Está en la página 1de 11

114 111$TORIA: AN.~Ll:SI::- PU. l',\::-1\00 Y PHOYLCTO SOC!

,\L

esta;:• vfos .la herencia revolucionaria de la Francia dd siglo XVIII,


el fermento vivo de la· revolución, pasará al materialismo his_tórico.16
Micn_rras_ embargo,,~~~J~J)~r~n~_~a --~9º_serv_ado_r~
ta11to~_sin__ la que
domío'aha..la---hiSlOriografía
_francesa.,_como la _hurguesfa dominaba
su sociedad. Hemos hablado yu· d~ la generadón de l820 a 1830.
JJ()éo despué~, un hermano de Auguste .BlanquiJ el econmnista Adol:.
phe ( 1798~1854)~hará una ingen.iosa síme::;isen q11e rtcoge fa tradi~
dón economkista de la escuela escocesa y le aplica una invención
frani::esade estos años: fo de que en Inglaterra ~e ha producido una CAP.ÍTULO 6
<.<.re.volndón indu~t.rhth>-que no quiere decir una revolud{,n en la
índustri.1, sino una transfornwción total de la economía y fo sociedad HISTORIA Y CONTRARREVOLUCIÓN: 1814-1917
producida por la. industria- de efectos semejantes a los dt: la revo-
lución política y social de Francía, que podi'la a:a;ípresentarse como
una alternativa a ella. En su Historüi de la economÍit- politica en Después de 1814 se generalizaron en Europa una serie de ten-
Europa, publicad,, por primera vez en 1837, no sólo hará profesión dencias que compartían la preocupación por frenar el avance que las
de economicismo-•¡\} sostener que historia y economía no pueden ideas revolucionarias habían hecho en las capas populares rurales
esm<li.Msepor separado: <.da primera proporciontt los hechos; la y urbanas, y por asegurar un nuevo consenso que cimentase el orden
segunda explica sl1$ cautias y deduce las con:;ccuendas>)-, lo que social, una vez que la fondamentaci6n tradicional de la sociedad
tiene da.ras connotaciones despolitizadorns, sino que culminará su feudal y de las monarquías de derecho divino se había cuarteado
1 análisis con esta interpretación: <.<Mientrasfa revolución francesa
hacía sus experiencias sociales sobre un volc;\n, Inglaterra comen-
irremediablemente. Esta nueva base para el edificio social se hallará
en el fortalecimiento de la idea de nación, entendida como la comu-
zab,1las suyas en el terreno de fa industria:;,.La acción política vuel- nidad de los hombres que comparten una historia y una cultura, i
ve a ser perturbadora e innecesaria -como ya habían descubierto simbolizadapor una bandera y un himno, y encarnada en la persona
los historiadores y economistas británicos del siglo xvrn-. Partiendo del monarca constitucional -o presidente de la república, que tanto
de la historia, Adolpbc Blanqui no Ya a leer en el futuro, como su da para el caso- y de las instituciones de gobierno que comparten
hermano el .revolucionario, el triunfo del comunismo, sino el del con él, en mayor o menor medida, el poder.1
capitalismo industrial. Era, al :finy al cabo, la concepción de la bis- - > Los intelectuales irán a buscar las raíces de la nacionalidad en
to-l'ia que convenía a una etapa en que, consolidadas sus conquistas la edad media, y sacarán a la luz todo ese tesoro de mitos, leyendas
esenciales, la nueva clase dominante, la burguesía., deseaba estabi- y poesía que hasta entonces formaban parte de una cultura popular
lidad: cr¡dmientO económico sin nuevas ruptur:ts sociales, que po· menospreciada por las clases educadas. Es la época en que van a
dfan poner en peligro sus privilegios, tan ttnb1josamcnte ganados.17 comenzar a publicarse compilaciones de romances y a editarse los
cuentos y leyendas populares (con los que los hermanos Grimm, por
ejemplo, aspiran a devolver al pueblo alemán un caudal ele mitos
.lgl~:,;ia,el canciller dt.· Inglaterra Tomás Jl,loro, Campnot.·lh1,Locke~fifon• propios). En el terreno de la literatura nos encontramos, también,
1.c::-quk'.u,Rouss1;~au_,Helvétius, Fénclon, Fleury, .Mordly, J\"lahly,Candor•
cct., et<.·.,etc., enm comunista:-? -¿De verd¡td? -{Que pohlac10:1esente· con la recuperadón de fo popular y nacional, bien sea a través de
r~1s.:todos los cristianos de los primeros siglos, milbrcs de a!~,g~nses y una novela-histórica que evoca un pasado autóctono y glorioso, de
valdenses en Frnncia., millares de folardos en loghnerrn., eJcrctt~s de un costumbrismo que incorpora la vida cotidiana de las gentes del
anabaptistas y hermanos moravos_en AlemJ1~iacri!n comunistas?>.)(E. C~- pueblo, destacando sus peculiaridades locales, o de una m1rrativa
het. Dottz.elettrcs d'.un commmnste 4 1m refonntste sur la communattte.
Pn•mPrt frttn\ D1.•h1nchy, Pnrís. l84l. p. 2L Y. una poesía. que pot5'ncian el paisaje, signo de la indiddualidad
l 16 HISTORIA: ANALJ~l .S OEL P1\.:Si\OO \ l'Kl)\TCTO SOCIAL 117
nacional, En d campo concl'etode fa histotiü, las crónicas__m{:!die~ historiá,__
pretac10n whJg_EkJ1~"' pg§i.!h:_i_~.D.lP.,
-.~on cstrategfo.s dis~
et~_._,
vaks apasionan más que .los textos de Tádto o de Salustio. Réivin. tintas_para un mismo objetlyo: fa pre~~rv11~JQ.Q~::a~Lo.r<l!.!n
burgués..
, 1 1' dicación de la individualidad frente. al an4lisis so<:i;1l
<Je)os hotñnres Nacidas de la conmoción europea de li89 a 1814, estas estrategias
!I«,"'' ' /¡ () ! ,, el deJiilüstiaci<'•n. deuna i.d'1d mt<Jjapr<:>pillf~~,;t;~ 1111ª~~\igÚ~c!ad se verán reavivadas por los estallidos revolucionarios de 1830, 1848
una cultura con;tín,Jcis¿ntimienrofrente
dásicUque rcpreselú-,í'i,,t y Je la Comunade Parfs-por el espectroJel comunismo,primero,
a·fo tílzOn. Todos e~t25_~i!$gQ~--~-~omponenuriit-imagen"g°lobüt y ·por y por el terror a la Internacional, después- y 5t' mantcndriin vigen~
ello ITlhfrno
vaga(~él ~omantkisrtló)de ese rom.lntidsmo que, como hast_a191.7, para transformarse entonces en fo misma medida en
res__
dijera J\fanzoni1 .{~tiene·;·-ifr1éfüáS;-·sJgnific¡1Jos
expresamentedistintos que·¡;,¡ cambiado el enemigo al que han de hacer frent,,: la historia

