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VI: LA DIPLOMACIA BISMARCKIANA 407

se comprometían a consultarse, ya en caso de divergencias entre sus


CAPITULO VI estados respectivos, ya en la hipótesis de que la paz se viera amena-
zada par la agresión de una tercera potencia. El Emperador alemán
LA DIPLOMACIA BISMARCKIANA otorgó su adhesión a este acuerdo en un acta de fecha 22 de octubre
de 1873.
La interpretación ·de la política alemana, a primera vista, parece
simple. Por sus acuerdos con Austria-Hungría y Rusia, Bismarck creía
adoptar seguridades contra el cambio acontecido en el Gobierno fran-
Los antagonismos del sentimiento nacional y de los imperialismos cés el 24 de mayo de 1873: caída de Thiers y subida de MacMahon
coloniales forman el telón de fondo sobre el cual se dibujan las di- al poder (1). Esta explicación se ve, sin embargo, desmentida por el
ficultades políticas en Europa. Sin embargo, no debemos exagerar el examen de los documentos. Los preámbulos de la política bismarckia-
alcance de las crisis diplomáticas, pues ninguna de las grandes poten- na se remontan al verano de 1872, es decir, a la época en que Thiers
cias deseaba realmente Ja guerra. Pero todas creían que era posible acababa de manifestar su intención de pagar la indemnización de gue-
un conflicto general, y procuraban establecer una situación que pu- rra con mayor rapidez de la que estaba prevista en el tratado de Franc-
diese prevenir el conflicto, o bien, hacerle frente en condiciones fa- fort. El 8 y el 9 de septiembre de 1872 los tres Emperadores tuvJ.eron
vorables. En el centro de aquella actividad diplomática, Bismarck en Berlín los primeros cambios de impresiones que precedieron· a la
dominaba. Sabía aprovecharse de las diferencias de intereses para man- conciusión de los acuerdos de 1873. Y el acuerdo germano-ruso fue
tener la preponderancia continental <;onseguida por Alemania, pero firmado el 6 de mayo de 1873, cerca de tres semanas antes de la caída
también llegaron a preocuparle tales diferencias cuando la cuestión de Thiers. Así, pues, en el preciso momento en que Bismarck se de-
balcánica provocó entre Austria-Hungría y Rusia amenazas de con- claraba satisfecho de la política francesa y tranquilo por la leal ejecu-
flicto. ción del tratado de Francfort, se dedicaba a aislar a Francia. De he-
¿Cómo logró el Canciller del Imperio, hasta que abandonó el po- cho. aquel sistema de garantías diplomáticas era necesario en el ánimo
<ler en 1890, mantener alrededor de Alemania un sistema de alianzas del Canciller alemán, porque el éxito del empréstito de liberación del
y de acuerdos que confirmaba su preponderancia 7 La acción diplomá- territorio y el voto de la ley militar de junio de 1872 eran indicios de
tica no fue, en este caso, simple regateo: ten:fu como objetivo la cons- un restablecimiento rápido de Francia y también porque Alemania
trucción de un sistema cuya existencia dominase las preocupaciones iba a perder, en plazo breve, la seguridad que representaba para ella
de los gobiernos y de los pueblos. Por ello es necesario concederle es- la presencia en territorio francés de sus tropas de ocupación.
pecial atención; sin conocer, por lo menos en sus líneas esenciales, Bismarck esperaba que el juego de tales acuerdos le pusiera en
esta actividad diplomática, sería imposible comprender las inquietudes situación de controlar la política rusa y la austro-húngara; contaba
de que daban prueba, en todas partes, no sobmente los medios po- con poder mantener a los dos vecinos "en el mismo atalaje". Pero los
líticos, sino también Ja opinión pública. acuerdos silenciaban las cuestiones más delicadas, las que pudieran
En mayo y junio de 1873, el Canciller del Imperio alemán estable- enfrentar en los Balcanes 'los intereses de Rusia con los de Austria-
ció la primera form~ su sistema: la "Entente de los Tres Empera- Hungría. Los tres gobiernos, por lo detnás, obedecían a móviles dife-
dores". Esta alianza se Qasaba en dos textos. rentes. Alemania buscaba el apoyo de Rusia, a fin de desanimar toda
El primero era un co'nñnio-germano-ruso, firmado el 6 de mayo tentativa francesa de desquite. Rusia solo firmó el acuerdo con Ale-
de 1873. "Si uno de los Imperios fuese atacado por una potencia euro- mania para evitar una aproximación estrecha entre los dos imperios
pea, sería socorrido, en el más breve plazo posible, por medio de un centrales. Austria-Hungría únicamente veía en la entente de los tres
ejército de doscientos mil hombres de tropas efectivas" (1 ). Este con- Emperadores una concesión hecha a Bismarck con vistas al porvenir.
venio, que no era un tratado en forma y que solo llevaba la firma de El sistema era, pues, precario. Bismarck no tardó en percibirlo: la co:-
Jos soberanos, se concluyó sin límite de duración; pero podía ser de- ta crisis que estalló en las relaciones franco-alemánas (2) en la pn-
nunciado con el previo aviso de dos años; tenía el carácter de alianza mavera de 1875 puso a prueba el acuerdo germano-ruso, y la prueba
defensiva. El segundo texto fue un convenio austro-ruso, firmado el resultó desalentadora para la política del Canciller.
