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SEDE – ZULIA
CARLA ARAUJO
MARIANNY FERNANDEZ
LILIBETH PALMAR
Los accidentes viales dejan 1,3 millones de personas muertas y 50 millones más
heridas de gravedad en el mundo cada año. Estas cifras plantean un problema
acuciante que llevó a la Asamblea General de las Naciones Unidas a organizar
una reunión de alto nivel para buscarle soluciones. “Los accidentes en las
carreteras son una epidemia silenciosa y ambulante”, afirmó el Secretario General,
Antonio Gutiérrez, en su intervención ante los representantes de los 193 Estados
miembros de la ONU, que debaten este jueves el camino a seguir con la meta
de reducir a la mitad el número de víctimas fatales y lesionadas para 2030, un
compromiso que plasmarán al final del evento en una declaración política. “Con la
declaración, los gobiernos de todo el mundo se comprometen a brindar liderazgo y
coordinación al más alto nivel de gobierno para garantizar que todos los sectores
de la sociedad estén incluidos en las acciones en materia de seguridad vial e
impulsen políticas y medidas para reducir las muertes y lesiones”, apuntó
la Organización Mundial de la Salud (OMS), la agencia líder de la ONU para la
seguridad vial. Según la OMS, la declaración también exige el desarrollo
y financiamiento de planes nacionales y locales con objetivos y recursos claros. La
O.M.S. ha catalogado la accidentalidad vial como una de las principales epidemias
de nuestra sociedad. De hecho, en un estudio realizado conjuntamente con el
Banco Mundial, los accidentes de tránsito aparecen como la séptima causa de
morbilidad en el planeta. La perspectiva para el año 2030 es que ascienda al
quinto puesto. Esta “epidemia” es la primera causa de muerte de las personas
menores de 40 años a escala mundial.
Sistema vial
Exceso de velocidad.
El control del límite de velocidad (uno de los principales factores de riesgo de
seguridad vial) contribuye a la reducción de lesiones por accidentes de tránsito. En
zonas urbanas, el máximo recomendado es de 50 kilómetros por hora, aunque en
áreas de mucha concentración de peatones y ciclistas, se aconseja que ese tope
baje a 30 kilómetros por hora para circular.
El informe advierte que, si bien poco más de la mitad de los países, precisamente
114, aplican el límite de velocidad permitido en 50 kilómetros por hora en ámbitos
urbanos, la cantidad de personas amparadas por esta medida representa al 48 por
ciento de la población mundial.
El problema reside en que no siempre a nivel local, las autoridades cuentan con
instrumentos legales para bajar esta máxima y adaptarla al contexto del tránsito en
sus pueblos y ciudades. Apenas 59 países (39 por ciento de la población) posee
límites nacionales de velocidad en zonas urbanas y permiten reducirlo a nivel
municipal cuando sea necesario.
Son actores de la vía, todas las personas que asumen un rol determinado, para
hacer uso de las vías, con la finalidad de desplazarse de un lugar a otro. En la
seguridad vial interviene el ser humano como actor de tránsito en su rol de:
peatón, pasajero, ciclista, motociclista o conductor. La Integralidad de las
características, deberes, y derechos de cada actor vial garantiza la Seguridad Vial
de los actores viales.
EL Pasajero (a).
El pasajero o la pasajera es toda persona que es trasladada de un sitio a otro por
un conductor, en un vehículo.
Los pasajeros pueden clasificarse según el tipo de vehículo en el que viajan, así:
De vehículo particular: viajan en vehículo de uso personal o familiar.
De colectivo. Usuarios del transporte público.
De vehículo escolar: Estudiantes que viajan desde sus casas al plantel educativo y
viceversa.
De vehículo de seguridad o de emergencia. Funcionario o persona autorizada que
se moviliza en este tipo de vehículo, como bomberos, enfermeros, paramédicos,
militares…..
De moto. Persona que viaja en moto, detrás del conductor, como “parrillero”.
El conductor (a)
El conductor o conductora es la persona que opera un vehículo para su
movilización. Es el eje central del sistema vial.
Podemos identificar y clasificar a los conductores por el uso que se da
al vehículo que conduce. Por ejemplo, hay conductores de vehículos particulares,
públicos, escolares. entre otros. Los conductores también pueden
clasificarse según el tipo de licencia de conducir que las autoridades les hayan
otorgado. Las licencias pueden ser de segundo, tercer, cuarto y quinto grado. Los
grados dependen del tipo y uso del vehículo y de la complejidad de su manejo.
Las autoridades expiden licencias especiales a personas con alguna limitación
física, si pueden conducir de manera responsable y segura ciertos vehículos.
El peatón (ona).
Peatón o Peatona: Es la persona que transita a pie por las vías y terrenos. Son
también peatones las personas con discapacidad que circulan en sillas de rueda,
con motor o sin él, y quienes conducen a pie una bicicleta o andan en patines y
patinetas.
