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La historia de Kenworth se remonta a 1912, cuando George T.

y su hermano Louis Gerlinger


Jr. fundaron una distribuidora de automóviles y camiones bajo el nombre de Gerlinger Motor
Car Works. En 1914, decidieron construir su propio camión, bautizado como Gersix. Con
carrocería de acero, incorporaba un motor de seis cilindros en línea, que lo hacía más potente
e ideal para los abruptos terrenos del noroeste de Estados Unidos, donde se utilizaban en la
industria maderera.
En 1917, la Gerlinger Motor Company se trasladó a Tacoma, Washington. Allí el empresario
Edgar K. Worthington comenzó a interesarse y relacionarse con Gerlinger y su compañía,
cuyo camión, el Gersix, estaba experimentando un notable éxito en el noroeste de los Estados
Unidos. Así, en 1917, Worthington y su socio Frederick Kent adquirieron Gerlington Motor
Company, que pasó a llamarse Gersix Motor Co.
En 1923, la compañía adoptó el nombre de Kenworth Motor Truck Company, fusión de los
nombres de ambos accionistas, Harry Kent (hijo de Frederic Kent, quien se había retirado en
1919, dejando el cargo a su hijo) y Edgar K. Worthington.
A partir de mediados de la década de 1920, la compañía comenzó una práctica que la
distinguiría hasta la actualidad: la producción de camiones por encargo, a gusto del
comprador.
En 1926, Kenworth comenzó a fabricar autobuses y, en 1933, se convirtió en la primera
compañía americana en ofrecer de serie motores diésel. Un año más tarde, en 1927, se crea
la primera planta de producción en Canadá. En 1945, Kenworth fue adquirida por la Pacific
Car and Foundry Company (PACCAR), el tercer mayor fabricante de camiones pesados del
mundo.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la demanda de camiones aumentó considerablemente,
así como la calidad de estos. Cabe mencionar que, tras el ataque japonés a Pearl Harbour,
Seattle fue declarada como una zona de riesgo ante posibles ataques, por lo que la
producción se trasladó temporalmente, hasta el fin de la guerra, a un parque de atracciones
en Yakima, Washington.
Tras la Segunda Guerra Mundial, la compañía había adquirido una gran capacidad en la
producción de camiones y la demanda nacional e internacional aumentaba.
En los años posteriores, sus camiones demostraron una gran fiabilidad y resistencia.
Comenzaron a ser adquiridos por compañías petroleras que necesitaban trabajar en lugares
extremos como desiertos y el ártico, y fueron muy valorados por su fiabilidad y durabilidad en
estos terrenos.
A finales de la década de 1950, Kenworth dejó la producción de autobuses.
En 1968, ante la gran demanda australiana de camiones y con el fin de evitar los aranceles de
importación, se funda una planta de producción en Melbourne, la primera de Australia.
A partir de la década de 1980, se comenzó a hacer camiones más aerodinámicos, que
redujeron notablemente el consumo y mejoraron la maniobrabilidad.
En la actualidad, Kenworth fabrica una gran variedad de camiones en diversos países.

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