6 de junio de 1873. No era un tratado de alianza, sino solo un acuerdo
personal entre el emperador Francisco José y el zar Alejandro. que * * *
(ll Véase anteriormente, pág. 371
( 1) El texto original del convenio está en lengua frances:i. (2) Véase anteriormente, pág. 372
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1UMO 11: EL SIGLO XIX.-DE 1871 A 1914
VI; LA Dll'LOMAC!.\ lltSMARCKIANA 409-
El acuerdo de los tres Emperadores, quebrantado ya por ei alerta
, . . ue udiera parecer dirigido contra Francia
de 1875, no podía sobrevivir a la crisis balcánica de 1877-78; a finales no quena fmnar un te.~to_ q'k pasó r alto las instrucciones formal:s
de 1878 el sistema que Bismarck había establecido en 1873 se derrum- y contra Inglaterra), Blsma~c p, ¡:f
texto en el que Rusia aparecia El
bó. Pero el Canciller iba a reconstruirlo, casi en seguida, sobre bases del En;p:rador. Ante. la re. acc1on I ese i~di 'IlÓ. "Me es imposible ra- empera
nuevas. Puesto que se veía obiigado a escoger entre Rusia y Austria-
' como umco adversario, G~H,llermo .. c~nvicciones contra mi ca- dor
ti_ficar este tratado; el!~).. ~'.~ co 7~~o ~~s ratificarlo, p~es Bismarck. le
1
1
.
Hungría, optó, en 1879, sin dudar por esta última. No obstante. con-
estaba
siguió en 1881 volver a establecer un lazo con Rusia, al mismo tiempo rae ter, ~ontra mi. hon.~1 .. , ~r;dos sus mini~tros. El Emperador se sm- siendo
que se aseguraba en 1882, por la alianza con Italia, un medio de amenazo con"ros
la d1m1s1on
contener a Francia. Alianza austro-alemana, tratado de los tres Em- ., l1enºdo.
t10 . L que, me debtl.
.
o ..igan a tomar esta decisión se harán res- obligado
ponsables de, el~o a~la l~~~b~.I tratado de alinnza-·aizstro-alemán se halla-
peradores, Triple Alianza, estas eran las piezas del nuevo sistema a
bismarckíano.
El 7 d~ octu. re e , ' otencias fuera atac;:ada por Rusza, am- tomar
El Gobierno austro-húngaro deseaba desde 1871 la alianza con Ale- ba concluido: s1 t:na d-= las do~ \. . contra aquella \en caso de ataque esa
mani_a (1). Adoptando esta solución a principios de 1879 Bismarck bas potencias unírwn todas suls ue1 za~ n ·rían una neutralidad benévola. decisión
daba evidentemente a su política una orientación antzrrusa que no res- por parte de otro, estado,. so º¡. seb· PI r I. e todo el peso de su autoridad .
B' k echo pues nn· ,1 danza ' 'A t
pondía a sus planes generales. ¿Por qué se decidió a hacerlo entonces?
I~marc l ~ 'd~r la alianza austro-alemana ding.i4a c:;o~ ra
Temía ver a Austria-Hungría, si permaneciera aislada, procurarse una para Impone~· a _.-mpera b- d , d la idea que en 1873 fuera la ms-
alianza con Francia o incluso resolverse a buscar, sin Alemama, un Rusia. Parcc1a as1 !1~ber ~ an o~1c1 o el 14 de septiembre-en el . mo-
acuerdo con Rusia. A partir de junio de 1879, ya había declarado al piración de su poht1ca. Sm cm. argo, au·stro -iJemanas alcanzaban su
embajador de Francia: "La intimidad con Austria-Hungría será. cada . 1 que las neuoc1ac10nes -, . l
mento mismo e1 . , º . , al emba·ador alemán en Viena e
vez más, la base de la política alemana." El incidente que surgió en punto crítico-111d1co en ~n~ c~.rta l día en )que se diese cuenta de ·ta
agosto de 1879-una carta dirigida a Guillermo I por el Zar quejándose sentido .de su nuevo. plan. tusiaA~stri~-Hungría v Alemania, se sen-
en términos muy vivos de la actitud de Bismarck (2) y haci..:ndo
alusión a las "consecuencias muy graves" que podrían resultar de
existenc1a de una alianza en rt '.
tiría peligrosamente aislada, e a m1/sm
a pediría el, restablecimiento dei
Alemania se prestaría a ello.
ello-no fue más que una ocasión para que el Canciller tomase una . · d, lvs tres Em¡1erac ores Y ,
antiguo sistema e . clusíón del tratado austro-a 1eman
iniciativa en la que estaba pensando desde hacía varios meses. El 27 de En el espíntu del Canciller la ~~:1 de r .. sionar al Gobierno del .Zar f
agosto de 1879 propuso a Andrassy la conclusión de una alianza de- debía ser, en conse~uc?c1ab, ur; ·m~k{~na {¡1~ duda, el ·Imperio ruso no
fensiva.
para atraerle a la orb1ta ismar
, 1
.
ontrar "'Il este nuevo acu
erdo de los tr"S Emoera- 1
Al principio, todo fue bien. Sin embargo, comenzaron las dificul- v •

tades cuando se trató de definir contra quién se llevaría a cabo la


podna vo ver a ene ' . a no sería la pieza e1ave
dores la situación que ~1ab1a tkenl1dob_en 'Ontr~ído "Ompromisos ;especto
,V •
1873 1
alianza. Alianza general, decía Bismarck. Ahora bien, Andrassy no
aceptaba comprometerse a apoyar a Alemania en caso de que se viera
d l ·t
e sis ema,
porque füsmarc , 1a Ia e
, .
... .
omo tales compromisos eran so1o
a Austna-Hungna. Sir: e~barg~,ta~aba a Austria-Hungría, contar con
rl
atacada por Francia. Lo que quería era un acuerdo solo contra Rusía. defensivos, Ru~1a podna, s1 no ·~t L rincipal era actuar de manera
Bismarck consintió en ello; pero tropezó con la resistencia del em pe- la actitud benevola de Alemama. o ¡\
cia Para hacer olvidar al Zar
rador Guillermo 1, convencido de que Austria-Hungría no podía haber que apreciara y desea~e .aquellfo~e~~~~t~~imicntos balcánicos, bastaría,
olvidado la guerra de 1866 y transformarse en una aliada sincera, y el rencor que le pro ~1¡~ron r . d 1 aislamiento. Tal fue la idea
deseoso también de no ofender a Rusia, en la que, según él, no per- sín duda, hacerle perc1~1r lo~ pe '1gr~s, a econsíderar el caso de que no
cibía "designios hostiles" contra Alemania. "No os autorizo a llevar de la mamobra. Pero t~mb1en se dcb;ecauciones contra la hostilidad
a cabo un convenio o una alianza con Austria-Hungría", escribe el tuviera éxito esta acc1on y to;n~r bI? o ruso el día en que conociera
Emperador a Bismarck el 10 de septiembre. Ante una amenaza de que tal vez pudiera mamfestar e o iern
dimisión de su Canciller, Guillermo I se resignó, sin embargo, a dar . · d la alianza austro-alemana. .
