11. EL RECONOCIMIENTO DEL ESTADO SOVIETICO
. Tampoco pudieron superar Jos obstáculos que impedían el entendi-
'·En el otoño de 1921 el Gobierno soviético, que ya había conjurado
11_1~ento entre .esos est~dos. Polonia y Lituania disputaban por la pose-
s amenazas inmediatas, intentó salir de su aislamiento político y eco-
?1?n. d~ la región de V1lna (1). Cuando el general polaco Zeligovsky, por
mico. Lenin sentía la necesidad de reanudar las relaciones comer-
1111ctat1va personal, que conocía y aprobaba, en realidad, su Gobierno,
ales con los estados capitalistas, dentro del marco de la nueva política
se apoderó de la ciudad el 9 de octubre de 1920, las potencias acaba-

ron por reconocer el hecho consumado, pero Lituania siguió protestan-
· (l) Véase pág. 782.
(!) Véase p;íg. 788.
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económica, que he bía anunciado en marzo de 1921, precisa para evitar dad de negociar el acuerdo-era el gran , hombre de negocio,s. Walter
j¡ la ruina de la eco:1omía soviética (1). Rath enau _ • no le atribuía, al parecer,· mas que un valor poht1co oca-
, d f. · · h · l E t El
Lo primer~ qu ! propuso ei Gobierno ruso fue una negocíación co- sional: no pensaba dar un golpe de wnon e m1t1.vo ac1a e s e ..
1 ·,1. lectiva. El 28 de cclubre sugírió que una conferencia inlernac1onal esta- ·¡efe d e1 Estado Mayor. general Von Seeckt, deseaoa, por el contran~,
-;
. , · d. d
,. bleciera las condic íones en que podrían ser reanudadas esas relaciones. una alianza germano-rusa, que le parec1a el umco me, 10 e consegmr
i
Desde los primeros días de esa Conferencia consiguió aprovecharse de que Alemania recuperase el puesto que Je correspond1~ en los asuntos
la oposición existt·nte entre Alemania y los vencedores de esta: el 16 internacionales; se inclinaba a creer que Gran Bre~ana, ~el?sa de la
de abril de 1922 el acuerdo de Rapallo permitió la reanudación ,de re- hegemonía francesa en el contine~~e. no encon~rana 0~1e.c1,ones que
laciones diplomáti.~as y comerciales entre Alemania y Rusia. A pesar . oponer a esa orientación. La host1l1dad .ª Polonia ~onst1tuma el má;
de que este éxito diplomático colocaba a la delegación rusa en· Ginebra sólido terreno para un acuerdo entre Rusia y Alemama. En el fondo, ~·
en situación más Javorable respecto a los demás estados p;.irtícipantes, objetivo final de esa alianza p0dría se~ ~n n~ev~ reparto de ~oloma
ias negociaciones con Gran Bretaña y Francia fracasaron. -y el jefe del Ejército a~em.án no vac1!0 en md1carlo,. en _sept1embr~
Dos años más tarde, la diplomacía rusa volvió a la carga, pero de 1922, en un informe d1ng1do al canciller. Durante ,seis anos, el em
¡ con otros procedimientos: emprendió negociaciones independientes con
cada una de las potencias occidentales¡ en esta ocasión, consiguíó la
reanudación de las relaciones diplomiticas y comerciales. A fines de
bajador en Moscú fue Brockdorff-Rantzau, que habia enc.ab~zado I.a
deleoación alemana en Ja Conferencia de la Paz. Advers~no irreduc~­
ble de la política francesa, que había impues~o a AJ~mama u~a humi-
i~ 1924, el Gobierno soviético fue reconocido, pues, por todas las gran- llación nacional, sentía, por otra parte, repulsión haci? el Gobierno so- f
i
1 des potencias europeas. viético, banda de criminales. Aunque aprobaba ~a lmea. adoptada en ¡¡

¿Cómo consiguió ese resultado? Indudablemente, gracias al deseo Rapallo, Je señalaba límites muy estrechos: m ahanza, m acuerdo po:
de los estados industriales de encontrar en Rusia un mercado de ex- lítico de ningún género. ni arreglos secretos entre Estados Mayores:

1 <
portación; pero también gracias a la rivalidad política que existía entre
esos estados. Los móviles de tal comportamíento son los 4ue mere-
Alemania-escribió al canciller-no debía pensar en una aventura mi-
litar: no había de establecer contactos. ni s~quiera secretos, que, de ser 1
ir cen explicarse. conocidos, pudieran conducir a Gran Bretana, a formar un bfoque con

l
~.
