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Imagina esto: Mañana, despierto y me levanto increíblemente aún más atraído hacia mi
esposa. He estado pensando en ella durante el trabajo, y no puedo sacarla de mi mente.
Muy conmovido, al llegar a casa, busco la forma de expresar cómo me siento, me arrodillo,
la miro a los ojos, mi corazón duele por extrañarla, y le digo: «Cariño, estoy loco por ti;
eres irresistible; No sé qué sucede hoy, tal vez es tu largo cabello negro o tus
deslumbrantes ojos verdes; pero me dejas sin aliento». A lo mejor estás pensando cuán
dulce soy, pero el problema es que mi esposa es rubia… y ojos azules. Entonces, quizá
suene dulce, pero me va a ir mal. Estoy en problemas.
Una de las controversias mas grandes que se ha levantado en los últimos tiempos, tiene
que ver con el tema del Espíritu Santo, la controversia no solo abarca las tradicionales
interpretaciones de los ministerios y obra del Espíritu Santo en la vida de la iglesia y los
creyentes sino también ha abarcado, la misma naturaleza del Espíritu Santo. Hoy se
discute vehementemente si el Espíritu Santo es una persona o simplemente una influencia
impersonal o quizás un nombre mas o titulo del Dios eterno.
Comenzaremos entonces diciendo con toda propiedad, conforme a la base bíblica que
tenemos que el Espíritu Santo ES UNA PERSONA, no es un mero poder, no es una
energía y no es una expresión de la divinidad, no es otro modo de manifestación del
Padre como tampoco es otra forma de manifestación de Jesús.
El «modalismo» afirma que Dios no es realmente tres personas distintas, sino una sola
persona que aparece ante las personas en tres modos diferentes en diferentes momentos.
Entonces, por ejemplo, en el Antiguo Testamento, Dios apareció como el Padre, en los
Evangelios, Dios apareció como el Hijo, y después del día de Pentecostés, Dios apareció
como el Espíritu. No obstante, esta visión se queda corta debido a todos los ejemplos en
los que vemos a los miembros de la Trinidad interactuando entre sí. ¿Estaba Jesús orando
al Padre simplemente como una farsa? ¿Cómo podría el Espíritu descender sobre el Hijo
cuando fue bautizado?
Aunque se distingue del Padre y del Hijo, el Espíritu Santo es presentado como
igual al Padre y al Hijo en los grandes pasajes trinitarios del Nuevo Testamento.
«Trinidad» es un término que la iglesia desarrolló para resumir una doctrina que se nos da
en fragmentos. Es una palabra útil que busca combinar y transmitir todo lo que las
Escrituras hablan acerca de la relación de la Deidad. La doctrina de la Trinidad es un
resumen de varios conceptos bíblicos que son indiscutibles del texto de las Escrituras. Es
decir, que hay un solo Dios, que el Padre y el Hijo y el Espíritu son personas distintas, y
que el Padre y el Hijo y el Espíritu son cada uno de ellos completamente Dios.
«El Espíritu Santo, entonces es completamente Dios. No es una tercera parte de Dios, sino
completamente Dios. Sin embargo, el Espíritu no es solo completamente Dios, también
existe eternamente junto con el Padre y el Hijo, cada uno de los cuales también posee
plenamente la misma naturaleza indivisa y divina… Lo que distingue al Espíritu del Padre y
del Hijo no es la naturaleza divina… lo que distingue al Espíritu es su papel particular como
el Espíritu Santo en relación con el Padre y el Hijo y las relaciones que tiene con cada uno
de ellos»[3].
---El Espíritu Santo es el dador de la vida que procede del Padre, es quien habló por medio
de los profetas la Palabra del Padre y es quien dio inspiración a los hombres para traer la
Palabra de Dios.
2Ped 1:21 (RVA) porque jamás fue traída la profecía por voluntad humana; al
contrario, los hombres hablaron de parte de Dios siendo inspirados por el
Espíritu Santo.
