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El Banco de México fue fundado el 1 de septiembre de 1925 después de un largo

periodo de inestabilidad y anarquía monetaria que había reinado en México desde


principios del siglo XIX. Durante este periodo, el sistema de pluralidad de bancos
de emisión se agravó por el conflicto revolucionario de 1910, lo que provocó la
desconfianza en el papel moneda y la destrucción del sistema monetario vigente
hasta ese momento. Los antecedentes del Banco de México se remontan a
principios de ese siglo, cuando se presentó un proyecto para crear una institución
que emitiera billetes, pero este proyecto no tuvo éxito.

En Europa, durante la misma época, los bancos centrales comenzaron a surgir, de


manera espontánea, y en México, se estuvo cerca de establecer un banco central
hacia 1884, pero finalmente triunfó la postura que favorecía la libre concurrencia
de los bancos comerciales en cuanto a la emisión de billetes.

Después de la Revolución, la disyuntiva en México consistía en establecer un


banco privado o un banco bajo control gubernamental. Los constituyentes optaron
por la segunda fórmula, y la Constitución estableció que la emisión de moneda se
encargaría exclusivamente a un banco que estaría "bajo el control del Gobierno".
Sin embargo, siete largos años demoró la fundación del Banco Único de Emisión,
que finalmente se estableció como el Banco de México en 1925.

Durante el lapso de tiempo en que se intentó establecer el banco, en el mundo se


consolidó la tesis sobre la necesidad de que todos los países contasen con un
banco central, tal y como lo señaló la Sociedad de Naciones en un comunicado
emitido en 1920 durante la Conferencia Financiera Internacional celebrada en
Bruselas.

El Banco de México logró establecerse gracias a los esfuerzos presupuestarios y


de organización del secretario de Hacienda y al apoyo del presidente de México.
El banco se encargó exclusivamente de la creación de moneda, regulación de la
circulación monetaria, tasas de interés y tipo de cambio. Se convirtió en el
banquero y asesor financiero del Gobierno Federal, pero los bancos comerciales
se dejaron en libertad de asociarse o no con el banco central.
El Banco de México fue creado para propiciar el surgimiento de un nuevo sistema
bancario, reactivar el crédito en el país y reconciliar a la población con el uso del
papel moneda. Además de los atributos propios de un banco de emisión, se le
otorgaron facultades para operar como institución ordinaria de crédito y descuento.
Durante sus primeros seis años, el Banco logró promover el renacimiento del
crédito en el país, pero enfrentó dificultades para consolidarse como banco central
debido a la débil circulación de sus billetes y la falta de interés de los bancos
comerciales para asociarse con él mediante la compra de acciones.

En 1931-1932, el Banco de México sufre una reforma importante, que incluye la


retirada de sus facultades para operar como banco comercial, la obligatoriedad de
asociación con los bancos, y la flexibilización de las reglas para la emisión de
billetes. La escasez de moneda llevó a un movimiento nacional a favor del billete
del Banco de México, lo que aumentó su demanda. Una vez lograda la aceptación
del billete, el Banco pudo cumplir sus nuevas funciones: regular la circulación
monetaria, las tasas de interés y el tipo de cambio, encargarse de la Tesorería del
Gobierno Federal, centralizar las reservas bancarias y convertirse en banco de los
bancos y prestamista de última instancia.

En 1935, la crisis de la plata pone en riesgo el valor de las monedas fraccionarias


y se conjura emitiendo piezas con menor contenido de plata y poniendo en
circulación billetes de un peso conocidos como "camarones". En 1936 se
promulga una nueva Ley Orgánica del Banco de México, muy rígida en cuanto a la
emisión de medios de pago y limitando el crédito que el banco central pudiera
otorgar al gobierno. Sin embargo, en 1938 se reforman sus disposiciones más
restrictivas. En este contexto, la balanza de pagos de México se deteriora y el
Banco de México se retira del mercado en 1938, lo que hace que el tipo de cambio
suba a niveles superiores a 5 pesos por dólar.
En 1941, México promulgó una nueva Ley Bancaria y una nueva Ley Orgánica del
Banco de México debido a la inundación de capitales flotantes durante la Segunda
Guerra Mundial. El Banco de México tuvo que enfrentar el reto de aplicar una
política de contención monetaria para hacer frente al potencial inflacionario. Se
intentaron diferentes herramientas, como operaciones de mercado abierto,
manipulación de la tasa de redescuento y persuasión moral, pero la elevación de
los encajes fue el recurso más efectivo. El coeficiente de encaje se elevó hasta en
un 50% para los bancos en el Distrito Federal y hasta en un 45% para los bancos
en el resto del país para evitar transacciones y créditos especulativos.