Francia; a Aiemania le interesaba mucho a?optar ~n? .actitud pru-
1 ¡¡
. La decisión alemana fue tomada por iniciativa de los diplomáticos.
El papel determinante lo desempeñó el jefe de la sección de Asuntos
dente, pues con ella conseguiría que el ,Gobierno bntamco aceptase,
dentro de algunos años, el rearme aleman. Se trataba •. pues, de ,u.na
~
~
a · Orientales del Ministerio de Asuntos Extranjeros. No cabe duda de condena formal de las ideas de Von Seeckt. Ahora bien, ~a pohtica
".,~ que los hombres de negocios deseaban reanudar las relaciones comercia- de Brockdorff-Rantzau era también la del presidente d.el Re1ch, Ebert. l i
~ les con Rusia, mercado de exportación para sus productos mdustriales ·En Moscú no había menos vaciiaciones. La perspect1~a. de un acuer- 1

~ Íll y parn sus técnicos. Tampoco se puede dudar de que el Estado Mayor do más·amplio con el Gobierno ale.mán _parecía ser adi:i1t1d~ por el co-
~
alemán, desde septiembre de 1921, había entrado secretamente en con- misario de Asuntos Exteriores, Ch1cherm; pero fue discutida, en sep-
~ tacto con el Estado Mayor ruso, con el fin de ser autorizado para tiembre de 1922, por otros miembros del Gobierno, a los que repug-
~ organizar en territorio soviético, pero bajo dirección técnica alemana,
~ naba la colaboracíón con un gobierno burgués, y que, a pesar .de los
~ la fabricación de los materiales que prohibía el Tratado de Versalles. fracasos de 1920, no habían renunciado a provocar en. ~le~am.a una
~ Pero, sobre todo, fueron móviles políticos los que determinaron la de- revolución comunista. En octubre de 1923, cuan~o .la cnsi~ i~tenor ?e
~
·~ cisión: se trataba de demostrar a los vencedores de Alemania que esta Alemania conmovió, de diversas maneras, ª, .sa¡oma:, ~unng1~, ~av1e­
l se hallaba en condiciones de volver a tomar la iniciativa diplomática; viera y ciertas partes de Renania (1 ), la poht1ca sov1etica se mcl~n6 a
'l de amenazar a Francia y a Gran Bretaña con poner a disposición de la creer que había llegado la hora. ?talin_ escribió, en una c~rt~ pub'.1c~da
~
,_li Rusia soviética las cualidades de organización propias de los alemanes. por el periódico comunista aI;man Die ~?te. Falme, lo siguiente·,, La
,{ Ese .era el objetivo inmediato. A tal respecto, la maniobra fue eficaz. victoria del proletariad.o aleman trans!enna. ~n~~d~blemente, el c~ntr~
:~
¡ pues el acuerdo de Rapallo provocó vivas inquietudes en Gran Bre- de la revolución mundial desde Moscu a Berlm. E •. fracaso ~e !os mo
.,!
taña. ¿No podría ser el principio de una colaboración germano-rusa? vimientos revolucionarios alemanes hizo que el Gobierno sov~ét'.co vol-
ij En Berlín, los centros dirigentes se enéontraban muy divididos. El viera en seguida a la política de Rapallo. Los resultados pract1~os se-
1l ministro de Asuntos Extranjeros. que había asumido la responsabilí- guían siendo, sin embargo, muy limitados. En el terreno político, la
:~
,'.i
·l (1) Véanse págs. 828 a 830.
:¡ (l) Véase pág. 847.