la ex1stenc1a e . .. • , 1 bl objetivo tendía el corto ep1so-
su autorización, pero a condición de que Rusia no fuese especialmente Con toda veros1mi~1tud, a ese e~ e . • de septiembre-dos días
nombrada en el tratado. Como Andrassy no aceptó la condición (pues dio de una conversac:on anglo-al:mb1;.~d~) ~r~ Viena· su deseo de reem-
después de haber mdicado aRsu .cm B' Js narck encargó a su embajador
· · ~s con us1a- 1 1 d
(1) Véase anteriormente, pág. 358. prender negoc1ac1on-= . . de Gran Bretaña en caso e
~ "Uase las 111tenc1oncs -
(2)
canicos. En las cuestiones de delimitacíón de las fronteras ontre los Estados h:d· en Londres que av-=no , . ondió ue ,, 11 semejante caso, Jn-
Guillermo I era el emperador de Inglaterra, el conflicto germano-r~so. D1srda.eh ri;~~ " con~Iuir una alianza con Ale:-
V

decia que debido a la guerra pasada no creia alaterra


o estaría totalmente !Spues a ,_
que fuera una aliada sincera. Esa aliaza no fue
realizada debido a Guillermo I. i
1.
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mania contra Rusia. En cuanto a IFrancia, el Gobierno inglés se encar- para anexionarse, en un futuro indeterminado, la Bosnia y Herzegovina,
garía de vigilarla y la obligaría a mantenerse aparte, caso _de que qui- sobre la cual tenía desde 1878 el derecho de administración; Rusia, a
siera intervenir en el conflicto. Bismarck pareció decepcionado: ¿ Vigi- cambio, podría unir la Rumelia a Bulgaria. El tratado, acordado por
lar a Francia? ¿Nada más? Dio órdenes a su embajador de no pro- tres años, era secreto.
seguir las conversaciones. Lanzando esa sonda, ¿había pensado real- ¿Qué alcance tenía para cada uno de los tres Estados? Alemania
mente en procurarse el apoyo de Gran Bretaña en caso de ruptura con obtenía la promesa de la neutralidad rusa en caso de guerra franco-
Rusia 1 Probablemente otros habían sido sus pl;_.-,1es; el paso que diera alemana y Rusia recibía la seguridad de que los dos Imperios centrales
en Londres, pensaba, no quedaría ignorado de los rusos y despertaría no intervendrían en un conflicto anglo-ruso. Para ambas, estas eran
su inquietud. Así, pues, podía vanagloriarse de haberlo conseguido, garantías importantes. -Austria-Hungría, en cambio, no hallaba moti-
pues el 29 de septiembre el diplomático ruso Saburof llegó a Berlín y vos para sentirse satisfecha, pues el tratado de los tres emperadores,
solicitó una entrevista. "Ya sabía yo que volvérfa a nosotros el ruso aunque no atentase contra la alianza efectiva de 1879, obligaba al go-
tan pronto como nos aliáramos con el austríaco", señalaba el Canciller. bierno austro-húngaro a respetar los intereses rusos en los Balcanes
Desde que recibió sus insinuaciones, ya no concedió interés alguno a y, por consiguiente, a limitar el provecho que pensaba sacar de esta
mantener el contacto con Gran Bretaña. alianza. Esto era precisamente lo que quería Bismarck: por el tratado
Las negociaciones germano-rusas se in,iciaron en seguida. Bismarck de los tres Emperadores podía "frenar la política balcánica de su al~do
se declaró dispuesto-por descontado, sin renunciar al acuerdo austro- austro-húngaro, ser el árbitro de las diferencias entre Austria-Hungría
alemán-a restablecer el acuerdo de los tres Emperadores. El Zar acep- y Rusia y mantener a &us dos vecinas en el mismo atalaje".
tó esa contingencia. pues esperaba, al asociarse de nuevo al sistema La política alemana, sin embargo, !)O se contentó con este éxito.
bismarckiano, poder conseguir,· al menos, la neutralidad de Alemania A la alianza con Austria-Hungría, al acuerdo con Rusia, añadió en 1882
y de Austria-Hungría en caso de ,conflicto anglo-ruso. La actitud de la alianza con Italia. '
Austria-Hungría era lo que más obstaculizaba las negociaciones. Pues- ¿Tenemos que sorprendernos de que el Gobierno italiano deseara
to que había obtenido la alianza del Imperio alemán, no podía desear entrar en el sistema bismarckiano? Italia era débil, necesitaba encon-
el restablecimiento de un sistema que siempre había considerado como trar apoyos exteriores para hacer el papel de gran potencia. Su Go-
lo peor que pudiera haberle sucedido: ¿qué interés tendría en nego- bierno ya había pensado en 1873 en una aproximación hacia Alemania.
ciar con Rusia y en limitar, por consiguiente, su libertad de acción en La decepción sufrida en 1881 en los asuntos tunecinos no sirvió más
los Balcanes? Pero en vano Haymerlé, sucesor de Andrassy, acumulaba que para confirmarla en sus deseos. Pero después de la alianza austro-
reparos y prolongaba las conversaciones. Bismarck acabó por poner al alemana el Gobierno italiano no esperaba conseguir un acuerdo con el
Gobierno austro-húngaro entre la espada y la· pared: "Si Austria-Hun- Imperio alemán sin entrar en negociaciones también con Austria-Hun-
1 gría--dijo-rehúsa l~ tratado con Rusia, lo hará por su cuenta y gría, que continuaba poseyendo territorios cuya población era italiana.