—–El Espíritu Santo puede Hablar, el hablar es una facultad que denota personalidad
1Tim 4:1 (RVA) Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos
algunos se apartarán de la fe, prestando atención a espíritus engañosos y a
doctrinas de demonios.
Hechos 8:29 (RVA) El Espíritu dijo a Felipe: “Acércate y júntate a ese carro.”
Hechos 10:19-20: «Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres
hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los
he enviado».
Hechos 5:1-4 dice: «Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió
una heredad, y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo
una parte, la puso a los pies de los apóstoles. Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó
Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de
la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu
poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a
Dios».
Aquí vemos que, según Pedro, cuando Ananías «mintió al Espíritu Santo», en realidad
estaba «mintiendo a Dios». Si mentirle al Espíritu es sinónimo de mentirle a Dios, entonces
el Espíritu debe ser Dios.
RESUMEN
Luego de que Jesús resucitó y justo antes de subir al cielo, le dijo a sus
discípulos:
Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán
mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los
confines de la tierra.
(Hechos 1:8)
Veamos algunas de sus funciones. Demos gracias a Dios por la obra del
Espíritu Santo en nosotros y pidamos su ayuda para que podamos reflejar más
de él en nuestras vidas.
1. Es el Consolador que nos acompaña y nos enseña
Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe
siempre...
(Juan 14:16)
Pero les digo la verdad: Les conviene que me vaya porque, si no lo hago, el
Consolador no vendrá a ustedes; en cambio, si me voy, se lo enviaré a
ustedes.
(Juan 16:7)
Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre,
les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho.
(Juan 14:26)
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.
(Romanos 8:14)
Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el
Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: «¡Abba! ¡Padre!» El
Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios.
(Romanos 8:15-16)
Hay tres razones bíblicas para concluir que el Espíritu Santo es una persona, así como
Dios el Padre es una persona, y así como el Señor Jesucristo es una persona:
A. Pronombres personales
La primera razón para concluir que el Espíritu Santo es una persona es el uso de los
pronombres personales referidos a él, y las declaraciones que éste hace en primera
persona. Considera Hechos 10:19-20: «Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo
el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende y no
dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado».
Cuando Jesús y los apóstoles hablan del Espíritu Santo, siempre usan el pronombre
personal: él. Esto también testifica la personalidad del Espíritu Santo.
B. Propiedades personales
La segunda razón para concluir que el Espíritu Santo es una persona se deriva de las
propiedades personales que se le atribuyen, como la comprensión o la sabiduría, la
voluntad y el poder. La operación de su voluntad, por ejemplo, se ve en 1 Corintios
12:11: «Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada
uno en particular como él quiere». En Juan 14, Jesús llama al Espíritu Santo el
Consolador. No solo consuelo sino el Consolador. El Espíritu Santo tiene estas
características personales y está involucrado en actividades personales. El Espíritu Santo
revela, enseña, consuela, aconseja, ayuda y ama. Puede entristecerse, se le puede mentir,
blasfemar.
En todas estas cosas, vemos la clara personalidad o identidad distintiva del Espíritu Santo
en las Escrituras. La exégesis sonora requiere que el Espíritu Santo sea considerado como
una persona y no como un poder o una fuerza.
¿Por qué importa esto? Porque lejos de ser frío o distante; lejos de ser una simple fuerza
o energía, el hecho de que el Espíritu Santo sea una persona significa que podemos tener
una relación con él. Hablaremos más acerca de esto en las próximas semanas cuando
analicemos la obra del Espíritu Santo, pero a medida que somos guiados por él, amados,
purificados, habitados por él, todo eso sucede en el contexto de una relación.
Al igual que Dios, el Espíritu Santo es trascendente. En parte esa es la razón por la que se
llama Espíritu Santo: ser santo significa estar apartado. Sin embargo, este Dios es
personal y, por tanto, tiene el potencial de relacionarse. A veces es fácil pasar por alto
cosas como esta y perder su significado, así que medita en ello. Porque él es divino, tiene
recursos divinos, conocimiento divino, presencia divina; conocerlo es conocer al Dios que
satisface y que suple todas nuestras necesidades. ¿Necesitas sabiduría? Puedes conocer
al que es omnisciente. ¿Te sientes perdido o solo? Hay uno que no importa a donde
vayas, está ahí. ¿Te sientes débil? Puedes conocer a aquel cuyo poder no tiene límites;
quien renueva nuestras fuerzas.
