1.1 Sociedad y economía en el Paleolítico y Neolítico. La pintura rupestre.

La prehistoria es el periodo comprendido entre la aparición de los primeros homínidos (800.000 a.C. en
península) y la aparición de la escritura o noticias escritas (750 a.C. en península). Se estudia a partir de los
restos materiales de estas sociedades (instrumentos, arte parietal, comida, hogares, etc) a través de la
arqueología y paleontología y distintos métodos de datación. La prehistoria se divide en función de la materia
prima con la que se fabricaban los instrumentos y útiles: Edad de Piedra (Paleolítico y Neolítico) y Edad de los
Metales (cobre, bronce y hierro).

Durante el Paleolítico (800.000 a 8.000 a.C), dividido en Paleolítico inferior (800.00 - 250.000 a.C), medio
(250.000 - 33.000 a.C) y superior (33.000 - 8.000 a.C), se produjo el proceso de hominización (cambios físicos y
culturales) cuyo resultado será la aparición del Homo Sapiens Sapiens (P. superior). Las sociedades de este
periodo tenían una economía depredadora dedicada a la caza y recolección, (además de pesca y carroñeo), con
vida nómada o seminómada, que habitaban habitualmente en cuevas y que emplearán útiles de piedra tallada.
Entre los yacimientos del Paleolítico destacan los de Atapuerca (inferior), Cova Negra y El Sidrón (medio) y las
pinturas rupestres de Altamira y Tito Bustillo (superior). Estas últimas se tratan de pinturas realizadas en cuevas
con gran naturalismo y policromía y que suelen representar animales aislados con un significado religioso,
mágico o totémico.

Tras un periodo de transición (Mesolítico) llega el Neolítico (5.500-3.000 a.C.) caracterizado por sociedades
con una economía productora de agricultura y ganadería en las que se observa cierta división del trabajo y
jerarquización social, vida sedentaria en grupos de cabañas y la fabricación de útiles de piedra pulimentada. La
pintura rupestre neolítica (o levantina) en la que destacan como ejemplos Valltorta (Castellón) y Cogul (Lérida),
tiene sus propias características como estar realizada al aire libre o en abrigos rocosos, la aparición de la figura
humana y su carácter esquemático, monocromo y narrativo.