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En medio del bosque tropical húmedo en el caribe sur del país, se encuentra el Refugio

Nacional Mixto de Vida Silvestre Gandoca-Manzanillo (REGAMA). Alberga dos


manglares, considerados los más extensos, desarrollados y mejor conservados de Costa Rica,
además de ser uno de los pocos que mantiene la continuidad entre manglar y bosque. Sin
duda, lo convierten en una de las zonas costeras más exuberantes, posee una gran riqueza
natural, con una alta biodiversidad e importantes ecosistemas naturales como bosques
anegados, arrecifes coralinos, pastos marinos, lagunas y playas; tales como Playa Uva,
Manzanillo, Playa Chiquita y Playa Cocles. Conocidas por sus océanos cristalinos, arena de
oro, con densas especies vegetales y extravagantes especies animales, todo esto protegido,
según la ley, desde 1985.

“No es un mar de buceo porque pasa revuelto diez meses al año. No es azul, tiene
un alma cambiante, ora verde, ora violeta, ora gris. [...] Yo lo conozco bien y sé que no es
un mar sino un lugar interior, un temperamento, una importante etapa en el conocimiento
de sí. Sentarse en las playas del Refugio Gandoca es trascenderlo todo, incluso su propia
arbitraria belleza, sus flores, sus algas, eternas, perfumadas, putrescibles”1.

Esta percepción, tan poética expuesta por Anacristina Rossi, a través de Daniela, la
protagonista, expone que más allá de la belleza natural que ostenta el refugio, se trata de una
conexión por fuerzas telúricas, se trata de ese vínculo armonioso con el Yemanyryá, con toda
su naturaleza y las especie vegetales. Aspectos que no puede entender cualquier turista, y
mucho menos los grandes empresarios que buscan generar divisas por medio de estos
recursos. En este sentido, Rossi en la novela La loca de Gandoca, expone uno de los más
grandes problemas en el país: el ecoturismo. A través del análisis de esta obra, el concepto,
ecoturismo, se ha visto como contradicción, puesto que se trata de aprovechar y utilizar la
naturaleza de forma responsable y sin comprometer los recursos, difiere mucho de la práctica.

Es decir, en el caso de lo sucedido en REGAMA con la empresa «EcoDólares» -


quienes en realidad se llaman Proyecto de Desarrollo Turístico Punta Uva S.A.-, se basaron
en la idea de la construcción de un complejo hotelero bajo esta premisa del turismo ecológico.
No obstante, según lo expuesto por Rossi y lo encontrado en la Sentencia nº 018862, quedó

1
Anacristina Rossi, La loca de Gandoca. (Costa Rica: Legado, 2007), 25
2
Sentencia nº 01886 de Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia
demostrado que no existe ningún tipo de responsabilidad por parte de las personas tanto
físicas como jurídicas por no generar daño al ambiente. Asimismo, la utilización de este
concepto se presta para ser usado por distintas empresas oportunistas para concretar
proyectos de desarrollo económico, estos, a su vez, presionan a los gobiernos locales carentes
de recursos y casos de escrúpulos3. En el caso de Costa Rica, muchas veces se ha evidenciado
el usufructo irresponsable de los recursos por parte de la inversión extranjera, de manera que,
la autora en el libro denuncia que no solo la corporación «EcoDólares» y otras empresas están
haciendo uso imprudente del refugio, sino que también la legislación, los políticos y la
centralización del poder en la capital entorpecen las denuncias ambientales en contra de estas
empresas.

El personaje de Daniela, se opone al proyecto de urbanización de este consorcio


hotelero italiano, Rossi establece que “el arquitecto y los ingenieros del proyecto son
costarricenses de buena sociedad y mucho poder”4 . En la vida real el proyecto fue propuesto
e implementado por dicha compañía con el apoyo del presidente de turno, Rafael Ángel
Calderón Guardia, y el Ministro de Recursos Naturales, Energía y Minas, Hernán Bravo
Trejos. Por lo que denota, que no fue fortuito el entorpecimiento de la ley, para asegurar que
el complejo se desarrollara. Evidencia como los intereses económicos dominan a los
políticos, razón por las que se otorgan estos permisos de construcción en la zona protegida.