, en Franda. en Aiemanit1,en Inglaterra~,y que, en un mismo país, del pensamiento reaccionario suele ser un reflejo negativo dd pensa~
pucd~aparecerinspiradopor el ratolicismoconservadorde Chateau• miento revolucionario al cual combate.
briand o por d populismo repllblicano de :tvliehelet. 2
• \, , .•,~EnGr.m Bretaña, el resubdo inmediato cld éxito de La riqueza
Pero si ese conjünto de rasgos culturales e ideo]ógicos resultaba 1
- de las naciones y de las concepciones contenid,is en ella fue inhibir
inmediatamente nsimifabfo por fa burguesía, la tarea de hacerlo el desarrollo de la historia, que re~ult~tbainnecesariauna vez. que,
aceptable para las clases pop11lares,conei fin de suplir los de las sacie, admitida una doctrina del progreso que prometfo la felicidad para
dadcs del antiguo régimen, no iba a conseguirse sin dificultad. Para todos dentro de un orden estable, bastaba con una tecnología social, &8,
'( ( í'-, \ ~
,\ mantener el ordt>ninterno se crearán un sistema de c:írceles v un dere•
.icho penal nuevos, con cuerposde _policíacentralizados.Par; asegurar
papel que iba a asumir la economía. La primera mitad del siglo XIX
es, en Gran Bretaña, una época sin grande5historiadores. Una época
=-
, ~)~J ~r;) ..)i•i.¡) ' fa difusión de los v.tlorese ide,tsele la nueva sociedad, se potenciará en que Malthus, Ricardo y Stuart Mili codificaban las verdades
Í\ÚV'f,o ' • '; la educación popular, hasta hacer de ella un elemento eficaz de <<eternas>>de la economía, mientras la señotitt1.lfartiet i\fortineau
, control soctru~·En-el caso concreto de la enseñanza de la historia -hija de un comerciante arruinado, sorda, fea y virtuosa- expli-
, poclenmsver que, en Francia, fue una disciplina reservada para la caba a las gentes sencillas, a través de novelitas sentimentales y edu-
/ educación de los hijos de los príncipes hasta mediados del siglo XVIII; cativas, los principios de la economía política, y en especial los de
• la revolución introdujo en la escuela una histoda universal del hom- su admirado señor Malthus, que recomendaba a los pobres que se
1:ire,-<leintendón filosófica, cuya finalídad era la de formar·au,fa. abstuvieran de procrear, como parte de una educación para que
élruios· conscierites;. desaparedó C()l] J:,!apoleón, para volv~r; más aprendieran a contentarse con lo que se les había asignado en el
adélmite, transformada en historia nacignal,.destinada a forrr,íirj:ia- justo reparto de los bienes de este mumlo. Una época en que el radi-
friofas, no éfodada11os,' calismo parece confinado en los versos de los poetas -en el sueño
-·srel ·rom.anticismoes distinto de un país a otro, también lo es de la Nueva Jerusalén de Blake, con su denuncia de las «som•
el tipo de-respuesta 9.ueJ.n.spiraend terreno elela historia, lo cual brías fábricas satánicas» y de la esclavitud engendrada por la indus-
resulta perfectamente explicable si se tie.nen·enci:ieritiiJas<ltfer~ntes trialización, o en los himnos que Sbelley componfa para una revo•
necesidadesde foInglatcrrn quetuvo ya su r~voh1ciónen ,!siglg, xvu lución que nunca había de llegar-, pero en fo que existe, también,
f hácóose¡¡ufdo olvídarfa {fíadendo creerque lo realmente revolu• una literatura popular de crítica del capitalismo, silenciada por la
cionarió fue 1á ,,:idta al orden de 1688), la Francia que trata de cultura académica.4
potenciar la herencia consci:vadorn de la delíl59 y"Jií-l'í:usia~q~e El primero de los grandes historiadores británicos desde Gibbon
se esfuerza en reformar s0l()Joj,usto para ahorrarse el trago de la fue Thomas Babbington Macaulay,(18OO•1859),que surgió en los
's'ú¡,a.Estas diferencias se reflejarán en los programas que subyacen ,Jl1Ot¡len~~fen que la amenaza interior bacía necesario reforzar el
'1f'los planteamientos que .van a formularse como justificación «cien• consenso. Macaulay es considemdo .com.ouno de los artífices de la
tífica» de la historia, pero en todos ellos se advertirá la existencia
de una serie de rasgos comunes. Romanticismo, historicismo, ínter- Qas~jo\,~sr!;;~~,1~(l~f,'7t;,··.!~~~f}!~ir¡\;{,;1~~-eh:i~Q¡;;~~~f;,1!

\J(:/,~\j!
118 HISTORIA! ANÁLISIS DEL PASAD() Y PROYECTO SOCtAL

de la libertad constitucional inglesa y explica las luchas politicas «en


términos de la situación parlamentaria en Gran Bretaña en el si-
1 111.STORIA Y CONTRARREVOLUCIÓN

industrialización, buen e:;critor que admiraba las novelas de Scott


-una admiración que compartía con el historiador francés Thierry-,
119

glo XIX, esto es: en términos de reformistas whigs luchando contra ofrecia a la sociedad británica ele mediados del siglo x,x el tipo de
tories defensores del status quo». Pero hay mucho más que esto en análisis del pasado que precisaba para apuntalar su economía polí-
su obra. Toda su visión de la historia está impregnada por b heren- tica y sus promesas parn el futuro.5
cia de la escuela escocesa y por su concepción dei progreso, que le Con 1a eliminación de fa amenaza revolucionaría interna. en la
sirve para transformar un esquema meramente pofffíC(tCñ"tm~1 apo- segunda mirad deI siglo x1x, desaparece para la sociedad b~itánica
1a neces.idad de mantener vivo el combate ideológico. Entre i\.Iacau-

l
logía de la revolución industrial. Su obra máxima iba a ser su Histo-
ria de Inglaterra, publicada entre 1848 y 1861, que no pasa de ser lay y lord Acton (1834-1902), el optimismo whig se ha evaporado
una historia de la revolución de 1688 y del reinado ele Guillermo III y no q~(!dtl 111::ls
que eI vado -la ausencia de ideas encaminada a
(no abarca más que de 1685 hasta 1702), por más que, en su intención negar validez a cualquier idea perturbadora- que va a ser carac-
original, había de proseguir hasta la reforma electoral de 1832, com- terístico de la historiografía académica británica del slglo xx. En sil\
pletando el delo que iba «desde la revolución que trajo la armonía carta a los colaboradores de la Cambridge Modern Hístory, Acton / 1
entre la corona y el parlamento a h revolución que trajo la armonía exige: «Nuestro esquema requiere que nada revele el país, la relig.ión
entre el parlamento y la nación». El pu·nto de partida era perfecta- o el pattido H que pertenecen los escritores. Ello es esencia!, no sólo
mente coherente con su propósito: 'mostrar que el acuerdo estable- sobre la base de que la imparcialidad es la característica de la histo-
cido entre la monarquía y el parlamento en 1688 había permitido ria legítima, sino porque el trabajo es realizado por hombres que
evitar los graves riesgos del radicalismo y la anarquía -uno de los se h::in reunido con el solo objeto de aumentar el conocimiento
pasajes más vivos de la obra es aquél en que describe la situación exacto,>.La falacia académica ele la imparcialidad ha sido pn¡clamada
de la ciudad de Londres, entregada al «salvaje e ignorante popula- solemnemente, El pasado está ah(, en los documentos, esperando a
' cho» en los momentos. que mediaron entre la huida de Jacobo JI que los historiadores recojan los hechos, los pulan -dándoles forma
y la llegada del nuevo rey, Guillermo III- y, al propio tiempo, narrativa- y los sirvan al público. A estos hombres ni siquiera se
bab(a hecho posible construir un sistema político estable, condición les ocurre pensar que su concepción de la sociedad condiciona su
del progreso británico: «Bajo los auspicios ele alianza tan estrecha práctica de historiadores, desde la elección de los «hechos relevan-
entre la libertad y el orden crecieron ele tal modo la prosperidad, la tes», hasta la forma de presentarlos, encadenándolos de modo que
riqueza y el bienestar, que no hay ejemplo ele progreso parecido en conduzcan <<espontáneamente» al orden social presente, legitimado
6
los anales ele la especie humana». Así Macaulay podía acabar la así por «la historia>>. ..L_,_
primera parte de su obra, aparecida en 1848, con un canto a la La asepsia acHdémica explica que en la historiografía británica
-m-... n•••-•~-•-""'""'""·-••·-••+"+'-•----~