El encaje legal en México se utilizó como un instrumento de regulación monetaria,


y se extendió su uso para otros objetivos, como el financiamiento del déficit del
gobierno y el control selectivo del crédito. En 1949, se otorgó al banco central la
facultad de elevar el encaje de la banca comercial hasta el 100% de sus pasivos,
pero esta obligación se graduó en función de cómo las instituciones financiaran los
distintos sectores de la economía. En las crisis de balanza de pagos en 1948 y
1949, la política monetaria prudente ayudó a enfrentarlo, y finalmente, se hizo el
convenio de Bretton Woods y la tasa de cambio del peso en México en la década
de 1940.

Rodrigo Gómez estuvo al frente del Banco de México durante 18 años y fue un
enemigo de la inflación. Junto con Antonio Ortiz Mena, lideró un periodo de
progreso y estabilidad conocido como "desarrollo estabilizador" de 1954 a 1970.
Durante este tiempo, el ingreso per cápita, los salarios reales y el sector financiero
crecieron constantemente. El Banco de México aplicó una política monetaria
prudente y una estrategia de promoción que ayudó a proporcionar crédito no
inflacionario a actividades prioritarias y compensó las fluctuaciones de la
economía mundial. En 1958 se incorporó a las sociedades financieras el régimen
de encaje legal.
La década de 1970 y parte de la de 1980 fue un período de dificultades para el
Banco de México. Hasta 1982, los problemas se originaron en políticas
económicas excesivamente expansivas y en la obligación impuesta al banco
central de otorgar amplio crédito para financiar los déficits fiscales incurridos en
ese momento. Todo esto deterioró la estabilidad de precios y provocó dos severas
crisis de balanza de pagos en 1976 y 1982. A partir de 1983 las acciones se
dirigieron fundamentalmente a controlar la inflación, corregir los desequilibrios de
la economía y buscar recuperar la confianza de los agentes económicos.

A pesar de todo esto y, en algunos casos, para enfrentar los problemas existentes,
en las últimas décadas hemos sido testigos de importantes transformaciones
institucionales así como de trascendentes aportes del banco central a la economía
del país. Una de las iniciativas más destacadas del Banco de México fue la
creación en México de la denominada “banca múltiple” en 1976. Una vez
consumada la conversión de la banca, de especializada a múltiple, se inició un
programa de fusión de pequeñas instituciones. promovidas, orientadas a fortalecer
su solidez y asegurar una mayor competitividad en el sistema financiero.

En 1974 se crea en el Banco de México (y se implanta en la práctica) el concepto


de Costo Medio de Captación para Banca Múltiple (CPP). Esta tasa promedio, al
servir como tasa de referencia para los préstamos bancarios, evitó muchas
dificultades para los bancos cuando las tasas de interés subieron debido a la
inflación en la última parte de esa década. Entre otros aportes memorables del
banco central se encuentran la idea de regular la capitalización de los bancos, no
solo en función de su recaudación sino también de ciertos activos y otros
conceptos expuestos a riesgo, así como el establecimiento de un sistema de
protección de depósitos para el público en la banca.

También fue motivo de orgullo para el Banco de México la creación, en 1978, de


los Certificados del Tesoro (Cetes). Estos valores, previo a la promulgación en
1975 de una nueva Ley Reguladora del Mercado de Valores, fueron la base para
el desarrollo en México de un mercado de bonos y valores de renta fija. Este logro
trascendió no solo en cuanto a la evolución financiera de México sino también en
cuanto a la marcha del banco central en el país. La creación y madurez del
mercado de bonos propició la consolidación de condiciones en nuestro entorno
para llevar a cabo, en la práctica, la regulación monetaria a través de operaciones
de mercado abierto.

Durante la presidencia de Miguel de la Madrid (1983-1988), se creó el Fideicomiso


para la Cobertura de Riesgos Cambiarios (FICORCA), que permitió a las
empresas mexicanas con deudas en divisas extranjeras renegociar sus pasivos y
protegerse contra futuros ajustes del tipo de cambio. En 1985, se emitió una nueva
Ley Orgánica para el Banco de México, que otorgó al Banco la facultad de fijar
límites al financiamiento que podía otorgar, la posibilidad de emitir títulos de deuda
para regulación monetaria y liberó a la reserva monetaria de restricciones para ser
usada sin cortapisas. Desde 1987, el Banco de México ha trabajado en conjunto
con otras autoridades para reducir la inflación, enfrentando desafíos externos,
financieros y de "inercia inflacionaria". Para abordar este último, se implementó la
concertación social, un pacto entre los distintos grupos de la sociedad para
acordar medidas que disciplinaran la evolución de los precios, los salarios y el tipo
de cambio.

