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Texturas
Antes de comenzar con la armonía en sí, conviene aclarar qué es lo que vamos a
estudiar. En música, se entiende por textura la manera en que se agrupan los sonidos, y
de qué forma las voces suenan y se relacionan entre sí (una voz, en este contexto, no se
refiere necesariamente una voz humana, sino una línea melódica, que puede ser sonada
por una voz humana o no). El concepto de textura no es fácil ni de explicar ni de
entender en abstracto; seguramente termine de entenderse después de exponer los
diferentes tipos que existen.
Todas las texturas pueden clasificarse en dos grandes grupos: texturas polifónicas y
monofónicas. Su diferencia es clara: en todas las texturas polifónicas existen dos voces
o más, mientras que en la monodia sólo existe una.
- Puesto que dentro de las texturas monofónicas sólo existe la monodia, no hay
mucho más que explicar de ella. No tiene acompañamiento, y cualquier voz o
instrumento ejecutará la misma línea melódica, al unísono o, a veces, a distancia de
octava.
Ejemplo de canto monódico, extraído del Himno a San Juan Bautista, de Pablo el
Diácono
Fragmento de la fuga nº2 en do menor de J.S. Bach. Nótese cómo las dos voces no
dependen una de la otra a nivel rítmico, y tampoco comparten intervalos ni movimientos
de ascendencia ni descendencia. Además, tienen la misma importancia al ser escuchadas
(una no predomina sobre la otra)
Existen otros tipos de texturas menos frecuentes y más complejas, a menudo derivadas
de las ya presentadas, pero por cuestión de claridad y brevedad no las mostraremos aquí.
El objetivo de esta lección es comprender cuál de todas las texturas básicas usaremos.
El porqué es sencillo: una vez Alguien dijo que "antes de correr se debe aprender a
andar". Para estudiar la armonía desde el principio, debemos centrarnos plenamente en
los acordes y sus enlaces, y para ello la textura que más nos ayudará es la homofónica.
Horizontalidad: Escalas Mayores.
Escalas menores y tipos
La horizontalidad, en música, se refiere a los movimientos melódicos que producen las
voces, sin tener en cuenta las tensiones y distensiones armónicas que podrían crearse.
Se define tonalidad como sistema musical basado en la jerarquía de las distintas notas
de la escala. La escala diatónica del modo mayor es la fórmula más completa de la
tonalidad, y se caracteriza por la distribución constante de sus tonos y semitonos.
La escala del modo menor es derivada de la del Modo Mayor. Existen cuatro maneras
por las que se puede formar:
Escala menor natural. Viene de la diatónica del modo mayor, pero colocada en otro
orden (empezando en el equivalente a la 6ª nota en la escala mayor).
Escala menor dórica. La sexta nota se altera medio tono de forma ascendente.
En cualquier escala, las notas que después forman acordes y desempeñan funciones
armónicas se llaman grados, añadiendo el número que les corresponde. Además de éste,
también tienen su propio nombre.
Suele ir a (menos
Nota Grado Nombre
frecuente) [raro]
1ª I Tónica IV, V (VI) [I, III]
Supertónica
2ª II V (IV, VI) [I, III]
(subdominante)
3ª III Mediante o Modal VI (IV) [I, II, V]
4ª IV Subdominante V (I, II) [III, VI]
5ª V Dominante I (VI) [II, III, IV]
6ª VI Superdominante II, V (III, IV) [I]
7ª (a distancia de un tono
VII Subtónica I, III (V, VI) (II)
de la tónica)
7ª (a distancia de un
VII Sensible I, III (VI) [II, IV, V]
semitono de la tónica)
OJO: no confundir nota con grado. Una nota hace referencia a una nota suelta, mientras
que un grado se refiere al acorde formado a partir de esa nota como fundamental. La 5ª
nota de la escala de Do Mayor es Sol, pero el V grado de Do Mayor es el acorde Sol
Mayor.
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1. Escala 1:
2. Escala 2:
3. Escala 3:
Los intervalos armónicos se forman entre dos notas simultáneas; mientras que los
melódicos, entre notas seguidas. Es importante entender que los intervalos a los que nos
referimos a continuación son MELÓDICOS, y por tanto las prohibiciones señaladas se
refieren a estos. Éstas no se refieren a los armónicos: en los acordes podremos utilizar
los intervalos que se adapten al acorde que deseemos utilizar.