estabilidad social británica en medio de una Europa sacudida por


las revoluciones, aunque fuese cerrando los ojos a la amenaza poten-
cial del carlismo.* Este hombre, defensor del liberalismo y ele la el tráfico, y la industria se paralizó. El rico se vio pobre, y d pobrt:vio
aumentarsu indigencia(. .. ). En tanto, en nuestra isla, no se ha interrum-
pido, ni por un solo día, el curso regular del gobierno. Los pocos mal-
Vttdosque ansiosamente di:seabanla licencia y el pilla.je no han unido
* <,Entorno nuestro, agítase el mundo en las convulsiones de la ago- valor de arrostr.-ir,ni por un momento, la fuerza de una nación fiel,
nía de grandes pueblos. Gobiernos cuya duraci6n parecía, no ha mucho, reunidaen actitud firme en derredorde un trono paternal.Y si se pregunta
alcanzarsiglos enteros, Se han visto de pronto atacadosy derribados.Las en qué nos diferenciarnos<lelos otros pueblos, la respuesta es que nunca
discordias civiles han ensangrentado las más orgullosas capitales de la hemos perdido lo que ellos loca y ciegamente tratan de recobrar.Graci~s
Europa occidental.Todas las malas pasiones, la sed de lucro y la sed de a haber tenido una revolución conservadoraen el siglo xvn, no hemos
venganza, la antipatía de clases, la antipatía de razas, se han desencade- tenido una rtvolución destructora en el XIX» (Lord Macaulay. Historia
nado, libres del freno de las leyes divinas y humanas ( ... ). Suspendi6se de la revo/ucián de Inglaterra, Madrid, 1908, IV, pp. 504-505).
120 HISTOIU;\: AN,\LISIS PU .. PASADO r PR(n r.cro .::,(ICl,\f,
121
cks<1pa~~~E: ~•~~LJ~~-1:~---~f~mph;.t_Q.._.t\Sl!J.<;L.s.~11c:;so
d_c__
rell(:xión s<;idal a nuaban los ,1spcctos má:s mo<let·ado::.de la historiografía ilustrada
~'.'_6,Illá.e,1.trcJ".e,;011q1r,fo.. YJ'1.J1isxw;fa,qiicfac_ propio ..dc.Uu;ne \' l't'volucionaria. A ellos podría a:sochtrse un hombre corno A]exis
Yd,· Smith, y que no falrnbü ni siquiera en i\facauláv.* Cuando al- ik: Tocquevillc (1805-1859), quien, con El antigtto régimen y-'ta
·giúCí1'-8Je'noal sacerdocio acaJt!mico de fos hístoriadon:s profesiow recol"üaoi, (1856) nos ofreced un análisis lleno de lucidez de los
nalcs lo intente, como sucederá con Buckle (1821-1862) ,1 media- enfrcnramicrHos de clase en b Francia dd siglo xvrir y dt: fos causas
dos de siglo_,el estamcnttJ en pleno se lanzará sobre d Jnti-uso para que han conducido a la .revolución: una revolución que <~hasurgido i
dt'.sptxbzarlo, y los m<mu.tlcsde hbtori.-i. <le la histotiogrnffa conso~ !
como por sí mbm,t del seno de la.sode<.bd a la que iba a destruir». 1
Jidarán l.1 .lapid,1dón., rcserv~tndole un huequCdro emr~ los segui~ No va ;1 :,;_erést,1, _s__
in _e_,n~_args),_ I,t_C~)_rr_i~n_te <.Iominanteen Ia_,,histo-
dores d~ Comtc -lo que está lejos de ~er verdad-, descartándolo fi'ógiafía_.fran_c-es~--·der sig1~_)9.::c.::-~h1_? ·-~fra.sdos, =~gmao-ticis~;?y
__
sin haberse molcstttdo en leerlo. Cullndo el intento lo realice un P9sTfiVfaílfo~'-:cíú~. ·.,re_prese~t.in 'fo_rt1r,t~tr~1,..,;especto -~~1 _p,1s~t,1~~·.·
1fos-
miembro de la propia profesión ac.1démic,1,como J,nnes E. Thoi:old ú•:{~l0/ .._1ey(~tlcioíúfíO".if'--·
--·--·-~_~--~s'.."~~~::.:7
_·;·
• .• .....,--._-:::-· • ··--~
Rogers ( 1823-.1890)_.proft'sor <le economía de 1a universidad de Ox. El primer in'it:nto «rontúntko>> de contrl:lrrestar el análisis de la
fon.!, at.:lb.tráaparrndo veinte años ·de la cátedra. Pero e::.,¡ue Roo-ers sociedad de la llustradón J,¡¡ sido, probablemente, El fl.<.'J/ÍO del cris-
t:rda h:.1berdescubi.crto, de puso, <<<.1ue gran pnrte de la economía" 1 tíanismo de Chateaubriand (1768-1848), ese extraño libro que pre-
política que cit·cuht usualmente bajo ht fe de hts antoridades de la tendía un acercamiento al cristianismo por el camino de la poesfa
ciencia no es 111¡lsque un conjunto de logomaquias, sin relación y fa belleza, suponiéndolo superior al de 1a r~1zón,con lo que venía
alguna con los hechos de la vida sociab, y que los obreros hacían a expresar, como ha visto Bnmdes,, «fo convicción de que la inteli~
muy bien en desconfiar de ella, puesto que los econombtas solían gencia contemporánea es anticristiana y que .ht fe hH desaparecido».
pertenecer a fas dases acomodadas y lo ignoraban casi todo acerca Al ocuparse de fa histori,1, Chateaubriand hacfa el elogio sistemá-
del trabajo y de la condición de vida de los trabajadores, Nada tico de Bossuet, en nombre de la belleza que creía encontrar en su
pugde ser m,ís elocuente que el hecho de que· en Inglaterra no se «elocuencia crbtiana». Pero era demasiado inteligente como para
publicam un libro de historia sobre fa «revolución industrial» hasta pensat que se podía volver al providencialismo trivial del obispo
1884 -Cullndo hllcía más de medio siglo que d concepto era em- Je Metz, dado que le constaba que «el pensamiento social 110 retro-
pleado por franceses y alemanes- y que aún entonces se aceptara gradl!, bien que los hechos vuelvan frecuentemente hacia lo pasado».
esta denomin:.tcil)n con much,1s reticencias: los historiadores britá- La gran t~X~~---º~-.b~~~t ..~~i_ui:f~~ el romanticismo, ta}?.t9-.~J1-el terreno
nicos no querfon oír hubhtt· de revoluciones, ni en el terreno de la Je la literatura como en ef de. la historia,.eHaba res.er1mda,.,sinem-
tecnología industria].7 bár-'o •a fos;e¡:;~;;~¡~~~s q~~ ;a¡J;í;~~ ;¡. primer plano ges.p.ufa de
El caso de Francia es distinto y más complejo, Ya hemos ha- 11IT!:lt'Enla hist¿ria su gran repr_eseniañte es. Jt1~~l'!lisb~i:r (17~8-
blado de los historiadores de la <'poca de In restauración, que conti- 'í 874 ), que ··supci're,iiiír-la vofriñrnd de ruptura con eI pensamiento
ilustrado a unos planteamientos políticos de un cierto populismo
progresista, que habían de ayudar a conducir a las fuerzas sociales
* Nl.tcauláv <ldicnd~ la industrializaciónde sus críticos conservado~ movilizadas por la revolución por el c¡¡mino de un nacionlllismo bur•
res y sostiene, bm;;.índoseen el hecho de que ht mortalidad en las ciudades
industriales es menor que ht media de Inglaterr.i y Gafos cincuenti.1años gués, Michelet nos ha explicado que la idea de escribir una historia
.tntes. que "da gente viv,~ miis tiempo porque está mejor alimentada, de Francia se le ocurrió en los días de fa revolución de 1830 -esto *
mejor alojada, mejor vestida y mejor atendida en sus enfermedades»y
que <~estasmejoras se deben al aumento de fa riqueza nacional que ha
producido el sistema manufacturero» (T. B. j\fac,mlav, Critica! and Histo• :~ «En estos días memorables se hizo una gran luz y divisé a Francia..
rica! Essttys, Dcnt_.Londres~ 1907, II, p. 197). La eXpresi6n fin.i.lde este Tenfo anales v no una historia. Hombres eminentes ·J.1 habían estudiado,
optimismo es su augurio d1..•qut· cabe espcrl.lr un siglo de.: crecimiento sobri: todo. dCsde el punto de vista pol:ítico.Nin!,,uno h:1?i:1penctr~d? en
<.,1uetrn<·L·,íhi foliddad par:, todos.
c.:c.·onc.ímico • el inHnit◊ Jctiille- de los desarrollos dwcrws de su ;1n1v1d;1J ( rel1_gw:,;a,
122 HISTORIA: ANÁLISIS DEL PJ\SADU Y .l'RiT'ff;C:TO ::;(1CIAJ. HISTORIA Y CONTRARREVOLUCIÓ~