Es destacable la importancia de la autonomía del Banco de México, que se inició


en 1994. La autonomía implica que ninguna autoridad puede exigirle la concesión
de crédito, lo que garantiza el control ininterrumpido del banco sobre la cantidad
de dinero en circulación y su finalidad es la conservación del poder adquisitivo de
la moneda nacional. La autonomía se sustenta en tres pilares: el mandato
constitucional que establece la misión prioritaria del Banco de México, la forma en
que está integrada su Junta de Gobierno y las normas a que está sujeto su
funcionamiento y la independencia administrativa que la ley concede al banco
central. La Junta de Gobierno está conformada por un gobernador y cuatro
subgobernadores, cuyo periodo de servicio es alternado y se rigen por normas
estrictas.

En 1995, el Banco de México tuvo que colaborar con la Secretaría de Hacienda


para enfrentar la crisis bancaria y de balanza de pagos. Se inició un esfuerzo de
estabilización gradual que ha durado más de tres lustros, durante el cual se han
afianzado políticas de transparencia y rendición de cuentas, se ha adoptado el
esquema de flotación cambiaria y se ha avanzado hacia el esquema de Objetivos
de Inflación (OI). El OI busca dar mayor eficacia a la política monetaria y minimizar
los costos de la lucha contra la inflación, así como conseguir la credibilidad de los
agentes económicos en la banca central y en la política monetaria para combatir la
inflación y difundir los beneficios de la estabilidad a la economía

A partir de 1996, se establecieron metas anuales para la inflación en México, con


una meta de 3% para 2003. En 2001, se anunciaron metas multianuales
intermedias y se adoptó oficialmente el esquema de Objetivos de Inflación (OI) por
parte del Banco de México. En 2002, se estableció un margen de fluctuación de
más o menos un punto porcentual alrededor de la meta de largo plazo de 3%
anual, y se anunció un calendario oficial para las acciones de política monetaria a
partir de 2003 para reducir la incertidumbre en los mercados financieros.

La crisis financiera iniciada en Estados Unidos en 2007 por las hipotecas subprime
causó una caída en el mercado de valores y la intervención de los principales
bancos centrales del mundo para proporcionar liquidez. En 2008, el gobierno
estadounidense y la Reserva Federal tuvieron que rescatar a los intermediarios
hipotecarios. La decisión fue criticada por algunos argumentando que fomentaba
prácticas de inversión irresponsables. La insuficiencia de crédito afectó a las
economías globales.

La crisis global de 2008 afectó también a la economía mexicana. Para


contrarrestar los efectos negativos, el Banco de México implementó diversas
medidas, como la reactivación de las ventas de dólares y acuerdos con la Reserva
Federal de EE.UU. para intercambio de monedas. También subastó diariamente
dólares sin precio mínimo y negoció una Línea de Crédito Flexible con el Fondo
Monetario Internacional por un monto de 50 mil millones de dólares a un plazo de
un año, ampliada a 73 mil millones de dólares a dos años en 2011.

El Banco de México ha sido dotado de marcos legales conducentes y


propiciatorios de un desempeño eficaz en el desarrollo de sus tareas, incluyendo
la reforma que le otorgó autonomía en 1994. Su cometido fundamental es la
procuración de la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional. A lo
largo de su historia, ha contribuido al progreso de México mediante la creación de
muchos mecanismos de regulación monetaria.

Se destaca la confianza actual en el peso mexicano y su solidez, en contraste con


la falta de confianza en el periodo revolucionario. Este logro ha sido alcanzado por
el Banco de México a lo largo de décadas. Además, existen otros apoyos
importantes que ofrece el banco central a la sociedad, como el desarrollo de
sistemas modernos de pago electrónicos, regulación de comisiones bancarias y
servicios informativos para promover la transparencia.

El Banco de México ha trabajado constantemente durante más de 85 años para


cumplir sus funciones tradicionales, modernizando sus procesos y proporcionando
monedas y billetes seguros y confiables, contribuyendo a la estabilidad
macroeconómica y fortalecimiento del sistema bancario. Además, ha desarrollado
sistemas de pago electrónicos seguros y regulado las comisiones bancarias. A lo
largo de su evolución histórica, el banco ha demostrado su capacidad para
renovarse y ponerse a la altura de un Banco central contemporáneo. Ha asumido
compromisos con la transparencia y la educación financiera, proporcionando
información económica y monetaria actualizada a diferentes públicos y explicando
la política monetaria de manera sistemática. Hoy en día, es una institución sólida y
confiable que contribuye a la prosperidad de México.

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