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LIBROS

La Conquista de América.
El problema del otro
Tzvetan Todorov
Siglo XXI, México, 2007

Everardo Garduño

Introducción abstracción construida por el Yo;


otra establece: el pasado anuncia
La Conquista de América, de al presente, y como parte de la
Tzvetan Todorov, es una inte- búsqueda del Yo actual, es im-
resante contribución al análisis portante el estudio del Nosotros
de la historia del llamado “en- en el pasado.
cuentro de dos mundos”. No A partir de estas líneas, Todo-
obstante, las líneas de análisis rov se propone demostrar en
que sigue el autor en esta obra este trabajo lo siguiente: 1) que
son más que historiográficas la conquista de América vaticina y
y se ubican en el campo de la establece nuestra identidad pre-
filosofía, y más concretamente sente y nuestra nueva relación
en el de la antropología, desde con el Otro, y 2) que el triunfo de
donde retoma las preocupacio- la Conquista se debió, primero, al
nes clásicas sobre el Otro. Estas “arte de la adaptación y la impro-
líneas de análisis son: el descu- visación” de los conquistadores;
brimiento del Yo es posible sólo segundo, a su superioridad en la
a través del descubrimiento del comunicación de los signos, y ter-
Otro, el cual es solamente una cero, al hecho de que en las múl-
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tiples combinaciones de la tríada reseña es presentada aquí con el


amor-conquista-conocimiento propósito de destacar la impor-
(sobre el Otro) subyacía la firme tancia de este autor en el campo
convicción de la superioridad de las ciencias sociales, en el
europea y, consecuentemente, que le fue concedido el Premio
de que había que asimilar a los Príncipe de Asturias en 2008
nativos. por representar “el espíritu de
En síntesis, las partes de esta la unidad de Europa, del Este y
obra son: “El descubrimiento de del Oeste, y el compromiso con
América”, en donde el autor nos los ideales de libertad, igualdad,
habla de las motivaciones de la integración y justicia”. La obra
empresa interoceánica de Colón que se reseña y comenta aquí
y de su relación con el Otro; “La fue publicada por primera vez
Conquista”, en donde discute en francés, en París, en 1982;
sobre las posibles razones de en español, fue publicada en
la victoria europea, y también México por Siglo XXI en 1987.
acerca del tipo de relación que En este idioma, La Conquista de
los conquistadores establecie- América. El problema del otro va
ron con los nativos, y finalmente en su decimotercera edición.
“El Epílogo”, en donde el lingüis-
ta, filósofo e historiador búlgaro
discierne sobre las enseñanzas El Descubrimiento
del proceso descubrimiento- de América
conquista en su conjunto.
Tzvetan Todorov reside ac- Es un lugar común afirmar que
tualmente en Francia, en donde el afán de encontrar nuevos
dirige el Centro de Investi- mundos tenía como principal
gaciones sobre las Artes y el motivación la apertura de nue-
Lenguaje, en el Centro Nacional vos mercados, la incorporación
de Investigaciones Científicas de nuevas áreas de explotación
(CNRS). Entre su abundante obra colonial y, en corto, el enrique-
se encuentran Frágil felicidad, cimiento de los hombres que se
Nosotros y los otros, Benjamin sumaron a las distintas circunna-
Constant, El jardín imperfecto y vegaciones de la época. Todorov,
El espíritu de la Ilustración. Esta sin embargo, afirma que a estas

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motivaciones habría que sumar europeo queda de manifiesto


