El gran historiador marxista del "mundo moderno", Eric Hobsbawm, siendo una teoría política y económica que se originó a mediados del siglo XIX con la obra del filósofo alemán Karl Marx, sostiene que es un sistema económico basado en la propiedad privada de los medios de producción, lo declara injusto porque explota a los trabajadores y favorece a los propietarios. Es cierto que durante la Revolución Francesa y la Revolución Americana, las universidades no jugaron un papel destacado. En parte, esto se debió a que en ese momento las universidades estaban muy vinculadas a las iglesias y monarquías, y por tanto no al paso de las corrientes revolucionarias que estaban surgiendo. Sin embargo, en la Revolución de 1848, las universidades y los estudiantes sí jugaron un papel importante, especialmente en los movimientos nacionalistas que surgieron en muchas partes de Europa. Los estudiantes a menudo se organizaban en sociedades secretas y participaban en mítines y protestas. También escribieron artículos y panfletos promoviendo la causa nacionalista y exigiendo reformas políticas. En cuanto a los primeros trabajos de Habermas sobre la esfera pública en el siglo XVIII, es cierto que las universidades no eran el centro de la actividad política y cultural que allí se desarrollaba. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la esfera pública se desarrolló en múltiples escenarios, no solo en universidades, sino también en clubes, cafés, imprentas y otros lugares donde se congregaban personas con intereses y preocupaciones similares. Las universidades pueden haber jugado un papel limitado en este proceso, pero no fueron los únicos actores relevantes. Mencionando ese interesante comentario de Pedro Calosa en 1930 liderando una rebelión rural armada contra los lideres estadounidenses de Filipinas y realizando una entrevista en 1960 diciendo “no existían adolescentes”, es decir que en esa época los jóvenes de la escuela lo culminaban a los dieciséis y entran a trabajar años de edad. En esa etapa había sólo dos o tres universidades a las que asistían principalmente los hijos de la oligarquía adinerada. También agradecerle por compartir sus propias experiencias como estudiante de pregrado en la Universidad de Cambridge. Es fascinante ver cómo la educación y el acceso a la educación han evolucionado con el tiempo. Es de destacar que en el momento de la rebelión de Calosa, la mayoría de los jóvenes no continuaban su educación después de la escuela secundaria, y solo unos pocos tenían la oportunidad de asistir a la universidad. Esto es muy diferente de lo que sucede en muchos países hoy en día, donde la educación secundaria y terciaria es mucho más accesible para un número mucho mayor de personas. También es interesante que menciones que la Universidad de Cambridge en la década de 1950 era un lugar conservador y apolítico, donde no había mucho activismo estudiantil. Esto contrasta con muchos campus universitarios en la actualidad, donde la política y el activismo estudiantil son muy prominentes. La evolución de la educación y el papel que juega en la sociedad es un tema fascinante para explorar. Presentando diversas reflexiones personales sobre su experiencia universitaria y su accidental politización durante la crisis del Canal de Suez en 1956. Sugiriendo que la tradición y dificultad de los estudios de Economía contrastan con la falta de desafío que encontró en sus estudios de Lenguas y Literaturas Clásicas. Además, el autor comenta que nunca consideró la idea de realizar una maestría o doctorado en su campo de estudio. Sin embargo, accidentalmente se politizó al presenciar una protesta de estudiantes de piel oscura y ser golpeado por un grupo de jugadores de rugby ingleses. El autor cuestiona la mentalidad racista y reaccionaria de estos estudiantes y sugiere que la universidad es en parte responsable de aceptar a jóvenes adinerados con tales actitudes. Finalmente, la reflexión sobre la crisis del Canal de Suez como expresión de la decadencia del gran imperio británico, que ya había perdido la India y Ceilán. En general, el texto ofrece una mirada crítica sobre la universidad y la sociedad británica de la época. Destaca dos aspectos importantes de la historia política y cultural del Reino Unido. En primer lugar, se menciona que las entidades que dirigieron Londres durante siglos no eran entidades estatales, sino que estaban controladas por el clero. Este detalle es relevante porque muestra que la estructura política y administrativa del Reino Unido no siempre ha sido la misma y ha evolucionado con el tiempo. En segundo lugar, se señala que el Reino Unido es un estado monárquico no nacional, lo que significa que la identidad nacional no se basa en una sola nación, sino en la unión de diferentes naciones bajo una misma corona. Esta peculiaridad es importante porque influye en cómo se ha desarrollado la identidad británica y cómo se han relacionado entre sí las diferentes naciones que componen el Reino Unido. También se menciona la influencia del imperialismo en la construcción de la identidad británica, particularmente después de las guerras napoleónicas. Esta ideología promovía un concepto abstracto de lo británico, que se basaba en la idea de superioridad y dominio sobre otros pueblos y culturas. En resumen, destaca aspectos importantes de la historia y la cultura del Reino Unido que han influido en su identidad nacional y cómo se ha desarrollado a lo largo del tiempo.