De los cuales, desde el punto de vista melódico, podremos utilizar únicamente los
consonantes para todas las voces, estando prohibidos los disonantes. La única
excepción es la 2ª, Mayor y menor (no la aumentada, salvo en casos especiales [por
ejemplo, en una cadencia en la que se utilice la escala menor armónica]). Esto tiene
sentido, pues el intervalo de 2ª es básico en el concepto de melodía (fíjese en la escala,
sin ir más lejos, todas se mueven por movimientos de 2ª). Cuando una voz se mueve
mediante este movimiento, se decide que va por grado conjunto. Es decir, los grados
conjuntos (movimientos a la nota inmediatamente anterior o posterior, o movimientos
de 2ª) están permitidos.
Se dice que dos voces realizan un movimiento directo si ambas van en la misma
dirección, es decir, si ambos movimientos son ascendentes o descendentes.
Por último, el movimiento oblicuo consiste en que una voz se mantiene, mientras la
otra se mueve, de la forma que sea.
Como principio general en armonía, las voces no deben cruzarse. Esto en la práctica
tiene tres significados:
A la voz inferior no se le puede asignar una nota más aguda que la que
da cualquier voz superior.
Cruzamiento de voces: prohibido en armonía
Una voz no debe ir a una nota superior a la que que previamente ha dado la voz
superior a ella, ni ir a una nota inferior a la que previamente ha dado la voz
inferior a ella. Esto se entenderá mejor en la partitura:
En el primer ejemplo, el mi que da la voz aguda sobrepasa por debajo al sol que
la voz grave ha dado antes. Algo parecido ocurre también en el segundo
ejemplo. Este tipo de movimiento también está prohibido.
Por supuesto, en todos los ejemplos hemos considerado sólo dos voces para verlo con
claridad. En la práctica, estas cuestiones ocurren entre cualquier par de voces del
sistema SATB, y por lo tanto puede ser más difícil de detectar. Sin embargo, estas
prohibiciones, que de ser llevadas por error a una composición homofónica se
denominarían faltas armónicas, son fáciles de detectar, de manera que no debe
convertirse en una gran preocupación.
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Ahora, decida qué clase de movimientos son los siguientes, y si están permitidos o no.
Nota: es importante escribir la tilde cuando la respuesta es "sí", de otra forma, el sistema
lo entenderá como un fallo.
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Sin embargo, aunque los límites no sean rígidos (probablemente nadie nos dirá nada si
nos excedemos medio o un tono por alguno de los extremos), lo más conveniente es
procurar que se muevan en su región media, sin alcanzar los extremos (sobre todo los
agudos).
Las cuatro voces, escritas cada una en un pentagrama, suelen tener su propia clave por
la extensión de cada una, como se ve en el primer cuadro, de forma que sus registros
medios estén centrados en el pentagrama y no haya que escribir demasiadas líneas
adicionales. No obstante, en el estudio de la armonía suelen agruparse en dos
pentagramas (dos voces por pentagrama) principalmente por dos razones: para ahorrar
espacio (lo ideal sería tenerlas todas en el mismo, pero esto sería excesivo en cuanto a
líneas adicionales), ya que en los inicios de la armonía, muchos siglos atrás, el papel era
muy caro; y porque dos pentagramas son los que usa el piano, instrumento frecuente en
el estudio de la armonía (como ya se ha dicho, puede abarcar las cuatro voces sin
problema).
De forma que, en adelante, estudiaremos con el sistema SATB escrito en dos
pentagramas
Al escribir armonía para cuatro voces, y tratando mayoritariamente con acordes tríadas,
ha de duplicarse, necesariamente, una nota, en alguna de las voces. Generalmente,
trataremos de duplicar la fundamental, como ocurre en los tres acordes del ejemplo de
arriba. Algunas veces (como en algunos acordes menores en ciertas situaciones en las
que venga bien para la marcha de las voces, o en los disminuidos) duplicaremos la 3ª,
mientras que la 5ª raramente se duplicará, pues aparte de no dar un color a la armonía,
reforzando sólo la fundamental, suele conllevar faltas armónicas de 5ªs y 8ªs paralelas
(se explicarán más adelante). No obstante, a veces, como en las 6ª y 4ª de paso (también
explicada varias lecciones después), puede venir bien duplicar la 5ª.
