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Guía para entender la Ley de Cambio

Climático de España y cómo influirá en


nuestra vida cotidiana
 La norma aprobada definitivamente en el Congreso tiene dos claves: reducir los
gases de efecto invernadero que emite España y adaptar el país a los impactos
que el cambio climático ya está provocando
 — España ya tiene ley de cambio climático tras la votación definitiva en el
Congreso

Foco
Crisis climática
Parque de energía eólica, en Lanzarote.

Raúl Rejón

13 de mayo de 2021 06:00h

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@raulrejon

El 21 de enero de 2020 el Consejo de Ministros declaró oficialmente la emergencia


climática en España. A finales de mayo pasado entraba el proyecto de ley de Cambio
Climático en el Congreso de los Diputados. Este jueves ha sido aprobada
definitivamente por el Congreso: España tiene al fin una norma para afrontar el
calentamiento global del planeta. han pasado más de cinco años desde el Acuerdo de
París contra el Cambio Climático.

La ley aborda la lucha contra el cambio climático, pero, en definitiva, atravesará


muchos aspectos de la vida cotidiana de la ciudadanía: encender el interruptor de la luz
cada día, los desplazamientos para ir a trabajar, de visita o por ocio. La manera de
producir y transportar de las empresas, las viviendas, la disponibilidad de agua de
calidad o la protección ante fenómenos meteorológicos adversos cada vez más
frecuentes.

Se trata de rebajar la causa del calentamiento global y adaptar el país a los cambios que
la alteración del clima ya está produciendo. Además, muchos de los cambios que
conlleva esta transición se han convertido en proyectos adecuados para captar fondos
europeos activados para la recuperación de la pandemia de COVID-19. "Hacer de la
recuperación europea un Green Deal", escribían diez ministros y ministras de Medio
Ambiente europeos el 9 de abril pasado, en medio del confinamiento por el embate del
SARS-CoV-2.

Reducir la causa: España tiene que recortar las emisiones

La causa del cambio climático en el planeta es el efecto invernadero que generan la


costra de gases acumulada en la atmósfera por quemar combustibles fósiles para obtener
energía, las emisiones de la gigantesca cabaña ganadera o la deforestación masiva. El
calor del sol no puede escapar y se acumula en la Tierra. Así que el pilar de esta ley es
obligar a que España sea "neutra climáticamente" en 2050. Esto significa que la resta
entre la cantidad de gases de efecto invernadero que lanza a la atmósfera y la cantidad
que se retiene (como lo captado por los bosques) debe dar cero.

La estrategia depende en gran medida de que se reduzca mucho la emisión de CO2: lo


absorbido en 2019 fue solo un 10% de todo lo expulsado. La ley establece que la rebaja
sea, en 2030, de un 23% respecto a lo que se emitía en 1990. Después haría falta un
acelerón en dos décadas para alcanzar ese 'objetivo cero'.

El texto prevé que se haga una revisión del camino en 2023 y pueda modificarse el
objetivo al alza. De hecho, las enmiendas parlamentarias han hecho que la reducción
pasara del 20 al 23%, pero la cifra no ha satisfecho a grupos ecologistas y algún partido
–como Más País-Equo– que pedían que esa reducción a medio camino antes de alcanzar
2030 fuera del 55% para asegurarse el objetivo final de llegar a casi el 100% a mitad de
siglo. "Es decepcionante la falta de ambición", ha dicho la diputada de Más País-Equo
Inés Sabanés tras la aprobación del texto en el Congreso.

La ley que marcha hacia el Senado dice que en 2050 el 100% de la electricidad en
España tendrá que generarse con fuentes renovables: agua, viento o sol. Y que en 2030,
el origen de la electricidad deberá ser limpio en un 74%

¿De dónde dice la ley que se recorte? La energía

La mayor parte de los gases que España lanza a la atmósfera es producida al obtener
energía. Supone el 75% del total, según el último inventario nacional del Ministerio de
Transición Ecológica. Así que, para cumplir con los objetivos de esta ley, es obligatorio
cambiar la manera en que se consigue la energía: que emita muchos menos gases al aire.

La ley que marcha hacia el Senado dice que en 2050 el 100% de la electricidad en
España tendrá que generarse con fuentes renovables: agua, viento o sol. La primera
meta volante está en 2030, cuando el origen de la electricidad deberá ser limpio en un
74% –en un principio era el 70%–. Además, el 42% de toda la energía que se necesite
utilizar en España en ese 2030 ha de generarse con fuentes renovables, ya sea para
conseguir electricidad, para transporte o la producción de bienes en las fábricas. Y no
solo se apunta a la generación, sino que la ley obligará a mejorar la eficiencia en el uso
de la energía. En menos de una década, España debería estar usando un 39% menos de
energía si se quiere cumplir la ley.

Fin de los automóviles diésel y gasoil y 'Madrid centrales' obligatorios

La ley incluye artículos dirigidos hacia el transporte por carretera, que libera ahora al
aire en España unos 84 millones de toneladas de gases. En el año de referencia de 1990
fueron 51 millones. Por un lado, se marca el año 2040 como el límite para vender
automóviles con motores de combustión. Estos motores utilizan bien gasóleo
(responsable del 21% de todas las emisiones en España en 2019) o bien la gasolina (un
5% de las emisiones). Entre ambos suman un cuarto del total nacional. Con todo, la ley
no impide que los vehículos con esta tecnología fósil que ya estén en circulación antes
de ese año puedan continuar funcionando.