1 riesgo." La amenaza de- ver comprometida la suerte de la alianza aus- ¿Debía sacrificar los sentimientos en aras de los intereses? El rey y
tro-alemana .bastó para ~-Hafiñerlé se decidiese a transigir. sus ministros estaban convencidos de ello. Del mismo modo, el acer-
El 18 de junio de 1881, el nuevo tratado de los tres Emperadores camiento hacia Austria-Hungría podía tener, desde cierto punto de
estaba concluido. ¿Alianza? No; no era más que un awerdo. Los tres vista, resultados favorables para la situación interior del reino. ¿No
Ningun Estados no se prometían ningún apoyo armado, sino solamente "una se corría el riesgo con el conflicto prolongado entre el Estado italiano
pais iba a neutralidad benévola en caso de que una de las altas partes contra-
y la Santa Sede de que el Papa abandonase Roma. declarando que ya
meterse en tantes se encontrara en guerra con una cuarta potencia". En caso de no era libre y provocando así una sacudida temible en la opinión ita-
los guerra franco-alemana; Rush se comprometía a permanecer neutral. liana? Ahora bien, antes de tomar tal decisión el Soberano Pontífice
conflictos aun cuando fuese Alemania la que tomase la iniciativa del ataque. A su querría evidentemente obtener la aprobación de la única gran potencia
de otros. vez, Alemania y Austria-Hungría permanecerían neutrales en caso de cuya dinastía era católica: Austria-Hungría. Convertirse en aliado de
guerra anglo~rusa, aun cuando esta guerra fuera provocada por Rusia. la doble monarquía era, pues, para el Gobierno italiano precaverse con-
Pero para _que tal acuerdo fuese duradero, importaba evidentemente tra aquella contingencia..
que no surgieran nuevas dificultades en ]_os Balcanes. Así. pues, las
Pero ¿qué interés tendrían las potencias centrales en aceptar una
tres potencias se comprometían a "tener en cuenta sus respectivos
alianza con Italia 1
intereses en los Balcanes" y a no aceptar, sino de común acuerdo, una
El Gobierno austro-húngaro no podía olvidar los acontecimientos
posible modificación del estatuto territorial del Imperio otomano. Me-
de 1866: sentía hacia Italia tanto rencor como desdén. Pero d~seaba
diante un protocolo separado, Austria-Hungría obtuvo la autorización
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calmar la propaganda irredeni:ista para no tener que hacer frente, en irredeiltzsta y, por consígui"ente, te~ía que_ abandonar a su su~rte todo
caso de conflicto europeo, a dos enemigos: Rusia e Italia. d tiempo qu.; durase la alianza a 10s. italianos 9ue permanecian co1'.1o
El Gobierno alemán solo desprecio abrigaba por Italia. "Los italia- súbditos de Austria-Hungría. Alemania con.segu1a ,el apoyo de un ah~­
nos--dijo Bismarck en marzc> de 1880 a Busch-se parecen a esos do en caso de guerra provocada por Francia. h1p~tes1s c~ue. no ~r,eve1a
cuervos que se nutren de carroña y esperan alrededor de los campos el tratado austro-alemán de 1879. Ad<!mas, consolidaba 1~ s1tuac10n de
de batalla que les dejen alg(J para comer." Desconfiaba tambíén del su compañero austro-húngaro: "Itaiia .'! Austna-Hungna ~o pueden
rég~men político del reino, Ln régimen parlamentario incapaz, según
ser otra cosa que aliados o enemigos , pensaba Blsmarck. Aust_na-
creia, de asegurar el secreto de una negociación. p_ero Italia podía Hungría, por último, ya no tenía que temer en el caso de q~e estuviera
transformarse en una aliada contra Francia. En caso de conflicto fran- en guerra con Rusia el ser golpeada por la espalda por Ital!~, que, por
co-alemán, Alemania no contaría con el apoyo armado de Awltría- el artículo 4.º del tratado, prometía expresamente su neutralidad llega-
Hungría o de Rusia. Ahora bien: la intervención italiana obligaría a da la ocasión. .
Francia a establecer un frente defensivo en los Alpes y debilitaría, por Bísmarck se sentía satisfecho. Tras haber termia q~e estar ?le~ta,
consiguiente, la capacidad de resistencia del ejército francés en la nerviosamente, en 1879. ahora se encontraba más tranquilo. La maqui~~
frontera alemana. No obstante, el objetivo inmediato era, sobre todo estaba tan bien montada, decía, "q~~--.!l.1archa completamente sol'l .
aliviar a Austria-Hungría de las preocupaciones que le producía eÍ Pero no iban a tardar en reaparecci 1as dific~ades.