Los peatones pueden clasificarse según la ubicación geográfica, así:
Del sector rural. Son los peatones de caseríos, pequeños pueblos, etc.…, donde el
tránsito automotor es reducido.
Del sector urbano. Son los peatones que se movilizan en las calles y avenidas de
las ciudades, donde el tránsito automotor suele ser intenso.
Del sector periférico. Son los peatones de ciertas áreas de las ciudades, donde la
vitalidad es deficiente (calles, estrechas, sin aceras, etc.)
Para que haya un buen funcionamiento de tránsito, debe existir seguridad vial,
ésta consiste en el conjunto de leyes, normas, conocimientos y acciones de buena
conducta por parte de las personas que utilizan las vías públicas, bien sean
conductores, pasajeros, peatones, ciclistas, etc.
Sistema de seguridad
Podemos definir la seguridad vial como las normas y sistemas con las que se
disminuyen las posibilidades de averías, choques y consecuencias. Y tienen como
finalidad proteger a las personas y bienes, mediante la eliminación o control de los
factores de riesgo que permitan reducir la cantidad y severidad de los siniestros.
Los factores humanos tienen un papel primordial en los objetivos del Sistema
Seguro, que exige que ningún usuario muera o resulte gravemente herido en las
carreteras. En un sistema ideal no ocurrirían accidentes, pero tal nivel de
perfección es poco probable mientras los seres humanos conduzcan los vehículos.
No obstante, cuanto más cerca de las carreteras sin accidentes lleguemos, más
seguro será el sistema, aunque los vehículos sigan controlados por humanos en
los próximos años. Todos los esfuerzos deberían dedicarse a ayudar a los
usuarios a percibir correctamente la carretera y a tomar decisiones, cuando
conducen o caminan, que sean seguras para ellos mismos y para los demás
usuarios. Aplicar los criterios sobre los factores humanos descritos en el resto de
este capítulo debería ayudar a lograr una red libre de accidentes, pero es
importante reconocer que la mejora de las indicaciones a los usuarios no bastará
para evitar los accidentes. Por ello, se debería proporcionar espacio para corregir
los errores donde sea posible, por ejemplo, mediante anchuras de carril que
proporcionen espacio para corregir la trazada, arcenes pavimentados o líneas de
detención varios metros antes de los pasos peatonales. Un espacio adecuado de
recuperación reducirá el número y la gravedad de los accidentes, pero no bastará
para prevenirlos. El Sistema Seguro requiere, por lo tanto, una infraestructura y
vehículos tolerantes, de manera que, si ocurren accidentes, no se produzcan
muertes o lesiones permanentes.
1. Garantizar la seguridad propia, la de los testigos del suceso y la de los demás
usuarios de la carretera. Encender las luces de emergencia del vehículo
y estacionarlo fuera de la vía o en un sitio visible. No cruzar corriendo por carriles
transitados. Ordenar colocación de los triángulos de seguridad detrás de los
vehículos participantes en la colisión (si el lugar de la colisión se encuentra detrás
de una curva, el triángulo debe estar colocado antes de ella) e interrumpir el
tráfico. Si es posible y seguro hay que apagar el contacto, echar el freno de
estacionamiento y encender las luces de emergencia en los vehículos implicados
en el accidente.
3. En primer lugar ocuparse de las víctimas atropelladas o de las que hayan caído
de los vehículos, ya que son las que sufrirán lesiones más graves. Evaluar de
manera preliminar el estado de la víctima según el esquema ABCD →Normas
generales para prestar primeros auxilios en casos de emergencia. En caso de
necesidad llevar a cabo la reanimación cardiopulmonar (atención: no se debe
iniciar la reanimación en caso de accidentes con gran número de víctimas).
A continuación, realizar una rápida evaluación de los traumatismos →Normas
generales para prestar primeros auxilios en casos de emergencia e interrogar
según el esquema SAMPLE →Normas generales para prestar primeros auxilios en
casos de emergencia. Controlar las hemorragias externas mediante
compresión. Verificar los signos del neumotórax a tensión →Neumotórax y del
taponamiento cardíaco →Taponamiento cardíaco, puesto que estos estados
requieren una actuación inmediata y firme (manejo en caso de neumotórax
a tensión →Neumotórax, pericardiocentesis →Punción del saco pericárdico
(pericardiocentesis)).
4. Al proteger las vías respiratorias, evitar doblar la columna cervical (estabilizarla,
por ejemplo, entre las rodillas). Permeabilizar las vías respiratorias extendiendo la
mandíbula hacia adelante o tirando de la mandíbula por los dientes hacia adelante
(levantando la mandíbula) →Traumatismo craneoencefálico, colocar un collarín
para proteger la columna cervical →Traumatismo craneoencefálico, intubar sin
flexionar la cabeza.
7. Trasladar al paciente a una superficie dura usando una camilla pala (camilla
rígida). Recordar inmovilizar.