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La geografía es una ciencia que fue muy activa y atractiva desde los comienzos de la Humanidad. Como toda
ciencia ha ido evolucionando en el tiempo en su pensar y hacer. La geografía durante muchos años fue una ciencia
memorística. Hoy pretende analizar el espacio geográfico desde la relación Sociedad-Naturaleza, teniendo en
cuenta la base temporal y a la cartografía, que es su expresión gráfica.
Algunas de las definiciones de su objeto de estudio más comúnmente utilizadas identificaban a la superficie
terrestre, la descripción de la tierra, el ecúmene, el espacio geográfico como sus marcos de referencia. Luego de
muchos años de replantear su objeto de estudio, la geografía como ciencia, definió por objeto el estudio al espacio
geográfico. En este se observan los modos de organización, la distribución de los elementos que componen el
paisaje, sus formas, sus poblaciones. En esta definición se establece un proceso de transformación de la superficie
terrestre. Dicha transformación es resultado del conjunto de acciones que los hombres (organizados socialmente)
realizan a lo largo del tiempo y en permanente interacción con los elementos naturales presentes en la superficie
terrestre, con el objetivo de satisfacer mejor sus necesidades. La transformación del espacio deviene del trabajo y
de las distintas formas de organización que presentan los grupos humanos, por lo tanto es una construcción social.
La geografía tiene como objetivo conocer y comprender la distribución espacial de los fenómenos físicos y
sociales y las relaciones recíprocas que entre ellos se manifiestan. Los principios propios de esta ciencia son los
siguientes: localización, extensión, distribución, descripción, causalidad y temporalidad o evolución acompañados
siempre de cartografía.
Dollfus, O. (1976) define cuáles son los caracteres del espacio geográfico. Como primer punto indica que el
espacio geográfico es localizable y diferenciado: todos los puntos del espacio geográfico se localizan en la
superficie de la Tierra y se definen por sus coordenadas y por altitud. También se diferencian por su
emplazamiento y por su posición., que evoluciona o cambia en función del conjunto de relaciones que se
establecen entre los puntos u otros espacios. Por lo tanto, si el espacio es localizable, es también cartografiable.
Dollfus también indica que el espacio es diferenciado. Su localización, los fenómenos que allí se desarrollan, las
actividades y relaciones humanas que se establecen, aparecen como únicas, propias de ese lugar al cual se le
confiere cierta identidad. De todas formas, si bien el espacio presenta rugosidades y diferenciaciones, el geógrafo
buscará elementos o procesos comunes para poder realizar comparaciones, ya sea para estudiarlos desde la
diferencia o desde la semejanza de los fenómenos que allí se desarrollan.
Una segunda característica está dada por un espacio que es cambiante, que se modifica y que por lo tanto se puede
describir y analizar. Dollfus señala que “cualquier paisaje que refleje una porción del espacio lleva las señales de
un pasado más o menos lejano, desigualmente borrado o modificado, pero siempre presente” (Dollfus, O. 1976).
El espacio geográfico está impregnado de historia y se describe, tiene una fisonomía que lo diferencia, hay una
huella en ese paisaje que puede ser estudiada y analizada, para comprender este presente.
La tercera característica está asociada a la homogeneidad del espacio geográfico. Un espacio homogéneo es un
espacio continuo. Por ejemplo, la homogeneidad puede ser interna y deviene del origen de una identidad común
de un grupo social o de su forma de organización política o económica, o bien la homogeneidad puede ser externa
y queda definida por una condición física-ambiental común de un determinado lugar, su clima, su vegetación, su
topografía. En cualquier caso, la noción de homogeneidad aplicada al espacio geográfico es compleja pero rica a
la vez. Esto lleva en consecuencia a indagar más profundamente en el estudio de los grupos sociales como un
sistema y de su relación con el medio natural.
Finalmente, si el espacio geográfico quiere ser analizado en su totalidad, la noción de escala
tiene que estar presente. La magnitud de los fenómenos es de suma importancia a la hora de analizar cada uno de
los paisajes de la superficie terrestre. La selección de la escala de estudio para cada hecho es fundamental al
momento de aplicar la idea de clasificación, de comparación, de comprensión o de explicación de hechos sociales
y naturales. En consecuencia, también está implícita una minuciosa selección del material cartográfico que pueda
representar la distribución de esos hechos o fenómenos geográficos.
Si bien cada una de estas características sigue hoy siendo válido para el análisis del espacio geográfico, e n la
actualidad, este análisis, presenta ante la globalización de la sociedad una interesante dicotomía. Por un lado el
espacio mundial, caracterizado por redes y flujos globales y por otro el espacio de los lugares, espacio de las
regiones, de las ciudades y de las identidades. Así, el espacio geográfico se observa entre lo global y lo local. El
espacio debe ser entendido como una instancia, un hecho social, así como historia y estructura; y hoy día, como un
espacio total.
Milton Santos, uno de los principales referentes teóricos de la geografía, ha optado por diferentes maneras de
definir el espacio. Por ejemplo, en sus textos de la década de 1970 indicaba que el mismo estaba constituido por
un conjunto de fijos, elementos arraigados en un lugar, y de flujos, movimientos resultado directo o indirecto de
las acciones que se instalan o atraviesan los fijos, modificando su significación, su valor, al mismo tiempo que
éstos se modifican. Posteriormente, basado en el contenido marxista, optó por priorizar la interacción entre
sociedad y naturaleza (configuración territorial). En este sentido, la sociedad era analizada a partir de las
relaciones sociales y de producción. En los últimos años, Santos pasó a comprender al espacio como la interacción
entre un sistema de objetos y un sistema de acciones. De esta manera, su postura se inscribe en el marco del
debate de la teoría de la estructuración, donde la realidad social no está constituida sólo por la estructura, sino
también por la acción de los sujetos.