la del “servicio a Dios; la del en sus diarios de viaje, llenos
simple regocijo de contemplar de descripciones detalladas de
a la naturaleza, y la necesidad animales y plantas. Finalmente,
de buscar nuevas historias que Colón deseaba enormemente
contar. Así, lo divino, lo natural ocupar el lugar que Marco Polo
y lo humano, fueron los ejes había dejado como relator de
sobre los que giró la empresa historias épicas, pues después
del llamado Descubrimiento de todo sus mismas travesías se
de América” (p. 14). A decir inspiraban por las historias de su
de este autor, Colón deseaba predecesor (p. 13).
sobre todas las cosas difundir Por otra parte, lo Divino es
la religión católica alrededor ante todo el prisma del cual
del mundo, razón por la cual Colón interpreta lo Natural y
expresó en repetidas ocasiones lo Humano. Él no va al encuen-
su deseo de reconquistar Jeru- tro de lo desconocido, sino al
salén. Sabía, sin embargo, que encuentro de sus preconcep-
para tal empresa requería de ciones. Observa a través de sus
vastos recursos materiales, los creencias, e interpreta sólo en
cuales pretendía encontrar en el función de ellas. Así, descubre
Nuevo Mundo. De esta manera, el paraíso terrenal y rectifica la
los propósitos religiosos y de “falsa” idea que se tenía de las
enriquecimiento eran comple- sirenas como seres hermosos.
mentarios para el explorador Por eso se convierte en hábil
genovés. Pero, además, en re- intérprete de los signos de la
petidas ocasiones Colón afirmó naturaleza: conoce a los astros
que, aun cuando no hubiera y adivina con certeza la cercanía
ninguna recompensa material de tierra firme o del oro, y así,
para sus travesías, la sola posi- a pesar de las barreras del len-
bilidad de observar las bellezas guaje, dice entender a los nativos
de estas tierras (lo verde de sus del Nuevo Mundo. En realidad,
bosques y los diversos colores sin embargo, lo único que Colón
de los pájaros) ya constituía en entendía era lo que ya había en
sí una recompensa. Esta pasión sus fundamentos religiosos y lo
por la naturaleza del navegante que había leído en las historias
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de Marco Polo. Por eso, cuando Otro, proveniente de la con-


los signos de lo Natural o de lo vicción de superioridad que el
Humano chocaban con sus pre- europeo tenía, aniquiló toda
concepciones, optaba por creer intención de conocimiento et-
en las segundas, argumentando nográfico real del Otro (aunque
que los primeros estaban equi- no de su invención), y sentó las
vocados: esto lo conduce, por bases para la justificación del
ejemplo, a afirmar que había esclavismo y de la asimilación
entendido perfectamente, de de los indígenas. Para Colón los
voz de los nativos, que Cuba nativos no eran más que parte
era una tierra vasta en riquezas, del paisaje natural del Nuevo
aunque después asegura que Mundo, seres raros tales como
los nativos se equivocan cuando pájaros, plantas, animales diver-
afirman que Cuba es una isla. sos que no tienen derechos ni
Estas preconcepciones deter- voluntad, y que constituyen es-
minan que Colón percibiera al pecímenes dignos de cualquier
Otro de una manera altamente colección para ser mostrada
etnocéntrica: el indígena es sim- en Europa. De estos nativos no
plemente diferente, homogéneo hay nada que aprender, ni su
y carente de atributos culturales. lengua, ni sus costumbres, mu-
Todo lo que el explorador des- cho menos las diferencias que
taca como característico de los (además, imperceptibles) tienen
nativos se reduce al color de su entre sí. Así, para Colón no hacía
piel y a su estatura, diferentes falta conocer a los indígenas; era
a las del europeo, pero seme- suficiente con inventarlos desde
jantes entre ellos; para Colón, la perspectiva de sus preconcep-
todos tienen la misma estatura, ciones religiosas o novelísticas,
la misma desnudez, y todos an- como nobles salvajes, como los
dan pintados igual (p. 36). Más mejores seres en el mundo, o
aún, ninguno tiene lengua, ley, como los más crueles, hostiles
ni religión. y cobardes, cuya esclavitud se
De esta manera, afirma Todo- justificaba por sus criminales
rov, Colón descubrió América, prácticas caníbales. Por eso
pero no a los americanos. Su había que transformarlos, que
percepción etnocéntrica del asimilarlos. De hecho, como

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para Colón lo diferente era sinó- la Conquista incluía: otra vez, la


