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CARRERA DE MEDICINA
Autores:
INTRODUCCIÓN
Este sistema está conformado por piezas duras y rígidas, y partes más blandas y flexibles. Es el
más voluminoso del cuerpo humano y el responsable de los movimientos del cuerpo, el sostén y
la protección de los órganos vitales (1). grupa tres subsistemas: el sistema óseo, integrado por el
esqueleto; es decir, todos los huesos de nuestro cuerpo; el sistema muscular; que permite el
movimiento armonioso de todas las partes del cuerpo y el sistema articular; es decir, las uniones
entre los huesos (2). Los huesos son piezas óseas, resistentes y duras, que se relacionan entre sí.
El conjunto de huesos se llama esqueleto. Una de las funciones del esqueleto es sostener las
partes blandas del cuerpo, Las articulaciones son un conjunto de partes blandas que unen dos o
más huesos y los músculos cubren casi totalmente el esqueleto (salvo la parte del cráneo); sus
extremos se insertan en los huesos. Están atravesados por venas y arterias, que llevan glucosa y
oxígeno a sus células. Son la parte activa del sistema: como se contraen y se relajan, actúan
como verdaderas palancas y mueven los huesos. Cada movimiento es el resultado de la
contracción y la relajación simultánea de los pares de músculos intervinientes (3). En el
envejecimiento tiene lugar un deterioro funcional de los tejidos, órganos y sistemas del
organismo, especialmente de aquellos que mantienen la homeostasis corporal y,
consecuentemente, la salud del individuo, lo que supone una mayor morbilidad y mortalidad con
la edad (4)
Las vértebras pierden parte de su contenido mineral, haciendo que cada hueso sea más delgado,
los arcos del pie se vuelven menos pronunciados, lo que contribuye a una pérdida ligera de
estatura, además, Los huesos largos de los brazos y las piernas son más frágiles debido a la
pérdida mineral pero no cambian de longitud (6).
La tasa de reparación de una fractura disminuye a partir de los 30 años, disminución de las
células osteoprogenitoras, un aumento del potencial adipogénico en la médula ósea a expensas de
la condrogénesis y la osteogénesis, existe alteración de la competencia osteoblástica para
modular la osteoclastogénesis (4).
A medida que envejecemos, también disminuye nuestra capacidad de generar músculo, lo cual
nos lleva a sufrir una pérdida progresiva de masa muscular. Entre los 30 y los 80 años se
pierde un 30 a 40% de la masa muscular. Dicha pérdida no es lineal y se acelera con la
edad. La fuerza muscular disminuye asimismo con los años, ya que las fibras tipo II
(rápidas) disminuyen mas que las fibras tipo I y las unidades motoras reducen su
densidad. Las enzimas glicolíticas reducen su actividad más que las oxidantes. La menor
actividad de la hormona de crecimiento y andrógenos contribuye a la disfunción muscular
(10). A esto lo llamamos sarcopenia: condición que sucede de manera natural con el tiempo si no
se toman acciones para frenar o retrasarla (11). La masa corporal magra disminuye. Esta
disminución se debe en parte a la pérdida del tejido muscular (atrofia). La velocidad y la
cantidad de los cambios musculares parecen ser provocados por los genes. Los cambios
musculares empiezan, con frecuencia, a los 20 años en los hombres y a los 40 en las mujeres (6)
Entre lo efectos de todos los cambios mencionados pueden encontrarse: Disminución de estatura
por pérdida de líquido en los discos intervertebrales y del contenido mineral de las vértebras,
aparición de espolones óseos en las vértebras, los huesos se vuelven más porosos y con mayor
incidencia de osteoporosis y, por lo tanto, mayor riesgo de fracturas, mayor frecuencia de
problemas inflamatorios en las articulaciones con deformidades de las mismas, tendencia a la
flexión de las rodillas y caderas, el movimiento es más lento y puede verse limitado, la marcha
puede volverse inestable con pobre balanceo de los brazos. La fatiga se presenta con mayor
facilidad, la fuerza y resistencia cambian. Al disminuir la masa muscular se pierde fuerza, pero la
resistencia puede verse aumentada debido a los cambios en las fibras musculares (8).
CONCLUSIONES
El envejecimiento del sistema óseo es un proceso natural e inevitable que afecta a todas las
personas a medida que envejecen, este proceso implica cambios estructurales y funcionales en
los huesos que pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida, a pesar de estos
cambios, es posible minimizar los efectos del envejecimiento del sistema óseo a través de un
estilo de vida saludable, que incluye una dieta rica en calcio y vitamina D, ejercicio regular y
evitar hábitos poco saludables como fumar y el consumo excesivo de alcohol.
Uno de los cambios más comunes que se producen en las articulaciones con el envejecimiento es
la disminución de la flexibilidad y la movilidad. La disminución de la producción de líquido
sinovial, el desgaste del cartílago y el aumento de la rigidez son algunos de los factores que
contribuyen a esta disminución de la movilidad, además, con el envejecimiento también aumenta
el riesgo de sufrir lesiones en las articulaciones debido a la disminución de la densidad ósea y la
fragilidad de los huesos, lo que vuelve a estos cambios un factor de vulnerabilidad en el adulto
mayor, lo que implica que debe existir un correcto estilo de vida que ermita reducir los efectos
adversos del envejecimiento sobre estas estructuras.
BIBLIOGRAFÍA
11. OrtoProno. Los cambios en los huesos por el envejecimiento. Ortoprono. 2021.