·¡
'
86:! TOMO Il: LAS CRISIS DEL SIGLO XX.-DE 1914 A !929 X: RUSIA Y EUROPA.-EL ESTADO SOVIETICO 863

colab~cación estaba llena de reticencic:s, y no solo porqut~ el Gobierno ..·aceptó reconocer las deudas contraídas antes de 1914, pero con la con·
alemc.;1 deseara tratar con miramientos a Gran Brctaiia, mientras que dición de que el pago fuese escalonado y a largo plazo y no implicase
los clicigentes soviéti"cos veían en ella la przncipal cwcladela del cCipi- :i;· el pago .de intere~es; of~eció in.demnizar a los capitalistas extranjeros,
talisrilo, sino tambifo porque los dos Gobiernos sospcchab<ln mutua- ;:,,: cuyos bienes hubieran sido nacionalizados, con concesiones. Esas con-
mente que se trataba de una maniobra temporal. En el terreno eco- . tliciones se consideraron insuficientes y la negociación fracasó.
nómico, el Gobierno ruso pensaba otorgar t;oncesiones a empresas ale- ' ¿Cuáles fueron las causas de ese fracaso? Los rusos afirmaban que
manas, con la condición de poder vigilarlas estrechamente; pero los el principal obstáculo había sido la cuestión de las empresas naciona-
hombres de :-Jegocios alemanes vacilaban antes de arri'2s~~ar sus ::apita- lizadas y, sobre todo, las sociedades petrolíferas. El Gobierno soviético
les en un país donde la seguridad de las inversiones era muy dudosa. bfrecía concesiones a esas sociedades y la Royal Dutch, que antes de
En realidad, la gran empresa metalúrgica Rusgertorg, que había co- 1914 poseía importantes yacimientos en el Cáucaso, estaba dispuesta a
menzado sus actividades en territorio sovietico a finales de 1922, ác.eptar esa solución. Pero la Standard Oil. que, sin poder invocar los
vio que su contrato quedó interrumpido en enero de l 924, quizá porque mismos derechos que sus competidores anglo-holandeses, adquirió en
ocupaba un lugar demasiado grande en la economía rusa. Dos años más 1920 una participación en el tn1st Nobel, es decir, en el grupo que
tarde, ocurría lo mismo con la sociedad de transporte organizada por los antes de la guerra controlaba el 40 por 100 de la producción en la re-
dirigPntes de la Hamburg-Amerika Linie. gión. ?e Bakú, quiso h~cer fracasar, una combinación en la que ~o
Las perspectivas para el futuro eran, pues. mediocres. Rusia, no participaba; la gran sociedad petrohfera americana planteó una cues-
obstante, había obtenido un resultado apreciable, pues el acuerdo de ~ión de. prin~ipios: aceptar la oferta rusa era admitir que las empre-
Rapallo rompió el bloqueo económico dirigido contra ella. ~as nacionalizadas podían ser explotadas sin consentimiento de sus
antiguos propietarios, renunciando, por consiguiente, a defender el de-
La actitud de las dos grandes potencias occidentales era vacilante recho de propiedad. Bajo la presión del Gobierno americano, las poten-
todavía, lo que se debía a que sus ·intereses respectivos no armoniza- cias occidentales se sometieron, por último, a esa tesis. De esto a decir
ban siempre. A principios de 1922 el Gobierno int!,lés deseó obtener ;q'!e los intereses de los tenedores de fondos rusos y los de los indus-
la reapertura del mercado ruso, que, al ofrecer una -salida para la pro- , tnales exportadores fueron sacr)ficados en provecho de los magnates
ducción industrial inglesa, traería consigo un paliatirn para la crisis del petróleo de los Estados Unidos no había más que un paso; y el
económica y social; para llegar a ese resultado estaba dispuesto a re- Gobierno soviético procuró hacer convincente esa conclusión cuando
conocer al régimen soviético e incluso no se negaba a estudiar la con- .fr~~asó la conferen~ia; prefería no hablar de los problemas, no menos
cesión de créditos que tanto necesitaba la economía rusa; pero quería ~ehcados, que hubiera planteado la concesión de créditos a la Rusia
