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Licdo. Elvin R.

Ortega

7 de noviembre: Día del


deporte.

Cada 7 de noviembre en República Dominicana se celebra el Día del Deporte,


los países del mundo han acogido el deporte como práctica o disciplina que
permite desarrollar, física, mental y de manera sana al individuo, por eso fue
una práctica habitual en las civilizaciones antiguas.

Pueblos como los persas, egipcios y, especialmente los griegos valoraron el


deporte, siendo los griegos los precursores de los juegos olímpicos y las
olimpíadas. Estos juegos acercaron los pueblos y ayudaron a los individuos a
desarrollarse como seres sociales.

Este día quedó instaurado desde 1963, bajo un decreto del entonces
presidente de la República, Rafael Bonnelly, quien luego fue sucedido por el
profesor Juan Bosch.

Cada año el Ministerio de Deportes organiza varios eventos deportivos a nivel


nacional conmemorativos a la fecha. Asimismo, en las escuelas se llevan a
cabo actividades alusivas a este día.

El decreto 7822 de 1963 es donde queda instaurado el 7 de noviembre como


Día Nacional del Deporte, para la fecha el director general de deporte, hoy
ministro de deportes, tiene la encomienda de realizar actividades deportivas y
recreativas en todo el país.

Importancia del deporte


La práctica del deporte tiene ventajas tanto en el nivel físico como en el
social. Además de que contribuye a evitar el sedentarismo, un factor de
riesgo mayor para la salud del niño, el deporte ayuda a nuestros hijos a
mejorar sus habilidades sociales. Por lo tanto, el deporte es un
aspecto fundamental de la salud física y mental de nuestros hijos.
Hoy en día el deporte ha cobrado una gran importancia; las ventajas de
este no se circunscriben sólo al aspecto físico, sino también involucran a
lo psíquico y social.

La práctica deportiva debe ser estimulada por los pediatras desde edades
muy tempranas. Así como se recomienda comer sin sal, llevar una
alimentación balanceada, cuidarse del sol, etc., los médicos que tienen la
posibilidad y responsabilidad de educar en salud no deben perder esta
ocasión de generar hábitos saludables.

Pero el deporte no solo produce beneficios físicos, sino que también les
permite a nuestros hijos aprender a manejar logros y fracasos. A
entender el valor de la práctica y la preparación para mejorar el
rendimiento. A entender el concepto de justo e injusto, a aceptar la
autoridad adulta e interrelacionarse con distintos grupos sociales y
económicos, así como la autodisciplina.

Valores del deporte en equipo.


La participación en un equipo deportivo es una oportunidad para que nuestros
hijos aprendan muchos valores como:

El respeto. La base de la relación entre el entrenador y los miembros del


equipo debe fundarse en un respeto mutuo. Si nuestros hijos se sienten
seguros y apoyados por su entrenador, se motivan a dar su mejor esfuerzo por
gusto, y no por miedo. En una sana competencia debe haber respeto hacia
todos los participantes y hacia las reglas del juego.

El espíritu de lucha. El deporte puede enseñar a nuestros hijos a no rendirse


pronto ante la adversidad. Los niños que no suelta la pelota a pesar de la
oposición de los contrincantes está aprendiendo a ser perseverante y tenaz.
Luchar por llegar a la meta no viene por naturaleza; es una actitud aprendida
por la práctica.
El espíritu de equipo. En un equipo infantil no debe haber estrellas ni
protagonismo. Todos los miembros del equipo deben tener la oportunidad de
brillar.

También en los juegos se toma el cuidado de equilibrar la participación de


todos, para que cada uno tenga el mismo tiempo de practicar sus habilidades
con el apoyo del equipo. Se ven los resultados, ya que las niñas buscan
ayudarse pasando la pelota sin que ninguna sea personalista.

La lealtad. Esta se construye tanto adentro como afuera de la cancha. Para


lograr la unidad basada en la pertenencia, el equipo debe reunirse durante la
semana dos veces para entrenar y otra vez para convivir socialmente.

El autoestima. Nuestros hijos adquieren seguridad personal por pertenecer a


un equipo donde su participación es clave para el éxito común.

Un equipo bien manejado cobija a sus miembros y les permite fracasar sin el
peligro de ser rechazados. Dentro de un sano ambiente de equipo, el fracaso
es una oportunidad para aprender y mejorar.

La tolerancia y la aceptación. Estos valores van de la mano con el


autoestima. Al grado que nuestros hijos se sientan apoyados, sabrán apoyar a
sus compañeras, permitiendo que sean imperfectas y aprendiendo a aceptar a
todas sin condiciones.

La experiencia del deporte en equipo puede enseñar a nuestros hijos a valorar


los talentos de los demás y aceptar sus defectos, una habilidad muy importante
para construir relaciones sanas en el futuro.

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