Nos dan, o nos inventamos, una línea melódica de bajo sin cifrar
Nos dan, o nos inventamos, una línea melódica de bajo cifrado
Nos dan, o nos inventamos, una melodía para la soprano (tiple), para después
completar el resto de voces
Nos dan, o nos inventamos, cualquier línea melódica de una voz intermedia
(poco habitual)
En todos los casos se comienza con una línea. El método de inventarse un bajo cifrado
es utilizado por quienes son expertos y tienen el oído muy acostumbrado, por lo que no
lo recomiendo ahora. De igual manera, los dos últimos métodos también son complejos
de llevar a cabo correctamente. Lo habitual en quien está empezando a aprender
armonía es, pues, partir de un bajo cifrado previamente dado, o partir de un bajo sin
cifrar (normalmente previamente dado, aunque también se puede inventar). Este último
es ligeramente más avanzado.
Pero lo importante de esta lección es clasificar de qué dos maneras podemos colocar
un acorde, una vez tengamos una nota de partida. Hay que seguir dos principios
fundamentales:
La distancia entre cualquier par de las tres voces más agudas no debe superar la
8ª
La distancia entre el bajo el tenor puede ser tan grande como queramos
Y con esto en cuenta podemos clasificar los acordes en el sistema SATB como:
Pero existe un acuerdo global por el que el cifrado se puede simplificar, quitando los 5
y los 3 (que aparecerían constantemente). A la izquierda vemos el cifrado sin
simplificar; a la derecha está simplificado. Vemos que el cifrado del acorde en estado
fundamental queda reducido a nada. En caso de duda, lo mejor es poner siempre el
cifrado completo.
Así que, con toda esta información, ya deberíamos ser capaces de cifrar cualquier
acorde utilizando la lógica, sin tener que aprender tablas de cifrados. No obstante, al
final de este curso adjuntaremos una con los cifrados más comunes. No utilizaremos
todos todavía en esta etapa del aprendizaje de la armonía; tampoco se debe intentar
aprenderlos por la fuerza, únicamente debe servir como apoyo para la elaboración de
composiciones homofónicas.
Para escribir cifrado en la práctica con el sistema SATB, recomendamos los siguientes
pasos:
Como ejercicio, intente deducir qué cifrado tendrían los acordes del siguiente
fragmento:
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a. Re Mayor
b. Re menor
c. Fa Mayor
d. Fa menor
e. La Mayor
f. La menor
a. 6
b. 6y4
c. 6y♮
d. 6 y 4♮
a. 6
b. 6y4
a. 6
b. 6y4
c. 7y+
a. 6
b. 6y4
¿Se ha fijado que en el segundo acorde figura un grado de dominante V, aunque tiene
las notas del acorde de tónica? Si lo ha hecho, no lo olvide - volveremos a ello en pocas
lecciones.
Enlaces de los acordes
Para pasar de un acorde a otro, lo mejor es intentar que las voces se muevan lo menos
posible a nivel horizontal. Si los acordes tienen una o varias notas comunes, las
mantendremos en las voces donde estén. Debe intentarse que las notas que no sean
comunes procedan por grados conjuntos a ser posible (excepto el bajo, que, como
normalmente viene dado de antemano, no es posible modificarlo). Los saltos deben
utilizarse como último recurso.
Para construir dos acordes enlazados, deben seguirse una serie de pasos.