nimo de ausencia, en el Nuevo certidumbre en la necesidad de
Mundo no existía nada, sino que asimilar al indígena.
todo estaba por fundar: nuevos Al igual que en el caso de
nombres, nuevas creencias reli- Colón, los conquistadores espa-
giosas, nuevas costumbres. Y ésa ñoles asumieron la diferencia del
es precisamente la misión que Otro como signo de ausencia,
Colón descubre para sí: la asimi- y por tanto de inferioridad cul-
lación de los indígenas (después tural. Por ejemplo, la diferencia
de todo, el intercambio de oro idiomática de los indios fue
por religión era justo desde su para los españoles sinónimo de
perspectiva) y la edificación del la carencia de lenguaje (p. 76).
Otro sobre los cimientos de sus Por otra parte, la capacidad de
preconcepciones. adaptación de los españoles
puede apreciarse en el primer
encuentro entre Cortés y los
La Conquista mensajeros de Moctezuma: ante
el mensaje ambiguo, que podía
Aun cuando es ampliamente interpretarse como aceptación
aceptado atribuir el éxito de y rechazo al mismo tiempo,
la conquista de América a la Cortés optó por acogerse a la
superioridad bélica de los es- primera interpretación e ignorar
pañoles y a las enfermedades la segunda (p. 55). Posterior-
epidémicas, Todorov afirma que mente, Cortés entendió y tomó
ese éxito obedeció fundamen- ventaja de la estructura política
talmente –aunque no exclusiva- y religiosa de los aztecas, y se
mente– a la convicción europea adaptó a ella: reconociendo el
de su superioridad cultural. Esto carácter subyugador del Impe-
permitió a los colonizadores de- rio azteca e identificando sus
sarrollar una gran capacidad de fisiones; manejando su imagen
adaptabilidad, de entendimiento como beligerante a la tiranía de
de los signos del Otro, de comu- Moctezuma y menos diabólico
nicación de sus propios signos que él, con el propósito de
al Otro, y de convergencia en inhibir la resistencia indígena,
los aspectos pragmáticos que especialmente de las mujeres,
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y obtener aliados como los observar el pasado para cono-


tlaxcaltecas. Asimismo, Cortés cer el futuro. Pero, a la vez, esa
se asumió como la continuación concepción impidió a los aztecas
de Moctezuma, de la misma percibir la identidad humana del
forma en que los nuevos ídolos Otro como diferente pero igual.
se sobrepusieron a los antiguos, A través de la interpretación de
y de la misma forma en que se los mensajes divinos, los aztecas
exigió el mismo respeto a los alcanzaron dos percepciones
misioneros que a sus antiguos contradictorias sobre los espa-
ministros religiosos. ñoles: o son inferiores por ser
Todorov afirma preguntán- extranjeros, o son superiores
dose: ¿acaso este proceso de por ser dioses. A la larga, am-
adaptación enraizado en un sen- bas percepciones resultaron
timiento de superioridad no nos ser igualmente paralizadoras e
demuestra que los españoles inhibieron la resistencia indí-
derrotaron a los aztecas a través gena. Según Durán, citado por
de los signos, o mejor dicho, a el autor, los aztecas asumieron
través de la comunicación de que si los españoles eran infe-
dichos signos, más que a través riores no valía la pena matarlos,
de las armas y las enfermedades? pues a “Nuestros dioses no les
(pp. 61-62). gustaría la carne de aquellas
Para probar tal teoría, Todo- bárbaras personas” (p. 76). En
rov nos dice que la Conquista el caso contrario, simplemente
significó el choque entre dos no había que oponer resistencia
concepciones de tiempo com- a la superioridad divina.
pletamente diferentes: la con- De la segunda percepción
cepción cíclica, representada en –que es la más generalizada y
la forma circular del calendario definitiva– resulta una incapaci-
azteca, y la concepción lineal dad evidente de los aztecas para
asumida por los españoles, que producir mensajes efectivos al
pudiera ser representada por interior de su misma cultura y
una flecha (p. 84). La concep- hacia los españoles (pp. 87-88).
ción cíclica del tiempo otorgó Por una parte, Moctezuma rara
un valor central a las profecías vez contestó los cuestionamien-
en la cultura azteca: había que tos de sus amigos y familiares.

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Como la profecía de Quetzal- paso más hacia la excelencia