irredentismo italiano. \
El tratado del 20 de mayo de 1882 fundó .Ja Triple Alianza. Fijó el ~' * *
estado de las relaciones entre Italia y las potencias centrales, mientras
Si Italia que las relaciones austro-alemanas conservaron como base el tratado En el invierno de 1886-87, el sistema bismarckiano se encontró de
entraba d~ 1879. Acordado e;n su origen por cinco años. iba a durar, prolon· nuevo amenazado a la vez por la crisis de las relacione.s_ fran,co-alema-
en gandose una y otra vez, hasta, m?Yº de 1915. nas y por Ja tensión austro-ru~a resultant~ de la_ cuest10n bulg~ra (l)~
guerra La cláusula esencial del tratado es el artículo 2.º: "En el caso de En el momento en que el Gobierno frances .. temiendo la amenaza ale
el que Italia, sin provocación directa por su parte, se viera atacada por mana, trataba de tornar contacto con Rusia, el ac~erdo de los tres
gobierno Francia, por cualquier motivo que sea, las otras dos partes contratan- Emperadores solo existía no1'.1in.almc~te; las dec~p~10nes d~l. ~ar po-
tes estarán obligadas a prestar socorros v asistencia a la p:trte atacad;.i. dían incitarle a acoger estas msrnuac1ones frances~s. La pos1.b1hdad de
Esta misma obl!gación incumbirá a Italia en el caso de una agresión, ese acercamiento, de una alianza tal vez entre Rusia y F;a.ncia. preocu-
austro-h paba a Bismarck. En un discurso al Rei~chsta:g a proposito de la vo-
ungaro no provocada directamente, de. Francia contra Alemania." Pero mien-
tras que los compromisos acordados entre Italia y Alemania se esta- tación de Ja nueva ley militar hizo alus1on a la guerra. en dos fre;z~es
se veia
blecían sobre la base de la reciprocidad, no sucedía lo mismo entre que podría verse obligada Alemania ~ sostener. Paraltzar la pollt1ca
obligado
Itaj_ia y Austria-Hungría: aun~ue el ~obierno austro-húngaro se viera francesa y la política rusa; .evitar,. sin embargo. el_ p;ovocar en~re
a ob1igado a prestar su asistencia a Itaha en caso de ataque francés, el Alemania y Rusia un antago111srno directo, que ~o de¡ana de ~~pu¡ar
prestar Gobierno italiano no prometía nada semejante en el caso de que Rusia al Zar a la alianza con Francia; para ello, terna qu~ tra:iqmhzar al
asistenci atacara a Austria-Hungría (1). Gobierno ruso al mismo tiempo que le mostrase_ a que peligros se ex-
as, pero El tratado de la Triple Alianza, cuyos términos eran secretos, tenía, pondría con una política aventurada. En los primeros mes~s de 1887
Italia pues, en aquella fecha únicamente el carácter de una alianza de{ ensiva. el Canciller alemán realizó este plan. Para con~ener a F:ancia y a Ru-
no. ¿Qué ventajas aseguraba a cada uno de los tres estados? Italia había sia, aceptó, con ocasión de la renovación de la fnple Altanza, ~ontraer
conseguido que Alemania y Austria-Hungría la protegiesen contra un nuevos compromisos respecto a Italia y atraer ~ Gran B;etana a su
ataq~e por par~e de Francia; además, ya no tenía que temer que el sistema diplomático. Pero inmediatamente celebro con Rusia. un a7uer-
Gobierno de Viena prestase al Papa su apoyo en la cuestión romana. do secreto. el tratado de reasegZ1ro. Ello fue un éxito del virtuosismo
En cambío, daba la seguridad de un apoyo armado a Alemania, pero diplomático bismarckiano. ¿Cómo lo obtuvo? .
no a Austria-Hungría. Aunque demandante, había conseguido, pues, El primer tratado de la Triple Alianza expiraba en mayo ~e. ,1887.
grandes ventajas. Pero se veía obligada a renunciar a la propaganda El Gobierno italiano estaba dispuesto a renovarlo. pero a co~d1c10n d,e
obtener garantías suplementarias. Temía ver a i::ranc1a. ~uena de T5u-
(]) El artíc~lo 3.0 prevda, sin embargo, que Italia debería asegurar un apoyo nez, extender la mano hacia Tripolitania; quena tambien que se le
armado a Austna-Hungría, si esta fuera atacada por Rusia y Francia· pero esta
intervención francesa. no es posible, de hecho, más que en el marco de 'una guerra
en la que participaría Alemania, caso previsto en el artículo 2.º. (1) Véanse anteriormente, págs. 377 y 389.
TOMO ll: EL SIGLG XIX.-03 :S7J A ;9¡4 Vl; LA D!!'LOMAC!A Bl:<IMARCICIANA 415
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reconociera el derecho de obtener algunas ventaj:_s en los Balcanes en la cuestión de Egipto (l) y se inquietaba tambien con la política zaris-
el caso, siempre posible, de que el antagonismo austro-ruso se viera ta, pues un ·dominio de los rusos en Bulgaria comprometería la segu-
solventado por un compromiso y por un reparto de zonas de influencia. ridad de los Estrechos. Ahora bien, la cuestión de Irlanda pesaba como
Ni Alemania ni Austria-Hungría tuvieron al principio la intención de una grave amenaza sobre su situación política interior, amenaza a la
aceptar estas reivindicaciones, pero a fines de 1886, como las dificul- que el primer ministro hada frecuentes alusiones en su corresponden-
tades balcánicas y la tensión franco-alemana habían hecho valer más el cia. privada. As~, pues, ~alisbury creyó que no podía emprender en
apoyo itaiiano, los dos Imperios centrales consintieron en entablar Oriente una accz6n efectiva, es decir, naval o militar; únicamente ca-
negociaciones sobre estas bases. Negociaciones difíciles: Austria-Hun- bía pensar en defender por medios diplomáticos los intereses británi-
gría no quería prometer un apoyo armado a propósito de la cuestión cos. Así que no tenía más remedio, para conseguir la reciprocidad,
de Tripolitania; cierto es que aceptaba reconocer a Italia una parte que prestar apoyo a Austria-Hu;,:igría en las cuestiones balcánicas y a
de influencia en los Balcanes, pero a condición de obtener la promesa Italia en las mediterráneas.