-Lo primero es, por supuesto, identificar los acordes en sí. Supongamos que, de
una pieza en Re Mayor, tenemos el siguiente bajo cifrado:
y tenemos que colocar las otras tres voces. Bien, tenemos que pensar qué acordes son, y
para eso nos ayudamos del cifrado. El proceso mental es el siguiente:
¿Hay alguna nota común entre los dos acordes? Sí, el Re, que estrá duplicado
en el segundo de ellos, luego lo podemos escribir inmediatamente:
Ahora quedan dos notas por escribir, un Fa# y y un La
¿Cómo podemos hacer para que las voces que quedan se muevan lo mínimo
posible? En este caso, en las dos voces que quedan por completar en el primer acorde,
hay un sol, y las notas que nos quedan están a distancia de grado conjunto. Por lo tanto,
lo que queda es fácil:
Esta es la manera en la que se enlazan dos acordes, pero a medida que avancemos en
lecciones, veremos que hay que prestar atención a otras cuestiones, para evitar faltas
que en ellas se explican.
Octavas y quintas paralelas
Se entiende por octava paralela un movimiento de dos voces cuyo intervalo armónico
en el primer acorde es una octava, y en el segundo también. Lo mismo es una quinta
paralela. Se puede expresar también como dos quintas seguidas u octavas seguidas.
La idea principal que debe quedar clara es que no pueden producirse octavas ni
quintas seguidas entre ningún par de voces, por movimientos directo y contrario.
Como decíamos, existe una única excepción: si se producen dos quintas seguidas, pero
la segunda de ellas es disminuida, entonces estarán permitidas.
Una aclaración: algunas 8ªs y 5ªs presentadas no están a esa distancia estricta de la otra
nota, y están en otra octava. Esto no es importante: lo relevante es su distancia "en valor
absoluto". En el primer ejemplo de todos, entre los dos fa# hay dos octavas, sin
embargo, "de fa# a fa#" hay una octava, que va hacia "de si a si", así que el enlace es
incorrecto. En el cuarto ejemplo, en el segundo acorde hay más que una 5ª, pero se
aplica lo mismo.
1. Enlace 1
b. El enlace tiene dos quintas seguidas entre las voces tenor y alto,
pero la segunda es disminuida, por lo que no existen problemas de
octavas o quintas paralelas
2. Enlace 2
3. Enlace 3
Nótese que en ningún momento hemos afirmado que un enlace es correcto por no tener
quintas u octavas seguidas. Esto es porque si las tiene, automáticamente es incorrecto...
pero si no las tiene, no significa que esté bien, ¡porque podría tener más faltas!
Como vemos, el intervalo armónico entre las voces del primer acorde del enlace es
irrelevante. Lo que ahora nos importa es las 5ªs y 8ªs armónicas del segundo acorde, y
el movimiento que han seguido esas voces para llegar a ellas. Esto hace que este tipo de
faltas armónicas sea más difícil de detectar. La cosa se complica.
Por suerte o por desgracia, esta prohibición tiene bastantes excepciones. Las vamos a
dividir según las voces que las ejecuten:
-Entre cualquier otro par de voces (alto y tenor, bajo y alto, etc):
Ambas 8ª y 5ª directa están permitidas siempre que una de las voces se mueva
por grados conjuntos.
La 5ª directa se permite siempre y cuando la nota que forme la 5ª sea común a los dos
acordes.
Si usted tiene buena memoria, o una gran observación, habrá observado que en el último diagrama de la lección de los enlaces de los
acordes, ¡se forma una 5ª directa entre las dos voces inferiores! Sin embargo, ya que el tenor se mueve por grados conjuntos, es una
5ª directa permitida.
No deben confundirse las directas con las paralelas: en estas últimas, como ya hemos
dicho, influyen ambos intervalos, pero no el movimiento, mientras que en las directas
influye el 2º intervalo y el movimiento realizado. Una 5ª u 8ª paralela no tiene por qué
ser directa.
Sensible, 7ª y 9ª dominantes
Es necesario saber que cuando realizamos un enlace de dominante a tónica V-I, el
movimiento de estas notas ha de seguir unas pautas muy claras:
Estas son las llamadas "notas de resolución obligada". Las normas de armonía
obligan a realizar estos movimientos para una mayor distensión en la tónica de la
tensión generada por la dominante.
Y todas resuelven según lo planteado. Este acorde de dominante tiene estas 3 notas,
pero podemos encontrarnos con un acorde de dominante sólo con 7ª y sensible o sólo
con sensible (la sensible siempre está en una dominante). En este ejemplo hemos
suprimido la 5ª, pero esto no nos interesa por ahora, lo veremos cuando estudiemos las
9ªs. De momento, observe en los ejemplos siguientes los enlaces V-I con 7ª de
dominante y sin 7ª respectivamente.