cóatl venía acompañada del va- del cristianismo y confirmaría
ticinio de su deposición, ordenó la victoria del espíritu cristiano
el aprisionamiento de los sacer- (p. 87). De esta manera, si para
dotes indígenas, a la vez que Colón la conquista de América
renunció a la comunicación de tenía como fin difundir la religión
tal vaticinio a los demás (pp. 71- cristiana, para Cortés la difusión
74). De esta manera, esta pro- de la religión cristiana serviría
fecía derivó en una percepción para asegurar el éxito de la
ambivalente de los españoles Conquista (p. 107).
(como dioses y como verdugos), El tercer factor que de acuer-
lo cual hizo que Moctezuma do con Todorov contribuyó a la
los recibiera con un mensaje victoria de la Conquista fue la
también ambiguo: con regalos manera en que los conquista-
y con invitaciones a irse. Dicho dores trascendieron las diversas
mensaje fue interpretado por formas de amor, conquista y
Cortés como signo de debilidad conocimiento del Otro para
del emperador azteca (p. 88). justificar la asimilación de los in-
En contraste, la concepción dígenas. Según este autor, Colón
unilineal y evolutiva del tiempo, no amaba ni conocía al Otro,
que estaba enmarcada en la fe ni se identificaba a sí mismo en
cristiana de los españoles, fue relación al Otro. Sin embargo,
sustento ideológico del triunfo en un nivel axiológico, al cual
de la Conquista. La convicción Todorov denomina de amor,
de que la historia está orientada los españoles podían concebir
a la consecución de una meta al Otro ya sea como bueno o
superior que es la apoteosis, la malo, como igual o inferior; en
satisfacción total, que es a su un nivel praxeológico, llamado
vez signo del triunfo del espíritu por el autor de conquista, el
cristiano, así como la convicción conquistador podía identificarse
de que ese triunfo se alcanza a con el Otro y, consecuentemen-
través de un proceso gradual y te, acoger los valores de éste, o
progresivo, crearon la certeza identificar al Otro consigo mis-
en los españoles de que la vic- mo y pretender que acogiera sus
toria de la Conquista sería un valores; finalmente, en un nivel
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epistémico, de conocimiento, de América. Por una parte,


el colonizador podía saber todo fundamentando su posición con
del Otro, o bien ignorar todo de la dialéctica aristotélica aplicada
él (p. 185). al estudio de las clases sociales,
De hecho, entre los conquis- Sepúlveda argumentaba que, en
tadores existió un sinnúmero efecto, tal y como ocurre en la
de posiciones que combinaban esencia humana con respecto a
de manera diversa estos tres la contradicción cuerpo y alma,
niveles de amor, conquista y la sociedad es por naturaleza un
conocimiento frente al Otro. juego de dualidades opuestas
Entre los casos citados por To- (e.g., inferiores y superiores) y,
dorov se encuentran Ginés de por lo tanto, su estado natural
Sepúlveda, Las Casas, Cortés, son las jerarquías, no la igualdad
Vasco de Quiroga, Cabeza de (pp. 153-154). Desde esta pers-
Vaca, Lanza, y especialmente pectiva (que, según Todorov,
Diego Durán y Sahagún. compartía también Vitoria), los
Quienes representaban los indígenas eran salvajes, bestias,
dos extremos básicos de esta cuya tiranía justificaba el dere-
diversidad de relaciones con el cho de intervenir sobre ellos
Otro fueron Sepúlveda y Cor- y esclavizarlos. Se preguntaba
tés, por un lado, y Las Casas por incluso, en voz de Oviedo,
el otro. El deseo de riqueza y el acerca de que “¿Quién puede
impulso controlador determina- negar que el uso de la pólvora
ron la conducta de los españoles en contra de los paganos es
como seres superiores frente incienso quemado en honor a
a los indios, lo cual condujo a Nuestro Señor?” (p. 151). Por
los europeos a considerar a los otra parte, asumiendo el sentido
americanos como algo poco más primigenio de la religión cristia-
que animales (p. 146), o a asumir na, Las Casas argumentaba que
un paradójico, por etnocéntrico, todos los seres humanos son
concepto de “igualdad” hacia iguales, y específicamente que
ellos. Esta doble y contradic- los indígenas son iguales a los
toria actitud la define el autor verdaderos cristianos porque
como un No-Amor y un Amor, son nobles, obedientes, pacíficos
respectivamente, a los nativos y desinteresados de las riquezas
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terrenales. Por estas virtudes, y del tiempo como unilineal y