Que el Espíritu Santo es tanto una persona como Dios es esencial aquí. En las próximas
semanas, exploraremos la obra del Espíritu juntos, pero sin esta base de lo que él es, esas
cosas importarían muy poco.
Conclusión
La noche antes de su crucifixión, ¿qué enseña Jesús a sus discípulos? ¿Qué es lo que él
considera importante que ellos conozcan? En Juan 14-16, les enseña quién es el Espíritu
Santo. Y fíjate en lo que les dice en Juan 16:7: «Pero yo os digo la verdad: Os conviene
que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si
me fuere, os lo enviaré».
Ponte en los zapatos de los discípulos por un momento. Has comido, caminado,
ministrado, escuchado, conocido a Jesús en los últimos años. Le han entregado sus vidas,
ese tiempo debe haber sido increíble. Sin embargo, Jesús dice que es mejor («os
conviene») que se vaya para que el Espíritu Santo venga a ellos. No sé tú, pero no sería
inmediatamente obvio por qué eso sería mejor. ¿De qué manera?
Mira de nuevo a Juan 15:26-27. Una vez más, Jesús habla del Consolador, el Espíritu
Santo: «Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el
Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí. Y
vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el
principio».
Aquí hay un doble sentido o doble significado entre los discípulos y el Espíritu. Así como
los discípulos darán testimonio de Jesús, también lo hará el Consolador, el Espíritu Santo.
¿Cuál es el requisito para que los discípulos sean testigos? V. 27: «porque habéis estado
conmigo desde el principio». Si eso es cierto para los discípulos, cuánto más del Espíritu
Santo. Como dijo el padre de la iglesia primitiva, Basilio de Cesarea, el Espíritu Santo era
el «compañero inseparable de Cristo… toda la actividad de Cristo se desarrollaba en la
presencia del Espíritu Santo».
Este es el punto. Como aquel que ha sido el compañero constante de Jesús, también es el
candidato perfecto para dar testimonio y para dar a conocer a Cristo. Esa es precisamente
su labor, y eso es parte del por qué Jesús puede decir que es mejor que se vaya para que
el Espíritu Santo pueda venir. Tener el Espíritu es tener el Espíritu de Cristo; tener el
Espíritu es tener a Cristo Ya no está limitado por el espacio y el tiempo, el Espíritu Santo
manifiesta la presencia de Jesús[4] a nosotros.
¿Lo encuentras difícil de entender? ¿Difícil de creer y vivir según esa verdad? Creo que
hasta cierto punto, todos lo hacemos.
Pero este es uno de los preciosos ministerios del Espíritu. En Romanos 8:15-16, Pablo
dice esto del creyente: «Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar
otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual
clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que
somos hijos de Dios». El Espíritu Santo es el Espíritu de adopción. Lo que significa que
uno de sus trabajos es hacernos conscientes de que somos hijos e hijas. Para ayudarnos
a conocer mejor el amor con el que Dios nos ama.
Que podamos llegar a conocerlo mejor hoy y en las próximas semanas cuando
consideremos juntos la persona y la obra del Espíritu Santo.
La Biblia nos brinda muchas formas de ayudarnos a comprender que el Espíritu Santo
es realmente una persona, es decir, Él es un ser personal, y no algo impersonal. En
primer lugar, cada pronombre que se usa en referencia al Espíritu es "él, como cuando
uno habla de una persona" y no "eso, como cuando se habla de una cosa". El idioma
original griego del Nuevo Testamento es explícito en confirmar la persona del Espíritu
Santo. La palabra que se usa para "Espíritu" (pneuma), es neutra y sería lógico usar
pronombres neutros para que haya un acuerdo a nivel gramatical. Sin embargo, en
muchos casos, se encuentran pronombres masculinos (por ejemplo, Juan 15:26;
16:13-14). Gramaticalmente, no hay otra manera de entender los pronombres del
Nuevo Testamento relacionados con el Espíritu Santo, se hace referencia a "Él", como
una persona.