Las negociaciones anglo-italianas fueron vigiladas estrechamente
de una asistencia armada por parte de su aliado en caso de guerra por e.l Canciller, que intervino varias veces para conciliar opiniones.
austro-rusa. Ahora bien. Bismarck, si admitía la posición del Gobierno Termmó el 12 de febrero de 1887 con un acuerdo secreto anglo-italiano
austro-húngaro sobre el primer punto, no la aprobaba en el segundo; que, para evitar la ratüicación parlamentaria, tomó la forma de i111n
no deseaba que Italia diera una promesa que podría volver a Austria- cam?io de cartas. Este acuerdo indicaba la voluntad de las dos po-
Hungría más intransigente respecto a Rusia y haría aumentar de este tencias de mantener el statu quo en el Mediterráneo y al mismo tiem-
modo la posibilidad de una guerra austro-rusa que Alemania tenía in- po en el mar Adriático, en el Egeo y en el mar Negro, o, si no fuera
terés en evitar. El Gobierno de Viena acabó por ceder a la presión posible mantenerlo, ponerse de acuerdo sobre las modificaciones que
alemana. El tratado de la Triple Alianza, renovado por cinco años, fue deberían hacerse. Igualmente se preveía que "Italia preste a Ingla-
completado así solamente mediante dos convenios anexos, uno entre terra un apoyo completo én la cuestión de Egipto", y que, recíproca-
Alemania e Italia resoecto a las cuestiones mcditerníneas v el otro mente, Gran Bretaña "apoye la acción de Italia en Africa del Norte.
entre Austria-Hungría· e Italia referente a las cuestiones baldnicas. principalmente en Tripolitania y en Cirenaica, en caso de invasión
El arreglo mediterráneo preveía que si Italia. "a consecuencia de P.ºr una tercera potencia:•. es decir, por Francia. Pero el alcance prác-
una extensión de la influencia francesa en Tripolitania, atacaba a Fran- tico de estos compromisos permanecía impreciso. El texto italiano
cia en Europa", Alemania la sostendría con las armas. En tal caso, decía: "Italia e Inglaterra se comprometen a un mutuo apoyo en el
decía Bismarck en sus conversaciones, Italia podría tomarle a Francia Mediterráneo en todas las diferencias que surjan entre una de ellas
Niza y Córcega. \ y una tercera potencia"; en el espíritu de los italianos, apoyo mutuo
El arreglo balcánico estiphlaba que, si el mantenimiento del statu significa apoyo armado. Ahora bien, el texto inglés se limitaba a decir
qua en los Balcanes fuera im'pbsible -y si Austria-Hungría se viera que el "carácter de esta cooperación debería ser decidido cuando se
obligada a proceder a una ocupación del territorio, permanente o in- presentara la ocasión y según las circunstancias de la cuestión".
cluso temporal. Italia tendría derecho a una compensación. Salisbury ha eludido, pues, toda promesa precisa. De ello se alabó
Así, pues, el carácter ele la Triple Alianza se vio modificado: el ante la reina Victoria: "Los términos de esta nota-escribe-han sido
tratado defensivo en sus orígenes había tomado un matiz ofensivo, ya calculados para dejar al gobierno inglés el cuidado de juzgar si ha lugar
que consideraba el caso de que Italia atacase a Francia en Europa. o no para prestarle a Italia una cooperación material." No es menos
Pero en el momento en que se comprometía a sostener a Italia con verdad que el Gobierno británico, al mismo tiempo que se reservaba el
las armas en la cuestión de Tripolitania, ya había actuado Bismarck medio de interpretar a su manera sus compromisos, aceptaba una co-
para procurar que se le aligerasen las cargas nuevas que aceptaba. laboración diplomática con uno de los miembros de la Triple Alianza.
Desde diciembre de 1886 hizo presión sobre el Gobierno italiano para Esta colaboración se acentuó cuando el 24 de marzo de 1887 Aus-
que llevase a término un tratado con Gran Bretaña sobre las cuestio- tria-Hungría otorgó su adhesión al acuerdo anglo-italiano. España, a
nes mediterráneas. y algunos días más tarde hizo aconsejar a la reina su vez, entró en la combinación: el 4 de mayo celebró un acuerdo con
Victoria que se aproximase a Austria-Hungría y a Italia. De este modo Italia para mantener el statu quo en el Mediterráneo y prometió no
esperaba asociar indirectamente a Gran Bretaña a su sistema. ¿Por prestar a Francia, en ningún caso, un apoyo que pudiera molestar di-
qué aceptó el Gobierno británico (que era desde 1886 un Gabinete con- recta o indirectamente a Italia, a Austria-Hungría o a Alemania.
servador presidido por Salisbury) negociar con Italia? Inglaterra en
aquel momento tenía serias dificultades con Francia a propósito de (1) Véanse anteriormente, págs. 396 y 397.
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416 TOMO 11: EL SIGLO XIX.-DE 1871 A 1914 VI: LA DIPLOMACIA U!SMAHCKl.\N.\

Alemania no otorgó su firma a estos acuerdos mediterráneos ¡xlr- pero si esta gran potencia fuese Austria-Hungría o Francia no se pro-
que Bismarck no quería tomar la res¡xlnsabilidad de asociarse ni si- metía neutralidad, sino en caso de que no se tratase de una guer:a de
quiera en secreto-pues, ¿sería bien guardado el secreto7-a una agresión. Por consiguiente, Rusia, si Alemania atacase a Fr~nc'.a se
actividad dirigida ~ontra Rusia. Pero fue el Canciller quien dirigió vería desligada de todo compromíso. Por otra parte, .Alemama re~o­
todo el juego con la esperanza de paralizar la ¡xllítica francesa y la nocía "la legitimidad de la influencia rusa" en Bulgana, comprendida
rusa. En Tri¡xllitan; a el a¡xlyo diplomático de Inglaterra a Italia debía la Rumelia. Prometía, también, su apoyo diplomático a Rusia, en el
bastar para protege:· los intereses italianos y ahorrar a Bismarclc, por caso de que esta "se viera en la necesidad de defender P?r sí misma
consiguiente, la pre1 ·cupación de llevar a la práctica la promesa hecha la entrada del mar Negro", es decir, de ocupar preventivamente el
a Italia. Asimismo, l 1 protección de los intereses balcánicos de Austria- Bósforo, si una escuadra inglesa intentara forzar el paso. ¿Qué valor