decía Las Casas, los indios fue- evolutivo, el misionero asumió
ron derrotados por los españo- un etnocentrismo “tolerante”.
les (p. 164). Desde esta segunda Por un lado, la diferencia del
perspectiva, se argumentaba en Otro es ignorada por Las Casas
contra de la esclavitud indígena por considerar que los indígenas
diciendo que “Si en efecto, los poseen los mismos valores del
indios son niños, sería un peca- cristianismo, es más, por creer
do bautizarlos, echándolos a un que ellos sí son verdaderos
pozo” (p. 155). cristianos. Pero, por otro lado,
En el fondo, sin embargo, los para Las Casas la única diferen-
que “amaban” a los indios com- cia entre indios y españoles es
partían algo muy importante que los primeros son como los
con quienes no los “amaban”: segundos fueron en el pasado.
una actitud etnocéntrica en la De ahí concluía que por eso “no
que se fincaba la certidumbre debemos penalizar los defectos
de la superioridad española. En que nosotros tuvimos” (p. 165)
la historia particular de Las Ca- (énfasis mío). En esta premisa
sas se encontraba la paradójica se sustentaba su etnocentrismo
figura de un antiguo esclavista y tolerante, en no reconocer la di-
sexista, que ahora, a pesar de ferencia, o en identificarla como
defender a negros e indios por sinónimo de defecto.
igual, seguía considerando a los Por este etnocentrismo, com-
segundos ligeramente por enci- partido por Sepúlveda, Cortés
ma de los primeros y a la mujer y Las Casas, a pesar de sus
“tan necesaria para el hombre diferencias, coinciden en la jus-
como un esclavo al maestro” tificación de la Conquista y en
(p. 171). Durante la Conquista, la necesidad de asimilar al Otro.
Las Casas abandonó su adhe- Tal vez la única diferencia entre
rencia al esclavismo, aunque ellos era el método: a pesar del
elaboró sofisticadamente su discurso igualitario de Las Casas,
justificación de la superioridad él no estaba en contra de la ane-
europea. Partiendo de la con- xión de las Indias a la Corona,
cepción cristiana sobre la uni- sino que quería simplemente
versalidad de los valores morales cambiar a los soldados por sa-
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cerdotes (p. 171). Hablaba del a los indios, como Las Casas, a
“legítimo” poder de la Corona ser menos atentos a las caracte-
sobre los infieles y de la necesi- rísticas y diferencias específicas
dad de mantener la sumisión y de las culturas indígenas. Por
colonización de éstos, aunque, el contrario, el triunfo de la
aclaraba, de diferente forma, Conquista obedeció al hecho
sin torturas ni exterminación. de que la gente que no amaba a
Esta idea de una dominación los indios, como Cortés, cono-
“tolerante” sobre los indígenas, ció y entendió mucho mejor a
además de ser sostenida con los aztecas que Moctezuma a los
razonamientos religiosos, era españoles (p. 127). Por ejemplo,
apoyada con argumentos prag- la identificación de las fisiones en
máticos: el esclavismo debe ser la sociedad azteca fue la clave del
evitado por razones no sólo triunfo de los conquistadores.
humanitarias sino también eco- Por ello, gente como Sepúlveda
nómicas (p. 172). La eficiencia desarrolló descripciones etno-
de una dominación colonial es gráficas superiores (cuyo valor
superior a la ejercida a través se pierde, tal vez, por sus pre-
de la esclavitud. Este argumento juicios racistas) a las elaboradas
serviría de paradigma a los colo- por Las Casas (p. 160).
nialismos modernos. Además de Sepúlveda, Cortés
En esta relación amor-con- y Las Casas, existieron otros
quista surge un tercer elemento personajes que reflejan formas
que se entrelaza de manera inte- muy particulares de combinar
resante con ellos: el conocimien- las tres categorías de amor,
to o entendimiento del Otro. Al conquista y conocimiento. Vasco
parecer, quienes “amaban” a los de Quiroga, por ejemplo, a di-
indígenas tenían una predispo- ferencia de Las Casas, reconoce
sición mayor a no conocerlos, que la igualdad social de los
a no entenderlos, que aquellos indígenas no significa su igualdad
españoles que “no los amaban”. cultural, es decir, no significa que
Y es que, de acuerdo con Todo- compartan las mismas normas
rov, la confusión entre igualdad y valores de los españoles. Sin
social e igualdad étnico-cultural embargo, al igual que Las Casas,
condujo a la gente que amaba no llega a conocer a los aboríge-