Mateo 28:19 nos enseña a bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Esta es una referencia colectiva a un Dios trino. Además, estamos llamados a
no contristar al Espíritu Santo (Efesios 4:30). Se puede pecar en contra del Espíritu
Santo (Isaías 63:10) y mentirle (Hechos 5:3). Estamos llamados a obedecerle (Hechos
10:19-21) y a honrarle (Salmo 51:11).
La personalidad del Espíritu Santo también se confirma por Sus numerosas obras.
Participó personalmente en la creación (Génesis 1:2), empoderó al pueblo de Dios
(Zacarías 4:6), guía (Romanos 8:14), consuela (Juan 14:26), convence de pecado
(Juan 16:8), enseña (Juan 16:13), frena el pecado (Isaías 59:19), y da órdenes
(Hechos 8:29). Cada una de estas obras requiere la participación de una persona en
lugar de una simple fuerza, cosa o idea.
Los atributos del Espíritu Santo también apuntan a Su personalidad. El Espíritu Santo
tiene vida (Romanos 8:2), tiene una voluntad (1 Corintios 12:11), es omnisciente (1
Corintios 2:10-11), es eterno (Hebreos 9:14), y es omnipresente (Salmo 139:7). Si
fuera apenas una fuerza, no podría poseer todos estos atributos, pero el Espíritu Santo
los tiene.
Y la persona del Espíritu Santo es confirmada por Su función como la Tercera Persona
de la Divinidad. Sólo un ser que es igual a Dios (Mateo 28:19) y posee los atributos de
omnisciencia, omnipresencia y eternidad, podría ser definido como Dios.
En Hechos 5:3-4, Pedro se refirió al Espíritu Santo como a Dios, declarando: "Y dijo
Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu
Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y
vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has
mentido a los hombres, sino a Dios". De igual manera Pablo se refiere al Espíritu
Santo como a Dios en 2 Corintios 3:17-18, afirmando: "Porque el Señor es el Espíritu;
y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando
a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de
gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor".
El Espíritu Santo es una persona, como la Escritura lo especifica. Como tal, debemos
reverenciarlo como a Dios y sirve en perfecta unidad con el Padre y el Hijo para
guiarnos en nuestra vida espiritual.
https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/3-razones-biblicas-creer-
espiritu-santo-una-persona/
3 razones bíblicas
para creer que el
Espíritu Santo es
una persona
29 ENERO, 2019 | JOSUÉ BARRIOS
Cuando hablamos de la misteriosa y preciosa enseñanza de la Trinidad, para
muchos cristianos se nos hace fácil ver de inmediato que Dios Padre es una
Persona. La forma en que Él se ha revelado lo indica: “Padre”. De igual
manera, se nos hace fácil pensar que el Hijo es una Persona, Jesucristo. Pero,
¿qué hay del Espíritu Santo? ¿Lo vemos como una Persona?
¿Por qué no ver al Espíritu como una fuerza mística impersonal? Eso es
atractivo para mucha gente, como podemos ver en la actualidad en diversas
sectas y religiones. No obstante, la Biblia revela que el Espíritu Santo, al igual
que el Padre y el Hijo, es una Persona. Esto debe informar nuestro
entendimiento de quién es Dios y cuán grande es su amor.
Veamos tres razones bíblicas para creer que el Espíritu Santo es una Persona.
¿Puede una fuerza impersonal, como la fuerza de la gravedad, hacer esa clase
de cosas? Por supuesto que no. En cambio, el Espíritu Santo sí puede
hacerlas. Él es una Persona.