La conexión entre universidades y nacionalismo, ilustrando el caso de América
gobernada por el imperio español y cómo los jóvenes criollos y mestizos enviados a estudiar a España adquirieron una identidad colectiva como americanos en lugar de ser considerados verdaderos españoles. También se menciona cómo las universidades españolas eran en general oscurantistas y sin importancia, pero en la década de 1870 España comenzó a permitir que los habitantes de sus colonias estudiaran allí. En Filipinas, los estudiantes filipinos en España compartían un estatus de nivelación común y leían los mismos textos, lo que los llevó a formar un colectivo íntimo y contribuyó al crecimiento del nacionalismo filipino. Además, se menciona que el nacionalismo siempre comienza en el exilio, según el historiador Lord Acton. La vida de José Rizal, un héroe nacional filipino que vivió en la era colonial española. En este episodio, el profesor de historia Miguel Morayta, quien también fue Gran Maestro de la masonería española, pronunció un discurso en la Universidad Rizal atacando a la jerarquía católica y su oscurantismo. En el discurso, Morayta presentó evidencias de que el Rig-veda sánscrito fue escrito antes que la Biblia y que los antiguos egipcios fueron los primeros en postular la existencia de castigos en el más allá, milenios antes del Antiguo Testamento. La jerarquía católica, molesta por estas ideas, excomulgó a Morayta por herejía y desacato a las tradiciones y valores españoles. Los estudiantes universitarios, incluido Rizal, respondieron con una huelga de dos meses y recibieron el apoyo de otros estudiantes de universidades españolas y europeas. El gobierno español, encabezado por el presidente del Gobierno ultraconservador Antonio Cánovas, respondió con represión, arrestando y golpeando a muchos estudiantes. Rizal, quien usó tres disfraces para evitar ser arrestado, se escondió en la casa de Morayta. Para Rizal, este episodio demostró que el nacionalismo filipino era inseparable del internacionalismo. Los estudiantes de la universidad habían creado redes de apoyo internacional en las universidades de Europa, lo que les permitió hacer frente a la represión del gobierno español. Este episodio también mostró la importancia del conocimiento histórico y científico en la lucha contra el oscurantismo y la opresión. La experiencia de jóvenes nativos de las Indias Orientales (ahora Indonesia) que fueron enviados a estudiar a universidades de los Países Bajos a fines del siglo XIX. Estos jóvenes experimentaron un choque cultural similar al vivido por los estadounidenses y la generación de Rizal en Filipinas, ya que en Holanda no encontraban relevante su identidad religiosa, etnia o estatus social que les era importante en su país de origen. Es interesante notar que hasta la desaparición del régimen colonial a manos del imperio japonés en 1942, no había universidad en las Indias, solo facultades no relacionadas de Derecho, Medicina e Ingeniería, mientras que en Filipinas existía la Universidad. de Santo Tomás, fundado en el siglo XVII y aun firmemente en manos de la orden dominicana. La migración de estos jóvenes a los Países Bajos fue estimulada por la falta de oportunidades educativas en su país de origen y por la necesidad de formarse en disciplinas específicas para contribuir al desarrollo de su país. Sin embargo, su experiencia en Holanda fue difícil debido a las diferencias culturales y la discriminación que sufrieron por su color de piel y origen étnico. En general, destaca cómo la educación y la experiencia en otros países pueden ser importantes para el desarrollo de una nación, pero también destaca los desafíos que enfrentan los estudiantes que migran a otros países y cómo estos desafíos pueden afectar su capacidad de contribuir al desarrollo. De sus países de origen. La evolución del nacionalismo anticolonial en Indonesia y su conexión con los movimientos estudiantiles universitarios. Según el texto, las universidades de la metrópolis tuvieron el efecto de eliminar las diferencias de estatus originales y fomentar la solidaridad generacional, lo que llevó a la formación de organizaciones como Perhimpunan Indonesia (PI), que defendía el nacionalismo indonesio y promovía el uso del idioma malayo en su lugar. De holandés, también destaca la influencia del socialismo y otros movimientos anticolonialistas en la formación del nacionalismo indonesio y cómo algunos estudiantes indonesios se unieron al movimiento clandestino liderado por comunistas en nombre del marxismo mundial después de la ocupación alemana de los Países Bajos. Señalando que la experiencia de Indonesia no es única y que en las universidades también surgieron otros movimientos anticolonialistas, como los de India, Ceilán, Birmania, Ghana, Senegal y Timor Oriental. Además, sugiere la necesidad de estudios transnacionales más amplios sobre los nacionalismos surgidos en las universidades, no solo los de tipo anticolonial. Los estudiantes son una formación social peculiar, organizada como una anti-jerarquía, y su papel en la configuración de los movimientos sociales y políticos necesita más estudio. Es un análisis de la vida en el campus universitario y su papel en la formación de movimientos sociales. El autor destaca que la vida en el campus tiene un efecto nivelador en términos de jerarquía social, permitiendo que estudiantes de diferentes orígenes se unan en una solidaridad temporal. Aunque los estudiantes no tienen trabajo ni familia, lo que les da cierta libertad para pensar y hablar sobre temas políticos y sociales, también son una élite nacional. El autor sugiere que los estudiantes universitarios pueden ser vistos como "Blitzkriegers", capaces de iniciar movimientos sociales de masas, pero que a menudo son absorbidos por nuevas formaciones sociales nacionales de las que desean ser líderes. A pesar de su identificación histórica con la izquierda internacionalista, el autor argumenta que los estudiantes pueden ser una fuerza positiva para el cambio social, ya que heredarán el mundo que las generaciones anteriores han depredado. En general, el extracto parece sugerir que los estudiantes universitarios tienen un papel importante que desempeñar en la lucha por la justicia social y la transformación política, pero que también deben ser conscientes de sus propias limitaciones institucionales y su posición privilegiada dentro de la sociedad.