El 97+ y 7+ forman parte del cifrado característico de estos acordes. Ya sabemos que el
+ indica la sensible.
Todo esto lleva a la otra cara de la moneda: como estas notas deben resolver siempre de
la misma manera, NO SE PERMITE DUPLICAR NINGUNA DE ELLAS. Esto es
lógico, porque de ser duplicadas, nos llevarían sin remedio a octavas paralelas.
Recuerde que las octavas paralelas están siempre prohibidas, sin excepción (no como
las directas). En este caso, las octavas paralelas son también directas, pero por ser
paralelas, el enlace es incorrecto.
La 3ª, no obstante, no debe faltar, porque da el color del modo al acorde (mayor o
menor
Es un acorde que tiene función de dominante, al igual que el V. ¿Por qué? Porque este
acorde es en realidad un V sin fundamental. Por ejemplo, en Do Mayor:
Son el mismo acorde. La única diferencia es que en el VII grado omitimos la que sería
la fundamental del V con 7ª dominante.
Este acorde, llevado al sistema SATB, presenta unas conclusiones muy curiosas. Como
la Dominante casi siempre va a la Tónica, después de un VII habrá, generalmente, un I.
Por esto:
Todo esto obedece, como ya hemos visto, a la regla de las notas de obligada
resolución.
El II grado del modo menor, poco frecuente en armonía, sigue las mismas normas que
el resto de acordes consonantes (por supuesto éste es disonante, ya que tiene el
intervalo disonante de 5ª disminuida) en cuanto a sus enlaces y duplicaciones.
Cadencias I. Final en reposo
Una cadencia es un final de reposo o de tensión que se encuentra al acabar un pasaje.
Seguramente usted conozca ya las principales cadencias; vamos a ver cómo tratarlas
desde el punto de vista de la homofonía, y si no las conoce, también le servirá para
conocerlas.
Cadencia Imperfecta: igual que la perfecta, pero al menos uno de los dos
acordes está invertido.
Ver la última lección para información sobre este cifrado
Ejemplos de semicadencias
Cadencia rota: final en tensión. V-VI. La sensible, como siempre, debe subir a
la que en este caso es la 3ª nota. Así, el último acorde debe duplicar la 3ª.
Ejemplo de cadencia rota
Evident
emente, en un acorde menor los intervalos 6ª y 3ª resultantes serían ambos mayores.
Sin embargo, esta duplicación es posible si así lo necesitamos para evitar faltas
armónicas de 5ªs y 8ªs. No es que esté prohibido duplicar la 3ª en estos acordes,
simplemente no es lo mejor. Pero si no hay más remedio, deberemos hacerlo así.
Pongamos, como principio general, el siguiente orden de prioridad para duplicar notas
en acordes de 1ª inversión (también llamados por algunos expertos "acordes de 6ª"):
Enlaces:
Y sí, además la 3ª está duplicada en los dos acordes, y como hemos dicho, sólo
podremos duplicarla en uno. Tal vez se decepcionó al darse cuenta de ello y ver que no
estaba entre las posibles respuestas, pero el objetivo era que se diese cuenta de que al
duplicarla en ambos acordes, se ha producido una falta armónica de manera
irremediable... Lo mejor es intentar mantenerlo simple y no duplicar la 3ª cuando
enlacemos dos acordes en primera inversión.
No hace falta que la parte que se quede en silencio lo haga justo cuando empieza la
serie, puede hacerlo pocos acordes antes; y de igual manera justo cuando termine la
serie no es necesario que la esta voz vuelva a parecer, sino que puede incorporarse en
pocos acordes.
Fragmento de una sonata de W.A. Mozart en el que se utiliza una serie de sextas. La voz
superior está "desfasada"; no por ello la validez armónica de la serie se ve afectada.