es, en el primero dé los grand<.:!s momentos en gu<:::se hc.tcorrido el Otra de las corrientes que debfa conducir a las ciencias sodales
riesgo de llevar las cosas más allá del orden burgués- y su misión por caminos seguros era el positivismo, heredero directo de los
fue la de ofrecernos unn visión personalizadade la midón -la reali- ·¡ «ideólogos». Auguste Comte (1798-1857), que fue secretario y cob-
dad actual no ser.fa más que fo forma aduha de un <<sernacional borador de Saint-Simon, y que rompió tajantemente con él, y con
francés)>que habría existido desde el origen de los tiempos-, adere- cualquier veleidad socialista, dedicaría el resto de su vida, en medio
zada con urnlretórica vitalista que le permite ofrecer nn falso marco de unas relaciones familiares tormentosas y con algunos períodos de
totalizador y sostener que su programa como historiador es «la locura, a la fundación de una nueva ciencia de ht sociedad que reco-
resurrección de la vida Íntegra». Todo ello sirve a la finalidad de gía elementos de Condorcer y de Destutt, y los aderezaba con otros
desviar a las clases populares de cualquier objetivo clasista. Como tomados de los teóricos de la contrarrevolución, como Bonald y de
dirá _Lamartine., historiador romántico de la revoludón como lviiche- 1 Maistre. De Saint-Simon no le quedó más que la fe en la proximidad
let: «liay que dirigir a las masa$( ... )para que no se dejen llevar por de una era de progreso industrial, que requería nuevas concepciones,
los caminos de la subversión tota1 v de1 materialisn10>).9 de 1asociedad~pero la .intenciónde sus ideas era
m~ís<<científicas>>,
Numa l:'ustelde Coula11gcs(1830-1889) vendni a ser en cierto semejante a la de los ideólogos, teóricos de la armonía social. Como
modo, un heiéclero de los historiadores romfoticos. Con °La ciudad ha dicho Gouldner:
antigua (1864) supo ganarse el aprecio dela corte de Napoleón III,
dondedio cursos especiales para la emperatrizEugenia y su séquito. La burguesíanecesitaba,por un fado, completarsu revolución
Después de la Comuna abog6 ¡,úblicamente por una historia patrió- y, por otro, precisabaprotegersu poskián y sus propiedadesdel
t~jrCOñSCtV~do_ra Cf estilo'_deI-_hrs·t-◊i·i~fi!1:10 ·pf_~il!~rO:
pO_l; E~-·t,';·-~iu~ desordenurbanoy fa inquietudproletaria( ... ). La sociologíaprofe.
daaañtigiia lá-evolücionoe]a sóclecI,ícI se explica a partir de la reli- tica y evolucionistade Comtesosteníaque lo que se necesitabapara
gión, lo cual le sirve, de paso, para cumplir con el vital objetivo de C2!!!.E~t~rla nueva soéÍedadno er.i t~·-_rev?_l_~~-i?~)iD.9,j:i:üis-::Eien,
defender la propiedad privada como algo eterno, y combatir a quie- ··aena~r~y-~f·c.01?ocJ111ie.11t.9~
I~_pgc{ftS3_··apnc.1ciotCcte··fa ____
el...p.qsJJj.
nes suponen que ha existido en algún lugar y momento un comu- vismo.tt
nismo. ~-ªreligión pr,i~~itiy3:_-~~JifJ.~_flJ?~
....t?.~~---e}5_~]~.<:?"?
.~9s.TI1\l_t;_r\o_~
y
éste exigía que la familia poseyese a_p_~rpetµbfodJa Jien:a.que .con- En la base teórica. del .pensamie11to_deC<l111te h_aytrna -~';'!l_cep-
súvaba las tumbas de los suyos: fomiliay religión nacían desde_el ción 1ilstórícaparécid.a.iiJa.de Condorcet, de.la que _seh¡¡.sacado
principio enestrecha _a,sociación a"J.a:::íirc;,pi~,fo~CG verdad es que t'c;·aa_,t:ere·t,encia_··a.·)~;
__
fortll.ª.s.._d(!organh:aci<:Jn.,,soda1.,
.P.ar.:;1,
·.9~1,ar.
Sólo
esta inversi6n del pensamiento .ilustrado --este ir de las ideas a las «1~ mar~há··p1:ogre~i;; •·d~i• CsPírituh~~a~o», ·,~~~~-·algo· ~ut6·fl~;üO
realidades sociales- acaba conduciendo a simples trivialidades como que biSia"para'explicar el-camElo lifst6rlco.-Esta evoludon indepen-
la de afirmar: «como el hombre no piensa hoy como hace veinti- •cliente .ael pensam,ento·se-ilustra con «una gran ley_Ju_ridam_e_1:1_tal»
cinco siglos, tampoco se gobierna como se gobernaba en aquellos del desarrollo intelectual de la humanidad, que consiste en afirmar
tiempos remotos». Pero Fustel no sólo será el historiador favorito que cada rama del conocimiento ha pasado sucesivamente por tres
de la extrema derecha maurrassiana, sino que influirá fuertemente estados «teóricos» diferentes: «el estado teológico o ficticio, el esta-
en Durkheim y en lvfauss, a quienes ha transmitido su pteocupacil1n do metafísico o abstracto y el estado científico o positivo». En el
por lo religioso.10 primero se buscan las explicaciones en «la acci6n directa y continua
de agentes sobrenaturales»; en el metafísico -plenamente identi•
económica,artística,etc.). Ninguno la había abrazadocon la miradaen la
l. ficado con la Ilustración- los agentes sobrenaturales son reempla-
unidad viviente de loS elementos naturalesy geooráficosque la consti~ zados por fuerzas abstractas. S6lo el tercero es auténticamente cien-.
tuían. Yo fui el primeroen verla como un alma; como una persona» tífico: el espíritu humano renuncia entonces a «conocer las causas
(J. lvfichelet,Histob-ede Frtmce A. Lucroix,París,~1876
1
2, J p. r).
1 íntimas de los fenómenos» o a tratar de averiguar «el origen y des-
T
12-J lUSTORIA: ANÁ.LiS.I~ Ot.L P.-\5.ADü Y PROYECTO SOCIAL HISTORIA Y CONTKAKREVOLUCIÓN 125

