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Qué dice la Biblia sobre la empatía?

Las Escrituras hablan de la cualidad de la empatía, la cual vemos demostrada en varias narraciones
bíblicas. La empatía es la capacidad de sentir indirectamente los sentimientos, pensamientos o
actitudes de otra persona. El apóstol Pedro aconsejó a los cristianos diciendo: "sed todos de un
mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables" (1 Pedro 3:8). El
apóstol Pablo también recomendó la empatía cuando exhortó a los cristianos: "Gozaos con los que
se gozan; llorad con los que lloran" (Romanos 12:15).

En la Biblia hay varios ejemplos de empatía que se ponen en práctica. Jesús siempre se mostró
sensible a la situación de los demás. Mateo nos cuenta cómo Jesús, "al ver las multitudes, tuvo
compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor"
(Mateo 9:36). En otra ocasión, Jesús observó a una viuda que estaba a punto de enterrar a su único
hijo. Sintiendo su dolor, se acercó al cortejo fúnebre y resucitó al joven (Lucas 7:11-16). Al haber
vivido una vida humana, nuestro Señor puede empatizar, y de hecho lo hace, con todas nuestras
debilidades (ver Hebreos 4:15).

La palabra compasión describe la profunda misericordia de Dios. Dios es quien mejor sabe
empatizar: "Él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo" (Salmo 103:14). Él siente
personalmente el dolor de Su pueblo: "Mis huidas tú has contado; pon mis lágrimas en tu redoma;
¿no están ellas en tu libro?" (Salmo 56:8). ¡Qué reconfortante es saber que Dios registra todas
nuestras lágrimas y todas nuestras luchas! ¡Qué bueno es recordar la invitación de Dios a echar
todas nuestras ansiedades sobre Él, "porque él tiene cuidado de vosotros" (1 Pedro 5:7)
origen de la empatía son las neuronas espejo, las cuales se activan en respuesta a los actos y
emociones de los demás, en una especie de intento del cerebro por experimentar lo que el otro
experimenta. De ahí, por ejemplo, que bosteces cuando el otro bosteza. El bostezo es la empatía en
su máxima expresión.
El grado de empatía varía mucho entre personas aunque habitualmente es mayor entre gente del
mismo sexo, edad, raza o grupo social. De nuevo, lo que nos hace similares nos une. También se ha
postulado que las mujeres son más empáticas porque evolutivamente necesitaron entender mejor
qué significaban los gestos y lloros del bebé. Por eso sus habilidades sociales están mucho más
desarrolladas.
Empatizar con alguien es simplemente lograr que esa persona se sienta comprendida. Si lo
consigues, serás capaz de cambiar el rumbo de una relación en un instante. El efecto de las
neuronas espejo provoca que tu interlocutor se sienta en deuda contigo y quiera entenderte a ti
también cuando reflejas sus emociones o le dices que entiendes lo que siente.

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