Hungrfa quedaría a. egurada, en parte, por Gran Bretaña e Italia: tenían estas promesas? Rusia podía atribuirles alguna importancia,
Rusia se vería obliga• la, pues, a ser prudente, sin wder acusar de ma- porque ignoraba los acuerdos mediterráneos. Pero Bismarck sabía que
levolencia a Bismarck toda acción rusa tropezaría con la resistencia combinada de Inglaterra,
Los deseos del Cai ciller seguían siendo, incluso en el momento en Austria-Hungría e Italia. ,,~
que tomaba aquellas ir1 iciativas contra Rusia, los de mantener con ella En aquel momento, el $ist~ma bisnza~ckiano se e?contraba en .su
relaciones correctas, si no cordiales, para evitar una nueva orientación apogeo. Alemania tenía un tratado i.l~ alianza defe:is1va con Austria-
de la política del Zar e.1 las relaciones franco-rusas. Puesto que no era Hungría, desde 1879; y otro de alianza con Rumania (l), desde 1883:
¡xlsible renovar el tratado de los tres Emperadores, al menos impor- ambos estaban dirigidos contra Rusia. Poseía, en el caso en que se
taba tranquilizar al Goblerno ruso y mantener un acuerdo con él. Pero viera atacada con Francia, una promesq de apoyo armado de Italia Y
¿cómo conseguirlo a menos de dar a Rusia la esperanza de algunas una promesa de neutralidad de Rusia. Por último, Gran Bretaña, sin
satisfacciones en la política balcánica? Bismarck no se detuvo ante haber formado ningún acuerdo con ella, se hallaba, por los "acuerdos
ese obstáculo; se mostró dispuesto a hacer, en secreto, promesas, mediterráneos" asociada indirectamente a los objetivos de la política
dando por descontado, al mismo tiem¡xl, que Rusia no podría sacar l
bismarckiana. Qué quería el Canciller? Aislar a Francia y neutrali-
partido de ellas porque tropezaría con las tres potencias, firmantes zar a Rusia. En el primer punto, obtuvo un éxito completo: el Gobier-
de los acuerdos mediterráneos. no francés si no conocía el contenido de los acuerdos mediterráneos,
La negociación ofrecida ¡xlr Bismarck tropezó, sin embargo, con se- tenía bue~os motivos para sospechar su existencia; estaba vigilado
rias dificultades, a causa de las diferentes opiniones que rodeaban al estrechamente por Salisbury, que consideraba a Francia como "una
Zar. Luchaban dos influencias: la del canciller Giers, sucesor de vecina insoportable"; se daba cuenta de la exist~.ncía de un~ creciente
Gort~h~kov, que solo d~sp_recio sentía hacia Francia y que deseaba, por hostilidad en Italia, desde que Crespt. convertido en presidente del
cons1gwente, el mantemm1ento de un acuerdo con Alemania; y la de Consejo, rompió las relaciones comerciales y comenzó una ?~erra adi~a­
Ké\.tkof, escritor político y gran periodista, partidario de la alianza nera que duraría diez años. Pero en el segundo punto, el ex1to de Bts-
francesa. Alejandro III vacilaba. En la primavera de 1887 cuando so- marck fue mucho más precario. Cierto que había obtenido la promesa
bre~no la tensión franco-al~mana, declaró: "No permiti~é que Ale- de neutralidai.l rusa, en la hipótesis-muy poco verosímil-de que
mania trastorne a Europa; s1 fuera atacada Francia y se sintiera desfa- Francia atacase a Alemania. Sin embago, dudaba del valor de este
llecer, Rusia se echaría en la balanza." Pero permitió que en el diario compromiso: creía que, en una guerra franco-alemana, Rusi~ ?º tar-
oficioso del Gobierno, el Nord, se dijese que no se tendía a una alianza daría en intervenir, si Francia llevase las de perder. En su ammo. la
franco-rusa. única ventaja efectiva que aseguraba a Alemania. el tratado de re.ase-
Sin duda, pensó que sena imprudente hacer a Francia, por adelan- guro, era evitar la conclusión de un pacto de a[1QJ1za entre .~rancia y
tado, promesas de a¡xlyo. Solo a finales de marzo de 1887 se puso fin Rusia: mientras el Gobierno ruso conservase un lazo de umon con el
al debate, cuando Katkof cayó en desgracia, por haber cometido la Imperio alemán, no sentiría la necesidad de contraer compromisos
imprudencia de hacer público, en un artículo periodístico, el contenido precisos con Francia; y el Gobiern~ francés, pu;sto que no podría
del tratado de los tres Emperadores. En seguida fue autorizado Giers contar, con el apoyo armado de Rusta, no pensana en una guerra de
por el soberano a llevar a término las negociaciones con Alemania. desquite. Pero ¿a qué preci? se . ?btuvieron eso~ resultad~s? Para
El 18 de junio de 1887, se firmó el tratado secreto germano-ruso que dar a Rusia una aparente sat1sfacc1on en las cuestiones balc~mcas, e~
.Bismarck llamaba trat9do de reaseguro. ' Canciller tuvo que contraer compromisos difícilmente concihables, s1
Alemania y Rusia se prometían, mutuamente, mantener la neutra-
lidad, si una de ellas se encuentra en guerra con otra gran ¡xltencia; (l) Véase anteriormente. p;íg. 388.
VI: LA DIPLOMACIA BISMARCKIANA.-BIBLIOGRAFJA 419
418 TOMO ll: EL SIGLO XJX.-DE 1871 A 19[4
Al empezar el año 1890, la política bismarckiana, tras un período de
no con la letra, por lo menos con el espíritu del tratado de alianza vacilaciones, quedó orientada en la misma dirección que en 1887. Sin
austro-alemán y de los acuerdos mediterráneos. Ciertamente, tales embargo, dicha política era cada vez más frágil. Bismarck, a pesar de
compromisos eran secretos, y el mantenimiento de ese secreto cons- toda su maestría, de toda su incomparable destreza, no cesó de expe-
tituía la condición misma de la duración dei sistema. ¿Qué sucedería, rimentar mayor dificultad en hacer marchar la máquina, cuyo meca-
no obstante, el día en que los acontecimientos balcánicos obligasen a nismo había llegado a ser demasiado complicado. Aunque todavía
Alemania a tomar partido 7 Para vencer las dificultades futuras, Bis- consiguiera, mediante sus maniobras diplomáticas, reparar las grietas
marck contaba con su habilidad, su prestigio personal y la timidez de del edificio, no hacía más que retrasar la crisis de su sistema.
los otros gobiernos.