tino ~el universo,>, para concentrarse <<endescubrir, por d uso bien les muy diferend'!.dos, que iban desde los de las zonas del oeste,
combmado del razonamiento y ,la observación, sus leyes efectivas». ·J011<Te·i;redominaha una agricultura de pequeñas explotaciones fami-
~lato que e~ta e~~?sición) de apariencia tan radonali::;ta, quedaría liares que pagaban derechos y rentas a !9s señores, hasta el este
mcomplera s1 om~t1esemos sus contrapartidas: como que -<<fas muje~ prusianode grandes latifondioBseñorialescultivados por campesinos
t\ res Y los prole_ranos( ... ) no pueden ni deben convertirse en docto~ sometidos a la servidumbre. Es la diferenda. tradicional. entre dos
~ res>>,sino que la buena nueva s~ les enseña en forma de catecismo de formas de _régimen.feudal -Grund herrschajTdef-oeste conrra-Gut•
una religión nueva, con su calendario, sus santos y su sacerdocio. Lo herrschaft.cleleste-, que se reflejaba todavía en pleno siglo xx en
que tampoco debe sorprender tanto en un hombre para quien el 1 la geografía del latifundismo -en 192.5 más de un 40 por 100 del
s<?beranomás ilustre de su· tiempo, notable por su <<juiciosoempiris~ área agrícola pertenecía a explotaciones de más de 100 hectáreas en
mo», era el zar de to<las las Rusias, defensor de un sistema social la zona al este del Elba, mientras que sólo abarcaban un 8 por 100
q_ue ~onservaba como pieza fundamental ]a servidumbre campe~ en el resto del país-, traduciendo las diferencias en la disolución
sma.'- del feudalismo en unas y otras zonas.
Si aceptamos la construcción ele Comte, y su jerarquización de ---t, La amenaz~- ..r~y9J.~~!_q1:1f!~!R
~nseñ_óa los P?_lític()s__p_ru_sianos
que
las ciencias, tenemos otro juego c;lereglas -semejante al de la eco- ~<valem~s_c~der__ queverse···to~z~ctO
algo voltmt~_riarriente· a _5-aCrifi~
nomía smithiana, pero más directamente preocupado por la acción carlo--i:,,do,;,y·Jáderrota ·ante Napoleón significó el inicio efectivo
contrarrevolucionaria- para hacer funcionar la máquina de la socie- ···¿¡¡;··1asreformas, que habían ele conducir a fa :tbolición del feuda-
dad, sin meternos en más honduras. ¡i.l historiador, una vez le han lismo por obra de hombres como Stein o como Hardenberg, quien,
'-~º dadas las leyes de la evolución socfal, no le queda más que apli- en el Memorialde Riga ( 1807), planteaba lúcidamente la necesidad
•carlas a la mvest1gación concreta, usando-c1e-1ñéiodOS <<CÍCi'ltíficos» de «asimilar esta revolución en el buen sentido de la palabra» e
-por lo que se entlende «semejantes a los de-Lis--cfeñcias·natúra- ' «introducir los principios democráticos en un estado monárquico».
•. le_~!~·L~ histo:ia positivistiaarií; poref!o mi;m.,;;po~oq~~ ;~señar. Sólo que, una vez derrotado .Napoleón, la reacción de los Junkers
. ; Lo m~¡or reside en l?s intentos de li¡;~rA~, fenómenos culturales prusianos frenó las reformas proyectadas y desvirtuó las que estaban
J al con¡unto de la sociedad, como harK Taine X1828-1893). Pero la en curso --dificultando, por ejemplo, el acceso ele los campesinos
f obra m_ásambiciosa...de éste, Los orígenesiÍeláFYancia
1
contempor,ínea, a la tierra, con lo que su liberación se convertía en ilusoria-, y el
: \ aparecida entre 1816 y 1893, es poco más que una reacción de terror fracaso de la revolución de 1848, que no acertó tampoco a encamar
' ante los acontecimientos de la Comuna, que le lleva a un intento las aspiraciones campesinas, dio lugar a que la ,Alemaniadel oeste
de desmonta1·la historia de la Revolución francesa, antecedente re- siguiera moviéndose por los caminos de la reforma agraria liberal,
moto de la que Taine acaha de vivir. Las pretensiones de cientifismó mientras que en el este los señores prusianos fundaban el capita-
del autor son pura verborrea; por debajo de las protestas de obje- lismo agrario sobre sus viejos dominios feudales y lograban incluso
tividad y asepsia asoma la oreja del miedo a la revolución. Enten- que se les devolvieran derechos como el ele mantener su propia poli-
demos, así, que este libro entrase·a-formru:-parte-defcoii)unto de cía rural, que conservarían hasta fines del siglo XIX. En un escenario
textos básicos con que se educaban los europeos reaccionarios de tan complejo iba a desarrollarse la industrialización alemana."
fines del siglo xrx." .. .> .. , En esta sociedad que trata de asimilar un mínimo de reformas
Comprender la forma que tomó en Alemania la reacción a los•,. para conseguir un crecimiento sin revolución -y sobre todo en
avances.revoh1~~on~tti2.s,una de cuyas..co.ilSecueildasfue el nacimien~ Prusia, donde el problema se plantea con la mayor nitidez- el
··to··aerhistoricismo, exige tener presentes las peculiaridades de su estado aprendió muy pronto, desde la derrota ante Napoleón, la
sociedad y la forma en que la revolución llegó a ella, ,mida a la necesidad de cerrar las puertas a las ideas subversivas.y de .crear
derrota militar a manos deNapoleón. Alemania no sólo era un mosai- un nuevo consenso_~DhC:sioñador ..de la: sociedad; que permi.tiera,
~~~.90s, en lo político, sino que presentaba unos rasgossocfa- como diría Fed~rico Guillermo III, «reemplazar con fuerzas espiri-
J 26 HlSTORIA: ANI\LJSI~ DEL PASADO Y PROYECTO SOCIAL Hl.STOR I A l CO:\TIU KRL \'OLL'CIÓN 127

twtles lo qut! se Jrn perdido en fuerza mater.iah>.La acción se inició -/ avudar il frenar d _av¡i~cc_~e_las k-leas _Je)a.abo.q;&ckla .rev.olución; *
..__
l re f orma ed ucativa de Humboldt y fue continuada
~.''':_."_ ==-=, porfüei!io Íi" s;gurr10·-¿:;·1clffiOITiel1tl) cledSIVO-·qt1e··
:Significala formación--de la
-~!_e, la_trn1~er~ia_il:~~ru.siafüt;·gueofre~j~-"--~1s __ 2.ñtelectuales satista'c- f. escuda histórica Jd derecho 1 con hombres como Savjgny, Hugo y
cion~~:?~~~~<:'1 .._r.PXC?rilo_dQn __
$Q~i_al,y recibía de CllOS~·eñ1UStO··fiite'r-: \i Eichhorn) que combaten los planteamientos iusn.uuralist.1s y defien-
('~~-~~:~-.~~~·--
~!:I~_l_~.~-;)-~=I~P~_9g!.ffi'.t
p~_ra_..~t~f!-~nx~1-~~-~----~:=r~~~!.~_V~i~l~~-~2ii)$0 den. ('.(Jntrnl.rn teorías de la Ilustración, 1a peculiarid,h.1irn.lividual
!_~_'.°rmade __ u:'.ª,~"Í('-'! .ffil\2_§Cp..r".t".ndw..fn_te_r31_112,e~ te cfisociaila del e bisrórica dé fos leyes de cada pnehlo (lo que les permite escamo-
terreno d"_l_a_¡,2_lt!_1_ca,_Io que significa que renunciaba~a-·tasfíiñcíones tear d hecho elemental de que las leyes no las hace «el pueblo»,
cfü~~iJel e~ta_cl(lasumi<:!:isporlis inrel_e,tuales de_ la Ii,{si'raci6n, sino sus cl..tse5dominantes); ver el papel que en su des,ll'rollo juega
tpr~p~-l~a~a a _!?.~---~?-1!1-~E~~-?ª~ª r~ver_:~:~~-~:.-~-1
...~~stado,·;;rq~IC..'J)tOPor. la poblicaci.ón dt· los Monumenta Gentumitw Hislorü·aJ po.r inicia~
c1onaba~ UD.~.--_§.~n_,ion espintual ..1•J ----..--~---··-··--~.,- --·-·-··---
tiva de Stein, rctirndc, d1: la política tras el fracaso de sus intentos
- El historicis1no,partía de los rasgos conservadores de .la Ilustra- de reforma; fü.1.Ye.ttir c6mo se integran en el movfoliento general el
dón ~·=oIf"t\'1ifiITcéturasesgada y p~;rtidista de aquellos que tomaha <<descubrimiento):> de lo popular -poesfo, cantos~ cuentos-, o en-
de ella- para negar sus consecuencias. Combatía el universalismo tender en qué medida forma también parte del historicismo el_«sis•.
~ion¡¡fjsta _de Kan,. así_c()111()]a_ i11terp_ret~~19J1liegeliaria-de··¡•· liis- tema dt~ economía polí.tka nacionah de Fricdrich Lfs_t,encaminado