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nes. Su amor a éstos lo conduce entre los misioneros españoles;


a verlos, no como lo que son, trató siempre de describir fiel-
sino como lo que el quiere que mente lo que observaba, aunque
sean. Por eso, como Las Casas, no siempre lo logró (pp. 213-
ignora todo de ellos y justifica su 214). Paradójicamente, esta
asimilación como un medio para vocación etnográfica de Durán
mejorar sus condiciones de vida. provenía de su rigidez e intran-
Por su parte, Cabeza de Vaca, sigencia religiosa. Por defender
al igual que los franciscanos, la pureza católica desarrolló una
también ama a los indígenas; se particular habilidad para identi-
opone al empleo de la violencia ficar lo que calificaba como el
sobre ellos y los conoce tan bien sacrilegio del sincretismo, esto
que llega a asimilar su cultura. Sin es, “la combinación de las prác-
embargo, como no llega a iden- ticas cristianas con los símbolos
tificarse con ellos, conserva su paganos”. Así, su conocimiento
otredad, y justifica su mimetismo etnográfico del indígena y su
cultural como una estrategia aparente identificación con él
para asimilar a los indígenas. estaban a disposición de su es-
Asimismo, Diego Durán, sacer- trategia asimilacionista. Por una
dote dominico, experimenta una parte, Durán estaba convencido
doble personalidad que Todorov de que “para convertirlos (a los
califica de hibridación. En los indígenas) hay que conocer su
niveles axiológico y praxiológico, vieja tradición religiosa” (p. 202)
Durán estaba dividido: admiraba y que una vez conocida la idola-
algunos aspectos de los indíge- tría, hay que destruirla. Por otra
nas (i.e., su organización social) parte, su aparente conversión
pero detestaba otros (i.e., su al indianismo, el hecho de que
crueldad y su violencia). “Son compartiera con los indígenas
inteligentes pero ciegos por su estilo de vida, no significó que
el paganismo”, afirmaba. En el dejara de considerarlos inferio-
aspecto epistémico, según Todo- res; después de todo, afirmaba,
rov, no había quién se comparara “el misionero debía ser bestia
a Durán. Conocía mucho sobre entre las bestias, e indio entre
las culturas indígenas, y por esa los indios” (p. 211). La hibrida-
vocación etnográfica destacó ción de Durán consistía, enton-
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ces, en el hecho de que si bien Durán no poseía intenciones


su conocimiento etnográfico e de interpretación consciente,
indianismo eran animados por mientras que Sahagún intentaba
su etnocentrismo, éstos fueron conscientemente interpretar lo
las avenidas que lo condujeron que investigaba. Más aún, en un
a la admiración de los indígenas. intento por hacer inteligible para
Sahagún fue defensor de los su cultura lo que observaba o
indios, y en ese sentido es in- lo que le decían los indígenas,
cuestionable su amor a ellos. llegó a hacer uso de las analo-
Más aún, en el nivel epistémico, gías: i.e., establecer similitudes
Sahagún resulta igual de intere- y diferencias entre los aztecas
sante que Durán, pues situó por y los romanos. En ese sentido,
encima de razones pragmáticas aunque no lo logró del todo,
su amor al conocimiento de las Sahagún se acercó más al papel
culturas nativas. Esto lo condujo del etnólogo.
a producir un trabajo con vali- En el nivel praxiológico, Sa-
dez etnográfica tan importante hagún era un defensor de los
como el de Durán, o tal vez indígenas que promovió su
superior a él, al incursionar en igualdad, pero nunca perdió la
el campo de la etnología. Se- distancia que la diferencia del
gún Todorov, Sahagún optó por Otro le imponía: su identidad
el camino de la fidelidad total. como español se conservó intac-
A diferencia de Durán, quien ta. Esta situación, su amor a los
mezclaba sus juicios con la na- indios y su amor al conocimiento
rración indígena, Sahagún –tal y de los indios, producen un Sa-
como un etnógrafo profesional hagún también contradictorio
lo haría– no sobreponía sus como Durán: un Sahagún que
comentarios al texto original se propone describir en detalle
azteca. Su intención, en este la religión india, sin olvidar que
sentido, era yuxtaponer su voz la meta de ese conocimiento
con la de los indígenas, no inter- es la transformación de ese
ponerlas. Por eso Sahagún dejó indio en cristiano; camino que
una inestimable enciclopedia lo conduce, paradójicamente, a
con información etnográfica so- promover la preservación de la
bre los aztecas. Por otra parte, cultura náhuatl (p. 223).