·percibir una indemnización por las empresas, industriales o mineras, soviética. ¿Era posible, de repente, facilitar a Rusia esos medios finan-
inglesas que habían sido nacionalizadas por el Gobierno comunista y cieros sin tener la certidumbre de que las deudas anteriores iban efec-
que invirtieron en territorio ruso antes de 1914. 2 í50 millones de francos tivamente a pagarse 7
'fl;i,J,

oro. El pago de las deudas contraídas antes de 19lí por el Estado ruso
solo ofrecía, por el contrario, una importancia secundaria para los in- tff,Esa ream.~dación de relaciones comerciales, cuyo precio no quiso
gleses. El Gobierno francés no tenía motivos tan acuciantes ·para desear J~~gar el ~ob1erno ruso e.n el moment?. de la Conferencia de Ginebra,
la reanudación de relaciones comerciales con la Rusia soviética; ten- ~~.e ,obtemda p~r .este, sm muchas d1f1cultades. dos años más tarde,
_dió, por tanto, a ser menos complaciente. La principal condición a que IJW~iante neg?~iac10ne~ por separado, sin solicitarlo siquiera. La ini-
~iahva procedio de Italia: Mussolini, desde el primer discurso que pro-
deberían quedar subordinadas las negociaciones era el reconocimiento
por el Gobierno soviético de las deudas contraídas por el Gobierno #jínció como jefe del Gobierno, anunció Ja intención de considerar las
zarista (9 200 millones de francos oro): cuestión importante para la ; f.~~ac~ones con Rusia desde un punto de vista práctico, haciendo abs-
considerable masa de tenedores de títulos rusos-1 600 000 personas-, • tracción de cualquier otra consideración. El 8 de febrero de 1924 el
entre las que se contaban muchas de condición muv modesta-. .. Gobierno fascista concluyó un tratado comercial. El 1 de febrero de
En la Conferencia de Ginebra de abril de 1922, asf como en la de La •· 1924, cuando los laboristas llegaron al poder, el Gabinete de Ramsay
Haya, que siguió a la primera en junio y julio del mismo año, las ~ac Donald declaró que estaba dispuesto a reconocer el poder soviéti-
cuestiones financieras constituyeron el centro de los debates. La de- co y a concertar un acuerdo comercial, que fue firmado el 8 de agosto.
legación rusa, cuya posición se hallaba consolidada por !a rápida firma í\·~l :,Gobierno francés, después que las elecciones de mayo de 1924
del acuerdo de Rapallo con Alemania, intentó obtener de Gran Bre- !~~:guraro!1 el éxito del bloque de izquierdas, decidió, en diciembre, se-
taña y Francia una importante apertura de créditos, que sería inmediata; ··'gu1r el mismo camino.

)t)(
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Fueron los intereses económicos los que determinaron esas deci- con la de Trotsky (1)-, el Gobierno soviético tenía que luchar con
siones: en Gran Breta~a,l donde la depresión económica tomaba un serias dificultades en su política europea.
cariz de enfermedad crónica y el paro afectaba a más de un millón de La primera ca usa de esas dificultades fue la vuelta al poder de los
¡, obreros, el Gabinete laborista deseaba, cada vez más vivamente, volver
a abrir el mercado ruso a las exportaciones inglesas, antes que el
conservadores en Gran Bretaña, después de las elecciones del 29 de oc-
!' tubre de 1924, pues estos habían manifestado su disconformidad con el
¡ comercio alemán, en el marco del acuerdo de Rapallo, lograse en ese acuerdo del 8 de agosto y se negaban a admitir la posibilidad de con-
¡;
¡ mercado una ventaja decisiva; el Gobierno italiano quería comprar a ceder créditos al Gobierno comunista. El Gabinete Baldwin, después
l Rusia materias primas, que con~aba pagar con máquinas y productos de aplazar la ratificación del acuerdo, renunció a celebrar nuevas ne-
1 químicos. Los exportadores franceses no querían quedarse atrás en aquel . gociaciones; en octubre de 1925, decidió la detención de siete impor-
¡ mercado.