Como recordamos, si vemos un # en el cifrado sin número al lado, se asume un 3 (la
do# fa#)
Si lo que quisiéramos fuera una serie de sextas con las cuatro voces sonando, la
disposición de voces debería ser la siguiente:
1. La fundamental en la soprano
2. La 5ª en la alto
3. En el tenor, alternar la fundamental y la 3ª
4. Por supuesto, la 3ª en el bajo
Los puntos 1, 2 y 4 se podían deducir de lo escrito más arriba. El tenor sería la voz
"nueva".
OJO: ¡no sirve colocar la fundamental en el tenor y alternar 3ª y fundamental en la
soprano! De igual forma, tampoco vale alternar en la contralto y colocar la 5ª en el
tenor. En ambos casos se formarían movimientos directos prohibidos o cruzamientos de
voces (repasar las lecciones anteriores pertinentes de ser necesario). Puede probarlo
usted mismo, pero seguro que, después de muchas pruebas fallidas con otras
disposiciones, llega a la conclusión de que la disposición aquí escrita es la única válida
para hacer una seria de sextas a cuatro voces.
2ª inversión
Ya hemos visto que se llama acorde en 2ª inversión a aquel cuya 5ª está en el bajo y su
cifrado reducido consta de un 6 y 4.
Un acorde en segunda inversión, también llamado una sexta y cuarta, sólo podrá
utilizarse de tres maneras:
Como vemos, el acorde que en este caso es un V con 6ª y 4ª de paso está colocado entre
dos acordes, en este caso de tónica. No es una cadencia, ni un final, ni nada parecido.
Sólo hemos utilizado la sexta y cuarta por grados conjuntos como paso entre dos I.
Esto también puede utilizarse si tenemos un acorde en una inversión y lo queremos en
otra, para pasar de una a otra de forma no brusca. Nótese la importancia de que sean
grados conjuntos: las notas azules del acorde que estamos estudiando son, de hecho,
notas de paso.
¿Recuerda, lecciones atrás, cuando un acorde tenía las notas de un I pero en el cifrado
había un V? Eso era porque era una 6ª y 4ª cadencial. En una cadencia V-I, podemos
preceder a la sensible y a la 5ª del V con la tónica y la 3ª del I, que funcionan como
apoyatura. Obsérvese cómo el V de este ejemplo dura dos pulsos, el primero de los
cuales contiene la mencionada apoyatura y, el segundo, ya tiene el acorde de dominante
en sí. La razón por la que este acorde que precede al V "real" se cifra como un V, a pesar
de contener las notas del I, es porque no es un I realmente: al escucharlo no da la
sensación de estabilidad en la tónica, sino de un V sin resolver, que resuelve a un V, que
a su vez necesita ser resuelto a un I, y entonces finaliza la cadencia. Es una forma de
cadenciar muy fuerte y muy utilizada.
De igual forma, puede utilizarse lo que podríamos llamar "4ª cadencial", aunque es
menos decisivo y poco frecuente.
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Complete en un cuaderno las tres voces restantes según lo indicado en el siguiente Bajo
Cifrado, procurando especialmente cada voz se mueva siempre lo menos posible.
¡Recuerde identificar la tonalidad, escribir los grados y mantener las notas comunes en
los enlaces!
Nota: a veces en los bajos cifrados (o sin cifrar, en alguna ocasión) nos encontramos
unos números arriba, en este caso un 3, 5 y 8. Hacen referencia a la manera en que se
debe colocar el primer acorde: con respecto al Bajo y según su proximidad, la nota de
la siguiente voz (tenor) debe ser la 8ª, la de la siguiente (alto), la 5ª, y la última
(soprano), la 3ª. Por lo que el primer acorde debería ser, de abajo a arriba: Do Do Sol
Mi.
Había más formas de hacerlo sin tener faltas armónicas, sin embargo, ya que se ha dado
la formación del primer acorde y se ha especificado que las voces deben moverse lo
mínimo posible, esta era la única solución correcta.
Disonancias en la Dominante
A un acorde tríada V, que de por sí genera tensión, se le pueden añadir notas por
encima, que añaden color a la armonía, y generan más tensión.
Dominante con 7ª: al ser una cuatríada, no habrá que duplicar nada. Sin
embargo, como son cuatro notas, en este acorde tenemos una, dos... y tres
inversiones!
