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Historia de América: raíces del presente

El presente trabajo toma como punto de reflexión las narrativas de las taxonomías
de la diferencia que se dieron en el proceso de conquista y colonización en América, lo cual
nos permitirá comprender de mejor manera el proceso colonial en el contienente. Además,
el presente escrito es una reseña de lo que dijo Cristóbal Colón, respecto de los indios de
América, cuyo análisis es realizado por el historiador francés, Tzevatán Todorov, en su
libro La Conquista de América. El problema del otro.1

Los informes, cartas, escritos, sugieren que Cristóbal Colón buscaba en tierras de
América oro, acumular riquezas, y expandir la religión. La ganancia fue un fundamento que
hizo surgir la hegemonía de una triple alianza: los expedicionarios, los reyes de España y la
Iglesia Católica. Tras éste concepto de ganancia se esconde la idea de descubrimiento, es
notorio también que detrás de todo esto estaba la noción de expandir el cristianismo, lo dice
en la carta escrita por Colón al papa Alejandro VI (febrero de 1502), “yo espero en Nuestro
Señor de divulgar su Santo Nombre y Evangelio en el Universo”. Colón reverencia el oro,
por ello, dijo: “cuando algún oro o cosas preciosas le traían entraba en su oratorio e hincaba
las rodillas, y decía “demos gracias a Nuestro Señor, que de descubrir tantos bienes nos
hizo dignos” “(Todorov, Tzevatán: 1992: 22).   

Por otro lado, en lo que se refiere a la descripción que Colón hace de las indias, en
un primer momento las describe “como seres hermosas, como ninfas. Todas ellas doblando
la rodilla, hicieron la entrega al Adelantado de los manojos de palma que llevaban en las
diestras, mientras danzaban y cantaban a porfía” “(Todorov, Tzevatán: 1992: 24).     

En lo posterior, Colón describe a los indios como  buenos. “Son la mejor gente del
mundo y la más mansa”  (Todorov, Tzevatán: 1992:45,46). Además, alaba la generosidad
de los indios que dan todo a cambio de nada, “más todo lo que tienen lo dan por cualquier
cosa que les den”, (Todorov, Tzevatán: 1992::46).

Lo descrito muestra el sentido de las relaciones de intercambio de los indios y de los


españoles, “Más todo lo que tienen lo dan por cualquier cosa que les den, que fasta los

1
Tzevatán, Todorov, “La Conquista de América. El problema del otro”, siglo Veintiuno editores, Colombia 
1992.
pedazos de las escudillas y de las tazas de vidrio rotas recataban, de lo que tienen luego lo
dan por cualquier cosa que les den, sin decir que es poco. Quier cosa de valor, quier sea de
poco precio, luego por cualquier cosa, de cualquier manera que se les dé, por ello son
contentos (“Carta a   Santángel”, febrero-marzo 1493). Colón en el contexto antes relatado,
no entiende que los valores son convencionales, que el oro no es más valioso que el vidrio
“en sí”, sino sólo dentro del sistema europeo de intercambio.

Así, pues, cuando Colón concluye esta descripción de los intercambios, diciendo
“fasta los pedazos de los arcos rotos de las pipas tomaban y daban lo que tenían como
bestias  (“Carta a   Santángel”, febrero-marzo 1493), nos da la impresión que el tonto es él,
un sistema de intercambio diferente equivale para él a la ausencia de sistema y de allí llega
a la conclusión sobre el carácter bestial de los indios.  (Todorov, Tzevatán: 1992:46-47).

Para los indios el oro no posee un sentido de acumulación de valor riquezas, para
los españoles lo era, para los indios había una relación de igualdad en el intercambio a
través del trueque, para Colón había una conclusión: mostraba el carácter bestial de los
indios, de esta manera surge inicialmente el mito del “buen salvaje”. “Tan pronto como
entraban en aquellas casas, que pertenecían a los naturales de aquel lugar algunos indios
que el Almirante llevaba consigo en la Isabela cogían lo que más les gustaba sin que los
dueños dieran muestra de desagrado, como si todo fuese común. De igual modo, los de
aquella tierra, cuando se acercaban algún cristiano, le tomaban lo que mejor les parecía,
creyendo que entre nosotros también había aquella costumbre. Colón declara poco después,
que los indios lejos de ser generosos, son todos ladrones, de golpe les impone castigos
crueles, los mismos que se usaban en España.”  (Todorov, Tzevatán: 1992:48).

Conforme al relato antes citado, Colón los  describe a los indios como “salvajes”,
“crueles” y “enemigos” a los españoles. Cuando los indios cogían algo sin pedir permiso al
español, Colón los analiza como “ladrones” y “violentos salvajes”. Así, se impone castigos
crueles, el hurto era castigado con el corte de algún miembro del cuerpo de los indígenas la
nariz, la oreja, etc. La idea de sometimiento estuvo muy claramente definida “{…] ¿y si no
quieren dar sus riquezas? Entonces habrá que someterlos militar y políticamente, para
poder quitárselas a la fuerza”  (Todorov, Tzevatán: 1992:53).
Con el mismo propósito de clasificación, Colón construye el discurso de la
“cobardía” del indio, por eso habla de indios temerosos. Dijo: “certifica el Almirante a los
reyes que diez hombres hagan huir a diez mil tan cobardes y medrosos son” (Todorov,
Tzevatán: 1992:48). Pero, a los  cobardes hombres sin armas, timoratos, califica como
hombres “maravillosos”, esto le posibilitó a Colón introducir la cacería de indios con
perros. En este sentido “[…] al final del primer viaje en la isla española; pero al volver a
ella, un año más tarde, le es forzoso admitir que fueron matados por esos indios  miedosos e
ignorantes de las armas”(Todorov, Tzevatán: 1992:48).

En cuanto a la noción de animalidad del indio en Colón estaba muy clara. “envié a
una casa que es de parte del río del Poniente y trajeron siete cabezas de mujeres entre
chicas y grandes y tres niños (Diarios, 12- 11,1492). Si uno es indio y por añadidura mujer,
inmediatamente queda en el mismo nivel que el ganado” (Todorov, Tzevatán: 1992:56). La
negación de los derechos de los indios en el discurso de Colón, se hizo notar cuando los
considera como objetos vivientes en medio de animales y cosas. “Así es como, en su
impulso naturalista, siempre, quiere llevarse a España, especímenes de todos los géneros:
árboles, aves, animales e indios” (Todorov,Tzevatán: 1992:56),

Por último, los españoles construyeron el concepto de cuerpo de mujer basado en el


deseo sexual. “Mientras estaba en la barca hice cautiva a  una hermosísima  mujer Caribe,
que el susodicho Almirante me regaló, y que luego que la hube llevado a mi camarote, y
estando ella desnuda según es su costumbre, sentí deseos de holgar con ella. Quise cumplir
mi deseo, pero ella no lo consintió y me dio tal trato con sus uñas que hubiera preferido no
haber empezado nunca. Pero al ver esto, tomé una cuerda y le di de azotes, después de las
cuales echó grandes gritos, tales que no hubiera podido creer tus oídos. Finalmente
llegamos a estar tan de acuerdo que puedo decirte que parecía haber sido criada en una
escuela de putas”.  (Todorov, Tzevatán: 1992:56).

Tarea en aula: ¿Cuál es tu opinión sobre la descripción que hace Cristóbal Colón
sobre los indios?

Bibliografía
Todorov, Tzevatán, “La Conquista de América. El problema del otro”, siglo Veintiuno
editores, Colombia  1992.
 

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