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VALLE DE ORURO
Helena Blavatsky
I. INTRODUCCIÓN
QQ:.HH:., es para mí un honor y una dicha, el hecho que nuestro V:.M:., me haya
designado como el primer expositor de un trazado de Segundo Grado, en la
presente gestión, es por tal motivo que, deseo expresar mis más sinceros
agradecimientos al R:.H:. y V:.M:. Walter Veizaga.
Antes de comenzar este humilde trazado, quiero pedir a mi V:. y al Taller en
general, su benevolencia para escucharlo y dispensar los errores en que yo
incurra, ya que, independientemente, de la edad masónica que ostento, considero
que mi capacidad aun es muy pobre, pero en el afán de cumplir con lo que se me
fue designado, daré mi mayor esfuerzo.
II. DESARROLLO
como poseedores del Logos Filosofal.
III. CONCLUSIÓN
Para lograr trascender el ego, es importante que el masón se desprenda de las
influencias del mundo material, del mundo de la naturaleza y de sus leyes; pues
en este plano material en el cual habitamos, la materia es densa y como tal es el
mundo de la corrupción y de la muerte. Es el mundo del mal y de la oscuridad, de
la animalidad y de la ferocidad, de la ambición y la codicia, de la egolatría, el
egoísmo y la pasión. El masón debe desligarse de todas estas imperfecciones,
debe sacrificar estas tendencias que son privativas del mundo exterior y material
de la existencia.
Trascender el ego significa incapacitar a un ego pervertido, que se preocupa sólo
por sí mismo por encima de todas las demás consideraciones, y que mentirá,
engañará, juzgará o incluso dañará para mantener su status quo o su búsqueda
de poder y dominación.
Con la lectura y conocimiento, adquiridos por mi persona desde el momento de mi
iniciación, hasta la fecha, puedo indicar que es el ego quien ocasiona que
R∴ B∴ L∴ S∴ ADOLFO BALLIVIÁN Nº 5
VALLE DE ORURO
coloquemos los velos sobre nuestra alma, lo que nos da la impresión de que
estamos desconectados de la Luz y por tanto alejados de la virtud.
Para el recién iniciado, la virtud supone vencer las pasiones y someter la voluntad,
pero a medida que el masón avanza en su camino iniciático, ese mismo concepto,
va tomando otros matices que requieren del masón no solo el dominio de sí
mismo, sino un anhelo de perfección.
Para lo cual, debemos utilizar el nuevo conocimiento adquirido y debemos tratar
de desarrollar hábitos, que nos permitan transmutar nuestros egos y de estar en
disposición de perfeccionarnos continuamente para sacar lo bueno y mejor de
nosotros mismos.
Es cuanto