Se puede decir, sin temor alguno, que la obra deja claro que es una denuncia por la
explotación de la naturaleza; sin embargo, en la Sentencia nº 01886 -interpuesta por Ana
Cristina Rossi Lara en 1991-, queda en evidencia que ella también ha desarrollado un
pequeño proyecto vacacional, a tan solo dos años de haberse declarado Refugio Nacional
Mixto de Vida Silvestre “efectuó los trámites para la obtención de una concesión de un lote
en la zona marítimo terrestre en dicho Refugio; posteriormente, en 1988 gestionó el permiso
de construcción ante el Servicio de Vida Silvestre de MIRENEM, y entre 1988 y 1989
construyó una casa de playa de recreo” 5. En mayo de 1991 otorgaron los permisos de
construcción a la empresa El Pequeño Mero S.A, esta pretendió desarrollar un proyecto

3
Mónica Perera de Moore, Un discurso femenino ecológico hispanoamericano: La loca de Gandoca. Letralia
tierra de letras(No. 124, 2005), pár. 3
4
ANACRISTINA, 19,20
5
Sentencia 01886….
ecoturístico hotelero en la zona, con la particularidad que colindaba con la propiedad de
Rossi. A lo largo de tres meses denuncio de manera verbal los daños causados por edificación
del inmueble, el cual no contaba con los permisos del MIRENEM.

“[...] este proyecto causa daños al ambiente, ya que en los drenajes construidos el
agua se empoza. Uno de estos, ubicado junto a su casa, desemboca en el mar de modo que
éste en una crecida puede arrasar su casa; los drenajes contienen aguas negras de malos
olores; el proyecto sólo cuenta con un tanque séptico para eliminar excretas que resulta
insuficiente para asegurar que en los meses de lluvia los pozos de donde se obtiene el agua
potable no se contaminen con desechos fecales”.6

De lo anterior se puede inferir que, en primera instancia Ana Cristina levanta su voz
por las implicaciones que esta construcción puede provocarle a su casa de recreo, en este
extracto menciona algunas afectaciones materiales a su vivienda, pero a lo largo del recurso
de amparo aboga por la contaminación sónica que este complejo causa (con su construcción)
y la que podría causar (producto de la anuencia de personas, bares, música, entre otros). Lo
que da a entender que la palabra refugio se asocia a la idea de una zona prístina y poco o nada
urbanizada, a raíz de esto, su inconformidad puede estar relacionada a la noción de la
eliminación de lo exótico, lo puro, lo natural. A ese algo que muy pocos podían acceder y
ella tenía acceso a esos recursos. En este sentido, cabe cuestionarse si la intención del libro
es redireccionar las luchas hacia el capital extranjero, dejando de lado las implicaciones que
cualquier construcción grande o pequeña puede provocar en estos espacios de refugio.

Teniendo en consideración que mucho antes de que llegarán estas empresas, en su


mayoría de inversión extrajeras, Rossi ya había construido su pequeño complejo turístico,
utilizado para vacacionar. Tal y como ella lo menciona en la obra, “[...] esta región ya no
nos pertenece. Primero dejo de ser de los indios, luego dejo de ser de los negros, después
dejo de ser de los costarricenses en general”7. Será que con el extracto anterior se acepta
que antes de que llegara este capital foráneo, ya se había enajenado a los afrodescendientes
de estos lugares, y por no querer perder o compartir estos espacios se alza la voz de una
mujer. Quien defiende solo el territorio y su densa vegetación, si no se empodera de una lucha

6
SENTENCIA 01888 “
7
Anacristina, 99
en la que trata de entender por qué los residentes no se manifiestan. Empero, Rossi protesta
desde su posición como parte de la ciudad letrada y porque el inmueble del que ella es
propietaria es únicamente para vacacionar; por el contrario, es inquietante visualizar la
posición de la gente pobre de esta zona, puesto que están inmersos en situaciones de primera
necesidad. Esto se evidencia a través de la protagonista, quien le explica aun grupo de
personas las consecuencias de la venta de estos territorios, “ustedes vendieron por un plato
de lentejas la tierra del refugio, la tierra del paraíso. Ahora su paraíso se cotiza en dólares
y de él no va a quedar más que una orilla cementada, como Cancún. Pero los bolsillos de
muchos hombres estarán rebosantes. Seis o siete hombres tendrán tanta plata que da
vergüenza nombrar las cifras” 8

8
ROSSI, 66

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