__totia, ne, sólo ¡.ior lo qui! _tenía de «hi,<tQtiI fiJos6Jic;;;;-eÍtLl-t;_di- a dar una fundamentación <<teórica;>a Ja política prusiana de unión
dón ilustrada, sl!lQ.r~)E"~-~1-~___posi"bifidad~~ _de t~-;DSffitliación_ en una aduanem -d Zo//verein- que August Hoffmann von Fallerslcben,
~1rerprer.1ciónrevoluci9naria. El mito de! Hegéf(i770:ísit¡·;:;;ac- m1tor del <:<Deutschkmd,Deutschland über alles)>, cantaría entusiasw
cion.1rio, filósofo del estado prusiano, se ha desvanecido hov, cuando mado: «Artículos de consumo doméstico, gradas os damos. Habéis
sabemos d('. sus simplltías por la Revolución francesa, m~ant.enidas con~eguido modt.::stamcnteJo que ningtin intelecto logró: habéis he•
hasta el final, y hemos aprendido a conocer un «Hegel clandestino», cho ,iue la nación alemana se una, dándose las manos». Sólo al
revelado por los archivos de la policía. La v.isión de la historia de\ término de una vi::iiónde cgnjunto_-~~m.:~J~_f];!~~-" y _..e!~!~}~_c{_í,.~9-~9
__gue
Hegel co~_~7rvahauna serie de elementos típicamente ilustrados,/ tOJ/.1sestas cortíe-ñtt~scon\;e~~en_- en_ ul1...~-~je__
~~y9____ ..,Q~_J1J
~-~~~!~,!t ..~~
1a
como el universalismo_,la con~epción filosófica de la lev v una cierta 1 contrarré-.'OlüC-foii~t1-:-r;1-v-TOiñet1't'O.
·de-~l1fli.~conciend;i _nadonaLAk.rrrn..na
visión de progreso. Estos elementos estaban situados e~ ~m contexto \ etit~rñ·t1~a·_-1~riñ<5r")átqt;1_a
p~·t1síanfl,.
·poctC1ñO:~~COfuci.~ú~!-Ú~.?.!~-~g__~~.~
idealista y hubieran podido ser usados en un sentido conservador ' ·airiiensi6ií"el sifüiifica,ló~ciéla obra de iLeqpoldvon ..Rankc. 17 ,
en una sociedad como la francesa, que aceptaba una parte d~ la ---·Raiike1T795T88K); que ptocedí;·J¡ una familia de pastores lute•
herencia de la Revolución. Pero la ambigüedad hegeliana no era rauos, publicó su primer libro, Historias de los pueNos románic_o_s
suficiente para una Alemania que necesitaba crear un nacionalismo y germánicos, en 182-! y conquistó con él la estima de las clases dm-
cohesionador sin dar a cambio m,ís que el mínimo de refoi:mas·que' gentes prusianas, que le abrieron l.1s pu~rtas de ht. rmivcr5,ida~de /
las clases dominantes prusianas podían tolerar." ,\ Berlín, donde acudiría a combatir las 1dc•s hegdrnnas. !iu libro \
~ La. realización de esta tarea fue encomendada al hhtoricismo.
P,1racomprender plenamente lo que este movimiento sigilifica no
podemos contentarnos con definiciones rnixtificadoras y apologéticas
-:: Barthokl G. Niebuhr. nác.ido en Co,pcnhague, se convirtió en fun•
como fa de Nieínecke, que lo caracteriza como «la sustitución de una cionario prusiano, fue amigo de Savigny y c?laboró en Rrn1;a con _Hum~
vfoión generalizadorade las fuerL.:ashum~mas en la hi~torfa por un ho!dt, mientras éste e.ra embajador de .Pru!"iw.en aquella cmdad t 18~2-
proceso de observación individualh:.adora•>, n( siquiera limitarnos a 1808 ). Opuesto desde el principio a la Revolu7ión francesa, el esta~h~l<;
su vertiente estr.ictamente historiog,t:ªfif!:1-.: Par,L.~l1!~DJkc.e.Lhistori- de un nuevo movimiento en 1830 produjo en el tal terror que prec1ptto
su muerte. Tal era el olímpico distanciamiento _que respc~~t<?_,<le fas ~o~as,
9.srn2.Jrny m1e verlo arrancnr d~-~1776-1831), que piensa hum;1nas experimentaban estos santos p:Jtrones de fo.e1.1..101c1on:icademtca
en la his~t.~r~1 1 mo en una forma de enseñanza patriótica qÜepÜede
c·<__ ,, _____ -·--- -- -------,- ------· __ ,, _______ ,____ .., _____ . --- . - -
más pum.
' . """" .... ,,~ ... -,.-.,.,..----~-+, ""··----~•<,
120 IHSTOl<!A: ANÜISI, DH, l'ASAJ)(,> \ 1.'l<OYJCHJ oUCJ,\L HISTORIA ! CON'I'RARRl'.\'OLVCIÓN 129

cont<:nfaen npéndice una «Crítica H :lüs histori.idori:8 m~xkrnoS>>)


1 de abrir el ca_,ni_no_
·ª·-~ma política sana y certera, disipando las somw
.h!~-~?rj_~--~- l5ráSy los eng"áfios qÚ~-,-·e-n
'CstoStiCmposen q~e vivimos,oscurecen

l
dirigida ~on~mfo fi~o.s~.iffo ~~<;
Ja lJusttílCÍÓn,que !-iignificab,1
el'tnicio de la cruzada metodo.lógicaque ib,1 a desarrollar a lo ]argo y fascinan las mentes de los mejores hombres,,." l:<ad3que justifique ,
Je toda su vida, lfna _r,rase del_P!:.ó},2g9
e~g~ri~tr~_ti~L•.--~}1~-"'5-:!:~l9_~rgo)Jo de «contar las cosas tal como fueron», y mucho menos el «dtvor- ,~
w1 e,¡uívoc_o _s_ú5Si~t_c_·_
q1_1_e fó_d_ú\~;1.
El joven hh;torio.Jor, <:nun afotdC ciodelas pasion,<:sdd presente». Ranke fue un fc1ncioñario1cleoló-r
dé·-·n10JCSi'i.1~ ·atinquc b hisroria denc ~<fomisión de
dedat;if;~t"(JllC} gico del estado prusiano, útil, servida! y plenameñt,,·consdente del '
juzgar.el_pHsado y ~-1~
_j_ns~r_uir~Ípr_cSCn~~~--c_!l·.:_fü;fi:~(i_~F/-_dc"l_-
__
p()rv~,ffr>>, papel qúe le tocaba. .lo que sucede es que los perros guardianes I'
~l~--1ihr0 COn
:n·oaspiráb.1 a t:tnto, sino que se .::onti:nt_,)b,1
___ <;_;lÍ(;_~trar del sistema acaban creyendo que la casa que defienden es suya, y 1/1
ras. cosa~_JaI_ y. como suCedi.eron,>.És(l'"frase ·~«El:· \vm-·61oss·•t,e¡gén
·\\·ie es dge'Ildich gcwesem>-- s<.·ha q1Jcrido tomar como urnt decla• 1 no del dueño que les echa cada día la comida.
En e] origen mismo de fa concepción dela historia de Ranke, •
.radón mt·todol6gica y, acogida con entusiasmo por fas legiones de 1 conio D'.lotó!'
primero que mueve y· articula las piezas de una s~de•
historfadüres ac.idémicos que neyeron que lcgitim,lba su intapaddad dad disuelta.,en ,individualidadesy de un universo fragmentado en
de pensar, hrt pasado á convertirse en una bnndera. EJ engaño h:;1 _pueblos,{~á~ ,que vien_e_ lgs ·ºª~tra-
a s';~~;~tt1j,t,.~LPX,()grce,s_o,d,e,
poJido llegar al extremo de que - Gooch señale como cr--~pfi'ii1Cto
de los méritos de Ranke d de «divorci"r el estudio del pasado, tanto
como sea posible, de fos p:.tsiones dd presente, y esaihir fas cosas
tal.como fueron». Dejando a un lado que d pw¡,io Rankc se cansó
de re11etir_
qucJ~~ misión de J:1l!fat~.r!i.L_~~--'-1?.,i~~l:.~~~-t~JiJQ
__
~-i.rCÜ_t)ir
~, En los momentos dec1s1vosde la historia aparece en escena
aquello qne solemos llamar el destino, pero que es, en realidad, «el
dedo de Dios»:·Como escribe a su hijo Otto, en 1873: «Sobre todo
flota el orden divino de las cosas, muy dificil por cierto ele demos-
trar, pero que siempre se puede intuir. Dentro de este orden divino,
l
y acoplat hechos como en(wn1pr~nderlos\y explt,;gfo§>>,de poco Je idéntico a 1a sucesión de los tiempos, ocupan su puesto los indivi-
cSútd.O··pri"íifail<J~-"Sf'
JíüEfCse--·se-rVict0-·;¡1. 'SC"h-ubie·;cIimit,1<loa «escri• duos importantes: así es como tiene que concebirlos el historiador». J
bir fas cosas tal como fuerom:,, Su biografí;~, y su doctrina, ba:m:1rán La actividad de los h~mbres se canaliza a través de las Mciones, ,
para desengañarnos.
is q_ueson i;leriie. f~ndámental de Ji ~ºtid;td .• Cada. una ·es distinta
Tras 1a revolución de 183,0el gobierno prusiano decidió publicar ); peculiar, y no valen para ellas las generalizaciones: «cada país
una revista para combatfr los ideas progresistas: fue fa Revista tiene su propia política».20 Por ello los libros de Ranke nos hablan
/.listórico-Polí,ica,cuya dirección se confió a Ranke, y en la que siempre de 1ahistoti.a ge fac.nacio.l!csy de las relaciones entre ellas,
Savigny colaboró activamente. Que a los pocos años Jmbiese que puesto quélos:_lÍ,!].Í~()Sobjetos que el histodador prusiano _parece
suspenderla, a causa de su corta, difusión, no se debe al apolítidsmo en~"1.1t.t~rparajt1~tiªc~r ¡;¡=~"Íslen,cíag;Jestado ~é,ii~Ia:Jiplornici~
de Ranh,, sino a sus escasas elotes para imeres,tr al público. En 1834 y··1aguerra.* • ,,..