Dios te ha dado a una Persona que estará siempre a tu lado para guiarte
en la vida cristiana
Si Jesús, el eterno Hijo de Dios, habló del Espíritu Santo como una Persona,
¿por qué nosotros deberíamos hablar de Él como si fuera algo impersonal? Él
no es una especie de esencia sobrenatural flotando en el aire. Él es Alguien.
Por lo tanto, cuando leas en tu Biblia que Dios te dio su Espíritu Santo,
asómbrate: Él te ha dado a una Persona que estará siempre a tu lado para
guiarte en la vida cristiana, y formarte a imagen de Cristo. Dios está contigo de
la manera más íntima, profunda, y cercana posible. Su Espíritu Santo en ti es
evidencia de eso.
https://www.iglesia.net/estudios-biblicos/doctrina/por-que-decimos-que-el-espiritu-
santo-es-una-persona
Intelecto.
En 1 Corintios 2:10-11 dice: "Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu"; cuando
Pablo está hablando de "nos las reveló" se refiere a principios, palabras, conocimiento; y
una fuerza no revela conocimiento. En el versículo 6 dice: "Sin embargo, hablamos
sabiduría"; y ¿esta sabiduría de dónde?, la sabiduría que Dios da, y ¿quien nos da esa
sabiduría?, versículo 10: "Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el
Espíritu todo lo escudriña, aun lo más profundo de Dios", y miremos el versículo 11,
precisamente hablando del Espíritu de Dios, luego habla del espíritu del hombre, entonces
mire la comparación: Espíritu de Dios -espíritu de hombre. Nadie duda que usted es una
persona, ¿cómo pudiéramos dudar que el Espíritu Santo es una persona? si hasta lo
compara con usted mismo; versículo 11: "Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas
del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las
cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios". Aquí hay una directa comparación del Espíritu
Santo con el del hombre, en el sentido de que hay esa habilidad de conocimiento. ¿El
hombre puede adquirir conocimiento? -Sí; exactamente así el Espíritu Santo, y está
comparándolo directamente con usted; usted no es una fuerza, no es un ente etéreo, -NO!,
es una persona, y aquí se compara al Espíritu Santo con nosotros las personas, por lo
tanto, el Espíritu Santo es una persona porque tiene intelecto. (ver Romanos 8:27; 1
Corintios 2:13).
Emociones.
En Efesios 4:30 dice: "Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis
sellados para el día de la redención", otra versión dice: "no entristezcan", ¿se puede
entristecer a una fuerza? -No, no se puede entristecer a una fuerza. Una fuerza
desaparece, una fuerza actúa, empuja, pero no se entristece. Además una fuerza cesa,
pero jamás se entristece. Una fuerza se apaga, no se entristece.
En Romanos 15:30 habla del gozo del Espíritu; y en Santiago 4:5 habla de que el Espíritu
Santo es celoso, es celoso cuando te ve a tí compartiendo con el mundo.
Voluntad.
Un carro dice: "Ahh!, éste no es mi dueño el que está manejando, así que no arranco, por
más que éste trate no me muevo", -NO!, esto no es cierto, la fuerza no puede tomar
decisiones, arranca hasta con un ladrón. En cambio, el Espíritu Santo puede usar su
intelecto, emoción y su voluntad para decidir lo que él quiere hacer.
Sobre el ejercicio de la voluntad del Espíritu Santo también Hechos 16:6-11 y Gálatas
5:17. En Gálatas 5:17 habla de que nosotros nos sometamos a la voluntad del Espíritu
Santo, dice: "la carne es contra el Espíritu, el Espíritu es contra la carne, y estos se oponen
entre sí, para que no hagáis la que quisiereis", y luego dice versículo 25: "andemos por el
Espíritu", es decir, bajo la dirección del Espíritu Santo de Dios.
El Espíritu Santo habla, en Hechos 13:2 dice: "Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo
el Espíritu Santo: apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado", por
cierto, aquí está otra vez la voluntad del Espíritu. El Espíritu Santo llama al ministerio.
Muchas veces decimos: "Dios me llamó", pero realmente la persona encargada de eso es
el Espíritu Santo. También sobre que el Espíritu habla está en 1 Timoteo 4:1.