Pero, mientras que en 1922 Gran Bretaña y Francia habían asociado
- tantes miembros del partido comunista inglés, con el fin de apoderarse
• de documentos, que establecían la existencia de relaciones estrechas
¡, la negociación financiera a la negociación comercial, ahora se conten-
taban con dejar para una negociación posterior las indemnizaciones a
entre ese partido y la Internacional Comunista, y publicarlos. Al mis-
mo tiempo, las negociaciones diplomáticas entabladas por el Gobierno
! los tenedores de títulos rusos o a los propietarios de las empresas na- ruso con el francés, que tenían como tema central la resolución del
cionalidadas. Es cierto que el Gobierno soviético no había recibido cré- problema de las deudas, demostraban que las posiciones respectivas
ditos, pues la concesión de estos quedaba subordinada a la previa fija- ·eran incompatibles. Esto parecía anular las perspectivas recientes.
ción del plan de indemnizaciones. Pero había conseguido el reconoci- Lo más importante fue la conclusión de los acuerdos de Locarno,
miento de jure y adquirido las facilidades comerciales que deseaba, sin de octubre de 1925: el Gobierno alemán parecía abandonar la política
haber tenido que dar a cambio más que seguridades de su buena vo- de Rapallo y aceptar el entrar en un frente común de potencias occi-
luntad. dentales. La Prensa rusa escribía que, se trataba de una máquina de
¿Hay que atribuir ese éxito a la política de Rapallo y a la maniobra guerra contra la Unión Soviética. En opinión del Gobierno soviético,
alemana? No cabe duda de que la brecha abierta en 1922 en el grupo de ese recelo quedaba confirmado por la actitud de Francia y Gran Bre-
estados capitalistas debilitó gravemente la posición de Gran Bretaña y -taña: el Gobierno francés, después de comprobar el fracaso de las
Francia frente a la U. R. S. S. Pero el factor principal ¿no había sido conversaciones financieras franco-soviéticas de febrero de 1926, firmó,
el resurgir interior de la U. R. S. S? Cuando las potencias occidentales en junio del mismo año, un tratado de alianza mutua· con Rumania, en
aceptaron acudir a la Conferencia de Ginebra, pensaban-Lloyd George _el que se ignoraba la reivindicación rusa sobre Besarabia; el Gobierno
inglés, con ocasión del aliento y apoyo financiero que la Internacwnal
,,'
lo dijo en la Cámara de los Comunes, en marzo de 1921-que el Go-
bierno soviético, después del hambre de 1921 y la crisis de su política _. ~oinunista -prestaba a la gran huelga de los mineros ingleses, decidió,
~conómica, tenía absoluta necesidad .de la ayuda de Europa. En el ve- -- después de tres meses de vacilaciones, la ruptura de relaciones C:iplo-
1ano de 1922 las perspectivas de una buena cosecha dieron a la diplo- -· máticas con la U. R. S. S. Por lo que se refiere a este último país, los
macia rusa una libertad de acción que le permitió rehusar las condi- dirigentes soviéticos sospechaban que la diplomacia británica estaba
ciones impuestas, para la reanudación de relaciones comerciales, por procurando la aproximación-quizá hasta una coalición-entre Polonia
Gran Bretaña y Francia. A medida que la crisis económica rusa iba - y los estados bálticos, volviendo, en una palabra, a la política del cor-
siendo superada y el mercado soviético se entreabría en el marco de la dón sanitario.
nueva políticc;i económica, la U. R. S. S. se encontraba en condiciones
El Gobierno ruso intentó cubrirse mediante una nueva negociación
de obtener más facilidades. Los Gobiernos de izquierdas que llegaron
con Alemania, para reanimar y ampliar la política de Rapallo. El ob-
al poder, simultáneamente, en 1924, en París y Londres, sacaron las
'jeto inmediato de tales negociaciones era conseguir que Alemania per-
consecuencias de una situación que Mussolini fue el primero en re-
maneciese neutral en caso de guerra entre las potencias occidentales
conocer.