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Por último, nos dice Todorov, vista en una sociedad colonial y


de todos estos exploradores y la de ésta en un nuevo tipo de
misioneros españoles el único colonialismo. La Conquista, así,
que amó, conoció y se identificó proyecta nuestra nueva relación
profundamente con los indios con el Otro.
fue Gonzalo Guerrero, el único Si por una parte Colón fue un
caso de asimilación en dirección mero colector de curiosidades,
opuesta registrado en la historia descubridor de una tierra más
de la Conquista. que de sus habitantes, y por lo
tanto fue nula su interpretación
del Otro, por otra la Conquista
Epílogo nos enseña que para el éxito de
la dominación es necesario lo
Regresando a sus premisas ori- siguiente: primero, la convicción
ginales, Todorov concluye que, de la superioridad ante el Otro,
en efecto, el descubrimiento para conocerlo y adaptarse a
del Yo es posible únicamente a él, con el fin de transformarlo
través del descubrimiento del y asimilarlo a nuestra cultura.
Otro, y más aún, a través del Después de todo, nos recuerda
desciframiento de los vínculos Todorov, si la adquisición de un
entre uno y otro: del Nosotros. segundo lenguaje involucra una
Prueba de estos vínculos en el relación de poder (uno adopta el
presente –nos dice el autor– es lenguaje del Otro cuando se está
la existencia de los regímenes en situación de inferioridad con
totalitarios. Más aún, continúa éste), los españoles no serían
Todorov, el pasado vaticina el los que asumirían su asimilación
presente, y lo que vemos en la a la cultura indígena. Segundo,
evolución de la relación de los el conocimiento e interpreta-
conquistadores con los indíge- ción casi etnográfica del Otro,
nas (particularmente en Durán considerando que “La buena
y Sahagún) es precisamente el información es la mejor forma
sketch que vislumbra en em- de imponer el poder”, nos dice
brión el diálogo futuro (p. 241): Todorov (p. 181). Y tercero, la
las estrategias para la transfor- superioridad en el aspecto tec-
mación de una sociedad escla- nológico, especialmente en la
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comunicación: esto permitirá al arrojada a los perros del espa-


colonizador infligir una derrota ñol para ser devorada. Esto es
al Otro principalmente en el lo que puede pasar si no somos
manejo y transmisión de los exitosos en descubrir al Otro
símbolos. –concluye el autor–.
Así Europa triunfó, a través de
la Conquista, sobre los indígenas
de América; sin embargo, ese El anverso de la
triunfo fue, paradójicamente,
Conquista. Comentarios
su propia derrota. En esta em-
presa se vaticinaban los para- críticos sobre la obra
dójicos resultados posteriores: de Todorov
los indígenas “caníbales” fueron
quemados vivos, sus crímenes Este libro presenta de manera
fueron castigados con la pena de extraordinaria una interpreta-
muerte; por ello, a pesar de que ción original, llena de nuevas
las formas de vestir, la religión, las avenidas de reflexión sobre el
distintas costumbres caracterís- proceso de descubrimiento y
ticas del Viejo Continente, y las conquista de América. Útil no
superiores formas tecnológicas solamente para entender los
de comunicación (como la es- nuevos procesos de globaliza-
critura) fueron impuestas sobre ción y penetración del capital
el ritual, la comunicación entre en todo el mundo, sino también
las personas no fue mejor, ni se para reconocer la importancia
establecieron formas superiores del conocimiento etnográfico
de valores morales. Finalmente como instrumento de domi-
–afirma Todorov–, la sociedad nación. En esencia, la tesis de
azteca, con todo y sus sacrificios Todorov me permite recordar
humanos, no resultó moralmen- un “dicho” que escuché de un
te inferior que la sociedad euro- amigo antropólogo hace muchos
pea con sus masacres masivas años: “No hay etnógrafo ni an-
(p. 252). La mujer maya, una vez tropólogo aplicado más eficaz
derrotada, no fue sexualmente que el capital”.
violada, como hubiera ocurrido Por otra parte, pese a las
en el contexto europeo, sino virtudes señaladas de esta obra,

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debemos reconocer que se trata le hace suponer que en eso con-