149 localidades de más de 50.000 habitantes –que suman más de 25 millones de


personas– estarán obligadas a crear zonas de bajas emisiones, al estilo de Madrid
Central, para rebajar la contaminación del aire

El articulado establece la obligatoriedad de que los municipios de más de 50.000


habitantes establezcan zonas de bajas emisiones, al estilo de Madrid Central, para
rebajar la contaminación del aire que respiran los vecinos. Son 149 localidades que
suman más de 25 millones de personas.

Al fin y al cabo, los turismos son los automóviles que más peso tienen en las emisiones
del transporte por superficie (casi dos tercios), seguidos por los vehículos pesados (un
30%) y, ya bastante más lejos, los vehículos ligeros y las motocicletas.

La organización Greenpeace ha llamado la atención sobre la extensión de los


denominados "combustibles alternativos" al transporte por carretera en el periodo de
enmiendas de la norma. A su juicio, esto "abre la puerta a utilizar gas fósil" en la
automoción cuando, en principio, el gas era "una solución transitoria solo para el sector
aéreo".

Las casas más eficientes

El Gobierno deberá aprobar un plan de rehabilitación de viviendas en seis meses. La


idea es hacer que las casas españolas aprovechen mejor la energía. Se trata de impedir el
despilfarro, por ejemplo, al no tener aislamientos, introducir la posibilidad de utilizar
fuentes de energía renovable y autoconsumo para la calefacción o la refrigeración de los
pisos.
No habrá nuevas autorizaciones para hacer prospecciones o explotaciones de gas o
petróleo, tampoco mediante el fracking, y se acaba la búsqueda de uranio

Se acabó la búsqueda de petróleo, gas… y uranio

La ley marca, en cierta manera, la ruta para abandonar la dependencia del petróleo, así
que ha añadido la prohibición de buscar combustibles fósiles en territorio español. No
podrán concederse ya nuevas autorizaciones para hacer prospecciones o explotaciones
de hidrocarburos: el gas o el petróleo. Solo podrán mantenerse las que ya estuvieran
operativas antes de que esta norma entre en vigor. Estas disposiciones afectarán tanto a
los posibles proyectos que estaban dibujados en las áreas marinas costeras como los de
la técnica de la fractura hidráulica, el conocido como fracking. Además, el proceso
parlamentario ha incorporado el adiós a la minería del uranio (base de la energía
nuclear): ni exploración, ni investigación ni prórrogas para minerales radiactivos.

El 'boom' de las renovables puede acarrear destrucción ambiental

La más que previsible expansión de infraestructuras de generación de electricidad de


fuentes renovables presenta un efecto secundario indeseable: la implantación poco
controlada que dilapide el patrimonio natural, es decir, que implique la destrucción de
ecosistemas donde se implanten. Es una de las preocupaciones de los grupos ecologistas
como la SEO-Birdlife, que piden "renovables responsables". La ley, efectivamente,
apunta a que este desarrollo se haga "de forma responsable", pero la cascada de
proyectos de parques eólicos o fotovoltaicos que España necesita para cumplir los
porcentajes de energía renovable que indica esta ley va a suponer una fricción, de
acuerdo con el análisis de los ambientalistas.

Adaptación al cambio climático que ya está aquí

La cuestión es que el calentamiento acelerado de la Tierra desde que comenzó el uso


masivo y continuado de combustibles fósiles ya se deja sentir. En cuanto al patrón de
precipitaciones, más escasas, pero también más torrenciales. En el incremento de
temporales costeros destructivos. En la proliferación de especies invasoras que portan
enfermedades o en la pérdida de biodiversidad.

Convivir con más temporales, sequía, inundaciones…

La cuestión es que adaptarse a los efectos del cambio climático se ha hecho cada vez
más perentorio. En este sentido, la ley conmina al Gobierno a evaluar estos efectos y
trazar planes que los amortigüen. El articulado pide que se analicen los riesgos que el
cambio climático ya está suponiendo para los ecosistemas, pero también para los
sectores socioeconómicos.

De esta manera, los desarrollos urbanísticos o la gestión hidrológica deberán tener en


cuenta, dice la ley, el nuevo contexto climático a la hora de diseñarse. Sin ir más lejos,
las construcciones e infraestructuras en la densamente poblada costa española se han
vuelto cada vez más vulnerables a los temporales que se producen con más frecuencia y
mayor virulencia. La ocupación del litoral demanda incluir los efectos del cambio
climático en su planificación.
De igual manera, el patrón de precipitaciones está virando hacia episodios más
torrenciales pero precipitaciones globales más escasas y, por tanto, sequías más
recurrentes. Las borrascas violentas son origen de avenidas de agua e inundaciones –un
desastre natural de alto impacto en España– que han encontrado en un urbanismo
invasivo un potenciador. Por otro lado, los recursos de agua más escasos, unidos al
deterioro de las masas de agua, presentan un riesgo para contar con agua de calidad para
el consumo humano y la agricultura (principal consumidor del recurso en España).

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Publicado el
13 de mayo de 2021 - 06:00 h

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