. y Ja U. R. S. S. Ahora bien, el Gobierno alemán, en el marco del sis-
111. LAS NUEVAS DIFICULTADES tema locamiano, estaba a punto de ingresar en la Sociedad de Nacio-
-nes; iba, por tanto, a asumir las obligaciones previstas en el pacto de
Tales resultados se hicieron discutibles casi en seguida. De finales la Sociedad, comprendido el artículo 16, que le obligaría a conceder
de 1924 a finales de 1927, en el momento en que se hallaba debilita- -,_ derecho de paso por territorio alemán a las tropas francesas o ingle~as,
do por una crisis interior grave--el conflicto en que se enfrentaron, en el caso de que el Consejo de la Sociedad dictase sanciones contra
después de la muerte de Lenin, la política económica y social de Stalin
(l) Véase pág. 830_

1 :
X: RUSIA y El'ROPA.-BIDUOGRAFIA 867
10~10 JI· LAS CR;SJS DEL SIGLO XX.-DE 1914 A 1929
rior. En noviembre de 1927 Trotsk d
la 1-1 R. S. S. He aquí lo que podía abrir el camino a una coalición an- a;>ludase a los pueblos euro ~s e1 y eseaba que el Gobierno ruso
tiscvidica. El objetivo de la política rusa era obtener que el Gobierno T'p1:1esta de Stalin fue que el~rime~ ·':e~z~~h~ fontr~ los apr~s~res; la res- ¡,\

.~
alemán interpretara restrictivamente sus obligaciones hacia Ja Sociedad :. }as ocasiones de conflictos con Jo t d e pdart1do cons1st1a en evitar
·d . s es a os e Euro 'd
de Naciones. ' · ?Ctnna estalinista, que quería Ji •t . ra OCCI ental. La
El nuevo tratado ruso-germano, firmado en Berlín el 24 de abril ;J··. u.·n solo país, estaba inspirada mt arseda c?nstruzr el socialismo en
de 1926, satisfacfo. parcialmente esas preocupaciones: Alemania se ·~" ... L d en esa pru enc1a
:<>Í ·, a errota de Trotsky, expulsado d ] · · ,
comprometía a permanecer neutral si la U. R. S. S. sufriese una agre- '~] .de y deportado al Turquestán d~ 'ó , \f:art1do algunos dias más tar-
sión de una tercera potencia; también prometía no adherirse a ninguna 'Jr: las circunstancias. ' J via 1 re ª
esa política que exigían
coalición que tuviera por objeto el someter a la U. R. S. S. a un boicot :~~:,: \
económico y financiero. Cuando Strescmann llegó a ocupar su puesto
en la Sociedad de Naciones, en septiembre de 1926, precisó, por consi- BIBLIOGRAFIA
guiente, que Alemania no se asociaría a las sanciones contra la U. R. S. S..
salvo en el caso de que la Rusia soviética fuera declarada agresora por :Sobre los aspectos generales - réarmeme~t c/andestin du Reich, 1930-
el Consejo de la Sociedad; pero-añadió-d Consejo no podrá hacer ftd~~fs de }as obras mencionadas 'en ~935, Pans, 1954 (el capítulo V con-
, H 1 10graf1a general de esta parte). tiene datos sobre el período 192~
tal declaración sin el asentimiento del Gobierno alemán. Esto equiva- .• SEToN-WATSON: Eastern Euro a 1930).-G. W. HALLGARTEN: General
lía a decir que el Gobierno alemán, si rehusaba su adhesión a la deci- .. between the wars, 1918-1941. Cambrf<l- von Seeckt and Russia, 1920-1922 en
~e! 1945 --F. L. ScHUMAN: Soviet Po- Journa/ o/ Modern History, m;rzo
sión de la S. de N .. no se asociaría a la aplicación de sanciones y, por ~it1cs, Lo n d res, 1941.-N. RUBINS- 1949, págs. 28_ a 34.-G. HIT.GER y H.
tanto, negaría el derecho de tránsito. Litvinov dijo que el Tratado de 'mIN.: Sovetska;a Rossija i Kapitalisti- MEYER: The incompatible A /líes Nue-
Berlín había embotado la punta antisoviética de Jos acuerdos de Lo· cesk1é. gosuda~stva v gody pereshoda va York, .1953.-L. KocHAN: 'Russ-
o~ ~o{ny k m1ru, 1921-1928 (La Rusia land und die Weimarer Repub/ik, Dus-
carno. soviética y los estados capitalistas du- ~eldorf, 1956 (traducción de una obra
En resumen: el Gobierno alemán se negaba a decidir entre el Este ;· rante .los años de transición entre la mglesa publicada en 1952).- Th.