pasó a la situación de catedrático en Berlín, se le ennobleció en 1865 ~ ,,.,,'foiñemos,por ejemplo, la visión que nos ofrece de 1a monarqufa
e inició en este mismo mio 1" publicadón Jesus obr,ts completas , española de los siglo(xvI y XVII. El an61isiscomienza con los retra-
en 54 volúmen,,s; ganó la amistad de Federico Guillermo de Prusia tos personales de Carlos V, Felipe II y Felipe III -ya hemos visto
y de Maximiliano de Baviera, y vivió Jo suficiente como para con·
tempfar fa universalizudón de su fama y, lo que .no era menos im~
portante, para ver a sus discípulos al frente de casi todas .las cátedras * «La atención del historiador debed enfocarse ( ... ) hacia los
de historia de Alemania. fü111kemereda esw confianzay este premio.
Toda_,f1LSJ!,ra.est.Q\',Q
__ ~..J!•Jtjg,ir fa revo[c,~lón,a atacªr_a
!,l,.,~t_iga,!,1 f pueblos mismos que representan un papel activo en la escena de la
historia, hacia las influenciasque ejercen los unos sobre los otros, hada
las luchas que entre si sostienen, hacia las trayectoriasque desarrollan.
l\ls gustrad?s que «aunque pord momento hubiesen limpiadola dentro de estas relaciones pacfficaso guerreras,>(L. van Ranke, Pueblos
··arin6sfora'desús lñíasiñ,,i;·coñcitiifiíñ:sobre Já•hi:imílllídad
·¡ñiíieñsas y estados en la historia.moderna,Fondo de Cultura Económica, México)
desí:l)cf1as,;;
)ia sos·ie,i"érque la finalidad suprema de la hístotia es<;¡a 1979, pp. 518-519).
l'··,1\-1) ,·
9. - FOXH}U.
1)O IJ($TORL·\'. AN1\us1~ nrr. !'ASADO ' PRO\T,C'J'ú SOCIA!. HISTORIA \' CONTRARREVOLUCIÓN 131

que <,en el orden_divino de las cosas>",,


se encuentran ante todo <<lo:5 tar contra los antiguos derechos y privilegios»." Es lo que, al fin y al
individuos importantes», y ninguno lo es más que t1n rey-. Por cabo_,va a hacer la monarqufa prusiana, y más tarde el segundo
debajo de los monarcas, la corte y los ministros, la organización del imperio alemán, cada vez que se encuentre con una grave crisis inte~
gobierno y de la administración, la hacienda y los tributos, y) en rior: dirigir las energías nacionales hacia un enemigo externo -que
quinto lugar, «la situación pública», explicada de tal manera que la puede incluso ser, a un tiempo, externo a1 <<pueblo» pero interior
pobreza de Castilla, para citar un solo ejemplo, s,, nos presenta en un sentido geográJico,como los comunistas o los judíos- y cohe-
como causada por el catolicismo, Ia «concepción jerárquica del mun- sionar la sociedad en torno al estado, usando a medias de la repre-
do,> y el gusto por «pasar su vida alegremente y sin esfuerzo» de sión y de la fabricación de consenso.
los españoles. «Carecían del sentido de la laboriosidad que exige una --'Para contribuir a esta identiJicación de pueblo y estado, Ranke
aplicación lucrativa», concluirá, y así no se podía logra.r nada. Por- mostrará siempre reverencia hacia el póder,* •y hablará con todo
que «lo que no arraiga vitalmente en el espíritu de una. nación, no respeto de los dirigentes, atribuyendo"'Tos''m.áselevados motivos a
puede .llegara florecer eJicazmente».Tras esta trivialidad, el análisis ha prep3rado así elcan¡ino para la.su~!~i6°: '
sus actos. El ~-~S!()riador
del estado está concluido y puede pasar a la segunda parte, dedicada absoluta de lo~ ciudadanos al poder, sin discusiones ni ratQllawii;n- "'
a la acción de «la monarquía española ·en el mundo,,, que se reduce, ·1os;iJiiésto~quéefest:icfoerícarit:i"a'lanación y ésta nofiace otra cosa
como era de esperar, a las guerras que la enfrentaron a otros es• qüeséguir]as pautas Jijadas por el dedo de Dios. Como dirá Taylor,
tados.21 esros-1íoml:íres«veían el estado, quienquiera que lo rigiese, como
//[a identificación entre los conceptos de <<estado>>
y «nación» es parte del orden divino de las cosas, y creían que era ?U deber asen-
ionscieríte"y·deliberada.·:Rankenos dice·c¡üe·eraciiñiecíii:í1cntom:is tir a este orden». No se opusieron a él, raras veces protestaron y
/1mportánté de su tiempo ha ..sido «la renovación y el nuevo desa- acabaron justiJicando todos sus actos: «Ranke "explicó" la revocación ¡1
: rrollo de las nacionalidades» y su integración en el marco de los dd edicto de Nantes; sus sucesores "explicaron" las cámaras de /;
• estados, que no podrán en lo sucesivo subsistir- sin ellas. Roto el gas».23
viejo consenso, los estados deben apoyarse ahora en la conciencia Estos «sucesores», como Treitschke (1834-1896), no tendrían
de_icl,r¡tic:ladnaci;;ñ".Tdelos siiJimtqs,fo_ cua]exige queseles. eillfüue que hacer otra cosa que proseguir la obra de sacralizacióndel estado,
en una ..nueva _historla,...qu.e7 no hablará __ de _socieqa<I, _estadioso.J.lro• identificado con «el pueblo unido por la ley y considerado como
gresii, de modos de subsisiencia o de lucha .!l,.slª§es =a.i;gumentos una potencia independiente», que tiene el derecho de «hacer preva•
--•······ ·-·-··"-•··· ··.·.·; ···••··,·. ·····:7"-··;. •• • •• •• . , ....
qu, conducen a una vJSJoncrmca .y. aeb1ht.m:1Ja.s()~~s1or¡_ sggal-, lecer por las armas su voluntad contra toda voluntad extranjera».
si_~g __sóI9____
cle___ pueblos,._.c:le.,
..ulliclages.intetc!is.ht~§.._cir.n~!lt\\dJts ..tn"el El Jin de las naciones-estado es la guerra:
sentimiento ~o.rp(¡¡¡de la nadon~lidad.. La propia Revoiución fran•
• cesa es reinterpretada en estos términos. Ranke nos dice que todo La guerra no es sólo una necesidad práctica: es también una
gran pueblo reclama una posición internacional acorde con su dig• necesidad teórica, una exigencia de la lógica. El concepto de estado
nidad. Los gobiernos franceses de la segunda mitad del siglo xvm implicael conceptode guerra, puesto que la esenciadel estado es
fracasaron en ofrecer esta satisfacción a sus súbditos y, cuando qui• la potencia. El estado es el pueblo organizadoen potencia sobe-
rana. Tiene como primera misión la de asegurarse su propia exis-
sieron tomar medidas de reforma interna para corregir las cosas,
tencia, de protegerse contra los enemigos interiores y exteriores.24
se equivocaron y abrieron el camino a la revolución. La fórmula
correcta era la de otros países, que «habían sabido poner en tensión
sus fuerzas nacionales, con extraordinarios sacrificios, para llegar a
desplegar un gran poder en el exterior». No sin problemas, puesto * «El poder de por sí no es otra cosa que fa for.made manifestarse
un ente espiritual, un genio propio dotado de vida propia, que se ajusta •
que «habla sido necesario, para eHo, eliminar en todas partes muchos a condiciones más o menos peculiares y. que se ctea su propia órbita de
obstáculos nacidos de la situación interior y, en no pocos casos, aten· acción" (L. von Ranke, P11eblos y Cl'/ii;/Os,p, 520),

j
132 l!lSTORlA: AN'1LISIS DEL PASADO Y PROYECTO SOCIAL
-- 133
La necesidad de eliminar obstáculos nacidos de la situación interior~ dí~tintas: 5Ítuando lo individual en su medio ( en '.'-Ucomplejo histó~
planteada por Ranke, se ha convertido ahora en fa consagración del rico.i o estructurándolo en el tiempo (en su desarrollola Sólc que,
derecho del estado a <<protegersecontra los enemigos interiores», en uno y otro caso, <<Jnedio· > y <<desanoIIo:i)son examinadosde
1

del que los gobiernos alemanes h,irían -y siguen haciendo en la forma indlvidnal; no hay «leyes>).en fo historia que se asemejen
,1ctualid,1d- un amplio, pero muy discriminado, empleo. . a las de fas ciencias de lu naturaleza. Hay causalidad, pero ésta se
A comienzos del siglo xx, la crisis dd historicismo :r.~_evi4~e, refiere siempre a fa relación entl'e sucesos individuales y jamás per~ •