Arriba, el cifrado reducido. Podría sorprender que algún cifrado reducido lo sea
tanto, por ejemplo, el de la 3ª inversión. Esto es porque no existe ningún otro
acorde que pueda confundirse con este cifrado. Es decir, si tenemos una nota en
el bajo y un +4, no puede haber otra posibilidad de otro acorde, sólo puede ser
una Dominante en 3ª inversión. Por esto, globalmente se han acordado algunos
cifrados aparentemente escuetos, pero que en realidad son muy claros.
Dominante con 9ª: el asunto se complica un poco más. Tenemos un acorde con
5 sonidos (si tenemos una 9ª, está implícito que también tenemos 7ª), pero sólo 4
voces.
1. Pregunta: ¿cuál de las siguientes notas aporta el color más débil al acorde V con
9ª de Dominante, de forma que la podamos suprimir en el sistema SATB?
a. La Fundamental
b. La 3ª
c. La 5ª
d. La 7ª
e. La 9ª
Así que, de cara a una composición armónica, un acorde de esta índole constará de
Fundamental, sensible, 7ª y 9ª.
V con 9ª Mayor
V con 9ª menor
Y, por supuesto, también tienen sus inversiones. Sin embargo, para invertir uno de estos
acordes, hay que tener en cuenta un principio fundamental.
Al estar la 9ª a una distancia de 2ª (Mayor o menor) por encima de la fundamental,
NUNCA PODREMOS COLOCARLA POR DEBAJO DE ESTA. Hacerlo
significaría perder la sensación de 9ª de Dominante.
De hecho, lo mejor es procurar que esté lo más lejos posible (por arriba). Al colocarla
inmediatamente al lado (a distancia de 2ª), también se pierde parcialmente el color de 9ª
Dominante, además de que existiría una tendencia de cruzamientos de voces y otras
faltas armónicas.
7ª disminuida y semidisminuida
Ya hemos visto que el acorde del VII grado viene en realidad de quitarle la fundamental
al V con 7ª Dominante (primer ejemplo del diagrama).
(V) se refiere a que la función del acorde es tal, aunque su grado sea el VII
El diagrama habla por sí mismo. De igual forma que ocurrió con la tríada en el VII,
cuya fundamental es la sensible, también podemos formar otro tipo de dominante
construyendo una cuatríada a partir de esta nota.
Las notas de Resolución Obligatoria en estos acordes siguen siendo las mismas, y al
igual que en la 9ª Dominante ¡son tres de cuatro!
b. 7ª semidisminuida
c. 7ª disminuida
d. 9ª de Dominante sin 5ª
e. c) y d) son correctas
f. a) y c) son correctas
7ª diatónica
Una 7ª en una cuatriada que no tenga una función Dominante, como las vistas
anteriormente, será una 7ª diatónica.
No obstante, esta 7ª sigue siendo una disonancia (aunque la tensión generada es menor
que la 7ª Dominante), igual que la 7ª Dominante, aunque no tiene notas de Resolución
Obligatoria. Aún así, lo más apropiado es seguir los principios de los enlaces y que las
voces se muevan lo mínimo posible.
Para poder emplear una 7ª diatónica en cualquier grado (excepto en los que tienen
función Dominante), necesitamos un requisito fundamental:
Tabla de cifrados
A continuación se encuentra una tabla con los cifrados de los acordes hasta ahora vistos.
Recomendamos, antes de mirarla, deducir cómo se cifrarían las inversiones de todos
estos acordes, con ayuda de un cuaderno, y anotarlo para después compararlo con la
tabla. Aquí hemos recopilado los cifrados reducidos, así que tal vez se sorprenda al ver
algún 3 o 5 que parecen innecesarios. La razón de su presencia es diferenciar la
inversión en cuestión de otros acordes en cuanto a cifrado. No se preocupe si es incapaz
de deducir estos treses en cifrado reducido, pues para hacerlo habría que dominar el
conjunto de todos los acordes, y eso es imposible a estas alturas para el entusiasta de la
armonía.
9ª M dominante 7 5̶ +4
+ 6 2
9 7̶ 3
9ª m dominante 7 5̶ +4
+ 6 2