El Espíritu Santo enseña, en Juan 14:26 dice: "Mas el Consolar, el Espíritu Santo, a quien
el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y (él) os recordará todo lo
que yo os he dicho". Nos enseña y nos recuerda, ¿quién?, el Espíritu Santo. ¿Puede una
fuerza hacer eso?, de ninguna manera. También en Nehemías 9:20.
En Romanos 8:16 dice: "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos
hijos de Dios". Mira, si el Espíritu testifica a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios y
no se creyera que el Espíritu Santo es una persona, entonces usted tampoco debe ser
persona, y usted es una cosa, un objeto; porque el Espíritu testifica a nuestro espíritu
como una persona.
El Espíritu Santo guía, en Romanos 8:14 dice: "Porque todos los que son guiados por el
Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios".
También la Palabra habla que el Espíritu indica qué hacer, el Espíritu da órdenes
específicas, una fuerza no haría eso; en Hechos 8:29 dice: "Y el Espíritu dijo a Felipe:
Acércate y júntate a ese carro". Esto indica cosas que hacer. También en Hechos 13:2,4 y
20:28.
El Espíritu Santo ayuda, nos ayuda como una persona no como una fuerza, no se habla de
que nos ayuda como un abre latas eléctrico o algo parecido, es algo más que una fuerza
potencial, es una ayuda de consejo, de consolación. La ayuda del Espíritu no es
impersonal, de una cosa, es personal. En Romanos 8:26 dice: "Y de igual manera el
Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, pues qué hemos de pedir como conviene, no lo
sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles". Estamos
hablando de una persona no de una fuerza impersonal.
El Espíritu Santo consuela, en Juan 14:16 dice: "Y yo rogaré al Padre, y os dará otro
Consolador, para que esté con vosotros para siempre".
El Espíritu Santo es una persona porque se le puede tratar como a una persona.
Se le puede obedecer, porque es una persona, al igual que se le puede desobedecer, pero
sería mejor obedecerle.
En Hechos 10:19-20 dice: "Y mientras Pablo pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He
aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos,
porque yo los he enviado". El Espíritu Santo se le trata como una persona, el Espíritu
habló con Pedro y le dió una orden. El Espíritu interviene en el pensamiento de Pedro justo
cuando él estaba pensando en la visión, una fuerza jamás podría hacer algo así. Aquí se
puede notar una sabiduría, una inteligencia, que se le manifestaba a Pedro para entender
la visión.
Se le puede mentir y probar. No creo que exista una fuerza a la que uno le pueda mentir.
En Hechos 5:3,4,9, el versículo 3 dice: "Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu
corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?".
Se le puede contristar. En Efesios 4:30 dice: "Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios,
con el cual fuisteis sellados para el día de la redención."
Se le puede blasfemar. En Mateo 12:31 dice: "Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia
será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada".
Al final de cuentas es también resistir la obra que él quiere hacer, que yo reconozca que
Jesús es el Señor y que solamente en él hay salvación.
El Espíritu Santo es una persona porque se relaciona al mismo nivel con otras personas.
Así que si el Padre y el Hijo son personas, y el Espíritu Santo se relaciona con ellos,
entonces él es también una persona.
El Espíritu Santo es una persona porque para referirse al Espíritu Santo en el texto original
griego se usa un pronombre masculino.
NOTA: Muchas veces en la Biblia se ven los pronombres en esa forma. En Efesios 1:14,
(en la versión Reina-Valera de 1960 hay un pequeño error de traducción, el "que" en el
texto original es "quien"), dice: " quien es las arras de nuestra herencia hasta la
redención...". es el pronombre relativo "quien". El Espíritu Santo es una persona.
En Juan 14:16 dice: "Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador", al decir Jesús "otro
Consolador" está hablando de una persona no de una cosa. Puesto que él (Jesús) es el
primer Consolador, estaba hablando de quien lo iba a sustituir para continuar con su labor,
tal como él lo había hecho con sus discípulos, como una persona. ¿Cree usted que en la
mente de los discípulos estaban pensando que era una fuerza? -No, estaban pensando en
una persona.