lo quer-=xplica su;1e un.aser1e_dé~·1ñtCiif()S'1le':
}lfi:gi~r;m. sll[1erar,fills·- mite una generalización. la selección de los hechos con los que el
ilmitacionesen ..d tem:no CO0~tC!Q ..de"l:i..histPrla,.AlL!lem.!'Q_ que historiador construye la historia se !mee en funci6n ck ,,valores»
fesfüfiilia ·completaméñié";;;;;·mbado en el de hi teoría económica, trascendentes, que están más allá del objeto y del sujeto. la histork
tras ·¡;r,¡¡;,¿¡.-·¡,t,de"füíefodi:Jsii'••ne··ct>ndujl)"'"U~reivhlditiíf
1,rprima-
·da·c1e·1o·teóhcc,.,S-'Iás'córricn t! filos6ficÜsc¡t1e·proponían la"revi•
se convierte asi en una construcción mental erigid.a por eJ hornbrt:;,
y 1"concepción de un progreso histórico es una tr-ampa.,,Sólo pode-
síélñ'delhlsíoti~ismo, lo hadan con el fin de legitimarlo, como se mos c!llificarde progreso el desarrollo que conduce hacia una deter-
advierte en el hecho de que no se interesaran en absoluto por los minada formi1ción, si ésta ha sido establecida previamente como
problemas concretos de la investigadón -en los que aceptaban los valiosa en .función de una escala de valores.>>2<> Con lo que no denun~
planteamientos histotkistas-, sino única y exclusivamente por los ciaba, en realidad, ninguna inferiorid!!d de la historia, sino el esca-
de la fundamenrnd6n filosófica de los m¿todos. Devolvían, así, su moteo con que los historicistas -y sus colegas acadérnicos, sea cual
quebrantada confianza al historiador ac-Jdémicoque se limitaba a fuere su denominación de secta- habían tratado de ocultar que
desempolvar y encolar «hechos hist6rkos», explicándole que lo que erigían el preseme, el o.tden socfol establecido, en punto de arribada
estaba haciendo no sólo era «científico» -aunque fuese dentro de de la evolución histórica de la humanidad.
una cienda de rango inferior-, sino que era la única forma lícita\ Aunque anterior en el tiempo a algunos neokantianos, DHthey
de trnbajar en d cílmpo de fa Listotfo. Pero el resultado final, difícil-¡ ' ( 183J.f 9 l 1) influvó con retraso en la filosofía de ,la hist.Oria.*Para
mente predsible, fue que se minaron los cimientos mismos del his-· , Wilhelm 1:I¿)íihetno son dos campos cfütíntos lo que establece la
toricismo y se ayudó a abrir el camino poi: el que se impondrían diferencia er1Tte··1as ciencias de la n.1tmakza y fas del espíritu, sino
nuevas tendencias en las ciencias sociales -el complejo integrado el diverso comportamiento de estas ciencias. Lo que es físico, incluso 1
por matginalismo, funcionalismo y esttucturalismo--, que acabarían en el hombre, es accesible al conocimiento científico-n,1tur,i[,mientras
transformando fo propia historia académica. que aquello que constituye el obje10 de las ciencias del ,•spiritu s6lo
En esta linea se sitúa elneokantismo.de la escuela de MarburgP, puede ser «comprendido»; los estados humanos se viven: son maní..
cuyo te61'ico m{ts representúivo és :Heinr.ichtkkert (1863-1936). festadones de vida. La vida, tan compleja, sólo puede ser aprehendi-
Para Rkkert, la realidad empírica es múltiple e inabarcable en su da a través de nuestras propias experiencias de vida: de nuestras
totalidad. La forma en que las diversas ciencias se enfrentan a ella vivencias.
es distinta. Las ciencias de la naturaleza lo hacen con un método
«generalizador», que usa de los conceptos de ley, género y espe_cie, Se trata del hecho Je! comprendermedi.inteel cual la vida se
con lo que consiguen un conocimiento general de la realidad,. mien- esclarece a sí. mismaen su hondura y, por otra parte.,nos compren•
tras que el individuo, con todo lo que tiene de único y de urepe-
tible, les escapa. Es esto, en contrapartida, lo que recogen en su * Así, Ortega y Gasset descubría simu1táne:tmente, allá por los
conceptualización las ciencias de la cultura, entre las cuales figura años treinta, el pensamientode Dilthey y el hecho de que la Segunda
la historia, que incorporan además la noción de «valor», ause~te ~e República española era demasiado radical para su gusto: dos cosas perM
fectamente coherentes entte sí. (Véanse los artículos sobre Dilthey, publi-
las ciencias de la naturaleza. Ello no quiere decir que la historia cados originalmenteen los años 1933,1934,en José Ortega y Gasset,
prescinda totalmente de lo general, que reaparece de dos maneras Kant,Hegel,Dilthey,Revistade Occidente,Madrid, 19731, pp. 129·201.)
1.34 HISTORIA: ANÁL!SlS DEL PASADO Y PROYECTO SOCIAL
I,
demos a nosotros mismos y comprendemosa otros a medida que
vamos colocandonuestra propia vida «vivida» por nosotros en toda
clase de expresión de vida propia y ajena. Así, pues, tenemos que
1a conexión de vivencia, expresión y comprensión constituye el
método propio por el que se nos da lo humanocomo objeto de las
ciencias del espíritu.2í

Pero aunque muchos de estos tópicos han sobrevivido en esa


mescolanza de materiales filosóficosde derribo en que el historiador
CAPÍTULO 7
académlco suele cimentar su práctica cotidfona, o son pomposamente
redescubiertos de tanto en tanto por algnna de esas mentes gene-
rosas que siempre están dispuestas fl Huminar con su ciencia a los EL MATERIALISMOHISTÓRICO
pobres historiadores perdidos en el bosque de sus dudas filosóficas, Y LA CRÍTICA DEL CAPITALISMO
no van a ser los continuadores del neokantismo v de la «filosofía
a
de la vida» los que marquen la ruta seguir desp~és de 1917. Por
La revolución de 1830 Jlevaba en su seno muchas esperanzas
entonces se necesitaba mucho más que el viejo historicismo, reno- i
vado o no en sus fundamentos filosóficos.Nuevas corrientes contra- que acabó -ctefrauclanclopor completo. A su término, no se había
rrevolucionarias se presentarán como antídotos a las concepcignes logrado en Francia gran cosa más que cambiar de dinastía, retocar
históricas marxistas, que hasta entonces no habían preocupado a una fa
!• <<carta»~ as~gurar el poder a burguesía. En Inglaterra, el con-
culfüra acaclefüiCa-que·podía· permifii:se er··lüjo·aclgnorir.incluso ¡unto de ag1tac1onesque tuvieron lugar en los años 1830-1832 du-
suexistencia:I'lTckefto15ilthey no sedo iñTs~q;,e los pr"ecursores rante la llamada «crisis de la reforma», no sólo obedecieron al n:ales-
de los-ñuevos profetas; su tarea se habrá limitado a limpiar la 1a1·campesino, que desembocó en la gran revuelta del sur sino a
maleza para abrirles camino. motivaciones políticas; Pero las revueltas fueron aplastadas ; la a•i•
tación no dejó tras de sí más que la reforma parlamentaria de 1832
que no satisfacía las demandas populares. En Alemania, las ;;-iod~'.
radas conquistas liberales alcanzadas en algunos estados se desvane-
cieron muy pronto y las cárceles se llenaron con las víctimas de
1~ r'.'presión. En It~lia, la revolución de 1831 fue sangrientamente
liqmdada por Austria, dejando latentes las aspiraciones nacionalistas
revoludonarias.1
Pero hay otro hecho dominante en estos años, además del fra-
J:i
caso de .~evolución,y es la creciente conciencia de que las pro.
mes.assmith!anas.de que el capitalismo traería la felicidad para todos
no iban a cumplirse. El debate acerca de las consecuencias sociales
de la industrialización británica ha dado lugar a auténticas filigranas
en el arte de disfrazar la realidad; pero la evidencia del paup;rismo
de los años 1837 a 1842 resulta difícil de ocultar y como diría un
testimonio de la época, tras ofrecernos los resultados de una encuesta
que abarcaba a un tercio de la población de Manchester no se veían
remedios locales y temporales que pudieran paliar ;l mal: «El

También podría gustarte