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Este poema describe la vida retirada y tranquila de un hombre que huye del ruido y cuidados del mundo. Vive en paz en la montaña, disfrutando de la naturaleza, el canto de las aves, y su propio huerto. Mientras otros persiguen el poder y riquezas, él encuentra felicidad en la soledad y armonía con la naturaleza.
Este poema describe la vida retirada y tranquila de un hombre que huye del ruido y cuidados del mundo. Vive en paz en la montaña, disfrutando de la naturaleza, el canto de las aves, y su propio huerto. Mientras otros persiguen el poder y riquezas, él encuentra felicidad en la soledad y armonía con la naturaleza.
Este poema describe la vida retirada y tranquila de un hombre que huye del ruido y cuidados del mundo. Vive en paz en la montaña, disfrutando de la naturaleza, el canto de las aves, y su propio huerto. Mientras otros persiguen el poder y riquezas, él encuentra felicidad en la soledad y armonía con la naturaleza.
se muestra la color en vuestro gesto, y que vuestro mirar ardiente, honesto, con clara luz la tempestad serena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto por el hermoso cuello blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena:
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera por no hacer mudanza en su costumbre.
ODA I VIDA RETIRADA
Fray Luis de León
¡Qué descansada vida ni del dorado techo
la del que huye del mundanal ruïdo, se admira, fabricado y sigue la escondida del sabio Moro, en jaspe sustentado! senda, por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han No cura si la fama
sido; canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama Que no le enturbia el pecho la lengua lisonjera de los soberbios grandes el estado, lo que condena la verdad sincera. ¿Qué presta a mi contento Y como codiciosa si soy del vano dedo señalado; por ver y acrecentar su hermosura, si, en busca deste viento, desde la cumbre airosa ando desalentado una fontana pura con ansias vivas, con mortal cuidado? hasta llegar corriendo se apresura.
¡Oh monte, oh fuente, oh río,! Y luego, sosegada,
¡Oh secreto seguro, deleitoso! el paso entre los árboles torciendo, Roto casi el navío, el suelo de pasada a vuestro almo reposo de verdura vistiendo huyo de aqueste mar tempestuoso. y con diversas flores va esparciendo.
Un no rompido sueño, El aire del huerto orea
un día puro, alegre, libre quiero; y ofrece mil olores al sentido; no quiero ver el ceño los árboles menea vanamente severo con un manso ruïdo de a quien la sangre ensalza o el dinero. que del oro y del cetro pone olvido.
Despiértenme las aves Téngase su tesoro
con su cantar sabroso no aprendido; los que de un falso leño se confían; no los cuidados graves no es mío ver el lloro de que es siempre seguido de los que desconfían el que al ajeno arbitrio está atenido. cuando el cierzo y el ábrego porfían.
Vivir quiero conmigo, La combatida antena
gozar quiero del bien que debo al cielo, cruje, y en ciega noche el claro día a solas, sin testigo, se torna, al cielo suena libre de amor, de celo, confusa vocería, de odio, de esperanzas, de recelo. y la mar enriquecen a porfía.
Del monte en la ladera, A mí una pobrecilla
por mi mano plantado tengo un huerto, mesa de amable paz bien abastada que con la primavera me basta, y la vajilla, de bella flor cubierto de fino oro labrada ya muestra en esperanza el fruto cierto. sea de quien la mar no teme airada. Y mientras miserable- A la sombra tendido, mente se están los otros abrazando de hiedra y lauro eterno coronado, con sed insacïable puesto el atento oído del peligroso mando, al son dulce, acordado, tendido yo a la sombra esté cantando. del plectro sabiamente meneado.