Los hechos. d~smentirían aquel optimismo. Cuando, en agosto de
1887! e_l advennmen~o de Fernando de Sajonia-Coburgo en Bulgaria BIBLIOGRAFIA
reamm~ el antago_msmo austro~ruso (1 ), Bismarck, aunque hubier<i.
l:ntre las numerosas obras que han es- 1896, Stuttgart, 1936.-·G. SALVEMJNI:
reconocido la legztzmzdad de la rnfluencia msa ·en Bulgaria, llevó una La política estera di Francesco Crispí,
tudiado el "sistema birmarckiano" en
ayuda· a la política austro-húngara: publicación, el 3 de febrero de 1888, general; las más importantes son: A. Roma, 1939.
del te_xto del tratado de alianza austro-alemán; demanda de créditos, RACHFAIIL: Deutsch/and und die Welt-
con vistas a un nuevo aumento de los efectivos del ejército, que debía politik. Die Bismarcksche Aera, Stut- El trab.do de los Tres Emper•do·
tgart, 1923.-0. BECKER: Bismarcks res y el tratado de reaseguro.-
estar en situación de hacer frente a una guerra en dos f 1·entes; orden S. SHA.ZKIN: Konetz austro-russko ger-
Bürulnispolitik, Berlín, 1923, y del tnis-
a la Banca del Imperio de negar adelantos sobre los títulos rusos. con rr:o: Bismarck und die Einkreisung masnkogo soiuza (El fin de la alian-
la esperanza de provocar un pánico entre los tenedores alemanes que Deutsch/ands, Berlín, 1925, 2 vals.- za austro-ruso-alemana), 1879 - 1884,
guardaban en aquel momento la mayor parte de los valores rusos co- A. MEYER: Bismarckb Friedenspolitik, Moscú. 1928.~K. WINDELBAND: Bis-
Munich, 1930.-H. ROGGE: Bismarcks marck und die europaische Miicltte,
locados en el extranjero. Al mismo tiempo. inició conversaciones con 1879, 1885, Essen, 1942.-G. SrMPsoN:
Ko/011ialpo/itik al s aussenpolitisches
el Estado Mayor austro-húngaro, mientras rehusaba admitir, sin em- Prohlem, en Historische Viertel;ahr- Tlu:. Sabcurov Memoirs, or Bismarck
bargo, una guerra "preventiva" contra Rusia. Por último, actuó de tal sclrrift, 1923-1924, págs. 304-33 y 424-43. and Russia, Cambridge, 1929. - E.
ma~era,. ~l 12 de diciembre d.e 1887, que Inglaterra, Austria-Hungría e N. JAPISKE: Citado más arriba, pági- WrnoERKEHR: Les origines de l'A/lian-
na 359.-J. BARDOUX: Quand Bismarck ce franco-russe: les années 1878-1881,
ltaha h1c1eron una advertencia al Gobierno turco: la Sublime Puerta Friburgo, 1942.
dominait /'Europe, París, 1953.
n.o debía. e~ajenar, en ,~eneficio de Ru,sia, su soberanía sobre Bulgaria;
s1 5': res1stia a la poht1ca rusa, tendna el apoyo de las tres potencias La primera forma del sistema.- La posición internacional de Gran
asociadas en el acuerdo mediterráneo. El Gobierno ruso, sometido a W. ScHÜSSLER: Bismarcks Bündnisan- Bretaña.-W. MEoucorr:· The Me-
diterranean Agreement.1, en Slavonic
aquellas presiones simultáneas, se ~~ obligado a ab~ndonar la política gebot a11 Russland "durch Dick und
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que que.na ll?var a cabo en Bu.lgana, ,~o ~1:1scó en Francia las facili- schrift, 1932, págs. 106-14. SANTINI: Bismarck et I' A ngleterre les
dades fmanc1eras que Alemania le negaba: en octubre de 1888 se accords mediterranées de 1887, París,
emitió en la plaza de París un importante empréstito ruso. La alianza austro-alemana- Eo. 1953 (memoria mecanografiada).-H.
HELLER: Das deutsch-oesterreichisclte RoTIIFELS: Bismarcks englische Bünd-
, ¿Er~ ~sto el fin. del tratado ,de reaseguro? A últimos de 1888, pare- nispolitik. Berlín. 1933.-M. VON HA-
cia adm1tir el Canciller que sena vano contar con la renovación de este ungarische Bündnus in BismG.!"cks Aus-
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que acababa de sufrir? Por ello. buscó Bismarck otros caminos: por La triple alianza.-L. SALVATORELLI: nisangebot an England in Januar 1889.
dos veces, en enero y marzo de 1889, ofreció, secretamente, a Gran La Triplice Alleanza: storia dip/oma- en Hist. Vierte[jahrsclirift, 1938.-W.
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Bret~ña una alianza. Pero cuando el Gabinete inglés declinó la oferta, zweischen F.:ngland und Russland. en
ScH1NNER: Die oesterreischisch-ita/iani-
volvió a desear, en octubre de 1889, el mantenimiento del reaseguro. sche Gegensatz auf dem Balkan, 1876- Hi3torísche Zeitschrift, 1940.
El Zar, que no ignoraba las conversaciones anglo-alemanas y temía
q;ie tornaran. a ser emprendi~as, aceptó la iniciación de las ~egocia­
c~ones con miras a la renovación del tratado; aunque no se hacía ilu-
s10nes sobre el valor real de las seguridades alemanas, creía prudente
conservar aquel lazo para evitar que la política alemana concediese un
apoyo total a los planes de Austria-Hungría en los Balcanes.

(1) Véase anteriormente, pág. 389.

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