y el Oeste. Aunque conservaba, en el fondo, una orientación occiden· · ~;~r.:_~ la paz, 1921-1922).. Moscú,' ScHIEDER: Die Prof>/eme des Rapal/o-
tal. Stresemann comprendía "el valor de Rusia como triunfo a jugar con· '. · EUDIN Y R. NoRrn: Soviet Vertrags, en A rbeltsgemeinschaft für
tra el Oeste": en su opinión, su política rusa constituía un medio de R USSta and the Weft · · A d ocumentary Flrsehung des Landes Nordrhein-Wert-
Sur
''. vey. S tan f ord Univ., 1957. / a en, Heft 43, 1956.-·MAX VON Sro~K­
presión frente a Francia y Gran Bretaña. HA';JSEN: Sechs jahre in der Reichskan-
Pero esa reserva mental, que restringía la co_Jaboración polftica obre la guerra polaco-rusa.- z/e1. von Rapa/lo bis Locarno, Erin-
ruso-germana, no se aplicaba a los contactos de sus técnicos militares ~~sde e} punto de vista de la historia nerungen und Tagebuchnoticen, 1922-
ni a las relaciones económicas: en- 1927-1928, la U. R. S. S. realizó el p omát1ca).-W. ARENZ: Polen und 1927, Bonn, 1954.-I. KoBUAKOV. Ot
~ussland, 1918-1920. Leipzig, 1939.- Bresta do Rapal/o (De Brest-LiÍovsk
29 por 100 de su comercio exterior con Alemania; es verdad que ei a Rapallo), ~oscú, 1954.-C. FREUND:
•:S· CORDWELL: Poland and Russia·
volumen de esos cambios no era aún considerable; pero creció rápi· Un!10/ly Alliance. Russian-German Re-
<lamente en 1929-1930, gracias a los créditos concedidos por los Bancos · ,¡
y1e last quarter Century. Nueva York'
44 .-1. Prr.SUDZKI: L'année 1920'
arís, _1929.-M. WEYGAND (general),'
latrons from the treaty of Brest-Litovsk
to the treaty o/ Berlín. Londres, 1957.
a los industriales, garantizados por el Gobierno. ·
M,~mo1res. II. Mirages et· réalité Pa~ ~- GAlZ~E: Russo-german Collabora-
rr.~~ l 1957 (2." parte). • f/on durmg the Weimar Repub/"
Amer· H. 1c, en
En el comportamiento del Gobierno ruso respecto a Europa, la ca· , ccan rst. Revieus, abril 1958
,f:H\ págma.~.k56d5-97.-H. KULER: Die A us:
racterística más sorprendente fue la persistencia de las inquietudes que
la posibilidad de una coalición entre los estados capitalistas provocó,
o~re
Si
los demás vecinos de Rusia.
G_RANZ: Les re/ations entre /a Rou-
1
seapo 1 1 er Weimarer Republik 1918
~~me et l'U. R. S. S., 1918-1936. Pa-
1923.. GAschaffenburg • 1957 ·-A . 'THIM--
en Moscú. ME • ustave Stresemann. Eine politis-
A principios del año 1927, en el seno del Comité Ejecutivo del tls, ·1937.-E. SosoLEVITCH: Les Erars che Bfographie. Francfort, 1957.
líal~~ et la Russi~ sovietique, París.
partido, esa alarma se manifestaba sin cesar: se sospechaba que Gran
Sobre las relaciones entre Rusia Y
Bretaña dirigía una campaiia antisoviética; que quería estrangular a, " Estados Unidos.- F L ScH .