de una perspectiva unilateral y siste la asimilación?; ¿qué sucede
en gran medida eurocéntrica. con la organización social, las
Tal y como lo indica el propio estrategias de subsistencia, el
autor, el punto de partida de conocimiento herbolario y las
su obra es demostrar que el representaciones simbólicas de
conocimiento del Otro es una muchos grupos indígenas? Ésas
forma de autoconocimiento, y también son parte fundamental
como para Todorov el Otro son de estas culturas, que en no
los indígenas americanos, anali- pocas ocasiones permanecen
zar únicamente la perspectiva ocultas y se recrean bajo las
del europeo sobre sí mismo y condiciones establecidas por el
sobre éstos, así como las múl- propio colonizador. Esto hubiera
tiples formas de relación amor- hecho que Todorov, además,
conquista-conocimiento del evitara el empleo del etnocéntri-
colonizador hacia los indígenas, co concepto de superioridad, el
sin indagar el pensamiento del cual fue empleado en el siglo pa-
Otro sobre sí mismo, ni sobre sado por quienes pretendieron
el colonizador. Hacerlo hubiera analizar la evolución social con la
requerido un esfuerzo no sola- misma metodología historicista
mente de investigación literaria unilineal del darwinismo en bio-
más profunda, sino incluso ar- logía. De esta manera, con el uso
queológica y de tradición oral, de este concepto el autor niega
como lo hiciera Miguel León- un aspecto básico en el estudio
Portilla en su obra El reverso de la del Otro (esto es, la etnología),
Conquista. Esto hubiera conec- el relativismo cultural, no sólo
tado a Todorov con una amplia como paradigma sino como
gama de fenómenos culturales filosofía y ética del investigador.
que han resultado del contacto Con base en este relativismo
y lo hubiera alejado del manejo cultural, nadie puede decir se-
poco cuidadoso del concepto de riamente que una cultura, o un
asimilación. Si, como él dice, los elemento cultural, es superior
indígenas han adoptado formas a otro, ni aun basados en crite-
de vestir, religión y diferentes rios de efectividad o eficiencia,
costumbres del europeo, ¿qué pues estos dos conceptos son
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Culturales

también relativos al contexto del amor, conquista y conocimiento.


elemento o cultura analizados. Quienes conocían bien a los
Desde esta perspectiva, cabe la indígenas no eran siempre los
pregunta: si los códices prehis- que los amaban. Más aún, esta
pánicos relataban las historias de misma moraleja me conduce a
los principados, sus conflictos, el una tercera pregunta, que puede
rol de los sacerdotes, el origen descomponerse en dos: ¿Será
mítico del pulque y los hongos posible alcanzar un conocimien-
alucinógenos, el conocimiento to realmente exitoso del Otro?
astronómico y matemático, ¿de En todo caso, ¿qué entendemos
dónde concluye Todorov que la por conocimiento exitoso? ¿Se
comunicación escrita era superior trata acaso de un conocimiento
a la de los aztecas o mayas? ¿En acucioso, objetivo y verificable?
qué se basa el autor para dar por o ¿un conocimiento útil para
sentada (y no discutirla además) quien lo produce? Por encima
la superioridad de la escritura de las pretensiones positivas de
alfabética sobre la ideográfica o je- quienes hablan de ciencia, el
roglífica? Eso es algo que Todorov conocimiento sobre el Otro es
jamás llega a comprobar, y que tal la construcción de una represen-
vez jamás investigó. tación de éste, mediada por la
De igual manera, quisiera ideología, que puede servir para
cuestionar la “moraleja” a la que la dominación o para la libera-
este autor arriba después de la ción del mismo. En este sentido,
historia de la mujer maya devo- un conocimiento exitoso del
rada por los perros: “esto puede Otro puede conducir a un exi-
pasar si no somos exitosos en el toso proceso de su dominación
conocimiento del Otro”. Al res- o a una exitosa liberación de él.
pecto preguntaría: ¿será posible Finalmente, me quiero referir
fundar una relación con el Otro a la conclusión final que Todo-
a través de un exitoso conoci- rov coloca en la última parte
miento de éste? La respuesta a del libro, un poco suelta de la
estas interrogantes nos la ofrece discusión central de éste: “No
el mismo autor cuando dice que creo que la historia obedezca a
la empresa colonizadora se ca- un sistema ni a las así llamadas
racterizó por la autonomía entre leyes que permitan deducir las

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Culturales

futuras o incluso las presentes “comprobar que el pasado va-


formas de sociedad; sino que ticina el presente”. Comprobar
para estar conscientes de la que las formas de relación con el
relatividad (y así de su arbitra- Otro durante la Conquista eran
riedad)...” (p. 254). Después el embrión de la relación futu-
de leer esto, me doy cuenta de ra con éste. Cómo es posible
que tengo poco más o menos partir de tal convicción y hablar
que empezar a leer la obra para de arbitrariedad en la historia al
entender su objetivo central, mismo tiempo que de vaticinio?

La Conquista de América. El problema del otro

Tzvetan Todorov
Siglo XXI, México, 2007

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