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El documento resume el capítulo III del libro cuatro de la Ética a Nicómaco de Aristóteles sobre la magnanimidad. La magnanimidad se refiere a un alma grande que aspira a lo óptimo. Según Aristóteles, la magnanimidad es la virtud más hermosa que permite que el hombre establezca metas altas y se perfeccione a sí mismo de manera justa. El hombre magnánimo menosprecia las pequeñas aspiraciones y la mediocridad, y sabe perdonar a pesar de las dificultades
El documento resume el capítulo III del libro cuatro de la Ética a Nicómaco de Aristóteles sobre la magnanimidad. La magnanimidad se refiere a un alma grande que aspira a lo óptimo. Según Aristóteles, la magnanimidad es la virtud más hermosa que permite que el hombre establezca metas altas y se perfeccione a sí mismo de manera justa. El hombre magnánimo menosprecia las pequeñas aspiraciones y la mediocridad, y sabe perdonar a pesar de las dificultades
El documento resume el capítulo III del libro cuatro de la Ética a Nicómaco de Aristóteles sobre la magnanimidad. La magnanimidad se refiere a un alma grande que aspira a lo óptimo. Según Aristóteles, la magnanimidad es la virtud más hermosa que permite que el hombre establezca metas altas y se perfeccione a sí mismo de manera justa. El hombre magnánimo menosprecia las pequeñas aspiraciones y la mediocridad, y sabe perdonar a pesar de las dificultades
Resumen de Moral a Nicómaco. Libro cuarto, capítulo III.
Sobre la magnanimidad.
La Magnanimidad o magna anima significa alma grande o grandeza de alma. Es la
característica de las almas que aspiran a lo óptimo o a las cosas superiores. Es la más hermosa y excelsa de las virtudes y según Aristóteles puedes ser para todos no solo para unos privilegiados. Aristóteles en su moral a Nicómaco comenta que el hombre magnánimo es ese hombre justo y capaz de establecer las metas más altas que le permiten perfeccionarse a sí mismo como persona. Es una persona justa que actúa de acuerdo a la virtud. La magnanimidad se fundamenta en la dignidad de la persona humana, el magnánimo no se deja distraer, quiere trascender, mira lejos, busca la grandeza interior la cual es no solo para sí mismo sino para los demás, no solo aspira a cosas grandes, sino que las lleva a cabo a pesar de las dificultades. El magnánimo menosprecia las pequeñas aspiraciones, condena la mediocridad, no se desanima ante la adversidad, desprecia el reconocimiento, la vanagloria, la presunción y la ambición, tiene capacidad de sacrifico y sabe perdonar. La magnanimidad actúa sobre las demás virtudes como la fortaleza, la esperanza, la humildad y la claridad acrecentándolas.