El Espíritu Santo es una persona porque se distingue de ser simplemente una fuerza.
En Lucas 1:35 dice: "Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre tí, y el
poder del Altísimo te cubrirá con su sombra". ¿Cómo fue que vino el poder a cubrirla?
respuesta: cuando vino el Espíritu Santo, es decir, el Espíritu es el que comunica (da) la
fuerza, el Espíritu es el que comunica el poder, pero es más que la fuerza o el poder, él es
quien lo comunica, él es la persona que lo hace. En Lucas 4:14 dice: "Jesús volvió en el
poder del Espíritu", no dice "Jesús volvió en el poder", el Espíritu es el que comunica el
poder. En Hechos 10:38 también se hace la distinción entre el Espíritu Santo y una simple
fuerza, dice: "cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret". En
Romanos 15:13 dice: "Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para
que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo", es el Espíritu quien da el
poder, no es simplemente que él en sí es poder, sino que él comunica el poder. En 1
Corintios 2:4 dice: "Y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de
humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder".
Es tan real de que el Espíritu Santo es una persona que ahora vamos a la prueba
vivencial, a la prueba de la experiencia. La Biblia dice en 2 Corintios 13:14 "La gracia del
Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos
vosotros". Notemos que dice "la comunión del Espíritu Santo". En la experiencia de los
creyentes sabemos que el Espíritu Santo es una persona, que habla, nos guía, nos ayuda,
nos indica qué orar, nos redarguye de pecado, nos llama a hacer la obra, etc., es una
persona y deberíamos practicar más esta relación. Usted puede tener comunión, hay que
hacer una diferencia, usted ora al Padre, en el nombre del Hijo, en la guía, poder y
sabiduría del Espíritu Santo, pero usted también puede hablar con el Espíritu Santo, la
Biblia dice que él busca adoradores en espíritu y en verdad, seremos mejores adoradores
en la medida que tengamos comunión con el Espíritu Santo. Ministraremos mejor a las
personas en la medida que tengamos esta comunión. Algunas veces, cuando estamos
orando, el Espíritu nos guía a hacer una oración especial, dirigida por él, no es por nuestra
propia fuerza, el Espíritu nos ayuda a decir mejor las cosas. Dependemos en todo de él,
para hablar, para pensar, para actuar; y cada vez que no dependemos de él, algo sale mal.
Una de las representaciones en la Biblia del Espíritu Santo es el de una paloma, porque es
tan sensible; con razón se le puede contristar o entristecer. Cuando usted hace cosas
indebidas, usted percibe inmediatamente que el Espíritu se entristeció, es el Espíritu Santo
dentro de usted, siente como una alarma interna, y piensa "¿Qué raro, por qué me siento
como mal, como deprimido, alejado, oprimido", ¡claro!, el
La Biblia dice que se contrista con malas palabras, con malas actitudes, con ira, enojo,
mentiras, egoísmo, desobediencia, etc., y luego usted se siente mal, ¿sabe qué pasó?,
contristó al Espíritu. En la alabanza, hay gente que se cruza de brazos, ¡¡¡ten comunión
con el Espíritu Santo en la alabanza!!!, que él sea el que te ayude a alabar a Dios como
debe ser. El Espíritu te ayuda a testificar acerca de lo que Dios hace en tí.
El Espíritu Santo está aquí desde Pentecostés, Jesús está en el trono, y vendrá un día por
segunda vez, pero mientras tanto no estamos solos; así como los discípulos estaban con
Jesús, y Jesús era el maestro para ellos, hoy nosotros los discípulos tenemos al Espíritu
Santo como maestro, porque así lo dijo el Señor.
a) Lo que ha realizado:
Todos los cristianos tienen el Espíritu Santo; pero no todos están llenos del Espíritu Santo.
Debemos desear y alcanzar esta plenitud, porque Dios nos lo ordena: "Sed llenos del
Espíritu Santo" (Efesios 5:18).