la U. R. S. S. por medio de un bloqueo; que, quizá, incluso preparaba American Policy towa~d Rus . uM:rn ·
e las relaciones germano-ru- 1917 N sza scnce
una guerra. Stalin desarrolló la misma tesis en otoño, ante el XV Con·. • ueva York, 1928.-XXX·
.1B-Ed. CARR: German soviet Re- Soi·etsko-amerikanskié otnochenia 1919-
greso del partido. ¿A qué se debían esas inquietudes? Casi no es po•. . ons berween the two world w 1933, Moscú, 1934. '
sible percibir en qué indicios auténticos se basaban. Pero no es dudoso ª~\~~ore, 1951.-G. CASTEU.AN: ªZ;
que incitaron a los medios oficiales rusos a moderar su política exte·
808 TOMO 11: L>.S CRISIS DEL SIGi.O XX.-OE 1914 A 1929

Sob·e las relaciones entre Rusia y Sobre la conferencia de Génova.-


Gr.i\n Bretaña.- Ang/o-sovetskie ot- .\dcmás de los documentos publicados CAPITULO XI
noci1enia, 1921·1927. Moscú, 1927.. ~ I·Or los gobiernos inglés, francés, ruso
P. y Z. CoATES: A history of Anglo- y alemán, véase, para un estudio ge- LA ZONA DANUBIANA Y BALCANICA
Sov1á RelaJíons, 1919-1949, Londres, n< ral, J. S. MILLS: The Genoa Con-
1954. fei ence. Londres, J925.-Para la cues-
tió l del petróleo, GLYN ROBERTS: The
Sobre las relaciones entre Rusia y 1TU. st powerful man in rhe world. Life
los es''.ados islámicos.- l. SPECTOR: o/ Sir Henry De1erdi11g, Nueva York,
The Soviet Union and the Muslim 19: 8, ofrece algunas indicaciones.
World, 1917-1918. Washington, 1958. En contacto con aquella Rusia, que a pesar del eclipse momentá-
neo de su política europea conservaba la base de su poderío; al alcan-
ce de aqtJella Alemania, cuya recuperación económica había sido tan
rápida, de ·1924 a 1929, la Europa danubiana y balcánica era una zona
de fragmentación política. En los Balcanes, donde el nuevo Estado
turco solo conservaba parte de Tracia y el pequeño Estado albanés, no
tenía más que 800.000 habitantes, Bulgaria, con 5.400.000 habitantes,
apenas estaba más poblada que Grecia, que en i922 tenía cirLo mi-
llones. En la región danubiana, mientras que Hungría se habfz, redu-
cido a 7.500.000 habitantes y la República de Austria contaba con algo
más de seis millones, la República checoslovaca dominaba pe ·a im-
portancia relativa de su población (13.600.000 habitantes en 192 i, aun-
que 3.800.000 no eran checos ni eslovacos, verdaderamente). "(¡_;gosla-
via (en 1920 tenía algo más de 12 millones de habitantes) y Rumania,
que era el Estado más poblado (17.400.000 habitantes), eran, tanto una
como otra, balcánicas y danubianas a la vez, por su situación geográ-
fica. El trazado de las nuevas fronteras había sobreexcitado ei i1acio-
nalismo y agravado las dificultades económicas en todas parte..
Aquella zona de fragmentación, esto es, de menor resistencia, po-
día ofrecer condiciones favorables para la expansión económica e in- :1
cluso política de los grandes Estados. Pero la Rusia soviética, en tal
momento, no estaba en condiciones de correr ningún riesgo; y Ale- 1
mania, mientras que se encontrara sometida a la inspección del desar-
me y al pago de las reparaciones, permanecería prudente. Gran Bretaña,
aunque observaba con atención a Grecia, a causa de sus intereses me-
r
¡
diterráneos, no pensaba asumir ninguna responsabilidad directa. De !
todas las grandes potencias, solo se mostraban activas, durante el pe-
ríodo de 1920 a 1930, Italia y Francia. Los intereses italianos en el
Adriático, en contacto con Yugoslavia, Albania y Grecia, eran inse-
parables de una acción política en los Balcanes; por lo que se refiere
al espacio danubiano, los intereses italianos habían quedado ampfüi-
mentc satisfechos con la desaparición de Austria-Hungría (1). Los inte-
reses franceses eran, sobre todo, políticos; la acción económica y finan-
ciera no significaba más que el medio para lograr esos fines. El objetivo
principal era, no solo cerrar el camino a una futura expansión alema-
na, sino también establecer alianzas en la retaguardia contra Alema-

( !) Véase pág. 766.


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